- Tú siempre tan profundo mi querido amigo. Venga para acá.
Antes de que Elaryan pudiera reaccionar, ya me encontraba dándole un afectuoso abrazo y luego unas palmadas en el hombro. Echaba de menos a aquel Demonio que comenzó como un duelista prometedor, pero con el instinto demoniaco dominando sus últimos impulsos, y que poco tiempo después se volvió un auror tan fascinante que logró en poco tiempo ser líder auror. Con orgullo en el pecho puedo decir que es el mejor de mis discípulos, el único que logró superarme y que hiciera que nazca en mi el instinto de enseñar, claro está que no duró mucho.
Mirarlo y mirar los alrededores del vestíbulo solo hacen que me invada un sentimiento de nostalgia y melancolía. Algo que definitivamente no está bien para alguien tan despreocupado como yo, tan libre de ir y venir sin centrarme en un punto fijo al que no debe perder de vista, de contacto, de conexión.
Al girar la cabeza para volver a ver a Elaryan, reparo por fin en lo que mencionaba hace unos momentos. Su atuendo y apariencia algo descuidada y poco prolija como antaño. Una sonrisa malévola se forma en mi rostro.
- Quién te ve y quién te vio My Hero. A pesar de parecer la sombra de lo que un día fuiste, aún mantienes esa fuerte presencia que te hace respetar, aun sin saber quién eres. Pueden haber cambiado muchas cosas pero tu esencia está intacta. Vamos, quiero mostrarte algo.
Estimo mi mano y la coloco sobre su hombro y inmediatamente nos teletransporto a la sala del árbol genealógico de la familia Dumbledore. Con un gesto, le indico que mirase hacia en lugar donde se supone deberían estar nuestros nombres, como hijo y nieto del mismísimo fundador de la familia.
- Al parecer he llevado tanto tiempo ropa muggle que me han confundido con uno jajajaja. Como ves, nos han quitado y la verdad no entiendo por qué, es algo que me gustaría preguntarle a mi querida Sally, claro, solo por curiosidad.
Elaryan me mira de reojo sin perder su expresión. El hecho parece no haberle sorprendido ni afectado, sigo completamente inexpresivo y tranquilo.
- Jajajaja, es en serio, solo tengo curiosidad. Descubrí esto hace poco por unos rumores que llegaron a mí, no solo de la casa, sino del mundo mágico en sí. Vine a ponerme al día y me he llevado varias sorpresas. Y para compensarlas con algo agradable estás tú.
Mi sarcástica reverencia es totalmente conocida por mi acompañante, por lo que atina a sonreír. Miro al rededor en busca de un lugar donde sentarme y me dirijo hacia ese lugar a mirar cómodamente cómo reacciona y qué dice Elaryan al respecto. La función debe empezar y estaba dispuesto a formar parte del montaje.