Jay Amaya Haughton

Sentía un poco de pena que nuestro compañero haya sufrido una herida por el equipo pero todo por el equipo si queríamos ganar teníamos que estar dispuestos a todo. Pero esperaba que eso no significara la vida de un compañero, hasta el momento no sabia que tan grave había sido lo que le había pasado al pobre Coco pero estábamos algo pero en estos momentos teníamos que preocuparnos por escapar. Sutan podía esperar unos minutos si su herida fuera tan grave ya se hubiera quejando un poco mas de lo que lo estaba haciendo en estos momentos. Cuando estuvimos lo suficientemente lejos, nos sentamos con calma y como buena sanadora que era revise la herida de mi compañero, no era nada que un Episkey no pudiera solucionar. Casi tan sencillo como respirar, Saque mi varita del pantalón y apunte a su herida. 

-Episkey - dije mientras su herida se curaba -Como te sientes - pregunte tranquilamente. 

Las peores cosas podían pasar por descuidos como este de dejarse atacar por una acromantula, el joven tenia que tener mas cuidado después de todo no queríamos tener que para para salvarle la vida al muchacho porque estuviera moribundo. Y que Merlin no lo quisiera de esa manera porque no seria bonita la reacción de mi esposo si perdíamos. Los hombres ante todo eran competitivos y con el que me había casado era uno de los mayores. Sonreí un poco mientras retomábamos la marcha y seguíamos la orilla del río hasta el final, cuando llegamos hasta una cascada. No había nada mas que el agua al final algo llamo mi atención algo brillante al fondo, podía ser el emblema que nos faltaba o podía ser otra cosa pero no queríamos arriesgarnos. 

-Creo que abra que saltar. 

No tenia idea de lo que nos esperaba ahora porque realmente cualquier cosa podía pasar en estos momentos. Claro que no tome a juego lo de tener cuidado por parte de mi amado pero de igual manera me quería reír de lo que estaba diciendo Coco el podré parecía molesto con la situación. Una risita escapo de mis labios mientras intentaba mantener un poco de seriedad en la situación que estábamos teniendo en estos momentos pero sin importar nada. 

Queríamos que todo saliera bien y por alguna razón sentía que nos estábamos confiando un poco necesitábamos estar atentos y concentrados con fuerza de voluntad todo se podía. Éramos nuestra casa había ganado dos torneos seguidos y con suficiente trabajo en equipo y suerte ganaríamos otro y tendría un tercer campeonato. Los minutos pasaban mientras conminábamos lentamente hasta que que un movimiento proveniente de los arboles hizo que nos paráramos repentinamente esperando cualquier cosa que pudiera pasar en estos momentos. No paso mucho para que un grupo de Acromantulas salieran por todas parte y comenzaron a acercarse y estaba segura de que no era para tomar te y galletas con nosotros. 

-Maldición - susurre y mire a mis compañeros antes de decir - Creo que es hora de pelear. 

Levante la varita y apunte a la criatura para que pudiéramos acabáramos lo antes posible. Conocía una manera que podría funcionar en este momento y con suerte tendríamos que darlo todo si no queríamos morir en con estas criaturas. 

- Petrificus totalus - dije para que el rayo saliera de mi varita y hiciera que una de las Acromantulas se quedara congelada. 

-esto tomara mucho porque necesito ayuda urgente. 

Escalamos hasta la cima de la colina los tres como un equipo estábamos haciendo todo lo que estaba en nuestras manos para tener en calma las cosas. La victoria estaba a la palma de nuestra mano y mientras siguiéramos con el buen trabajo que estábamos manteniendo hasta este momento. Sencillez con la que se nos estaba dando todo era algo preocupante pero lo mejor era no pensar en lo negativo pero mucho menos teníamos que confiarnos ante todo siempre atentos. 

-No se confíen para nada - dije en voz alta. 

Las cosas estuvieron calmadas mientras subíamos hasta sencillo por lo poco alto que esta la colina. Todos mantuvimos que correr y hasta saltar cuando el árbol pareció despertar de un adormí miento en el que se encontraba y comenzó a atacarnos. Mi amado dio las instrucciones y nosotros como buenos compañeros de equipos se encontraban distrayendo al Sauce Boxeador. Lo que nos complicaba llegar a hasta donde estaba realmente el emblema. Claro el contraataque de Coco mantuvo lo suficientemente distraído al arbolito mientras yo tenia que esquivar algunas ramas que todavía no estaban completamente prestando atención a lo que estaba asiendo los muchachos. Me toco saltar un poco pero pude entrar hasta el tronco y tome lo que con tanto trabajo nos había conseguido llegar. Después volví a salí con rapidez porque la distracción no duraría mucho mas que esto. Volví a salir y me aleje del árbol corriendo hasta para no ser lanzada por los aires. 

-Chicos miren el segundo emblema, vamos antes de que el arbolito los mate - dije en tono de broma mientras me alejaba del Sauce Boxeador enseñando el emblema. 

Me mantuve tranquila mientras veía a mi esposo taquear a la movía y cuando el pedazo plateado de emblema salió volando me preocupe por un segundo pero cuando Coco lo atrapo solté un suspiro repentino y camine para unirme con mis compañeros. Cada uno miro en una dirección diferente buscando una pista de donde podían estar el próximo emblema pero nada a la vista en por particular hasta que como la primera vez la voz de Dylan nos llamo para que fuéramos en una dirección. Mi verdosa mirada se paso por las plantas que habia en nuestros alrededores hasta que vi un objeto brilloso encima de una colina. Con las instrucciones de nuestro sexy prefecto comenzamos a caminar en esa dirección. Por suerte tenia zapatillas deportivas porque sino dejaría a mi amado solo en su locura por ir hasta el tope de esa montaña. Lo peor de todo es que todavia nos faltaban otras dos ademas de esta que íbamos en estos momentos a buscar. De casualidad estamos con la ventaja en todo en estos momentos y estábamos seguros de que los pecesitos no podrían con nosotros.

-Bueno si vamos a ganar comiencen a correr porque no voy a perder en contra de los pescados - dije mientras tomaba la delantera de mis dos compañeros varones. 

Teníamos sencillez con el asunto despues de todo siempre había sido muy ágil en estos momentos quería llegar lo antes posibles. Era verdad que teníamos la ventaja pero no quería saber por cuanto y quería mantenerla lo mas que sea y si se podía mucha mas.

Otra prueba comenzaba y otra vez estábamos enfrentandonos a los pescados de río. Pero no se podía hacer nada en contra de la decisión de la directiva mas que hacer comer tierra a los pecesitos. Note las cosas que pasaba y hasta sonreí por los comentarios que decía mis compañeros en especial Coco que parecía algo enojado con lo de las momias y que hubiera una selva en el medio del desierto pero todo era posible con magia y otras cosas eran gracias a la naturaleza. 

Mantuve la calma mientras poco a poco nos adentramos en la selva salvaje del Oasis, se podía sentir demasiada calma al principio hasta que se oyó unos pasos a un lado no sabia si los demás los habían escuchado pero yo si lo había hecho y me detuve para mirar en esa dirección. Las ramas de algunas plantas estaban rotas y al mirar un poco mas abajo podías notar como el fango en el piso tenia pasos.

-Caballeros creo que nuestro destino es por aquí. 

Todos comenzaron a seguir por el camino que yo había marcado y un mechón de cabello negro que se había salió de la coleta alta que tenia se me metió en la cara y me lo quite para después mirar todo lo que había en nuestros alrededores. Se podía notar claramente que alguien habían pasado por ahí minutos atrás, claramente tenia que haber sido nuestra momia porque nadie mas estaba en este lugar que nosotros a menos que fueran los peces pero ellos habían entrado después de nosotros a la selva así que lo dudaba. Tenia que mantenerme atenta a todo lo que pasaba y mis compañeros igualmente estar centrados y vigilar para todos los lados por cualquier pista.

Esta parecía la ultima parte del acertijo que nos habíamos metido por el torneo de las cuatro casas que parecía mantenernos a todos bajo presion extrema en todo momento y mientras corríamos en contra reloj manteniéndonos lo mas calmados posibles. Como decía el dicho el que se enoja pierde. Tenia que mantener un conocimiento de lo que éramos capases y de lo que era posible que pasara en estos momentos de vida o muerte y en segundos como estos todo contaba hasta el mas pequeño error podía costar la vida de un compañero o la tuya propia. Intentaba no preocuparme mucho aunque tenia un miedo tremendo prefería mantenerme calmada. Las cosas se comenzaban a amontonar y era casi imposible respirar en una situación como esta y mas con todo lo que había que hacer. 

-Reducto - dije y el rayo salió de mi varita haciendo explotar algunos objetos que estaban en el piso entre jarrones y esculturas -deberíamos usar mi método es mas rápido. 

-Reducto - volví a exclamar para explotar otra estatua. 

Claro era peligroso aunque era mas fácil limpiar las cosas de esta manera que la forma en la que estaba haciendo mi marido pero no pensaba morir y su método estaba tomando demasiado tiempo y eso era lo que menos teníamos. Mire a Arya que parecía muy concentrada leyendo los jeroglíficos que podrían ser la solución y salida a este lío en el que estábamos metidos en este instante. Este era un problema de los peor y era un abuso que los directores de la academia hicieran algo como esto en este momento tenían que estar algo locos pero eso no lo dudaba para nada y mas después de esto.

-Tienes algo lo que sea Arya en este momento no me importaría que me des hasta la pista mas pequeña para saber como salir de este embrollo en el que estamos metidos por la copa de las cuatro casas.

La joven que había aparecido de repente parecía que mi esposa la conocía ya que no había dicho nada al respecto su presencia. Poco después la reconocí era Arya, sino me equivocaba y por ende teníamos que estar juntos en esto al momento de enfrentarnos a lo que sea que nos esperaba en la siguiente habitación.  No fue mucho para que lo peor pasara y nos atacaran las inferís, maldije para mis adentros mientras me movía a un lado para poder equipar ser golpeada por los zombies. Mi amado no fue tan rápido tal vez por el hecho de estar cargando con uno de nuestros compañeros de equipo no había podido usar su acostumbrada velocidad para quitarse del medio. 

Mi esposo se mantenía sonriente aunque no tenia ni la mejor idea de como acabar con nuestra plaga de momias asesinas que lo que menos querían era tomar el te con nosotros. Repase todos los hechizos que sabia en mi cabeza ademas de todo lo que sabia sobre inferís me decía que lo único que podría parar a esos infelices era el fuego. Rápidamente Levante la varita y pronuncio el hechizo. 

-Incendio - dije alto y claro para acabar con los infería que tenia enfrente -Abajo Arya - le dije a la muchacha cuando vi a unos inferís detrás de ella. 

-Incendio - dije de nuevo para quemar a los infelices que estaban detrás de mi compañera de equipo -Vamos equipos por salir de aqui hay que chamuscar a estos infelices..

Las imágenes de la muerte del hombre que amaba ante mi eran desastrosas y lo peor era verme hacerlo a mi misma era mi peor pesadilla. Tal vez el hecho de la maldición que rondaba la familia de mi amado, lo que había ocasionado el temor a que un día el alma de Morgana LaFey volviera y esta vez se apoderara de mi cuerpo y consiguiera su mas preciado deseo al asesinar a los Myrddin. Todo este miedo había comenzado desde que lo mismo le había pasado a Ethiane meses atrás y no quería que volviera a pasar algo si en nuestra familia. Sentí como era quitada del medio por mi esposo y esta vez le tocaba a el sufrir de su peor temor se hiciera realidad ante sus ojos. Seque las lagrimas de mis ojos y respire profundo antes de incorporarme y poner mis verdes ojos en los de Dylan, cuales estaban tan oscuros como la noche misma.

-Dylan - llame su nombre intentando traerlo a la realidad. 

No fue mucho para que sus ojos tomaran ese azul cielo que me volvía loca y su voz resonara por toda la habitación y el boggart tomara una forma graciosa. Me acerque al sarcófago y tome la llave que tanto buscábamos mientras la puerta detrás de nosotros se abría dándonos la opción de volver atrás y fui tan rápido como pude hasta la otra puerto que esperaba de la llave para ser abierta. Quite el candado que expedía para abrir la puerta a la próxima habitación donde se encontraba la próxima misión. 

-Amor, vamos - dije mientras me acercaba a él y depositaba un pequeño beso en sus labios -Te amo.

Mi voz era un mero susurro en la gran habitación mientras el Myrddin iba a recoger a Coco para pasar a la próxima habitación.

Esa sonrisa alegre en toda las situaciones era lo que mas amaba de mi marido y mientras caminábamos por los pasillos para poder llegar a nuestra próxima misión en la pirámide. Cada paso que dábamos la situación se pondría mas complicada y poco a poco sentía como la tensión en el aire se hacia mas grande tenia la esperanza de dar lo menor de mi y esperar a que la magia estuviera de nuestro lado para que todo nos saliera a las mil maravillas. Quería la victoria y ganar la mayoría de las pruebas ayudaba en gran cantidad. Había sido lo que nos había dado la victoria en el torneo pasado y este no seria la excepción. Prefería mantener toda mi atención en el camino ya que era la que llevaba el fuego en mis manos y esto nos estaba ayudando en este tramo tan oscuro del recorrido. Llegamos a un salón donde quedamos encerrados sin darnos tiempo a reaccionar. Mire a mi alrededor en busca de una salida pero nada estaba presente mas que un sarcófago y la puerto cerrada con seguro. Saque mi varita del pantalón y apunte al candado. 

-Alohomora - dije pero el candado seguía igual. 

Maldije para mis adentros había que buscar la llave a esto porque sino no abría salida absoluta. Lo único que había era el sarcófago y por simple deducción nuestra llave debía de estar hay apunte con la varita por si acaso mientras miraba a Dylan que realizaba la misma acción que yo después de dejar a Coco en una esquina de la habitación. 

-Bombarda - dije mientras la tapa del sacofago explotaba y un pequeño torbellino salía de la tumba.

Fue cuestión de segundos para que mi peor pesadilla estuviera enfrente de mi, sentí como lagrimas brotaban de mis ojos mientras mi temor mas grande se hacia presente ante mis ojos. El boggart estaba ganando la batalla.

No estaba ni de humor para este tipo de sorpresas fue cuestión de segundos cuando vi a un torbellino de arena venia hacia mi y me succionaba en sus adentros y mientras todo me daba vueltas no tuve la oportunidad de saber ni la dirección a donde me transportaba era como si me llamaran a un lugar. El viaje fue imprevisto y como comenzó termino y me encontraba en una desierto. Mire a mi alrededor buscando algo o alguien que me pudiera ayudar o darme una idea que estaba pasando en este lugar. Pude visualizar a mi esposo Dylan y a un muchacho de nuestra casa llamado Coco, corrí hasta donde estaban pero parecían no oírme y mientras ellos se adentraban en una pirámide. Yo como buena sobreviviente deje de llamarlos y decidí seguirlos pero la oscuridad del lugar era bastante. 

Caminaba con cuidado ya que este lugar debía de haber mas de mil peligros y mas si era posibles hasta monstruos que intentarían matarme. Tome una liga el pantalón y me amare los negros y largos rizos en una cola alta. Oí unos gritos o mejor dicho rugidos que venían del final del área este de la pirámide y me dirigí en esa dirección. Con cuidado y apenas asome la cabeza en el lugar pude ver a mi compañero Coco en el piso fui directamente hasta donde esta el muchacho y revise sus signo vitales, por suerte estaba solamente desmayado. No venia a Dylan por ninguna parte y entre la poca luz pude ver a mi querido esposo a lo lejos corriendo con un gigante a sus espaldas. Bloques en el piso derrumbados y fue cuando se me ocurrió una maravillosa idea movie uno de los bloques hasta la entrada para quien no tuviera cuidado se caería al piso con ellos. 

-Dylan por aquí - grite alto para llamar su atención y mi amado corrió en mi dirección sin hacer preguntas y el gigante lo siguió.

Audaz como era el Myrddin corrió hasta los bloques y los salto estilo de corredor olímpico muggle pero el gigante no corrió con tanta agudeza y tropezó cayendo y golpeándose contra la pared y el piso algunos bloques cayeron del techo encima de su cabeza causando que se desmayara por los impactos. Tome el fuego de la mano de la criatura y mire a mi amado esposo con una sonrisa. Estaba sucio y cansado por su carrera y Merlin sabe que mas. 

-Lo mejor será que cargues a Coco hasta que vuelva en si. 

Hola bueno tengo una duda ya que los rolees de mi oponente me confunden mas que otra cosa y cada vez me siento mas perdida cada vez que el rolea >.< me frustra con duelo.

Bueno yo le lanzo ataque y el no responde a ellos no se si ignora lo que hago o que es lo que esta pasando en el duelo esto al punto de buscar un psicólogo Ok no. Pero si me tiene confusa las cosas que hace no se si murió por no curar sus heridas y no se da cuenta o que esta pasando.

Bueno dejo el link para que revisen y me digan si estoy mal en creer que Coco murió por no curarse de mi ataque Duelo

Tercera Planta entrando a la oficina de Bodrik

Con Bodrik, JeniiL, Luz y David

Era una mañana tranquila mientras pasaba por los cuneros para darle una pequeña revisión a los bebes y luego me tocaría pasar a ver a las madres. Con mucha suerte tal vez tendríamos uno o dos niños para sus revisiones mensuales. Pero antes de comenzar con todos mis labores correspondiente Con mi trabajo tenia que pasarme por la oficina de mi jefa para saber si había algo nuevo de cual me quería comunicar o por lo menos saludarla. Tenia bastante tiempo que no veía a Bodrik y me resultaba extraño si ambas pertenecíamos a la misma familia. Tal vez era la diferentes obligaciones que ambas teníamos lo que no nos había permitido vernos en estos últimos días pero por ahora mejor tomaba la iniciativa para ir a verla.

Mis pasos eran lentos no tenia prisa por llegar a la oficina ya que realmente era algo que no me tomaría nada de tiempo. Tenia mis manos en los bolsillos de la bota blanca de medicina con mi nombre grabado en la parte superior izquierda. Algunas cosas eran tan sencillas y en estos momentos llegaba hasta la puerta de la oficina de mi jefa cual por lo que sabia no tenia ningún pacientes. Toque la puerta y sin esperar respuesta abrí la puerta suavemente y entre. Sorpresa me lleve al encontrarme con la oficina llena con el resto de los empleados de la planta. Maldije para mis adentros mientras mis verdes ojos me delataban en el sentimiento de que sentía que la había regado y lo mas seguro mi olvidadiza cabecita se le había olvidado que teníamos reunion de personal.

-No sabia que teníamos reunion de personal... Hola a todos.

Una pequeña sonrisa Mientras movía un mechón de mis negros rizos detrás de mi oreja.

Las cosas pasaban por una razón y mientras el cielo solo eliminado por las lunas y las estrellas en plena noche mientras la mayoría de las personas se despedían para irse a dormir otras simplemente divagaban. A estas horas de la noche todavía había una pequeña lechuza marrón que volaba por el oscuro cielo de Ottery hasta llegar a su destino final era la mansión Granger. 

El futuro de algunas cosas dependían de esa entrega final resultara con éxito sino su ama se enojaría mucho. Era el ultimo mensaje de la noche y entre un cansancio extremo inicio el vuelo en descenso para entrar a la residencia Granger y poder dejar el paquete que solo consistía de dos tarjetas y una carta que atados a la pata del animal pesaban de sobremanera. Cuando por fin aterrizo en una sala de la mansión y los papeles fueron tomados de una persona. 

Estimada Matriarca de la familia Granger:

Es un honor para mi persona escribirles este corto recado con todo el respecto para ustedes y sus familiares y poder darles la invitación a una pequeña reunión que estamos organizando la familia Haughton en conmemoración de un año del puesto en pie del Castillo Haughton. Esperamos su presencia de ustedes con sus distinguidos familias. Me despido con un cordial saludo. 

 

 

Atte,

http://i.imgur.com/a0LvQ.png

Mi oponente se sentía muy seguro en esta ocasión que no notaba que estaba atenta a todos sus movimientos hasta el mas leve. Era conocerte tanto al enemigo como a uno mismo para poder actuar y analizar las cosas y errores mas pequeños en las situación. La transformación de la caja de arena en la gran araña, la había visto antes de pequeña. Recordaba como mi hermano había sido picado y su vida había dependido de un hilo. Pero eso estaba en el pasado y mejor me concentraba en la batalla si no quería ser envenenada. El arácnido se comenzó a acercar y yo le apunte con la varita para defenderme. 

- Oppugno - dije mientras la criatura se ponía a mi disposición al instante. 

Coco no tardo en volver a atacarme tan rápido como sus manos y boca le permitían realizar el hechizo. Mientras el rayo volaba hasta donde estaba yo en un intento desesperado por derribarme. 

-Defiendeme. 

La araña no necesito más palabras para parase enfrente mío y recibir el Expelliamus de lleno y morir por el impacto. 

-Necesitaras de algo mejor como para acabar conmigo niñito. 

Su idea no había sido mala pero tampoco lo suficientemente buena como para no encontrar una defensa y contraataque que resultara a mi favor. Le sonreí para volver a levantar mi varita y pensar en mi próximo ataque  <<Seccionatus >>. Otra vez estaban volando hasta Coco 12 medias lunas que le cortarían hasta verlo desangrase vivo. Creía que era justo atacar a un oponente que había decidido atacarme dos veces con el mismo hechizo después de todo no tenia nada de malo, el había tratado de envenenarme. 

Una sonrisa se formo en mi rostro mientras una pequeña brisa hacia que mi cabello se moviera y tuve que tomar uno de los negros mechones detrás de mi oreja. El poco pasto que quedaba en el piso esta medio seco y no pasaba absolutamente nada en el lugar. Coco había sido rápido en su defensa claro había llego a destruir un poco mas el horroroso patio de recreo. Cuando el árbol cayó enfrente del joven deteniendo el rayo que tendría que haberle impactado. Mi sonrisa cambio de calma a cinismo y un pequeño brillo se formo en mi verde mirada. 

-Recomiendo que uses toda la suerte que tengas y no la estés dando. 

Normalmente no era cínica pero lo peor de mi personalidad podía salir a la luz en algunas ocasiones. Mi humor no estaba de lo mejor en el momento y me iba a comenzar a desquitar con mi oponente. Levante una ceja mientras esperaba un ataque siempre con la varita en lo alto para actuar rápidamente cuando mi enemigo decidiera hacer su ataque. Tan solo vi que intento abrir la boca, dije mi hechizo. 

-Silencius. 

En cuestión de segundos Coco quedo mudo sin poder terminar de decir su hechizo. Era un efecto preciso el que había causado mi ventaja en esta ocasión.  Yo no me tome mi tiempo para pensar en un encantamiento en respuesta, ya sabia de antemano cual seria el movimiento a seguir. <<Seccionatus>> pensé. Mientras a continuación 12 medias lunas aparecieron y se dirigieron a atacar a Coco. Le causarían muchos cortes y mientras las medias lunas veloces se acercaban para lastimar al hombre. 

Esta era la parte mas difícil, escoger la escoba con la que tendría que presentar mi examen de vuelo. Tenia que ser una decisión muy cuidadosa, las cuatro opciones que tenían me llevarían a realizar una prueba diferente. Mis verdes ojos pasaban por las escobas buscando la indicada para tomar este examen, combinado con un grupo de recuerdos que venían a mi mente cada vez que veía una escoba. 

Había tenido la afición por volar en escoba y el Quidditch desde que podía recordar, algo tal vez influido por mi padre cuando solo era una bebecita. La primera que vi fue la Flecha Plateada mi primer vuelo fue en esa escoba con mi padre y había sido en sus tiempos una de las mejores escobas en el mundo ademas de la más rápida.  La Nimbus 2000 seguía en mi inspección buscando la escoba indicada, la escoba en si era un excelente modelo. Claro recordaba como me había torcido la muñeca cuando solo tenia 9 años y mi madre había amenazado con nunca dejarme volver a montar escoba en mi vida entera. 

Una pequeña sonrisa se formo en mi rostro mientras miraba las otras dos opciones disponibles. La saeta de Fuego estaba siguiente en la escobera, era el modelo mas moderno, rápido, aerodinámico pero había usado tanto esa escoba  en mis años de estudiante en Hogwarts que no encontraba un reto en usarla en estos momentos. Quería demostrar que podía dar el cien por ciento de mi persona y que tenia un buen manejo en la escoba pero quería un reto. 

Fue cuando la vi al final del armario de escobas la inefable Cometa 280. Nunca había tenido la oportunidad de montar esa preciosura, me sentía como niña pequeña en una juguetería. Tome la escoba y fui hasta el área donde se tenia que presentar el examen. Cuando la persona que estuvo enfrente mío realizo su prueba me pare enfrente de la clase y con toda la atención de la profesora en mi puse la escoba en el piso. 

-Como podrá ver escogí la Cometa 280 - dije mientras esperaba instrucciones de cual seria la prueba que me correspondía con la escoba. 

Doxy's fue todo lo que oí de su explicación y eso solo significaba que tendría que tener sumo cuidado al presentar este examen. Ya que no solo las criaturitas endemoniadas eran molestas sino que también eran venenosas. Di un suspiro al aire y cerré los ojos, volví a abrir los ojos y se podía notar la decisión que tenia en mi mirada. Levante mi mano derecha antes de pronunciar las palabras que me llevarían a una aventura peligrosa. 

-Arriba - mi voz se escucho fuerte entre el silencio del lugar. 

Me subí en la escoba y di una patada al suelo para volver a levantarme unos metros antes de que cientos de doxy's comenzaran a seguirme. La velocidad de esta modelo de Cometa no era tanta realmente era muchísimo mas lenta que cualquiera de las otras tres de las que tuve la oportunidad de escoger. Apenas había alcanzado 100 km/h y ya sentía el ruido causado por las alas de los doxy's. Maldije para mis adentros y agarre con mucha firmeza el mango de la escoba y acelerar un poco mas. Pero las criaturitas también hacían lo mismo y doble repentinamente a la izquierda, tenia que buscar una vía de escape de morir por su picada. 

El sol en el cielo y el viento en mi cara mientras estaba alcanzando la máxima aceleración de la escoba, solo 180 km/h y seguía sintiendo como los malditos Doxy's estaban apunto de morderme el cuello. Una idea suicida entro en mi cabeza y Levante el mango para subir hasta lo mas alto del cielo, contra más subía mas pesada me sentía en la Cometa 280. Llegue tan alto como podía ver nada a mi alrededor, me enderecé y volé devuelta al piso. Me incline bruscamente para abajo y doble a la derecha esquivando nuevamente a los doxy's. Pero las endemoniadas criaturas de pelaje negro no tardaron en seguirme. 

Sabia que era demasiado arriesgado tirarme en picada pero rezaba a Merlin que fuera verdad que esta escoba estaba hecha para caídas duras. Era casi un suicidio lo que hacia pero era lo mismo que dejarme picar por un doxy. Estaba cerca del suelo, unos 7 metros nada mas de terminar como tortilla en el césped. Un poco mas solo un poco mas - era el único pensamiento que había en mi cabeza en ese momento y eso era todo lo quedaban 2 o 3 metros  cuando enderece de nuevo la escoba y frene bruscamente, sino fuera porque estaba agarrada firmemente me hubiera ido de cabeza al piso. Los doxy's no parecieron medir esto ya que terminaron como puré en el piso. Sonreí victoriosa mientras retomaba el vuelo y estaba vez me inclinaba con suavidad para aterrizar. Me baje de la escoba y mire a la señora Westrong esperando un veredicto para saber si había aprobado el examen. 

-Juro que por el resto de mi existencia me vuelvo a montar en una Cometa - dije en un susurro. 

Tercera Planta con Tais y Alex y tal vez Ania y Dylan

Sonreí a mi amiga mientras media su presión, por suerte ya se había normalizado despues del parto en unos minutos traerían al bebe de los cuneros y si todo estaba en orden les podrías dar de alta a ambos. Sabia que no era muy agradable estar en la cama de un hospital. Pase a medir la pulso de la mujer mientras pude notar como su mirada estaba en la puerta esperando a que trajeran al pequeño Noah. Yo seguí con mi trabajo todo era por rutina más que nada ya que la salud de mi paciente había estado de las mil maravillas desde el parto claro contando las complicaciones.

Fueron solo unos minutos después que termine de revisar a Tais y estaba anotando todo en su expediente que la enfermera entro empujando un cochecito con Noah. Era un bebe hermoso, esos grandes y negros ojos que parecían examinarlo todo. No tenia dudas de que era así ya que su aura lo decía, era un semi demonio y ni todos los libros que había leído cuando estudiaba para sanadora me tenían preparada para este tipo de cosas. Sabia que hacer con un demonio, mi esposo lo era y Nathaniel y los gemelos eran igual que Dylan, claro cabía decir que mi propio padre era otro demonio, era algo de lo que no se podía escapar corría en nuestras venas. Pero era tan diferente cuando solo era parte demonio y parte humano había cosas de las que no se podían medir con exactitud y solo el tiempo podría darnos un conocimiento exacto. Mientras la enfermera le entregaba a Tais a su hijo analice la imagen que tenia ante mis ojos puro amor y dulzura.

Estaba apunto de informarle que dentro de unas horas se podría retirar a su hogar y que me digiera quien seria la persona que la llevaría a casa para informarle y que viniera pero eso no fue necesario ya que la puerta se volvió a abrir mostrando a Alexander. Era el mismo joven que había venido con mi cuñada para saber el sexo del bebe. Le sonreí mientras veía como en sus ojos cuales llenos de emoción y amor miraban la escena que tanto me había conmovido a mi misma. Su caminar era cuidado mientras se posicionaba al lado de Tais, ahora si esta completa la pequeña familia. No quería interrumpir pero debía darle la noticia de que por fin podría irse con su bebe a su hogar.

-Tais todo esta en orden tanto contigo como con Noah. Lo que significa que ambos pueden irse a casa cuando lo deseen... Un gusto verte de nuevo Alex - dije antes de retirarme a mis otros labores en la planta.

Los hechizos salieron de las varitas de los estudiantes fueron fácilmente paradas por los profesores y con sencillez y sin ni siquiera tomar la molestia de sudar por la practica de referencia. Pocos minutos después nos dieron nuestras calificaciones y consejos por nuestro esfuerzo en la tarea de practica. Sonreí ante la nota de Extraordinario debajo de mi nombre, clásico parecía que la suerte estaba de mi lado y cuando llamaron mi nombre y el de otro estudiante para realizar el duelo no dude ni un instante en pasar al frente. 

No sabia exactamente donde nos enviarían pero era una sorpresa para todos, así mejor nadie tendría la ventaja de conocer el escenario y seria menos tétrico que donde estábamos. Dije un adiós silencioso a los muertos y toque el transladador. Todo se volvió completamente oscuro. De repente estábamos en el patio de una escuela, los columpios a un lado y los subibaja al otro. Era algo realmente horroroso como estar en una de esas películas de terror muggle. Un colegio abandonado era nuestro lugar de batalla. A mi derecha alrededor de dos metros estaban los columpio y solo a unos pasos de eso la piscina de arena. 

Mi enemigo estaba enfrente mío a unos 7 metros y detrás de el estaba los toboganes. Claro había unos arboles a los alrededores no muchos pero todos viejos y muertos. Unas pelotas de basquetbol en el piso sin hacer nada cerca de la cancha a mi izquierda. Todo era callado excepto el ruido que habían las cadenas de los columpios cuando eran movidos por el viento, que tan tarde podía ser en este lugar había suficiente luz para ser por lo menos las 3 o 4 de la tarde pero no estaba segura. Le sonreí a mi oponente antes de levantar mi varita y apuntar a su pecho para realizar el primer ataque. 

-Sectusempra.

Mi voz se escucho fuerte y clara en medio del silencio sepulcral del lugar mientras el rayo que salió de mi varita volaba directamente hasta Coco para realizarle cortadas sangrantes. 

No quería recordar tal suceso no por descubrir que mis hijos eran demonios, no era algo que me sorprendía hijos de su padre despues de todo pero pensar en lo cerca que habían estado de que alguien los lastimara era algo que hacia que mi sangre hirviera. Respire profundo me Levante de mi asiento seguda por mi esposo y mi pequeño Nathaniel que parecía agradecido que por fin podría volver a nuestro hogar. Era verdad que le gustaba en sobremanera los lugares grandes y espaciosos para hacer y deshacer a su dispoción.

-Muchas gracias Darla y no se preocupe eso seria todo. Un placer haberla conocido.

Con eso los 5 nos retiramos del SAW. Los gemelos jugaban con sus sonajas mientras Nathan había sido cargado por su padre en brazos y descansaba su cabecita en los hombros de Dylan. Sin mas las puertas del elevador se abrieron mientras nosotros abordábamos y dejábamos atrás del departamento.

El Quidditch uno de los deportes con mas fanáticos en todo el mundo mágico. Era uno de esos deportes que te llenaban de adrenalina el cuerpo y podían hacerte pensar que estabas en el lugar mas seguro del mundo mientras volabas una escoba. Di un fuerte suspiro mientras caminaba por las calles de Londres para llegar al lugar cual nos habían citado para tomar el examen de vuelo. El clima era calmado y el viento si apenas soplaba, tal vez era que apenas estaba amaneciendo o tal podía ser producto de un hechizo. De igual manera no podía llegar a concentrarme completamente por donde iba, algo de nervios por la situación. Tenia el recuerdo de cuando era solo una bebita y su papá la llevaba por todas parte en escoba, ese amor por volar siempre había estado en ella. 

Era verdad, tenia años sin montar una escoba ella misma no sabia que había pasado para que dejara de hacer algo que disfruto tanto en toda su niñez y juventud. Mientras mas se acercaba al lugar de encuentro más nerviosa se sentía pero de igual manera se sentía muy ansiosa. La valentía de su casa en los tiempos de Hogwarts se hizo presente en su cuerpo mientras atravesaba la puerta de entrada para tomar el examen. Algunos salían mientras otros todavía parecían estar a la mitad de la prueba. La mujer que seria nuestra profesora me recordaba a alguien pero no descifraba completamente de quien se trataba. Saque una felpa para el pelo y amare mi cabello en una cola de caballo alta. No quería tener que terminar en el piso porque mi cabezo se metiera en el camino, lo cual seria completamente vergonzoso. 

Todos los estudiantes que cursábamos la clase teníamos que dar un conocimiento básico antes de por fin realizar la prueba que determinaría si tendríamos nuestra licencia de vuelo o no. Me posicione al lado de la escoba cuando la profesora comenzó a dar las instrucciones espere paciente a que todo estuviera listo. Levante mi mano derecha a la orden y tome todo el coraje que había en mi para pronunciar las palabras que años atrás salían tan sencillamente de mis labios. 

-¡Arriba!. 

Quería saltar de la alegría, la escoba se había levantado a la primera sentí como el coraje para volver a subirme a esa escoba volvía. No fue hasta que todos tuvimos nuestras escobas arriba que la señora Westrong continuo. Me subí con cuidado en la escoba y me mantuve firme sabia de menoría del procedimiento por las tantas veces que mi padre me había hecho hacerlo cuando me enseñaba de pequeña. Mantuve ambas manos en el mango no quería confiarme demasiado mientras me elevaba. Tan solo fueron unos metros pero se sentía tan bien estar en los aires, cerré los ojos por unos segundos y respire profundo con tranquilidad y paz por estar de nuevo volando. Volví a abrir mis verdes ojos cuando toco la hora del descenso, me mantuve seria sentía como si el sueño se estuviera acabando y mientras inclinaba hacia adelante con cuidado para evitar una caída indebida. Todo se detuvo cuando estuve en tierra firme pero fue una alegría que todavía faltaba un vuelo más. Una sonrisa se formo en mi cara mientras miraba la selección de escobas para la verdadera prueba de vuelo. 

Tercera Planta con Tais y Dylan

P.s.: lo siento me quede dormida

Mantuve una expresión tranquila en todo momento, mientras Tais comenzaba a pujar. Unos gritos de dolor por el parto, se podía notar que era madre primeriza, la angustia en sus ojos pensando que se podía complicar y algo malo le podría pasar su bebe, pero para eso estaba yo en esta sala para evitar ese tipo de complicaciones. Comence se comenzaba a notar la cabecita, metí mis manos para comenzar ayudarlo a salir cuando note que el cordón umbilical Enredado en el cuello, tal vez fue como mis hombros se pusieron rígidos o el cambio completo de mi rostro pero fue claro que mi cuñada se dio cuenta de inmediato de que algo no estaba bien.

-Tais necesito que estes tranquila y no te alteres parece que tu bebe se enredo el cordón umbilical en el cuello pero no te preocupes te prometo que todo saldrá bien.

Esta no era una noticia que querías darle a una mujer y menos en este momento.

-tijeras.

La enfermera atenta a lo que decía y enseguia tenia las tijeras en las manos. Las gotas de sudor en mi frente no eran nada comparadas con las de la futura madre. Respire profundo mientras poco a poco me introducía una mano a volver a buscar el cordón que descansaba en el cuello de mi sobrino. Intente de forma natural removerlo pero me fue imposible, el bebe se inquietaba mientras poco a poco se quedaba sin oxigeno. Con cuidado saque la cabeza del pequeño un poco mas para tener mejor acceso al cuerda que lo ahorcaba y corte el cordón. Un poco de color volvió al rostro de la pequeña criatura.

-Tais, puja un poco mas... Necesito que seas fuerte por ti y esta criatura y des todo lo que tengas pujando ahora.

Solo se que vi decisión en la mirada de mi paciente y que estaba dispuesta a luchar porque su hijo naciera esa noche. Entre gritos de dolor que ensordecían y la cara de los presentes seria antes la situación cuando tiempo despues sonó el llanto de un bebe la felicidad en los rostros de todos era inimaginables. Después de que lo sostuve en mis brazos por unos minutos y entre las enfermeras y yo revisáramos que todos sus signos vitales estuvieran bien, pude poner una sonrisa en mi rostro. Ya con el bebe limpio y la madre igual ya arreglada por las enfermeras tuve la oportunidad de poder poner al pequeño en los brazos de su madre.

-Felicidades, es un bebe sano y completamente a salvo.

Era esas pequeñas lagrimas de felicidad que se denotaba que estaban apunto de salir del rostro de mi cuñada y esa sonrisa que no había forma de borrar de su rostro que podían explicarlo todo.

Tercera Planta con Tais y Dylan

Con un beso fugas de mi amado antes de que este fuera al lado de sus hermana para poder apoyarla con su parto. El rostro cambiante de tranquilidad a incomodidad por los sabores de ambas pociones que le había dado para que ingeriera. Espere unos minutos mas para que las pociones tomaran efecto y pudiéramos comenzar con la parte mas importante de todas. Le sonreí a los hermanos y el pequeño humor que podía tener la morena en una situación como esta. Volví a realizar el tacto por tercera vez esta vez consiguiendo la cantidad indicada de dilatación en la paciente.

-Querida ahora necesito que pujes ya es hora de traer a este pequeño al mundo... Y no te preocupes si tienes que romper la mano a Dylan, el lo entenderá.

Los ojos de mi esposo se abrieron por el comentario en broma que había realizado. Necesitaba que Tais se relajara y pudiera concentrarse solo en pujar en estos momentos sin tener que tener nada mas en mente. Podía sentir el aura semi demonica del pequeño en el interior de mi cuñada agitarse por salir a la luz.

Tercera Planta con Tais

Le sonreí todo estaba bien por el momento, se notaba el nerviosismo con la situación y claro el dolor podría causar que la personas mas dulce se volviera la mas fría y malvada. Claro que Dylan asistiría al parto de su sobrino solo era cuestión de avisarle y lo tendríamos aquí.

-Tais tranquilízate, lo mejor será que camines un poco por la habitacion para que el bebe baje.

-Caroline ayudarla a caminar que no se estrés mucho ni tampoco se sobrepasase.

-Cuñada, yo le enviare una carta a Dylan para que venga.

Salí un minuto de la sala mientras la morena realizaba mis indicaciones yo le escribía un pequeño memo mi esposo para que viniera enseguia.

Amor:

Te necesito en San Mungo, tu hermana Tais esta apunto de dar a luz y necesita de todo el apoyo moral de sus seres queridos en este momento ven lo antes posible.

un beso,

Jay

Doble la nota y se la entregue a Nicole que fue hasta la lechuceria para enviarla mientras yo volvía donde Tais que por lo menos llevaba 15 minutos caminando con ayuda de una de las enfermeras por la habitación.

-Como estas - pregunte mientras la volvía a ayudar a sentarse en la camilla para poder tomar el tacto una vez mas, esta vez con un poco mas se suerte y estaba mas dilatada pero faltaba un poco mas lo mejor seria darle una poción para el dolor y otra para que dilatara un poco mas rápido. Saque la varita y aparecí ambas pociones, la del dolor de un color blanco y con un sabor a cafeína y la segunda de un color verdoso y con un sabor amargo. Le di las botellitas a la morena invitándola a beberlas.

-Bebi estas pociones te ayudaran con el dolor y a dilatar mas rápido.

Tercera planta con Tais

Parto de Tais

Estaba cambiándome para irme a casa cuando una enfermera entro corriendo parecía agitada como si hubiera corrido hasta llegar aqui solo para decirme algo pero por la carrera estaba sin aliento.

-Una joven... A llegado... A la planta y parece que va a dar a luz.

No necesite mas tome la bata que descansaba en el perchero, era todo lo que me había alcanzado a quitar del uniforme de sanadora. Corri a todo lo que daban mis pies y gracias a mi condición como vampira no me tomo mucho llegar hasta donde estaban. La joven madre estaba en una camilla mientras una enfermera la llevaba hasta la sala de parto. Reconocí a la muchacha al instante era mi cuñada Tais, cual todavia le faltaba por lo menos dos semanas mas para dar a luz pero parecía que su pequeño no pensaba de esa manera.

-Nicole como esta su pulso y presión.

-Estan un poco irregulares doctora.

-Cambienla.

Las enfermeras realizaron el hechizo correspondiente y la Black ahora tenia la bata para dar a luz y yo estaba en mi bata de operación. Le sonreí a mi cuña después de todo tenia que estar muy nerviosa con esto, siendo algo tan inesperado.

-Querida quieres que se mande a avisar que estas dando a luz, tal vez a tu hermano, tus padres o a Alex.

La pregunta era valida después de todo en un momento así una mujer necesitaba de todo el apoyo posible. Entre abrí un poco las piernas de la morena para realizar el tacto, maldije para mis adentros no estaba lo suficiente dilatada para dar a luz de manera natural pero todavia no sabia que tantas contracciones tenia.

-Tais hace cuanto tiempo tienes las contracciones y me podrías decir cada cuanto, tambien si sabes.

Atenta en todo momento y sin ninguna duda de que estaba preparada para defenderme de cualquier cosa que me lanzaran en ese momento. Tal vez unos segundos de adrenalina ante la situación de practica. Escuchar los rayos impactar en los cuerpos humanos y sentir como la pequeña brisa que había en el lugar chocaba contra tu rostro era un sentimiento diferente. Tal vez la pasión por la batalla, conocido por muchos y solo manejado por algunos. Intrigante el hecho de que no lo hubiera sentido antes, no era la primera vez que pasaba por esto pero si la primera vez que me sentía tan interesada. Mi oponente no tardo en contrarrestar mi hechizo y intentar lanzar el suyo propio. Pero ágil ante la situación ataque antes. 

-¡Silencius! - dije casi en un susurro. 

El hechizo tomo efecto dejando muda a la profesora Black Delacour. Realmente era un alivio ya que solo se llego a escuchar el principio del encantamiento lanzado.

-Tara.... - eso fue todo lo que salió de los labios de Mei. 

Podía reconocer que me había ahorrado tener que bailar cual era una de las cosas que detestaba hacer sino tenia un buen motivo. Una sonrisa maliciosa apareció en mi rostro mientras volvía a levantar la varita y apuntaba directamente al pecho de mi contrincante. 

-¡Sectusempra! -dije fuerte y claro.

El rayo salió volando hasta Mei mientras yo esperaba que le causara bastante heridas sangrantes por lo menos las suficientes para que quedara inconsciente. Con una sonrisa triunfante en el rostro, mire a los alrededores para encontrarme no solo con algunos compañeros estaban lastimados en el piso sino porque algunos actuaban como si les hubieran lanzado un encantamiento cruciatus. Daban lastima pero no todos éramos buenos para duelo pero con practica aprenderían.