Rías W. Loveless

Empece a rolear y después de un rato me emocione, Koa si que estaba aburrida, hasta le dio por usar de alfombra el rostro de Pandora, bueno ya rolee vengo a dejar el coso, deberian agradecerme que sea tan genial (??? eso no viene al caso, lo se ahora yo creo que ya llene lineas pero ahorita es de madrugada y no pienso bien asi que espero este todo en orden y zZzZzZz ME DORMÍ X.X

Nombre de la Sombra (Mortífago): Koa Black.

Actividad: #767 Rol

Prisionero: Pandora y Binfeyd

Resultado: Dejando a los prisioneros.

Fecha: 09/09/2013

Con paso lento se adentro en el lugar a duras penas jalaba los dos cadáveres de aquellas mujeres, sus ropas rasgadas y notorias marcas de sangre las cubrían y ahora, también cubría el sucio suelo de la prisión mortifaga, que como de costumbre se cernía en la noche con un sepulcral silencio mas propio de una vela, aun que claro, aquellos mismo podría considerarse para muchos, quienes sus espíritus aun volaban entre el mundo de los muertos y el de los vivos.

-Esta es tu celda- susurro, el cadáver seguía alli inerte, mientras que el otro parecía esperar, lanzado frente a la celda, con un poco de dificultad, Koa ubico el cadáver de la fenixiana (Pandora), en un extremo de la sombría celda, ademas claro de deshabitada, por que aquella ni siquiera contaba con los cartones que había en una que otra celda para que los odefos sumieran, aquella estaba aun mas vació que el cerebro de las difuntas, las tres paredes la cubrían por completo, y un enorme charco de agua de lluvia, supuso Koa, se extendía des del extremo norte de la celda hasta el pie de la mujer, le daría gripe, aun que claro estaba muerta.

-Ennervate- susurro, un poco bajo para su propio gusto pero la pereza en aquel instante la dominaba, levanto nuevamente su varita, Grennie quien seguía en linea recta con el cuerpo que parecía empezar a despertar -¡¡Incarcerus!!- tres gruesas cuerdas fueron directa a ella, su boca que estaba semi abierta, fue tapada totalmente por una de las cuerdas que se engancho en sus labios de tal forma que el mas mínimo sonido departe de ella, terminara de romper sus labios, aun que claro, tampoco es que pudiera hablar.

La segunda cuerda fue a sus muñeca y abdomen, las muñecas quedaron sujetas totalmente a su espalda, que fue amarrada con la misma cuerda, sus brazos estaban totalmente pegados a su espalda y sin la capacidad de mover los. La ultima cuerda fue hasta sus pies, el hecho de que estuviera tirada le ayudo bastante, a no sufrir la caída, los tobillos de la odefa se vieron sujetos de tal forma que la circulación se corto y el mover los se fue haciendo un sueño mas y mas lejano, ya que las piernas ya empezaban a sentir aquel desagradable hormigueo que venia antes de el dejar de sentirlas por completo.

La Malfoy, miro con atencion a la mujer que empezaba a despertar, seguramente por las cuerdas, se acerco hasta ella y levantando un de sus pies la pateo en el abdomen lo suficientemente fuerte parar hacer que se corriera por el impacto, aun que claro tampoco fue mucho, Koa después de todo no era tan fuerte, aun que si lo suficiente para hacer que quedara en el charco de agua sucia.

-¡¡mi****!!- exclamo la bruja, su pie descalzo pareció palpitar por un momento -Por tu asqueroso abdomen, sanguijuela- aquello la había no enojado, sino dolido, su pie estaba doliendole lo suficiente como para que el enojo se acrecentara, subió el pie y lo impacto contra el rostro de la mujer, pudo sentir la mejilla contra su pie descalzo y le gusto, fue tan entretenido que siguió ejerciendo presión.

Suspiro, cansada, recogió su cabello que empezaba a salirse de dentro de la capucha y siguió su camino, no sin antes cerrar la celda mediante magia, tomo del cabello a la otra fenixiana (Binfeyd) y lo jalo tanto como pudo a una celda en uno de los pisos inferiores, bastante lejos de la otra mujer.

-Contigo va lo mismo, ennervate- la mujer ahora estaba viva, Koa lo supo pues pronto su pálido cuerpo fue abandonando el tono macilento. -Incarcerus- tres cuerdas salieron de su varita y se amarraron de forma idéntica a las de la otra bruja, ya habiendo cumplido su labor y dándole unos "cariñitos" a la bruja, que terminaron dejándola al borde de la muerte, otra vez. Abandono la estancia, cerrándola mediante magia y dejando un Dementor junto a la celda, al menos tendría la precaución de que la mujer no tuviera calor, pues su "habitación" ni siquiera contaba con goteras como había sido el caso de la otra mujer pollo.

-Episkey- dijo a sus ojos, que inmediatamente después de la curación volvieron a la normalidad, o casi, viendo todo con los sombríos colores con los que Nurmengard contaba, volvió a alzar su varita esta vez para atacar a otro, sonrió de medio lado, sonrisa que no podría ser vista, apunto con su varita a Boss, otro fenixiano que la había atacado con anterioridad, pero que había fallado ya que Koa se encontraba a DIEZ metros de cualquier cosa viviente, ademas, aun la protegía su fortificum y ahora unas necrohands procedentes de alguno de sus compañeros mortifagos.

-Absorvere- la muñeca donde Bos manejaba la varita, estaría echa añicos y la pudrición empezaría inmediatamente si no se curaba, en el acto, su muñeca quedaría inútil para acatar a menos que la curara o cambiara la varita de mano, ambas cosas vendrían bien para el fenixiano, que al parecer no sabia medir bien las distancias, pues su Tripio había quedado a dos metros de distancia para que alcanzara a la Malfoy, que aun permanecía a diez metros de sus enemigos.

-Fortificum- exclamo, una muralla de siete metros de largo de formo, a su alrededor pero sin llegar a cerrarse del todo, de alto seria de al menos cuatro, la barrera de diamante no dejaría que ningún hechizo la traspasara. Koa aun seguía farfullando maldiciones, que la demonio intentaba no escuchar o bien no prestar atencion para no morir en su primer ataque, aun que estaba segura aquella batalla no llegaría lejos para ella. Aun que por el momento logro detener un Sectusempra que iba dirigido hacia ella.

-Sectusempra- un rayo verde salio de la varita de Koa o bien Lían, aun que el cuerpo o recipiente donde la demonio permanecía fuera la de la Weasley, aun su esencia, su alma seguía allí, recordando que a pesar de todo era una Malfoy.

Sus orbes color agua marina fueron directos a su objetivo, Goderic, espero con ansias a que el rayo le impactara creando enormes heridas en su espalda, pues aun que Lían no fuera cobarde, en aquel instante su oponente se hallaba a espaldas de ella, aun que poco antes le hubiera atacado, a diez u once metros de distancia, pero no por esa razón las enormes heridas sangrantes que se abrirían en su espalda no serian graves, tendría que ser un verdadero contorsionista para curarlas y no morir desangrada.

Con mano hábiles recogió su cabello en una coleta, para después trenzarlo y guardarlo como si de un moño se tratara, tomo su mascara y la coloco a la brevedad sobre su rostro, antes de echarse la capa negra sobre su cuerpo y cabeza, su cuerpo totalmente desnudo quedo resguardado bajo la capa, aun sus pies descalzos no serian vistos, miro la ultima vez su brazo izquierdo cubierto por el terciopelo.

Desapareció junto con su elfo domestico, después de que pasados unos minutos hubiera recibido el llamado de la marca, seguramente de Zack, después de todo el era casi siempre. Después de un vistazo a lugares irreconocibles, el dolor de estomago y casi vomitar sus entrañas, Lían apareció junto con Darth Vader y Koa, que no paraba de gritar, aun estando dentro de su cabeza.

-¡¡A diez metros!!-

-Si, si ya se-

-¡¡A diez metros, dije!!-

Escuchando por fin lo que la voz chillona pero no por eso menos amenazante de la Weasley, se coloco a diez metros de cualquier cosa viviente, lejos de sus enemigos y de cualquier cosa que pudieran usar en su contra. Lanzo lejos de si su capa, quedando con su cuerpo semi desnudo o bien desnudo, pues su cuerpo era cubierto por una fina luz que no permitía, que lo no ATP se viera. (?) Ya había llegado a la cárcel, ahora solo quedaba atacar.

Una esfinge, monstruosa apareció, claro que era monstruosa si no no seria un monstruo, la criatura abrió sus fauces para pedir la respuesta al acertijo, que Koa a pesar de hacerse la pensativa, estuvo apunto de contestar después de un rato de estar en silencio, pero escucho como el aquel ser, repetía el acertijo: Albus Dumbledore cierto día anunció que realizaría una gran demostración: durante veinte minutos caminaría sobre la superficie del lago de Hogwarts, sin hundirse en sus aguas. Una gran cantidad de alumnos y profesores se reunieron para presenciar la hazaña. El viejo mago realizó exactamente lo que dijo que haría. ¿Cómo lo hizo? .

-La respuesta es que era invierno y que pudo andar sobre él durante esos minutos, porque el lago estaba congelado- cuando termino de decir el acertijo, la esfinge se hizo a un lado dejando el camino libre a ambas mujeres, que no dudaron en entrar al lugar que empezaba a llenarse no solo de fenixianos si no también de mortifagos. Monica avanzo, sin embargo Koa se quedo atrás.

Los vampiros habían desaparecidos, todos gracias a la Malfoy, Koa solo observo sin intervenir, no fuera que le molestara meter mano pero aquello era un buen espectáculo, frente a ambas un lago, caminaron por el muelle, uno maltrecho y tal vez poco seguro, que iba a importar en aquellos instantes. El muelle quedaba justamente fuera el laberinto de la montaña, las brujas abordaron un bote en el muelle de madera, solo faltaba que apeteciera Caronte, la escena logro interesar a Koa, quien aun permanecía en silencio, las aguas estaban tranquilas y una muesca de sol se asomaba apenas por las sendas nubes de tormenta que aun no eran disipadas del todo.

Cuando el bote cruzaba la mitad del lago, flechas aparecieron, eran doradas. En un rincón del bote dos espadas relucieron, y aun que la molestia de agacharse era mucha, Koa la tomo e imito a Monica, hasta acabar con todas las flechas; pocos segundos después llegaron hasta el otro lado del lago y emprendieron nuevamente el viaje.

Pocas horas antes estaba durmiendo, ahora se encontraba surcando un lugar desconocido junto a Monica, ambas desaparecieron a algún lugar cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire a unos trece kilómetros y medio al norte de Salisbury. Lo único a lo que parecía tomar importancia la demonio era el sonido de los siete o seis centímetros de tela, que rozaban el suelo de aquel sitio.

La lluvia cubría por completo a los presentes, Monica ya había echo el llamado y como de costumbre no habían tardado en llegar los mortifagos, ambas avanzaron hacia las futuras barreras, Koa, no entendió en donde estaban hasta que ambas se vieron presas por ellas, no supo si la lluvia seso, realmente aquello no le preocupo cuando sintió como el agua era remplazada por arena, tapando su vista, su rostro cubierto por la mascara hacia que al menos su sentido de la dirección no se nublara por completo.

Sus pies descalzos sentían aquella masilla entre sus dedos, la arena paso a ser sustituida por nieve, Koa en un intento por preservar el calor se apresuro a cubrirse mejor con su capa, aun que su mismo cuerpo tuviera hechizos, para que el frío no llegara al igual que la hipotermia.

Pensó que todo había acabado hasta que sus pies sintieron el calor, un fuego abrazador se abría paso ante ellas, no duraron mucho en cruzar lo que se podría haber sentido como un incendio forestal, un incendio que acabo en nada cuando fuertes vientos azotaron el sitio, ajustando su capa, cerrada del todo pues era lo único que cubría su cuerpo desnudo, la tormenta se cernía sobre ellas casi con la ferocidad de un huracán clase cinco.

Después de que aquello acabara juntas siguieron hasta entrar a un laberinto.

Blackimse unos pasos adelante, era seguida por Koa, quien sin mostrar mucha atencion vio a lo lejos después de caminar por varios minutos y de hacer el llamado, arena comenzó a sentirse por los pies descalzos de Koa, quien avanzaba colocando mejor su mascara, quien cubría su rostro no lo protegiendo su identidad si no también de la arena que comenzaba a azotar de tal manera que la mortifaga no estaba muy segura si se detendría, aun que lo hizo, si, pero por nieve, una tormenta que hubiera acabo con la vida de ambas si no fuera por los múltiples hechizos que había en sus vestimentas y aun que la misma Malfoy no llevaba calzado, aquello no resulto de importancia.

-Lindo día- farfullo sarcástica la bruja, no supo si fue escuchada pues aquel clima tan bipolar, era bastante controversial como para fijarse en la Nigromante, pronto de forma no tan rápida como hubieran deseado pasaron por otras dos tormentas, de fuego y una como un huracán, según la peli verde al menos. Después de pasar aquello, junto con la Rowle, suspiro aliviada de que aquello acabara y siguieran con la siguiente barrera ante su entrada a la prisión.

Permaneció en silencio, expectante ante alguna muestra de dolor, no hubo nada, el crujir de un rayo la despertó, miro a los lados sin entender aquello, el sueño seguía tan o mas vivido que antes, la marca sobre su piel parecía palpitar, hirviendo de tal forma que si aquello duraba unos minutos mas Koa, estaba segura, haría cenizas su extremidad, no entendía por que el ardor, no había llamado, tal ves solo sentía cuando una idea en extremo tonta cruzaba por su cabeza. Se levanto de forma lenta de la silla donde había permanecido dormida las ultimas horas, aun con su mente acallada por los estruendos del exterior.

Por un momento se pregunto, si ella consideraría menos a cualquiera que no fuera igual, pero eso no la preocupaba. Ya no, después de todo ahora entendía lo que alguna vez se le dijo, ahora era una mortifaga, mas fuerte, mejor. Salio de la habitación en la fortaleza oscura, últimamente dormía en cualquier lugar, bonita costumbre estaba adquiriendo; con paso casi funesto recorrió el lugar, su rumbo posiblemente la biblioteca, al menos sus pies la guiaban allí, aun que nunca llego, al fin y al cabo la idea termino pasando sin pena ni gloria.

-Vienes conmigo... Haremos una pequeña cacería...- la había tomado del brazo, miro confundida a la usuaria de aquella voz, era Blackimse, no quien no le dio tiempo siquiera de asentir solamente de poner su mascara, ya habían desaparecido a algún lugar en Londres. La Malfoy no sintió cuando las densas horas transcurrieron, solamente se limito a cumplir su objetivo, en silencio como si quisiera pasar desapercibida, sin llamar cualquier tipo de atencion de la Nigromante o la victima.

Cuando la información llego, ambas desaparecieron a algún lugar cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire a unos trece kilómetros y medio al norte de Salisbury. Lo único a lo que parecía tomar importancia la demonio era el sonido de los siete o seis centímetros de tela, que rozaban el suelo de aquel campestre sitio.

El absorvere lanzado con anterioridad había salido infructuoso, y el sectusempra que en cambio había recibido había sido detenido por el avis, que había invocado tiempo atrás.

-Absorvere- el hechizo fue directo a la muñeca de Ishaya, su muñeca, donde sostenía la varita, quedaría igual de inútil que la otra que ya a tales alturas estaba bastante descompuesta por la enfermedad, que hacia efecto en la misma, espere un momento, tranquila, mi respiración ya se había normalizado después de que la adrenalina recorriera mi cuerpo de forma abrupta, ya estaba tranquila solo por el echo de estar en batalla, de estar protegiendo un lugar preciado, podría sonar tonto y hasta odefo, pero era cierto.

-Que cursi que eres- era la voz de Lían, quien se había mantenido en silencio por largo tiempo, ahora atacaba con sus preguntas dejando bastante molesta a la bruja. -Avada kedavra- el rayo era verde, ella sabía lo que sucedería estaba pronto a impactar en Ishaya.

-Sectusempra- el rayo tan verde como su cabello salio de la varita de la Weasley Malfoy, su dirección era mas que clara, la espalda de Vrael, un odefo que se habia acercado al lugar, el se encontraba obviamente de espaldas hacia la demonio, si aquel rayo llegaba a impactar, las heridas que crearía llevarían a la persona a una muerte segura, claro si no se curaba pues las heridas desangrarían tanto que seria como un nuevo tapiz carmín para el suelo de aquella prisión. -Absorvere- la muñeca del mago Vrael se quebraría, la muñeca donde sostenía su varita, dejaría de servir pues el dolor y la mala puntería al tenerla totalmente rota jugarían en su contra, eso era seguro, aun que podía evitar todo aquello si cambiaba de mano la varita.

No estaba segura si llegaría a poder con el, después de todo simplemente era tempestad, pero sonreí por que estaba dispuesta a dar todo de mí para acabar con su asquerosa vida, de odefo.

-Fortificum- una barrera de diamante se formo en torno a la chica, la barrera de tres metros de alto y ocho de largo casi rodeaba completamente su esbelta pero pequeña figura,la barrera haba sido creada lo suficientemente lejos como para que si la misma llegaba a ser transfigurada, la chica tuviera tener el suficiente tiempo para acabar con el muto, suspiro tranquila al menos por el momento no le afectaría nada que no fuera efectos. No habían objetos que pudieran llegar a usarse en su contra, no pensó dos veces antes de alzar su varita cuando por fin diviso a uno de los enemigos cerca suyo, por que si bien ella quería atacar, no se movería, no tenía aun la suficiente predisposición como para tomar la iniciativa, por lo que no feliz con su barrera creo una bandada de aves.

-Avis- doce aves salieron de su varita, volaban a su alrededor sin llegar a interponerse en su camino, suspiro mirando de forma fija a los odefos presentes, no a todos pues no tenía mil ojos, pero si a los mas cercanos, ya estando firmemente impuesta a cinco metros de la barrera y la barrera a diez de ellos.

Suspire, escuchando el clásico "Bum, bum, bum" de mi corazón, supuse que aquel día no seria el mio, tal vez, solo tal vez me había levantado del lado equivocado de la cama y nada pasaría de la forma correcta, o claro, de la forma que yo viera correcta, para mí. Mis pasos eran acallados por las bocanadas de aire que en aquel instante yo provocaba con el fin de mantenerme tranquila, mi capa de color carmesí se movía conforme avanzaba por la fina graba de la entrada, creando una vista bastante llamativa, sus adornos lograban dar el aspecto de pequeñas olas en el agua roja siendo detenida apenas por los centímetros de la capa que llegaban al suelo.

Mis pies se veían blancos, tanto o mas que la hoja de papel que arrugaba con fuerza en mi mano izquierda, echa un puño, apegada contra mi costado, en mi mano derecha para variar se encontraba mi varita de acebo, Grennie, quien vibraba apenas, la sentía allí ejerciendo la suficiente presión sobre mis sentidos como para mantenerla presente ante todo. Mi ante brazo ya había dejado de arder, la marca ya había quedado nuevamente inerte, como si fuera simplemente un viejo tatuaje, estaba ya acercándome a Nurmengard, gracias a una mucho de mis elfos, de eso no hacía mucho.

Bien paso a dejar el reporte de nuestra entrada a la prisión fenixana para rescatar a Mery, creo que este es el formulario.

Fecha: 25 /08/ 13

Mansión o Negocio Defendido: Rescate en Abbadon

Permiso del Alto(s) Rango(s) que acompañó On y Off Rol:

Zack Black Rowle

Blackimse Black Rowle

Mia Black Lestrange

Participantes:

Zack Black Rowle

Blackimse Black Rowle

Mia Black Lestrange

Lisa weasley rambaldi

Anne k haughton

Adry Weasley

Caroline Ryddleturn

Mery Granger

Koa Black

Santos Malfoy

Link del Inicio del rescate: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101707&st=980

Link del final del rescate: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101707&st=1020

Encargado de la logística: --

Comentarios (Capturados, muertos, Rescatados): Bastante bien, Meri sale ilesa.

Ya todo había acabado, tan rápido como aparecí me fui, mi rumbo era definido solo yo lo sabía, con Chewbacca que había aparecido de la nada salí del lugar, tan pronto como hubiera traspasado todos los hechizos que lo impedían, ya estaba fuera ahora salio faltaba el descansar terminar de leer mi libro, el precioso precioso libro de amor, un amor ya bastante desecho pero que iba a importar tal cosa en aquel instante, el revoltijo en mi estomago permaneció allí hasta que deje de ver el lugar.

-Hasta la vista chavales- había aparecido ya en otro lugar, no sabía donde solo el elfo que en aquel instante daba vueltas a mi alrededor bastante mareado por lo que se podía apreciar.

-Avis- doce cuervos negros salieron de su varita, revoloteando frente a ella sin llegar a intervenir en sus ataques, ni ser destruidos por los del enemigo, ellos sabían cuando esquivar, su única misión mientras tuvieran vida -por la cual tenían vida- era el de proteger a la peli verde, de cualquiera de los fenixianos y sus ataques. Con cierta dificultad miro el lugar, pues si mascara era lo suficientemente incomoda como para no ver bien, aun que claramente veía mas que suficiente.

-Avis- otras doce aves salieron de la varita de la bruja, eran exactamente igual que la otra bandada de cuervos negros, su objetivo, el mismo o al menos casi igual pues ahora no la protegia a ella si no a una de sus compañeros de bando (Mery), una pequeña brisa apenas sensible para la bruja que mantenía todo su cuerpo cubierto a excepción de sus pies, una sonrisa que no llego a ser vista por nadie se formo en su rostro tapado por la mascara de metal pintado, al ver como las doce ves salieron ahora para donde la chica.

El rescate parecía mantenerse en orden, no había nada demasiado complicado o al menos Koa, no lo sentía así pues su espíritu aun un tanto abatido por el libro que había leído no hacia a muchas horas, se encontraba dando bastante de si misma en la batalla.

Su sonrisa se perdió, sus dejo entrelazados con su cabello se agruparon de forma violenta, al sentir el ardor, poco a poco aumentaba hasta que sentía su antebrazo apunto de quedar en cenizas, viles cenizas que al primer ventarrón quedarían en nada. Un suspiro algo forzado cuando el dolor se fue atenuando, se levanto de un salto de su cama, con lentitud desabrocho su pijama hasta quedar en ropa interior y echarse su tan acostumbrada capa negra encima, aun así, descalza y ya con la mascara en su rostro salio.

-¡¡Vamos a Corea!!- canturreo al elfo, pese a que su estado de animo no parecía decaer, hace poco estaba bastante deprimida, por un libro, que tristes eran las historias de amor, que triste. Salieron de aquella mansión sin ser vistos pro nadie y se dirigieron al lugar donde seria el rescate, sacarían de la prisión a uno de sus compañeros, la peli verde sujeto de sus harapos llenos de floripondios lilas a Chewbacca y desaparecieron hacia la cárcel fenixiana. Con excesiva comodidad se acerco a sus compañeros, ya todo estaba listo, solo entrar y sacar a la chica, el lugar comenzaba a poblarse de enemigos.

Vengo decidida a ser una de la sombras mas trabajadoras, por lo que dentro de un meses os robare el cargo a todos o.ó *espera las risas* si ya se, are lo que pueda por ser activa, pero de verdad que vengo con ganas de ser buena sombra, no dejare de pasarme ademas tengo a mi querida madre que me jala las orejas y amenaza con morderme el c*** o.ó

Nombre de la Sombra (Mortífago): Koa Black

Actividad: 464

Prisioner: Hector

Resultado: Rol (el hijo de banshee aun no responde)

Fecha: 21/08/2013

No hacía poco mas de dos horas, que había dejado a los dos prisioneros, Aime, la chica, aun no parecía dar señales de vida, tal ves el ennervate no había salido bien, aun que claro tampoco es que en un principio me allá esforzado por que tal hechizo les recobrara totalmente a la vid ay no les dejara en un estado de inconsciencia gracias a sus bastantes heridas abiertas y las que apenas y cerradas estaban producto del hechizo que se suponía lo "curaría". Sonreí aun sintiendo el frió de la mascara contra mi rostro o el escalofrió que aun después de tanto tiempo los dementores causaban en mi cuando mis emociones no estaban en orden.

-Vaya día, a este paso jamas llegaremos a comer- como un susurro que solamente yo podía escuchar me llegaba la voz de Lían, tan sedosa apero a la vez llena de lo que se podría caracterizar como "mal genio" con tal de no seguir buscan ningún tipo de nombre a lo que la demonio hacia con mis emociones tan pronto como hablaba, y si que hablaba.

-No te quejes, al menos tu no tienes que soportar a estas cosas, que se hacen pasar por personas, - mi voz no llego a ser escuchada por muchos, pese a todo tenía que mantener las apariencias, una sombra apareció de la nada, jugando con su varita y con porte arrogante hablo de tal forma que, por primera vez en el día preste atencion.

-El prisionero que acabas de traer ya despertó, encárgate de él-

Asentí alejándome de el, sin preguntar ninguna cosa y aferrándome a mi capa en busca de mi varita que encontré cuando cruzaba el doceavo escalón de la escalinata de piedra, cuando lo vi se mantenía aun allí, en el suelo y con las manos atadas detrás de su espalda su espalda, en un intento vano por soltarse, fue al menos aquello lo que a mi me pareció, su aspecto no se lograba distinguir bien, pero me mantenía aferrada a la idea de que tal vez le conocía, imposible de averiguar en aquel instante.

-Hola, bienvenido a nuestro hotel de lujo- aquellas fueron mis primeras palabras al entrar, aun yo misma me consideraba una niña entonces, ¿por que no jugar?, con mi varita en alto apunte al cuerpo de Hector, supuse que me miraba y si no, pues que falta de educación, me mantuve seria por unos segundos pensando en que le podía hacer sentir ·bienvenido·, en el lugar, sin llegar tampoco al extremo que tuviera que darle vida una segunda vez.

-Sectusempra- una luz verde parpadeo en la habitación casi en penumbras, aun que no lo suficiente para que cualquiera allí presente no pudiera guiarse, a menos que el fenixiano fuera miope.

Me agache junto al hombre a una distancia suficiente como para que aquel olor que salia de sus heridas no llegara hasta mí, el no era un adversario no en aquel momento al menos, donde se encontraba apenas consciente y mas en el mundo de los muertos que en el propio donde su cuerpo, se desangraba lentamente.

Mire como el rayo impactaba en su cuerpo, sus heridas empeoraban, manchando el piso aun mas de sangre pues aquel mismo ya casi parecía en su totalidad de aquel color natural, a excepción de unos pocos lugares aun de piedra gris no manchada con la sangre de los futuros reclusos, el odefo no moriría aun que el dolor que sentiría seria bastante agradable, no para el pero si para mí o cualquier sobra perdida que anduviera divagando por el lugar.

-Como veo que te gusta mucho estar amarrado, te concederé el favor, incarcerus- tres enormes cuerdas salieron nuevamente a su cuerpo, amarrando sus muñecas a su espalda, cortando le no solo la circulación de sus brazos que dentro de nada se empezarían a dormir, si no que también su movimiento, del que gozaba con el primer amarre quedaría totalmente anulado. La segunda cuerda amarro sus piernas, dejando quieta la que tenía en los tobillos y la tercera a su cuello, si no se movía de la forma correcta moriría no por sus heridas, si no ahorcado.

Después de todo siempre me había parecido mas placentera la tortura corporal a la psicológica, después de un rato entretenía mas.

No se si es aquí TT supongo que si XD así que aquí lo dejo sino que el admin responsable lo lleve a su sitio *esperando regaño* bueno aquí dejo la formulita o como sea que se llame la verdad es que nunca me lo aprendí XD, de cualquier manera aquí esta y espero que todo este bien /o/ nunca super si aquí se hacía spam TT *llora descontroladamente al no saber que hacer*

Nombre de la Sombra (Mortífago): Koa Black

Actividad: 459

Prisioner: Aime Westrong y Hector Weasley

Resultado: Dejando a los dos nuevos prisioneros

Fecha: 19/08/2013

El ambiente era oscuro, la noche ya había caído tan gélida como de costumbre en aquel sitio, con una sonrisa en su rostro cubierto por la mascara de metal jalaba a cuestas dos cuerpos, dos fenixianos, bastante curiosos, muertos en combate. Su caminar taciturno y su frente en alto, escuchaba el aullar de los prisioneros y el silbido penetrante de los dementores al moverse, rozando con aquellos cuerpos en plena putrefacción las paredes y aspirando la poca felicidad que en aquel lugar se respiraba.

-Aquí esta la tuya, disfruta tu estadía- la voz de la Malfoy, sonó tranquila, como la de una niña que por poco no era, pero siempre con aquel matiz que la hacia ser reconocida como miembro de aquel bando, dejando al prisionero, hombre, en la puerta se adentro con Aime, hasta dejarla en el centro del oscuro reclusorio, una celda en malas condiciones, pero mejor de lo que cualquiera de ellos pudiera merecer.

-Ennervate- susurro, el cuerpo de la chica comenzó a cobrar color aun que sus heridas no llegaron a sanar, con otra floritura de varita la peli verde mascullo: Incarcerus. Tres cuerdas salieron de la varita, una atando los tobillos de la mujer, otra a su boca y la ultima a sus muñecas que en aquel instante se encontraban juntas, detrás de su espalda.

Cerrando con magia salio de la celda de forma lenta, hasta agarrar el cuerpo de Hector con fuerzas re encontradas, al ya no tener que jalar la misma cantidad, con el cuerpo fue hasta una de las torres mas altas de la prisión, siendo el odefo custodiado no solo por la sombras si no por una mayor cantidad de dementores.

-Ennervate, Incarcerus- tan pronto como el hombre cobraba vida, las cuerdas salian despedidas a su cuerpo justo en los mismos sitios donde minutos antes la peli verde había repartido las de la chica, muñecas, boca y tobillos. Sin ninguna otra cosa que hacer, salio de la celda cerrada con el mismo conjuro que la primera,

El día fuera de aquellas paredes era de una tonalidad azulacea, como pocas veces se lograba ver en aquel país, un sol brillaba casi calentando los abrigados cuerpos de los magos que entraban al cuarte general de Aurors, algunos con sonrisas y otros con su rostro con la total seriedad del caso que de pro si a tales horas no era mucha.

Con paso firme y cabeza en alto la peli verde se adentraba en aquella oficina, sus zapatos producían un chillido apenas escuchado por los vampiros y ella misma, con discreción se recostó sobre la firme recepción, a la espera de ser atendida y que sus funciones fueran mas claras, su mirada agua marina vagaba por el sitio en busca de Sophie, no la encontraba y esperaba hacerlo de forma que la mortifaga estuviera feliz, había pasado casi un mes des de que empezó a trabajar y hasta ahora hacia su acto de presencia.

-Buenos días- saludo de mala gana a la recepcionista, quien le miraba curiosa - ¿Se encuentra Sophie Granger?- su voz aun sonaba entre cortada, con una sonrisa aun mas falsa que el saludo se irguió por completo dejando ver su larga silueta adornada por un vestido color crema discreto, re cubierto por una chaqueta de una tonalidad azulada. "Quita la sonrisa que pareces i******", la voz de Lían no faltaba en aquel instante, incitando a la peli verde a seguir sus ordenes.

Caminaron lento, el lugar estaba mejorando a los ojos de la bruja que pisaba lento, no había sido una buena idea el ir descalza, aun que nadie supiera puesto que su capa la cubría por completo. Una enorme criatura apareció de la nada, varios pájaros volaron de la punta de los arboles y el sonar de las chicharras también, bastante inaudito teniendo en cuenta que era medio día, la esfinje se posiciono frente a ambos mortifagos obstruyendo su camino.

-"Lo que faltaba"- Lían con su voz, acallada y tan suave como la seda rugió en la cabeza de la bruja, que limitándose a contestar solamente asintió, para su sorpresa aquel hombre sabia la respuesta. No tardo aquella criatura en apartarse después de haber sido contestada su pregunta, dejando les el camino libre, camino que pocos minutos después se vio tapado gracias a un ejército de estatuas que cobran vida por un hechizo automático de Piertotum Locomotor, lo que supuso la bruja puesto que no conocía ningún otro hechizo de tal índole.

-Yo me encargo- la voz de la bruja había vuelto a la normalidad, pese a que aun estaba mojada. Apunto con su varita a la estatua que parecía estar mas cerca, aun que claro también se acercaban las muy... - Zancadilla- la estatua se volcó, y para sorpresa de la bruja con ella también las demás, que se vieron golpeadas una a una como si fuera un grupo de piezas de domino golpeadas en una larga hilera, solo una había escapado, pero rápidamente aquello cambio -Incarcerus- la ultima quedo atada, así ambos siguieron su camino hasta la prisión fenixiana para rescatar a sus compañeros de bando.

La mirada agua marina de la muchacha seguía a Derek, que luchaba contra las acromantulas, ella permanecía detrás sabiendo que aquellas si eran reales no como el boggart, aquellas eran reales, cuando estuvo segura que el mortifago estaba bien se adelanto saliendo del bosque para toparse con el enorme paso, totalmente de hielo con cuidado empezó su trayecto. El hielo empezó a quebrarse hasta que por fin la bruja cayo, un pensamiento el mas pesimista que podía tener apareció conforme se hundía: ¿Engorde?.

Aquello, un laberinto submarino, la bruja hizo lo que pudo nadando lento paso cerca de diez segundos cuando noto que el laberinto estaba cerrado, se había cerrado, sus paredes de hielo le negaban el paso, con la mirada busco la salida aguantando la respiración, cosa imposible poco a poco sentía como todo se nublaba.

Un manotazo tras otro en busca de la salida, nunca había sido buena nadando eso era seguro, pero aquella vez fue diferente en pocos minutos salio del agua congelada tiritando sin ser escuchada, pero encontrándose por fin con su compañero. Poco falto para que se le tirara encima nunca había estado tan feliz, aun tosiendo un poco sacudió su cabello oculto de milagro por la capucha.

-Bonitas Acromantulas, ¿eh?- susurro aun tiritando intentando restarle importancia a su incursión debajo del agua, ella no podía darse el lujo de parecer debil sabiendo que ya de por si, que todos creían que lo era. Miro de reojo a aquel mortifago, nunca habían tenido una relación cercana pero definitivamente aquello pese a su estado, no iba mal, dentro de poco aparecerían sus compañeros, ella lo sabia, después de todo eran fieles, siempre fieles como su lema.