Jump to content

Elaryan

Magos Expertos
  • Mensajes

    2.282
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    1

Todo lo publicado por Elaryan

  1. - Supongo que el abandono acaba por golpear incluso lo que en un principio más quieres. O algo así, son esos dichos muggles a los que no le suelo dar mucha importancia. Aunque he de reconocer que tienen bastante sentido de la oportunidad –Añadí con media sonrisa. Me senté en un sillón cercano, rechazando con un gesto el ofrecimiento de mi viejo amigo. No me apetecía aquel jugo, en realidad nunca me atrajo demasiado la gastronomía inglesa. Siquiera la mía propia, la escocesa. Era alguien de gustos más ligeros, en cuanto a alimentación se refería. - He estado pensando en ir directo al grano –le indiqué cruzando mis brazos sobre el pecho -, a fin de cuentas, ¿Es lo que quieres oír, verdad? Sé que en el fondo, no preguntas por educación, pero algo te empuja a querer saber que me ha pasado todos estos años. Llevaba tiempo ordenando mis ideas, queriendo dejarlas salir. Quizás había llegado ya el momento de hacerlo, ante alguien en quien confiaba ciegamente. - O al menos, un resumen –Sonó como un difuso eco en mi garganta -, porque en cierto punto, he llegado a pensar que huía de algo que estaba en mi mente. Algo irreal, pero al final me di cuenta de que no, tan solo huía de la muerte. Suspiré. - Porque, que no me pueda alcanzar, no significa que no sea capaz de perseguirme. A veces yo mismo me sorprendía con ciertas reflexiones nada halagüeñas, pero no cabe duda de que ellas me acompañaban fieles. Y no me iban a abandonar tan fácilmente como yo habría deseado. Sueños, decepciones o intentos de coincidir con un yo que hacía tiempo quedó atrapado en una dimensión que no iba a lograr alcanzar mientras las limitaciones fueran un denominador común de mi yo actual. - Corrí y corrí. No quería mirar atrás nunca más. Su rostro grabado en mi imaginación, con esa sonrisa retorcida, burlesca y culpable. Ya había acabado, mi orgullo había desaparecido y ellos se lo habían llevado. Al igual que mi vida, que les había ofrecido y con desprecio habían desechado, una lealtad impagada. No quería continuar, y cuando finalmente lo desee, ella decidió que era hora de no hacerlo. Solo un sueño Solamente eso. - La colina era empinada y estuve a punto de caer y rodar por la calle empedrada y solitaria, inundada de noche sin iluminación alguna salvo la tenue luz de la luna que impactaba tímida contra la fría piedra. Pero mantuve el equilibrio varias veces, no sin esfuerzo. No me sentía muy bien, no debería de haber bebido. El sabor salobre del sudor anegaba mi garganta, haciendo mucho más complicado el respirar, pero ya no quedaba más que hacer, solo arrancando de mi esencia pura podría volver a sentirme completo. Al llegar a la esquina del lugar donde me estaba alojando esos días –una casucha de mala muerte, en un poblado de mala muerte, en una ciudad de mala muerte, para un tipo que ya no era hombre-, salté la cerca sin pensarlo. Me impulsé con fuerza y vi que el suelo de mi patio había desaparecido. Solo era bruma. Traté de volver a agarrarme a la reja pero era demasiado tarde, ya caía. Y caí, caí y caí. Mi cuerpo no se detuvo, el suelo ya no estaba. Rígido, no pude moverme. Mi garganta no emitía ruido alguno por más que me esforzara en gritar –alcé la vista al techo, parecía que llevaba un tiempo sin limpiar -, creo que alcancé a sacar mi varita, aunque en algún momento acabé por perder el conocimiento. “No sé cuánto tiempo estuve cayendo. Solo sabía que había tocado fondo. El olor a humedad inundó mi nariz y casi vomito. Brazos, manos y cara, cubiertos de fango. Solo me rodeaba la oscuridad. Caminé desorientado y me volví a caer. Grité para saber si había alguien ahí y un pequeño temblor me sacudió, seguido de una ráfaga potente que me llevó de nuevo al suelo.” Me detuve. Creyendo que la respiración entrecortada era mía, pero no. Ni de él. Solo en mi mente, otra vez. Era una sensación que se repetía muchas veces y por desgracia, ni yo sabía el por qué. Solamente que estaba allí y no era capaz de erradicar de cuajo lo que me atormentaba por las noches. Y durante el día. - Al levantar la vista veo que era una cueva. Un largo pasillo con rocas y cenagales de agua bajo mis pies, y en las paredes unas luces de forma rectangular que colmaban el lugar. Las luces, fuertes al principio, se fueron disipando. Cuando pude ver mejor, me voy dando cuenta de que eran fotos enmarcadas, y en cada foto estaba yo. Mi garganta se cerró. Con un nudo en ella me arrodillé e intenté llorar como alguna vez supe hacer. Grité con toda mi alma. Una exclamación desgarradora y desmedida. Un cuadro a mi espalda se cayó. Luego otro. Seguido de otro temblor. Esta vez la ráfaga de viento venía con una voz femenina, quejándose y lamentándose. Me levanté y corrí en dirección opuesta con lo que me quedaba de energía, que no era demasiada. Seguí vociferando palabras a todo pulmón, mientras arranqué. A mi espalda continuaron cayendo cuadros. Y creí que ya sabía lo que tenía que hacer. “Me detuve y di media vuelta, arqueé mi cuerpo, inhalé profundamente y grité con todas mis fuerzas. Mi nariz sangraba. Muy a lo lejos podía oír un ruido seguido de una ensordecedora explosión. Las fotos cayeron y se fueron consumiendo en un extraño fuego, en el suelo. Sentía, penetrante, el calor que me hostigaba. La ola de fuego se fue acercando cada vez más. Cuando llegué al final de la cueva, no encontré la salida. Estaba bloqueada por una gran roca. Giré, las llamas estaban casi al lado mío. Tal vez menos de diez metros. Tanteé la pared en busca de una salida. Nada. Unos cinco metros. El calor me sofocaba, dejándome sin ganas de moverme. Dos metros, apenas. Viré, y mis ojos se entrecierran por la luz brillante del fuego. Un metro. Grité, y todo desapareció.” “Desperté en el suelo. Totalmente empapado en sudor, mi cuerpo parecía haberse bañado vestido, al igual que mi rostro. No me moví un ápice. Respiré profundamente, agradeciendo que fuera solo un sueño. Cuando conseguí calmarme me levanté para dirigirme a la entrada de la casucha, donde tenía un barreño con algo de agua con la que solía asearme. Fui a lavarme la cara y refrescarme, estaba acalorado. Pero cuando estoy por llegar, mi cara y cuerpo se petrifican. Frente a mí en el agua, se refleja mi rostro cubierto de lodo. Mis manos tapadas en barro. Y a mi lado, la veo a ella… cadavérica, difuminada, negra, extraña, sonriente…” Las palabras simplemente fueron saliendo por mi boca, no sabía demasiado bien como se lo tomaría él, porque ni bien sabía cómo tomármelo yo mismo. Ni en ese momento supe si era un sueño o alguna vivencia real, creía haber confundido… - Creo que hay un momento donde perdí mi conexión con la realidad, o más bien, llegué a otro escenario que dibujó mi vida de manera menos concisa. Al final decidí aceptar la invitación a ese zumo de calabaza. Y, mientras bebía, no quitaba la vista de mi viejo amigo, que me miraba escrutando cada parte de mí, analizando las palabras con detenimiento. - El infierno. Añadí, con pesar. - No el que todos creen, simplemente, mi infierno. Salí de él, pero no olvido. No puedo... o tal vez es que no quiero hacerlo -De un modo u otro, era sin ser -, añoro a mi antiguo yo. Pero no volverá. Soy otro, para bien o para mal.
  2. Como tiempo atrás, fue un visto y no visto. Recordaba la sensación pero no me acababa de acostumbrar a ella. Mi cuerpo se sintió ajeno a sí mismo, pero intenté recobrarme rápidamente, antes de volver a entablar palabra alguna. Y allí nos encontrábamos los dos. Al llegar al árbol me quedo observando, y aunque a primera vista no me mostré demasiado sorprendido en mi interior si existía un breve atisbo de asombro. Entorné mis ojos, no había duda. No estábamos allí, alguien nos había borrado del árbol. Nuestra existencia Dumbledore no existía más que en nuestra memoria y la de quienes compartieron tiempo con nosotros mismos. Desgraciadamente hoy ya no eran muchos. - Parecemos Black y es bastante triste que nosotros precisamente, llegásemos a este punto tan alarmante. No me habría esperado jamás tal falta de respeto de un Dumbledore –dije sonriente -, y aun así, aquí la tenemos delante nuestro. Me di la vuelta cruzando mis brazos por la espalda, meditabundo tal vez, simplemente deseaba una respuesta, algo o alguien que indicase el por qué de aquel acto que nadie habría llevado a cabo tiempo atrás. Pero no hubo valor tan siquiera para dar la cara. - Antaño nunca se habría borrado del árbol a dos Dumbledore de las generaciones iniciales, menos aún a dos descendientes del fundador y patriarca… pero supongo que los tiempos, cambian. –añadí con manifiesto desdén. –Y nosotros mismos tenemos que cambiar con ellos. Y toda esa parafernalia que repiten una y otra vez, sabes que no me van esas cosas –Me quedé pensativo unos segundos -, aunque adaptarse, sí se hacerlo. Se no da bastante bien, ¿Verdad? –guiñé un ojo con picardía hacia Erik. Él aparentaba estar tranquilo, incluso despreocupado, yo por mi parte me hallaba algo molesto. No por el hecho de ser excluido de mi propia familia, más bien por no haber sido tan siquiera avisado de un acto tan bajo. Rumores, señaló. Los únicos rumores que habían ido llegando a mis oídos nada tenían que ver con la familia, más bien con mi antiguo hogar. Mi antiguo bando. Mi otra familia. No eran agradables de escuchar y desistí de seguir indagando en su momento, aunque había ocasiones en las cuales la intriga podía conmigo y me escabullía por ciertos lugares para alcanzar a oír algún comentario. Nada relevante. Todos ellos indicando su actual situación, la cual yo consideraba mejorable. Sonreí para mis adentros. ¿Mejorable?, bueno, supuse por un instante que no recordé como me encontraba en el presente. Si ellos eran mejorables, yo podía incluso reiniciarme. - La mayor sorpresa para mí ha sido no ver ni una sola cara conocida –exterioricé con desapego -, tal vez esperaba más de lo que es. Hay momentos que tiendo a idealizar nuestro pasado, olvidándome que en aquellos días vivíamos sumidos en la desdicha. Luchando a diario por nada, en la mayor parte de ocasiones. Quizás es lo que echo en falta, volver a sentir la adrenalina de los viejos tiempos. Me acerqué de nuevo al árbol, acariciando el hueco donde tiempo atrás figuró mí nombre: Radek Elaryan Elric Broz. Nunca había tomado el Dumbledore como apellido oficial, pues lo consideraba ciertamente una falta de respeto a quienes si lo eran por linaje de sangre. Pero aun así, yo era uno de ellos. - Veo que Aberforth si continúa –dije mientras retiraba mi mano. Mis palabras sonaron con eco en mis recuerdos enterrados.
  3. Alguien así tenía que estar tras la desconocida llamada, ¿Cómo no lo pensé antes? Nada surge de la nada, sin más. Y mucho menos, los sentimientos. O lo que fuese que crecía dentro de mi desgastado corazón, quizás era otra cosa. Y él estaba al frente, como si el tiempo se hubiera detenido hacía ya tantos años, apenas perdurando en la memoria como la persona que me ayudó a convertirme en quien en cierto momento llegué a ser. Quien me ayudó a tocar la cima de la magia, tanto tiempo atrás. Mi amigo del alma, mi compañero de armas, mi camarada de la luz, mi viejo maestro. ¿Tanto tiempo ya? Intenté sonreír como habría hecho entonces. Y creo que de algún modo, pudo vislumbrarse el leve tic entre las penumbras que rodeaban una cara desconocida. - Nada es lo que era, y no sabemos lo que está por ser. Me quedé quieto, reaccionando a duras penas, buscando en mi interior las palabras exactas, sabiendo que no daría con ellas y aun así esforzándome. Me miraba con familiaridad, como si todo continuase de algún modo, igual. O no, más bien, como si yo aún fuese el mismo de entonces. La confianza impregnaba sus formas. - No estoy como entonces –le dije volviendo a sacudir la ropa que llevaba puesta, muy a mi pesar-, como puedes ver, lo que porto se aleja bastante de lo que llevé por aquellos días. Aunque, bueno, supongo que ni yo mismo soy quien fui. Me he visto obligado a cambiar la majestuosidad por algo más... ¿Práctico?, no lo sé. Creo que ni yo sé el por qué, más allá de... Le escruté con calma, pensando que debería mostrar alguna novedad, pero no. Mantenía sus rasgos ajenos a la amenaza perenne de los años. Un gesto que destilaba alegría, aunque los tiempos fueran siempre prendidos a la mano de la tétrica descomposición social. - Incluso nuestra casa ha cambiado –Di una pequeña vuelta por el vestíbulo, que continuaba insinuando clase. Demasiada para mi gusto – Nos hemos ido alejando de lo que éramos, ¿No crees?, el castillo no es el mismo. Más pomposo, aunque tal vez sea yo quien prefiera lo espartano. Es bastante más cómodo. Ayuda a no encariñarse con los objetos, a dejar atrás lo que en ese instante llamas vida. Una de las máximas con las que me movía en mis buenos años, tal vez por aquel entonces funcionase pero hoy no estaba yo tan seguro de que fuese a ser igual de eficaz. Pero las costumbres o manías son complicadas de olvidar, desligarse de ellas suele ser como el regreso a Ítaca. Y moví mi mano inconsciente hacia la cadera, pero ya no estaba allí. Un ramalazo de abatimiento fulminó mi corazón. La había perdido, o me la robaron o quizás incluso la empeñé para poder comer caliente en algún momento. La fidelidad, rota por la necesidad más básica, simple y amenazante. - He intentado no seguir muy de cerca la actualidad desde entonces. -reconocí - Además he perdido el contacto y preferido vagar por las catacumbas del mundo. Creo que me encontré entre lo mágico y no mágico, viviendo una vida que nunca pensé que tendría que llevar. Huyendo, sin saber de qué huía. Poco a poco, volvía a una situación que me alejaba de los recuerdos. Observé todo a mí alrededor. Cada objeto que allí modelaba en diversas formas y colores, me hacía rememorar ciertos aspectos de la que fue mi vida, muchos desconocidos, pero otros tantos aun familiares y grabados en las retinas de mi pasado. Entre ellos, los cuadros, incluso la propia lámpara que colgaba del techo. El olor. El aroma del castillo era una reminiscencia sempiterna en mis sueños más concisos, resonando cual eco. Cuando los necesité, muchos de ellos permanecieron leales. No todos, pero la mayoría cuenta. - A veces me pregunto si tantos años de lucha sirvieron para algo, aparte de desgastarnos y volvernos a unos contra otros –Sostuve entre mis manos una cajita de madera no más grande que una mano. Estaba adornada con motivos dorados y un fénix tallado en la tapa -, ¿Qué conseguimos? La posé de nuevo. Suspiré algo iracundo. Pero fue un sentir fugaz. Desvíe mis ojos ambarinos hacia mi viejo amigo, y en esta ocasión pude sonreír sin forzar el gesto. - Tal vez sea hora de que empecemos a sumergirnos en nuestra vida tras el… acontecimiento –prefería llamarlo así, de todos modos había cosas que era mejor dejar atrás-, ¿No crees?, ponernos al día.
  4. … no sabía muy bien que encontrar allí, el caso era que finalmente decidió acudir. Algo le atrajo, como en los viejos tiempos. Una llamada enigmática, un estremecimiento que no podía ser ignorado. El despertar de una vetusta llama. Había sido como un vago sueño, del que despertar, se convirtió en una proeza épica al alcance únicamente de su añejo pasado. Vivía de glorias que ya no eran conmemoradas, salvo por él, único en su especie y unido a un destino fatal que arrastró a los suyos entre rémoras de memorias enaltecidas en océanos de pesadilla. Inalterables ante la indolencia irreprimible de un carácter pulido a fuego y sangre. Hoy, nadie se iba a dar la vuelta en una calle atestada, nadie sabría su nombre. Quizás, ni él mismo lo recordase como tal. Solo era una palabra a fin y al cabo. Una de tantas; tantas de pocas. A veces se miraba al espejo y lo que tenía delante, era menos que el vacío de su alma ilusoria. En ciertos momentos, reflejos de una figura lejana volvían, pero eran efímeros. Nada reconocible. Hasta en su interior, el timbre de su voz sonaba diferente. Dio un vistazo a los exteriores, anhelando tiempos mejores. Suspirando, cansado, porque estos eran los que le tocaba vivir, pese a todo. Se sentía aliviado, atrás quedaban los años de desidias y huidas, la oscuridad que abrazó para tener que dejar triunfar el bien. Incluso, ante él mismo. ‘Era todo por una meta superior’, se repitió en muchas ocasiones. Bajo húmedos puentes y edificios medio derruidos, comiendo lo que buenamente podía. Siendo un ser invisible en un mundo individualista, egoísta. A fin de cuentas, ellos no se preocuparían por un ser que gastó sus mejores años en salvaguardar una sociedad que hoy no se preocupaba más que de sí misma. Sonrío. Quizás con esperanza. ¿Por qué?, volvía a estar allí. Pero sin estarlo. Siquiera su sombra se reflejó en el pavimento. Dio dos pasos, con seguridad, pero temeroso en el fondo. Volvió a detenerse a la entrada, timorato. ¿Quién eres tú? Aquella distante voz interna le preguntaba en multitud de ocasiones e intentaba entablar conversaciones, pero él no sabía ya cómo responder. No hace tanto, la seguridad era lo único que lo acompañaba en su día a día. Pero hoy, no estaba más cerca de ella que de poder alcanzar el sol con la punta de sus finos dedos. Y fríos. Tenía frío. Se sacudió la ropa andrajosa que llevaba, unos vestigios de polvo flotaron unos segundos en el aire, hasta evaporarse por completo. La luz del sol golpeaba su rostro, le cegó unos segundos. Se pasó la mano derecha por sus cabellos castaños, demasiado largos para su gusto. Se acercó un poco más, respirando hondo, ansiando el valor que una vez tuvo, y tomó el pomo entre sus dedos. En un momento miles de recuerdos atestaron su memoria. Como si de una avalancha se tratase, a duras penas pudo contener la agitación ante las visiones que iban deslizándose en una pantalla invisible frente a él. Todos y cada uno de ellos, como si aún permaneciesen vivos. Tantos rostros familiares, los que se fueron, los que perecieron, los que abandonaron y aquellos que ejercieron la traición como único medio de vida. Pero… eran los suyos. La familia nunca deja de serlo, aunque la distancia imponga su dictadura. Así ejerza con mano de hierro su gobierno, la herencia del linaje acaba por alzarse victoriosa. Abrió la puerta con sumo cuidado, sin saber que iba a encontrar dentro. Simplemente, algo. Alguien. El atrevimiento era menor al esperado. De todas formas. Perder, ya lo había perdido todo. Lo único era su vida y en esos momentos incluso a ella la observaba sin darle demasiada importancia. Cerró la puerta con sigilo. A su espalda la madera del marco encajó con el resto, y el vestíbulo se quedó ante él. Imponente. Cualquiera habría dicho que nunca se fue. Ojalá él pudiese ser el primero que lo hiciera. Quizás había vuelto a su hogar.
  5. Pese a un epílogo que llega a dar vergüenza ajena (Que tenían 37 años, demonios, no 65 ni estaban al borde de la jubilación), me quedo con Las Reliquias (En general, las dos partes). La confrontación entre Harry y Voldemort es muy destacable, el mundo tétrico y desolado que dibujan a lo largo de ambas películas está impregnado del que nos quiere hacer sentir Rowling a través de los libros. Se cierra bien la trama y las interpretaciones son más que aceptables. No me parece una película prescindible como dicen muchos, generalmente quienes no se han leído os libros. Máxime por el tiempo que están vagando por Inglaterra Harry, Ron y Hermione, Harry y Hermione y luego de nuevo los tres. Buscaban los Horrocruxes, es de cajón que caminarán sin rumbo hasta que vayan dando con ellos, sin apenas pistas, ni ayuda. No es como encontrar algo debajo de una piedra. Pues eso, la siete. Y la trato como una película en sí misma, pese a tener dos partes.
  6. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Elaryan Dumbledore 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: Negocio cerrado - Bóveda N° 107473 Negocio Oasis 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: Dumbledore Familia N° 2: -- 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: Bóveda Nº 78647 Familia Dumbledore Bóveda Familia N° 2: -- Saldo en bóveda previo a la Migración 2021: 11725 G
  7. Datos Personales: Nombre del Personaje: Radek Elaryan Elric Broz. Sexo: Masculino Edad: Indeterminada. Nacionalidad: Escocesa. Familia(s): * Dumbledore * Familia 2 Padre(s) Sanguíneo: -- Padre(s) Adoptivos: -- Trabajo: -- Poderes Mágicos: Rango Social: Unicornio de Oro. Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Nivel de Poder Mágico: 0 Puntos de poder en objetos: 20 Puntos de poder en criaturas: 0 Habilidades Mágicas: * Habilidad 1 * Habilidad 2 * Habilidad 3 Conocimientos Especiales: * Herbología * Artes Oscuras * Transformaciones * Cuidado de Criaturas Mágicas Perfil del Personaje: Raza: Demonio. Aspecto Físico: Un mago de estatura superior a la media: 1 metro y 92 centímetros. Destaca su cabello color caoba, siempre peinado hacia atrás con un largo y solitario mechón cayendo por su frente, contrastando con sus ambarinos y pequeños ojos, que siempre abrazan una cálida sonrisa. Viste una túnica de color blanco ceñida al cuerpo, siempre desabrochada. Se le une una camiseta con cuello en uve y bordes negros por el mismo. En su cintura, un gran paño rojo sostiene unos holgados pantalones blancos y divide la camiseta en dos partes. Mientras tanto, sus pies, son cubiertos por unas sandalias color crema que le facilitan el andar. Cualidades Psicológicas: Es una persona serena, parece imperturbable y rara vez se le puede ver con el humor exaltado. Invita a caer en gracia, aunque por norma general prefiera estar apartado del contacto humano. La gente le desagrada. Historia: En construcción. Pertenencias: Objeto Magico Legendario: Válido sólo para Orden de Merlín. Objetos Magicos: Objeto 1: Varita Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto 2: Descripción Clasificación: Categoría que le corresponde Puntos de poder: Puntos que le corresponden Mascotas y Criaturas: Criatura 1: Descripción Clasificación: Categoría que le corresponde Puntos de poder: Puntos que le corresponden Criaturas en la Reserva: Criatura 1: Descripción Clasificación: Categoría que le corresponde Puntos de poder: Puntos que le corresponden Consumibles Especiales: Llave Slytherin Elfos: -- Licencias, Tasas, Registros: Licencia de Aparición: Licencia de Vuelo de Escoba: Licencia. Registro de XXX: Otros Datos: Otros datos: En su caso, otras cuestiones que se quieran detallar, no contempladas en apartados anteriores. Cronología de cargos: *Moderador de Sala *Líder Auror. Premios y reconocimientos: *Premios Adviento 2012, aportación al rol. Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal:Bóveda 103664 Link a Bóveda Trastera: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda de Negocio: Bóveda N° 107473 Negocio Oasis (negocio cerrado) Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Nº 78647 Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia XXXXXXXX.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.