Izumy Riddle Befo

Un suave gruñido surgió de mi garganta al darme cuenta que me habían dejado de lado. Vi como las nuevas jefas elegían a una nueva prefecta. Negué con la cabeza y haciendo caso omiso a lo que sucedía a mi alrededor me puse a desordenar la decoración que, semanas antes, con tanto esmero había puesto.

"No, no, Izu, no es bueno que planees travesuras contra las nuevas" me regañó la voz de mi hermano Jun en mi cabeza, sonreí de lado mientras pensaba en todo lo que podría hacer para molestar. Me paré de repente ¿Podrían expulsarme de la casa de los Dragones? Luego me reí ante mi preocupación. Me acerqué al tablón de anuncios que no había sido actualizado desde que las demonios dejaron de ser jefas. Un dragón rugió en el exterior.

-Como los odio-dije en voz alta y me paré frente a una de las nuevas jefas; si ella no me ponía a hacer nada tal vez podría encerrarme en mi infierno personal dentro de mi habitación.

-Ne! Soy Izumy Riddle Slytherin, ¿Hay algo que pueda hacer?-le dije a la jefa, la verdad no tenía la menor intención de mostrarme servicial, pero no se vería bien que fuera un lastre para las otras, y hablando de otras, la Casa últimamente era un hervidero de personas.

Un gruñido salió de lo más profundo de mi garganta cuando la Demonio abrió la puerta de mi habitación.

-¡¡¡Ya voy!!!-le gruñí bastante molesta. Salí de mi escondite, marqué la página de mi libro y me dispuse a seguir a la demonio hasta la Sala Común. "Izzhu esta molestaa" Canturreó Jun en mi cabeza, hice un gesto de molestia y baje.

-¿Qué?-le pregunté a la demonio de malos modos, luego de pararme frente a ella. La verdad no me importaba que fuera jefa de casa, el simple hecho de que fuera una Demonio me fastidiaba, pero el que hubiera entrado en mi habitación me enfurecía sobremanera. "Vas a tener que poner más incienso si quieres deshacerte de su olor" Comentó Jun, gruñí por toda respuesta y me quedé mirando con odio a la demonio, esperando a que se explicara.

Abrí suavemente un ojo, mirando desde mi refugio de flores, estornudé sin hacer ruido y me las sacudí de encima. Había olido a la demonio salir de la habitación, lo cual me inquietaba un poco, miré alrededor y tampoco vi a Rachel, me encogí de hombros y decidí dar un rodeo para ir a mi habitación, la cual igual quedaba entre las últimas, pues así lo había decidido.

"Vaya, Izu, jamás creí que te dormirías en un lecho de flores, a menos claro que murieses en combate" comentó la voz de Jun, la cual se oía anti-naturalmente alta en medio del vacío de la Casa, y hablando de vacío, sabía que eramos pocas pero ¿tan pocas?

"Izzzzzhu" llamó la voz de Jun, di un gruñido; jamás me había gustado que me dijeran así. "Ah ahora si me haces caso..." dijo con aire ofendido; no pude evitar reír. "¿Vas a unirte a las otras?" preguntó Jun, me mordí el labio mientras entraba en mi habitación y quitaba los faroles de calaveras para poner algo menos lúgubre

-No, que se las arreglen solas, tengo decoración por hacer-dije simplemente y me puse a armar nuevos faroles esta vez con forma de grandes rosas negras y azules, además de esparcir varitas de incienso con olor a sándalo por toda la habitación; hice varios móviles de gatos negros y otros tantos de Swallowtails también negras. Una vez que hube terminado y luego de oír la aprobación de mi hermano en la cabeza agarré una sábana, me fui a un rincón oscuro y me acomodé, con un libro en las manos para leer en la perversa penumbra que proporcionaban la sábana y las cortinas corridas.

A simple vista, mi habitación parecería vacía...

La pelinegra apenas si oyó a su compañera de casa, la verdad solo le importaba que la clase continuara rápidamente. Entonces oyó a la mujer, a Litah llamarla preciosidad y pedirle que llevara unas flores. Su cabeza estaba en otro lugar, más clara mente peleando con la insidiosa voz de su hermano.

-Esto...-dijo algo incómoda , jugueteando con el mechón rojo,¿Qué había dicho la tal Litah? "ve a la boda, Izu, seguro armas un desastre" rió la voz de su hermano en su cabeza, la morena negó con la cabeza e hizo un gesto de disculpa:-me temo que no me gustan las bodas, y soy algo, alérgica a las flores.-

Clavó sus negros ojos en su tío, mirándolo con curiosidad "¿qué piensas, cariño?¿Vas a molestar a tu "tío"?" dijo su hermano Jun, Izumy lo ignoró

-Ne, tío, ¿tú que piensas de ocultar cosas durante las clases? Digo, no creo que a los profesores les importen cosas como nuestro verdadero lugar de origen, o nuestra "esencia"-le comentó la ojinegra a Adam. Luego miró a su compañera de los dragones, la cual lucía una sonrisa fastidiosa.

-Saben, sigo creyendo irónico que me hubieran mandado con los dragones...-dijo en voz alta, a nadie en particular "yo también lo creo, Izu" respondió Jun en su cabeza

Solo escuché tres palabras: "decorar", "Jazmines" y "rosas". Una sonrisa malvada curvó mis labios, la voz de Jun en mi cabeza dio un gruñido. Hice una floritura con la varita y enseguida tenía un enorme ramo de rosas negras y azules que repartí en montones por la Sala, luego vi que la Prefecta había puesto una roja por lo que añadí aquí y allá rosas color rubí.

-Bueee...ya decoré, que el resto lo haga Lady Prefecta- dije luego de colgar algunas guirnaldas de jazmines y flores de cerezo y durazno; después de todo la Prefecta no era a la única que le gustaban las flores.

"¿No pondrás lazos de luna?"preguntó Jun, di un gruñido y me senté en un sofá con las piernas cruzadas en pose de flor de loto, rodeada de sakuras, hasus y momonohana. Abrí un libro y empecé a leer, suponiendo que si me llegaran a necesitar me llamarían; después de todo ahora no "Tenía", en el sentido estricto de la palabra, que hacer nada importante.

La morena miró como la carta caía al lado de su cama, cerró el libro que leía, abrió la carta y la ojeó. Se levantó y se preparó para su clase; se ajustó la gabardina negra, se alisó la camisa estampada y se ató los tennis. Empezó a caminar por los pasillos del castillo, esquivando a los pequeños elfos domésticos de su familia. Se sentía culpable por las pobres criaturas

Salió del castillo Slytherin y se encaminó a su nuevo salón de clases. Se sorprendía de lo mucho que había aprendido en menos de medio año, lo mucho que había superado quien había sido. Sacudió la cabeza y se apresuró, no quería llegar tarde, nunca le había gustado llegar tarde; "es la marca de una princesa se puntual, Izu" le recordó la insidiosa voz de su hermano. Gruñó y entró al salón de clases, esperó a que los profesores hablaran. Luego a que varios de sus nuevos compañeros se presentaban, sonrió al ver a que Rachel sería su compañera.

Entonces le tocó el turno de presentarse, miró a los presentes, recordando a varios de sus compañeros de otras clases, respiró profundo.

-Soy Izumy Riddle Befo Slytherin, Riddle es mi segundo nombre, soy parte de la Familia Slytherin; Ethiane es mi madre adoptiva-dijo la pelinegra apartándose el mechón rojo de la cara, examinó de manera calculadora a los presentes, deteniéndose más en unos que en otros:-solo espero pasar esta clase bien...-

Se acercó a los dos que se le hacían más conocidos, les sonrió de manera cálida "es mejor no ganarse enemigos hasta que sea necesario" le dijo la voz de su hermano, en su cabeza.

-Hola, Rach, Adam, es...un "placer" verlos...-dijo mirando a Rachel de manera casi burlona, le sonrió a su tío.

Tomé mi nueva insignia e ignoré al a nueva perfecta, agarré un montón de piedritas y me dedique a lanzarlas mientras bajaba por el volcán, no me importaba ya que hicieran las demás, tenía mis propias preocupaciones

"¿Me extrañaste, Izu?" preguntó mi hermano con su voz de prepotente, me cuidé mucho de no contestar, después de todo, su voz solo se oía en mi cabeza. Un dragón pasó bastante cerca y le tiré una piedra que erró por escasos centímetros

-¿Alguien sabe si un fantasma se derrite al tocar la lava?-pregunté sin dirigirme a nadie en particular, Jun rió en mi cabeza.

"Creo que tu remplazo no se tomará muy bien el hecho de que ataques al emblema de la casa, igual que Catkin no se toma muy bien el rumbo que estas dando a tu vida" comentó Jun, casi lo veía flotando frente a mi con su sonrisa de saberlo todo y sus ojos violetas brillantes, seguro pensando en alguna manera de arruinar más mi vida, si eso era posible. Tiré piedras hacía donde veía su imagen.

-Déjame en paz ¿No fue suficiente exiliarme?¿No es suficiente toda esta ironía que rodea mi vida?-le pregunté con voz queda, no quería que el resto me oyera

"No, no me detendré, hasta que halles lo que perdiste" me dijo enigmático,

-Bajemos al volcán y asemos un gato- musité luego de oír a la jefa responder a mi comentario de los malvaviscos. Me alzó con relativa facilidad y me entregó la insignia.

-Bien, chicas...ha llegado el momento.-dijo la jefa, me miró sonriendo:-Como Prefecta de la Casa has hecho un buen trabajo. Has llevado con Honor el nombre de la Casa y has dado el ejemplo a tus compañeros.Pero me temo que esa labor ha concluido y debes hacer entrega de la Insignia a tu sucesora...a Rachel Brice.-

Solté un suspiro y le tendí la insignia a Rachel, pero la aparte antes de que ella pudiera cogerla: -hazlo bien Rach, hazlo bien o te juro te molestaré el resto de tu vida- le dije seria, luego sonreí y le puse la insignia: -suerte, cariño, no te aseguro portarme bien, solo era responsable por que llevaba ese coso-

Acto seguido me dí la vuelta y miré a las jefas.

-quiero bajar y asar un gato-les dije con seriedad, luego me eché a reír:- ¿Alguien tiene un gato? Si no encuentro un gato asaré a una de ustedes- señalé a las otras chicas, sin apenas mirar a Rachel.

La demonio nos mandó a callar, la miré y luego miré el volcán. Definitivamente las jefas de casa eran bastante locas. Miré a Rachel y vi como gesticulaba "lagartija". Una pequeña melancolía me invadió; recordé que mi madre me solía decir lagartija cuando pequeña.

-¡¡¡Aburrrido!!!-exclamé al cabo de un rato al ver que la demonio no hacia nada más, dí un par de pasos, y ay de mi mala suerte, pisé mal y resbalé.

Una de mis manos quedó agarrada de una saliente, sentía el calor del volcán, intenté izarme, mirando a las chicas, la insignia de Prefecta había quedado en el piso, a los pies de Rachel.

-Oigan, creo que podríamos asar malvaviscos aquí ¿Qué dices Rach?¿me acompañas?-pregunté en broma, mientras hacía lo posible para no caer al volcán ¿era mi impresión o las cosas que tenían que ver con las tradiciones de mi tierra natal me daban mala suerte?

-Tranquila, seguro no dolerá- me dijo la chica, me reí, tal vez se había atrasado en la excursión, y había rescatado un huevo de una de esas bestias aladas, pero era atrevida, tenía valor la chica.

-Tal vez, lo que si es totalmente seguro es que las jefas no planean nada bueno, nunca lo hacen, prepárate-le dije a Rachel mostrándole la lengua, miré la boca del volcán, ¿En qué clase de excursión no había un accidente casi mortal? Bueno, mi tropezada no contaba, no había "Casi-Muerto".

-Bue, ¿Qué tan dolorosa es una muerte quemándose en lava? Tal vez me lance...¿Alguien va conmigo?-dije a modo de broma mientras las jefas tramaban algo a un lado. Suspiré sabiendo que me iban a quitar la insignia, al menos la nueva Prefecta era alguien..."Chévere"

Miré a la que se había atrasado, por mi cabeza pasó la idea de lanzarla al volcán, seguro que uno de los dragones la salvaría. Entonces recordé que día era, apreté mi insignia de Prefecta en la mano, yo había sacado la cara por la Casa durante los últimos dos meses, ¿Podría ella cumplir con esa responsabilidad?

-Bueee, lástima que nadie más se cayó ¿No? Y ¿Ahora que hacemos?-dije mirando a las jefas, en especial a la demonio, le rogué con mis ojos que no me quitara esa responsabilidad, pero se notaba que nada podía hacerla cambiar de parecer. Suspiré y esperé a que lo dijeran, espere por sus instrucciones mirando fijamente a la chica, Rachel.

Ayyy, se acabó el duelo, y ami que me había gustado alia de contrincante...bueno, oye Alia, yo que tú leería bien las definiciones de los hechizos en el momento de postear, eso hago yo, para que no vuelva a pasar eso, y el duelo no termine así de abruptamente.

Y bueno... ¿Ahora qué? ¿Hacemos duelos de práctica? Me he perdido

Hola, quiero actualizar mi ficha:

Aspecto Físico: (solo la parte del vestuario) Usa una camisa negra sin mangas con un estampado de un dragón rodeado de rosas encerrado en un espejo roto, un pantalón holgado y una gabardina negra ribeteada en oro, generalmetne abierta, también lleva unos tennis negros con cordones arcoiris. A veces se pone la gabardina sobre los hombros a modo de capa. También se ata el cabello con un retazo de una cinta de terciopelo, manchada de sangre.

Bóveda Familiar: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=95441

La morena sonrió feliz al ver a su contrincante atrapada, salió de detrás de los árboles encantada, mientras la luz de la luna hacía ver su, ahora níveo, cabello como una aurora. Los ojos de la otra estaban rojos, igual que su cara, Izumy ladeó la cabeza intrigada.

-Desmaius-susurró con voz dulce, su hechizo chocó contra el que la otra chica había lanzado, que lástima, había querido ser amable con la muchacha y dejarla inconsciente, se encogió de hombros y sus ojos destellaron de furia cuando la otra la llamó Riddle con desprecio. Una ira ciega le invadió, el hecho que usaran el nombre de su ídolo con ese tono era imperdonable, apuntó al pecho de la chica, a su corazón.

-¡Sectusempra!-bramó con rabia, quería verla desangrarse y morir, quería que sufriera por haber irrespetado aquel nombre, que había elegido en honor al Señor Tenebroso.

-Riddle es mi segundo nombre, soy una Slytherin, tonta-le dijo la ojinegra a su contrincante mirándola con desprecio.

-jajaja, que mala eres, pero bue, no es taan interesante, en Xelam solían haber monstruos de lava y cosas así-le dije a la demonio luego de haber dado una vuelta por el volcán y aburrirme rápidamente.

-como sea, bueno chicas, media vuelta y de regreso a la Sala Común, la excursión fue CASI todo un éxito-comenté saliendo de la cueva, caminando de espaldas, para tener mi vista fija en la demonio y el dragón que sobrevolaba el volcán. Vaya, pareciera que era menos torpe andando de espaldas que de frente. Suspiré

Bueno, creo que entendí lo básico de los hechizos de duelo, aunque también puedo no haber entendido nada...entonces vengo a preguntar para cerciorarme, es que dice y cito:

- Protego (efecto/Invocación): Crea un escudo mágico que protege al mago de un hechizo. No es efectivo contra elementos o ataques físicos, el protego “absorbe” el hechizo.

Por ende, ¿un protego podría o no podría detener un incárcerus? creo que no pero bueno...tal vez me equivoque...whatever...

Izumy abrió los ojos lentamente, era de noche, la luna llena brillaba en el cielo, provocándole ganas de aullar. Se hallaba en un claro en un bosquecillo, a su lado estaba su compañera, se levantó de un salto y de dirigió hacia los robles, ocultándose entre la espesura, una sonrisa cínica curvó sus labios mientras aferraba la varita y apuntaba hacía su compañera, no le daría chance de atacarle primero.

-Incárcerus-susurró desde detrás del grueso roble, tres gruesas cuerdas se dirigieron hacía la chica, con el fin de atarle los pies, las manos al torso, y, de ser posible, la garganta. Siempre y claro no fueran detenidos por la chica, la cual parecía estar despertando. Izumy avanzo entre los árboles en silencio, sin hacer apenas ruido mientras pisaba el suelo del bosquecillo, ocultándose en las sombras que se mezclaban con los colores oscuros de su piel y sus ropajes. Se detuvo al quedar tras la chica.

La pelinegra gruñó al ver que el profesor desaparecía sus cuerdas, se quitó el mechón rojo de la cara, ignoró por completo el regaño que le dio su tío y se aferró a la varita de cerezo y fénix

-Protego-dijo al ver que otro hechizo se dirigía hacia ella, miró furiosa al profesor luego de que su escudo mágico absorbiera el rayo naranjado, luego apuntó lentamente a su profesor, pensando en que hacer, sonrió en cuanto se le ocurrió.

-Furnunculus-musitó Izu, el rayo salió volando en dirección del profesor, el cual, si no detenía el hechizo, se llenaría de forúnculos y ampollas. Los ojos de la morena recorrieron el paisaje, níveo, blanco, igual que la primera vez que había batallado, durante el Invierno de Xelam. La ojinegra sacudió la cabeza intentando sacar esas imágenes de su cabeza, se preparó para el próximo ataque, su cabellera, ahora blanca, se meció ante una brisa helada.

Ni bien había caído vi a la demonio a mi lado, fruncí el entrecejo algo molesta ¿Qué se creía ella apareciéndose mientras nosotras arriesgábamos la vida en la escaladita?

-¡¡Tramposa!!Deberías de haber subido como nosotras, que mala eres-me quejé apuntándola con un dedo acusador. La miré molesta y entonces llegó la otra jefa, escuché como hablaba, se notaba que estaba encantada de estar en la parte de arriba del volcán.

-¡¡¡Ohhh!!! ¡¡¡Una cueva!!! Vamos, seguro hay un monstruo de lava o algo así adentro-dije en cuanto vi lo que parecía una entrada, me eché a correr hacía allí, cuidando de no caerme al volcán, tal vez esperara adentro y matara a alguien de un susto, o podía gritar y hacer que todas corrieran a ver que me había ocurrido...Varias ideas macabras me cruzaron por la cabeza.

La pelinegra estaba metida en sus propios asuntos, con la cabeza en las nubes, por lo que lo único que supo fue que un hechizo se dirigía hacia ella.

-Protego-dijo con un gruñido deteniendo el primer rayo, no sabía que era ni tampoco le importaba, se apartó de su tío para tener mejor movilidad, sus ojos estaban clavados en el profesor que la había atacado. Su pelo se había vuelto tan blanco como la nieve circundante y su gabardina había caído al suelo por el movimiento de la varita.

-Avis-dijo al ver que otro rayo iba dirigido hacia ella, los pajaritos salieron volando y recibieron el impacto deshaciéndose, Izu sonrió al ver lo efímera que había sido la existencia de la bandada de avecillas.

-Incárcerus-musitó apuntando al profesor, tres cuerdas salieron disparadas de su varita, dispuestas para atarle los brazos al torso, atarle los tobillos y ahorcarlo si tenían la oportunidad de llegar. Izumy se quedó quieta, esperando por la próxima movida de su profesor. Una media sonrisa curvaba sus labios, le gustaba aquello de tener un desafío.

___

OFF:

mil perdones el retraso, le echaría la culpa a las monjas del colegio y a la misa, pero ¿De que serviría?

Los profesores empiezan la clase con algo de teoría, como es normal. La ojinegra prestó especial atención a las formas de los hechizos, invocaciones y otros. Pensar que en su tierra natal se había dejado de usar la magia de esa manera. Soltó un suave suspiro y se puso a leer los pergaminos que le extendieron los profesores, en estos habían reglas para los duelos. La morena frunció el ceño profundamente.

La pelinegra miró con deleite como ambos personajes, sus profesores, empiezan un duelo de demostración. Nota pequeños errores aquí y allá, y los anota en una pequeña hoja, revisando de cuando en cuando los pergaminos que le fueron entregados. Espera haberlo hecho bien, no le gusta equivocarse. Callada entrega el pergamino con lo que creen fueron los errores de sus profesores y se acerca a su tío por la espalda.

-Me hubiera gustado ver la nieve roja por la sangre, me parece que el lindo ver algo de color en el paisaje-le comenta poniéndole una mano en el hombro, dejando que sus ojos vagasen por el paraje blanco. Arrugó la nariz cuando un copo le cayó sobre la misma.

Gruñí cuando el Ridgeback noruego me ayudó a salir del agujero, caí sobre un cojín bajo la atenta mirada del dragón. Me levanté y me sacudí el polvo dedicándole una mirada de profundo odio al dragón.

-¿Estás bien?-preguntó la demonio, yo asentí, el dragón se fue. La demonio se ocupo de que todas las demás siguieran por el camino, me puse en la fila de nuevo y seguí andando mirando el suelo con atención, con mi mala suerte seguro volvía a caer. Llegamos frente a una pared de roca, el calor aumentaba con cada paso, sentí como la adrenalina corría por mis venas, el hecho de que pronto estaríamos cerca de la cima era suficiente.

-bueee, tocará subir...a trepar chicas-dije y empecé a trepar por la pared de roca, estaba algo astillada por lo que había que tener cuidado al poner las manos, subí lentamente, en varias ocasiones miré hacía las chicas, la demonio parecía estar inquieta. Suspuse que le daban miedo las alturas. En cuanto subí saque una cuerda de mi mochila y la dejé caer amarrando un extremo en la parte de arriba.

-Con cuidado-les dije a las chicas y, con otra cuerda, me dejé caer por el otro lado de la pared.

Gruñí cuando el dragón pasó volando sobre nosotras, me quedé mirando al dragón fijamente mientras caminaba, oí que la Demonio dijo algo, giré la cabeza para echarle un vistazo. Mis pies pisaban con cuidado el terreno desigual,mientras mi mirada seguía fija en la demonio y en la expresión de su rostro, trastabillé. Y el suelo desapareció bajo mis pies.

-¡¡¡¡¡¡AHHHHHHH!!!!!!!!!!!-grité antes de poder sujetarme de la tierra clavando las uñas, por suerte siempre había sido delgada y no tenía que sostener demasiado peso. Me icé lentamente, asomando mi cabeza por el agujero sin fondo aparente en el que había caído.

-Nee, ayúdenme a subir-pedí rogando que se hubieran dado cuenta de mi caída.

Dejé que mis ojos vagaran por el volcán mientras caminábamos a buen paso, esperaba que a ninguna Dragoncita le pasara nada, luego reí por lo bajo al pensar en mi mala suerte. Suspire suavemente y seguí andando, mis ojos volvían una y otra vez a la Demonio que se hallaba a mi espalda, lo cual no me gustaba nada.

-De donde yo vengo se dice que la princesa Sylarvhine fue al volcán donde la Sombra había tramado sus planes contra sus hermanos y, con su propia sangre, puso a un Dragón y a un fénix a cuidar del volcán para evitar que la Sombra escapase, por eso es que los dragones viven al pie de los volcanes-comenté mientras la temperatura empezaba a subir, el olor a azufre impregnaba mis fosas nasales, aspiré profundamente.

-Ahhh ¿Lo huelen? Es casi tan delicioso como el olor a sangre, o a lluvia. ¿Alguien quiere ver la lava de cerca?-pregunté riendo, luego me puse algo seria- Tan solo espero que nuestras jefas nos tengan paciencia y no se les pase por la cabeza el tirarnos al volcán-

Un par de ojos negros observó el pilar de hielo, su dueña, una chica delgada, de tez morena y pelo negro se acercó al pilar y suavemente lo tocó con la mano ne la que llevaba un anillo de serpientes. Sintió un tirón en el ombligo, la típica sensación que daban los trasladores, como odiaba esas cosas.

La pelinegra sonrió al ver el paisaje helado, tan parecido a aquel lugar al que se escapaba a tomar copas con unos vampiros hacía unos años. Caminó suavemente dejando tenues huellas sobre la nieve con sus tenis negros, rió al notar el vapor que salía de su boca cuando respiraba, pasó junto a una superficie helada y no pudo evitar mirar su reflejo; llevaba una camisa sin mangas, negra con un dragón atrapado en un espejo y rodeado de rosas pintado en la pechera, una gabardina negra abierta reposaba sobre sus hombros haciendo las veces de capa, sus pantalones holgados tenían manchas aquí y allá que bien podrían ser de sangre, o de pintura.

"Nosotros somos de la sangre del verano, el frío no nos afecta" recordó que le había dicho su hermano la primera vez que salió del castillo y vio la nieve, frunció el ceño ante el recuerdo repentino y siguió caminando a buen paso hacía dos hombre que hablaban cerca de allí, llegaron más chicos, alumnos supuso, dejó que se presentaran primero.

-Soy Izumy Riddle Slytherin, Riddle es mi segundo nombre, no se confundan, soy de la familia Slytherin, hija de la adorable Ethiane-dijo la pelinegra resuelta, al tiempo que un rebelde mechón rojo como el fuego le caía a la cara, pero ni se molestó en retirarlo. Su mirada estaba fija en su supuesto tío, la pelinegra notaba a leguas que él tampoco sentía el frío en lo más mínimo, pero no hizo ningún comentario.

OFF

Detrás de la pantalla esta Nadie, jaja, no mentiras. Soy María Alejandra, tengo 15 años, voy en Once (osea último año de bachillerato), soy de Colombia, me gusta el anime, el manga, el rock, el powermetal, los videojuegos, Harry Potter, la literatura de Fantasía y Ciencia Ficción, amo leer y actualmente me ocupo leyendo la saga de Canción de hielo y Fuego, acabo de terminar el 3; Tormenta de Espadas.

Y bueno, Izumy es una chica bastante particular, tiene 15 años igual que yo, llegó exiliada de otro mundo en el cual era la princesa heredera. Le gusta mucho el frío, odia los dragones, le gusta mostrar las ironías de las cosas y siempre esta pensando en hacer algo, malo en general, pero ayuda a aquellos que según ella merecen la pena continuar, sobre todo a aquellos que demuestran su valía o están relacionados con ella por la sangre o por el deber. Ella antepone el deber a todo y no duda en matar si hace falta.

Por cierto es Izumy con Y, no con i....y significa manantial