ZelKat13

Llevaba esperando un buen tiempo para obtener su preciado Micropuff, hacía meses que quería obtener a aquella bola peluda y adorable para poder criarla y tenerla consigo. Fue al mostrador tomando un formulario, para su suerte, había juntado una suma suficientemente alta para comprar un pequeño bicho, entre su medalla por los T.I.M.O y su trabajo en el Departamento de Misterios, tenía el dinero justo y sobrante.

-Veamos... como va esto.- Leyó la ficha, y tomó una de las plumas para rellenar cada dato con sumo cuidado, aunque esta corregía algún error o equilibraba su desastrosa letra, cosa que agradecía bastante.

ID:
Nick (con link a la ficha): ZelKat13
Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) ---
Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de ZelKat13
Nivel Mágico: 0 (X)
Fecha: 2016-12-01

Criatura: Micropuff (Violeta)
Puntos: 10P
Precio: 500G

Total de puntos: 10P
Total de Galeones: 500G

Corroboró que todo estuviera bien, y se dirigió a la ventanilla para tramitar su pedido. -Buenas tardes, aquí esta mi ficha.-

El moreno se presentó ante Zelda con gran amabilidad, a lo que esta correspondió estrechando su mano a la de él. -Es un placer, me llamo Zelda Katerine de Cintra, he llegado recientemente a la familia.- Respondió con una ligera sonrisa. -Si me disculpa, ire junto a Pandora a preparar algo a la cocina.- Se dirigió junto a la Tonks a la cocina para preparar algo a los invitados.

Revisó que ingredientes había en la alacena y sacó cosas para preparar carne asada con patatas al horno. -¿Crees que con esto sea suficiente para todos?- Miró a la joven Tonks esperando que así sea.

@ @@pandora dyonel

La rubia vio como un hombre de cabello negro y con canas entraba en la hacienda anunciando la boda de Shena y Antoni, cosa que la sorprendió gratamente. -Dios... no creí que se casaran así de rápido.- Dijo sonriendo. -Pero me alegra por ellos, se les nota mucho lo enamorados.- Añadió.

A los segundos, el patriarca llegaba a la hacienda mediante aparición, quién se alegraba de que Zelda y Pandora conocieran a la matriarca de la familia, quien también era su hija. -Vaya, me alegra haberla conocido entonces.-

Se dirigió a Pandora para darle una idea. -Oye, ¿qué tal si vamos a la cocina y preparamos algo para todos? Hay mucha gente en casa curiosamente.-

La rubia estaba sentada en su habitación, repasando cosas sobre la nueva habilidad que había adquirido hacía poco. Había optado por especializarse en encantamientos, y quería saber más sobre ello. En eso, oye voces no familiares provenientes del segundo suelo. Subió hasta allí y vio que Pandora ya se encontraba en el sitio saludando a una joven mujer.

Como siempre amable, Pandora le ofreció lo que necesitara. -Hola, supongo que es parte de la familia, digo... porque apareció dentro de la Hacienda. Soy Zelda, es un placer.- Dijo amablemente a la bruja, la cual estaba con una pequeña gatita a la que había visto deambular dentro de la casa.

Muchas gracias por ascenderme ya he decidido que conocimiento quiero adquirir: Encantamientos, puesto que veo que me servirá para nuevos empleos en el Departamento de Misterios donde actualmente soy aprendiz. A disfrutar de mi ascenso se ha dicho

Su padrino estaba de acuerdo en que el cockatris era impresionante, pero según su punto de vista, lo era aún más la noctumbra. -Si, es impresionante también, aunque bastante similar a un dementor, menos tétrico y asesino por supuesto.-

Tras que acabarán de ver todas las criaturas, el moreno le llevó a un lugar de comidas que estaba en la entrada del circo. La rubia rió al ver lo hambriento que su padrino estaba. -Vaya, parece que alguien si tenía hambre.- Miró hacia la apetitosa comida chatarra que había para pedir, y optó por una hamburguesa doble queso y una gaseosa. -Creo que eso será suficiente, por ahora, mi estomago ataca a ratos.-

Quienes atendían la carpa de comida sirvieron todo con gran rapidez, y ambos tomaron sus pedidos. -¿Donde vamos para comer esto?-

@@Albus Severus Black

Había muchas... ¿personas? ¿mutantes? ¿fenómenos? No sabía como definirlos de alguna manera, pues algunos parecían tener rasgos humanos y otros más bien todo lo contrario.

Su padrino iba señalando a cada una de las criaturas con su nombre, lo cual la rubia escuchaba atentamente, este le preguntó si se sentía cómoda en ese lugar, a lo que su ahijada le tranquilizó. -Si, no te preocupes, he visto muggles más raros que estos bichos, como las Kardashian, esa familia si son mutantes.- Dijo riendo leve. -El cockatris es realmente impresionante, ¿no crees?

Siguieron disfrutando el espectáculo hasta que la larga lista de fenómenos había sido recorrida en su totalidad por ambos. -Ha sido extraño, no voy a mentirte, pero la mayoría de esas cosas no eran tan raras como esperaba.-

@@Albus Severus Black

La rubia sonrió ampliamente, se colocó ambos objetos, uno en su muñeca derecha, y otro en su cuello. -Le daré buen uso, lo prometo.-

Tras esto, abrazó a su padrino en forma de agradecimiento, y escuchó como su padrino decía que ella era un diamante, la sonrisa de la rubia se amplió aún más, si eso era posible.

-No se como agradecerte lo que has hecho por mi, me has ayudado tanto, de no ser por ti estaría pérdida vagando por la Orden sin saber que hacer.- Rió levemente, cuando el espectáculo comenzó, un arlequín vestido extrañamente apareció, y tras hablar y dar la presentación, hizo que la cortina que ocultaba toda clase de seres extraños se abriera, para desparecer al instante envuelto en humo.

@@Albus Severus Black

Un ruido de estruendo se escuchó proveniente de un piso superior, todos fueron a ver de que se trataba. La rubia siguió los pasos de quienes parecían conocer mejor el lugar, ya que le resultaba increíblemente fácil perderse.

Entraron en una sala y una especie de humo apestoso los invadió de golpe, Cye realizó un hechizo para evitar que alguno cayera desmayado por tan desagradable olor, y un casco de aire invisible apareció en la cabeza de todos. Un hombre quedó colgado pies para arriba a causa de que una bruja, un tanto paranoica, le lanzará un embrujo. La rubia corrió a abrir la ventana y que el aire se despejará en la sala, pues incluso con el casco era difícil ver.

Tras que el joven se explicara, todos en la sala se calmaron, era un aspirante igual que varios de los presentes, pero había mezclado mal dos ingredientes causando aquella explosión apestosa. La bruja rió levemente ante su explicación, recordando que ella también tenía ese don de meterse en problemas con facilidad. -Creo que ya deberías bajarlo.- Le dijo a la chica que aún mantenía su varita en el aire.

Su padrino la recibió cálidamente y la llevo dentro de la gran carpa.

Apenas entrar se veía el ambiente tétrico y las diferentes entradas señalaban algún espectáculo de fenómenos o cosas por el estilo.

Fueron hasta la cabina de tickets, y su padrino dejó dos tickets allí para poder entrar al show principal. Entraron, y tomaron asiento en primera fila. -Si, estoy bien, gracias.- Dijo con una sonrisa, preguntándose que cosas tendrá ese show.

Allí, el moreno saco una bolsita decorada, y se la entregó a su ahijada. -No era necesario que te tomarás esta molestia.- Contestó algo apenada, pues ella no había traído nada para él.

Abrió la bolsa, y sacó unas pequeñas cajas, miro su contenido, y en la primera vio un precioso brazalete con símbolos que representaban el mundo mágico a la perfección. -Es precioso... Gracias.- Dijo con una enorme sonrisa en sus labios.

Luego, miró en la otra caja, y fue enorme su sorpresa al ver que era un giratiempo. -Esto es... Pero, creí que habían destruido todos.- Miró a su padrino sorprendida, preguntándose de donde había sacado aquel artefacto.

@@Albus Severus Black

La rubia se encontraba en la hacienda Tonks, sin nada mas que hacer excepto acomodar su ropa una y otra vez. Bufó, aburrida, esperando que algo interesante pasara.

Una lechuza entró en su alcoba, dejándole un mensaje y yéndose inmediatamente, sin darle tiempo de escribir una respuesta o de siquiera leer el mensaje.

Lo abrió y leyó el mensaje que su padrino le había enviado. La invitó a una especie de feria o circo, donde la encontraría en la entrada a la carpa.

Guardó el mensaje para recordar Cómo llegar, y tomó un vestido rojo con unos tacones negros para cambiarse. Recogió su cabello en una coleta simple, y se predispuso a salir.

Llegó mediante transporte mágico, esta vez sin marearse tanto. Buscó la entrada de la carpa y allí divisó a su padrino, caminó hacía él y lo abrazo amistosamente como saludo. -Hola padrino, gracias por invitarme.-

@@Albus Severus Black

La bruja se encontraba en la dicha, pues ya no se sentía pérdida dentro del universo de la Orden. Reconocía rostros familiares en la reunión, lo cual tranquilizó su semblante y su alma.

Se sentía segura allí dentro, sabiendo de la buena disposición y coraje que acaparaba la Orden desde antaño, pues había leído en escritos viejos sobre la misma y sus antiguos miembros.

Sonrió al ver más gente llegar a la "míni fiesta" que la castaña había organizado para los recién llegados. Una chica que había aparecido recién y con la que cruzó algunas palabras en el Cacao Café, le dio un cálido abrazo al cual correspondió amablemente la rubia. Pese a que su amabilidad y notable entusiasmo le saco un poco de su lugar.

Rió levemente al oír como la bruja hablaba rápidamente, de modo que casi no se le entendiera ni una palabra. Recordaba que había actuado de la misma manera cuando estaba en el local de Cye, por lo tanto no era algo que la sorprendiera tanto.

-No te preocupes, no llegas tarde, apenas comenzó todo esto.- Respondió con gentileza a una de las tantas dudas que planteó en segundos aquella bruja.

Para su suerte, el patriarca le explicó con lujo de detalles lo que debía hacer para finalmente ser considerada una Tonks por todos.

Este hizo aparecer una pluma, papel y tinta para dibujar un mapa y así permitir a la bruja llegar al registro de la familia.

Tras que terminara, ofreció acompañar a la bruja a realizar el tramite, a lo que ella se negó cortésmente. -No será necesario, me han dicho una vez que la mejor manera de conocer por primera vez un lugar es sólo, ya si luego puedes ir acompañado de alguien, sirve para no perderse.- Sonrió amablemente, y guardó el papel en su bolso mágico, iría apenas pudiera, caminando, ya suficientes viajes raros había tenido en un solo día.

Hola ^-^ paso a hacer mi pedido para ser oficialmente y de una vez por todas una Tonks hecha y derecha (aunque tengo la espalda medio torcida(? vale ya, mal chiste u.u)

En mi ficha ya sale que soy parte de la familia hace semanas, así que por eso, no hay problema ^-^

Saludos!

El patriarca la saludo amablemente, de una manera muy cariñosa, para invitarle a sentarse a hablar en el jardín.

La rubia tomó asiento, y este le comento de un pequeño problema que había con el papeleo que había hecho, pues la bruja había olvidado dar su petición para unirse a la familia. -Oh, veo cual es el problema, cuando fui al Ministerio, no vi en ningún lugar el registro para poder pedir ser parte de la familia Tonks, vi de muchas otras familias, pero no de esta.- Dijo con cierta incredulidad. -A no ser que haya algún registro para todas las familias por igual, cosa que tampoco encontré.- Soltó una risita nerviosa, se sentía un tanto apenada de no conocer bien las mecánicas de los registros aún.

Tras esto, este preguntó si la rubia quería formar parte temporal o permanentemente en la familia, a lo que rápidamente respondió. -No era mi intención que pareciera otra cosa, adoraría pertenecer a la familia para siempre, claro está si eso es posible.- Esbozó una leve sonrisa, esperando calmar las dudas del patriarca.

Tras un largo viaje en compañía de Pandora, la rubia se encontraba regresando a la hacienda donde sabía que Antoni y Shena se encontraban todavía.

Tomó el autobús mágico para llegar a toda velocidad y este la dejó mareada, pero cerca, aun no hallaba un método de viaje que no le ocasionara náuseas.

Se dirigió a entrar a la hacienda, y fue grata su sorpresa al ver que el patriarca ya había vuelto. -Hola señor @Ishaya, veo que ya ha regresado.- Dijo saludandolo cortésmente.

No oía las voces de Shena o Antoni, por lo que supuso que seguían arriba, ya que la casa era tan grande que ningún sonido se oía entre pisos.

@@Ania Evans Weasley

Yo ando del móvil también, para hacer negritas usa [~b] (quitandote el ~) para abrir y [~/b] (quitandote nuevamente el ~) para cerrar en el diálogo, funciona igual para usar cursiva cambiando la b por una i

Espero te sirva esto n.n pues aun no implementan un sistema que no pese demasiado y permita cambiar rápido entre comandos html.

Recuerda cerrar SIEMPRE o no servirá el código. Un saludo.

Pronto iba llegando más gente al cuartel, lo que hizo sentir a la rubia más cómoda en aquel lugar.

Oyó como la castaña le decía que había sido ella quien envío aquellos patronus, y en ese momento ella deseo tener el suyo propio, pues adoraba ese resplandor tan puro y las miles (o quizás millones) de utilidades que podría tener aquel encantamiento.

Cuando por fin llegó una cara sumamente familiar, se alegró mucho de verla. Era Cye, a quien había conocido hace poco en el café/chocolatería que esta misma tenía. La bruja le saludó amablemente con un cálido abrazo, el cual la rubia correspondió de la misma manera. -Es genial verte aquí Cye, me alegra saber que perteneces a la Orden.- Dijo con una gran sonrisa, aunque debió esperarselo, pues sabía que su esposo, el patriarca Tonks, era de la Orden.

Cye saludó a los demás miembros que se encontraban en el lugar, mientras la rubia, sin querer parecer desesperada, tomó una varilla de jamones y quesos que había en la mesa, la gula siempre le ganaba.

Luego de darle un bocado, se dirigió a Cye para comentarle que finalmente había conocido a Ishaya. -Por fin pude conocer al patriarca, a tu esposo, fue muy amable conmigo.- Replicó, sonriente como siempre.

La morena guió a Zelda a través del bosque/jardín de la hacienda, llegando hasta el imponente dragón. La rubia quedó impresionada al ver una criatura tan bella y enorme frente a ella. -¿Estas segura de que es seguro? ¿Tienes permiso para tener uno de estos?- Preguntó con cierto temor en su voz. Pero Pandora ya estaba llevandola a rastras para montar a la bestia.

En el trayecto, la morena le confesó quien era realmente, y la rubia optó por no decir nada al respecto, pues no entendía la rivalidad entre familias o porqué ocurrían.

Volaron hasta la vieja casa de Pandora, y al llegar ella recibió una misiva para ir a algún lugar de Europa. -Pero ya estamos en Europa, ¿no? Inglaterra pertenece a Europa.-

La castaña fue rumbo dentro de la casa en compañía del ojimiel, y Pandora les advirtió de no hacer cosas raras dentro de la casa, cosa que hizo reír a Zelda, pues no creía que llevarán su relación (si es que tenían una ya), de manera tan aprisa.

Luego, la morena invitó a la bruja a ver a su dragón, cosa que la rubia aceptó con ansias, pues nunca había visto uno.

Caminaron dentro del inmenso jardín de la Hacienda, el cual parecía más un bosque que jardín. -¿Que clase de dragón es el tuyo Pandora? ¿Un Ridgeback Noruego? ¿Un Colacuerno Húngaro?

La bruja se encontraba un tanto pérdida, pues no sabia quien era el que le había llamado a venir hacia la guarida de la Orden. Hasta que apareció una joven rubia, cuyo rostro le sonaba familiar, era una de las novias a cuya boda asistió junto a Luna. -Gracias, un patronus me llamó para venir aquí, ¿era el tuyo?- Le preguntó con curiosidad.

Al poco tiempo, un hombre de cabello blanco, apareció tras el umbral de la puerta, saludando a las dos jóvenes que estaban allí y él ya conocía. Se presentó ante la rubia como Bastian Kakarov, y la bruja respondió a este. -Mi nombre es Zelda Katerine de Cintra, es un placer.-

Se tomó un momento para rescatar las palabras que la bruja había dicho antes, el lugar realmente parecía una fiesta, había bocadillos, bebidas, y una ligera música que salía de la nada se podía oír. Entonces supo para que le habían llamado, ella junto a los nuevos miembros iban a ser bienvenidos a la Orden, solo había que esperar que los demás miembros lleguen.

El patriarca se disponía a partir de inmediato al Ministerio para acabar el papeleo, o más bien, iniciarlo. Le encargó la tarea de recibir a Antoni y a Shena a la rubia, cosa que haría con gusto. Tomó su abrigo y estrechó la mano de la bruja. -Claro señor, puede contar conmigo para ello, los recibiré ahora mismo.- Una leve sonrisa se formó en su rostro, y mientras el brujo se iba, está salió de la hacienda para darles las bienvenida a los muchachos.

Cruzó la puerta y divisó que ambos estaban tomados de la mano, mientras Antoni le tomaba de la cintura. Una leve risa escapó de sus labios al verlos de esa manera tan acaramelada, y dio paso a saludarlos. -Hola chicos, que bueno verlos por aquí.- Dijo recibiendolos amablemente. -¿Ya puedo llamarlos tortolitos?- Agregó con una risa pícara, notando como las mejillas de Shena tomaban otro color.

Tras que el brujo hiciera desaparecer la charola para dar marcha y hacer los tramites en el Ministerio, le dio total libertad dentro de la casa a la rubia, y le pidió que lo llamase si otro ataque ocurría.

Antes de irse, le preguntó a la rubia su nombre, pues no lo había dicho aún por torpeza. -Oh, lo olvidé, mi nombre es Zelda Katerine de Cintra, puede decirme Zelda o Zelkat, como usted guste.- Dijo con una sonrisa amable. Vio por la ventana que Shena y Antoni llegaban a la hacienda en una escoba, bastante juntos, cosa que alegró bastante a la bruja, la cual ya sabía que entre ellos podría haber algo. -Creo que llega más gente ahora.-

Cuando la rubia oyó al brujo ofrecerle una cuota mensual para sus estudios, esta se llenó de alegría, pues no quería más nada que llegar a su meta de metamorfomaga lo más pronto posible. -Muchas gracias, estaré eternamente agradecida con usted por esto.- Expresó con gran alegría.

Este le habló de tener que añadirla a ciertos registros en el Ministerio, lo que le hizo recordar a cuando ella apenas llegaba. Aquella espera a que aprueben sus solicitudes y la apertura de la bóveda le parecieron eternas.

Ya pronto esperaba acabar los T.I.M.O. para poder empezar el tramo final de los E.X.T.A.S.I.S. Y así por fin llegar a la Academia.

-Si, aunque quizás sea en diciembre, pues aún me faltan los E.X.T.A.S.I.S.- Terminó su bebida e imitó al patriarca dejándola en la bandeja. -Es un té exisito.-