Eugenia Evanik Readley

QUINTA PLANTA

Años que no aparecía en la institución, había sido jefa de planta con aspiraciones a la gerencia en un pasado que ahora le daba risa, aquel trabajo en un tiempo había significado todo para ella, ahora significaba solo recuerdos de lo que había sido una vida en apariencia perfecta, humilde y sobre todo una gran mascara de lo que realmente era. La ambición nunca es mala en una persona, tan solo si de deja llevar de mas, tal vez ahí si es mala.

Si hubiera dependido de ella no hubiera entrado en ese lugar de nuevo; pero no dependía de ella llevaba a su hija a Bodrik, quien diría que su instinto materno aun funcionaba en algunas maneras que ni ella comprendía. Esto era fácil, solo debía dejar el cuerpo, gritarle a un par de enfermeras o encargados y volver a desaparecer como si nada hubiera pasado, seguiría en su exilio, alejada de todo y de todos por su propio bien.

Sin adentrarse mas o querer registrar mas cosas del hospital deposito el cuerpo de su hija Bodrik en una de las camillas con suavidad.

-Prometo verte cuando estés bien y hablaremos pero ahora no es el momento pequeña, cuídate- acaricio por ultima vez la fría y azul mejilla de su hija y se quito aquel viejo medallón perteneciente a su familia y lo puso debajo de una de sus manos, sabía que pronto sería atendida, la vio una vez mas y desapareció.

La vería de nuevo sin duda por que ambas tenían que platicar de muchas cosas pero este no era el momento o el lugar, tampoco era el día, tan solo debía alejarse de nuevo aun le quedaban muchas cosas pendientes que hacer, cosas que ver, que arreglar y sobre todo seguir descubriéndose a si misma que era la mas importante de todas.

Una promesa era una promesa para ella, siempre que prometía algo sentía de que pasara lo que pasara debía de cumplirlo, eso le sucedía con su pequeña a la cual no le gustaba decepcionar en nada, después de llegar a casa, apenas había puesto un pie en su habitación en el castillo Evanik una carta con la letra de su pequeña había caído en sus manos invitándola a aquella reunión.

Sin duda alguna su pequeña se había enterado muy rápido de que ya se encontraba nuevamente en el pueblo además de las ganas que tenia de verla, todo estaba en la invitación incluso siendo que celebraba a alguien que no conocía pero era su pequeña, su niña así que iría.

Se metió a bañar rápidamente para después seleccionar un vestido azul discreto con un largo arribita de la rodilla, sus zapatilla serian azules al igual que el vestido y llevaría el cabello negro suelto con un listón como diadema, se delineo muy bien debajo de su ojo verde para lucir más hermosa de lo que ya era naturalmente y tomo su bolso donde sin duda iba su fiel varita por si tenía algún problema.

No tenía muchos ánimos como para asistir a una fiesta después de su regreso a casa pero todo era por su pequeñita además de que pensaba que no iba a estar presente alguno de sus conocidos a los cuales tenía mucho sin ver, tomo su bolso y se fue a la fiesta. Al llegar noto que no había mucha gente en el lugar aunque la música era buena, solo una vez había estado en aquel restaurante hace tiempo y ahora solo buscaba a su hija con la mirada ya que no veía a nadie conocido.

La vida daba tantas vueltas, unas veces estabamos abajo otras arriba disfrutando del éxito personal que nos trae una carrera u otro logro personla pero para ella era en estos momentos como vivir entre las sombras sin ver el sol, aunque tuviera éxito y amara lo que hacía el estar ahí ya no la complacía, estaba en un momento de su vida en que el cambio era necesario para seguir pero ¿cuál era el cambio que necesitaba? muchos eran los caminos por los cuales decidirse.

Aún recordaba haber pensado mucho para postularse para otro puesto y salir de la fría mazmorra hasta un ambiente totalmente diferente donde ella diera las órdenes, donde tuviera a quien dirigir y educar pero ahors que tenía todo eso después de un tiempo se le hacía cansado. Miraba a un lugar fijo de su oficina sin decir nada mientras pensaba que el cambio era lo mejor en aquellos momentos en los que su vida parecía una rutina tan vana y sin sentido.

Necesitaba volver a sentir aquella emoción que le trabajo le provocaba al descubrir algo nuevo, al intereactuar con un paciente necesitado de su ayuda, al ser ella la que volviera a una persona y esta le diera las gracias tal vez lo que necesitaba era otro objetivo claro en su vida auqnue con su misma carrera pero ¿cuál era ese? una especialidad tal vez la llenaría, aquel vacío que por el momento sentía solo se iba con recuerdos.

Movió la cabeza de un lado a otro despertando de sus pensamientos, volver a la realidad donde tenía un trabajo el cual ya no le encontraba un gusto era lo mejor a no tenerlo además estaba llena de planes que tal vez llenaran ese vacío y no iba a dejar su puesto después de estar en el por tantos años para que viniera alguien más, daría pelea por quedarse aunque tuviera que hacer lo imposible por ello.

Se encontraba en su despacho con un libro abierto a la mitad encima de su escritorio, aquel tema la había atrapado por completo además de actualizarse para poder ayudar más a Luisitha con su enfermedad aunque los avances más recientes los tuvieran los muggles ir a una librería de estas personas no era un problema, lo que se le hacía muy extraño era que las imágenes no se movieran o las palabras no saltaran de la página cuando era de gran importancia.

Estaba perdida en su lectura mientras se acomodaba la falda gris de su traje ejecutivo, con la mirada verde clavada sobre la imagen de un cerebro explicando los lóbulos y su función además de como la enfermedad interfería con las actividades de cada uno que apenas si dijo pase cuando oyó que alguien tocaba a su puerta, no levantó la mirada hasta que la voz de Annie llegó hasta sus oidos.

-Disculpe que interrumpa su lectura Sanadora pero ya llegó el paciente que esperaba y ya esta en la sala de consultas-

-Gracias Annie, enseguida voy- Diciendo estas palabras cerró el libro de un solo golpe sin antes apartar la hoja donde se había quedado, se levanto de la cómoda silla donde estaba para ir hasta la puerta donde Annie la esperaba para ir con aquel paciente con síndrome de Asperger que seguramente los minutos ya se le habían hecho eternos al esperar, salió de su oficina revisando el expediente para llegar hasta donde estaba el paciente.

Al entrar en la habitación notó el cambio que se había producido en esta con la presencia del chico, desde la música de un género específico que para él era relajante hasta el tono de las paredes que eran de un verde claro además del cuadro de la pared y los muebles que ocupaban el entorno, le sonrió al chico sin decirle nada todavía mientras se sentaba detrás del escritorio de caoba.

-Buenas tardes William ¿cómo has estado?- Inició la consulta con la habitual charla mientras el chico salía de su mundo para responderle e iniciar.

Era increible para la Evanik que teniendo ya su hermano un tiempo en la planta no supiera la razon por la cual la paciente estaba internada en aquel lugar, antes de responderle respiro hondo mirandolo con ojos de que lo queria extrangular para despues contestar su pregunta. Recordaba perfectamente el dia en que el mismo director le habia pedido una investigacion y dias despues habia aparecido en su oficina informandole del caso y de la misma Luisitha la cual estaba en su despacho.

- Luisitha tiene esquizofrenia nivel 3 es por eso que esta en una habitacion de alta seguridad, pense que leias los informes que te pasaba pero ahora veo que no te tomas la delicadeza de por lo menos ver los expedientes- Con aquellas palabras sacaba su enojo hacia el Mcnair sin decirle nada mas sobre aquel tema- Bien si nadie tiene nada que decir sera mejor que todos regresemos a nuestras actividades, hay pacientes que atender en consulta y un largo dia que aguarda por ser terminado.

Miles de ideas nuevas cruzaban por su mente para el tratamiento de Luisitha, la confrontacion hacia el hecho que la habia puesto en aquella enfermedad mental era la primera aunque preferia dejarla para el ultimo para no ocasionar otro trauma mas en la paciente. Espero a que la dejaran sola en su despacho para sacar algo que tenia muy guardado en uno de los cajones, aquella foto llevaba mucho sin mirarla pero desde que habia visto nuevamente su rostro en los recuerdos de Luisitha ahora no lo podia sacar de su pensamiento.

Suspiro guardando la foto de nuevo sabiendo que el nunca mas volveria a su vida y que todo se habia quedado en un bello recuerdo, una preciosa nina y era todo, ahora debia concentrarse en su trabajo ya que solo eso importaba en aquel momento. Antes de salir de su oficina miro por la ventana como solia hacerlo antes cuando sus probelmas mas graves se resumian a el.

Después de hablar con sus empleados dejando que cada uno diera su propia opinion acerca del caso,el pequeño debate sobre las cuestiones médicas alrededor de este habían terminado para dar paso a la calma que ahora rodeaba su oficina mientras meditaba sobre como llevar las cosas a continuación. Se había quedado sentada en su silla detrás del escritorio con el expediente abierto mirandolo fijamente, mirando la foto de aquella chica de cabello gris.

Muchas cosas se cruzaron por su mente hasta volver a llegar al punto clave de todo aquel enredo que era una simple persona en una etapa demoniaca, cerró los ojos y los apretó con sus manos mientras se relajaba, sus piró hondo volviendo a abrir sus ojos recargando su cabeza en el respaldo de su asiento, si tan solo pudiera verlo para aclarar todo aquello pero era imposible por que no sabía donde estaba exactamente aquella persona.

Después de unos minutos o eso fue lo que le parecio decidió que lo mejor era seguir trabajando ya que tenía una hilera de papeles esperando a que ella los viera además de otros pacientes de los cuales nadie más se ocuparía si ella no los atendía, respiró hondo mientras se levantaba de su asiento, se estiró y después acomodó la bata que le daba el poder de sanadora para después salir con calma de su oficina y dirigirse a uno de los consultorios donde ya la esperaba el primer paciente de la tarde.

Tanto había pasado el tiempo entre una cosa y otra que había olvidado comer cuando era su hora así que le pidió a una de las enfermeras que fuera a la cafetería y le trajera algo rápido para comer entre consulta y consulta mientras atendí a los pacientes que tenía programados para ese día, el trabajo debía continuar estuviera ella lista o no.

Estaba sumida en sus pensamientos sin observar a las personas que tenía frente a ella, una y otra vez la imagen de Ludwig convertido en aquella criatura que jamás había estado en su presencia se le aparecía aunque no tuviera los ojos cerrados podía verlo. suspiró mientras se acomodaba en la silla nuevamente esperando que al menos uno de sus sanadores llegara para analizar el caso que tanto le preocupaba.

Apenas dijo adelante después de oir que tocaran la puerta tres veces, al girar la manija la perosna y entrar, apenas se fijó cuando esta entró y se sentó, tan solo salió de sus pensamientos cuando oyó la voz de su hermano diciendo que Luisitha estaba bien cuidada por dos de las enfermeras de la plabta donde solo se respiraba la paz, era la única planta de san mungo donde se podía respirar paz por los pasilloso incluso en las habitaciones.

-Bien, me da gusto que quieran conservar su empleo durante más tiempo, espero que esta vez hagan un análisis detallado de la actividad de la paciente- No miraba a nadie tan solo la vacio mientras trataba de encontrar las palabras que les diría a continuación-Bien los cité por que ya tengo la causa del problema de Luisitha aunque ya he desarrollado varias hipótesis me gusta saber su opinión-

Se quedó callada por un momento viendo ahora sí a sus empleados notando sus caras de asombro entre otras que no mostraron reacción, quizás ellos mismos tuviern sus propias hipótesis de cual era el desencadenante del problema de la paciente pero solo ella que lo había visto sabía con exactitud cual era este sin necesidad de rodeos o de otras cosas, al ver que ninguno se animaba a hablar ella decició seguir hablando.

-Bien lo cran o no, el desencadenante es una persona que yo conozco o conocí ya que lo que me muestran las imágenes a pesar de haber vivido con el jamás lo viví,¿ alguno tiene una hipótesis que quiera discutir?- Le gustaba oir diversas opiniones y no imponer las suyas solamente.

Después de pasar a su oficina se había quedado perpleja sentada en la silla pensando en todo lo que había visto hace un momento, si no fuesen por las palabras de C'nedra que le llegaron lejanas hasta su mente se hubiera quedado ahí divagando sobre aquella persona que alguna vez significó todo para ella, en ese momento fue cuando supo que debía contarle a su equipo todo lo que había visto para involucrarlos más en el caso.

-Necesito que esten todos pero te puedo decir que ya averigue el origen de todo o al menos una desencadenante-

De nuevo aquel rostro tan conocido para ella que muchas veces acaricio en la oscuridad, besó aquellos labios y le dedicó las más grandes sonrisas aparecía de nuevo en su mente pero sin ser el, aparecía como se lo había mostrado Luisitha de una manera tan violenta, tan feroz sin ser él o al menos como ella lo recordaba siempre.

ANNIE ENFERMERA DE LA CUARTA PLANTA

Se había quedado a cargo de la paciente mientras la jefa volvía, tan solo debía abandonar su puesto de vigilancia si se presentaban signos de que regresara la tortura mental de la chica, caminaba por el pasillo cuando vio que otra sanadora de otra planta llegaba, le dijo donde estaba el sanador Pik más no esperaba que se metiera al cuarto de la paciente que ahora estaba a su cargo, los aparatos seguían ahí mas no estaban conectados a la chica.

Se fue detrás de ellos para impedir que las órdenes dadas por la jefa no fueran cumplidas, en cambio debían ser cumplidas al pie de la letra o esta se enojaría, ya conocía el genio de su jefa al grado de que estaba advertida de que si hacía alguna cosa más mal sería despedida, llegó al lugar justo en el momento en que oía lo que la otra sanadora decía acerca de los aparatos.

-Disculpe pero si tiene alguna queja sobre como se trabaja en esta planta antes de hablar o decir algo hagaselo saber a la jefa, además ya no necesita su ayuda muchas gracias y Sanador Pik desde hace rato lo espera la jefa en su oficina y si no va se va a molestar- Después de decir aquellas palabras Annie salió con una sonrisa malévola de aquella habitación.

Gracias chicas *o*

muchas gracias abue, no me había podido pasar pero ya leí todo y de paso vi el mp que mandaste diciendo, gracias por ela comodo chicas en verdad ya que si hace falta la tutoría, peros igo con mi duda de la de duelo, espero alguien la responda pronto que es la que más me urge por que de por si soy mala en duelos xD bueno no tanto?

Hola!!

Yo por aca dando un poco de ammm ¿cómo se le puede llamar? verán estaba en una tutoría de Duelo y el maestro renunció se supone Moni la iba a abrir pero no se cuando y la de perfil pues ya no han dicho nada y estaba en la de bagy, quisiera saber ¿cuando van a seguir mis tutorías? o si me van a asignar otro tutor o como va a estar no se, por favor diganme por que si me inscribí a una tutoría pues si me gustaría continuar con las dos.

Las cosas estaban casi controladas gracias a la máquina que se utilzaba en los hospitales muggles para revivir a la gente con un paro cardiaco, las cosas eran menos tensas cuando Pik apareció de nuevo quedandose asombrado al ver aquel aparato que no se había utilizado en aquel hospital hasta el momento, respiraba tranquila aunque au´n estaba preocupada por los recuerdos vistos en la mente de Luisitha ¿qué era todo aquello?.

En su mente aún estaban las imágenes vistas hace poco de los recuerdos de Luisitha, aquel rostro que aún tenía guardado en su corazón como un recuerdo preciado ahora estaba ensu mente de otra forma que jamás se imagino que pudiera estar, se había quedado paralizada hasta que una de las enfermeras la sacó de sus pensamientos donde estaba aquel ser que una vez amó con todo su corazón para ver a Luisitha que estaba yendose lentamente.

-Ahh no, no te irás Lu, no si yo estoy a cargo- Apuntó a la chica con su varita pronunciando un hechizo para traerla a la vida seguido de una poción que había aplicado en su pecho, acto seguido,el corazón de Luisitha volvía a latir con normalidad como si nada hubiera pasado, La alegría de inmediato se reflejo en el rostro de la Evanik viendo como su acto había funcionado a la perfección, ahora Luisitha descansaba tranquila.

Miró a su Sanador y su aprendiz con una sonrisa en el rostro mientras oía los latidos del corazón de Luisitha gracias a la maquina a la perfección, ahora tenía una pista del por qué de la enfermedad de la chica, ahora su hipótesis iba por otro lado como lo era una persona que nada tenía que ver con lo que anteriormente había pensado que era el desencadenante de aquella enfermedad mental de la chica.

-Tenemos cosas que discutir en mi oficina, si me siguen por favor- Miró a una de sus enfermeras antes de seguir su camino-Avísale a la sanadora Lehdzay que la espero en mi oficina en cuanto acabe con lo que esta haciendo- Dichas esas palabras salió de la habitación de Luisitha dandole otra indicación a la enfermera de que cualquier cosa le avisara, después siguío su camino hasta su oficina donde le dio el pase a su personal para después ella misma sentarse en su silla detrás de su escritorio.

Annie, enfermera de la cuarta planta

Los gritos de la Jefa de aquel piso se oyeron hasta donde Annie estaba laborando con un paciente dandole su medicamento, sin duda algo grave estaba pasando ya que siempre solía haber paz en ese sitio mezclada con tranquilidad, que solo era interrumpida por los pasos de los visitantes a ese lugar,salía de aquella fría habitación siendo casi atropellada por uno de los sanadores que tomaba el ascensor.

La mirada inquietante de la enfermera siguió cada paso del chico hasta que el ascensor cerró sus puertas y los gritos de la jefa de planta habían cesados, mientras otras enfermeras corrían de un lado a otro trayendo lo que la mujer pedía; ¿acaso la paciente Luisitha había perdido la razón atacandola ahora a ella? aquel espectaculo no se lo perdería por nada, en cambio ya iba rumbo al cuarto donde mantenía a la amenaza como la solían llamar entre ellas encerrada cuando vio como una chica muy arreglada se dirigía al despacho de la jefa.

Con curiosidad plasmada en cada razgo de su rostro siguio a la chica como si fuera una presa a la cual debía cazar y tal vez exibir en una repisa de colección, observó con detenimiento cada acto de esta incluso cuando tocó la puerta de la jefa dos veces ya que ahí no había nadie, fue cuando la mujer carraspeo llamando la atención de aquella chica bien vestida.

-Si buscas a la Jefa de planta lamento decirte que no esta, esta en consulta y se va a demorar po lo que se oye, ¿por qué no te sientas en una de las sillas que están ahi? y la esperas, cuando salga de consulta le diré que alguien la busca pero ¿quién eres?- Había señalado unas sillas enfrente de la puerta de la Jefa de planta donde solía esperar la gente si ella tenía alguna visita, en aquel caso la jefa estaba en consulta.

Rol off: Bienvenida Meredith!! en cuanto alguien de la QUINTA planta se digna a atendernos, es decir reciban a mi sanador y estos bajen te recibo como yo xD

Cuando se entra a la mente de una persona ves los recuerdos como si estuvieras presenciando ese mismo momento aunque haya sucedido mucho tiempo atrás, lo que Luisitha le mostraba era una revelación tan grande que se perdía viendo las imágenes, aquellos recuerdos que parecían tan de ella sin serlos, tan solo era una simple expectadora de un acto de horror cometido a un ser humano que lo único que deseaba era ser feliz, miraba con horror contenido la imagen que le estaban mostrando en ese preciso momento hasta que cambió.

La mente humana era tan poderosa que aún siendo recuerdos los más poderosos o lo más significativos siempre aparecerían, una vez más con Lu el rostro de Nicte se hacía presente mostrando una cara lastimera como si hubiera hecho algo impropio pero eso no era señal de que tuviera alguna enfermedad mental todavía. Después de aquella imagen a la cual le daba el significado de un amor inolvidable vino algo que no se esperaba en realidad.

Tenía ya años trabajando en aquel hospital, las horas se iban para ella atendiendo pacientes, revisando expedientes, haciendo labores, revisando medicinas, todo lo que pudiera mientras estuviera en su turno, había durado desde sus inicios hacia hace un año trabajando en las mazmorras, de donde casi no salía tan solo solía pedir el café a una de las enfermeras que amablemente siempre se lo llevaba, reconocía aquel pedido ya que era lo que usualmente ella pedía aunque se lo llevaran y ella no hiciera acto de presencia.

Miraba aquella escena en shock total viendo después de mucho tiempo aunque fuera solo un recuerdo al hombre que amo con todo su corazón aunque solo fuera un títere por que ella misma sabía de su condición que no negaba al mundo, el corazón se le estrujaba al no poder hacer nada por Luisitha ante esa escena donde solo se mostraba dolor, recordaba que después de aquel ataque en la cafetería Ludwig había desaparecido sin dejar rastro ¿era acaso este el suceso que le había causado a aquella mujer el problema mental?.

De pronto sintió como Luisitha se estaba yendo, no era posible, rápidamente salió de su mente para atraparla antes de que esta diera con el piso, la chica estaba sufriendo un infarto, no era para menos las escenas msotradas habían sido tan fuertes pero ahora podía deducir un detonante de aquella enfermedad, con todas sus fuerzas empezó a gritar a una de las enfermeras para que pasara a auxiliarla.

-¡Rápido necesito regresarla!, ha sufrido un infarto ¡¡vamos!!, traer la máquina esa muggle de electro shocks- de un segundo a otro la máquina ya estaba ahí mientras Pik su hermana y C'Nedra entraban también a la habitación al ver lo que había ocurrido, se sentía tan avergonzada por lo sucedido que no quería ni verlos- denme una poción reanimadora, ¡¡Luisitha regresa!!-No lo podía creer la mujer no regresaba, tenía que pedir ayuda sin duda si la quería con vida y sin daños.

-Pik ve enseguida a la quinta planta, di que necesitamos ayuda por que una paciente sufrió un paro cardiaco y que es vital que este viva pero ¡¡corre!! nuestra madre es jefa de ese piso, C'Nedra más compresas de agua fría- Trataba de estar en calma pero después de haber visto a Ludwig no podía.

-¿De nuevo?, al parecer nunca entiendo jaja- Y a era burla para ella estar en aquella planta y ser revivida solo por salir a divertirse un rato siendo ella misma sin llevar una máscara que la sociedad le imponía, se incorporó en la camilla asegurandose de taparse bien para que no se le viera nada mientras el sanador revisaba su vista, después de esto aquella poción que tanto odiaba era puesta en sus manos.

No dijo nada ya que sabía debía tomarla si quería irse del lugar así que sin reporches empezó a beberla haciendo caras en cada oportunidad que tenía ya que su sabor era algo de lo cual no quería volver a probar, terminada la poción y aprovechando que el sanador estaba distraído haciendo su alta aprovechó para aparecer algo de ropa decente para poder abandonar el hospital, con el alta en sus manos miró al chico.

-No se como agradecerte Zack, en verdad gracias- Le dio un beso en la mejilla de agradecimiento- Hasta luego supongo, ya que nos seguiremos viendo por aca- le guiñó un ojo para después pararse de la camilla, salir de aquella habitación,tomar un ascensor, llegar a recepción y ahí desaparecer rumbo a casa para darse un buen baño y descansar.

Su cadaver comenzaba a pudrirse mientras esperaba que un sanador llegara a revivirla, ahí iban sus años pensaba al ver como su cuerpo se descomponía, veía con tristeza como aquella sensual silueta se iba perdiendo poco a poco agarrando un estado de deterioro que nunca pensó ver en ella, seguía con calma paseando de un lado a otro hasta que llegó el sanador que la atendía primero curando sus heridas.

Debía ser dificil curar heridas que ya estaban en estado de descomposición pero era necesario para que su cuerpo pudiera volver a ser el de antes, aquella poción que fue vaciada en su garganta la cual le estaba devolviendo la vida lentamente no le gustaba para nada pero era la única forma de revivirla así que sin más después de que su cuerpo la aceptara despertó lentamente de aquel sueño que parecía estar viviendo.

Miraba al techo sin saber por qué todavía estaba ahí si tenía tantas cosas por hacer hasta que miró al sanador y después se miró a ella misma viendo que solo la cubría una ligera sabana, no estaba enojada en cambio le daba algo de risa, ya aparecería ropa para cambiarse.

-Zack, ¿dónde estamos?-

El cuerpo sin vida de la pelinegra apareció gracias a un sortilegio en una de las camillas de San Mungo después de haber cumplido su estancia obligatoria en aquella carcel que detestaba con todo su ser, aguantar más de 5 días en aquel caso era para morir como había sucedido, miraba su cuerpo sin vida desde arriba flotando viendo que el tiempo pasaba lentamente para ella con aquella forma tan transparente y perlada.

Quien viera su cadaver con aquella ropa negra toda mugrosa no se imaginaría que la chica era miembro de aquella sociedad aunque fuera debajo de la máscara que siempre tenía que mostrar. Su fantasma paseaba de un lado a otro en espera de que algúin sanador se pasara a revivirla ya que tenía varias cosas que hacer en especial en su planta y eso la demoraba bastante.

Luisitha estaba lista mientras que Pik y C'Nedra habían entrado a la cámara de gessel de esa habitación para ver todo el tratamiento que la chica recibiría aquella tarde, la sanadora respiró profundo, se dobló las mangas de la bata del uniforme y sacó la varita como si aquella acción le doliera hasta en los huesos, aquel tratamiento era uno de sus menos queridos pero el más efectivo en cierta forma, si quería saber cual era la causa de la enfermedad de aquella mujer no le quedaba de otra que seguir con aquel procedimieto sin remordimientos como siempre lo había hecho.

-Bien, sientate en la silla, necesito que te relajes por favor y cierres los ojos- después de decir aquellas indicaciones a su paciente, empezó a pasear por la habitación jugando un poco con la varita mientras esta se acomodaba para el tan esperado tratamiento, aunque adoraba su trabajo meterse directamente en la mente de los demás a husmear no era algo que le gustara bastante pero debía hacerlo en este caso.

Cuando la chica ya estaba lista, se puso enfrete de ella respirando de nuevo muy hondo apuntando con la varita a al chica, después dijo para ella Legereme para entrar a la mente de la chica que solo quería ser curada, se acordaba que una vez lo había utilizado ya en ella msotrando una vieja disputa con su pareja, esta vez ¿qué le mostraría? estaba a tenta a cualquier acividad mientras iba pasado recuerdo tras recuerdo de Luisitha fijandose cuidadosamente en cada mínimo detalle mostrado hasta llegar al que podía ser la clave de la enfermedad de la chica.

La chica decía haber sido bien tratada por el sanador que en la opinion de la Sanadora era un buen anfitrión a pesar de todo, sonrió amablemente sentandose frente a ellos a pesar de que era una mesa circular, ya que todas las opiniones debían ser iguales además de escuchadas por más descabelladas que sonaran unas de otras, tomó un expediente que le había entregado la enfermera donde venía la informacion de C'nedra.

-Bien C'nedra pongamos las reglas de la planta claras para que no haya confusiones, cualquier duda puedes preguntar siempre ya que siempre serás escuchada y apoyada por los sanadores y por mi,el uniforme es blanco para no confundir más a los atormentados pacientes y se pide respeto en cada caso, comprensión ya que cada caso es único aunque veas que dos personas tiene lo mismo las reacciones son diferentes

Estaba muy consciente de lo nerviosa que podía estar la chica además de lo rigida que ella misma podía ser con las reglas de su planta en cuanto a la puntualidad y atención con los pacientes, otra cosa que le gustaba de su planta era el orden y que alguien perturbara eso para ella merecía ser castigado o que se le recordara esa regla, amaba su privacidad por eso siempre pedía que cada persona tocara en su despacho antes de entrar.

- Otra cosa es el orden y la privacidad, siempre toca en las puertas antes de entrar y te irá muy bien además de no hacer mucho ruido, los pacientes requieren calma no alteración, sigue esas simples reglas y estaremos bien, no cumplas con una y tendremos que hablar tu y yo solas sin que nadie se meta, tendrás una pequeña oficina para ti sola mientras estés aqui ¿alguna duda?-

Esperaba la respuesta de la chica imaginando que sería la misma duda que todos tenían al entrar que era sobre el horario ya que no lo había establecido, no le gustaba imponer horas aunque ella las tenía y sus empleados también, un horario era sano pero era mejor darles libertad en ese aspecto, Una de sus enfermeras entro´en el mismo momento en que la chica abría la boca para responder a su cuestionamiento.

-Sanadora, la espera ya sabe quien dice que usted le prometio verla - Se había olvidado por unos momentos de Luisitha, aquel día le daría el tratamiento deseado.

-Ohh es cierto, bueno vamos, chicos si gustan acompañarme para que observen el caso de ezquisofrenia mas interesante que hemos atendido en la planta, vamos- Diciendo aquellas palabras se levantó de su asiento dirigiendose hasta la puerta esperando antes de que los dos chicos salieran, se fue a la misma par que ellos llegando hasta la hbaitación de Luisitha-Pik ya sabes por donde ver y lleva a C'nedra contigo- diciendo esto se metió a la habitación de la chica quien se balanceaba en la cama.

-Hola Lu ¿cómo estas? espero y hayas descansado lo suficiente bien ¿comenzamos?- Le gustaba ver que la chica cada vez estaba mejor, no sabía si era por el medicamento de nueva dosis o por la promesa hecha de devolverla a la sociedad como antes pero le gustaba verla así tan viva y sin alucionaciones, sin dañarse a ella misma.

Quería reir ante las palabras del sanador que se veía muy agotado pero no era justa ya que ella misma comprendía muy bien la labor que se hacía en San mungo al curar a cada uno de los enfermos y no es que fuera mal agradecida simplemente prefería su ropa a salir por las calles de Londres con aquel atuendo sin nada más que cubriera su cuerpo.

-Lo agradezco y mucho pero estas batas como que no son mi estilo, una vez más gracias Zackito- Tomó el alta que el sanador el otorgaba para después pararse de la camilla tambaleandose un poco y salir de las mazmorras rumbo a su oficina en la cuarta planta donde pasó a toda prisa para que nadie más la viera como iba vestida, era una verguenza para ella que al vieran vestida así y no por la acción por la que había cometido si no por el hecho de que no parecía ella.

Cruzaba su planta con la cabeza erguida pues no tenpia por qué sentir pena ya que ella también podía enfermarse al ser un ser humano como cualquier otro, observaba como las enfermeras de su misma planta la miraban hasta que una se le acercó con curiosidad sin decirle nada.

-Si, estaba internada y ahora vengo a cambiarme para ir a casa ¿algún problema con eso Erika?- No dijo nada más dirigiendo se asu oficna cambiandose de ropa y llamando a uno de sus elfos, Lionel aparecio a su lado para llevarla a casa, tomo la mano del elfo con una sonrisa, este dio un chasquido y salieron de San mungo.

No había nada peor para la Evanik que estar muerta en aquel lugar esperando por ser revivida, esperar nunca había sido lo suyo ya que siempre había tendio ese tic por la puntualidad en todas partes, aquella obsesión con los años no había cambiado en nada, en cambio había incrementado su estado de intolerencia hacia esa falta que ella consideraba de educación, pero también había desarrollado una tolerancia hacia los errores de los demás.

Su alma se paseaba de un lado a otro de la habitación con ansias en la espera dels anador que la curaría trayendola a la vida, haber pasado cinco días en aquel podirdo lugar era más que suficiente para la chica como para querer morir pronot de nuevo o regresar a una visita a ese lugar. Estaba maldiciendo cuando vio que llegaba Zack uno de los sanadores llegaba para atenderla, en realidad ella no culpaba a nadie por su estado ya que había sido su misma responsabilidad aparecer en aquel lugar queriendo participar.

Era extraño volver de nuevo a la vida tragando aquella poción que sabía horrible, no sabía como ella la podía dar antes a los pacientes cuando ella atendía esa planta, quería escupir aquel jarabe, salir de ahí y no regresar jamás pero había un pequeño problema y ese era que trabajaba ahí. Sintió como poco a poco regresaba a su cuerpo como si fuera jalada de un hilo en el estomago hasta despertar lentamente y ver que su ropa había sido reemplazada por una bata del lugar.

-Al menos puedo irme a casa de pie- Sentencio la mujer diciendo sus primeras palabras después de ser revivida- Gracias Zack ¿ya puedo ir a casa? creo tengo ropa en mi oficina así que no saldré en esta bata- Miraba al sanador esperando el alta deseada ya que lo más quería era ir a casa, descansar, darse un baño y regresar a trabajar ya que había alguien que la esperaba.

La mirada de la Evanik estaba perdida en el paisaje mientras oía a su fiel elfo Lionel hablar a su lado, parecía como si algo en aquel lugar la hubiera hipnotizado, causando en ella un efecto en donde solo su cabeza daba respuestas afirmativas o negativas a las cuestiones lanzadas por la criatura, mientras en su mente las escenas que se formaban eran de otras cuestiones muy diferentes a las que la habían llevado a estar ahí ese día.

Fue hasta el momento en que Lionel le pregunto si se le ofrecía algo para tomar, ya que le notaba la boca blanca y sec,a que la pelinegra reaccionó volviendo en si; miró todo a su alrededor para reconocer donde se encontraba primeramente dando por sentado, que había perdido sin duda la noción del tiempo desde que había subido al tren unas horas atrás sin saber que esperar, la primera reunión le había dejado tantas incognitas resueltas en este tiempo que esperaba más aventuras.

-Lo siento Lionel el paisaje me distrajo trayendo con el cosas que no debí recordar- Una mirada amarga apareció en las facciones de la chica al decir aquellas palabras a su fiel elfo mientras cruzaba una pierna dejando ver un poco de piel al levantarse unos centímetros la falda que usaba aquel día-Si traeme un poco de agua gracias-

En realidad, ya no sabía cual era la razón más poderosa para estar en aquel lugar en espera de que diera una hora determinada, tan solo le había quedado muy claro que debía estar ahí después de leer aquella nota, que días antes le había sido entregada mientras descansaba plácidamente en su casa disfrutando un poco de su familia, lo cual ya consideraba un lujo por el trabajo que tenía.

No se podía quejar ya que después de todo aquel lugar le parecía cómodo, a pesar de odiar los lugares tan pequeños había algo en la decoración de la habitación que la había calmado al grado de hacer que se perdiera en el mar de pensamientos que siempre la invadían. Miró de nuevo el lugar escuchando a su vez el traqueteo del movimiento del tren dando un vistazo nuevamente a la decoración.

Dos sillones ocupaban la mayor parte del lugar mientras que un baúl con sus cosas estaba arriba del lado de su compartimento, del otro lado arriba donde debía ir el espacio para más maletas estaba curiosamente un librero con libros de su interés; tales como enfermedades mentales o medicina además de algunas novelas románticas y justo delante de ella se hallaba un relog informando la hora.

Viendo que ya faltaba muy poco, sacó nuevamente aquella carta que le había sido enviada para leerla con detenimiento por tercera vez; cuando terminó de leer nuevamente aquel trozo de papel, volvió a guardarlo en la bolsa de su falda del lado derecho para después pararse con elegancia de su asiento y salir de aquel vagón. Sin saber exactamente a donde se dirigía, se encaminó al encuentro para el cual había sido citada en aquel tren a las 5 de la tarde en punto.

Rol off--

Me dijero que aqui me tocaba mi tuto así que bueno ¿aqui estoy?

El cuerpo inerte y sin vida de la Evanik apareció en una camilla de las mazmorras, al menos esta vez no se podía quejar de la falta de atención o la amabilidad ya que habían sido en cierto punto considerados con su persona dandole agua y no molestandola con preguntas acosadoras a las cuales ella siempre ignoraba. Sin duda aquel color pálido no era propio de ella, le sentaba tan mal en su ser y en su vestimenta negra de la ocasión.

Su alma perlada y transparente miraba con algo de pena el cadaver que se encontraba en la camilla en espera de ser atendida por algún sanador, esperaba pronto ser resucitada ya que ver su cuerpo inerte sin pulso, sin algún respiro o movimiento se le hacía tan raro para ella que a pesar de laborar en awuel sitio y conocer a la perfección esa planta también desde su ascendencia a jefa de planta había dejado de visitarla y se le hacía un lugar un tanto funebre para estar ahí aunque fuera por una curación.

Las horas se le hacían eternas a la pelinegra estando encerrada en aquel lugar donde nada pasaba, el día parecía igual a la noche así como los carcelarios parecían no eatar presentes por ningún aldo, si su fiel varita estuviera a su lado como siempre ella ya estaría fuera de aquel sitio burlandose de ellos aunque en esos momentos la vida se le iba lentamente sin saber por que.

Estaba deacuerdo que la comida tal vez era un factor muy importante pero había recibido agua que era lo que más le importaba a la chica estando en aquel lugar hostil, su cuerpo ya no tenía fuerzas siquiera para moverse de lugar incluso ya no podpia gritar como antes. miles de pensamientos venian a su mente sobre la magia que rodeaba el lugar, era increíble que tenía que morir para poder desaparecer de ahí que era lo que más anhelaba.

Pasadas unas horas, en las que solo pensamientos sobre cualquier cosa que no tuviera coherencia para ella invadían su mente hasta que el aire se le fue acabando como si alguien estuviera estrujando su garganta hasta que vio a su fiel varita aparecer a un lado de ella. Una sonrisa se dibujó en los labios ahora blancos de la chica, al fin aparecía en San mungo y después podría ir a casa.

El trabajo de todo el ministerio era tan complejo algunas veces que preguntar por que se hacian las cosas era como si le preguntaran a ella como era que manejaba aquella planta del hospital, miraba a la joven escuchando cada palabra que salia de su boca sin hacer preguntas mientras el sanador se retiraba para dejarlas solas como si fuera a haber algo mas que lo ya dicho por la senorita Macnair sin embargo se sabia del trabajo en aquel lugar y de su importancia por mantener todo en orden a la brevedad posible.

-Entiendo lo que me explica joven y creo que puede ver los archivos de mi planta sin ninguna objecion de mi parte o por parte de mi personla, si la hay me hace el favor de decirme y yo hablare con la persona, ahora si gusta seguirme por favor- La pelinegra se paro de su asiento dirigiendose hasta la puerta saliendo junto con la joven para guiarla hasta el lugar donde se encontraban los archivos.

Solo unos cuantos podian tener acceso a esos archivos donde se resguardaba muy bien la informacion de cada paciente desde sus antecedentes mas basicos medicos hasta el momento en el cual habia sido tratado, su tipo de tratamiento, enfermedad y si necesitaba seguir con alguna terapia despues de haber pasado por el hospital, cada archivo estaba clasificado por apellidos ademas de enfermedades o padecimientos mentales para comodidad de archivacion. La ojiverde guio a la chica hasta el final del pasillo donde habia una puerta que indicaba solo personal autorizado y donde solo la palma de la mano de la jefa de planta podia abrir esa puerta.

- Bien aqui es- Dijo la sanadora abriendo la puerta con la palma de su mano dejando ver una habitacion espaciosa donde no habia mas que archiveros con etiquetas de enfermedades e iniciales de apellidos ademas de una silla y un escritorio algo empolvados-Si necesita algo no dude en llamarme o a Pik para que le sea proporcionado, alguna duda o pregunta?- Estaba por responder cualquier inquietud que la chica tuviera cuando una de las enfermeras aparecio como era sus costumbre.

- Sanadora, la nueva aprendiz ya llego, la buscaba pero el joven Pik se la llevo creo estan en la sala de juntas- No le dijo nada a la enfermera tan solo la siguio, tampoco se despidio de la otra joven pues ya la veria mas al rato cuando esta terminara con los archivos.

Era bueno eso de que tuvieran nueva aprendiz, aguien a quien transmitirle de nueva cuenta todos sus conocimientos acerca de la planta aunque esta vez no hubiera vacantes estaba segura que al menos pasaria un rato agradable en su estancia en el lugar asi como ella lo pasaba y esperaba sus colegas que laboraban con ella tambien, llego a la sala de juntas la cual utilizaba solo en casos donde hubieran invitados extranjeros o colegas de otras plantas para ver un caso que fuera complicado y necesitara la ayuda de psiquiatria.

-Bien ya estoy aqui disculpen la demora pero algo importante surgio, annie quieres llamar a Lehdzay por favor y decirle que venga a la sala de juntas- Ya que la enfermera seguia por ahi lo mejor era que hiciera algo mientras la pelinegra miraba a la recien llegada-Veamos creo que no nos hemos presetado, soy Eugenia Evanik la jefa de planta, espero que el sanador Pik te haya tratado bien- Una fina sonrisa se curvo en sus labios mientras esperaba respuesta de la chica.

Cada vez se sentía más débil estando ahí encerrada sin poder hacer nada, sin varita ¿cómo podía irse? lo único que pedía era un poco de agua para refrescar su garganta, animar su espiritu o tal vez sentirse más viva ya que estaba muriendo lentamente, aquella agua al menos sustituiría la comida que le habían negado esos días por eso añoraba el agua.

Sus gritos habían sido escuchados al parecer por un fantasma que atendía la torre ya que el le había llevado el agua que la pelinegra tanto anhelaba beber para calmar su sed, su hambre y sentirse un poco mejor,tomó aquella jarra entre sus manos para beber un poco de aquella agua tan fresca cuando notó que el fantasma la miraba cuestionandola sobre ciertas cosas que ni ella entendía en ese momento.

-No se quien eres ni te conozco en verdad pero gracias por el agua- Quiso tomar un sorbo de aquella agua cuando la otra pregunta del fantasma la invadio- ¿Quién soy? soy una persona que un día decidió dar un paseo por las calles equivocadas y se metió a jugar donde nadie la llamó esa soy, soy alguien que desea estar en casa más que nunca y añora su librtad de nuevo- Diciendo esas palabras bebió el agua con desesperación casi terminandola toda vaciando un poco de esta sobre sus ropas pero no le importaba.