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Amara Majlis

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Todo lo publicado por Amara Majlis

  1. Amara observó como uno a uno los aspirantes a poseer la habilidad de Metamorfomagia iban ingresando al portal. El primero, había sido Zack, el segundo Ishaya y por último Cissy, que se había tomado el tiempo necesario para llegar hasta la pirámide y la habitación de las siete puertas. La prueba, había iniciado y con ello su papel como observadora, gracias al anillo que portaba en la diestra, que la distinguía como Arcana y poseedora de la habilidad. Las pruebas para Zack habían iniciado sin contratiempos, parecía ir todo bien, iba saltando uno a uno los obstacúl0s con total confianza y seguridad, sin perder la calma y el juicio de que era lo que tenía que hacer; utilizar la habilidad que había aprendido a desarrollar en los últimos días. Con una media sonrisa en los labios, observó como curaba a una fémina, y la ayudaba a que la piel que segundos antes estaba llena de cortes, quedará completamente sana. Sin duda, estaba aprendiendo y se favorecía de sus conocimientos, sin embargo, la situación cambio, en cuanto desapareció el cuerpo de la bruja y delante de él, aparecieron los cuerpos semi desmembrados y casi sin vida de Liam Hawthorne y Mónica Malfoy, dos magos de gran valor sentimental para el mago, ¿qué sería capaz de hacer por ellos? realmente podría salvarlos, y preservar su vida? o ¿solamente se vengaría de aquella organización mágica que los había atacado? Eso era algo que el Ivashkov tendría que decidir. Cambiando su atención, a los pasos de Ishaya, que se encontraba en esos momentos en una guerra con un personaje bastante peculiar, ¿era Adriano? al parecer sí, porque discutían entre ellos sobre la posibilidad de cambiar de apariencia y lograr que uno se quedará con el cuerpo del otro, era bastante interesante lo que ocurría en esa parte de la discusión, sin embargo, eso no fue lo que realmente llamó la atención de Amara. Sino, el momento en el que Adriano dejaba y comenzaba a ceder por completo el cuerpo a Mirshka y se hacía a un lado para que este tomará por completo posesión, ¿sería posible eso? no, no lo sería puesto que en esos precisos momentos, en los que Ishaya creía que había logrado vencer a Adriano, este reapareció con una sonrisa maliciosa en los labios. — ¿En serio creíste que iba a ser tan fácil? ¿Por qué lo iba a ser? —preguntó Adriano sin poderlo evitar. Mientras tanto, si Ishaya quería continuar con los rituales, tendría que darle la solución a Adriano y conseguir terminar con los cánticos que había iniciado segundos atrás. El Tonks, iba bastante bien en su prueba, no podía negarlo. Había llegado el momento de concentrar su atención en Cissy, en saber que era lo que enfrentaría como primer prueba la bruja, puesto que el portal parecía aun tomar la decisión sobre cuál sería su primer reto a cumplir.
  2. Amara se había quedado de pie en el centro de la pirámide. Esperando a que los tres magos hicieran acto de presencia, algo que no tardo en ocurrir, al menos en el caso de Zack e Ishaya, que aparecieron tras una larga espera, sabía que Cissy aún se encontraba venciendo las pruebas, pero eso no le impediría continuar con la prueba, al contrario porque iba a demostrar que podía ir a su propio ritmo, y esmerandose todo lo necesario. —Bien hecho, lograron superar los primeros obstacul0s —los felicitó con una sonrisa sincera en sus labios—. Demostraron que son capaces de vencer sus mayores temores para convertirse en alguien más fuerte y valeroso, eso me demuestra que son capaces de terminar con la prueba que comenzará en cuanto traspasen la puerta y demuestren al portal que son capaces de poseer la metamorfomagia para quedar vinculados al poder del anillo. La sonrisa aún permanecía en sus labios, en cuanto decidió que era momento de activar el portal de las siete puertas. Fijando su mirada en el suelo del salón circular en donde se encontraba el Ouroboros y, dentro de él, la estrella de cinco puntas que contenía. unidos a ella, descansaban miles de anillos con el símbolo de cada una de las habilidades. Amara eligió tres anillos que portaban el distintivo de la Metamorfomagia y los extrajo de su sitio. Se acercó lentamente hasta cada uno de sus pupilos y les entregó un anillo. Al mismo tiempo que seis de las Siete Puertas que contenía el Portal desaparecieron y una única Puerta permaneció a la vista de los alumnos, emitiendo un zumbido constante y destellos lilas alrededor del símbolo de la habilidad que tenía grabado en su centro; era la puerta de la Metamorfomagia. Había llegado el momento de darles las indicaciones. —El portal ha sido activado, y con eso no puede haber arrepentimiento para realizar la prueba —el sonido solemne de su voz dejo claro la importancia de sus palabras—. Los anillos que les he entrado, son los del aspirante que están vinculados con el mío —mostro su anillo que tenía el símbolo de la habilidad tallado en el centro—, estos les permitirán ingresar al portal. Esto, lamentablemente lo harán solos, porque únicamente se permite el ingreso una vez a menos que se trate de la prueba Esmeralda, la que realizamos cada uno de los Arcanos, para poder tener ese título. Sabía que quizás sus palabras eran un poco vagas, pero no quería darles demasiada información, porque ellos debían entender el portal desde su punto de vista. —Como podrán haber deducido estarán completamente solos ante los retos y peligros que el portal elija colocarle a cada uno de ustedes, durante la prueba pueden tomar la decisión de abandonarla y para ello, completamente seguros de elección, tocarán el anillo y este los sacará del portal con la consecuencia de nunca más poder acceder a la puerta de la Metamorfomagia. Durante su explicación, los alumnos se habían puesto los Anillos del Aspirante y al hacerlo, cada uno se había convertido en único, esto debido a que los pequeños detalles de cada uno se habían modificado de tal modo que el color y decorado se habían vuelto parte de la personalidad de cada mago o bruja. Si bien, aún no estaban vinculados a los anillos a la Habilidad, cada anillo, ya era parte del brujo que lo portaba. —En cuanto atraviesen la puerta de la Metamorfomagia, ingresarán a un portal mágico de magia de un menso poder que es desconocido casi en su totalidad, porque ni siquiera nosotros que somos expertos en las habilidades hemos logrado comprender todos los poderes que este posee. Es por eso, que deben estar preparados para todo, porque puede ser que los lleve a algún mundo real o imaginario en el presente, pasado o futuro, o simplemente hacer una mezcla de todo, generando personas o situaciones que les harán dudar de sus capacidades. Puedo asegurarles, que la prueba de cada uno será completamente diferente y que estaré observando cada uno de sus movimientos, porque mi anillo lo permitirá, pero lo hará desde aquí, no se me permitirá ingresar para ayudarlos. Enlisto las cosas importantes que debían saber los estudiantes. Era complicado explicar algo que ninguno había vivido, pero esperaba hacer haciéndolo correctamente, por lo que decidió explicar un poco más. —Al ingresar al portal, tendrán que transformar alguna parte de su cuerpo, hacer notorio que son capaces de dominar la habilidad en su cuerpo. A lo largo de la prueba, existirán momentos en los que tendrán que cambiar cada vez más y más partes de su anatomía, mientras que en otras tendrán que mostrarse tal cual son, así como los estoy visualizando ahora mismo —sus siguientes palabras eran de suma importancia—. Sin embargo, al momento de cruzar la puerta de la Metamorfomagia, su conciencia se verá afectada, porque no comprenderán quién o qué son, entrando a un grado tal de confusión que les será imposible recordar que están realizando una prueba, porque todo lo que vivan dentro, será para ustedes una experiencia de vital importancia. No importa si es un mundo imaginario o real, todo parecerá real. Sabía que sus palabras podrían estarlos impactando, pero era necesario que lo supieran. —Nadie sabe a qué se enfrenta realmente, nosotros lo deducimos si llega a morir alguno de los alumnos, puesto que el portal de desactiva y regresa el Anillo del Aspirante a la Estrella de Cinco Puntos y el cuerpo aparece en esta parte de la pirámide, en otras ocasiones solamente regresa el Anillo, y el cuerpo del aspirante nunca aparece, dejándonos claro que estaba en un mundo real y en otras ocasiones, ni el Anillo ni el aspirante regresan, se pierden por los mundos y viven sus vidas, perdiendo la razón de su vida y olvidándose de todo lo que algún día fueron, y nosotros no podemos ayudarlos a que vuelvan. En otras ocasiones, contamos con pistas en acontecimientos en el mundo real, que nos demuestran que estuvieron aquí en el presente o pasado, sin embargo, debemos tener claro que nadie sabe a dónde lo enviará el portal. Podía tornarse un poco confuso para sus alumnos, por la cantidad tan grande de información que les revelaba, pero toda era importante y esperaba que la asimilaran prontamente. —Tengan presente, que siendo ustedes mismos o modificando alguna parte de su anatomía, tendrán conciencia de quiénes son, solamente tendrán un leve atisbo en su inconciencia. Pero, todos sus miedos, temores, deseos y recuerdo de seres queridos permanecerán, en pequeños retazos desdibujados. Impidiendo que recuerden que esto es una prueba. —recalcó con seriedad— En un momento dado, el portal colocará un reto y les hará pasar por un número variable de pruebas para cada uno, la única similitud que poseen, es que en al menos una serán ustedes mismos, mientras que en las otras su anatomía estará totalmente modificada. ¿Cuándo seré yo y cuando tendré alguna parte de mi modificada? Eso solamente lo decidirá el portal, porque él los guiará por todo este proceso, sin importarle si desean o no cambiar su apariencia. <<No pierdan de vista su anillo, a menos que decidan abandonar la prueba. En ese momento, el anillo de convertirá en su conciencia y los hará olvidar todo lo que han vivido hasta el momento y lo que representa estar allí, y la conciencia del anillo será la guía que los sacará del portal. Cada cierto tiempo y cuando sientan, que no pueden continuar más, en su mente aparecerá su mente que les dará una palabra de aliento, y esta las motivará a continuar.>> Amara fijó su vista por unos segundos en cada alumno, deseando que las instrucciones que les acaba de dar fuesen las necesarias para que su prueba fuese aprobada, porque una vez que atravesarán la puerta todo iba a depender de ellos mismos, ella se convertiría en una observadora más y en caso de que decidieran abandonar en una tabla de salvación para sacarlos de allí. Sí, guiándolos para salir, más no ingresando. —Cuando la prueba se realiza con más de dos personas, es posible que el portal decida llevarlos al mismo punto de partida a todos, no es algo seguro, pero es una alternativa que a veces decide tomar el portal, por lo tanto, si desean probar suerte pueden ingresar tomados de las manos, pero como les dije, el portal decide y puede que les dé la oportunidad o los mande a sitios diferentes a cada uno. Majalis se alejó de sus alumnos y tocó la Puerta de la Metamorfomagia, logrando que esta desapareciera dejando ver un camino totalmente deslumbrante por la gran cantidad de luz blanca y cegadora que se colaba por donde segundos antes había habido una puerta. Era momento de que atravesarán e ingresarán al portal, y de que el portal les colocará los retos y pruebas que considerará oportunos para cada uno. Desde ese momento, ella no controlaría nada de lo que ocurriese en la prueba, todo iba a depender de los alumnos, ahí terminará su participación como profesora y ahora solo estaba en calidad de observadora.
  3. La disposición de sus pupilos la sorprendió gratamente y logró que en sus labios se formará una hermosa sonrisa, haciendo un pequeño pero alegre gestó con las manos, demostrando su comodidad. Por lo que simplemente asintió y les indicó que era momento de finalizar su enseñanza con algunas palabras que quizás le serían de total utilidad o quizás de ninguna, eso iba a depender de ellos. —Deben saber encontrar y controlar la magia que emana de ustedes, para poder generar algún cambio físico en ustedes mismos y no perder la cordura ante tanta magia y poder físico que se requiere para lograr el cambio. Por lo que siempre tengan presente, que no pueden obligar a algo o alguien a cambiar si este no quiere cambiar. Sabía que quizás sus palabras no tendrían gran impactó en Zack, Ishaya o Cissy, pero era lo mejor que les podía decir, era la despedida y no los volvería a ver hasta que se presentaran a la prueba y allí, la manera de tratarlos sería totalmente diferente, porque allí tendrían que probar de que eran capaces para lograr vincularse al anillo de la habilidad, por lo que no le importó sonar sin sentido. —Pueden irse, nos vemos en la prueba —informó con tranquilidad—. Espero que no se arrepientan, porque no habrá segundas oportunidades. —fueron todas sus palabras. Con un movimiento de su mano, le indicó a los magos que podían abandonar su vivienda, mientras ella se ponía a preparar todo lo necesario para la prueba, sí, la primer prueba que iba a realizar desde su llegada a Londres.
  4. El relieve de tres pequeñas piedras previamente preparadas para contener el poder que les permitiría a los tres pupilos de Amara controlar la magia y poder necesario para manejar la metamorfomagia reposaban sobre su diestra. Estaban listas, para ser entregadas a los pupilos que fuesen capaces de aprobar la prueba que estaba por iniciar en cuestión de minutos, por lo que era momento de partir al sitio elegido por todos los arcanos para realizarla. El bosque que bordeaba la pirámide era enorme y capaz de hacer perder el sentido de la ubicación a cualquier incauto que se atreviese a ingresar sin invitación, sin embargo, Cissy, Zack e Ishaya, habían recibido la invitación por parte de la Arcana, por lo que no tendrían problema alguno para ingresar, pero eso no les garantizaba tener el paso libre como ella, porque en esos momentos iniciaba parte de la prueba que era vencer los cuatro obstácu.los que les iban a ser colocados a lo largo del camino para llegar a la pirámide. Con pasos lentos y constantes, visualizó el enorme y frondoso bosque disfrutando de la sensación de humedad y del sonido de las ramas chocar entre sí, eso era lo que sus sentidos percibían, sin embargo, los tres magos que se adentrarían en el bosque escucharían el susurro y lamentos de algunas cuantas voces, que les ofrecerían ayuda o los perderían. Porque justamente, en el sitio en el que Amara estaba de pie aparecieron tres caminos, tres caminos completamente diferentes que los llevarían a diversos sitios. Cada uno, tendría que elegir uno, el primero desembocaba un laberinto que tenía como salvaguarda un par de acomántulas, las cuales tendrían que ser derrotadas para atravesar y continuar con el camino. El segundo camino, llevaba a un río que debía ser cruzado para poder continuar pero que estaba custodiado por una colonia de grindylows y un par de troll de río, que les harían imposible avanzar a menos de ser puestos en calma y el último camino, y no por ello más sencillo, llevaba hasta otro laberinto, que llevaría al mago que lo tomase por un camino protegido por tres quintaped que debían ser vencidos si deseaba llegar hasta el final, Esos eran los primeros obstáculos que Amara había colocado, uno diferente para cada mago y ¿quién se encargaría de cada uno? Eso era algo que ellos mismos definirían, ellos iban a elegir, pero solamente se podría elegir uno y nada más que uno, y conforme se fuesen eligiendo, los caminos se irían cerrando, así nadie podría atravesar el mismo camino dos veces. Continuando con su camino, llegó hasta un pequeño pasillo que conducía hasta la entrada de la pirámide egipcia que era precisamente en donde se llevaría a cabo la prueba. Por ese pasillo, tendrían que ingresar si deseaban continuar con la prueba, por lo que allí justamente colocó el segundo obstácul.o; una esfinge. Sí, la cual se encargaría de decir un acertijo a cada mago, para Cissy, seria: «Hay un espía que quiere entrar a una bodega donde venden drogas pero no es tan fácil entrar, el decide esperar un poco al rato llega un joven golpea 3 veces un hombre le dice 18 y el responde 9 entra compra la droga y se va al rato llega otro joven golpea 3 veces también pero a él le dicen 14 y él responde 7,entra compra la droga y se va. el espía decide entrar golpea igual que los otros dos a él le dicen 6 el responde 3 pero salen y lo matan. ¿cuál es la respuesta? y ¿por qué?» Para Zack «Seis amigos desean pasar sus vacaciones juntos y deciden, cada dos, utilizar diferentes medios de transporte; sabemos que Alejandro no utiliza el coche ya que éste acompaña a Benito que no va en avión. Andrés viaja en avión. si Carlos no va acompañado de Darío ni hace uso del avión, ¿podrías decirnos en qué medio de transporte llega a su destino Tomás?» Y para Ishaya «La ley de Alcapone manda a ver a Alcapone a filtrarse a una mafia conocida, pero para poder entrar necesita dar la respuesta correcta, para eso tiene que checar a los que ya saben la respuesta, llega el primer mafioso le dice la guarura 8 y el mafioso le contesta 4, llega el segundo y la guarura le dice 14 y el mafioso contesta 7, llega el tercer mafioso y la guarura le dice 18 y el mafioso le contesta 9, para esto Alcapone checa las claves y ve que son a la mita. llega con sus aliados y dice que ya tiene la respuesta para poder entrar a la mafia, y les explica, para esto Alacapone les dice a sus aliados que van a entrar, pero él va a pasar primero y después ellos. llegan a la entrada y le dice el guarura a Alcapone 10 y Alcapone le contesta 5, saca el guarura su pistola y lo mata ¿cuál era la respuesta correcta?» Después de responder correctamente el acertijo que les corresponde, podrán continuar con su camino al interior de la pirámide. Una vez, que lograran ingresar un gran pasillo con poca luz se colocaría delante de ellos mismos... llevándolos nuevamente por tres separaciones, que cada uno tendría que elegir, porque para ello cada una desembocaría en una cámara que estaba hechizada para hacer aparecer un doble mágico de cada uno de los magos. Dependería de la cámara en la que ingresarán, el doble que encontrarían, porque este sería de sí mismos, pero con la mismas características. Es decir, todos tendrían quemaduras y heridas por doquier de su piel, casi al borde de la muerte y para poder seguir avanzando, tendrían que utilizar lo visto en la clase, tendrían que curarse así mismos, porque de lo contrario morirían. Ese, era el tercer obstácul0, en cuanto lograrán pasarlo, llegarían hasta el último. El último, a parecer de Amara era el más sencillo, ¿sería eso posible? Esperaba que sí, porque únicamente tendrían que abrir la puerta y vencer a su propio boggart. Sí, vencer a su más grande temor para poder llegar a reunirse con ella. Sin embargo, no iba a bastar con un simple ridikulus, porque para poder vencer a su más grande temor, tendrían que explicar porque les daba miedo y qué harían para superarlo, era cuestión de jugar con las emociones de los magos, antes de saber si eran lo suficientemente fuertes para llegar hasta la Arcana. Una vez que lograran vencerlo, Amara los estaba esperando en una pequeña y circular sala con seis puertas con inscripciones grabadas. Se encontraba en la puna de la pirámide, ellos elegirían la puerta relacionada con la metamorfomagia, para continuar con su prueba. Sin embargo, primeramente tendrían la posibilidad de hablar con su tutora. —Han llegado hasta aquí, sin embargo, aún tienen la posibilidad de preguntar si tienen alguna duda o pregunta sobre lo básico para la prueba que es El Portal de las Siete Puertas y Breves apuntes sobre las Pruebas de las Habilidades, dos escritos que los tres debieron haber leído previamente. —comenzó con total tranquilidad—. Sino tienen más dudas, ha llegado el momento de que elijan la puerta de la metamorfomagia y la atraviesen para lograr vincularse por completo a la habilidad y poder ser reconocido como metamorfomagos. —dejó sus palabras y espero a que los pupilos tomarán una decisión.
  5. La situación se estaba desarrollando tal y como Amara lo había planeado, los dos magos restantes estaban presenciando y sintiendo como la habilidad que tenían innata salía de su interior para hacerse cada vez más presente. Era algo más que glorioso, estaba orgullosa de ellos porque a pesar de ser magos y uno un poco más arisco que el otro eran capaces de ayudar a los muggles y dar de su parte para mantener con vida a niños que no tenían porque sufrir ese tipo de daños. Estaba tan concentrada ayudando y colaborando a llevar a los refugios a las personas que podía, que se olvidó por completo de sus pupilos, sí era bastante común en ella perderse en las cosas que la apasionaban, como era el altruismo y el humanismo para con los necesitados. Deseando, poder ayudarlos negó lentamente y murmuró en una lengua poco común sobre el cuerpo mal herido de un niño de apenas seis años que estaba a punto de morir, logrando que este comenzará a recuperarse. Sabía que usar la magia en muggles, no era totalmente correcto pero su fin justificaba lo que hacían, por lo que no le dio importancia a la poca confianza que un par de hombres les demostraban, la molestó un poco pero continuó con su labor, hasta que la voz del Ivashkov la sacó de sus pensamientos. Algo no iba totalmente bien, eso era más que obvio, porque se escuchaba el sonido de bombas cayendo a unos metros de ellos y balazos lanzados a diestra y siniestra pasaban fuera del refugio en donde estaban. —Sí, es momento de irnos, aunque podemos ayudar más —respondió ante el comentario del Ivashkov, intentando comprender porque era que este había logrado conjurar un hechizo de magia negra—, Sin embargo, no podemos meternos dentro del conflicto armado, eso rompería el equilibrio que tenemos, hicimos lo que pudimos. Aseguró a los dos magos y con una media sonrisa, tomó a cada uno por un brazo y desaparecieron envueltos en una fina voluta de humo blanco para reaparecer segundos después a las afueras de los terrenos de la universidad. Sabía que la experiencia que habían vivido era un poco extraña, pero había logrado su cometido. Los dos habían logrado encontrar la manera de hacerse con su habilidad y poder demostrar que la poseían y era el momento de probar si podrían dominarla. Caminando aún rumbo al interior del campus y con una media sonrisa en los labios, se dirigió sin siquiera pensarlo a su morada, allí podría hablar con ellos tranquilamente y proponerles lo que estaban esperando desde que cruzaron la puerta. —Zack e Ishaya, han valientes y nobles, es por eso que les pregunto, ¿quieren realizar la prueba para hacerse con la habilidad? —preguntó al traspasar el lumbral de su vivienda, esperando su respuesta los miró directamente a los ojos.
  6. Amara estaba convencida de que había muggles a los que se podía ayudar, porque eran inocentes de toda culpa y merecían vivir, de la misma manera en que había acudido al llamado de San Mungo, para ayudar a una bruja que de no haber contado con la oportunida intervención de Cissy, habría muerto, llevándose consigo la vida del bebé. ¿Por qué ese par de magos no podían verlo? Se preguntaba una y otra vez, hasta que escuchó las palabras de los dos. Podía leer entre entre las líneas de las palabras de los dos magos y se daba cuenta que no estaban realmente interesados en ayudarla en su causa. Sin embargo, tenían que colaborar, porque se disponían a partir a Palestina, uno de los países donde más afectados había por los conflictos armados contra los israelitas, así que tendrían que ponerse en marcha cuanto antes, porque recientemente una escuela había sido bombardeada. —Vamos a ir a Palestina, pero... al atuendo que tienen, no es el más idóneo. Ha llegado el momento de que demuestren que poseen la habilidad, ¿creen poder? —cuestionó con una media sonrisa en los labios. Mirando a aun a los dos magos, comenzó a cambiar su apariencia a la de una joven de cabellos negros, tez clara y ojos verdes, de la misma manera que con un par de movimientos, cambió su túnica por un sencillo vestido negro, poco escotado y un hiyab apareció sobre su rostro, cubriendo su nariz y labios, así como su cabellera. Estaba presentable para aparecer en ese sitio. — Me parece bien que hablan de estrategias y papaleo, pero por el momento no tenemos tiempo para eso, debemos irnos cuanto antes, así que espero que puedan demostrar su habilidad de matamoformagia, ¿saben como producir los cambios que he realizado en mi misma? Espero que sí, pero les diré que es importante encontrar el punto de partida de su poder y hacer correr este por todo su cuerpo. Hizo aparecer el has de la noche nuevamente, generando un poderoso portal que los llevaría hasta la escuela. Sin darles tiempo de modificar su apariencia y pidendo que dejarán sus varitas mágicas en su vivienda, los invito a traspasarlo. Una vez que lo hicieron, aparecieron en lo que en otro tiempo había sido una escuela de niñas y que ahora se encontraba en escombros. Miles de fragmentos de concreto, madera y metal se esparcían por el lugar, a la vez que algunos cadáveres se podían ver, mientras que otras niñas lloraban por las fracturas y heridas que tenían en su cuertpo. Amara al momento de llegar, se alejó de ellos y comenzó a identificar a las niñas vivas y ofrecerles ayuda, mientras los dos magos, se quedaban de pie, aparecieron los miembros del ejercito palestino, que les apuntaban con armas muggles por ver su apariencia diferente a la tradicional de la zona y sus rasgos extranjeros. Ellos tendrían que hacer algo, para evitar que los atacarán, porque sin varita... poco o nada podrían realizar, a pesar del vampírismo del Ivashkov. Tenían que solucionar ese inconveniente, con la metamoforfomagia, porque era la habilidad que estaban estudiando en ese momento. —Son palestinos... ayudarán. —susurró Amara a una de las niñas que tenía delante de ella.
  7. —Todo lo que han dicho de la metamoformagia es más que cierto, sin embargo, olvidan la parte fundamental de la habilitad —remarcó acariciando a su oruga—. ¿Saben cuál es? —cuestionó con curiosidad. Comenzó a caminar lentamente por toda la habitación, con una media sonrisa en los labios, mientras en su mente iban apareciendo retazos de recuerdos obtenidos en el Medio Oriente, justo cuando había acudido de voluntaria, ayudando a todos esos muggles que habían sido mutilados, sin deberla ni temerla. En el color miel de sus ojos, podía reflejarse la tristeza que sentía por todas esas personas que resultaban heridas cuando un misil caía en sus viviendas o cuando niñas corrían jugando y disfrutando de su infancia y pisaban una mina y en ese momento su vida cambiaba. Amara había ayudado a muchos de esos pequeños a salvarse y lo seguiría haciendo, pero no podía; al menos no ahora. Su lugar estaba en la universidad, volviendo su atención a sus pupilos, asintió con aprobación al ver que ambos mantenían un dialogo bastante fluido y hacían manualmente el trabajo de ordenar las fotos que les había pedido. —Lo que olvidan, es que no se requiere de la utilización de la varita mágica o de ingerir pociones, para lograr estos cambios físicos en nosotros mismos, ¿por qué creen que esto es lo más importante? —preguntó con verdadera curiosidad—. Sí, se pueden hacer modificaciones a nuestros propios órganos impidiendo su deterioro natural o intentando curar algunas enfermedades, algo que no todos logran, solamente algunos. Sus palabras eran más que ciertas, porque únicamente su maestre y ella, habían conseguido dominar la metamorfomagia hasta ese grado, y eso, tras varios años de intenso trabajo. Pero, no pedía la esperanza de que alguno más de sus pupilos lo lograra, y consiguiera hacerse con ese importante conocimiento, de hecho, se encontraba convencida de que la habilidad que enseñaba, sería fundamental para la vida de los magos londinenses. —Es posible ayudar a generar cambios en las personas, pero debes tener alguna conexión con la magia que poseen para lograrlo, sino, es casi imposible —respondió a la pregunta del vampiro— Y como bien dices Ishaya, la metamorfomagia es en esencia igual que la animagia, pero en la práctica son diferentes. Ese pequeño dato, era importante que lo tomaran en cuenta los dos. Se acercó hasta la posición de ambos magos y visualizó el trabajo que habían iniciado, estaban un poco errados al intentar ordenar cronológicamente las fotos, puesto que al menos un par estaban mal, pero eso no importaba demasiado, porque demostraba que tenían la capacidad suficiente de observación. Utilizando un par de hechizos no verbales, consiguió que el cabello de cinco fotografías cambiara de color. — ¿Están seguras que es la misma persona? —preguntó de repente— ¿Qué opinan del conflicto armado de Medio Oriente Muggle? ¿Consideran que nosotros como magos, podemos hacer algo para evitarlo o al menos, para reducir el número de personas dañadas? —rescató parte de sus pensamientos en esas dos últimas preguntas.
  8. Amara había pasado varios minutos hablando consigo misma, sí se había perdido en sus pensamientos, olvidando que se encontraba acompañada de tres pupilos que deseaban continuar con sus aprendizajes cuanto antes. Pero, ella no se los pondría tan fácil, si bien era de las arcanas más nobles que había en la universidad, también era de las más exigentes y no iba a permitir que los conocimientos que décadas de años le habían costado aprender, se vieran tirados a la basura por ambiciosos londinenses que solo buscaban satisfacer sus propias necesidades. Regresó su atención a los presentes y aplaudió ligeramente ante las respuestas que le daban, ¿estaba feliz con ellas? la respuesta posiblemente era negativa, pero por el momento se daría la posibilidad de conocerlos un poco más a fondo, al menos antes de hacerse un juicio sobre ellos. Se alejó un poco de ellos y sacó su varita mágica que en cuestión de segundos se transformó en un bastón traslucido coronado de una amatista azulada. —Entonces harás la prueba Cissy, solamente tengo que recordarte que una vez iniciada no hará retorno y que todo lo que necesitas saber esta en su mente —giró lentamente el bastón e hizo aparecer un par de libros— y quizás estos libros, te puedan ayudar en tu camino, es importante que antes de iniciar los leas detalladamente y me preguntes si tienes alguna clase de duda. Sus palabras habían sido completamente serias, era momento de retornar a su vivienda, volteó hasta sus dos interlocutores y esbozó una media sonrisa. Casi todos de sus razonamientos, sobre saber si eran dignos o no, tenían lógica y más, al pregunarles sobre si serían capaces de utilizar la habilidad, aunque el ambiente que se había formado era un poco hostil, supo que no tenía más remedio que tranquilizar la situación y hacer que todo fluyera nuevamente en paz. Acercándose hasta la mujer y su bebé, esbozó una media sonrisa, se agachó y acarició la cabeza casi pelona de la criatura y murmuro un par de palabras, logrando que de inmediato entrara en un sueño profundo y reparador, para que una sanadora fuese capaz de llevarlo al cunero y atenderlo como era debido, mientras la madre se recuperaba del impacto de la curación y el parto. Miró a la recién estrenada madre y sonrió alegremente, para después tomarla de la mano. —Felicidades, es un bebé encantador... espero que pronto puedan irse del hospital los dos, y perdona nuestra intromisión, es momento de retirarnos —antes de que la mujer hablará añadió— y no tienes nada que agradecer, nos gusta ayudar a la gente. Se alejó un poco de ella y le pidió a los magos que la siguieran, tras salir de la habitación, caminó durante algunos metros entre pasillo y pasillo, hasta llegar al elevador, en donde se introdujo sin temor alguno e indicó a sus acompañantes que hicieran lo propio. Una vez que pusó en marcha el elevador, pensó un par de segundos sus palabras y habló. —Es momento de volver a la universidad, esto solo ha sido una pequeña demostración de como la metamorfomagia puede ayudar a salvar vidas en determinado momento, se preguntaran, ¿por qué es tan importante? Porque no somos nadie, para arrebatar la vida de un ser humano o una criatura, si tenemos la magia a nuestro alcance para evitar ver morir a alguien, debemos hacerlo. Por eso, esta clase no será como se la esperaban. —advirtió con total libertad. Al salir del ascensor, tomó su bastón e hizo un movimiento rápido, abriendo un portal, por el cual indicó a todos que atravesarán. Ese portal, los llevo de nuevo hasta su vivienda, en donde la Macnair tendría el tiempo para leer lo que le ha había dado y podría continuar con la prueba, por otro lado, tendría la oportunidad de conocer un poco más a Zack e Ishaya, para saber como proceder en sus enseñanzas con ellos. Caminó por la habitación, anteriormente usada con la aún peliroja y esbozó una sonrisa, indicándole una silla que podía tomar si gustaba, mientras se centraba en sus dos pupilos, deseando pronto terminar con eso, porque sentía como dentro de nada, tendría que ir a ayudar con la organización de una gala benéfica en donde se venderían algunos cuadros que había donado, pero que deseaban que ella subastara. —Zack e Ishaya, ¿qué es la metamoformagia? es la pregunta que en realidad les debí haber hecho desde el inicio, ¿qué beneficios se pueden obtener con ella? Espero que hayan puesto atención a Cissy en San Mungo, o que al menos hayan investigado un poco sobre mi, y podrán responder la segunda pregunta sin problema alguno. Se alejó de ellos y fue hasta la pecera en donde su mascota descansaba, con una sonrisa en los labios, cambió sus ojos nuevamente a color miel, logrando que la oruga también mutara a este color, sin siquiera tocarla, mientras esperaba la respuesta de sus acompañantes, tomó entre sus manos algunas fotografías suyas que aún tenía que ordenar y que era precisamente a lo que la ayudarían. —Mientras responden, me ayudarán a ordenar ese par de montones, espero puedan hacerlo de manera cronológica, aunque no cuenten con fecha, la mujer es la misma pero en diferentes edades, así que podría ser sencillo, ¿pueden? —preguntó con curiosidad.
  9. La mirada de Amara se concentró en el Ivashkov durante un par de segundos, mientras negaba lentamente, ¿no podía o no quería? era tan sencillo como eso, y ella mejor que nadie lo sabía. Conocía la condición vampírica del mago, desde el instante en el que se había presentado a su hogar, y también le habían informado del carácter poco colaborativo que podía llegar a tener, pero eso no le importaba de momento, porque si deseaba ser instruido en la metamoforfomagía, tendría que demostrar ser digno de poseerlos. — ¿No puedes? Me dijeron que fuiste sanador durante mucho tiempo y sé que para ello tienes que estás en contacto con la sangre. sé que puedes Zack, así que espero que ayudes al menos un poco a Cissy en esta prueba, por qué en dado caso... ¿por qué serías digno de ser mi aprendiz? ¿Qué ganaría la humanidad con tu habilidad? —las preguntas que le lanzó al pelinegro fueron mucho más directas que las que le dio a la Macnair. Se giró hacia la bruja y esbozó una sonrisa amable; lo había logrado. Estaba transmitiendo su magia a las heridas de la mujer, logrando que estás poco a poco fueran sanadas, generando un dolor a ambas, pero la alegría de saber que el bebé podría nacer sin mayores complicaciones. Se acercó un poco más a ella y con un movimiento de su mano, colaboró con ellas para acelerar el proceso de curación, al menos en la parte en la que Cissy comenzó a entrar en pánico al ver las heridas reabrirse. —Excelente trabajo Cissy, ahora puedo estar segura de que Zack puede ayudarte… al menos hasta que vuelva, porque creo que tendremos prontamente un nuevo compañero. —añadió con cautela— Espero que al menos demuestres porque eres digno de aprender Ivashkov, no tardo. Salió una vez más de la habitación y con un movimiento de su varita mágica, abrió el has de la noche, un poder originalmente de los Uzza, pero que ella había aprendido años atrás, para abrir un portal y atraversarlo para aparecer fuera de su vivienda. El mago que se habría atrevido a ingresar sin permiso, observaba con cautela la situación, por lo que, con un movimiento de sus manos, logró que este entrara en un trance, el cual lo había creer que se encontraba en el mismo sitio que sus otros dos alumnos. Permitió que observará los movimientos de los dos, y que se sintiera como si en realidad estuviese allí, hasta que observó cómo se dejaba caer en la puerta e intentaba concentrarse realmente, ¿le había afectado la situación? Al parecer si, era el momento adecuado para hacerle notar su presencia y saber qué hacía allí. — ¿Cómo crees que te sentirías si realmente estuvieses allí? Además, es curioso ver como ingresan a mi morada sin pedir permiso, algo que al menos Cissy y Zack no hicieron, ¿quién eres? ¿Qué deseas de mí? —la última pregunta era retórica, porque conocía la respuesta, pero poco le importó. Necesitaba respuestas, porque hasta el momento dos de los nuevos pupilos no habían demostrado realmente ser dignos de la habilidad, ¿solamente Cissy lo sería? Era algo que pronto lo descubriría, por lo que con una media sonrisa en los labios, lo observó y esperó sus respuestas, al ver que estás no llegaban, nuevamente volvió a usar su varita mágica, para abrir el has de luz. En esta ocasión, los llevó de regreso a San Mungo, y jalándolo un poco de la mano, logró que ingresarán los dos a la habitación del hospital, en donde los dos magos seguían presentes. — Tienen nueva compañía, espero que alguno me responda ¿qué es exactamente lo que se logra al utilizar correctamente la metamoformagia? ¿Por qué es qué es importante demostrar que la merecen? —preguntó con voz totalmente amable, mirando a los tres— Cissy, felicidades. Hiciste todo correctamente, eres una bruja afortunada y digna, ¿crees que estás lista para presentar la prueba para poseer el anillo que te ligue por siempre a la habilidad? —sorprendió a la Macnair con la interrogante. Mientras tanto, seguía esperando que Zacke Ishaya, respondieran a sus anteriores preguntas.
  10. La visita a San Mungo, estaba durando más de lo que se había planteado en un inicio, pero al menos, podría conocer un poco más de la Macnair con los progresos que esta estaba realizando. ¿Sería apta para conseguir cambios más grandes? era algo que iba a averiguar dentro de poco tiempo, y más aún, iba a seguir poniendo a prueba sus aptitudes y actitudes que en cuestión de segundos podían demostrar que sus primeras sospechas sobre si era apta para aprender o no eran ciertas. Por lo que esbozando una sonrisa amable, se giró hacía ella. —Lograste entender la parte fundamental de la metamorfomagia, ¿crees poder ayudar a la mujer? —la curiosidad no pudo ocultarse en sus palabras. Era parte de lo fundamental, aceptar si estabas lista para algo o no, y tener confianza en el poder interno de cada mago o bruja, eso era algo que había aprendido a lo largo de los años, saber si podría o no hacer lo que se proponía todo estaba en su mente. Por lo que sin siquiera dudarlo, la miró fijamente, hasta que con un suave movimiento de su mano, hizo aparecer su varita mágica y logró que la mujer despertará del sueño al que la había inducido. En el instante en que abrió los ojos, comenzó a llorar y gritar por la sensación de quemazón sobre su piel, así como por las pequeñas contracciones que iniciaban el trabajo de parto. Sabía que la situación en la que estaban, no era la mejor, pero era momento de ayudar o aceptar que no podrías con el peso de esa responsabilidad; era lo único que sabía Amara. Esperando la respuesta de Cissy, negó lentamente. podía sentir que alguien había llegado a su vivienda. —Tengo que irme... sé que podrás esperarme unos minutos. —anunció a la bruja antes de desaparecer. Apareciendo en el umbral de su vivienda, esbozó una sonrisa amable y visualizó al mago que tenía delante de ella, tenía porte arrogante y un poco desconfiado, no le sorprendió, porque por el expediente que le proporcionaron del Ivashkov, sabía que había sido elegido para ser entrenado por los Guerreros Uzza para enseñar la magia más básica de ese pueblo, por lo que era normal que dudará de estar allí. —Bienvenido, ¿quién eres? y lo más importante... ¿qué deseas de mi? —preguntó con voz amable. Espero unos segundos la respuesta del mago y antes siquiera de tenerla, lo tomó del brazo, recordando como tenía que volver a San Mungo, porque había dejado a la Macnair sola en el hospital, con la mujer a punto de dar a luz y las quemaduras incrementándose por todo su cuerpo. — ¿Sabes atender un parto? —al momento de aparecerse en la habitación, fue lo que preguntó— Porque la mujer necesita ayuda y Cissy esta aquí para ayudarla... y tu ¿por qué estás aquí?—regresó su atención al mago.
  11. Meditando un poco la situación, supo que quizás el expediente de la Macnair fuese poco claro y le decía poco de ella como persona, pero lo que había visto a lo largo de las últimas horas que habían pasado juntas, le demostraban que sentía empatía por el sufrimiento de los demás, y el reflejó que obtenía de sus ojos, al menos le demostraba que realmente deseaba aprender, por lo que le ayudaría un poco. —La respuesta precisamente es a la que llegaste, pero no es necesario que utilices la varita —comenzó su explicación con una sonrisa amable—. Lo que necesitas es buscar la magia que hay en el interior de la persona o los animales, y conectarla con la tuya, sé que suena complicado, pero no lo es, es cuestión de confianza y habilidad mental y sé que posees ambas cualidades, así que intenta hacerlo, primero si quieres con esta mariposa. Con un movimiento de su mano, hizo aparecer una mariposa azul, que volaba alegremente sobre el cuerpo de la enferma. Intentando darle ánimos, se acercó un poco más a ella y señaló la mariposa y esperó unos segundos, cuando ella cerró los ojos e intentó concentrarse primero en intentar algún cambio en ella misma y después influir en la mariposa, estaba orgullosa de ello, porque era mejor probar en uno mismo, antes de dañar a un ser inocente, por lo que esperó un poco más y ensanchó la sonrisa de sus labios dando pequeñas palmadas. El cambio que había logrado la pelinegra en su cabello era un gran paso, pero lo estaba subestimado, por lo que simplemente negó lentamente y se acercó a ella, antes señalando su mente, después su pecho y al final sus manos. Le indicó que le tomará de las manos, para intentar demostrarle como era que tenía que conectarse con su magia interior, antes siquiera de hacer esfuerzos en vano, que únicamente le causarían cansancio mental. —Dame las manos, e intenta cambiar nuevamente el tono de tu cabello. —ordenó, esperando que lo hiciera. Tras tomarse de las manos, al sentir el pequeño cosquilleo correr por todo el cuerpo de su pupila, sonrió ligeramente y aumentó el mismo, guiándolo lentamente por todo su cuerpo, hasta que lograron concentrarlo en el cabello, que comenzó a mutar a color naranja. Le soltó las manos, y se alejó un poco de ella, no se veía nada mal con ese tono de cabellera, pero debía reconocer que el logro había sido que reconociera el poder interior que tenía. —El cosquilleo que sientes, es el poder que tienes y como lo sentiste, hay que guiarlo hasta el lugar donde quieres el cambio, concentrarte en la sensación del cambio y disfrutar del mismo, no verlo como un reto, ni como un logro, sino como algo natural, intenta cambiar el color de un ala de la mariposa. Recuerda primero, identificar la magia dentro de ella, y después, comenzar a trabajar con eso… aunque, quizás quieras regresar primero el color a tu cabello. —intentó bromear un poco con ella, y darle la seguridad, de que ella podría.
  12. Sus ojos se volvieron del color de la miel en cuanto observó el momento en el que se paralizó su pupila, quizás era ¿preocupación? Si es que era eso, comenzaba a convencerse de que existía una posibilidad de que obtuviera una fracción de sus conocimientos, aunque a decir verdad Amara era únicamente una guía, sí una guía, de todo lo que Cissy había visto y leído sobre la metamorfomagia. —Sí, todo es posible… si eres lo suficientemente inteligente y consideras que eres capaz de lograrlo, todo está en tu mente y confianza. —respondió con amabilidad, antes de continuar con su camino por el pasillo. Permaneció a la espera de que pasarán a la acción, la cual no tardó en acudir, porque el momento en que se le ocurrió algo a la Macnair, se había puesto a trabajar con su varita mágica y su mente, susurrando algunos maleficios. Eso estaba bien, pero no era lo que debía hacer, al menos no si deseaba aprender a dominar la metamorfomagia, así que negó lentamente y detuvo con un movimiento de su mano a la bruja, era necesario aclarar algunas cuantas cosas. Acercándose un poco más a la embazada, le tomó una mano y sonrió con amabilidad, antes de susurrar unos cuantos hechizos que apaciguarían su dolor y mantendrían durante algunos minutos las heridas sin ningún avance de mejora o de aumento en el daño. Tras alejarse de la enferma, observó nuevamente a la bruja y sus ojos se transformaron en esmeralda en cuestión de segundos, mientras intentaba encontrar las palabras para expresar sus ideas sin resultar agresiva y más, porque el maleficio que había comenzado a poner en marcha la Macnair, estaba funcionando, pero no era lo que pretendía en esa clase, era el motivo por el cual la había detenido. —Cissy, la metamofromagia no requiere del uso de hechizos o de pociones, es el arte de cambiar la apariencia mediante magia y nuestra mente —levantó su mano y fijó en ella su mirada, mientras permitía que se llenará de algunas arrugas y la piel envejeciera—. Como ves, es simplemente mental, ahora dime… ¿qué es lo que pretendes hacer para ayudar a la mujer? Recuerda que no puedes usar la varita mágica. Su cuestionamiento era algo más que correcto para lo que se encontraban viviendo en ese momento, al mismo tiempo que pretendía que fuese una motivación para que ella intentará primero cambiar alguna parte de su propio ser, antes de intentarlo con el de la señora. Asimismo, comprendía que sería complicado alcanzar su objetivo, de demostrar que era mejor primero conocer lo que se tenía que hacer, antes de matar por accidente a una persona que merecía vivir y ver crecer al niño que llevaba en el vientre. Por otra parte, era parte del inicio que tendría como prueba para saber si era digna de hacerse como poseedora del anillo que la vincularía a la metamorfomagia, y pronto, muy pronto le preguntaría si se creía capaz de realizar la prueba, mientras tanto necesitaba respuestas.
  13. Necesitaba conocer a fondo la esencia de la Macnair para ponerse en marcha y comenzar con sus enseñanzas y la última respuesta que le dio, le llamó un poco la atención. ¿En realidad no sabía de qué estaba hablando? A su parecer sí podría tener al menos una vaga idea, y más al vivir en Londres, donde cada dos por tres mansiones y negocios eran asediados por grupos de vándalos, según la información que había recibido a su llegada a la universidad. —Entonces vamos, no hay tiempo que perder. —le tendió una mano, esperando a que la tomará. Usarían el Haz de la Noche, era el método más rápido de trasladarse, además de la aparición. Tras abrir el portal, invitó a Cissy a que lo atravesará a su lado, al aparecer en una de las plantas del Hospital Mágico, sonrió amablemente a una de las sanadoras, y esta le señaló una puerta en el fondo, en donde se encontraba la mujer embarazada que poseía las heridas del fuego maldito. — ¿Cómo crees que la metamorfomagia podría ayudarla? O mejor dime, ¿qué harías para ayudarla? —su mirada se fijó en la puerta que las separaba de la enferma, mientras en su mente comenzaban a correr imágenes de las posibles soluciones—. No quiero dañar al bebé. Sus palabras eran totalmente lógicas, porque no iba a dañar a uno por salvar al otro, no esa no era su naturaleza. Abrió la puerta, y sus ojos ahora esmeraldas se fijaron en los marrones de la embarazada, mientras una mueca maternal aparecía en sus labios, se acercaba hasta ella para tenderle una mano y tranquilizarla. —La señorita Macnair, viene porque cree que tiene la solución para curarla —su voz inesperadamente se había transformado en tierna y estaba llena de preocupación—, ¿confía en nosotros? —era meramente retórica la pregunta, porque era obvio que lo hacía.
  14. Ciertamente no era la respuesta que esperaba, pero casi nunca se quedaba con la primera impresión, a menos que fuera demasiado mala. La chica tenía algo, podía verse, pero sin embargo la notaba ¿escurridiza? Habría tiempo para catalogarla. Se sonrió, como si le hiciera gracia lo que había dicho la joven bruja, pero en realidad fue que estaba pensando en ella como si fuera una especie de libro que necesitaba ser estudiado y verificado para conocer su procedencia y de qué se trataba y de esa manera colocarlo en el anaquel correcto. - Es un encantamiento simple, si lo conoces – le contestó, haciendo como si el último comentario de Castalia no hubiera sido nunca pronunciado. – Ya te enseñaré si lo deseas, pero no creo que hayas venido hasta aquí para aprender hechizos rutinarios ¿verdad? Sus ojos volvieron a cambiar, de azules a esmeraldas. La oruga mutó de color otra vez. - Dime ¿Qué ha cambiado? – sonrió amablemente. Se notaba que su alumna comenzaba a ponerse cómoda con el transcurso del tiempo – Y no estoy hablando de mi color de ojos, por supuesto, es demasiado evidente. ¿Era una muchacha observadora? Ahí iba de nuevo, catalogándola. Si observadora, si escurridiza… ¿Qué pasaba que le costaba tanto empezar con las clases en este lugar? La falta de magia antigua, quizás. Se contestó. Se puso de pie sin esperar a que respondiera. - Tengo algo importante qué hacer. – le dijo abruptamente - ¿Quieres acompañarme? Me han dicho que en su Hospital Mágico hay varios pacientes “incurables” con magia. – Hizo hincapié en la palabra, porque a su entender todo tenía solución, incluso la muerte, ya Baélyr lo había dejado claro más de una vez. – Uno en particular ha sido afectado con un maleficio oscuro, creo que aquí le llaman Fuego Maldito. Sus heridas vuelven a surgir cada vez que creen haberlo curado, está viviendo un infierno. Se dirigió hacia la puerta. - Quizás aunque no sepas nada de Primeros Auxilios, según tu currículum, puedas ayudarlo de alguna manera ¿no?
  15. - Acércate - Amara hizo señas a la joven bruja para que se acercara al cristal. - ¿No es bella? – solo intentaba que se relajara, notaba que cada músculo estaba tensionado y las gotas de sudor debido al nerviosismo. Señaló la oruga. – Existe y a pesar de ser minúscula, a su manera es importante ¿No crees? – deslizó un dedo sobre el cristal siguiendo el recorrido del pequeño animal – La vida es un don precioso que cada uno recibe, un insignificante fragmento de tiempo para el universo, pero que tiene un valor incalculable. Giró sus ojos azules hacia la muchacha. Sabía lo que era. Sabía que Londres parecía estar dividido en tres trozos: aquellos que no tomaban partido por nada siendo por tanto de alguna manera cómplices, aquellos que hacían de la muerte de otros un estilo de vida y, el resto, que a pesar de querer defender aquellas muertes no hacían sino profundizarlas. ¿Cómo usaría aquella muchacha el Conocimiento que quería aprender? Tenía que conocerla. Rodeó el escritorio y se sentó dejando el mueble entre ambas. - Supongo que habrás notado mi colección de retratos ¿verdad? – sonrió. Intentaba que se relajara por completo – En unos días presentaré una muestra en un conocido museo de aquí, de Londres, quizás podrías ayudarme a catalogarlos siendo que conoces mucho mejor que yo esta sociedad – señaló uno – Además habrá que quitarles temporalmente sus cualidades mágicas, no creo que a ningún turista londinense le agrade que un retrato lo mire de pies a cabeza cantándole sus defectos ¿No crees? Por un segundo la sonrisa se borró de su rostro, pero el tono de voz seguía siendo cordial. - Solo tengo una pregunta antes de empezar – cruzó ambos brazos bajo el pecho y dirigió aquel rostro atemporal, que tanto había visto, hacia la bruja .- ¿Porqué quieres aprender? Bien sabía ella que saber era poder, pero el poder en manos equivocadas había causado catástrofes en otras épocas y no sería ella quien cargara con el peso de las culpas si algo así volviese a suceder.
  16. Había aprovechado el poco tiempo que le quedaba para terminar de organizar su exposición en Londres. Como siempre las horas transcurrían mucho más rápido de lo que a ella le apetecía, pero estaba tranquila y se podía decir que era feliz a pesar de las circunstancias. Los retratos del salón le seguían los pasos con la mirada. Tendría que arreglar eso, por más que le gustara, no podía dar a conocer esa faceta suya en la sociedad londinense. Claro que no era por exponer el secreto de los magos, sino mas bien porque pensarían que era demasiado extravagante. Se sorprendió a sí misma al descubrir que aún le interesaba lo que pensaba la gente de ella. Naturaleza humana, asumió. Los Directores de la Academia le habían dejado hace unos días el expediente de la muchacha que aspiraba a adquirir poderes de metamorfomagia. Lo había leído a conciencia, pero nunca se acababa de conocer a una persona hasta que la mirabas a la cara. La forma en que entornan los ojos al hablar, las arrugas del rostro o las cejas alzadas, cada cosa significaba algo diferente para Amara. Jamás se equivocaba. Por eso había optado por empezar las clases en su casa, como siempre. Un ambiente más relajado siempre ayudaba a comprender mejor a sus alumnos. Las hojas se encontraban desparramadas sobre el escritorio, justo donde las había dejado horas atrás. Giró hacia el vidrio que contenía aquel ecosistema que tanto cuidaba. Alzó las cejas sorprendida al notar el color de la oruga, el mismo que ahora lucían sus ojos. Esmeraldas intensos. Pero cambiaron, eran azules otra vez y al mismo tiempo, la oruga volvió a su color marrón. Golpearon la puerta. No esperaba a nadie mas que a la muchacha. - ¡Pasa! ¡Está abierto! - ¿Y porqué no? Nadie iba a atreverse a irrumpir en la zona de los Arcanos sin autorización. No había ocurrido jamás durante todo el tiempo que dio clases en Egipto, dudaba mucho que pasara aquí, donde la magia casi no podía respirarse y estabas lejos de la Fuente Verdadera.
  17. Ficha de Amara Majlis ARCANO DE METAMORFOMAGIA ____________________ Nombre: Amara Majlis. Sexo: Femenino. Nacionalidad: Argelia. Raza, grupo étnico: Humana, bereber. Edad: Se estima que ronda los 190 años, aunque gracias a su metamorfomagia puede aparentar la edad que desea. Anillo: El Anillo de la Metamorfomagia, a pesar de almacenar gran cantidad de energía compresa y de ser un objeto tan o más valioso que los objetos mágicos legendarios, es bastante simple en su estructura; posee dos únicas cintas de platino que se unen en un diminuto diamante transparente en cuyo interior se encuentra grabada la silueta de un uróboros, animal serpentiforme que engulle su propia cola y que simboliza el ciclo eterno de todas las cosas; La leyenda dice que la piedra que adorna este anillo no es en realidad un diamante, sino que es una pequeña piedra filosofal capaz de producir el suficiente elixir de la vida eterna como para mantener inmortal a quien la posea. Al ser la reliquia original de la Metamorfomagia acumula el poder de todos los demás anillos de la habilidad. Amara utiliza este anillo en el dedo índice de su mano derecha. Objetos y Posesiones: Sus posesiones más preciadas son la gran cantidad de retratos humanos tomados en fotografía por ella misma, enmarcados todos y cada uno de ellos en madera de álamo y colgados uno al lado de otro en las murallas que rodean la habitación principal de su vivienda en la Universidad; cada uno de los rostros ha sido fotografiado con su propia Zeiss Ikon Box Tengor, modificada mágicamente para mantener y mejorar su resolución, y por supuesto, dejar también impresas sensaciones que se traspasan a quienes observan con detenimiento y por mucho tiempo algún rostro en específico. Vara de Cristal: Posee una varita mágica de 30 centímetros hecha de vid y en el centro una pluma de bennu, reflejo de su personalidad aventurera y de grandes anhelos; Al invocar su cristal, muta en un bastón mágico traslúcido, de metro y medio de altura, en cuyo extremo superior reposa una amatista azulada que vibra suavemente en su interior, para brindar coraje, aumentar la intuición e incrementar la actividad intelectual del hechicero al que afecte. Conocimientos y habilidades mágicas: Su más que amplio dominio de la metamorfomagia ha convertido a Amara en casi inmortal; y es que es capaz de cambiar no solo la apariencia de cualquier parte de su cuerpo -desde la punta de sus pies hasta el último de sus cabellos- sino que también de generar cambios importantes en sus órganos internos, aunque teme sobre explorar de más sus habilidades y perder la vida, o peor aún, la razón. Posee, además de todos los conocimientos mágicos que imparte la Universidad, amplios conocimientos en Antropología e Historia del Arte Mágico y Muggle. Aspecto Físico: Ciertamente, se desconoce su aspecto físico real gracias a que constantemente está cambiando alguna parte de su cuerpo para mantenerse lo suficientemente adulta para no pasar como una adolescente y lo suficientemente joven para no pasar como una señora mayor, aunque se dice que- entre los retratos que adornan su vivienda en la universidad se encuentra uno con su apariencia real a la edad de treinta y tantos. En la actualidad, es común ver a Amara con aspecto caucásico, con una nariz fina y respingada, cabellos ondulados de tono cobrizo y ojos avellanos que suele variar del marrón al azul con bastante frecuencia; además, suele utilizar kabyle, que son largos vestidos de seda en un solo tono (regularmente en tonos violeta o turquesa) con bordados en color dorado o algún accesorio colgante de cobre con piedras, acompañados por una delgada capa del mismo tono que su vestido y alguna que otra joya para adornar su cuello. Características psicológicas: Los años han calmado muy poco su extrovertida personalidad, pero su espíritu jovial y aventurero se mantiene vivo. Siempre está al pendiente de las necesidades de quienes le rodean y trata de resolver los problemas de los demás a toda costa, sobre todo si se trata de algún estudiante o algún otro miembro de la Universidad. No es para nada una buena anfitriona, puesto que es capaz de dejar todo botado por ir a realizar obras de tipo social o llevarse a sus comensales a sitios en donde los más necesitados requieran de algún tipo de ayuda; le fascina visitar lugares y participar de fiestas de carácter artístico-cultural. Se siente plena escuchando música autóctona y compartiendo de la riqueza cultural de todo aquel que la rodea. Amara evita a toda costa ser el centro de atención, y trata de pasar inadvertida entre los demás. Se incomoda con las entrevistas, pero le gusta mucho escuchar las vivencias de los demás. Aborrece la injusticia y a quienes se vanaglorian de sus habilidades, poder mágico, riquezas o cualidad extraordinaria. Vivienda en la Universidad: La vivienda de Amara está ubicada muy cerca del acceso principal a la Universidad, a mano izquierda, bordeando el río y pasado el primero de los tantos jardines que abundan en la ciudad universitaria. Se caracteriza por poseer un gigantesco vestíbulo en donde periódicamente se organizan todo tipo de fiestas culturales, por lo general, a beneficencia. Las paredes se encuentran adornadas únicamente por cientos de fotografías de rostros humanos, de todos los tamaños, enmarcadas en álamo. Hay quienes creen que se trata del millar de rostros que ha adoptado Amara, pero aunque no están del todo equivocados, más de dos tercios corresponden a retratos hechos por la Arcana a diferentes personas con las que ha tenido el placer de conocer y compartir a lo largo de su vida. Son contados con los dedos de las manos quienes han ingreso a las demás habitaciones, que incluyen, entre otras cosas, una pequeña biblioteca personal junto a un despacho que rara vez utiliza, su habitación, que posee sólo una cama de plaza y media, un escritorio y un amplio guardarropa. Historia: Amara es hija de muggles. Nacida en una modesta y trabajadora familia, dedicaba su infancia a recorrer y jugar en medio de las plantaciones de trigo y cebada que sus padres tenían a cargo y de donde sus padres obtenían los recursos para subsistir. Sus poderes mágicos se presentaron tardíamente, por lo que abandonó la escuela a los 13 años para unirse al Colegio de Magia de Egipto, en donde conoció a Zuhayr*, metamorfomago profesor de transformaciones que se transformaría, años más tarde, en Arcano de la Universidad, y posteriormente, en su antecesor. Si bien, Amara era una buena estudiante, no lograba destacar por sobre sus compañeros en ninguna de las asignaturas mágicas; pero se esforzaba al máximo por rendir y obtener buenas calificaciones. A los 19 años, prosiguiendo sus estudios en la Universidad (sus ansias de conocimiento eran enormes), Zuhayr vio un potencial en su joven estudiante que no había notado en nadie más. Durante una clase sobre metamorfomagia, notó que la jovencita hacía cambiar el color de su cabello sólo con apretar los ojos con fuerza, algo que una enorme mayoría de sus estudiantes no lograba sino hasta las clases más intensivas. Cautivado por esta destreza, llamó a Amara a su despacho para comprobar si en su familia había algún metamorfomago, pero la muchacha le respondió de forma negativa: ella parecía ser la primera en su familia capaz de lograr utilizar aquella magia. Fue así que Zuhayr se convirtió en su mentor personal, dándole clases intensivas y a veces exhaustivas sobre la metamorfomagia, la Transformación y otras ramas de la magia. Luego de su primer año, podía cambiar todo su aspecto físico: pasar de ser chico a chica, anciana o anciano e incluso podía convertir algunas partes de su cuerpo en partes de animal (le salía una cola de mono, nariz de cerdo u orejas de elefante). Este increíble poder fue aumentando conforme pasaban los años. Cuando llegó a sus veinticinco años decidió que era momento de emprender su propio camino y decidió viajar por el mundo haciendo algo que siempre le había gustado: ayudar a los demás. Se unió a un grupo de personas, jóvenes en su mayoría, que se movilizaban en Medio Oriente para acabar con la hambruna y las guerras. Aunque sus pasos eran como los de las hormigas, también lo era su fuerza y cargaba con mucho peso sobre sus hombros mientras se solidarizaba con las personas. Durante los veinte años que pasó con muggles, muchas veces se encontró en apuros, siendo víctima de las represalias de carácter político o fuerzas militares muggles que se beneficiaban con los conflictos y desgracias con las que los más necesitados tenían que lidiar, mas con la ayuda de la metamorfomagia y de otros magos -como Mahatma Gandhi, por ejemplo- que hacían como ella, logró salir ilesa siempre. Con cuarenta años de edad cumplidos, regresó a la Universidad por petición de su antiguo maestro, a cooperar con las investigaciones de la habilidad de ambos dominaban y que, pensaban, podían ser desarrolladas un paso más de lo que hasta el momento abarcaban; Zuhayr, arcano en aquel entonces, pretendía modificar órganos internos, prolongando así su vida. Trabajaron juntos por casi veinte años y lograron avances importantísimos, y aunque Zuhayr le reprochaba el tiempo que, según él, desperdiciaba perdiéndose en el mundo muggle para ayudar a los demás, esta actividad aterrizaba sus ideas y ayudaba a que no perdiera la cabeza por la ambición natural que se genera al conseguir tan grandes éxitos. Fue precisamente durante una de estas escapadas al mundo exterior de la Universidad que el antiguo arcano pretendió modificar una parte de su hipocampo -sección del cerebro encargada de la memoria- causando un grave daño para sí mismo y que con el tiempo, lo llevaron generar un muy agresivo Alzheimer que terminó con su vida un par de años más tarde. Al morir Zuhayr, Amara fue investida como Arcana de Metamorfomaga de la Universidad, convalidando el estudio de su propia habilidad con la docencia, el servicio comunitario y la neurociencia. Tenía entonces 60 años, la edad límite en que se puede proponer a un mago realizar la Prueba de la Tabla Esmeralda para convertirse en Arcano. De la vida de Amara como Arcana se cuentan muchas anécdotas, relacionadas con su predisposición a ayudar a los demás. Desempeñó un papel prominente en la importante revisión salarial de la plantilla de la Universidad en 1950, cuando se modernizaron las condiciones laborales los empleados. También es memorable su papel durante la Guerra del Yom Ki Pur, pues no eran pocos los magos de la Universidad que querían intervenir en el conflicto muggle. fue gracias a su providencial intervención, que la Universidad logró mantenerse al margen de aquel conflicto. Durante los años convulsos que siguieron a aquella guerra, dio refugio a muchos, muggles y magos, sin importar tampoco creencias o nacionalidades. Como Arcana, dicen que es de las más asequibles, pero no hay que confiarse, como todos los Arcanos, se preocupa mucho de que los aspirantes merezcan en verdad la habilidad de la metamorfomagia.
  18. Amara Majlis

    Metamorfomagia

    http://i.imgur.com/07zgQvd.png Amara Majlis ARCANO DE METAMORFOMAGIA ____________________ Quién estaba sentada detrás del escritorio era Amara. Tenía entre sus manos una pequeña pirámide que cambiaba constantemente de color, de plata a oro, de oro a azul, de azul a verde y otra vez plata. Sus manos se movían en torno a la figura mientras la mujer permanecía sumida en sus pensamientos. Echaba de menos Egipto y aquel aire de magia antigua que se respiraba por doquier, y aunque había tenido que ceder ante las argucias del Ministerio de Magia Inglés de que aquella era la mejor opción para la Universidad, no estaba convencida de que era una buena decisión. Y aunque en otras épocas había pensado que los magos no debían de inmiscuirse, esta vez era diferente, quizás hubiese sido mejor involucrarse en el conflicto, tenían el poder necesario para hacer volcar la balanza hacia el lado que consideraban justo, teniendo en cuenta que los Uzza ahora formaban parte del Consejo. Los Uzza, otro punto en contra. ¿Podían fiarse de ellos? ¿Hasta qué punto? La Arcana había decidido que deberían ganarse su confianza y no era tarea fácil, teniendo en cuenta que la historia estaba en contra de estos guerreros, como se llamaban ellos. Quisiera ver a uno pasando las Pruebas del Portal. La oruga gris que residía dentro de un amplio contenedor de vidrio en el que se simulaba un pequeño ecosistema comenzó a moverse para su comida diaria. Alzó su mirada al frente. Tenía un rostro intemporal, con las facciones de una mujer madura, pero sus ojos denotaban demasiada sabiduría y revelaban que su existencia había sido mucho más prolongada que eso. La observó por detrás del escritorio, al notar el leve movimiento. Los destellos cambiantes de color se sucedían ahora con menor frecuencia. ¿Quién diría que aquel pequeño animal, viscoso, peludo y bastante feo, se convertiría en una bella mariposa? Todo podía cambiar, absolutamente todo. Pero ¿se podía adelantar este cambio de alguna manera? Y por sobre todo ¿podía ella llevarlo adelante? Quizás se hubiese esperado más del despacho de la Arcana. Pero solo había un escritorio, el recipiente de vidrio que ocupaba casi toda la pared de enfrente y algunos retratos dispuestos sin ningún orden en particular colgados en las laterales. Eso si, el azul predominaba en todas sus gamas, el color tenía un especial significado para ella. ¿Sería posible? Nada era imposible. Al menos eso era lo que hacía una vida atrás le había enseñado su maestro. La metamorfomagia tenía muchas aplicaciones, no solo lucir joven y con cabello rizado o realizar algún truco básico de cambio de nariz para divertir a los comensales, como muchos parecían creer. Había más, mucho más. Después de todo la metamorfosis estaba presente en muchos aspectos de la naturaleza. Ella lo probaría. ***** The National Portrait Gallery era uno de sus lugares favoritos en Londres, después de su hogar en la Universidad, por supuesto. Le agradaba el silencio y el poder observar a cada retrato adivinando la vida que habían llevado detrás de cada expresión. Más adelante quizás presentara alguna muestra con sus propias imágenes, al público le agradaría la colección de fotografías que adornaba el vestíbulo de su vivienda y si a eso le agregábamos que iba a poder organizar algún tipo de evento a beneficio, no había mucho más que pensar. Estaba parada frente al retrato de una condesa. No era una fotografía, sino un dibujo realizado con lápiz. Arrugó el entrecejo, que por un momento pareció tener más arrugas de las que debería, la mirada clavada en las facciones de la mujer. Los muggles siempre lograban sorprenderla, tenía que reconocer que aquel trabajo era excelente, cada trazo parecía darle carácter a la expresión de la dama, mucho mejor que si se tratara de una fotografía. Tan concentraba estaba que no notó que alguien le hablaba. . ¿Káifa? -   preguntó sorprendida y el color de sus ojos mutó de amarronados a esmeraldas que no desentonaba para nada con el etéreo vestido de seda azul y bordados dorados que llevaba puesto según una costumbre arraigada durante demasiado tiempo en ella. Williams, un vigilante de aspecto amable al que había visto ya varias veces en sus visitas, le avisaba que el horario al público ya había dado fin. - Si, claro, es que estaba admirando el retrato y el tiempo pasó demasiado rápido. respondió cortésmente. El hombre esbozó una sonrisa amable que ella retribuyó. Hablaba en egipcio si la tomaban por sorpresa, aún no lograba acostumbrarse al cambio. ¿Tan pronto había transcurrido el horario de visita? A unos kilómetros de ese lugar, la oruga dormitaba y su color grisáceo había desaparecido dejando lugar a un intenso verde esmeralda.

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