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Cedric

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Todo lo publicado por Cedric

  1. Por algún est****o motivo, no soportaba el estar rodeado de gente las veinticuatro horas del día. Y es que así era la mansión de los Black Lestrange. Gente recorriendo los pasillos a cada hora del día, aprovechando de los grandes salones para sus encuentros sociales. Incluso al interior de su dormitorio, sin importar la hora que fuese, podía seguir escuchando los pasos de los habitantes deambulando. No es que fuese un mal agradecido, puesto que Mia le había hecho un gran favor al aceptarlo como miembro de aquella renombrada familia. Pero más pronto que tarde se dio cuenta que eso, por más que le gustaría ser parte, no era para él. Quizás era por el hecho de que la última década se la había pasado recorriendo el mundo, completamente solo. Con alguno que otro fugaz acompañante, cuya participación en su viaje no daba ni para recordar sus nombres. Incluso, y ya desde hacía un tiempo, había dejado su trabajo en el ministerio. Aunque el Departamento de Cooperación Mágica Internacional tenía un personal reducido, y se había llevado relativamente bien con sus compañeros, no podía. Simplemente no podía permanecer allí demasiado tiempo, y aunque necesitaba generar ingresos, pues debía alimentarse y vestirse, prefirió abandonar su puesto y dedicarse a recorrer el país, pero siempre, sin importar cuánto se alejase, siempre regresaba al callejón. Curiosamente, lugar que estaba repleto de un variopinto de personas y criaturas. Necesitaba un tiempo para él, pero no un tiempo a solas, de eso había tenido suficiente. Necesitaba tranquilidad, una buena plática, tranquila y sin apuros. Sin vicios de por medio que entorpecieran los sentidos, como terminaban sus encuentros en los diferentes locales nocturnos del callejón. En cada lugar que posaba sus ojos durante su andar, una sensación bastante cercana al asco invadía su boca, al verlos atestados de gente. Fue entonces que la vio. Una ermita. Humilde, que emanaba una tranquilidad de sus murallas. Era exactamente lo que andaba buscando, o que al menos creía andar buscando. No es que fuese religioso, o nada por el estilo. Sus días como soldado en la guerra, tras ver toda la crueldad del hombre, lo había alejado de aquellas creencias. Aunque entendía la importancia de la religión. "Es lo que evita que el pobre asesine al rico" recordó haberle oído a uno de sus hombres en aquella época. Y cuanta verdad había en esas palabras. Pero aún dentro todo, era capaz de reconocerle que la tranquilidad que les daba la Fe a los hombres, incluso en la adversidad, era una cualidad admirable, incluso envidiable. Una que él, carecía por completo. Porque lo último que había dentro de él era eso, tranquilidad. Como era de esperarse, pues ésta no era la primera vez que ponía pie en un sacro lugar como aquel, el lugar era hermoso, pero su belleza no se encontraba en su opulencia, si no en su sencillez. El lugar, «Gracias» se dijo a si mismo; estaba vació, o al menos eso parecía. No quería sentirse como un invasor, y llegar hasta el fondo del pasillo. Por lo que prefirió sentarse en una de las banquillas que se encontraban hasta el final del lugar. La madera se sentía bien bajo sus piernas, eran antiguas, pero bien mantenidas. Y allí, después de mucho tiempo, pudo encontrar lo que quería, lo que necesitaba. Silencio. @
  2. Cerró la puerta a sus espaldas, aislándose del resto de la mansión. Se recostó un momento contra la puerta con los ojos entrecerrados, en silencio. Todavía ni siquiera le daba un buen vistazo a su nueva habitación. Lo importante, es que ya estaba en ella. Por primera vez en años tenía un lugar al que podía llamar suyo. No completamente, claro. Pero algo que le daba sentido de pertenencia, que sabía que nadie más podría ocupar y donde podía llegar todas las noches a descansar, pensar, soñar... Lentamente abrió los ojos, para dejarse llevar con el momento. La habitación era sencilla: Una cama que se veía confortable, donde de seguro podría conciliar el sueño y poder dormir con tranquilidad. Junto a ella, una pequeña mesita de noche con un cajón y una lámpara encima que iluminaba tenuemente con una pálida luz los rincones de la pieza. Camino hacia el interior, deteniéndose en un viejo armario con puertas de madera. Tomando con ambas manos cada perilla, retrocedió abriendo las puertas que rechinaron al hacerlo. Parecía que nadie había ocupado en un buen tiempo aquellas instalaciones. Un solitario colgador de ropa era lo único en su interior. Perfecto. Allí podría colgar su gabardina. Por lo que aprovechó el impulso y se lo quitó de encima, para dejarlo colgando allí. Cerró las puertas y siguió inspeccionando el lugar. No había mucho en realidad, tampoco era que necesitaba demasiado. No tenía maletas ni nada. Un par de corbatas arrugadas que guardaba dentro de la gabardina, sus cigarros y el encendedor. Ese era su equipaje. Ya habría tiempo de comprarse ropa nueva, y porqué no, cosas para adornar su nuevo cuarto. Por el momento, se recostó sobre la cama. Era cómoda. Claramente mejor que los catres donde había dormido durante años, en aquellos roñosos moteles de tercera. Durante unos instantes cerro sus ojos, quizás en busca de dormirse, pasar de largo hasta el otro día durmiendo. Le hacía falta descansar. Pero, y como si un despertador le avisase que era hora de levantarse, recordó la cena que Mia había señalado que se realizaría esta noche. Así que no le quedó otra que levantarse, y meterse al baño, necesitaba una buena ducha con agua caliente, alistarse para una presentación más formal y adecuada ante los demás miembros de la familia. Al interior del baño, encontró una toalla. Con la cual, una vez se quitó la ropa, se la colocó en la cintura. Dio el agua de la bañera, y mientras esperaba que se calentase el agua, se quedó mirándose a sí mismo en el espejo que allí había, observando el rostro que cada vez le era más extraño, más ajeno.
  3. ¿Dónde se había venido a meter? Ya era segunda vez en lo poco y nada que llevaba en su nuevo hogar que aquel pensamiento se le cruzaba por su cabeza. Ok, lograba entender hasta cierto punto -a pesar de que ya iban muchos años sin pertenecer a una familia- que existiesen conflictos al interior de un grupo de personas, sobretodo en aquellos como lo era una familia. En especial teniendo en consideración que los miembros de ésta no tenían la misma sangre por sus venas, aunque a simple vista todos sí parecían tener ese espíritu conflictivo. De alguna forma se debía sostener una familia, y uno no era quien para juzgar las formas de demostrar afecto. Parecía que todo mundo se había puesto de acuerdo para hacer una aparición la misma noche que él. Quizás siempre era así, tan concurrida la mansión. Aunque claramente habían algunos de los presentes que no acostumbraban a hacer acto de presencia en los salones. Para suerte de todos, la matriarca de este circo había tenido una buena idea. Una gran cena familiar para darle la bienvenida a los nuevos, a los que regresaban, y a los inesperados visitantes. Se frotó su estómago. Estaba famélico. No tenía una cena apropiada hacía años, por lo que sentarse a cenar con su nueva familia lo hacia salivar. Había demasiada gente -al menos para lo que él acostumbraba- en el lugar, gente por conocer. Ya habría tiempo de eso, no había necesidad de forzar los procesos. Quizás durante la cena podría intercambiar palabras con algunos, pero por ahora... quería empezar a instalarse, y comer. De verdad tenía mucha hambre. Se acercó a Mia y se inclinó levemente para quedar a la altura del oído.— Ehm, ¿Existe la posibilidad de ver mi habitación antes de cenar? —Le susurró, para luego retomar su habitual postura. No había más que hacer allí. Él no tenía nada que tocar en el asunto que allí tenía lugar. @@Mia Black Lestrange
  4. Y no mentía. Habían abandonado el local para trasladarse hasta las instalaciones de la que desde ahora era su nueva familia. La mansión Black Lestrange. Podía jurar que incluso antes de terminar de aparecerse en el interior de la casona ya podía oír gritos y alaridos por quienes se encontraban allí. Estaba claro que podía irse olvidando de la tranquilidad a la que estaba acostumbrado en el pasado. Esas noches de lectura, de encontrarse en la oscuridad de su dormitorio enfrascado en sus propios pensamientos con nada más que la noche y uno que otro grillo, ahora se dibujaba en su mente el tener que compartir sus días futuros con gente tan... extrovertida. El escenario con el que se encontró era digno de cualquiera de los bares de mala muerte por los que se había arrastrado durante sus viajes. Un par de chicas se encontraban en un intercambio de palabras algo acaloradas, ¿El motivo? vaya uno a saber. Aunque su atención fue rápidamente apartada de aquella escena, puesto que su mirada se clavó en un muro no muy lejos de donde él se encontraba. Pintado en aquella muralla se alzaba un árbol genealógico que parecía perderse en el muro hasta lo más alto. En un intento rápido, quiso buscar a quien se encontraba a su lado dentro de las ramas de aquel árbol, pero sin éxito. Lo siguiente le fue imposible de obviar, dentro de todo el escándalo que allí tenía lugar. Un muchacho completamente desnudo se encontraba agitando su varita. — ¿Dónde me he venido a meter? —Pensó automáticamente al ver lo que ni el más de los dementes guionistas de algún teatro de tercera en Francia podría idear. No sabía que decir, así que simplemente desvió su mirada y buscó a su anfitriona. Ya que los otros parecían no haber notado la llegada de personas en el salón. Y no, no mentía. @@Mia Black Lestrange
  5. Saludos, quisiera solicitar que se editara el apartado de familia y bando. Familia: Black Lestrange Bando: Mortífagos. De antemano, muchas gracias.
  6. @@Mia Black Lestrange Muchas gracias por la bienvenida. Sí, sería genial. No tengo problema alguno con eso. Creo que quedaría mejor como hijo adoptivo que sanguíneo.
  7. Saludos, quisiera solicitar el ingreso a esta familia :> Nombre del personaje: Cedric Link a la ficha de personaje: http://www.harrylatino.org/topic/110209-ficha-de-cedric/ Link a la bóveda en Gringotts: http://www.harrylatino.org/topic/110210-boveda-de-cedric/ -esperando autorización- Elfos registrados: -- Posible padre/madre: No sabría, ahí podrían ayudarme con eso. Nombre Real: Cristopher Fecha de cumpleaños: 19 de Julio. País: Chile Redes Sociales:
  8. Nombre de la Bóveda: Bóveda de Cedric Link a la bóveda: Bóveda de Cedric Trámite a realizar: Aprobación de la bóveda. De antemano, muchas gracias.
  9. 1.- Ficha de personaje: Ficha Cedric 2.- Bóvedas de negocios: N/A 3.- Registro de familia Familia Nº1: Familia Nº2: 4.- Bóveda Familiar Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 2100 G
  10. http://i.imgur.com/m07WPkD.png • Nombre de personaje: Cedric • Sexo: Masculino • Edad: Aparenta unos 35 años. • Nacionalidad: Alemana - Británico. • Familia: * Familia 1 : Black Lestrange * Familia 2 • Padre(s) Sanguíneo(s): -- • Padre(s) Adoptivo(s): -- • Trabajo: -- http://i.imgur.com/w0QaQOs.png • Rango Social: Unicornio de Bronce • Bando: Neutral • Rango dentro del bando: -- • Puntos de poder en objetos: 20 • Hechizos adicionales: • Puntos de poder en criaturas: • Criaturas controlables en asaltos y duelos: • Habilidades mágicas: * Habilidad 1 * Habilidad 2 * Habilidad 3 • Conocimientos especiales: 1) Conocimiento de maldiciones 2) Artes oscuras • Medallas http://i.imgur.com/8HKe1WX.png http://i.imgur.com/6DRTY0O.jpg • Raza: Humano • Aspecto físico: Este oriundo de Alemania circula por el mundo con aquella expresión en el rostro de un hombre - si es que se le puede llamar así - que ya no le importa nada. Desgarbado, despreocupado totalmente de su aspecto y por ende, de lo que los demás puedan opinar de él. ¿Su altura? Nada fuera de lo extraordinario, unos humildes ciento ochenta y siete centímetros acompañados por un cuerpo delgado, aunque definido, con aquella postura semi-erguida. Característico de sus compatriotas, sus colores son vivos - distinto a la realidad interna - pues su cabellera es rubia que siempre lleva desordenada, con unos ojos verdes oscuros y una piel blanca acompañando su rostro siempre con una barba descuidada la cual detesta afeitar, pero que dentro de todo, intenta mantener a raya. Su forma de vestir no dista de la de cualquier persona que está pasado los treinta años. Una camisa blanca, una corbata negra - que debe ser de lo único que se preocupa - que suele cambiar dependiendo de la ocasión, sus pantalones negros algo ajustados y una gabardina color café claro que suele llevar abierta. En ella, lleva solamente lo esencial: Su varita, un paquete de cigarrillos y un encendedor de oro. No necesita más. Cubre sus pies con un par de zapatos negros cuyo brillo fue visto por última vez el día que los compró. Un reloj muggle en su muñeca izquierda, los cuales encuentra que se le ven bien y un anillo con una esmeralda en el dedo anular de ese mismo brazo. • Cualidades psicológicas: Meticuloso, calculador. Busca el abrirse paso en el mundo mediante estas armas. Prefiere trabajar en solitario, pero comprende que se encuentra en un mundo basado en la cooperación entre otros, por lo que es capaz de dejar a un lado sus gustos personales con tal de obtener sus objetivos si eso requiere el formar parte de un grupo. El actual momento en el que vive el mundo, la aceptación de gente cuyo linaje podría ser puesto en duda, lo ha llevado a desarrollar cierto recelo frente a las autoridades mágicas. No teme utilizar la mentira y el engaño con aquellos que requieran aquellas artes tan refinadas y poderosas como la magia. Ha visto suficiente en este mundo como para entender que la verdad no siempre conduce a mejores caminos. Es un hombre de acción. No teme ensuciarse las manos si la situación lo merita. Pudiendo incluso tomar una vida sin vacilar. En contraposición con aquella capacidad de actuar violentamente, se esconde un hombre hambriento por conocimiento, interesado en educarse en las más profundas y peligrosas magias con tal de adquirir un mayor poder que le permita - a la larga - concretar sus planes. • Historia Nacido en la antigua Alemania, donde vivió bajo el dogma de que el mundo pertenecía solamente a los magos. ¿Los muggles? simples seres - si es que se puede siquiera considerarles así - cuya función no está más alejada que la de una bestia, un ser inferior, incapaz de siquiera cumplir las más básicas de las funciones. El hecho de que la comunidad mágica, y las escuelas, estén aceptando hijos de aquellas bestias para entrenarlos en el arte de la hechicería era una aberración contra la mismísima historia de los magos. Pronto, como todo mago, fue enviado al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Teniendo que abandonar su país. Allí formó parte de la Casa de Slytherin en la cual pasó toda su estancia en la escuela. De pocos amigos, notas prudentes, nada destacable. Pues encontraba las clases y a quienes las impartían demasiados aburridos y aburguesados. Aprobó sus exámenes finales, con buena calificación, y tras terminar la escuela, decidió viajar por el mundo en busca de algo más... No pasó mucho hasta que - en uno de sus viajes - dio con un grupo de magos y hechiceras que buscaban la purificación de este mundo mediante el exterminio de todos aquellos que no fuesen dignos. Se hacían llamar "La marca tenebrosa", cuyos miembros eran reconocidos como Mortífagos. Por primera vez encontraba un grupo de personas con las que tuviese afinidad legítima. No tardó, debido a sus cualidades, en escalar en la jerarquía de este grupo, llegando al rango de Nigromante. Donde participó en las guerras mágicas provocadas por la Familia Malfoy y sus miembros, que estaban en lo alto de la cadena de "La Marca". Todo parecía funcionar bien para el - en ese entonces - joven Cedric. Pero como suele ocurrir muchas veces, y en todo grupo, las diferencias comenzaron a aparecer entre los miembros. Con la victoria asegurada, y en control de gran parte del mundo mágico, el de cabellos rubios pronto se encontró rechazando la forma de actuar y de dirigir las cosas por parte de la administración del Ministerio de Magia y de los Mortífagos. Al ver que no habría forma de llegar a un acuerdo, él simplemente tomó la decisión de abandonar a los suyos y continuar los viajes que hacía tantos años había dejado de lado. Recorrió oriente y occidente, aprendiendo culturas, estilos de magia, todo en busca de encontrar nuevos poderes y también, porqué no, un lugar donde se sintiera cómodo. Las vueltas de la vida lo llevaron a Inglaterra, con un mundo moderno que ya no reconocía, un nuevo jefe a la cabeza del ministerio y con la posibilidad de comenzar de cero. Aunque pronto se daría cuenta que las cosas no han cambiado demasiado. http://i.imgur.com/ehyeIeS.png • Objeto Mágico Legendario: • Objetos Mágicos: Objeto: Varita Mágica Clasificación: AA Puntos de poder: 20 • Pociones Mágicas: Objeto Clasificación Puntos de poder • Criaturas Mágicas: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: • Criaturas en la Reserva: Criatura 1: Clasificación: Puntos de poder: Categoría • Libros de hechizos Libro: Nivel: • Poderes de Criatura Tipo de poder • Consumibles en batalla Nombre Descripción Categoría • Elfos * Elfo 1: -- * Elfo 2: -- http://i.imgur.com/9xopiGY.png • Licencia de Aparición: obtenida • Licencia de Vuelo de Escoba: obtenida • Registro de XXX: • Personajes Secundarios * Personaje 1 * Personaje 2 * Personaje 3 * Personaje 4 * Personaje 5 • Otros Datos: • Otros datos: • Cronología de cargos: • Premios y reconocimientos: • Links de Interés Referentes al Personaje: • Link al Perfil de Comprador MM: -- • Link a Bóveda Personal: Bóveda N° 110210 • Link a Bóveda Trastero: Bóveda nº XXXXX • Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº XXXXX • Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Black Lestrange. • Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia XXXXXXXX

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