Angra

Un nuevo comienzo... La emoción es la que predomina en el ánimo del castaño. No sabe si han ocurrido cambios, para él es un continuo descubrimiento de todo, aunque ya se controla más para evitar hacer aspavientos o gestos de sorpresa (Lo que segundo a segundo sucede, el presente le brinda un asombro de cuánto va viendo) Mucho que ir conociendo. Como lo aseguro Azrael, descubrir que puede leer, es la fortuna de poder acceder a mucha información... un tanto abrumante, porque desconoce muchísimo y no posee el significado de muchas de las palabras que lee, pero si cree que tarde o temprano, entre más lea, irá comprendiendo. Ahora se la pasa "devorando" cuanto periódico o revista le trae el pelinegro, Azrael no puede platicar como antes, tiene mucho que ir realizando, al igual que la castaña (Parece que los dos conocidos de Angra, tienen muchas responsabilidades y que están son mucho más importantes que lo que pueda desear él) Muchas personas piensan que cada individuo conserva una forma de ser inalterable, pero la verdad, es que la gente cambia. Eso es lo que escucha repetir a Azrael "No puedo aceptarlo, tu mi amigo, has cambiado mucho" Angra no responde, después de todo, ya no se molesta en discutir, solo mira fieramente al pelinegro, si le llama "Anthony". Por alguna razón, Angra le enoja muchísimo ser nombrado así, hasta le nacen las ganas de matar al mago. Hay mucho que el castaño quiere ver por cuenta propia, pero no tiene los medios para hacerlo. Como es el caso de ir al Ministerio Mágico. La negativa siempre es lo habitual, ni Azrael o Shena, consideran que sea el momento adecuado, así que se niegan a apoyar su curiosidad. Angra no suele rendirse, quiere salir a otros lados, por unos días exploro el local de Shena, subir a las montañas y a el arroyo de las aguas termales, fue bueno, conocer tantas criaturas también, pero tiene aspiraciones mucho más deseadas. La castaña lo tacha de "fiera enjaulada" hasta le llama "loco terco" y tal vez no le perdona que lo sea, pero Angra no suele olvidarse de saciar sus deseos. Le tomo mucho encontrar la forma de acudir al lugar. Tuvo que buscar información sobre como viajar del local hasta el Ministerio, nombres, rutas, formas de viajar... fue altamente difícil para él, hubo mucho que consultar y luego pensar. Sin nada a su haber, sí que es un gran problema, pero él tiene la convicción de "Que querer es poder" no puede fallar. Contaba con la ausencia de ambos conocidos, la ingenuidad de los elfos y tener a su alcance las pertenencias de sus "benefactores". Claro que no fue fácil, pero sus ansias de lograr lo que se propone, le ayuda. Fue mucho ensayo, muchos errores, pero su terquedad por dominar el manejo de aquella cosa de dos ruedas fue un alegre triunfo para él. Posiblemente causo mucha extrañeza al preguntar tanto sobre cómo llegar, anduvo bastante, varias veces estuvo a punto de chocar contra cosas y construcciones, pero fue tomando un buen control sobre aquel vehículo. ¿Cómo logro llegar hasta aquel sitio? no podría decirlo claramente, pero miraba el lugar entre maravillado he incrédulo. Orientarse hasta ahí, fue de una dificultad enorme y ahora se preguntaba ¿Cómo lograr acceso al lugar? ni idea tiene, pero tal vez corriera con suerte...así que aguardo a que se presentará una oportunidad...

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Actualización de Ficha de Personaje Necesito la actualización del campo aspecto físico: Dice así: color de cabello castaño oscuro y un mecho rojizo como fleco largo que se peina hacia los lados Debe ser: color de cabello castaño oscuro y un mechón largo y rojizo que peina en dos partes, una parte a la izquierda y la otra hacia la derecha. ¡Gracias!

No importa porque los dragones obedecen mis deseos e indicaciones, lo que importa es como puedo utilizar esto a mi favor. Pienso que teniendo la oportunidad, será provechoso averiguar sobre esta ventaja, doy la orden en voz firme para que giren hacia la izquierda y lancen fuego (quiero ver la distancia en que pueden llegar sus llamaradas) Ambos dragones obedecen y el mago me dice que el dragón que monto es el más grande y por lo mismo no es tan ágil como el suyo, eso es una clara desventaja, dice sonriendo abiertamente mientras me mira mi reacción, yo no me inmuto y le digo que por suerte tengo más cerebro que él... eso lo hace rabiar. Pienso que tener la fidelidad de los dragones es grandioso, Pero ¿qué más puedo lograr? Se me ocurre algo, me concentro con rabia sobre solo usar mi mente... hablarles sin palabras, solo pensándolo... En mi mente formulo una orden "Vayan en picada" solicito a los dragones y en un momento, estos siguen sin problema mi orden... "Muy bien, eso es genial amigos, será mucho más rápido y los que vengan a atacar, no podrán escuchar nuestras maniobras, será una sorpresa cada acción que realicemos". Giro mi rostro para observar al mago que vuela a la par de mí, este mago tiene algo que yo no, conocimiento sobre la magia, así que debo ser cauteloso para que acepte mis sugerencias...

Continúo dirigiendo al dragón, me siento como el humano capaz de dominar a tan peligrosa criatura, no tengo la certeza si son muchos quienes tengan esta misma habilidad. No me preocupa lo que están pasando los demás, tampoco lo que les suceda, el desconocer quienes son, le resta importancia sobre su futuro. Lo que en verdad deseo, es conseguir lo que la castaña me ha ofrecido, eso sí que me motiva a lograr la encomienda. El dragón obedece sin chistear mis indicaciones, pero... algo me asalta, es como enterarme al poseer una conexión personal con el dragón (No puedo explicar cómo entiendo de pronto lo que quiere el dragón) Me congelo, no sé qué hacer...es una solicitud inesperada, el dragón quiere escuchar de mi parte, ¡que lo llame por su nombre! Estoy en un gran predicamento, no tengo idea de que decir. Tal vez sea algo sobre el pasado que olvide, eso parece. Ahora debería "venir a mi mente, ese dato, como cuando broto de mis labios mi nombre..."Por más que me esfuerzo, no consigo recordar. El dragón se disgusta, comienza a gruñir, se le oye molesto y sigue elevándose su disgusto, lo acarició con mi mano izquierda tratando de conseguir su indulgencia, pero parece que él anhela ser nombrado, seguro que lo hace sentirse muy especial y apreciado. Quisiera hablarle de como tengo cero recuerdos, nulos datos de mi vida, que no es por mi gusto carecer de memoria. Tan frustrado estoy que yendo a lo más lejano que recuerdo, veo a Azrael sonriéndome, dijo que estaba feliz de que al fin despertará y me llamo por un nombre que me hizo enfadar. Nunca me agrado que me llamará "Anthony" como si ese fuese el peor de los sucesos de mi "despertar" en este mundo inexplicable... Como no acepte aquel nombre, Azrael se dirigió a mí con otro nombre que nunca sentí como el acertado, pero según sus palabras, era la mejor designación que él podía y deseaba hacer por mí. --¡Amigo! Mi querido y leal gran amigo...-- Le dije al dragón, esperanzado en que le agradará. Al instante, el dragón hizo una cabriola, era notorio que se siente muy alegre y lo mostraba con aquella muestra de regocijo. ¡Ufff! Al menos resultó, pero ojalá si pudiera en verdad recordar su nombre, me sentiría tan contento como ahora se encuentra mi amigo el dragón. Con la cabeza, el dragón señala hacia un lado, abajo de nosotros, aparece un dragón en el aire, es como si el cielo se hubiese partido para dejar paso a otro dragón diferente pero tan magnífico como el que estoy montando. Lo veo volar con rapidez, de un lado al otro, mi dragón ruge saludando y el otro responde. Yo siento que el dragón que me lleva se siente orgulloso, tal vez es como si alardeara de que sea yo su jinete... eso me lo parece a mí. Entonces el otro dragón enfila el vuelo hacia nosotros. El mago que monta parece tener problemas para dirigir al dragón como quiere, cada vez están más cerca, tanto, que el otro dragón estira su largo cuello y queda a un palmo de mí, yo lo acarició sorprendido de este actuar, pero feliz de que lo haga. También este dragón gruñe y pide ser nombrado... "¿Este también? ¿Qué rayos pasa con estos dragones? "pienso para mí, teniendo solo una sola palabra para llamarlo -- ¡Amigo! -- Su alegría le hace encabritarse y su jinete sale despedido por los aires... Me apresuro a tomarlo parando su caída, lo ayudo a montar de nuevo, aunque no tiene una cara amigable, más parece enfadado de que lo arrojaran hacia abajo. Tan cerca de este hombre, logro ver colgando de su cuello, la figura diminuta de un dragón dorado, ¡es tan bella esa cosa! también me hago la promesa de que conseguiré algún día una igual o quizás una mejor, todo puede ser posible, ¿No?

No hay comparación entre volar en thestral y hacerlo sobre un dragón... en definitiva ya tengo mi preferencia. Sin esfuerzo logro que realice lo que deseo, así que busco donde hay más gente o algo que sea flamable. Entonces veo los magos que son "como pequeños blancos a los cuales puedo dispararles", pero la castaña parece que leyó mi mente y me dice que ni se me ocurra lastimar a los guardianes. Ella me dice todo un discurso que me aburre y le aseguro que destruiré todo dejando solo cenizas. Me burlo de la cara que pone, un par de minutos me regodeo, pero la veo sonreír fieramente y hasta sus ojos destellan peligrosamente y lo que explica me deja bastante pensativo. No la creí capaz de actuar tan astutamente, pero tiene bastante razón, quiero oír todo lo posible sobre la magia y también deseo esa varita personalizada... -- No voy a olvidar tu ofrecimiento y tampoco voy a dejar que tú olvides que me entregaras esos galeones, será mejor que señales bien a quienes sí puedo atacar, los dejaré fuera de combate. ¡Yo ganaré!

Me extraña recibir algo de la castaña, de momento lo conservo, pero me molesta algo más: el desconocer todo y a todos, ya que solo puedo considerarlos enemigos y vaya a donde vaya será un peligro latente, pero solo me interesa conseguir el modo de usar magia y debe existir algún modo que no sé por ahora. Estoy consciente que estoy en desventaja, pero mantenerme sin hacer nada no lo siento mi "estilo", es un suicidio intentar algo y sin embargo me levanto para regresar hasta donde vi a esos hombres que reían y a los cuales envié mi ataque con furia con uno de los dos únicos hechizos que he logrado usar, verlos caer retorciéndose del dolor fue satisfactorio y hubiese tratado igual a los otros que llegaron con varita en mano, pero recordar "las promesas" (amenazas más bien dicho) de la castaña, fue lo que me hizo alejarme lo más rápido posible. Considerables minutos transcurrieron desde el incidente y el momento que con decididos pasos volví sin importarme si perdía la vida pues ¿De que serviría conservarla? Nada tengo, nada poseo, nada recuerdo, nada pierdo. Hay mucho movimiento en aquel lugar abierto donde está el carruaje, veo mucha gente, pero no entiendo su actuar o su actividad, en un extremo veo a uno de los elfos que asean en la cabaña con otros elfos compañeros desconocidos y hablan con caras de susto. Aquel elfo desaparece y aparece en el área, lleva hasta ahí una criatura inmensa que al verla me siento maravillado al verle y ahora camino hacia ella con el deseo de tocarla como hice con el thestral. Muchas voces se levantan al mismo tiempo, no les prestó atención, gritan y creo que me exigen que me detenga, que es muy peligroso, en un principio intentaron llegar a mí, pero aquella criatura les lanzo fuego... ¡Fuego! ¡Pero qué maravilla! Nunca soñé que pudiera existir una criatura que expulsara de su boca lo que más me gusta mirar... Siento la necesidad de llegar cerca de donde está, quiero tocarla, conocerla, no pueden impedírmelo porque la criatura ataca con sus patas, sus dientes o con ese hermoso fuego que se siente tan fuerte brindando más emoción a este primer encuentro. -- ¡Qué maravillosa criatura eres! ¿Qué eres tú? ¡Me encantas! ¡Ahora eres mi criatura favorita! -- Me gusta ver que me mira fijamente, yo estiró mi brazo hacia ella con la palma abierta, la criatura es tan alta, baja su cuello y su gran cabeza se acerca a mí y no pierdo tiempo en pensarlo, lo toco para sentir su piel, deslizó mi mano sobre ella y con sorpresa noto que me parece familiar, como si nos conociéramos, lo que me alegra de inmediato. La euforia me invade, está sensación de que a esta criatura la siento "conocida", supera mis expectativas pasadas. El elfo que apareció con la criatura se inclina diciendo con su voz chillona -- Disculpe señor, permita que Tori le ayude -- Alzo su brazo hacia mí, me sentí ligero y me alzo sobre el aire, lo mire y al notar que me acercaba hacia el cuello de la criatura, ya no le dije nada, puesto que parecía adivinar mi deseo de montarlo. Antes de descender sobre la criatura, el elfo me acerca un objeto, es un espejo pequeño (Mucho más al que utilizó la castaña para mostrarme mi rostro) solo logro ver mi mechón rojo y mi ojo derecho, pero entonces veo la cara de la castaña, me habla y le escucho claramente, ella pregunta si puedo controlar al dragón... Sonrió de lado... "¿Así que este es un dragón? Me gusta el nombre" Pienso que ella me está poniendo un reto... no digo nada, solo espero hasta posicionarme sobre el dragón, me sujeto con firmeza y le grito mi primera orden para él: ¡¡Arriba!! Sin problema alguno se alza extendiendo unas enormes alas poderosas que soportan el peso de tan inmensa criatura y parece que todo se ha vuelto muy interesante...

Al amparo de las sombras, estoy aguardando, sigo en este sitio fuera de la alta edificación donde varias personas, brujas y magos, entran a la Convención. No dimensioné mi actuar impulsivo producto de mi enfado... si la castaña llega a enterarse, ¡Adiós a permanecer en este evento! ¿Porque reaccioné así? Sigo enojado, pero puede que... ¿esos sujetos me conocen? ¿No nos llevamos?... Trato de hacer memoria, después de unos minutos de esforzarme en recordar, me llevo las manos a la cabeza... me duele como la primera vez que desperté, ¡Duele! ¡Duele como si se partiera! ¡Rayos! A pesar de eso, sigo intentando recordar sus rostros... pero nada viene a mi mente, el dolor sigue aumentando, pero con deseos de obtener cualquier indicio sobre mi pasado, me exijo continuar. Llegó al punto de caer al suelo como vil "saco de papas" mientras me retumba la cabeza, estoy tan fatigado... No puedo calcular cuánto tiempo ha transcurrido, pero me incorporó sentándome en este sitio, me "salta" algo en la frente, el dolor es más leve pero después de un par de horas, voy a intentar tener algún recuerdo pasado, si me explota la cabeza, al menos espero no seguir como "un libro en blanco". Oigo un "pluff" y Kristoff aparece, sus ojos asombrados se abren mientras me mira unos segundos y luego baja la cabeza mientras se disculpa por "encontrarme" en este estado... -- Tienes suerte de que no pueda golpearte, elfo entrometido... ¿y por qué has regresado? ¿la castaña te envió? -- Le preguntó tanto enojado como preocupado por su respuesta.

Fue un suceso inesperado, me levante enfadado por ser lanzado al suelo tan vergonzosamente... no, ¡No, no! No iba a dejar la situación así, me levanté con rapidez y abriendo la palma de mi mano diestra, extendi mi brazo dirigiendo mi palma hacia su dirección, pensé con todas las fuerzas de mi ser, en hacerles sentir mi molestia por su accionar en mi contra. No necesite pensarlo tanto, solo me imagine en alcanzarlos, cerrar mi mano con fuerza para estrujarlos a todos los que se hallaban ahí, riendo de mi "patético furor"... solo deseo que se arrepientan... (¡Crucio!) Hoy he aprendido algo... cuenta mucho la intención al lanzar y efectuar un hechizo... sus gritos y alaridos de dolor, son música que me satisface, yo solo buscaba que me contaran sobre su transporte. Prolonge varios minutos aquel hechizo, hasta que recordé que la chica castaña, había prometido que me enviaría de vuelta a la cabaña en la reserva, propiedad de su esposo y ella, algo que en realidad no quiero que ocurra, así que me aleje de ahí, hasta el otro extremo de ese sitio, aguardaría hasta poder salir y seguir con mi exploración en el lugar.

Miro detenidamente el trozo de papel que me dijo aquel hombre, es su tarjeta, en ella veo una imagen de una alfombra mágica que vuela de un extremo al otro... después aparecen los datos del hombre... desde hace bastante que estoy impresionado como se mueven las imágenes y las palabras, tanto que parezco un papanatas " palabra que, según la castaña, me define", cosa que siento que no es algo afectuoso... quizás no es normal que muestre tanto asombro, pero ¿cómo evitar esta sensación? Al fin pienso que serán muchas cosas que tendré que intentar hacer, y más me entra la apuración de saber y comprobar si soy un mago... tal vez sí, aunque solo he logrado lanzar dos hechizos... Me preocupa que los "hechizos y encantamientos fáciles" que me ha enseñado Azrael, ninguno me ha salido... seguro que, es porque no es un buen maestro, ya tendré oportunidad de toparme con alguno que si sepa enseñar. Bueno, será mejor que siga explorando ese otro gran transporte, veo algunos hombres ahí, solo será cuestión de preguntarles ¿No? -- ¡Ey, ustedes, los que están ahí? ¿Puedo hacerles algunas preguntas? -- Les digo a voz de cuello mientras me acerco mucho más, trato de hallar el lugar por donde se pueda subir, si hay modo, quiero hacerlo para hablar sin tener que alzar tanto la voz. De pronto siento que una fuerza me lanza hacia atrás y me caigo al suelo... ¿Cómo es que ha pasado semejante cosa?

Observar detenidamente no es para mí, ninguna pérdida de tiempo. Todo lo que tenga que ver con la magia, es muy importante e interesante. Tras caminar alrededor de aquel objeto sobre el suelo y no ver nada que me impida caminar sobre él, me anima a ponerme de pie en el centro, se siente algo más... suave, si, pienso que debe haber alguna palabra para que se eleve, o quizás algún movimiento, intento eso primero, muevo mis brazos y hago ademanes con las manos tratando de hacerla subir sobre el suelo, pero nada, no sucede nada. Vuelvo sobre la idea de que tal vez una palabra sea la que se requiere para que se eleve y hago muchos intentos con palabras que puedan ser "la clave". Mis intentos son inútiles, así que combino palabras con movimientos, estoy tan enfrascado en aquella tarea que no percibo cuando uno de los que llego en ese objeto volador, se acerca mientras me pregunta: -- ¿Qué estás haciendo? ¿eh? -- Yo giro el rostro hacia él dando mi justificación -- Pues estoy tratando de averiguar cómo es que hacen para que esto vuele ¿Cuál es el truco? -- Aquel hombre con tela alrededor de su cabeza se queda mirándome y luego habla conmigo. -- ¿Acaso nunca viste alguna alfombra mágica? -- No ¿Así se le conoce? ¿Entonces hay más? ¿Cómo consigo una? -- Wo, wo, wuo, espera... ¿Entonces te interesa? Mis antepasados han querido venderlas en Inglaterra, pero debido a la prohibición como producto de uso diario, no se ha comerciado con tu país. -- ¿Mi país? ¿Cuál? No tengo idea que país sea el mío o que es un país... ¿Cada persona tiene un país? -- Estas bromeando, ¿cierto? Me refiero a que país perteneces por nacer ahí o el lugar donde habitas. -- Por ahora yo vivo en una cabaña, ¿es ese mi país? ¿Está alfombra mágica es tu país? mmm, ¿producto? ¿Está alfombra se compra como las varitas? Por ahora no puedo comprar nada, no tengo casa, ni escuela o trabajo, no tengo nada, pero igual me gustan las cosas mágicas. El hombre mueve la cabeza de lado a lado, sé que es una forma de desaprobación porque Azrael y Shena hacen lo mismo conmigo muchísimas veces, pero yo estoy interesado en saber más sobre las cosas mágicas.

No cabía en mí del gran gusto que me provoca el montar está magnifica criatura voladora... por un momento quise no bajar de su lomo y que terminara tan sensacional experiencia de tener el suelo a mis pies, observando que todo luce tan pequeño y "aplastable" es una lástima que por ahora no puedo destruir nada, pero la idea de algún día hacerlo, me da esperanza de continuar. En el cielo veo algo muy alto, el grupo de criaturas que jalan el carruaje, se dirigen hacia ese objeto, pienso que es donde habrá esa reunión de magos y brujas, hoy me siento muy distinto a cualquiera de esos días después de "despertar" y "encontrarme aquí, sin idea de nada"... ¿Será emoción?... no lo sé, pero creo que es una oportunidad única para mí. Mire a donde mire, veo cosas que me asombran, descendemos y me quedo quieto sobre "Sombra" -- Tal vez todo es producto de mi imaginación -- Le digo a nadie en particular, pero me cuesta aceptar que sea real cuanto miro, nada me parece conocido, es asombroso pero difícil de comprender como es que existe... -- ¡Ah! si... la magia... ¡Seguro! ¡Qué poderosa es la magia! -- Me siento renovado, al fin bajo de la criatura y comienzo a observar todos aquellos objetos fascinantes que hay cerca del carruaje de donde la castaña desciende, el elfo llamado Kristoff, camina tras de mí, cada cierto lapso de tiempo, se encoge lo más que puede, hasta mete la cabeza bajo una capucha y levanta los hombros como si tratará de ser lo menos visible posible, extraño... pero me divierte su mirar cargado de miedo. No presto la más mínima atención a lo que "parlotea" Shena, observo detenidamente un objeto grande y plano donde llegaron volando otras cuatro personas, lo miro detenidamente porque parece un objeto simple que puede uno pisar y pasar por encima, así como así, pero fui testigo de cómo lo usaron para transportarse hasta este lugar... ya voy a observar otro objeto que parece 50 veces más grande que el carruaje, este tiene enormes trozos de tala que el viento hincha con su soplar, usando su varita, uno de aquellos viajeros las hace plegarse y entonces pienso que muchos de los transportes que Azrael y Shena mencionaron, llegaran aquí ¡Y podré verlos! deben ser de todas partes del mundo... Así que por ahora no quiero irme, deseo ver todos los que lleguen.

Las semanas han transcurrido mientras mi mejora ya es palpable, la fuerza en mis piernas y brazos es normal, pero sigo ejercitándome para tonificar mi cuerpo. Es como una vez menciono la castaña "Lo que sea posible cambiar, hazlo, lo demás no importa porque ¿Para qué perder el tiempo?" Le doy razón sobre ese consejo, realmente solo me interesa mejorar, saber sobre la magia y si puedo llegar a ser parte de la sociedad mágica, el resto de lo demás, no me importa. El día a día sigue con su monotonía, pero algo cambio. La castaña ha acudido con más frecuencia a la cabaña y se enfrasca en largas charlas con Azrael. Cuando vi estas reuniones, me alejaba para no presenciarlas, su afinidad o lo que sea que ocurra entre ellos no me interesa, así que los ignoré a ambos. Ayer volví a ver que la castaña regreso, fue un instante que nuestras miradas se cruzaron y noté que ahora sus ojos tienen un extraño brillo, me asombro su nueva actitud. ¿Qué era eso que le da una nueva apariencia? Tuve que preguntarle a Azrael, y él me dijo que ella estaba emocionada, algo que tenía mucho tiempo que no experimentaba. No me interesa que ella este mejor, pero me crea curiosidad enterarme de que es lo que le da tanta emoción que su semblante es tan distinto al que yo estaba habituado a observar. Me las ingenio para escuchar a escondidas su conversación, mucho de lo que dicen es incomprensible para mí, pero de cualquier modo continúo escuchando, hasta el momento en que ella menciona algo que me deja atónito "...tenemos que esperar que, en la reunión de magos de todos los países, hablen abiertamente sobre la magia y que todos los que escuchen respeten las diferencias sin entrar en conflictos insalvables". -- ¡Ohhh! ¡Magia! ¡Debo escuchar todo sobre la magia! -- Se giran a verme al escuchar mi exigencia y tratan de disuadirme, pero no quito el dedo del renglón, es para mí de mucha importancia, así que enumero todas las oportunidades que me brindaría escuchar todo sobre la magia, o al menos sería un modo de descartar si pertenezco o no a tan selecto grupo. Me enfado con ellos al ver su gesto de duda y temor, cosa que alego que no entienden como siento que no sé mi pertenencia a algún grupo en especial y de qué modo determinar al cual formo parte. No quiero recibir su negativa, así que apoyo mis palmas sobre la mesa y mi mirada enfadada los taladra, mi intento los hace debatir entre ellos y tras deliberar mucho entre los pros y contras, al fin acceden a mi deseo de acudir a la mencionada convención de magos y brujas. Estoy tan satisfecho de que accedieran que sin problema acato sus reglas. Azrael me presta un traje negro de su estilo que no me parece mal, solo que me queda grande y eso que Azrael es un tipo delgado, por lo que, usando su varita, él me ajusta el traje a mí con flexión. Lo siguiente fue que ellos me designaron a un ser acompañante en especial, aquel elfo que se dice me llevo ante Azrael después de mi desafortunado "accidente mortal". Azrael dijo que lo llamara en voz alta por su nombre. Así lo hice, aunque no estaba seguro de que fuese así de sencillo... -- ¡Kristoff! -- Exigí con autoridad, el elfo apareció visiblemente aterrorizado, ver su gesto y actitud ante mí, me agrado sobre manera -- Qué interesante eres... -- Le dije, y el elfo se encogió de miedo, pero no me preocupo en lo absoluto. Pasaron al siguiente tema, el modo de transportarnos hasta el lugar donde sería la convención. Mencionaron varios medios que yo ignoro del todo, pero confiando que optarían por algo adecuado. Shena también llamo a un elfo, a él le encargo que alistara un carruaje de la reserva (El local se dedica a rentar cabañas y carruajes). Cuando anunciaron que el carruaje estaba listo, salimos de la cabaña. Me encamine hacia una de aquellas asombrosas criaturas (Seis negras cuadrúpedas), sus ojos blancos se posaron en mí, retrocedió temerosa, pero mis ojos abiertos de la grata sorpresa no le quitaron la vista de encima, levante mi brazo mientras admire su porte y belleza, cuando estuvo a mi alcance, le acaricie el morro y le hable con suave voz para calmarla. -- ¡Qué magnifica bestia! ¿tiene nombre? -- Dije sin pensar, la castaña me miro con asomada sorpresa, pero luego ella misma se dijo que era lógico que "pudiera verla" -- Con lo que te ocurrió... seguro que por eso ves a "Sombra", este thestral es de mi esposo -- Yo solo me interese por el nombre de la criatura, lo demás era innecesario y sin importancia para mí. Sin esperar a mi deseo, me apee encima de su lomo, Kristoff protesto por la posibilidad de tener que acompañarme. -- Tú ve adentro Kristoff -- Shena se puso con los brazos en jarras --¡Que locura es esta! -- Pero no pudo lograr que desmontara a "Sombra", así que con una mano sujete el sedoso pelo y con la otra le daba palmaditas en su cuello. ¡Fue un viaje estupendo!