Estos días habían sido bastante malos para Baltor, pero a él no le importaba. Se dirigió a aquel abandonado castillo en el cual Agatha lo había derrotado... el brazo de madera no había sido suficientemente fuerte... todo lo que él hizo fue tan sólo una ilusión creada por su mente, pero sobrevivió, él era fuerte, no iba a dejar que algo como eso lo matara, pero fue gracias a Pascuala, todo siempre era gracias a ella.
El viejo castillo de piedra blanca como las nubes lo esperaba. El otro día se sintió atemorizado de entrar al temer que hubiera una presencia oscura ahí, pero esta vez se sentía más listo. Se desvendó el brazo de madera, sacó de este su varita (Bastante disfuncional al estar hecha por él y ser ocupada principalmente para defensa de ataques mágicos, pero también para tortura) y ocupó un Lumos para alumbrar el castillo en la noche.
A medida que avanzaba; escuchaba pasos que lo ponían nervioso cada vez más, si hubiera sido Pascuala él se habría calmado, pero no era ella al estar esta a su lado. Baltor escuchó el ruido en el techo, y apuntó ahí, estuvo sorprendido al ver a (La persona que responda), y le lanzó un Avada Kedavra automáticamente:
-¡Sal de mi casa!-Le gritó Baltor, el ataque se dirigía a el/la, y si este no hacía nada, moriría.