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Andras Garayoa

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Mensajes publicados por Andras Garayoa

  1. Buenas profesores.

     

    Vengo a pedirles disculpas si no participo en el comienzo de esta última actividad mandada. Pero justo estoy en exámenes finales y el viernes tengo un exámen muy importante, por esa razón, solo pasé para informarles de que me uniré a partir de sábado a la actividad, si es que aún se me permite hacerlo.

     

    Un saludo y lo lamento.

  2. Sunnar: Incárcerus. Acción 1- Turno1.

     

    Cedric: Evanesco. Acción 1- Turno 1.

     

     

     

     

    Sunnar: Silencius. Acción 1- Turno 2.

     

    Cedric: Sectusempra (silenciado, nosale) Acción 2- Turno1.

     

     

     

     

    Sunnar: Morpho. Acción 2- Turno 2.(lacamiseta pasa a ser una serpiente, la cual sería diminuta dado quela masa de una camiseta no da como para una gran serpiente)

     

    Cedric: Finite Incantatem (deja deestar mudo) Acción 1. Turno 2.*A

     

     

     

     

    Sunnar: Silencius. Acción 1. Turno 3.

     

    Cedric: Oppugno (Silenciado, no sale).Acción 2. turno2

     

     

     

     

    sunnar: Oppugno.(muerde una segundavez) Acción 2. Turno3.*B

     

    Cedric: Morpho.(Bezoar) Acción 1.Turno 3.

     

     

     

     

    Sunnar: Sectusempra.(impacta sobreCedric) Acción 1 Turno4.

     

    Cedric: Sectusempra.(a la serpiente)Acción 2. Turno3.

     

     

     

     

     

     

     

    Cedric:Episkey.(cura el sectusempra)Acción 1. Turno4

     

    Sunnar: Crece uñas. Acción 2. turno4.

     

     

     

     

    Cedric: Finite Incantatem (Finaliza elcrece uñas) Acción 2. Turno 4.

     

    Sunnar:Incarcerus. Acción 1. Turno5.*B.

     

     

     

     

    Cedrid: Evanesco. Acción 1. Turno 5

     

    Sunnar: Expelliarmus. Acción 2. Turno5.

     

     

     

     

    Cedric: Protego. Acción 2. Turno 5.

     

    Sunnar: Sectusempra. Acción 1. Turno6.

     

     

     

     

    sunnar: Silencius. Acción 2. Turno 6.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    *A:Nohacía falta, porque igualmente el silencius sólo dura una acción,con lo que ha perdido un hechizo en un acción inútil.

     

    *B: En esta ocasión no sé si sería necesario volver a usar el Oppugno, dado que supuestamente, el oppugno del contrincante no salió porque lo silenció, así que la serpiente seguiría estando bajo su dominio...

     

     

     

     

    En verdad, me hice un lío tremendo con este duelo, No sé si esté bien, al menos intenté hacerlo lo mejor que pude dado que no cuento con todo el tiempo que me gustaría pasar ante el ordenador, pero las tareas muggles llaman.

     

     

    Respecto al duelo, ya sin entrar en hechizos si están bien o no, yo no daría por valido este duelo, ya que se convirtió desde el comienzo en un simple intercambio de hechizos, no utilizan el rol para nada y dan pocos detalles del lugar, haciendo que te olvides en dónde te encuentras. Desde mi punto de vista, quién gana es Sunnar, ya que Cedric no volvió a aparecer dejando el duelo abandonado.

     

     

  3. Hola profesores, vengo con un problema en mi duelo.

     

    Duelo Andras-Niquitha

     

    Es que siempre escribo todo en word antes de pasarlo al foro, por el hecho de las faltas ortográficas y demás, al pasarlo del word al foro, me he dado cuenta de que no sé que ha pasado, pero los hechizos al ser no verbales y ponerlos entre "<<>>" pues se me han eliminado, y como no se puede editar allí, me gustaría poner aquí de nuevo el post, para que se sepa bien que hechizos puse.

     

    De veras lamento el error que se ha cometido, eso me pasó por no darle al visualizar antes de mandar, pero pensaba que estaría bien pues lo hice en word.

     

    Aquí dejo lo que sería realmente el duelo, podrán comprobar que es lo mismo, solo que los hechizos salieron mal.

     

    El duelo comenzaba a ponerse de lo más interesante, la lluvia no cesaba, lo cual hacía todo más complicado y perplejo, la vista se nublaba con cada gota que caía, con fuerza, estaba claro que la naturaleza se oponía a estos sucesos, y Andras, pensaba de igual manera.

     

    Tenía que reconocer que este duelo le estaba costando más que el anterior que había realizado, no sabía si después de aquello ocuparía la dotación de duelista, pero estaba claro, que con ese acto descargaba una buena dosis de adrenalina.

     

    Veía como Niquitha se movía por detrás de la fuente, haciendo que la joven demonio se moviera al compás, para mantener así la misma distancia con su oponente, su patronus obedecía su orden inicial, siguiendo unos metros por delante de ella sus pasos.

     

    En un abrir y cerrar de ojos, pudo ver como su oponente conseguía hacer que su patronus se desmayara con esa llamarada de fuego un tanto extraña, puesto que no quemaba, pero sí consiguió que el caballo flojeara y cabeceara hasta caer inconsciente al suelo, apoyando primero sus patas delanteras, con una sutileza incalculable y a continuación, las patas traseras, quedando así tumbado delante de la joven Garayoa, quién lo observó, parecía una figura inofensiva descansando sobre sí mismo.

     

    Su oponente seguía varita en ristre, pero esta vez retrocedió varios metros de ellos. Andras sonrió, había salido ilesa de su primer ataque y ahora le tocaba a ella. Con suavidad se retiró un mechón negro de su blanquecino rostro y se frotó los ojos, con intención de ver con más claridad a causa de la lluvia, se asustó al ver su mano negra. ¿Qué había sucedido para tener la cara negra? Por un segundo, pensó que aquel rayo purpura le había dañado el rostro, pero luego sonrió divertida, tan solo era el rimel de sus ojos, que a causa de la lluvia y de frotarse los ojos, se había pringado de negro por completo.

     

    --"Embrujo Punzante"-- Andras apuntó con frialdad con su varita, negra como la oscuridad, al rostro de su contrincante, haciendo que de ella saliera un rayo a gran velocidad, al instante este le tocó e inmediatamente su cara se desconfiguró, los músculos del rostro aumentaban a gran velocidad, parecía que sus ojos habían quedado ocultos entre los bultos que parecían una reacción alérgica, habían surgido en ella, impidiéndole una vista clara de su alrededor.

     

    La joven demonio no pudo evitar reír, aquel rostro desconfigurado parecía salido de una película de terror. Debía de reconocer que a pesar de sufrir y pasar miedo, también tenía momentos de diversión.

     

    Andras se sorprendió, cuando creía que su caballo acabaría por desfallecer, se levantó de nuevo con la misma elegancia con la que anteriormente se había tumbado, relinchó y de nuevo ocupó el lugar que le correspondía, aunque la demonio bien sabía que ya no le quedaría demasiado tiempo para disfrutar de su compañía. En ese mismo instante recordó que el rayo que anteriormente había impactado sobre su patronus, solo duraba medio turno, esa fue la razón por la que el caballo volvió en sí después de su desfallecimiento momentáneo.

     

    Andras observaba el rostro de su oponente, eso le debía de doler, puesto que no parecía nada agradable, pensó en jugar con la misma moneda con la que ella había jugado, y aprovechando que ésta no podía ver con claridad, se acercó hasta ella, hasta tal punto de situarse en línea recta a unos seis metros de distancia y sin remordimientos pensó –"Fuego Púrpura"-- y una llamarada violeta salió de su negra varita, tocando la llamarada directamente sobre el cuerpo de Niquitha, dejándola inconsciente en el suelo.

     

    Andras se retiró aprisa, situándose de nuevo a unos doce metros de distancia sobre ella, viéndola caer al suelo, entrándole un escalofrío por todo el cuerpo, con temor de haber acabado con ella, se situó detrás de su patronus, como si se escondiera de algún mal cometido.

     

    Los hechizos no-verbales les puse entre comillas, ya que con los símbolos <<->> que nos enseñaron en duelo básico, al parecer, me acorta las palabras. De verdad, siento mucho las molestias.

     

     

    Edito:

     

    Pido disculpas una vez más, he comentado lo que sucede a una compañera y ella dice que si que ve bien todo, pero es que desde mi ordenador no lo veo completo, asi que si os sucede como a ella, lo lamento, pero yo en mi duelo no veo el hechizo al completo. :S no sé si será cosa del Skin o si puede ser por mi servidor... no lo sé, pero pido disculpas.

  4. El duelo comenzaba a ponerse de lo más interesante, la lluvia no cesaba, lo cual hacía todo más complicado y perplejo, la vista se nublaba con cada gota que caía, con fuerza, estaba claro que la naturaleza se oponía a estos sucesos, y Andras, pensaba de igual manera.

     

    Tenía que reconocer que este duelo le estaba costando más que el anterior que había realizado, no sabía si después de aquello ocuparía la dotación de duelista, pero estaba claro, que con ese acto descargaba una buena dosis de adrenalina.

     

    Veía como Niquitha se movía por detrás de la fuente, haciendo que la joven demonio se moviera al compás, para mantener así la misma distancia con su oponente, su patronus obedecía su orden inicial, siguiendo unos metros por delante de ella sus pasos.

     

    En un abrir y cerrar de ojos, pudo ver como su oponente conseguía hacer que su patronus se desmayara con esa llamarada de fuego un tanto extraña, puesto que no quemaba, pero sí consiguió que el caballo flojeara y cabeceara hasta caer inconsciente al suelo, apoyando primero sus patas delanteras, con una sutileza incalculable y a continuación, las patas traseras, quedando así tumbado delante de la joven Garayoa, quién lo observó, parecía una figura inofensiva descansando sobre sí mismo.

     

    Su oponente seguía varita en ristre, pero esta vez retrocedió varios metros de ellos. Andras sonrió, había salido ilesa de su primer ataque y ahora le tocaba a ella. Con suavidad se retiró un mechón negro de su blanquecino rostro y se frotó los ojos, con intención de ver con más claridad a causa de la lluvia, se asustó al ver su mano negra. ¿Qué había sucedido para tener la cara negra? Por un segundo, pensó que aquel rayo purpura le había dañado el rostro, pero luego sonrió divertida, tan solo era el rimel de sus ojos, que a causa de la lluvia y de frotarse los ojos, se había pringado de negro por completo.

     

    --<<Embrujo Punzante>>-- Andras apuntó con frialdad con su varita, negra como la oscuridad, al rostro de su contrincante, haciendo que de ella saliera un rayo a gran velocidad, al instante este le tocó e inmediatamente su cara se desconfiguró, los músculos del rostro aumentaban a gran velocidad, parecía que sus ojos habían quedado ocultos entre los bultos que parecían una reacción alérgica, habían surgido en ella, impidiéndole una vista clara de su alrededor.

     

    La joven demonio no pudo evitar reír, aquel rostro desconfigurado parecía salido de una película de terror. Debía de reconocer que a pesar de sufrir y pasar miedo, también tenía momentos de diversión.

     

    Andras se sorprendió, cuando creía que su caballo acabaría por desfallecer, se levantó de nuevo con la misma elegancia con la que anteriormente se había tumbado, relinchó y de nuevo ocupó el lugar que le correspondía, aunque la demonio bien sabía que ya no le quedaría demasiado tiempo para disfrutar de su compañía. En ese mismo instante recordó que el rayo que anteriormente había impactado sobre su patronus, solo duraba medio turno, esa fue la razón por la que el caballo volvió en sí después de su desfallecimiento momentáneo.

     

    Andras observaba el rostro de su oponente, eso le debía de doler, puesto que no parecía nada agradable, pensó en jugar con la misma moneda con la que ella había jugado, y aprovechando que ésta no podía ver con claridad, se acercó hasta ella, hasta tal punto de situarse en línea recta a unos seis metros de distancia y sin remordimientos pensó –<<Fuego Púrpura>>-- y una llamarada violeta salió de su negra varita, tocando la llamarada directamente sobre el cuerpo de Niquitha, dejándola inconsciente en el suelo.

     

    Andras se retiró aprisa, situándose de nuevo a unos doce metros de distancia sobre ella, viéndola caer al suelo, entrándole un escalofrío por todo el cuerpo, con temor de haber acabado con ella, se situó detrás de su patronus, como si se escondiera de algún mal cometido.

  5. Niquitha disfrutaba con el duelo, la joven Andras lo comprobó al notar su risa irónica en sus palabras. Eso no la haria venirse abajo, después de todo, sabía por lo que estaba ahí. Tenía que salir de aquella Academía aprendiendo a manejar todos y cada uno de los hechizos que fueran posibles. Nadie más se reiría de ella por ser una semi-muggle. Sentía rabia por tener la mano destrozada y no haber conseguido evitarlo, estaba claro que había comenzado el duelo con mal pie.

     

    Obervó a su oponente, era astuta y hábil, acababa de atacarla con la misma moneda que había recibido. La demonio comenzaba a notar su garganta seca, con falta de humedad, se moría de ganas de poder beber un trago de agua, aquella sensación de sequedad no le gustaba para nada, tenía la sensación de que pronto dejaría de hablar.

     

    --¡¡Episkey!!-- No aguantó más, prefirió no atacar a su oponente a sabiendas de que tener la mano fracturada no le impediría combatir con la otra mano con ella, pero su dolor no la dejaría concentrarse en aquel duelo, y era mejor remediar eso.

     

    --Eres hábil, muñeca-- Fueron las últimas palabras de Andras antes de poder notar que ni una sola palabra más salía de sí. Podía ver como su oponente se había alejado de su campo de visión por unos segundos, dado que luego volvió a alcanzar a verla disfrutar de ese turno que no fue atacada, momento que ella aprovechó para guiñar un ojo a Andras y ésta le devolvió el gesto con una débil sonrisa.

     

    La lluvia ponía interesante aquel combate, Andras, aún protegida con su caballo salido de su hechizo anterior, tenía ganas de que todo aquella clase acabara, tenía claro dónde estaba, pero eso no quitaba para que no le doliera tener que combatir de aquel modo con una compañera, que no conocía, pero compañera al fin y al cabo. ¿Qué pasaría si alguna de las dos acabara dañada de gravedad? Garayoa observó con antelación que ninguno de los profesores no estaban a la vista. ¿Estarían ocultos para que ambas se desembolvieran con gracia ante aquella tarea? Esperaba que sí, porque no tenía intención de morir en aquella clase, al menos, que si Niquitha iba con maldad, tener la seguridad de no morir dentro de la Academia.

  6. Hola.

     

    Vengo a preguntar algo que no entendí La primera etapa es el duelo que ustedes han abierto para mantener con los compañeros que ustedes dijeron, pero... ¿En qué consiste la segunda etapa? En dónde nos dirán? Es que estoy mirando, pero no veo en qué consiste ni en qué lugar he de ir para presentarme.

     

    Perdon si molesté con mi pregunta. Saludos.

  7. Niquitha. Ese era el nombre de la joven con la que mantendría el duelo. No entendía la forma de pensar de todos aquellas personas. ¿por qué combatían? Ella intentaba por todos los medios evitar la magia, vale que eran brujas, pero ¿Es qué no sabían vivir sin realizar hechizos? Ella lo había conseguido a lo largo de su vida y no le había ido tan mal.

     

    Había superado la clase de duelo básico, allí aprendió las nociones básicas para mantener un duelo, pero que lo hubiera aprendido, no significaba que ella se muriera de ganas por estar combatiendo todo el rato.

     

    --Espero que esta vez acabe rápido-- Susurró Andras tras escuchar que tendrían que combatirse en duelo.

     

    La vez anterior había ganado el duelo, pero eso no significaba que ella fuera una experta en aquella materia, al contrario, no le apetecía nada tener que mantener aquella clase, pero debía de hacerlo si quería salir graduada de allí.

     

    Se aseguró de llevar consigo su varita, la cual guardaba en sus tejanos oscuros, justo en el bolsillo trasero, allí dónde moría la cadena que colgaba desde su cadera derecha. Observó su calzado, no sabía si ir con las botas de cuero sería lo más acertado para ir hasta un campo de batalla, pero ya no tenía tiempo para cambiarse.

     

    Miró al resto de la clase, pudo comprobar como la mayoría de sus compañeros iban desapareciendo del aula para ir a parar hasta su propio duelo. No le servía de nada mirar a su alrededor en busca de su oponente, ya que no la conocía de nada, por lo cual, se acercó hasta dónde estaba escrito su nombre y sacó su varita para estar prevenida, rozó aquellos trazos que componían su nombre y una vez más, vivió aquella sensación de vaporización que la hizo llegar hasta el lugar en el que su oponente la esperaba.

     

    Se sacudió el polvo que pudo haber quedado en su sudadera tras el corto trayecto realizado y comenzó a deambular por aquella estancia en la que parecía que un tornado había pasado por ella. A su derecha quedaron varios troncos caídos, ramas destrozadas y algún que otro pequeño animal cobijado entre tanto abandono. A su izquierda, pudo comprobar como una multitud de rocas de diversos tamaños acaparaban gran parte de aquel patio, observó bien, que a pesar de su derrumbamiento, estaban bien pactadas las unas a las otras, como si una base de cemento las hubiera caído por encima, haciendo de aquel derrumbamiento una gran escultura artística inamovible.

     

    Los tacones delataron su presencia ante Niquitha, quién ya estaba impaciente por su llegada, y no muy contenta por ello. La joven demonio, con precaución se situó a unos doce metros de distancia de su compañera de clase y visualizó a su contrincante, quién sin reparo alguno, con habilidad y destreza la destrozó la muñeca de su mano izquierda con la que sujetaba su varita.

     

    --Eres rápida, veo que no te gusta que te hagan esperar-- Garayoa cambió la varita de mano, cogiéndola con firmeza ahora con su mano derecha. --Suerte que soy ambidiestra--

     

    Apuntó con frialdad a su rival, quién no le quitaba ojo. --¡¡Séneca!!-- Pronunció las palabras con seguridad en sí misma, a pesar de que nunca había usado aquel hechizo sabía que lo había realizado correctamente, de tal manera que aquella muchacha se iría deshidratando, solamente tendría una oportunidad de hablar antes de que se la pasara el efecto.

     

    Andras no pudo evitar una mueca de dolor, su muñeca le dolía, sabía que tendría que curarsela, pero podría esperar. La lluvia comenzaba a ser intensa, haciendo que la ropa comenzara a pesar, un gran barrizal se formaba en aquel patio abandonado.

     

    --¡¡Corpus Patronum!!-- Una luz plateada salió de su varita, logrando un gran destello por unos segundos en aquel lugar sombrío; enseguida tomó forma de un caballo robusto, situándose ante la joven Garayoa para defenderla de cualquier ataque pudiera llegarle.

     

     

     

     

    Off

     

    Disculpa mi tardanza, problemas muggles, espero no se vuelva a repetir.

  8. Buenas.

     

    Vengo a dejar mi ficha:

     

    Nombre del Personaje: Marlene Yatziri

     

     

     

    Características físicas: Es una joven de 25 años, con el pelo muy corto, castaño, luce varios pendientes y tatuajes. Viste de una forma hippie-moderna.

     

    Características psicológicas:

    Marlene es una joven de ideas claras, ama la solidaridad, siempre intenta ayudar a los demás sin importarle si eso supone quitarse tiempo para ella. Sabe escuchar y tiene bastante empatía.

     

     

     

    Profesión u Ocupación: Maquilladora profesional.

     

     

    Breve historia del personaje(como llegó a trabajar allí, cómo de desempeña):

     

     

     

     

    Independiente desde muy joven, dejó los estudios de bachillerato para sacar un cursillo de maquillaje en la Academia de Estética. Incomprendida por su entorno, consiguió sacarse el título en tiempo récord. Su familia no la apoyaba en su forma de vestir y la acusaban de relacionarse con endemoniados, influidos por la creencia popular de que los tatuajes y piercing debían de ser cosa de extremistas.

     

    En cuanto consiguió su primer trabajo en una agencia de modelos, abandonó su hogar y se independizó. Con el paso del tiempo, fue mejorando su posición laboral, hasta llegar a una compañía de teatro, en dónde se encargaba de maquillar a los actores y actrices de la mima.

     

     

     

     

     

    Si algo está mal, vendré a corregirlo o a intentar mejorarlo.

  9. Vengo a pedir familia aquí. No sé si me acepten, pero por intentarlo...

     

    FORMULARIO DE REGISTRO

     

    Formulario de Registro:

     

    Nombre Real: Andras

    Edad: ¿La real? 24 ¿La falsa? 17

    País: España

    Link a la ficha de personaje: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=96756

    Mascotas, elfos, aves mensajeras aprobadas por el MM: Nada.

    Si perteneces a otras familias aclararlo aquí: Pertenezco a la Haugthon (o algo así) pero quiero salirme, ya que me siento ignorada entre tanta gente.

    Algo que deberíamos tomar en cuenta en el rol (Algún tipo de característica especial): Andras es una chica que viene del mundo muggle, así que todo esto de la magia le piya de sorpresa.

     

    Me gustaría ser ahijada de Hades, así como si fuera mi padrino, o sino puede ser, pues no sé, si me acepten, decidan ustedes. Gracias.

  10. Hola.

     

    Soy Andras, en mi vida muggle también soy Andras. Supero ya los 20 años y me pesa decir la edad exacta, aunque ya la dije en algún otro sitio de por ahí. Soy del Norte de España y me dedico a la Atención Sociosanitaria de las personas Dependientes.

     

    En mi tiempo libre sigo estudiando para seguir formandome y me gusta leer, la música y pasar tiempo en solitario. Mi personaje es una chica joven que ha vivido siempre en el mundo muggle y no sabe apenas nada de la mágia, es aquí y ahora cuando está descubriendo todo lo que la magia puede llegar a alcanzar y así como aprender a usarla.

     

    Aunque aún todo le suena extraño y complicado.Como ven, no me gusta demasiado hablar de mí, así que sin más... Espero pasar esta clase de duelos.

    Saludos.

  11. Andras se quedó atónita. Sin saber cómo, se encontraba corriendo, guiada por una de sus profesoras, aún en estado de shock por el cambio de siglo y de ciudad, seguía sus piernas sin control alguno, así como quién corre para salverse la vida. Seguía sin saber muy bien el porqué de todo aquello, estaba segura de una cosa. Prefería mil veces haberse quedado en el mundo muggle del que venía, antes de llevarse esos sobresaltos en cada clase que acontecía.

     

    Jadeaba tras un largo perido de tiempo corriendo, trataba de recuperar la respiración, cuando se vio sumergida en un hogar antiguo, como cuando estudiaba latín y su profesor les mostraba los mercados romanos y los arábes para compararlos. Su cara se paralizó ante las ordenes de aquellas, sus profesoras, cuando fueron entregando una por una, aquellas túnicas de la época, de la cual Andras era totalmente reacia a ponersela.

     

    --No pienso ponerme eso, mi ropa me identifica, con eso, sería una más--

     

    La joven Garayoa observaba como todos sus compañeros se acomodaban las nuevas ropas obtenidas, siguiendo los pasos de ambas profesoras. Andras, por el contrario, se escabuyó corriendo de aquel lugar. Tenía claro que prefería quedarse atrapada en aquel lugar antes que tener que ser identica al resto. Se había percatado de como aquel hombre, llamado Basir, había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos, y quería hablar con él. Quería saber el porqué de su ayuda y la razón por la cual se había marchado.

     

    Andras se dio prisa, todos sus compañeros ya habían comenzado a desenfundar sus varitas, lanzando todo tipo de hechizos contra aquellos seres a los que Andras no había visto jamás. Salió por una puerta que conducía a un patio trasero. No sabía bien a lo que se exponía, puesto que no solo sus ropas la delatarían, sino también su lenguaje y sus rasgos físicos. Andras estaba siendo una inconsciente con tal comportamiento, pero era mejor huir, que no que todos sus compañeros se rieran de ella por no saber usar la magia. Tenía una varita, si. Pero ¿De qué la servía? Ella venía del mundo muggle, no sabía usar la magia, de nada le serviría estar allí con la varita, como un niño con un palo, imaginando poder cambiar el mundo.

     

    --¿Basir?--

     

    Andras gritaba en un susurro con la esperanza de encontrar aquel tipo. Sentía curiosidad por él.

     

    Off

     

    Perdón por la demora. No tengo demasiado tiempo y me pierdo entre tantos posteos.

    Vengo a comunicar que aún no me atendieron como para formular el examen de vuelo, pero ya estoy ahí a la espera, les dejo aquí el link que lo comprueba.

    Post en el Departamento de Transportes Magicos.

     

    Respecto a mi rol, espero no les disguste, pero Andras lleva toda la vida estando en el mundo muggle y no sabe usar magia, es muy independiente y además, demasiado curiosa, y dado que no puedo alcanzar el rol de mis compañeros porque no puedo ser tan activa como ellos, he pensado que podría aventurarme a buscar aventuras.

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  12. Andras disfrutaba del paseo. Salir de su clase de rol por ir a preparar un examen de vuelo, le parecía bastante sensato, así, al menos, le daría el aire y se distraería. Tanta clase acabaría con ella. Era demasiada información del mundo magico para una persona como ella, que venía del mundo muggle.

     

    Su madrina le había mandado ir hasta aquel edificio, debía de pedir un formulario con el cual, debería de volver al castillo para que ella lo rellenara y así, con ello cumplimentado, aparecer de nuevo con él para poder presentar su examen.

     

     

    Se percató de la presencia de alguno de sus compañeros, a quienes ignoró mientras buscaba a alguien que la atendiera.

     

    --¿Dónde he de pedir los formularios ha cumplimentar para poder inscribirme al examen de vuelo?--

     

    Se dirigió allí a los presentes, cuando, al girarse, reconoció a alguien, se trataba de Xell, la joven que estaba como aprendiz en el departamento de Sagitas. Se acercó a ella.

     

    --Hola Xell, ¿También tú vas a examinarte? Yo aún no he recibido los documentos que he de rellenar.--

     

    La joven Garayoa estaba nerviosa e impaciente por aquellos papeles, en clase solo les habían dado tiempo hasta el día 6 y ese día llegaba enseguida, ¿Perdería la clase? Esperaba que los trámites fueran rapidos y poder examinarse cuanto antes.

  13. Vengo a retirar mi postulación de que mi contrincante no llegara, puesto que ya llegó y pues... con una dudita. Nuestro duelo va así:

     

    Andras: Sectumsempra

    Dylan: Protego

    Dylan: Secciunatus

    Andras: Expelliarmus (intercala a su secciunatus, por lo que yo creo que el secciunatus no sale)

    Andras:Incarcerus

    Dylan: avis

    Dylan:Evanesco

     

    Supuestamente, yo creo que lo que hizo Dylan está mal, puesto que ignoró que yo le desarmé y su varita está a unos metros de él, por lo que no entiendo lo que pasó... ¿Puede mandar su avis así de la forma en que lo hizo? estoy un tanto perdida,

     

    Dejo aquí el link del duelo: Andras&Dylan

     

    Gracias de antemano.

  14. Paso a anunciar que mi oponente, Dylan K Knigth (no sé si escribí bien su nick) Desapareció hace dos dias y no puedo continuar mi duelo. Así como pido disculpas también por mi ultimo posteo allá, ya que no me defiendo bien con el editor de texto y no sé que ocurrió pero se me vió todo feo, con letras que yo no quería y cada una en una tonalidad.

    ¿Cuánto tiempo he de esperar hasta que pueda seguir con mi duelo?

  15. Andras no supo reaccionar. Su mente quedó en estado de shock ante tal griterio del cual no entendía nada. Sabía que estaba en buenas manos, puesto que Xell y Valentine estaban con ella, cosa que agradecia, ya que si se movía con ellas, seguro que el Ministerio no resultaría tan terrorífico. Para la bruja aquel lugar era como un gran laberinto sin salida, con un centenar de recovecos, de puertas, chimeneas y demás sitios por los que acceder a nuevos lugares.

     

    --¿A dónde nos iremos?-- Ambas muchachas la habían arrastrado con la excusa de que irían a tomar el aire para hacer compañia a la inexperta principiante, pero ella sabía perfectamente que la cosa no era así. Tenía la vaga sensación de que se iban a meter en líos y que ella iba a estar entre medias de las dos.

     

    --Iré a dónde me digáis, pero por favor, no me dejéis sola.-- Miró de forma seria a sus compañeras. --No tengo miedo a quedarme sola, pero sí a la magia que rodea todo esto. Aún no sé más que unos simples hechizos.-- Para Andras, reconocer que apenas sabía usar la magia, no era una deshonra, sino que se sentía orgullosa de poco a poco, ir logrando meterse en ese mundo en el que todo para ella era completamente desconocido.

     

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  16. Las presentaciones se habían acabado, Andras no sentía ninguna compasión por aquel compañero de clase, con el cual, no había compartido más que las meras palabras de presentación ante aquel duelo que la fortuna les había puesto delante. No es que la joven odiara a ese joven ni mucho menos, sencillamente, para la bruja era importante el hecho de aprender en las clases. Quería salir de allí con las mejores notas posibles, y el duelo en el que se desafiaba, era una gran oportunidad para comprobar si lo que había estudiado hasta el momento, le había servido de utilidad.

     

    El sol arreciaba cada vez más fuerte en aquel parque, haciendo que de nada sirvieran todos esos arboles, puesto que parecía que las sombras dejaban lado a un gran claridad, lo que permitía que el sol de aquellos dias de mayo impactara sobre aquellos dos jovenes que se demostraban sus capacidades.

     

    Andras sonrió tras ver como su contrincante, se libró de su primer hechizo, no esperaba menos, ya que ambos eran estudiantes del mismo nivel, y por lo cual, sabía bien que su rival sabría defenderse de ese primer hechizo, saliendo ileso de él. Lo observó con atención, pudo comprobar como su compañero tenía la intención de atacar inmediatamente después de defenderse. Pero no lo permitió.

     

    Andras fue más rápida que Dylan K Knight y mucho antes de que este moviera su varita para conseguir su propósito, con rapidez y agilidad, lanzó su rayo.

    --¡¡ Expelliarmus! !-- El rayo rojo salió disparado de aquella varita, para impactar con fuerza al oponente, haciendo que la varita se cayera a 3 metros de Dylan, haciendo así que él estuviera indefenso de no recogerla a tiempo.

     

    La joven bruja preparó con rapidez su segundo movimiento, --¡¡Incarcerus! !-- Esta vez gritó con fuerza, consiguiendo que de su varita salieran 3 gruesas cuerdas directas hacia su oponente, teniendo sus objetivos claros. La primera, iría al cuerpo del joven Dylan, consiguiendo que quedara atado al árbol que se situaba detrás de él. La segunda, pararía en los ojos del muchacho, para quitarle toda visión y la última, pararía en el cuello del brujo, consiguiendo que poco a poco se afixiara.

     

    Andras se percató en ese instante en que había cambiado desde que las clases habían comenzado. Momentos atrás jamás se habría imaginado haciendo daño a nadie, y desde que había comenzado la academia, disfrutaba con todos y cada uno de los hechizos que lanzaba.

     

     

    Off:

     

    Perdón por escribir mal tu nick, fue el que vi en el título, y segundo, pido disculpas por la diferencia de la letra, pero es que por más que lo logro poner bien, no entiendo el editor del texto y no me deja ponerlo igual, Pido disculpas.

  17. Si Andras ya se sentía confusa por como funcionaban las cosas en el mundo en el que ahora le tocaba vivir, aquello que acababa de presenciar, la sacó de sí. Miró a su alrededor, había quedado tan absorta, no daba crédito a lo que sus ojos estaban viendo. Sabía que en la magia todo era posible, pero tanto como para viajar al pasado y retroceder tantos siglos, la desconcertó. ¿Acaso había algo que la magia no lograra realizar?

     

    La joven quedó tan perpleja, que no se había percatado de que muchos de sus compañeros habían desaparecido del lado de la profesora que les había llevado hasta allí. Temía que todos los que faltaban se hubieran perdido y no consiguieran volver. Perderse ahí, no sería como perderse por aquella mansión en la que se perdieron estando en clase de Generales.

     

    Miró a su alrededor, se asustó al ver a una nueva profesora que venía en sustitución de Hugo. --¿Cuándo habrá llegado?-- Andras susurró para sí, sabiendo que no hacia mucho tiempo de su presencia, puesto que a pesar de haber estado medio pensatiba, no se había movido del lado de la primera profesora.

     

    Esperaba saber que es lo que hacían en tal época, y el porqué no se podrían realizar las clases en la Academia, no entendía el porqué todos los profesores les llevaban fuera de ella, para la joven Andras resultaba demasiado extraño,ya que ella estaba acostumbrada tan solo a la escuela muggle, en dónde todas las clases se daban en un mismo edificio. Nada que ver con lo que estaba viviendo en aquel momento.

     

    --¿Estaremos mucho tiempo por esta epoca?-- preguntó con la intención de que alguien supiera responderla.

     

    Off

     

    No sé que es lo que tenemos que hacer exactamente en esta clase, estoy totalmente perdida con este rol, pero aún así, vengo a traer mi ficha, que espero que sirva. Está aprobada por los moderadores y a mí me gusta tal como está.

     

    Ficha Andras Garayoa

     

    Es todo, espero saber continuar por esta clase.

    • Me gusta 1
  18. Andras había tocado la snitch que se encontraba revoloteando en el estadio de Quidditch en dónde sus profesores le habían enseñado lo esencial para tener un duelo. Una vez más, sintió esa sensación de mareo y confusión al tener que utilizar un traslador para moverse de un lugar a otro. Estaba claro que poco a poco, le iba cogiendo confianza a esos aparatos con magia que la hacian moverse de lugar sin tener que mover sus pies. Sentía curiosidad por saber bien a dónde les llevaría aquella pequeña Snitch.

     

    Abrió los ojos, sonrió. Se alegró de lo que veía, todo aquello le resultaba familiar. Estaba claro que aquel lugar le iba a favorecer, se encontraban en un parque muggle, en uno de esos parques en los que ella había crecido. Todo eran objetos muggles, nada que ver con el mundo del que provenían sus compañeros. Estaba rodeada de árboles, haciendo que el sol no penetrara con fuerza sobre su débil piel. Varios columpios se hallaban a unos pocos metros, columpios que en cualquier ocasión podrían usar los pequeños muggles para pasar una tarde entretenida.

     

    Andras sentía calor a pesar de encontrarse entre las sombras de los árboles, y esque, esa ropa negra que siempre llevaba, señal de que en su vida pasada como muggle fue gótica, le proporcionaba mucho más calor. Sus botas negras por encima de sus tejanos negros, con una cadena colgando de su bolsilloy su sudarera de tonalidad oscura, con una imagen de su grupo de música favorita.

     

    --Me gusta este lugar-- Se dirigió a Dylan K Night, su oponente, y se alejó unos 10 metros.

     

    Sonrió, era el momento de demostrar que había estado atenta a sus clases y que sabría defenderse en el mundo en dónde la magia predominaba.

     

    --¡¡Sectumsempra!!-- La joven Garayoa lanzó su primer rayo verde, que se dirigía con rapidez hasta su compañero de clases. Andras deseaba con fuerza que aquel rayo impactase en el pecho de su oponente, ya que eso le causaría unos cortes profundos que necesitarían de una cura inmediata si no querría morir desangrado.

     

    --Suerte-- Susurró Andras mientras observaba el trayecto de aquel rayo.

  19. Andras se había olvidado por un momento todo el recorrido que realizó con su jefa, Sagitas Potter Blue, para llegar hasta su despacho. Nadie se había percatado de que ella, al llegar hasta aquel lugar, se había asombrado de tal manera que le parecía vivir en un sueño. Sin saber cómo ni cuando, ni tan siquiera el porqué, en el despacho en el que se encontraban, la habían ordenado realizar un viaje.

     

    Tan siquiera sabía a dónde se dirigían, pero ella seguía los pasos de Sagitas, quién había ordenado que debíamos subir al Atrio, dejabamos atrás el despacho, para aventurarnos en una gran odisea. Andras trataba de recordar los pasos que daba, puesto que estaba segura que muy pronto dejarían de acompañarla a todos lados y debía de saber moverse por aquel lugar si quería llegar a su puesto de trabajo sin perderse.

     

    --¿Qué pasará si algún día me pierdo?-- Andras hablaba para sí, aún a sabiendas que podían escucharla, tenía por delante de ella a la Potter Blue que iba abriendose paso.

     

    La joven Garayoa quedó petrificada en el instante que llegaron al Atrio, aquel lugar le pareció mucho más impactante que la primera vez que lo pisó. Luces parpadeantes brillaban por todos lados, mucha más gente de la que había llegado a recordar se movía emocionada, alterada por todo aquel acontecimiento que la joven Garayoa ignoraba.

    Grandes circulos de brujas y magos se concentraban alrededor de varios magos con escobas, todos se apelotonaban con intención de verlos más de cerca y a Andras todo aquello la sacó de lugar.

     

    --¿Por qué tanto alboroto por unos simples magos que llevan una escoba? -- Andras se dirigió esta vez a sus acompañantes, en busca de una respuesta.

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  20. Se encontraba agotaba, a Andras eso de usar la varita de tal forma, le empezaba a gustar, pero debía de admitir que también le resultaba cansado, casi tanto o más, que cuando su profesor muggle les hacía correr durante más de una hora seguida en el patio del colegio. Creía que con defenderse de aquellos hechizos y atacar a su profesora de la manera en que lo hizo, acabaría con ella, pero las cosas no habían sido así. Su profesora interpuso una docena de aves que pararon aquel rayo que la destrozaría.

     

    --¡¡Qué rabia!!--murmuro la joven Garayoa al ver como su maestra salía intacta del pequeño apuro.

     

    Andras se sentía molesta por aquella acción, miró con dureza a su profesora, odiandola por haber salido intacta de aquel hechizo que la joven le había enviado momentos atrás. Pudo ver como Belu se movía con rapidez, moviendo su varita, lista para volver a atacar a todos y a cada uno de los alumnos que le hiciera frente. Andras sonrió con maldad, puesto que ese mismo día, había aprendido que podría adelantarse a algunos de los hechizos de sus contrincantes y asi; salir ilesa de algunas situaciones que podrían ser drámaticas.

     

    --¡¡Silencius!!-- Gayoa apuntó al rostro de su profesora con una mirada penetrante.

     

    Sonrió. Había surgido efecto, Belu había quedado sin habla justo en el momento en el que comenzaba a pronunciar su hechizo para atacarla. Sin perder más tiempo, la joven se dispuso a continuar con aquella tarea que había comenzado.

     

    --Y ahora, espero que le gusten los retos-- sonrió mientras movía con gracia la varita, apuntando a su oponente. --¡¡Incarcerus!!-- Acto seguido, tres gruesas cuerdas salían de la varita para ir directas a su profesora. Una de ellas, iría a parar a la cara, tapándole la boca, evitando así que hablase, otra de ellas, iba dirigida hasta sus muñecas, atándoselas al cuerpo, dejándoselas inmovilizadas, y la última, iría a parar a las piernas, con la intención de que su oponente cayera al suelo.

  21. Andras comenzaba a sentirse a gusto junto aquellas dos jovenes tan divertidas. Empezaba a comprender que nada de lo que estaba viviendo en ese instante, tenía que ver con la vida anterior que había llevado. Xell le explicaba las cosas con delicadeza, Andras, ante tal explicación, se asustó. Estaba asimilando lo que acababa de ocurrir apenas horas atrás y se traumatizó solo de pensar que si aquella mujer no la hubiera sacado de aquel calabozo, podría estar en esa carcel que Xell y Valentine nombraban con el nombre de Azkabán, quizás esos tipos o esos seres que decian ser Dementores y la obligaban a besarlos y la quitaban su energía.

     

    Suspiró, quizás debía de pedir disculpas a esa mujer que la salvó de todo aquello que sonaba bastante serio. Xell parecía querer bastante a Sagitas, todo eran palabras buenas hacia la que sería su jefa. --Ella... ¿Payasa?-- A pesar de ver toda la decoración del despacho, se sorprendió --¡¡Pero si es enfermera!! Yo la vi vestida de enfermera, y eso dijo al recogerme del calabozo-- Sentía que no sabía nada, volvió a mirar el despacho y comenzó a asimilar las ideas.

     

    --Payasa... mi jefa, es una payasa...--

     

    No daba crédito a sus palabras, pero no le quedaba más remedio que creerla, después de todo, ella era nueva ahí y no conocía a nadie. --Para mí no ha sido raro vivir sin magia, claro que sabía que la magia existia, mi madre a pesar de ser muggle, nunca me lo negó, incluso me explicó lo que sucedería el día en que ella faltara, pero nunca necesité usarla para llevar una vida normal-- No entendía lo que quería decir Xell, vale que ella veía a la gente trasladarse gracias a la magia, que incluso veía como en su casa donde la acogian usaban las magia para la limpieza y la acomodación de esta misma, pero ella, también podía hacer esas mismas cosas sin la magia. Para Andras, la magia era peligrosa.

     

    --Supongo que yo soy un poco solitaria, en los dormitorios nunca hablo con nadie, y en clases...-- Bajó la mirada y sonrió al verse. --En clase supongo que tienen miedo de mi vestimenta, pero no voy a dejar de ser muggle nunca, por mucha magia que haga, seguiré vistiendo como lo hice siempre-- Por primera vez, sonrió y acabó riendo a carcajada limpia. Sin duda, acabaría trabajando en un ambiente agradable para ella.

     

     

    --Me gustan tus palabras-- Asintió tras la oferta de la aprendiz que cerró el libro que sostenía. Se quedó pensativa por un momento, divagando sobre como serían las cosas en el mundo magico.--Chicas, por lo que veo, los dos mundos son muy diferentes, he estado en un circo muggle muchas veces, pero... ¿Cómo es el circo, aquí?-- No paraba de darle vueltas al asunto, cuando de repente la puerta se abrió.

     

    --¡¡AHHHHH!!-- Andras gritó asustada al ver cómo la puerta se abría y entraba la bruja que resultaba ser una payasa, junto con una mujer que no conocía, de pelo negro. No la dio tiempo a reponerse del susto, cuando de nuevo, ambas desaparecieron del lugar tras un portazo.

     

    --¿Quién era esa?-- Preguntó Andras a las chicas, un tanto intrigada.

  22. Andras estaba atónita, jamás había disfrutado de compañía y desde que estaba en Ottery las cosas estaban cambiando, no solo había aprendido algo sobre la magia, si no que pocos eran los ratos en los que estaba en absoluta soledad. Miraba y requetemiraba la actitud de las hermanas que eran aprendices como ella en aquella oficina. No dejaban de sorprenderla, estaban en ese despacho castigadas, pero aún así, no dejaban de reír, mostrando su felicidad.

     

    Aún no se había respuesto del shock que le causó ver al payaso desaparecer, cuando Xell, una de las aprendices, trataba de ser amable con ella, déjandola ver que tan solo eran traviesas. Andras se movió por todo el despacho, observando como algunos objetos se movían solos, dio una vuelta alrededor de los globos, pensando que en realidad solo seria una grabadora lo que estuviera sonando y no que la voz saliera de esos globos realmente.

     

    Ambas muchachas se percataron de que la joven Garayoa no pertenecía realmente a ese mundo, ya que como si de una madre protectora se tratara, Xell mandó acercarse a Andras, trataba de explicarla en qué consistia todo lo que decía aquel tocho que les habían obligado a leerse.

     

    --¿Azkaban?-- La pequeña demonio se sintió aturdida. --¿Qué es y por qué os da tanto miedo?-- Andras no entendía nada. --¿Tanto importa que te quiten la varita? Yo he crecido con ella siempre guardada, pero al llegar a Ottery, mi madrina volvió a mi casa, en un pequeño pueblo de Londres a por ella, decía que era de suma importancia, que era una herencia de mi padre y que debía de traerla siempre conmigo, pero no sé usarla muy bien aún-- Andras se dirigió de nuevo al marco en dónde momentos atrás había visto a aquel payaso. Esperaba que volviera pronto, tenía curiosidad por verlo de nuevo.

     

    Se giró nuevamente hacia las hermanas y tras escuchar las preguntas de Xell, respondió. --Me anoté a la Academia, ahora mismo estoy en la fase de Rol y Duelo básico, ahí me están enseñando a manejar mi varita, aunque he de confesar que no se me da muy bien.-- Andras sacó su varita del bolsillo trasero de su tejano y negó con resignación a sabiendas que iba a ser un largo camino hasta llegar a ser una buena bruja.

     

    --Trabajo aquí porque no tengo familia, mi padre es un brujo-demonio que nos abandonó cuando se enteró de que yo iba a nacer, sólo tengo su varita y unos pocos recuerdos más de él, mi madre era una muggle, que en ningún momento me negó mi realidad-- Andras, suspiró. Aún le costaba mucho hablar sobre su madre, tenía en mente su recuerdo y le dolía no estar junto a ella. --Ella murió. Por eso estoy aquí, ambas sabíamos que aquí, en la familia Haughton, mi padre tenía una amiga que se haría cargo de mí si a ambos les pasaba algo, fue esa mujer la que me propuso trabajar.--

     

    Andras silenció por un momento, rozando sus dedos en el marco del cuadro, esperando que algo extraordinario sucediera, pero en realidad, nada pasó. --Sagitas ni me gusta ni me disgusta, solo sé que tiene un humor de perros, pero que me sacó del calabozo en el que me metieron, ¡ah! y qué la debo respeto, me han contado que ella es mi jefa y es para quién trabajaré como aprendiz.-- La joven Garayoa volteó una vez más viendo la felicidad de ambas chicas, les dedicó una sonrisa por primera vez. --No me molestan tus pregunta, puedes hacer cuantas desees-- Terminó por sentarse en un taburete de un color amarillo chillón.

  23. La joven Andras escuchaba de forma distraída a sus compañeros, que llegaban poco a poco hasta los jardines en dónde se encontraban los profesores impartiendo la clase. La demonio tan siquiera se había levantado de aquel tronco en el que se había sentado al llegar, no tenía ganas de pasarse la hora de pie y pensó que cuando terminaran las presentaciones, quizás la tocaría moverse y se cansaria, motivo por el que debía de aprovechar para estar sentada hasta entonces.

     

    Su mente volaba a cientos de kilómetros de aquella academía, en esos instantes, recordaba los momentos en los que vivía en aquel pequeño pueblo de Londres, junto a su madre, ahora le parecía lejano aquellos pequeños momentos de felicidad en los que ambas, salían a pasear por las orillas del mar, dejando que las olas las arrastrase de tal manera, que siempre volvían empapadas de agua y rompían a reir de felicidad.

     

    Andras nunca hubiera imaginado que su vida cambiaría, siempre había imaginado que estaría junto a su madre. La joven volvió en sí. Una negra imagen le había devuelto a la realidad. Esa realidad en la que tenía que asumir que su madre había sido asesinada, y que no había sido por un muggle, por eso se recordaba los motivos por los que estaba ahí, alguien la había matado y ella buscó ayuda; ayuda que encontró en la familia de los Haughton, en dónde pudo comprobar que su padre tenía ahí una vieja conocida, a la cual, le dejó la tutela de la joven Andras.

     

    La pequeña demonio se percató de todo el tiempo que había estado ausente al ver la llegada de nuevos compañeros que anteriormente no estaban allí, ahora el jardín estaba repleto de estudiantes, pero no sabía hasta que punto había estado ausente, ya que, al volver la mirada hasta el lugar en dónde estaban los profesores, se percató de un cambio. La profesora que se encontraba cuando ella había llegado, había cambiado su imagen por otra totalmente diferente.

     

    --¿Cuándo hemos cambiado de profesora?-- Susurró para sí, pensando que sería mejor dejar los recuerdos y los pensamientos para otro momento, siendo más importante estar atenta a las clases.

  24. La joven Garayoa estaba aún tratando de memorizar los hechizos que la Snape anteriormente había dejado al alcance de todos, y es que, si ya era complicado tratar de aprender el movimiento de la varita, mucho más lo era el tratar de aprenderse todos aquellos nombres de hechizos, con sus efectos y consecuencias.

     

    No estaba del todo descontenta, después de todo, para haber sido su primer encuentro con la mágia, no la había ido nada mal, tan solo había fallado en una ocasión, en la que pasó un error por alto; se estaba demostrando así misma, que podía ser capaz de formar parte de ese mundo en dónde la magia primordiaba.

     

    Andras se percató de que la profesora había dado orden de formar una fila, y ella se había quedado un tanto rezagada, por lo que corrió a formar la pequeña fila de estudiantes pertenecientes a la Snape, quienes recibirián dos hechizos de los cuales se tendrían que defender lo mejor posible.

     

    Enseguida le tocó el turno a la joven Garayoa, se situó a unos 8 metros de su profesora, quién se preparó para lanzar un rayo rojo que salió con rapidez de su varita; Andras, haciendo un repaso mental de todos los hechizos que había leído momentos atrás, se dispuso a mover con gran agilidad su varita,

     

    --¡¡Avis!!-- Lo que normalmente solía ser un débil susurro, esta vez se convirtió en un grito agudo en el que Andras trataba de defenderse, abrió los ojos con miedo, comprobando que había surgido efecto, ya que doce pequeños cuervos salieron de su varita, colocándose ante ella, protegíendola de aquel rayo rojo que se aproximaba hacia ella con rapidez.

     

    Segundos después, pudo comprobar como el rayo rojizo impactó en uno de los cuervos, haciendo que todos y cada uno de ellos desaparecieran así como habían aparecido, pero no fue en vano, ellos habían cumplido su cometido, que no era más que salvarla de recibir aquel impacto del rayo.

     

    La profesora, no contenta con ello, se dispuso a lanzar de nuevo otro rayo contra ella, cosa que aún puso más nerviosa a la joven Garayoa, que había salido ilesa del primero, pero no tenía todas con ellas de que fuera a ser así en esta segunda ocasión. Pensó rápido, había leido cómo protegerse de aquello, de eso estaba segura.

     

    --¡¡Protego!!-- La joven gritó con fuerzas, no del todo segura que aquello funcionara, pero sin embargo, una vez más, pudo comprobar que su memoria no le había fallado. Sonrió aliviada, se había librado de aquellos ataques y podía respirar tranquila.

     

    --Querida profesora, espero que esté contenta, me ha dejado usted agotada-- La pequeña Garayoa se reponía de aquel sobresalto mientras maquinaba su ataque contra su profesora, a la cual quería hacer pagar por ese estres al que le había sometido.

     

    --¡¡Sectusempra!!-- Andras gritó a la par que movió su varita con impétu, haciendo que un rayo color verdecino saliera de su varita, con la intención de que aquel rayo encontrara desprevenida a la Snape y eso la ocasionara unos fuertes cortes sangrantes en la piel que la podían llegar a ocasionar la incosciencia total, necesitando curarse si no quería saludar a la muerte.

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