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Ray Rambaldi

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Mensajes publicados por Ray Rambaldi

  1. Hola, pido cambios a mi ficha, después de muuuuucho tiempo

     

     

    FICHA DE PERSONAJE

     

    Datos personales

     

     

    Nombre del Personaje: Ray Rambaldi Stark

     

    Sexo: Masculino

     

    Edad: 20 años

     

    Nacionalidad: Ingles

     

    Familia(s):

    *Familia 1: Rambaldi

     

    *Familia 2: Stark

     

    Padre(s) Sanguíneo: Fokker Cygnus Crowley Rambaldi

     

    Padre(s) Adoptivos: Athena Ravenclaw R.

     

    Trabajo: --

     

     

    Poderes Mágicos:

     

    Rango Social: Unicornios de Bronce

     

    Bando: Neutral

     

    Rango dentro del Bando: --

     

    Nivel de Poder Mágico: --

     

    Puntos de poder en objetos: 20

    Hechizos adicionales:

     

    Puntos de poder en criaturas: --

    Criaturas controlables en asaltos y duelos:

     

    Habilidades Mágicas:

    * Habilidad 1: --

    * Habilidad 2: --

    * Habilidad 3: --

     

    Conocimientos Especiales: --

    * Conocimiento 1: --

    * Conocimiento 2: --

    * Conocimiento 3: --

     

     

    Perfil del Personaje:

     

    Raza: Humano

     

    Aspecto Físico: Mide 1 metro y 76 centímetros, es bastante delgado y normalmente tiene ojeras; cosa que le hace parecer débil y enfermizo, cosa que no es. Tiene la tez blanca, aunque durante los meces de verano se le broncea un poco; el cabello es de un color negro muy parecido al carbón, aunque tiene ligeras tonalidades más claras en las zonas posteriores de la cabeza, normalmente lleva el pelo largo. Sus ojos son de color marrón y su nariz es recta y de tamaño acorde con él.

     

    Suele vestir ropa de muggles, principalmente por los años en que vivió entre ellos. Rara vez se preocupa de lo que lleva puesto y no le importa si lleva varios días con la misma ropa.

     

    Cualidades Psicológicas: Es un chico alegre, espontaneo, aunque al principio tímido y algo torpe cuando se relaciona por primera vez con alguien, cosa que trata de ocultar con una actitud despreocupada al presentarse ante alguien. Es algo cobarde y rehúye de las discusiones y duelos siempre que puede, pero es bastante leal con los que más quiere, por lo que siempre buscara superar su cobardía en caso de que un amigo este en serios problemas, ya sea para cubrir a alguien de una travesura hasta a luchar en un duelo. Es bastante despreocupado y le gusta echarse largas siestas en los patios del jardín, de todas maneras trata de centrarse en los momentos complicados.

     

    Siempre busca hacer el bien y dar lo mejor de sí, aunque esto signifique meterse en duelos y cosas así. Es algo desconfiado con los demás y rara vez contará sus problemas a alguien, aunque sea cercano al él.

     

    Historia: Desde pequeño vivió en Cardiff, Gales, en medio de muggles. La razón de esto es que su madre, Athenea, creyó que era conveniente ya que estaría alejado de los peligros de Ottery y lo mantuvo vigilado a través de Ug*, un mago anciano de malas pulgas que le enseñó lo esencial de la magia.

     

    Los primeros años en Gales transcurrieron con toda la tranquilidad esperable de un joven mago vigilado por un mago cascarrabias. Estudió toda la enseñanza primaria con los muggles con resultados mediocres, destacándose apenas en deporte, cosa que le valió reprimendas del viejo Ug*. No tuvo amigos, ya que todos lo encontraban un tipo raro por las cosas que hacía, cosas que hacía con magia.

     

    La falta de contacto con el mundo mágico, Ug* no contaba, le hizo sentir bastante triste y solo lo superó cuando comenzó su educación mágica en una pequeña academia de magia, donde tenían clases en las mañanas y algunas tardes, para luego volver a sus casas. Sus días en la academia fueron los mejores desde que llegó a Gales, en ese lugar conoció un montón de magos de su edad y entabló buenas amistades.

     

    Hasta que llegó esa noche. Ray se había quedado hasta tarde junto con la mayoría de su curso terminando una tares de los magos destacados de Gales, cuando de un momento a otro unos magos encapuchados mataban sin piedad a todos los que se encontraban. Al ver esto le dieron ganas de echarse a correr, pero vio que varios amigos fueron a la lucho junto con todos los que se encontraban, por lo que se armó de valor y se unió a la batalla. Lamentablemente cayeron casi todos los que lucharon, incluido, para la sorpresa y tristeza del Rambaldi, el viejo cascarrabias de Ug*, que había llegado al ver que atacaban la academia.

     

    Como tras la batalla casi toda la academia fue destruida y una buena parte del profesorado y de los alumnos cayeron, se decidió cerrar la academia. Ray nunca supo quién estaba detrás de aquel ataque, pero tiene sospechas que fueron los mortifagos o un grupo que los imitaba. Al ver que no tenía nada que hacer en Cardiff decidió volver a su hogar: la mansión Rambaldi, emplazada en Ottery. Nunca ha hablado con alguien acerca de aquel incidente, no quisiera que alguien se enterase de lo ocurrido.

     

    Pertenencias:

     

    Objeto Mágico Legendario: --

     

    Objetos Mágicos

    Objeto 1: Varita mágica. Acebo, veintinueve centímetros, centro hecho con pelo de unicornio, bastante flexible.

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Objeto 2: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    Elfos:

    * Elfo 1: --

    * Elfo 2: --

     

     

    Licencias, Tasas, Registros:

     

    Licencia de Aparición: --

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: --

     

    Registro de XXX: --

     

     

    Otros Datos:

     

    Otros Datos: --

     

    Cronología de cargos: --

     

    Premios y reconocimientos: --

     

     

    Links de Interés Referentes al Personaje

     

    Link al Perfil de Comprador MM:

     

    Link a Bóveda Personal: Bóveda Nº 97517

     

    Link a Bóveda Trastera:

     

    Link a Bóveda de Negocio:

     

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Rambaldi

     

    Link a Bóveda Familiar 2:

    Bóveda Familia Stark

     

  2. Había llegado el día, el día de su ceremonia de graduación de la academia, quizás la última vez que esté en la Academia por tanto tiempo. Estaba feliz, pero a la vez triste de dejar algo en que he estado por tanto tiempo, por casi un año. Era una sensación extraña, ahora comenzaría una vida bastante diferente a la que había tenido hasta ahora. Súbitamente, el Rambaldi sintió un vacío en el estómago, recién había pensado en algo que le hizo sentir angustia.

     

    ―Ahora deberé buscar empleo ―mascullo el recién graduado.

     

    Ya estaba en la ceremonia, e iban llamando a los graduados. Ya conocía a dos de ellos, y los otros dos le sonaba bien poco. La ceremonia era una lata, discursos protocolares que el Rambaldi apenas prestaba atención, lo único que quería era que comenzara la fiesta. Le entregaron uno a uno los diplomas y unos broches que se tornaban de diversos colores, el cual al ser entregado al Rambaldi, se volvió rojo.

     

    Luego paso el momento de la celebración, donde Roxanne, matriarca de la familia Rambaldi, que ha sido bastante cercana a Ray, le regaló algo que sorprendió de sobre manera al chico: una Saeta de fuego.

     

    ¡Oh! ―exclamó el chico con los ojos bien abiertos, sin poder creérselo―. Gracias Roxie, es genial. Es fantastica

     

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    Solo tengo 3 cosas que decir:

     

    1- Me da mucha flojera escribir algo a quienes me escribieron algo o a los que quería escribir algo. Por ende, Marcelo, Adr, Rox, Jank, Tau, Athe (que no ha aparecido, mala madre ¬¬) y Pandora, imaginen que les escribí algo bonito.

     

    2- En mis tiempos de prefecto, no nos dieron blinkies tan bonitos (en realidad, no nos dieron blinkies). Injusticia (?)

     

    3- Este es uno de los peores roles que he hecho.

  3. Era un día especialmente bonito, estaba despejado y corría una leve brisa que le sacudía el cabello al joven Rambaldi, que estaba mirando el paisaje que le brindaba uno de los majestuosos balcones de la torre que albergaba la sala común de los Aethonans de Salem. A Ray siempre le ha gustado estar en los balcones, si bien al principio le daba miedo la altura, no paso mucho tiempo en que perdiera aquel miedo y disfrutara lo que podía ver desde aquella altura.

     

    El Rambaldi se estiró, dando un enorme bostezo y luego se frotó los brazos, debido a que la briza era fría, helándole las partes del cuerpo que estaban descubiertas. Regresó al centro de la sala común, una sala hecha de mármol, tanto blanco como negro. En él vio a una mujer que no había visto nunca y que no parecía que fuera estudiante de la Academia, por lo que supuso que era la nueva jefa de la casa. También estaba Cye y Gaspard...o Sammuel, no recordaba bien como era su nombre, que se retiraba a los dormitorios.

     

    Hola ―saludó el Rambaldi, al notar que ya habían reparado en su presencia ―. ¿Qué tal?

  4. La profesora Juve respondió las preguntas que se le hicieron los alumnos, aunque la profesora Weasley intervino en algunas de las preguntas que le hacían a la mortifaga, demostrando que tenían visiones completamente opuestas de la realidad. Ahora tocaba turno de hacerle preguntas a la profesora Weasley, pero antes hizo una breve explicación de los que era la Orden. Puso toda la atención que tenía, para Ray era importante, ya que quería ser un miembro de la Orden del Fenix, al terminar la academia.

     

    Algunos de sus compañeros se le adelantaron y preguntaron antes que él, que la igual que al hacer las preguntas a los mortifagos, no se le ocurría nada, y para peor, las preguntas que quería formular ya habían sido hechas y respondidas por su profesora. Hasta que se le ocurrió algo.

     

    ¿Qué valores debe tener un miembro de la Orden?

  5. Análisis del duelo: Vamos pastores vamos ♪♫

     

    Bínfeyd Y. Evans Sóldez: Sectusempra. Acción 1 - Turno 1. No llega a impactar.

    Andy Greyback: Protego. Acción 1 - Turno 1. Se protege del sectusempra.

     

    Andy Greyback: Expelliarmus. Acción 2 - Turno 1. Impacta.

    Bínfeyd Y. Evans Sóldez: Incarcerus: Acción 1 - Turno 2. Impacta, luego pierde su varita por el hechizo lanzado por su oponente.

     

    Andy Greyback: Evanesco. Acción 1 - Turno 2. Se libera de una de las cuerdas (la que le ataban las manos). Aún está atado de boca y manos. *

    Bínfeyd Y. Evans Sóldez: ---. Acción 2 - Turno 2. Recupera su varita.

     

    Andy Greyback: Crece uñas. Acción 2 - Turno 2. Hechizo no verbal. Impacta.

    Bínfeyd Y. Evans Sóldez: Sectusempra. Acción 1 – Turno 3. Impacta. Usa este hechizo como intercalación al “Crece Uñas”, produciendo un intercambio de daños.

     

    Andy Greyback: Episkey. Acción 1 – Turno 3. Primer Episkey de emergencia, aún le falta otro para curarse por completo.

    Bínfeyd Y. Evans Sóldez: Finite Incantatem. Acción 2 – Turno 3. Finaliza el “Crece Uñas”

     

    Andy Greyback: Evanesco. Acción 2 - Turno 3. Se libera de la cuerda de sus pies, aún tiene una en su boca.

    Bínfeyd Y. Evans Sóldez: Morphos. Acción 1 – Turno 4. Crea una avispa marina, que le inyecta veneno a su oponente. **

     

    Bínfeyd Y. Evans Sóldez: Desmaius. Acción 2 – Turno 4. Impacta, ya que Andy no se defendió del ataque.

     

    *Creo que Andy pudo haber usado ese hechizo para hacer desaparecer las cuerdas, antes de que le impactasen.

     

    ** Bínfeyd crea la avispa marina con la ropa de Andy, cosa que no estoy seguro si esta permitida.

     

    Veredicto: Este duelo, según mi perspectiva, lo gana Binfeyd. Esto, es debido a que Andy aún no está del todo curado por el Sectusempra, además le lanza dos ataques más, dejando que sea compleja la defensa de Greyback, ya que no puede hablar.

  6. Al poco tiempo de pasar la prueba que le habían dado las profesoras, Ray se enteró de que ahora irían a hacer una visita guiada por la fortaleza Oscura, lugar donde dominaban los mortifagos y que era usado como cuartel por ellos. El Rambaldi no podía negar que sentía curiosidad por conocer la fortaleza oscura, aunque también miedo, solo esperaba no volver a ese lugar como alguien que había sido capturado.

     

    Apenas llegaron el Rambaldi sintió unas garras que le arañaban las piernas, haciéndole varios cortes sangrantes, haciendo que se sobresaltara. Debía admitir que la profesora Black sabía cómo hacer prestar atención a sus alumnos. Luego les explicó que estaban en terrenos de la marca, cosa que todos se dieron cuenta, y les mostró los guardianes de la fortaleza: Dragones. Las bestias lanzaron unas lenguas de fuego. Definitivamente no le gustaba aquel lugar.

     

    Algunos de sus compañeros comenzaron a hacer preguntas, algunas eran simples, otras eran más complejas. El Rambaldi miró el sombrío techo, pensando qué diablos iba a preguntar. No se le ocurría nada interesante o alguna otra pregunta. Hasta que al fin se le ocurrió algo.

     

    ¿Qué diferencia a un mortifago del resto de la comunidad mágica?

     

    Era una pregunta simple y era lo máximo que se le podría ocurrir para preguntar. Aunque también quería saber en qué se diferenciaban, aparte de los asesinatos y la pureza de sangre.

  7. El Rambaldi estaba sentado en uno de los pupitres del salón de clases, junto a otros alumnos que habían pasado a la siguiente etapa. El profesor Black les informó que la siguiente etapa era un simulacro. También dijo otras cosas, pero Ray estaba algo adormilado y no le presto la atención debida a su profesor. Luego sus profesores desaparecieron, ante la sorpresa de todos, incluso para el adormilado Rambaldi.

     

    En el lugar donde hace medio segundo se encontraban los profesores, estaba una varita con un tenue brillo azulado. Debía ser un traslador, que los llevaría al lugar donde se haría el simulacro del asalto. Ray fue el primero en levantarse hacia la varita, pero lo hizo con tanta desgana, que faltó poco para que se volviera a caer en su asiento. Caminó hacia la varita y al tomarla noto como si un gancho lo jalara de la base del estómago.

     

    Al llegar al lugar se sacudió la chaqueta negra que llevaba, la cual tenía bastante tierra de días anteriores. Evidentemente los buenos tiempos de aquel lugar, pasaron a la historia. Debía haber sido un parque de diversiones, ya abandonado. A un lado había un carrusel, donde en vez de los típicos caballitos, estaban varios animales mágicos, donde los niños muggles se subían en ellos, sin saber que aquellas criaturas existían.

     

    A unos metros de él estaba una pileta, de unos cuatro metros a la redonda, se acercó un poco, pero se detuvo al ver a unos seis metros a una mujer, que estaba en el equipo contrario. Ray hizo una mueca y se sentó en el suelo, esperando a que apareciera el resto de su equipo. El Rambaldi los conocía un poco, con tres de ellos coincidieron el duelo básico, mientras que con Lili se había batido a suelo en la primera etapa.

     

    Observó a las estatuas que estaban en el próximo campo de batalla. Se parecían a las figuras del carrusel que había visto segundos atrás. Ray sacó su varita, de acebo y pelo de unicornio, y la hizo girar entre sus dedos, tratando de matar el tiempo de espera, que se le hacía eterno cada vez que estaba ansioso o nervioso. Ahora estaba con mescla de ambos sentimientos, solo esperaba que no le hacía poder tranquilizarse. Esperaba que llegaran todos, y pronto.

  8. Antes de que se diera cuenta de lo que ocurría, el joven Rambaldi se vio cayendo, al ser succionado por la misma arena. Ray resbalaba y trataba de aferrarse a una roca o cualquier cosa que evitara su caída, pero en ese lugar solo había arena. El pelinegro sentía que caía hacia el vacío, luego no recordó nada más.

     

    De pronto el Rambaldi estaba en una heladería, no sabía él porque estaba en ese lugar, pero pensó que era buena idea tomarse un helado. No había mucha gente, apenas un par de clientes en la otra mesa, que estaban bastante pegados entre ellos. El espacio era bastante amplio, donde había una buena cantidad de mesas, la parte donde se paga y donde estaban los helados. Entonces, sucedió.

     

    Los hombres que estaban sentados en la otra mesa se levantaron bruscamente rápidamente sacaron su varitas. Viendo lo que ocurría, Ray tumbó a la camarera, que se le acercaba a preguntarme que quería el aspirante a la Orden, y vio como varios hechizos pasaban sobre su cabeza.

     

    Muévete ―le gritó asustado a la aún más asustada camarera, mientras que lanzaba maldiciones a mansalva, sin impactarles a los enmascarados, pero que le sirvió para ganar tiempo y tumbar un par de mesas para cubrirse―. Cúbrete ―le ordenó con autoridad, pero sin poder ocultar el miedo en su voz. En eso el joven Rambaldi, escuchó una voz, no sabía de donde venía, probablemente de su cabeza.

     

    Ray, entre los mortífagos hay una persona importante para ti. Una de las personas que más quieres. De dar con ella ¿qué harías? ¿La matarías? Espero que no, a menos que fuera en defensa propia pues la Orden jamás mata. ¿La capturarías? ―E hizo una pausa―. De ser así acabaría en Abaddon bajo custodia, donde no podría matar a nadie más. O bien… ¿la dejarías libre? O puede que incluso abandonaras batalla… dime, ¿qué harías? ¿Qué consideras que es lo más correcto?

     

    Ray no sabía que exactamente hacer, lo único que le importaba era salvar a aquella chica que los mortifagos, por lo que no dudaría en lanzarles una maldición…pero, ¿matarlos?. No, aquello estaba fuera de toda posibilidad. También estaba el que alguien querido por él estaba en ese mismo lugar, encapuchado. No podía imaginar quien. Aunque, debía estar decidido, debía pensar en el como un mortifago más, no como un ser querido…pero, ¿podría?

     

    El Rambaldi lanzaba hechizos a los mortifagos, mientras se cubría con las mesas. Logró derribar a uno, con un hechizo aturdidor, pero la otra luchaba fieramente y no parecía tener la intención de detenerse. Ray evitaba pensar en la posibilidad de esa mortifaga sea como la voz dijo: alguien cercano al Rambaldi.

     

    Entonces uno de los hechizos del joven Rambaldi dio en uno de los pilares de la heladería, desprendiéndose un pedazo de concreto, el cual le cayó en el mortifago, sepultándole las piernas y el torso. El golpe fue tan fuerte que retumbo en todo el local, e hizo que a aquella mortifaga se le cayera la máscara.

     

    Oh, no ―exclamó el Rambaldi, al tiempo en que salía de su cobertura y corría hacia su amigo de la infancia, que estaba sepultado.

     

    La mortifaga yacía en el suelo aplastado por un pedazo de concreto que el Rambaldi se esforzaba por quitar. Cuando al fin lo quitó, sintió un fuerte golpe en la cabeza. La mortifaga, que había sido su amigo, lo había golpeado, aterrizando sobre un pedazo de concreto, apenas Ray sacó el pedazo de concreto de él.

     

    ¿¡¡Que demo….!!? ―exclamó el Rambaldi.

     

    Vaya idi*** ―se burló su antigua amiga.

     

    La mortifaga se acercó hacia la mujer que quería matar. Las piernas le temblaban y apenas podía ponerse de pie. Se la veía feliz de cumplir su objetivo. Ray estaba débil y veía borroso, pero el que su amigo de la infancia le caló hondo. Se sentía débil y est****o, debió atarla antes de sacarlo. Entonces algo le hizo despertar: la mujer trataba de huir, despavorida. No podía seguir lamentándose de su error, ni pensar en el pasado. Ahora era un miembro de la Orden y él un mortifago.

     

    Adava…―gritó la mujer apuntándole a la mujer.

     

    Sectusempra ―exclamó el Rambaldi. Le dio de lleno, haciendo que miles de heridas sangrantes aparecieran en el mortifago, que cayó de bruces.

     

    Maldito, ¿me vas a matar, acaso? No podrás, eres débil para hacer algo así ―gimió burlona y débilmente, cuando Ray se le acercó, apuntándole con la varita.

     

    ―Claro que no, no soy como tú ―respondió el joven Rambaldi, con tristeza en su voz―. Incárcerus ―dijo apuntándole con la varita―. Episkey ―volvió a decir, curándole parcialmente las heridas ―. No morirás, a pesar de lo que has hecho.

     

    La mortifaga le lanzó una mirada de furia, antes de que Ray se lo llevara a la cárcel de la Orden.

  9. De la nada sentí como un gancho me jalaba del estómago y todo daba vueltas, fue tan rápido que no comprendí que habíamos sido trasladados hasta que llegamos al frente a una pirámide. La pirámide era imponente, incluso alrededor de otras pirámides, ya que esta era especialmente grande, además algo me atraía a ella, como si tuviese algo especial. Estábamos al frente de dos mujeres, las profesoras, supuse, también estaban unos elfos que cavaban por los alrededores de la pirámide. ¿Qué buscaban?, supongo que valiosas reliquias de los antiguos magos egipcios, no creía que fueran a hacer hoyos sin alguna razón.

     

    Noté que una de ellas guardaba su varita, como si nuestra llegada hubiese evitado un enfrentamiento. La otra profesora, la del pelo rubio dorado, nos regañó por nuestra tardanza (como si hubiese sido culpa nuestra) y nos explicó lo que debíamos hacer: meternos en la pirámide y evitar que las fuerzas malignas se hicieran con la cabeza de Anubis. Hubiese sido un lindo gesto decirnos que clase de fuerzas malignas perseguían la cabeza. No me hacía gracia entrar a la pirámide de Guiza, no creo que solo sea una construcción bonita. <<Entraras a la Orden>>, me dije, tratando de obtener valor.

     

    Luego habló la otra profesora, que antes le había ordenado a los elfos que dejaran de cavar e hizo aparecer con un simple movimiento de su varita mágica un reloj de arena. Nos habló acerca de la Orden del Fénix, a lo que yo aspiro, y me removí inquieto, aquellas palabras me habían llegado. Yo siempre me he considerado una persona que piensa más en los demás, que en mí, sin importar quien sea, sin importar si era un muggle o un mago que, supuestamente, posee sangre limpia…pero ¿esa era la razón que me impulsaba a querer ingresar a la Orden?

     

    Recordé a mis compañeros y amigos que habían sido asesinados por los mortifagos…en realidad siquiera ellos mismos, sino que unos aduladores, que creían en sus mismas patrañas. Pensé en todos los que habían sido asesinados, demasiados para ser contados y sin pensar en los que habían caído luchando contra ellos. Sé que soy un cobarde, pero me dolía, más que las muertes en sí, la tristeza de los que ven a sus amigos y familiares morir a manos de esos enmascarados. Los odiaba y tenía que ayudar a parar eso, ya no podía esconderme en mi cobardía y esperar a lo que hiciera el resto como antes.

     

    Creo que después de todo el que me importe más los demás, era la razón verdadera por la que quiero entrar a la Orden.

  10. Mi hechizo de las babosas, dio en el blanco. Ahora Lili no podría lanzar hechizos verbales por un rato. Vi como una babosa especialmente enorme salía de su boca, la verdad es que era bastante asqueroso. La chica estaba bastante pálida, cosa que me beneficia, pero por otro lado me daba lastima, no debía ser algo agradable. Estaba tan absorto en mis pensamientos cuando no vi venir una docena de flechas, que Lili lanzó hacia donde estaba, un hechizo en que no es necesario hablar para poder realizarlo. Las flechas fueron tan deprisa hacia mí, que no pude hacer nada para evitarlas. Sentí que se me clavaban un par de flechas en ambas piernas, haciendo que me arrodillara, producto de las heridas, mientras que otras flechas me rozaban, dejándome pequeñas heridas en los brazos y en la cara.

     

    Lili se levantó, mientras vomitaba otra babosa, sonreí al ver eso, ya no me daba asco ni lástima que la chica tuviera problemas intestinales, después de todo me dolían las piernas. La chica volvió a apuntarme con su varita y sin decir palabra alguna, lanzó otra docena de flechas hacia mí. Pero, esta vez estaba preparado, tomé mi varita de acebo y apunté hacia las mismas flechas.

     

    ―Evanesco ―exclamé. Con este hechizo pude hacer desaparecer las flechas que me había lanzado.

     

    Me senté sobre la dura y fría tierra, para poder sacarme las flechas que tenía clavadas. Fue doloroso y más aún al sacarlas tan rápidamente, no había tiempo que perder. Vi como manaba sangre de mis piernas, debía curaras pronto, pero si lo hacía perdería la oportunidad de atacarla mientras este bajo el efecto de las babosas. Ya me ocuparía de las heridas. Me levanté y la miré con furia, ahora le haría heridas mucho peores que las que me había hecho.

     

    ―Sectusempra ―grite, al tiempo que le apuntaba con mi varita―. En caso de importarle le rayo, le saldrían profundas heridas, que la dejarían al borde de la muerte, y que necesitaría más de un episkey para poder curarse completamente las heridas.

  11. Una voz anunció que el partido estaba a punto de comenzar, Leo y yo tomamos nuestras escobas y nos elevamos en sobre el terreno de juego. Como él tenia mejor escoba (y supuse que volaba mejor que yo) seria quien buscar la snitch, mientras que yo haría de golpeador (que se me daba bien)y cazador, por lo que me quedaría solo contra la dupla Maddie/Roxie….espero que llegue alguien más.

     

    Apenas el partido inició Rox tomó la quaffle, yo la seguí, pero no la alcancé y marcó el tanto así como así.

     

    No es justo –exclamé―. Mi escoba esta para un museo.

     

    Entonces una bludger paso cerca mío, tome el bate y se la lancé con todas mis fuerzas (que no eran muchas) a Roxie, que le pasó rosando, ella miró hacia donde estaba y le lancé una sonrisa burlona, mientras agitaba mi bate, diciéndole claramente que no tendría tanta suerte para la próxima. Si me preguntan, diré que falle a propósito.

     

    Le lancé una segunda bludger a Roxie, mientras tomaba la quaffle. La pelota que le lancé no le impactaría, pero la retrasaría y no me alcanzaría. Una bludger me pasó rozando, pero no me alcanzó y pude anotar un golazo, empatando el encuentro. Estaba feliz, levantaba los brazos y agitaba el bate, había anotado, cosa que si me lo hubiesen dicho antes del encuentro, no lo hubiese creído. Ahora esperaba que Leo atrapara la snitch, para así ganar.

     

    Vamos, Leo ―le grité para apoyarlo.

  12. Hola, tengo una duda acerca de un hechizo que usó Lili, con quien me enfrento.

     

    Es sobre el hechizo "Disparo de flechas", ¿que implica cuando te afecta el hechizo? (aparate de quedar como puercoespín, claro), ¿pierdo mi varita, tengo heridas graves que requieren Episkey o solo son un par de heridas y nada más?, es que no lo tengo del todo claro y no quiero responder el duelo "a ciegas".

     

    Eso sería, saludos :D

  13. El Rambaldi cruzó la puerta de la verja, que chirrió al abrirse, y vio que su oponente aun no llegaba, mejor así, podría planear algo. Cruzó el terreno, que más bien era un peladero, y esperó. El lugar escogido era un pequeño terreno, que estaba totalmente desierto, salvo por el montón de bolsas de basura que los muggles dejan tiradas en las esquinas, junto a un árbol que parecía que no le quedaba mucho tiempo de vida. El suelo estaba cubierto de tierra y restos de hojas secas, indicando que alguna vez, fue un lugar bastante agradable. Y no había nada más. Estaban al aire libre, estaba nublado, corría un poco de viento, pero no hacia frio, era un clima agradable, incluso para un duelo.

     

    Ray llevaba una camiseta color mostaza, pantalones negros y sus zapatillas blancas. Estaba bastante cómodo, tenía que estarlo, ya que pronto de enfrentaría a alguien en un duelo y no debía dar ventajas. Escuchó la puerta e metal chirriar y vio que su oponente había llegado. Lástima, hubiese sido más cómodo ganar por no presentación, a Ray no le gustaban mucho los duelos.

     

    Me alegro que llegaras ―saludó, pero su tono indicaba que hubiese preferido que no llegara―. Espero que no te moleste el lugar, no es bonito, pero cómodo para los duelo ―esperó que dijera algo y luego sacó su varita y apuntó a su oponente.

     

    Comencemos, Babosas ―pensó. Con este hechizo, le haría tener problemas intestinales que no le dejarían hablar por un rato (dos turnos), lo que le daría ventaja al Rambaldi

  14. Nombre de personaje: Abraham Schwartz

     

    Edad: 54

     

    Ocupación / trabajo: Banquero judío alemán, pero ahora está escondido de las persecuciones en su contra.

     

    Bando: Oposición

     

    Descripción física: Es un hombre alto, delgado. Tiene el cabello de color negro, sin lucir alguna cana, lo que lo hace ver más joven. Es de piel blanca, con arrugas en la frente y en las comisuras de la boca. Tiene los ojos marrones, una gran nariz y cojea un poco de la pierna derecha. Tiene un cuerpo atlético para su edad y una larga cicatriz en la cara.

     

    Descripción psicológica: Es una persona fría y calculadora, carácter heredado de su padre, un banquero judío ya fallecido. Sabe controlar su carácter, mostrando a los que lo rodean una actitud impasible. Es manipulador y no tendría inconveniente en matar a alguien, ya sea aliado o enemigo, para conseguir sus objetivo. Es bastante inteligente, aunque aparenta ser mucho más de lo que en realidad es, esto le hizo hacerse cargo del banco de su padre, que ya estaba bastante enfermo, a muy temprana edad, incluso cuando estuvo a cargo le negó un préstamo al estado alemán durante la primera gran guerra.

     

    Tiene bastante dinero, ya que huyó con todas sus posesiones, por lo que le hace sentirse más importante que el resto de la gente de los opositores, por lo que es un arrogante y poco querido por este grupo. Es un cobarde, ya que prefiere dejar que otros mueran y huir, a tener que luchar, salvo cuando tiene que ocultar las apariencias. Lo único que le importa es él mismo, esto hace que tener familia, para él, sea un desperdicio de tiempo y recursos.

     

    Hola :D

     

    Mi nombre es Ray (en realidad, así me dicen, pero no me gusta mi nombre), tengo 18 años y vivo en Chile. Este año entro a estudiar licenciatura en historia, cosa que me tiene bastante ilusionado, ya que es algo que siempre he querido. Me gusta leer, estar en el PC y escuchar música, mis grupos favoritos nadie los conoce.

     

    Mi personaje se llama igual que yo, pertenece a la familia Rambaldi, está desempleado, por lo que vive de allegado(?) Ray (el personaje, no yo) es un chico algo extrovertido, alegre, un poco desconfiado y un poco cobarde.

  15. Maldito despertador ―refunfuñó por enésima vez el Rambaldi, mientras masticaba una tostada en el comedor de la mansión.

     

    Mucho antes de lo planeado por Ray, el despertador sonó, quitándole un par de horas de sueño, debido a que no pudo volver a dormir. El Rambaldi terminó levantándose y lanzando improperios a su reloj despertador. El consuelo de saber que era casi imposible llegar tarde, no lo animo. Caminó a paso lento hacia el baño, donde se lavó la cara buscando despertarse un poco. Al levantar la vista vio su cabello, de un color negro como el carbón, completamente desordenado. Notó que apenas podía abrir los ojos, de color marrón oscuro, por el cansancio y la luz de los primeros rayos del sol que traspasaban la ventana del baño. Se quitó el pijama y se dio una larga ducha, tratando de sacarse el sueño de encima.

     

    Al salir se secó y se puso la ropa muggle que tanto le gustaba usar, por encima de las túnicas que normalmente llevaban los magos en Ottery. Se colocó una camiseta color blanca, que combinaba con su tez blanca, sobre esta: una sudadera color naranjo oscuro. También llevaba unos pantalones azul oscuro y unas zapatillas negras. Se miró al espejo, y frunció el entrecejo al ver que su pelo estaba completamente desordenado, menos que antes de la ducha, pero desordenado, al fin y al cabo.

     

    Tras terminar de desayunar se quedó mirando el techo, pensando en la clase que le aguardaba. Bando y Perfil…no sabía a qué se enfrentaría exactamente, solo sabía que esta clase podría determinar el bando a cual ingresaría después de graduarse. La Orden o los mortifagos….o quizás ser un neutral. La Orden era lo que quería, aun no sabía la razón de ello, puede que sea por el querer hacer el bien, tal vez debido a que los mortifagos nunca le han caído bien, o puede que sea simplemente debido a que varios de sus familiares cercanos están ahí. Sea como fuese, el joven Rambaldi deseaba entrar a la Orden, a pesar de saber el verdadero motivo de su inclinación….o tal vez si lo sabía, pero era muy duro de recordar.

     

    Al cabo de unas horas, Ray, ya estaba en la academia. Aún era temprano y la gente comenzaba llegar de a poco. Estuvo un rato buscando la dichosa sala 14ª, cuando lo hizo abrió la puerta y vio que ya habían llegado unas tres chicas. Las conocía, habían coincidido en las clases de duelo y rol básico. No recordaba bien sus nombres, una era Adryanie, otra se llamaba Lia y la pelirroja era Emery, o eso creía.

     

    Hola, chicas ―saludó, sin dirigirse ellas por su nombre, para evitar meter la pata en caso de confundir sus nombres.

     

    Se sentó en uno de los pupitres, sin prestar atención a lo que ambas tenían en las manos, tenía mucho sueño por lo que apoyó la cabeza en donde debería estar un libro. Al abrir los ojos vio una estrella en el pupitre que no había visto al sentarse. Agarró la estrella entre los dedos, parecía una estrella común y corriente, pero si estaba en el aula, debía ser algo importante. El chico la miró un poco más y emitió un largo bostezo, se estiró, dejó la estrella donde la había encontrado y se recostó sobre el pupitre.

     

    OFF:

     

    Hola :D

     

    Mi nombre es Ray (en realidad, así me dicen, pero no me gusta mi nombre), tengo 18 años y vivo en Chile. Este año entro a estudiar licenciatura en historia, cosa que me tiene bastante ilusionado, ya que es algo que siempre he querido. Me gusta leer, estar en el PC y escuchar música, mis grupos favoritos nadie los conoce.

     

    Mi personaje se llama igual que yo, pertenece a la familia Rambaldi, está desempleado, por lo que vive de allegado(?) Ray (el personaje, no yo) es un chico algo extrovertido, alegre, un poco desconfiado y un poco cobarde. Como expuse en el rol, aspira a ser parte de la Orden del Fenix.

     

    Y eso

  16. Hola :D

     

    Mi nombre es Ray (en realidad, así me dicen, pero no me gusta mi nombre), tengo 18 años y vivo en Chile. Este año entro a estudiar licenciatura en historia, cosa que me tiene bastante ilusionado, ya que es algo que siempre he querido. Me gusta leer, estar en el PC y escuchar música, mis grupos favoritos nadie los conoce. Ah!, yo toco el timbre \o/ xd Y…..eso, no tengo mucho más que decir, no soy una persona muy interesante.

     

    Mi personaje se llama igual que yo, pertenece a la familia Rambaldi, está desempleado, por lo que vive de allegado(?) Ray (el personaje, no yo) es un chico algo extrovertido, alegre, un poco desconfiado y un poco cobarde.

     

    Espero poder pasar esta clase, ya que, como dije, entro a la universidad este año y no creo que tenga mucho tiempo durante el año, pero si no lo logro….será, aunque creo que pasara un buen rato antes de volver a la academia xdd

     

    Eso sería, no sé qué más agregar . Mi msn es ray_rambaldi@live.com lo dejo, más que nada, para rellenar un poco más(?)

     

    Saludos

  17. Hola. Pido cambios para mi ficha, cosa que debí hacerlo hace muuuuuucho tiempo xd. Dejo la ficha completa, ya que cambie varias cosas y creo que así seria más fácil de cambiar......espero :unsure: xdd

     

    Saludos :D

     

     

    FICHA DE PERSONAJE

     

    Datos personales

     

     

    Nombre del Personaje: Ray Rambaldi

     

    Sexo: Masculino

     

    Edad: 17 años

     

    Nacionalidad: Ingles

     

    Familia(s):

    *Familia 1: Rambaldi

     

    *Familia 2: ---

     

    Padre(s) Sanguíneo: Athena Ravenclaw R.

     

    Padre(s) Adoptivos: --

     

    Trabajo: --

     

     

    Poderes Mágicos:

     

    Rango Social: Aprendiz

     

    Bando: Neutral

     

    Rango dentro del Bando: --

     

    Nivel de Poder Mágico: --

     

    Puntos de poder en objetos: 20

    Hechizos adicionales:

     

    Puntos de poder en criaturas: --

    Criaturas controlables en asaltos y duelos:

     

    Habilidades Mágicas:

    * Habilidad 1: --

    * Habilidad 2: --

    * Habilidad 3: --

     

    Conocimientos Especiales: --

    * Conocimiento 1: --

    * Conocimiento 2: --

    * Conocimiento 3: --

     

     

    Perfil del Personaje:

     

    Raza: Humano

     

    Aspecto Físico: Mide 1 metro y 76 centímetros, es bastante delgado y normalmente tiene ojeras; cosa que le hace parecer débil y enfermizo, cosa que no es. Tiene la tez blanca, aunque durante los meces de verano se le broncea un poco; el cabello es de un color negro muy parecido al carbón, aunque tiene ligeras tonalidades más claras en las zonas posteriores de la cabeza, normalmente lleva el pelo largo. Sus ojos son de color marrón y su nariz es recta y de tamaño acorde con él.

     

    Suele vestir ropa de muggles, principalmente por los años en que vivió entre ellos. Rara vez se preocupa de lo que lleva puesto y no le importa si lleva varios días con la misma ropa.

     

    Cualidades Psicológicas: Es un chico alegre, espontaneo, aunque al principio tímido y algo torpe cuando se relaciona por primera vez con alguien, cosa que trata de ocultar con una actitud despreocupada al presentarse ante alguien. Es algo cobarde y rehúye de las discusiones y duelos siempre que puede, pero es bastante leal con los que más quiere, por lo que siempre buscara superar su cobardía en caso de que un amigo este en serios problemas, ya sea para cubrir a alguien de una travesura hasta a luchar en un duelo. Es bastante despreocupado y le gusta echarse largas siestas en los patios del jardín, de todas maneras trata de centrarse en los momentos complicados.

     

    Siempre busca hacer el bien y dar lo mejor de sí, aunque esto signifique meterse en duelos y cosas así. Es algo desconfiado con los demás y rara vez contará sus problemas a alguien, aunque sea cercano al él.

     

    Historia: Desde pequeño vivió en Cardiff, Gales, en medio de muggles. La razón de esto es que su madre, Athenea, creyó que era conveniente ya que estaría alejado de los peligros de Ottery y lo mantuvo vigilado a través de Ug*, un mago anciano de malas pulgas que le enseñó lo esencial de la magia.

     

    Los primeros años en Gales transcurrieron con toda la tranquilidad esperable de un joven mago vigilado por un mago cascarrabias. Estudió toda la enseñanza primaria con los muggles con resultados mediocres, destacándose apenas en deporte, cosa que le valió reprimendas del viejo Ug*. No tuvo amigos, ya que todos lo encontraban un tipo raro por las cosas que hacía, cosas que hacía con magia.

     

    La falta de contacto con el mundo mágico, Ug* no contaba, le hizo sentir bastante triste y solo lo superó cuando comenzó su educación mágica en una pequeña academia de magia, donde tenían clases en las mañanas y algunas tardes, para luego volver a sus casas. Sus días en la academia fueron los mejores desde que llegó a Gales, en ese lugar conoció un montón de magos de su edad y entabló buenas amistades.

     

    Hasta que llegó esa noche. Ray se había quedado hasta tarde junto con la mayoría de su curso terminando una tares de los magos destacados de Gales, cuando de un momento a otro unos magos encapuchados mataban sin piedad a todos los que se encontraban. Al ver esto le dieron ganas de echarse a correr, pero vio que varios amigos fueron a la lucho junto con todos los que se encontraban, por lo que se armó de valor y se unió a la batalla. Lamentablemente cayeron casi todos los que lucharon, incluido, para la sorpresa y tristeza del Rambaldi, el viejo cascarrabias de Ug*, que había llegado al ver que atacaban la academia.

     

    Como tras la batalla casi toda la academia fue destruida y una buena parte del profesorado y de los alumnos cayeron, se decidió cerrar la academia. Ray nunca supo quién estaba detrás de aquel ataque, pero tiene sospechas que fueron los mortifagos o un grupo que los imitaba. Al ver que no tenía nada que hacer en Cardiff decidió volver a su hogar: la mansión Rambaldi, emplazada en Ottery. Nunca ha hablado con alguien acerca de aquel incidente, no quisiera que alguien se enterase de lo ocurrido.

     

    Pertenencias:

     

    Objeto Mágico Legendario: --

     

    Objetos Mágicos

    Objeto 1: Varita mágica. Acebo, veintinueve centímetros, centro hecho con pelo de unicornio, bastante flexible.

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Objeto 2: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    Elfos:

    * Elfo 1: --

    * Elfo 2: --

     

     

    Licencias, Tasas, Registros:

     

    Licencia de Aparición: --

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: --

     

    Registro de XXX: --

     

     

    Otros Datos:

     

    Otros Datos: --

     

    Cronología de cargos: --

     

    Premios y reconocimientos: --

     

     

    Links de Interés Referentes al Personaje

     

    Link al Perfil de Comprador MM:

     

    Link a Bóveda Personal: Bóveda Nº 97517

     

    Link a Bóveda Trastera:

     

    Link a Bóveda de Negocio:

     

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Rambaldi

     

    Link a Bóveda Familiar 2:

     

  18. Me dirigí hacia el estadio a paso lento, no quería arriesgarme a marearme por acelerarme. Divisé varias personas conocidas entre la multitud de magos que se dirigían al estadio, pero no pude hablar con ninguna de ellas, ya que rápidamente las perdía de vista en medio del gentío. De mi equipo apenas pude divisar a Emery Wood, aunque no estoy seguro si era ella, ya que tampoco pude háblale por el gentío, supongo que en los vestuarios lo haría.

     

    Llegué a los vestuarios y me percaté que nadie había llegado, cosa que me comenzó a preocupar. El estómago se me volvió a revolver, pero esta vez no fue por el mareo, que ya se me había pasado, aunque al mirarme en el espejo note que aún estaba pálido. No, esta vez era por los nervios de jugar ante un montón de espectadores. Me cambie a la túnica de quidditch y salí del vestuario con mi Barredora en la mano, no le encontraba sentido quedarme solo en el vestuario. Al salir vi que Roxanne y Madeleine se amenazaban con sus bates de golpeadoras y discutían por unas papas. Me reí, sabía que al final no se golpearían (cosa que sería buena, no me hace gracia jugar contra ellas de golpeadoras), ambas se querían mucho.

     

    Hola, chicas ―les saludé―. Así que esta vez seremos rivales……aunque si es que llega el resto del equipo ―dije notando que a su equipo también les faltaban miembros por llegar.

     

    En eso apareció Leonardo Myrddin, un chico que cursaba la academia y que me había topado un par de veces en algunas clases. Llegaba preguntando si lo podíamos incluir, se le notaba entusiasmado y tampoco estábamos completos….¿por qué no?

     

    Claro, Leo ―le respondí―. No creo que haya problema en que juegues en nuestro equipo…por cierto yo soy Ray.

  19. Mi Expelliarmus había funcionado y Marcelo perdió su varita. Ahora tenía que atacar, debía aprovechar la oportunidad de atacarlo, mientras él no este con su varita y pierda tiempo buscándola. Lamentablemente no pude pronunciar el Sectusempra, ya que justo antes de que su varita saliera volando a cinco metros, me silenció. Me hubiese encantado que le diera, para así terminar este duelo. Me arremangué la túnica color azul y apunté a Marcelo con mi varita a sus pies.

     

    Zancadilla ―pensé con todas mis fuerzas. Con este hechizo le ataría con un lazo invisible los pies, haciéndolo caer de bruces al suelo y sin poder pararse por un rato.

     

    Desmaius ―grité, produciendo un rayo que de impactarle a mi oponente los dejaría inconsciente por un rato.

  20. Mira hacia el horizonte ―se repetía una y otra vez el joven Rambaldi, mientras estaba apoyado con el mentón sobre sus manos a la orilla del barco―. Mira hacia el frente.

     

    El joven pelinegro hizo una arcada y se llevó una mano a la boca, estuvo a punto de vomitar, pero logró evitarlo. Estaba pálido (si es que se podía, sin estar mareado Ray tenía la tez más blanca que el común de la gente), sudoroso y temblaba. El viaje en aquel crucero no fue para nada placentero, se sentía tan mal que apenas pudo observar a su alrededor, solo se alegró cuando vio una isla que se acercaba cada vez más. Se encomendó a todos los santos para que ese fuera su destino, lo único que quería era bajarse de esa máquina del demonio.

     

    Miró su escoba,, cuyos días de gloria estaban en el pasado, y se lamentó que no fuera más rápida, ya que así podría haber volado hasta aquella isla y evitar tener que pasar por el suplicio de estar en el barco. Cuando el barco toco tierra el Rambaldi fue de los primeros en bajar, no hablo con nadie, se sentía mareado y no reconoció a alguien. No tenía idea de cómo iba a poder jugar en aquellas condiciones. Tomó una crema del bolsillo y se la puso en la cara, era un bloqueador solar, idear para evitar las quemaduras por el sol. Regresó y caminó por la cubierta del barco, cosa que le ayudó a pasar el mareo, aunque cada vez que una ola golpeaba el barco sentía un ligero estremecimiento en el estómago.

     

    Bien ―murmuró para si―. Creo que podré llegar bien al encuentro.―. Murmuró mientras se dirigía al estadio, donde se realizaría el partido.

  21. Hola Profes :D

     

    Tengo una duda acerca de mi duelo con Marcelo.

     

    Él uso en su primera acción el silencius, cosa que evitaría que le afectara el Sectusempra que le lancé. Pero, ¿no le debería afectar el Expelliarmus que le lancé y perder su varita?. Luego usa el Tarantalegra, pero si damos por verdadero lo anterior no sería valido ese hechizo y al mismo tiempo afectarle el Sectusempra, ya que por lo que entiendo perdió la varita antes de que pudiera usar el silencius y que se realizara la intercalación.

     

    Eso era, espero que me hayan podido entender xdd Saludos :D

  22. Nuevamente estaba en ese lugar, nuevamente estaba en la sexta planta del ministerio de magia. Esta vez venía a pedir el formulario para el examen de aparición. Al igual que cuando vine a tramitar el formulario del examen de vuelo, lo hacía por una tarea de la academia. Me acerqué a una persona que debía de trabajar en el departamento y se acercó.

     

    Hola ―saludé―. Necesito el formulario para el examen de aparición.

  23. Jugueteaba inconscientemente con mi varita, haciendo que un libro se elevase unos metros del suelo. Era temprano por la mañana y no había podido dormir del todo bien y solo lo había logrado hacer por un par de horas. Escuché como se abría una puerta cerca y vi que Cye, una de las jefas de la casa, colocaba un pergamino anunciando que teníamos una nueva compañera en los Aethonans. Esperaba que llegara, muy pocos se pasan, otros abandonan al poco rato…como yo, por ejemplo.

     

    Me dirigí hacia Cye, pero antes de que me viera alguien le tapó los ojos. Era un chico alto, delgado y el pelo de color negro. El chico saludó a la mujer del pelo dorado, evidentemente se conocían. Luego repararon en mí.

     

    Hola Cye ―saludé a la jefa―. Creo que no nos conocemos ―dije dirigiéndome al joven―. Soy Ray Rambaldi, un gusto.

  24. - ¿Eres miembro o aspirante?: Aspirante

    - Nick: Ray Rambaldi

    - Nombre Muggle: Ray (dejémoslo así)

    - Edad: 18

    - País: Chile

    - Fecha de Cumpleaños: 30 de Agosto

     

    Hola. Después de pensarlo mucho (algo más de unos 15 minutos xdd) decidí ingresar a la orden. Ya pasé las generales (hace muuuuucho tiempo) y ahora estoy terminando rol y duelo básico. No se que más decir para no hacer spam :unsure: xdd

     

    Saludos

Sobre nosotros:

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