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TejoCazador14561

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Mensajes publicados por TejoCazador14561

  1. Poco a poco la tristeza fue desapareciendo de mi cuerpo. Tenía que olvidar ya aquel momento que cambió totalmente mi culpa, y disfrutar del mayor regalo que tenía, algo que me hacía sonreír y cesar las lágrimas en momentos tristes: la vida.

     

    Después de todo esto, apareció un hombre con tono cansado, que empezó a hablar lentamente. Al parecer venía a cuidar su espejo, y lo que íbamos a ver ahora era un recuerdo suyo, que los profesores nos habían pedido que nos enseñase.

     

    De repente, el hombre puso sus manos en el espejo, y nos aparecimos en otro lugar. Y allí me quedé junto con mis compañeros, los profesores y aquel extraño hombre, viendo la escena de un grupo que atacaba a la mujer. Obviamente sabía lo que pasaba. Los miembros de la Orden del Fénix, que tanto odiaba yo, habían acusado a una mujer, y los de la Marca se habían la habían defendido.

     

    El hombre nos pidió que diésemos nuestra opinión, y eso iba a hacer. Oí indignado a mis compañeras, no me esperaba eso de ellas. Claramente apoyaban a los fenixianos. Pero estaban muy equivocados. Los mortífagos sólo querían ayudar a esa inocente mujer, y eso era lo que iba a explicar ahora.

     

    -Claramente, los de la Orden aparecen sin pruebas algunas, a atacar a una pobre mujer, y sus hijos. Si no hubiesen venido los mortífagos, en vez de una muerte, hubiesen sido tres, y usted no hubiese estado aquí. Lo de la muerte de tu hermano tampoco es culpa de la Marca. Entre choques de hechizos, alguno pudo dar en tu hermano, pero todo hubiese salido bien si no hubiesen venido los fenixianos, nada habría pasado, porque yo hubiese actuado como los mortífagos, defendiendo a los inocentes- dije subiendo un poco el tono de voz. Claramente apoyaba a la Marca, pero es que en esa ocasión tenía mucha razón.

  2. Observé como Kelly estaba muy interesado con el tema de hablar con mi hermana Tomo, y eso me gustaba mucho. Lo malo era que mi hermana estaba muy callada, parecía tímida, pero seguro que pronto empezaría a hablar, ya que era muy simpática y le encantaba conocer a más gente.

     

    Mientras esto, oí como Juliene volvía, no entendía lo que le había pasado, y me sorprendí ante la pregunta que hice. Después de la respuesta de Kelly, preferí no decir nada, pero no pude evitar soltar una risita que nadie logró oír, o eso me pareció a mí.

     

    Y por fin ocurrió algo que realmente me gustaba. Se oyó una voz, que jamás había escuchado en aquel lugar. Sólo sabía que era de una chica, al parecer alguna nueva, y sonreí, porque mientras más gente hubiese mucho mejor. Kelly fue la primera en recibirla, y ofrecerle enseñarle las habitaciones. Rápidamente yo también me acerqué, y dije mientras le estrechaba la mano:

     

    -Hola encantado, yo soy Tejo, miembro de los Aethonans de Salem. Kelly te puede enseñar las habitaciones, si necesitas alguna ayuda dímelo, y ahora a divertirse y pasar un buen rato, que para eso estamos aquí- dije sonriendo.

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  3. Robert Mirrow

     

    El cansancio empezaba a acumularse en mi cuerpo después de aquella larga caminata. Antes de salir de casa, no había logrado encontrar algo que me llevase más rápido al lugar, por lo que tenía que andar hasta la estancia, cosa que hizo aburrirme y cansarme.

     

    Al fin, después de algunas horas, llegué al punto de encuentro, donde me habían llamado. Entré por una zona, que según había oído, tapada por cápsulas anteriormente. Ahora me debía de dirigir a la selección de mi facción, deseaba ser sanador, que era lo que mejor se me daba.

     

    Recorrí la estancia sin decir palabra alguna, hasta que finalmente llegué a una sala con inmensa mesa de caoba, donde se apoyaban las pociones. Tenía que tomar una de ellas, que iba a decidir que facción representaba. Y allí esperé, de pie y sin decir palabra alguna, a que llegase mi tan esperado turno.

     

    Y al fin llegó. Nerviosismo era la mejor palabra con la que podía describirme, quizás la única. Me acerqué a la mesa y, con mucho cuidado, cogí una de las pociones, con un aspecto rojizo como la sangre. Mis dedos se entrelazaron en el frasco, y rápidamente lo vertí sobre mi mesa.

     

    No estaba tan asquerosa, pero tampoco es que estuviese muy buena. Noté acidez por mi garganta, pero tardó muy poco en pasar. La poción ya estaba dentro de mí, y de repente surgió algo que no esperaba.

     

    Una marca surgió en mi brazo derecho. La marca estaba compuesta por un hueso roto y una mano, y sin pensarlo dos veces, sabía ya a que facción pertenecía: los sanadores. Lo había conseguido. Había logrado estar en la facción que tanto tiempo deseaba estar.

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  4. Era la segunda vez que visitaba el Callejón Diagón. La primera había sido para visitar Gringotts, pero hoy venía al local al que me había afiliado, Elviris Pub. Anne, la dueña, me había indicado cómo llegar a ir, para empezar a trabajar si me dejaba.

     

    Llegué al principio del Callejón Diagón, en la zona de del banco mágico de Gringotts. Según me dijo la chica, cerca de ahí estaba el pub. Me fui acercando a los locales poco a poco, pero sin mucho éxito. Iba unos tras otro, leyendo los carteles, viendo como era por dentro, pero nada. Y justo, cuando empezaba a rendirme, lo encontré. Un gran portón, con el letrero del local, permitía la entrada a aquel agradable sitio.

     

    Lo primero que vi alrededor mía, fue una moto apoyada en la pared, y una máquina tragaperras, la primera que veía en el mundo mágico, acostumbrado a verlos en los bares muggles. Lo segundo que vi tras atravesar el negocio fue un sofá de tres plazas que imitaba el capó de un coche muggle, en tonos rojos y negros, con una mesa de cristal baja.

     

    El local estaba lleno de mesas, sofás, y una barra que dejaba llegar a otros sitios. También localicé la zona VIP, donde según Anna sólo podían acceder los afiliados como yo, y Sira, que conocía de San Mungo. También destacaba la música de fondo, que daba vida al lugar, siempre puesta ahí.

     

    Cuando terminé de ver todas las partes del local, puede ver a Anne, y rápidamente me dirigí hacia ella- Hola, perdón por mi tardanza, ¿qué tengo que hacer como afiliado? Si necesitáis ayuda de trabajo, aquí me tienes- dije sonriendo esperando una sorpresa.

  5. No había estado esperando mucho, cuando logré ver a la chica como se acercaba. Los Jardines Sumaes eran inmensos, y había cometido el fallo de no avisarle por donde íbamos a quedar. Pero el destino había querido que me encontrarse, y eso era por lo que sonreía ahora.

     

    Rápidamente me levanté para saludarla. Me dirigí lento y sonriente hacia ella, hasta llegar a su lado. La chica me saludó y me preguntó que ella había llegado tarde. Aparte de que eso no me importaba, no había llegado.

     

    -¡Hola Bea! ¿Cómo estas? No llegas tarde en absoluto, yo también acabo de llegar. Perdón por no avisarte por donde íbamos a quedar aquí, que suerte que nos hayamos encontrado tan rápido. Espero que pasemos un buena rato, aunque seguro que lo conseguimos

     

    -¿Te apetece sentarte o andar? A mí me da igual, lo que tú quieras- le pregunté señalando los jardines. Lo Haz una pregunta que más destacaba era el lago, donde si que se disfrutaba. Aunque dando un paseo era maravilloso. Las dos cosas me gustaban, por eso quería que eligiese la chica.

     

    Justo mientras esperaba la respuesta, me fui rápidamente al árbol, y cogí la caja. Una vez la tenía entre la caja de bombones, volví hacia ella para entregárselo.

     

    -Toma esto para ti- dije mientras le colocaba el regalo entre las manos.

  6. En los laboratorios con Sira y Valkyria

     

     

    La sanadora Valkyria se situó entre los dos muggles, al parecer para darnos los resultados de lo que habíamos hecho. Prácticamente lo había hecho igual que Sira, por lo que fallaríamos en lo mismo, y así fue. El principal fallo había sido que había utilizado mas la esencia de Murtlap, debería de haber utilizado poción, como la que la chica señaló.

     

    Después, de esto, me preparé para la otra tarea. Debía de curar a los muggles con las pociones que le chica había señalado. Aunque no sabía si debía hacerlo, ya que observé como Sira no lo hacía. Por si acaso, me acerqué a la mesa y con cuidado cogí una poción de color púrpura, para limpiar la herida. Una vez que se la introduje, volví a coger la esencia de Murtlap, y se la volví a dar.

     

    Para que no perdiese tanta sangre, me volví a dirigir a la mesa a por el frasquito de color carmesí. Me acerqué a la mujer muggle, y le abrí la boca para introducir el contenido. Y para terminar, cogí la poción que estaba al lado de ellas, de color celeste, y se la volví a introducir. Así estaría bien sanada, según había dicho Valkyria.

     

    Me eché hacia atrás para dejar paso a la sanadora, que introduzco otra poción por la boca de la víctima. Al final, logré deducirlo. Era veneno. La chica nos dirigió un ademán de que debíamos salvarlos, ya que morirían en poco tiempo, si no hacíamos nada.

     

    Seguí a Sira por detrás, en busca de aquella piedra que salía del estómago de las cabras, y eso había leído: el bezoar. Vi como no lo encontraba en la mesa y las estanterías, y empezaba a preocuparme. Después de la mirada de Sira, ésta logro encontrar el bote al lado de unos grifos, y mirándola sonreí. Le dirigí un gracias con la cabeza, y sin esperar más, cogí una bezoar del bote. Corriendo, llegué hasta la boca de la muggle, y sin pensarlo dos veces, se lo introducí por la boca. Así, no moriría envenenada.

  7. TejoCazador Lovegood

     

    Sonreí ante el hecho de que la chica siguiese lanzando hechizos después de los míos. Ahora estaría muy perdida mi rival. Pero me molesté mucho cuando consiguió parar los míos, y mucho más cuando hizo como si los hechizos de Mitziw no hubieran servido. Eso era trampa, y por eso ahora se iba a enterar de lo que era crueldad.

     

    Me apoyé en la pared mientras mi compañera luchaba, quería terminar el duelo de forma que le doliese mucho, todavía tenía tiempo, para hacerlo. Mi amiga la atacó sin piedad, creando una pantera temerosa, que atacaría a Aleisha. Sonreí y saqué la varita, preparado para salir en cuanto la pantera atacase.

     

    Me sorprendí mucho cuando la chica intento mandarme la pantera hacia mí, y eso si que me molesto. Pero hábilmente Mitziw la silencio, de manera que no pasase nada. Me volví a colocar con la varita en alto, listo para atacar. Me aparté rápidamente para que no me impactase el hechizo de la chica, quu iba acompañado de la pantera a por mi rival.

     

    -Claro que voy a seguir. Vamos a demostrarle lo que significa la palabra dolor- le sonreí mientras dirigía una mirada asesina hacia Aleisha. Agarré con fuerza mi varita, preparado para el doloroso ataque que iba a recibir, ya que era complicado que se defendiese con los hechizos de mi rival.

     

    -Fuego Maldito- y nada más que terminé de pronunciarlo, una gran llamarada invadió a la chica. Conseguí controlarlo, de manera que se colocó a un lado, sin tocar a la pantera. Giré la cabeza y pude ver como los muggles corrían del lugar, pero eso no me importaba, ahora sí que iba a sufrir la chica. Si todo iba bien, grandes quemaduras podrían provocar hasta la muerte.

     

    -Sectusempra- con ese hechizo, todo acabaría para ella. El rayo escarlata impactó en su cuerpo, de manera que grandes cortes llenaron su cuerpo. Si no se curaba pronto, empezaría a desangrarse poco a poco, hasta morir.

  8. Una sonrisa era lo que abundaba en mi rostro. Había quedado con una chica que la había conocido hacía muy poco, en una reunión mortífaga en el callejón Knockturn. Últimamente me gustaba mucho quedar con gente mortífago, ya que empezaba a dividir a la sociedad en dos partes. Aunque se me habían quitado las ganas de hablar con la gente de la Orden, tenía siguiendo un poco de respeto.

     

    A lo lejos veía árboles. El clima era bastante agradable. El sol daba en lo alto, pero no hacía mucho calor. El viento también era agradable. Todo estaba perfecto para quedar con esa chica. En mi mano chaqueta estaba bien guardada, de manera que no se viese, una caja de bombones que le había comprado a la chica, ya que no me quería presentar sin darle nada.

     

    Poco a poco, fui llegando a la zona que separaba el mundo de los jardines. A lo lejos, pude ver aquel gran lago, rodeado de árboles, donde varias personas estaban apoyados, disfrutando de un buen día. Seguro que yo hacía lo mismo, ya que la chica era amable y simpática, cosa que no se encontraba todos los días.

     

    Al fin logré entrar en los Jardines Sumaes. Sin dudarlo me dirigí a la zona del lago, ya que lo más probable sería que a ella le gustase esa zona, y por eso quería hasta ahí. Encontré un gran árbol, al que rápidamente me senté y apoyé mi espalda contra el tronco.

     

    No quería que descubriese el regalo, por lo que lo escondí la caja detrás del árbol. Me crucé de brazos y, feliz, esperé a que la chica llegase.

  9. Hola, yo tambien tengo otra duda, porque creo que Aleisha hizo trampas.

     

    Si le impactá el zancadilla se cae, pero tambiénn le impacta el incarcerus. Entonces se supone que se tiene que quitar las cuerdas, pero ella ha seguido el simulacro como si no e hubiese afectado el hechizo. Es como si el zancadilla y el incarcrus no hubiesen funcionado, por lo que entonces los hechicos siguientes, utilizados despuesdel incarcerus, quedarian anulados no: Protego, Oppugno.

     

    Espero que contesten rápido, y si tengo razón, el duelo ya estaria casi acabado :D

  10. TejoCazador Lovegood

     

    Miré con rabia a la chica en el momento que unas flores aparecieron en mi varita. No quería que se burlase de mí, le demostraría de que pasta estaba hecho. Estuve apunto de estallar cuando dijo algo que no logré oír mientras ella estaba aguantando la risa.

     

    Estaba listo para que mi compañera me ayudase y derrotarla pronto, incluso para hacer que fuese a San Mungo. No quería que se creyese superior a nosotros. Si estuviese ahí sólo no me importaría, ya que yo tampoco era una gran cosa, pero con mi compañera seguro que sí.

     

    Mientras me preparaba para defenderme de su hechizo, giré la cabeza y vi a un hombre alto y musculoso, posiblemente el propietario del casino. Dos borrachos estaban subidos a una oscura mesa, haciendo los tontos. Me sorprendí por saber como era los muggles. La striper seguía bailando, y los dos borrachas se pusieron a su lado. Oí un grito de la chica y como vino aquel hombre alto y musculoso para echarlos. Mientras miraba sorprendido, vi como fallaba.

     

    Me había distraído bastante viendo esa escena. Mi adversaria había lanzado algún hechizo que no había logrado oír, posiblemente hubiera sido no verbal. Pero doce flechas con puntas muy afiliadas volaban hacia mí, de impactar produciéndome un daño muy doloroso. No me dio tiempo de colocar la varita para defenderme, por lo que me preparé para el golpe.

     

    Pero surgió una esperanza. Algo que no logré ver por completo, hizo que las flechas se moviesen impactando en una pared. Mi compañera me había salvado de esa situación, y por fin vi que se disponía a atacar. En poco tiempo, no podría contener todos los hechizos que le íbamos a enviar, de manera que perdería la batalla.

     

    -Muchas gracias, me has salvado de una buena. Ahora acabemos esto rápido, para prepararnos por si vienen los otros- dicho esto volví a dirigirme a mi rival, no sin antes dirigirle una sonrisa a mi compañera. La apunté con rabia, dispuesto a lanzar varios hechizos que la incapacitase.

     

    -Expelliarmus- de inmediato la varita de mi rival salió disparada, ahora necesitaba algo que le doliese mucho, de manera que no se defendiese con la varita- ''Seccionatus''- pensé, haciendo que doce medias lunas saliesen de mi varita a por la chica, impactándole. Eso le dolería, haciendo que empezara a desangrarse si no hacía algo pronto.

  11. Me reí cuando Kelly se levanté para bailar con Ansaley y nos animaba para que nos uniésemos. La verdad era que no se me daba muy bien el baile, pero aquel momento era más especial, como una fiesta de despedida a Kelly. Esperaba que durase mucho, aunque ese momento lamentablemente llegaría... Intenté disimular mi tristeza con una sonrisa, mientras me levantaba para seguirla.

     

    Sonreía con la intervención de mi hermana, y más aún con el de Kelly. Me reí con una sonrosa carcajada, me encantaba ver feliz a la chica. Aunque me hubiese gustado que mi hermana no estuviese tan tímida, quería que se sintiese como en su casa, que era donde estaba.

     

    -Pues siento deciros que seguiré molestando a las dos jaja- me dirigí a mi hermana esta vez para hablarle de nuevo- Venga hermanita, no seas tan tímida, que hay que aprovechar el momento antes de que llegue la graduación.

     

    OFF

     

    Mi mensaje 400 *-* se lo dedico a Juliene, a Cye, a mi hermana y a mi Kelly solo es mia.

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  12. En el laboratorio 5, con Sira y Valkyria

     

    Yo mismo me sorprendí ante la seria actitud de la chica. Parecía alguien muy importante en San Mungo, pero sabía sin saber quien era. Sabía que directora no era, ya que mi madre Anna me había dicho que ella tenía aquel puesto. Pero Valkyria podía ser subdirectora... Evidentemente, una sanadora no sería, ya que según la conversación, parecía alguien más importante. ¿Jefa de la planta de los mortífagos? Posiblemente, pero tenía todavía mis dudas. Justo cuando iba a preguntar, me arrepentí y me callé. No quería ser tan tímido, pero era así cuando hablaba con alguien que no conocía de nada.

     

    Me volví a sorprendí cuando Valkyria me dijo que no me quedase ahí parado en la puerta. Avancé lentamente hasta situarme cerca de ella y Sira. Debía de presentarme, ya que si era alguien tan importante debía dar buena impresión. Tímidamente le estreché la mano y comencé.

     

    -Hola encantado, Valkyria, ¿no? Yo soy Tejo, como has visto soy nuevo por aquí, es mi primer día. Espero ser de bastante ayuda. Ya sé que soy novato y no soy mucho, aunque he leído algunos libros de medicina médica- en el Castillo Ryddleturn, uno de mis lugares favoritos era la biblioteca. Y un día coincidió que me encontré un libro de miscelánea, razón por la que me vine aquí.

     

    Me preparé cuando empezó a informarnos sobre nuestra primera tarea. La chica usó un seccionatus, de manera que aquellos dos muggles que había allí empezaron a desangrarse. Doce pequeñas lunas se habían clavado en sus pechos. Era increíble lo que estaba viendo. Eso debería de haber sido muy doloroso, pero los muggles no hicieron ningún sonido, aunque el terror se podía notar en su rostro. Me daban un poco de pena, pero debía de hacerlo bien si quería salvarles.

     

    Al momento, nos dio la orden de sanarlos. Parecía algo complicado para mi, dado que ahora debía de hacerlo solo, y tan solo tenía conocimientos de lo que me había explicado Sira y la información de aquellos libros que había leído. Debía de hacerlo bien, aunque lo más seguro era que me equivocase. Pero por lo menos lo intentaría.

     

    -Bueno, allá vamos...- dije mientras me dirigía detrás de Sira para coger aquellos desechables guantes de látex. Me los puse, produciendo un ruido seco, haciendo que mis manos no se infectasen al tocar el cuerpo de aquel muggles. Observé como Sira elegía al hombre para curarlo, por lo que rápidamente me dirigí hacia aquella mujer.

     

    Lo primero que tenía que hacer era hacer desaparecer las lunas. Vi como mi compañero decidió por hacerlo manualmente, pero yo decidí hacerlas desaparecer con magia. Cogí mi varita, que tenía bien guardada en uno de mis dos bolsillos. Apunté directamente a las medias lunas, y susurré:

     

    -Evanesco- de inmediato las medias lunas desaparecieron por arte de magia del pecho de la mujer. Ahora lo siguiente que nos tocaba era hacer desaparecer la sangre del cuerpo, y sobre todo desinfectarlos. Le quité los botones de la camisa, para que de dejase ver con mayor profundidad aquella herida, que rápidamente me preparé para curar.

     

    Me encontré en la mesa algo que recordaba haber visto en algún libro. Según lo que recordaba era esencia de Murtlap. Era un frasco con un líquido amarillento, aunque desconocía de que estaba hecho. Cogí una de las gasas y con cuidado la mojé en el líquido. Antes de que secase, la apreté contra le herida del pecho, haciendo que se desinfectase. Creía que ya estaba.

     

    Sólo faltaba una cosa, curarlo por completo. Dejé la botella de esencia de Murtlap en la mesa, mientras cogía la varita para realizar algunos episkeys que quitase la sangre y terminase de infectarse la herida.

     

    -Episkey- pronuncié varias veces de manera que la sangre desapareciese, curándola por completo. Observé el rostro de la chica muggle. Estaba muy pálido, y era normal, tras la sangre que había perdido. Me dirigí a Valkyria, viendo que Sira también había terminado con lo suyo- creo que esto está listo, aunque un poco de sangre no vendría mal.

  13. Volví a sonreír, pero aún más, cuando la chica le dijo a Kelly que sería bueno en mi cargo. Eso intentaría, y si todo salía bien, lo conseguiría. Aunque seguro que Mitziw también lo haría genial, o eso esperaba. La miré divertido mientras le decía.

     

    -Jaja, si hago todo bien, supongo que seré bien, aunque tu también lo serás- le sonreí mientras escuchaba como me respondí sobre la sugerencia de la quedada de prefectos.

     

    Escuché todo mientras mi cabeza daba vueltas. Si era una reunión de prefectos, lo más seguro era que Katie no pudiese estar, ya que me había dicho que probablemente estuviese muy ocupada con sus clases, y la chica con la que hablaba y yo nos iríamos pronto.

     

    -No sé si podremos quedar con Katie antes de que ya no seamos prefectos, porque me ha dicho que está muy ocupada, y todavía ni ha aparecido por aquí. Por cierto, ¿Sabes quién es el otro perfecto?

  14. Sonreí cuando vi que a Mitziw le gustaba la idea de una quedada entre prefectos, para hablar de las cosas malas y buenas de las casas. Hacía poco, Cye, una de las dos jefas de la casa había mencionado una actividad para todos en el Gran Salón, aunque en algún lugar como los Baños Averiados o, los Jardines Sumaes.

     

    Hacía poco había ido a esos lugares y me lo había pasado muy bien, pero conocía de otro lugar que podría ser un poco más tranquilo: La librería Hojas de Café. Siempre podía estar ahí leyendo un libro o charlando, mientras disfrutabas de un buen café. Era perfecto.

     

    -Habla tú con la jefa de tu casa, yo hablaré con las mías. A ver si quedamos. O también le podemos preguntar en esa actividad del Gran Salón. ¿Te han hablado de ella?

     

    Aunque hubiese cierta rivalidad entre unas casas y otras, una de las cosas fundamentales era generar lazos, ya que mientras más mejor. Tampoco debíamos de estar todos unidos en una casa, pero sí organizar actividades cada cierto tiempo.

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  15. Una gran sonrisa. Eso rea lo que abundaba en mi rostro tras el comentario de la chica. Me dirigí a ella simpáticamente. En realidad, estaba bastante triste por la gran pérdida de aquella chica, pero había que disfrutar hasta el último momento con mucha alegría. Agarré mi copa y me levanté con ella.

     

    -Claro, hay que aprovechar hasta el último momento, tiene que ser todo muy feliz. Claro que la cena es maravillosa, una de las mejores que he tomado nunca- cogí mi copa con cuidado y la choqué contra ella- VIVA. Y que este día no sea olvidado este día en la historia de la casa.

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  16. Bueno, tengo una duda respecto a los hechizos de simulacro. He visto ue podemos usar los graduados, y ci que entre ellos está el Morphos. Luego me pase por los hechizos de la Marca Tenebrosa y vi que había 5 tipos de morphos. Nosotros a qué criaturas podemos controlar? Me refiero al rango.

     

    Muchas gracias

  17. Sonreía ante el abrazo que me dio Mitziw y su comentario. Estaba muy contento de que ella también lo fuera, se lo merecía mucho debido principalmente a sus buenas notas y su gran responsabilidad, hecho muy importantes para un buen prefecto de casa.

     

    -Sí, es genial. Haber si algún día hacen una reunión de prefectos o algo parecido, jeje, me encantaría- y era verdad. Adoraría que hicieran algo entre prefectos para hablar de lo que pensábamos de nuestras casas. Otra prefecta que también lo haría muy bien era Katie, aunque todavía no la había visto por ahí.

     

    -Claro que nos graduaremos juntos. Eso sí, no tenemos que repetir en clase, aunque será imposible- la chica siempre estaba muy atenta en clase, y seguro que a la hora de las evaluaciones iba a sacar las mejores notas. Pero todo eso siempre iba acompañado de su esfuerzo, y ella lo daba muy bien.

     

    Sonreí cuando seguí la conversación con Kelly y me dijo que si eramos primos. Y era verdad. Había escuchado mucho sobre esa familia, y ahora me acababa de enterar de que tenía relación sanguínea con esa familia, cosa que me ponía muy contento.

     

    -Ah, ¡que bien! Me encantaría ser tu primo, y mi deseo se ha cumplido genial- sonreí alegremente. Sin duda, aquel día era genial.

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  18. La gente que me había enseñando a trabajar en San Mungo, me lo habían explicado todo muy bien, perfecto. Por eso quería estar allí. Además había elegido un sitio perfecto, las mazmorras. Allí podría ayudar a mis amigos mortífagos, y ser un ayudante para la Marca. Todo me había salido muy bien allí, aunque ver los órganos de personas muertas, ya no me gustaba mucho.

     

    -Claro. Por cierto, ¿ya es tu graduación no?

     

    Estaba muy apenado por la pérdida de aquella maravillosa chica para la casa. Era la que me había ayudado en todo respecto a la casa, y no quería por nada del mundo que se fuera. Pero pronto sería mi graduación y me ocurriría lo mismo. Intenté sonreír mientras disimulaba mi gran trsiteza.

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  19. TejoCazador Lovegood

     

    Me sorprendía que no se hubiese presentado nadie del equipo contrario. Si mi compañera atacaba junto a mí, el duelo estaría ganando. Por eso en vez de mirar a mi rival, miré a mi compañera, para que sonriendo le dijese:

     

    -Cuando quieras atacas, esto va a ser bastante fácil- justo cuando dije esto vi como las cuerdas que había lanzado desaparecían. Debía de tomar otra táctica, aunque con numerosos atacas de dos contra uno, acabaría muy pronto.

     

    Oí como la chica pronunció un hechizo, al que rápidamente pude actuar. Moví la varita en círculos, y en el último momento susurré:

     

    -Protego- al momento a mi lado aparecía un pequeño escudo, pero que pudo parar el hechizo, que rebotó y cayó al suelo. Sonreía al ver a la chica intentar luchar, aunque poco iba a hacer si no aparecía nadie de su equipo, y mi compañera atacaba.

     

    -No hace falta que me presentes, ya sabes quien soy- dije sonriendo, mientras la volvía a apuntar. Quería sorprenderla. Y sin que se lo esperase, la apunté directamente y pensé, sin pronunciar nada:

     

    -''Embrujo punzante''- al momento, su rostro empezó a desconfigurarse, pareciendo una reacción alérgica. Esto afectaría a su visión, por lo que los hechizos que lanzarían saldrían un poco desviado.

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  20. -Jaja estaría muy bien y divertido- contesté animadamente. Un poco de diversión y movimiento no vendría nada mal, es decir, me encantaría. A ver is algçún día me pasaba por el Callejón Diagón para buscar algún local con una pista de baile y música.

     

    -Tú también eres mi amiga, me ha encantado conocerte. ¿Y sigues teniendo algo con esa persona? Perdón por mis preguntas, pero soy bastante curioso- me había gustado mucho el hecho de que el ambiente se hubiese vuelto mucho más animado, aunque no sabía si a la chica le gustaba mi curiosidad.

     

    -¿A la Marca? ¡Yo soy aspirante! Y nada más que la termine entraré en las filas mortífagas. Si algún día te animas, podríamos irnos a algún sitio mortífago, me encantaría.

     

    Me sorprendí cuando recibí de ella un pequeño collar con un crucifijo, cuyas marcas eran rara. Lo metí cuidadosamente entré mis manos y pregunté sorprendido- Muchas gracias, ¿por qué me lo has dado a mí?

  21. Estaba muy feliz del día de mi prefectura. Pero seguro que Kelly estaba mucho más por su graduación. Y el mero hecho de pensar que la siguiente graduación sería la mía... ahora en lo único que pensaba era en estar bien con mi puesto de prefecto, aunque la idea de abandonar la casa me apenaba un poco. Pero debía de sonreír.

     

    -Vale perfecto- dije respondiéndole. Me sentía muy contenta al pensar que la iba a ver otra vez.

     

    Me sorprendí con el grito de Kelly. Al parecer, no sabía que mi Anna era mi madre. Solté una carcajada, y sonreí más cuando dijo tía Anna. Si mi madre era su tía, entonces eramos primos. A no ser de que fuese de otra familia. Me sonaba el nombre de la Loveless, o como se dijese, por lo que animado le pregunté a la chica:

     

    -Anna es tu tía en la Ryddleturn y la Loveless. Si eres Ryddleturn, seríamos primos, aunque nunca te he visto por el castillo.

     

     

    Vi como Anne, la mortífaga que me había ayuda a entrar en las filas de la Marca, aplaudía, y rápidamente me acerqué a ella para darle un abrazo.

    -Gracias por el aplauso, lo daré todo por mi casa. Que suerte verte por aquí, ¿qué tal estás?

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  22. Mientras mantenía una conversación animada con Kelly, algo me hizo estar mucho más contento que antes, y eso era bastante complicado. Allí estaba Anna T. Ryddeturn, mi madre. Se nos acercó a los dos, y sonreía cuando felicitó a Kelly. Nos dió un beso en la mejilla y un abrazo a cada uno, y sonreía mucho cuando me felicitó por la prefectura.

     

    -Muchas gracias mamá. Estaré dispuesto a ayudar a mi casa, y mucho más ahora que soy prefecto. Es todo un honor ser ayudante para mi casa, pero lástima que sea por poco tiempo, ya que en nada termino la Academia. Intentaré ser prefecto.

     

    Sonreí a mi madre, y me fui un momento de aquel lugar. Era hora de felicitar a los otros prefectos. Sólo sabía que Katie lo era, ya que la noche anterior en el Castillo Ryddleturn me lo había dicho. Estaba muy feliz de que ella también lo fuese. Al fin llegué hacia mi hermana y empecé a felicitarla.

     

    Hola Katie, hermanita! ¿Qué tal? Mis mejores enhorabuena por tu prefectura, te lo merecías- le dije muy contento guiñándole un ojo. Era un día perfecto. Luego me dirigí hacia otro chico, que al parecer se llamaba isra por su placa.

     

    -Hola encantado, soy Tejo. Felicidades por la prefectura, espero que lo pases bien- dicho esto, me volví hacia Kelly y Anna, donde estaba cerca Mitzi. Estaba con ella en clase, y por supuesto la tenía que felicitar muy bien.

     

    -Hola Mitzi. Muchos enhorabuenas por la prefectura, seguro que lo haces genial. Creo que nos graduaremos juntos, será genial- dije mientras le dirigía una gran sonrisa.

  23. Mis lágrimas cesaron y una gran sonrisa se dibujó en mi rostro. No quería que el ambiente se volviese triste, sino todo lo contrario. Quería que esta quedada fuese divertida, para reírnos un rato, y pasar un rato bastante agradable.

     

    -No pasa, nada, hay que pasar de página, y vivir una vida mucho más feliz- le respondí mientras sonreía. Me encantaba hablar de temas divertidos, por lo que rápidamente quería cambiar de tema.

     

    -¿Sola?- me sorprendí de la respuesta de la chica. Era amable y simpática, y no me creía que estuviese sola- pero si seguro que tienes muchos amigos. No me creo que estés sola.

     

    -Jajaja, algún día la harás, yo dentro de muy poco la termino- contesté mientras movía el café con un cucharita, de manera que poco a poco fue perdiendo el calor, adquiriendo una temperatura más agradable.

     

    -¿Novia? ¿Rumores? ¿Quién te ha dicho eso? Yo no tengo novia, ni nada parecido- me había sorprendido aquella pregunta, pero respondí contento- ¿y tú?

  24. Observé como la chica se situaba a mi lado y seguimos con la conversación. Bebí un sorbo de aquella refrescante bebida para seguir hablando. Estaba buenísima.

     

    -Pues entré hace poco, y una amiga que trabaja allí me enseñó muy bien, por lo que se me da bien. Ah que bien, ¿y qué tal se te da a ti? Pues a lo mejor coincidimos, creo que tengo que estudiar herbología, pociones, y alguno más. Bueno, seguro que algún día volvemos a vernos, sería perfecto.

  25. Ser prefecto había sido mi sueño, y lo había conseguido. Sonreí cuando la chica comenzó a hablar, lleno de emoción por el cargo. Aunque por otro lado, estaba un poco apenado de no poder verla más por la casa de la academia. Intentando dar una sonrisa, le respondí con gusto:

     

    -Me encantaría. Antes de irte, o cuando quieras, me dices donde podemos quedar para pasar un buen rato. Eres una gran chica, la mejor que he conocido en este sitio- le sonreí cuando me giñó el ojo. Sabía que estaba preparado, y ahora debía de darlo todo por mi casa.

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