Spectum Crouchs

El ojilila llegó a la tienda por un rumor de que habían legado algunos nuevos productos, necesitaba algunas cosas para mi uso personal y otras cosas solo por el simple hecho de gastar dinero, así era yo el dinero no me importaba y no me gustaba acumularlo en un saco. Miré a una chica que estaba detrás del mostrador y le pedí ayuda esta me dió un formulario y me explico que debía llenarlo para luego completar mi compra.

- Muchisimas gracias señorita, ahora regreso -

Mi vuelapluma me acompañaba mientras que yo ccaminaba esta iba llenado el formulario, ahora solo me quedaba esperar entregarlo y disfrutar de mi compra. Miraba las escobas y lo hemosas que eran y las deseaba con todas mis fuerzas a toditas dos.

 

ID: Spectum Crouchs

Nick: Spectum Crouchs

Bóveda con link a la bóveda Boveda de Spect

Fecha: dd-mm-aaaa 15-02-2014

Nombre del producto: Nimbus 3000

Objetos, Criatura o Poción: B

Catalogación: XX

Puntos por unidad: 20

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 1000

 

Precio total: 1000

Total de Puntos: 20

Si es una criatura para personaje, colocar el Rango Social del comprador: Unicornio de Plata

En caso de ser criatura, objeto o poción para familia o negocio: Colocar el link al registro de dicha familia o negocio

MAZMORRAS SPECTUM MUEERTO.

El cuerpo del ojilila apareció en el hospital muerto y desamparado, estaba saliendo de una mansión cuando el grandioso y poderoso Boss Eleasar apareció con todo su poder en mi contra. Estaba tan inocente dandole la bendisión a un bebe cuando este no le importó el motivo que sea y me atacó hasta la muerte, mi cuerpo caído en la batalla en lo que terminó esta se desapareció y ahora estaba haciendo su presentación en el hospital mágico.

La camilla recibió al Mago Oscuro que estaba sangrando con muchos cortes en el cuerpo, heridas de katanas, ah no esa no tienen los fenixianos. katanas no, veneno de ratas venenos de arañas y todas las cantidades habidas y por haber de venenos, tambien tenía una quemada de dragón la cual me había desintegrado todo mi vestuario y ahora era un mago exy sin ropa, de seguro a Anna le gustaría esto. Lastima que Katara estaba en la planta de neutrales porque le podría hacer un stripes.

Ahora esperaba ser revivido para volver a morir y regresar al lugar, un ciclo que se repetiría por los siglos de los siglos. Amen.

Me tomó de la mano y me pedía que la viera, ella estaba abusando de su suerte al enfrentarme de gran forma, la sangre me corría por todo el cuerpo calentándome la piel, me estaba buscando enfurecer con sus palabras, sentí su cálida mano me volteé a verla. En estos momentos mis orbes eran un solo color, carmesí oscuro eran solo dos bolas de oscuridad en mi rostro, sin pupila ni retina ni nada todo rojo como si estuvieran lleno de sangre.

Parpadeé de nuevo y mis orbes volvieron a la normalidad. Sabía que la había asustado pero ahora simplemente me limitaría a seguirle el juego, ella quería morir no sería en mis manos porque cuando hacía una promesa yo la terminaba cumpliendo. No le haría daño y no le pasaría nada a ella en mi manos. me acerqué a ella y agachándome un poco coloqué mi cabeza en su frente calvando mis orbes en los de ella y dándole un pequeño piquito en los labios.

- Sabes que no te haría daño y sabes muy bien que mi naturaleza no cambiará, mis ideales son firmes y lo quieras o no me seguirás, porque necesitas de mi tanto como yo de ti y juntos seremos felices -

Le hable con una suave voz la cual le llegaba a los oídos dominándola por completo, esto era un poder que tenía sobre ella que hacía que cumpliera mi voluntad, ya que con mi dulce voz endulzaba su alma y mis labios la hipnotizaban. Khloe era mía desde este momento hasta el fin de los tiempos.

El ojilila aún de espalda a ella seguía escuchándola atentamente, metió sus manos en el bolsillo apretando fuertemente sus puños dentro del bolsillo ocultando a la chica su rabia por sus palabras, Miraba al horizonte y una serie de flashes pasaron por su mente en una pequeña ración de tiempo, recordó el entrenamiento de Gabrielle di lioncourt en el Amazona, luego el paseo con Rodulphus Lestrange en aquel bosque en Birmania, las largas charlas con el cuadro de Orión Black. Todos esos personajes clavaron sus ideales en el y no los cambiaría, el mundo mágico debía ser purificado de los Sangres Sucias.

​- Mi intensión no es destruir el mundo mágico, mi intensión es purificarlo de los sangres sucias... -

Estaba parado asegurándome de que no hubiese nadie en el lugar, estaba rígido y alejado de ella, si ella me quería me debía aceptar como me conoció sino, no era posible que lo que sintiéramos siguiera adelante, yo desde muchos años me he entrenado para ser lo que era y no ahora cambiaría por ideales débiles, el débil es el alimento del fuerte esa era la clave de la sobrevivencia humana.

- Yo se que tu estas destinada a estar y caminar a mi lado, yo te protegeré contra todos y todo... Pero tu me debes aceptar como soy y me debes apoyar ya que seras mi hombro y mis fuerzas... -

El Mago Oscuro escuchaba en silencio las palabras de la chica, ella estaba tocando puntos delicados de el que no le gustaban. No entendió porque ella lo llamaba demonio, el era un mago humano el cual odiaba, detestaba y aborrecía a todas esas criaturas del mundo mágico, ya que con las nuevas leyes ella podían portar varita un privilegio que debía ser solo de los magos. Miré a todos lados y no había nadie, absolutamente ninguna persona y para asegurarme de que no escuchara nada de lo que decía siseé.

- Muffiatus -

Me arremangue la camisa hasta la mitad de mi brazo, mirando a todos lados asegurándome que no había ninguna alma que me escuchara, mostré un poco mi marca tenebrosa a Khloe mientras que ella se alejaba. Tapé de nuevo mi antebrazo derecho asegurándome que nadie me mirara de nuevo. no me moví quedé allí rígido con el rostro firme, en ese momento ella me temería ya que impuse ante ella mi físico de metro noventa de altura con 103 kilos distribuidos en todo el cuerpo, que era prácticamente una masa de musculo bien definida y trabajada, el cuerpo de un guerrero.

- Debes saber que soy seguido de los ideales de la Marca Tenebrosa, tengo un rango en ella y pronto me convertiré en uno de los generales de ella y espero en un futuro liderizarla para sembrar el cáos, el miedo y la destrucción en el mundo mágico... Siento una conexión de mi corazón junto al tuyo y mi mente no se haría la idea de dejarte sola en este lugar a tu merced, siento desde lo mas profundo de mi que nací para protegerte, ahora la pregunta te la hago yo a ti...-

Me giré dándole la espalda fijándome que no había nadie que nos escuchara y proseguí.

- ¿Estás dispuesta a seguirme? Ser la musa del Señor Oscuro... -

ME fijé en todo mi entorno y no había nadie, absolutamente nadie que pudiera escuchar mi declaración. Estaba tan precavido últimamente por el comunicado que había leído el día anterior que estábamos siendo cazados como animales todos los integrantes de la Marca Tenebrosa como los miembros de la Orden del Fénix, por un momento me fastidió el pensamiento y me quedé a espalda de la chica esperando su respuesta, mientras miraba el horizonte.

Por un momento me asustó esa gran cantidad de sentimientos que se estaban acumulando en lo mas profundo de mi ser, no era de mi naturaleza ser de esa forma y con ella estaba dejando de ser el Gran Spectum un ser Oscuro, vil, cruel y sin ningu tipo de remordimiento para ser alguien dulce atento y muy amoroso. No quería cambiar con ella y en realidad no podía serlo en todos lados, la reputación que me había ganado en la Marca Tenebrosa de Carnicero me llevó un buen tiempo y no la perdería, algo em tenía que inventar.

- ¿Que piensas de mi? Lo se que no me conoces, pero ahorita ¿Que impresión te doy?-

Me separé solo los labios de ella y mis manos estaban en su espalda, un poco mas abajo de la cintura reposando en su parte curvilínea en donde terminaba su espalda y comenzaba la gloria, con mis dedos acaricie suavemente mas no morbosamente, eran mas bien gestos de cariño y no de otro tipo de pensamientos, ya que por mi mente aún no se me estaba pasando nada del genere .... Por ahora.

Ese pensamiento me hizo reír ya que mirándola bien ella estaba como deseaba y ningún hombre se podría resistir a la belleza de sus orbes y a la ternura de su personalidad, ademas que el tono de su voz era como si un coro celestial cantase al unisono mientras ella hablaba. Me gustaba estar con ella, pero debía nivelar el amor con la Marca Tenebrosa y que ninguna de las dos cosasinterviniera sobre la otra.

- Te suplico , no lo hagas... -

Y lo imposible se volvió posible, ella clavó sus hermosos orbes en mis lilaceos haciendo que la piel se me volviera tal cual a la de una oca, los poros se me erizaron. Estaba tan perdido en sus labios que mi mente no reparaba en otra cosa, movía lentamente mis labios acariciando los suyos lentamente, una fugaz sensación me obligó a morder suavemente su inferior labio y dejándome llevar por la pasión que se encendía en mi cuerpo me abrí paso en su boca con mi lengua. Esta acariciaba la suya en una danza de pasión que se estaba desbordando en ese largo y puro beso.

Era el beso que decreta a el nacimiento de un nuevo amor, sin ellos percatarse una pequeña planta se forma a encima de ellos, se enroscaba a medida que iba creciendo y alargando sus hojas. La magia del árbol creaba el beso de primer amor, este era a causa de que nos encontrábamos bajo el Muérdago y este hacia efecto en nosotros alargando el estado en que nos encontrábamos, ninguno de los dos quería separarse del otro, mis manos se deslizaron por su espalda haciendo una pequeña presión en ella aferrándole a mi mi cuerpo. Un aura se ella me hacia sentir como si estuviera en la tranquilidad del mar, algo que no entendía pero en realidad por ahora no era de importancia.

- Tu le das la pass que mi alma necesita

Confecé entre besos.

La unión de sus labios juntos a los míos libero una gran cantidad de emociones que me trasladaron a un mundo en donde jamás había estado, sentí como si un torbellino de viento creía en nosotros y se expandía al mundo exterior. Sus suaves labios acariciaron los míos por un poco mas de dos segundos, pero para mi fue como si el viento se hubiese detenido en ese instante, mi cabeza giraba y mi corazón bombeaba sangre por todo mi cuerpo, haciendo que mi pecho subiera y bajara a continuación, gracias al estado de emoción.

- No tienes que disculparte, discúlpame a mi que no se ni porque lo hice... Solo me dejé llevar -

Ella se giró para ver el cielo y sin darnos cuenta el tiempo había pasado, ya estábamos en el día de San Valentín, era extraño que nos hubiésemos conocido propiamente ese día, ¿Sería que cupido tenía culpa de todo esto? Si era el entonces podía estar claro y seguro de que esto duraría para toda la vida. Aunque aún no sabía que era lo que pasaría, miré a la Banshee que estaba de espalda y su cabellos brillaban gracias a la luz de la luna y el viento lo acariciaba como haciendo ver el movimiento como si tuvieran vida propia.

Me acerqué y la abracé por su espalda suavemente acariciando lentamente su plano y perfecto abdomen, era un impulso que no podía resistir, pero su piel era tan suave y sedosa que se había convertido como algo hermoso del cual no me quería despegar y cuando puse mi quijada en su hombro le hablé en un suave susurro haciendo que mis palabras no llegasen a sus oídos sino, que iban directo hacia su corazón. Mi primer objetivo era enamorarme de ella y que ella cayera al igual que yo en este sentimiento hermoso que nos llenaría de felicidad la vida.

- Debajo de este Sauce, te doy mi palabra y te prometo que a partir de este momento me tomaré cura de ti y que nadie podrá hacerte daño ni herirte, porque yo mismo me encargaré de ser algo mas para ti... Te ofrezco mi alma, cuidala a partir de este momento será tuya hasta que renuncies a ella -

"Love is in the Air"

Estaba en lo cierto la sanadora, mi cabeza estaba en otro lugar y últimamente no podía concentrarme en las batallas. Me tomé las pociones y agradecí de que estas comenzaran a hacer efecto, me levanté de la camilla con el pecho desnudo y busqué algo para taparme, bebí un poco de agua para quitarme el mal sabor de las pociones y seguían sin hablar, en realidad en ese momento ya no quería decir nada. pegué la frente del frío muro para refrescarme ya que moría del calor por el hecho de haber regresado del infierno y por segunda vez no me encontré con Mattews, ¿ En donde estaría mi Demonio protector?

- Muchisimas gracias... No sabes lo agradecido que estoy -

Le agradecí a mi compañera de bando mirando directamente a su rostro, ya no llevaba la máscara y lo único que me quedaba era tomar el papel del alta, ahora solo tenía que irme del lugar y mientras caminaba simplemente me desaparecí dejando una nube de humo negro detras de mi, ahora ya estaba totalmente curado y volvería al ataque de Ottery. El caos era mi segundo nombre y eso era lo que sembraría en el mundo mágico.

Se trataba de ella... No lo podía creer, hacía mucho tiempo cuando estuve al borde de la muerte en aquel océano, escuché el canto de las sirenas. No pensé que ella pudieran salir del agua, pero este hecho me había hecho perder cualquier duda de lo que llevaba. Visualicé su abdomen y llegando al árbol me recosté de el sin soltar a la chica y ahora ella estaba enfrente de mi.

- ¿En el Océano? Si es así como tus ojos podría perderme en ellos... -

Le tomé la otra mano y la acerqué a mi, quedamos tan cenca que pude que ver las pocas pecas de sus mejillas, estaban siendo oculta por su rostro que cada segundo se estaba volviendo mas y mas rojo. Acerqué mi rostro mas y mas a ella, hasta que quedamos con la frentes unidas, allí sentí la temperatura de su rostro y me estaba quemando, a lo mejor esta chica esta mas emocionada que yo, pero mi corazón parecía que quería escapar de mi pecho para entrar en el de ella, hice un movimiento para alejarme, pero sus labios rozaron los mío.

No podía negar que ella tenía algo que no había visto jamás en nadie, desde hacía mucho tiempo estuve buscando a una chica que pudiera caminar a mi lado pudiendo ser yo quien era, sin máscaras ni barreras, simplemente como era, sentí su mano que se cerraba tomando la mía y justo antes de que ella tomara la rosa, sonreí mirando hacia el camino que tendríamos.

- Tienes algo que me atrapa, una fuente de millones de pensamientos hermosos... Una musa musa que me hace temblar el corazón. ¿Donde estuviste todo este tiempo Khloe? -

La pregunta fue mas para mi que para ella, pero la dije en voz alta y ella me escuchó. Me gustaba estar con ella la paz que no había encontrado en ningún lugar la tenía con ella, ella paraba mi locura y la convertía en felicidad. Miré un viejo roble que estaba en el centro del jardín y aún tomados de la mano nos acercamos a el. Miré de nuevo su rostro, notando que tenía sus mejillas encendidas.

- No te preocupes que desde este momento me declaro tu protector y nunca dejaré que algo te pase -

- Yo no me la doy de peligroso... ¿Te parezco peligroso? -

Le dije con un tono de voz inocente, pero era actuado.

Si te parezco peligroso te pido mil disculpas, no quiero asustarte -

Le dije a la chica que se había ido hacia donde estaban las rosas, estaba paralizada, mas de lo que tenía que estar y allí supe que mis palabras dieron en la diana. Aunque todo lo que había dicho era cierto, sus orbes azules, su piel blanca y sus cabellos cayendo como río de oro sobre su espalda era algo que me traía con la boca abienta, hacía mucho que no estaba así por alguien y realmente ya me hacía falta a una persona a mi lado.

- Solo quiero conocerte, para ser sincero siento algo al estar cerca de ti que no se que es y quiero averiguarlo... ¿Te apetesería caminar a mi lado un poco? -

No se ni porque rayos le dije eso, solo se que al decirlo mi voz sonó muy dulce casi como si besaran en la invitación. Me tomé la libertad de tomar su mano izquierda con mi derecha y con una sonrisa resplandeciente en mi rostro moví la cabeza como incitándole a seguirme, sentía como si me hubiesen hecho un avis en el estómago mientras me perdía en su hermosa mirada dulce.

Ella no tuvo que haber hecho esa comparación... El Mago Oscuro se enfureció por aquella comparación que le hizo la rubia, lo había comparado a un muggle, muchos habían muerto a mano de Spectum Crouchs por poco menos de eso. Sus orbes lila pasaron a negro tinieblas cuando ella terminó de decir la frase, pero este rápidamente se calmó y decidió llevar las cosas por las buenas.

- Soy un Mago de la Realeza, para ser exacto soy el nieto del Ministro de Magia Crazy Malfoy -

Estaba en lo cierto. y aún no entendía del porque se irritaba por preguntarle su nombre.

- ¿Eres alguna ex que yo no recuerde? -

Comencé a preocuparme, la fiereza de la chica me estaba poniendo los pelos de puntas. ¿Y si ella era una de esas mujeres con quien me había acostado bajo efecto del alcohol y no la recordaba? O ¿Ella sería algún familiar de alguien a quien había asesinado? también ¿Podría haber sido alguien a quién había robado y no recordaba? En realidad muchas preguntas pasaron por mi cabeza y no sabía que responder. Me senté en la grama y mirándole directamente a los ojos le sonreí resplandeciendola con mi sonrisa, le hablé con el tono de voz mas seductor que encontré

- Si, trabajé en el profeta pero no me gustó, nunca me presenté... Ahora soy el futuro Jefe de Departamento en el Cuartel General de Aurores... Y nadie me envió a seducirte y si me fueran a pagar por hacerlo, creeme no me hubiese negado... Porque eres la bruja mas hermosa que mis ojos han visto jamás -

Al tomar su mano sentí la seda de su tacto, miré fijamente sus ojos y me perdí en ellos, la mezcla de sus rubios cabellos y los azules de ella. Me sentí en una de esas hermosas playas de las Bermudas en donde la vida es un paraiso, sus cabellos parecían rayos de sol que bailaban al tiempo con la suave brisa y el azul de sus orbes era el mar, nunca había visto nada tan hermoso en todo este tiempo de vida.

- No hay de que agradecer, ¿Es una broma que? -

Le pregunté sin saber a que se refería, nunca me dijo su nombre y a lo mejor estaba esperando para decirmelo luego. Yo como todo Malfy no perdería la cordura por esa tontería, ademas estar con ella me sentía completo y en ese momento lamententé no poder abrazarla y tenerla entre mis brazos, esa si sería una hermosa sensación.

- ¿Gustas sentarte en la hierba junto a mi? -

La invité con mi mano al lugar en la grama que quedaba en frente del lago del jardín. Quería quedarme con ella y no despegarme, pero ella también debería quererlo.

- Oh ya veo, a veces pasa que tenemos mal día, pero al final de este siempre siempre siempre nos recompensa por sobrevivirlo -

Sonreí escuchando cada palabra de la chica, hizo un movimiento con sus manos acariciando su cabello, dejando notar un pequeño golpe en su cabeza. Ledus Liesmas mi varita se materializó en mi mano derecha, su nombre era extraño nunca supe porqué aquel viejo loco la había llamado así, Flama de Hielo​ su traducción a nuestras lenguas del latín.

- Creo que eso debió doler, pero calma yo tengo la solución... Episkey -

Pasé mi mano por su frente al pronunciar el hechizo haciendo desaparecer el dolor y cualquier rastro de algún golpe en ella, le sonreí de nuevo y no sabía porque me sentía cómodo con ella en ese lugar. había mencionado que estaba ensayando el canto y yo era un amante del canto.

- ¿Cantas? Definitivamente tengo mucha suerte hoy... Hablando de azul, yo en vez de las rosas prefiero el del color de tus ojos -

Mis palabras fueron las mas sinceras posible.

- Solo paseaba por la Academia recordando viejos tiempos... Que mal educado soy, lo siento Soy Spectum Haldir Malfoy Crouchs ¿Con quien tengo el gusto? -

Me presenté ignorando que aquella hermosa chica era una celebridad del mundo mágico, aunque yo en ese mundo no estaba metido, si bien era un reportero del profeta, solo había hecho un reportaje y era de como fui tratado por los fenixianos en la cárcel.

Me sorprendió que la chica me hablara de un aparato muggle, no pude esconder mi mueca de asco ya que los muggles y sus artefactos eran un desperdicio para mi, de hecho, solo el hecho de pronunciarlos con mis palabras me hacían repugnarme a mi mismo. Clavé los ojos en las flores que miraba la chica y me gustó mucho su aroma, casi cerraba los ojos para disfrutar de ella, pero mirar a la chica me pareció mas interesante.

- Aaahh lo siento... Al parecer tenemos un mal día, ¿Te puedo ayudar en algo? -

Como solía ser, el hijo de Danyellus Triviani el mado mas seductor del mundo mágico y la Reina Banshee Gatiux Malfoy volvía a encontrar a su presa, esta chica a mis orbes era la niña mas hemosa que había visto, y no dejaría que se me escapara de las manos. Limpié mi túnica negra ataviada hasta el cuello y me acerqué un poco a ella tratando de ver el color de sus ojos.

Hacía mucho tiempo que no pisaba los terrenos de la Academia de Magia y Hechicería caminar por los pasillos de este me hacía venir a mi mente algunos recuerdo de cuando estuve como estudiante. Muchas cosas pasaban por mi mente y una de las que ma me dolió, fue que en aquellos tiempo Mattews mi demonio protector estaba siempre vigilando mis pasos. Sin darme cuenta la hierba acariciaba mis zapatos que brillaban a la luz del sol.

- Assh... Estú.pida luz, ¿Cuando se hizo de día?-

Me quejé de la luz ya que mis orbes del color lila eran muy delicado a ella, estos tenían exactamente el mismo color de mi cabllo, que ahora estaba desordenado gracias a la suave brisa que se paseaba por el lugar. Pasé mi mano derecha por el rostro para quitarme un flequillo lila que fastidiaba en mi rostro. A lo lejos pude ver una chica muy hermosa, sus cabellos eran dorados y caían en su espalda como una cascada de oro. Caminé lentamente hacia donde estaba ella @@Khloe Delacour Crouchs

Nunca la había visto y en realidad me parecía extraño ver que estaba sola en medio del jardín, me acerqué a ella y con una sonrisa dibujada en el rostro le hablé de una manera delicada, dulce y serena.

Disculpe señorita, por casualidad ¿Tiene la hora? -

Fue algo tonto pero en ese momento fue lo primero que se me ocurrió.

Spectum Crouchs en la Mazmorras segundo post con Valkiria

De un sobresalto me levanté de la camilla, algo me había tirado a la vida de neuvo y debía agradecer a quien lo había hecho, en esos momentos la máscara olivacea ensangrentada que llevaba en mi rostro me molestaba. Con un vago movimiento de mi mano derecha me la quité y pude escupir la piedra que estaba en mi boca, la mortífaga me había traido a la vida y yo estaba muy agradecido por ello, ya me recordaría por agradecerle luego.

- ¿Estoy en San Mungo? ¿Como llegué aquí? Rayos no puede ser que haya muerto tan tontamente y por mis propias manos... -

Tenía la cabeza que me daba vueltas y hablaba con un deje débil en mi voz, aún no estaba bien curado, ya que sentía el veneno recorrer mi cuerpo, pero de eso ya se encargaría la Sanadora, con algunas pociones limpiaría mi sangre y ya me podría dar el alta, quería estar listo para pelear contra el mundo y mostrar mi valia. Aunque tenía que volver a los entrenamientos ya que estaba muy oxidado, sin ir muy lejos como caí hoy era un ejemplo de que necesitaba un poco mas de acción.

Spectum Crouchs muerto en la Mazmorras

El cuerpo del Ojilia apareció en la mazmorras sin vida después de haberse tragado una piedra en vez de un bezoar, en realidad debía tragarme el Bezoar pero nunca lo visualicé en mi mente mientras pronunciaba el morphos, así que lo que gané fu atragantarme con la piedra me comí. Aunque, no sabía si había muerto de asfixia o por el veneno de la avizpa marina. En realidad no tenía ni idea, si, algo de idea tenía por el tiempo que ejercí me imaginaba que el veneno fue lo primero que había hecho efecto.

Mi rostro estaba cubierto por una máscara olivacea ensangrentada y mi pecho estaba desnudo mostrando muchas chicatrices de todas las batallas y se seguro algunas manchas en la piel por el veneno del molusco. En parte mi piel era negra, haciendome parecer un perro de raza Dalmata, eso que usaban los mugles. Ahora solo esperaba ser devuelto a la vida y salir del hopital.

Sentí que tenía algo en la garganta que no me dejaba respirar, me llevé la mano a el cuello en un intento fallido de curarme, no había imaginado el bezoar y munca lleguó el hechizo a hacer efecto, estaba perdido ya que la avizpa marina había hecho sus efecto en mi y me terminó inyectando todo el veneno en mi cuerpo.

Caí de rodillas al suelo con la mano aferrandome al cuello, estaba frustrado porque por una tontería como esa yo había quedado sin vida en un ataque en donde el poder de la marca estaba predominando, me había suicidado y por eso había muerto. El estarlejos de las batallas me había vuelto mucho mas débil, y esta era la 4 vez que caía en batalla.

Me dejé llevar por la muerte y ya dentro de poco lo que tendría era que despertarme en sanmungo y que me revivieran para de neuvo salir a sembrar el caos, dentro de poco volvería a ser el guerrero que fuí en el pasado, pero de eso ya me encargaría con el tiempo. Caí muerto siendo el único mortífago morir en la batalla.

Ahora tocaba la hora de Protegerse de cualquier daño en futuro y lo que pensé fue hacer el velo de gas que prtotegía mi cuerpo de cualquier ataque y cualquiera que viniera a decirme algo, nada pasaba por allí, solo salían de mi varita los hechizos provenientes. Vi el cuerpo de otra caída y se trataba de Catherine, Mi Ángel Caído la había asesinado y todo decía que ya los mortífagos estaban dando una buena batalla. Pude sentir el el aire la traición y sin ningún remordimiento le hablé a Etoile.

- ¿Que tenemos aquí? Huele a Traidora, siempre supe que tenías ... Combate conmigo... Avada Kedavra! -

De mi varita salió toda mis mallas energías, el poder de la magia oscura se concentró en ella. Quería asesinarla, la odiaba y deseaba que la luz se le escapara de los ojos. El rayo de luz verdosa salió de mi varita haciendome temblar el brazo en donde blandia mi arma. Esta traidora moriría lo mas rápido posible y nada de lo que pasara la salvaría de eso. El aura de Evarela llegaba al lugar y la miré desde mi posición sonriendo tras la máscara olivasea ensangrentada.

El cadaver de Bel estaba en mis pies y ahora nada ni nadie me quitaría el placer de disfrutar despues de la batalla con el. Tome mi tiempo suficiente y pensé de nuevo en Dos grandes manos fantasmales que aparecieron del suelo cubriendome a mi y a BEl que yacia debajo de mi pié derecho. Mis necros tenían la orden de cubrirme de cualquier ataque mal intensionado.

Ya la batalla daba su primer muerto. se trataba de Bel al tener muchos ataque encima solo tuvo tiempo de curarse de dos, pero una aspirante a la marca que me parecía que la conocía, sospechosa mente le hizo un sectusempra con el cual al impactar y ella ignorar el poder de este y no curarse moriría. Un flash me dejó cego por un momento y lo primero que se me vino a la mente imaginarme a Sally mientras que las Necrohand se disponian a portegerme de nuevo siseé.

- Ahora te faltará algo preciosa... Seneca -

Catherine había quedado muda y ahora estaba lista para morir en donde estaba, ya que los altos rangos presentes se encargarían, a mi me quedaba curarme del rayo de luz ya que no podía seguí la batalla sin la vista. Espiskey Pensé curandome las heridas del Strellatus de catherine y ahora estaba de neuvo listo para atacar. Mis necrohand estuvieron para protegerme por ultima vez desviando cualquier ataque para luego desaparecer, no sin antes ver que yo estaba libre de ataque.

Miŕé que me había envenenado una avispa marina y ahora sabía lo que haría . La necros tenían al fenix tomado por el cuello y con una fuerza una lo estaba triturando y no podía hacer nada para liberarse, el detritus me estaba protegiendo y lo primero que hice fue quitarme la avizpa marina.

- Morpho -

Apunté a una pequeña pedra que estaba a mi lado y me la comí curandome del veneno que tenía ahora solo tenía que hacer algo mas y atacar a la chica y estaba preparado para ello.

- Sectusempra -

Un rayo de luz blanquecina salió de mi varita directo hacia el cuerpo de Bel la cual me había atacado y ahora paga ría su intromisión en el ataque. El rayo la desangraría y la haría morir de una forma lenta y genial. mientras tanto el detritus me seguía protegiendo de cualquier rayo y para la proxima debería de crear otro.

Sentí como no podía hablar y simplemente. Pensé en dos grandes manos fantasmales que aparecieron del suelo cubriendome de cualquier. cuando el fenix vino a atacarme no pudo pasar por el detritus de Hades que me protegía y las necros lo tomaron afixiando al animal que estaba casi cediendo a la muerte. Me soreí meéficamente mirando a Catherine y mmi segunda acción iba hacia ella.

Ahora solo tenía que atacar a los chicos de la orden del fénix, el señor de Nurmengard me había cubierto bajo la capa de humo de Detritus y ahora estaba protegido de cualquier ataque que me hicieran los Fenixiano. Levanté a ledus liesmas a la altura de mi hombro apuntando al cuerpo de Catherine la chica que estaba liderizando el ataque y sisié.

- Silencius -

Dije exactamente desde que la chica dijo Strellatus anulando el Tripio sempra que había hecho, en lo que conjuró el hechizo no pudo hacer mas que mover los labios sin pronunciar palabras ya que no poddía hablar.

- ¿Te faltó algo cariño? -

Mientras tantos el Detritus del nigromante y las necros me estaban protegiendo de todos los rayos y criaturas que venían hacia mi.

Aparecí en las afuera de la mansión Gaunt, corría el rumor de que los fenixianos se encontraban atacando a una de mis compañeras de la Marca Tenebrosa. El portón de la andino estaba abierto de par en par y supe que si era cierto, camine lentamente buscando a los culpables del ataque. Ledus Liesmas apareció en mi mano derecha dejando escapar una chispa de luz verdosa, me decía que quería asesinar alguna alma noble.

A lo lejos vi la presencia de los fenixianos que estaban en la acción, sonreí abiertamente mientra la máscara olivácea llena de sangre brillaba a la luz del ambiente, la magia negra se escapaba de mi y gracias a mis conocimientos en meteorología hacían caer truenos y comenzaba la tormenta, me adentre a la mansión hasta la sala de estar en la planta baja y sin ninguna noción de tiempo me preparé a la batalla.

Ya un nigromante se encontraba en el lugar y se trataba del Cardenal de la muerte Patrick Colt que arremetía contra los fenixiano usando todo su poder.

- Buenas Noches Cardenal -

Salude a mi compañero y me preparé a la batalla.