John Doe

Entreacto Es pasada la medianoche. Un par de guardaespaldas vigilan desde la zona de descanso delante de la habitación del hotel. Están sentados en dos incómodos pero bonitos sillones y en la mesa ratona que tienen delante hay un par de cafés humeantes en vasos de papel con el logo de una sirena verde dibujada. El jefe, el tipo al que cuidan, se ha ido a dormir bastante borracho tras de beber un par de copas con su amigo en El Caldero Chorreante, y después de meterse en un antro de mala muerte hasta que lo tuvieron que sacar de allí cuando no se podía sostener en pie. Kirill: ¿Tu crees que nos pagan lo suficiente? Mijaíl: ¿Crees que no? El mes pasado mi Nadezhda llevó a los niños a Disneyland con todos los lujos. Hasta comieron en cena privada con el ratón. Con el sueldo asqueroso que ganábamos hace años no les hubierea podido llevar ni a Legoland. Kirill: Sí, tienes razón. Nos da para algo más que alimentar todas esas bocas que tenemos en casa. Ahora podemos brindarles caprichos. Mijaíl: ¿Han admitido a Inna en la Universidad? Kirill: Sí, y con los que nos paga el jefe podría meterla en Cambridge si quisiera. Aunque ella dice que quiere estar en el mismo campus que una tal Marie y no ir a ese sitio de pijos clasistas. Mijaíl: (Suelta una risotada) Yo la apoyo. Son unos estirados esos de Cambridge. Kirill: Sólo me preguntaba si merece la pena todas las noches en duermevela. Será el cansancio. (Bebe un gran trago de café) El dinero está muy bien, pero echo de menos dormir calentito con mi mujer al lado. Mijaíl: Ya sabes lo que le pasó al último que intentó irse por la fuerza. Un accidente fatal. No quiero decirle a Lera que a su marido le atropelló un autobús siendo mentira. Piensa en la buena vida que está consiguiendo tu familia, estás asegurando su futuro. Kirill: Sí, un j*dido trabajo como cualquier otro. Cruzando los dedos para que no me "despidan". Da. Mijaíl: Cierra los ojos un rato. Hago el primer turno.