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Mekare Dalit

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Mensajes publicados por Mekare Dalit

  1. Sanadora: Mekare Dalit Ryddleturn – Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales).

     

    ¿Cuál era el sentido de tener vacaciones, si siempre debías volver al trabajo?. Esa era la pregunta que la pelirroja se hacía mientras caminaba lentamente por los pasillos de la quinta planta, mientras se despedía de los cómodos momentos vividos en su viaje por el Caribe.

     

    --Buenos días…--saludo cordialmente a las enfermeras que se paseaban a su lado, al mismo tiempo que buscaba entre la tranquilidad de la planta a la enfermera que le ayudaba a organizar y atender a sus pacientes en temporadas difíciles, pero al llegar a la puerta de su despacho se dio cuenta que su búsqueda fue en vano, quizás ella ya había renunciado, o la había cambiado por algún otro sanador o sanadora.

     

    --¿Qué es esto?....—pregunto al aire la mortifaga mientras asomaba su nariz respigada dentro de su despacho y logro ver una gran caja llena de formularios, notificaciones y uno que otro pergamino en forma de papel. Por suerte la pelirroja había descansado lo suficiente para una nueva jornada de trabajo.

     

    --Vale, todos vienen firmados por Anna…--asumió que estaba en problemas. Igual la Ryddleturn no estaba otra cosa de parte de su jefa, ella se había marchado a sus vacaciones sin más aviso que el de un chisme de pasillo y una pequeña nota excusando su abandono laboral por una semana; solo por esa ocasión parecía que le habían perdonado la vida, suerte quizás.

     

    Mekare cruzo sus brazos y dejo que su cuerpo esbelto se acomodara sobre la pared que cuidaba la privacidad de su despacho, guardo silencio y empezó a leer cada pergamino que reposaba sobre la mesa y espero que en algún momento Anna entrara por la puerta o en definitiva que llegara alguna emergencia que pudiera atender.

     

  2. Mekare Dalit Ryddleturn

    Quinta Planta: Caminando hacia mi despacho.

    Dalit aun lograba sentir el ardor sobre su garganta, y el rugido constante en la boca de su estomago, aunque ya había desayunado y almorzado aun no se tomaba la primera taza de café del día. La ansiedad sin duda alguna acabaría con ella, tenía una clara adicción al café, y al cigarrillo que múltiples veces se había propuesto dejar, pero todos sus intentos eran fallidos.

     

    --Pero qué demonios…--gruño al aire la pelirroja, mientras encontraba la puerta de su despacho abierta. Dalit estaba segura que la había dejado cerrada, y aunque no tenía cosas de gran valor allí dentro, le parecía un abuso que cualquiera entrara sin avisarle antes.

     

    --¡Maldición!, esto debe ser una muy mala broma…--exclamó nuevamente cuando paseo su mirada esmeralda por los alrededores de su despacho; las cortinas estaban destrozadas, y los muebles estaban en el mismo estado.

     

    La demonio se propuso empezar a gritar como una histérica, pero cuando estaba tomando una bocanada de aire, para tomar impulso en sus gritos llenos de frustración, logro divisar una minúscula cantidad de cabello entre los muebles y en la salida del despacho.

     

    —No, no…-- negó varias veces, mientras el rostro de su madre se reflejaba en su mente. —Katara, andas haciendo de las tuyas…--se dijo para ella misma, mientras la rabia abandonaba su cuerpo, Dalit siempre tenía una enorme paciencia para su madre, después de todo ella siempre había cuidado de ella y no merecía nada menos que paciencia de sus hijos.

     

    --¿Qué es esto?...—preguntó al mismo tiempo que vio como un avioncito de papel se había quedado atascado en uno de los huecos que tenia las hermosas y costosas cortinas que adornaban el despacho de la mortifaga.

     

    Mekare abrió el arrugado papel y lo leyó con un tanto de preocupación, las sorpresas de su sobrina mayormente no eran buenas, casi siempre terminaban en muertes, embarazos y matrimonios; y no es que todo aquello fuera completamente malo, si no que la mortifaga odiaba las sorpresas, casi siempre le caían mal y luego era obligada a adaptarse a los cambios.

     

    Termino de escribir con garabatos el mensaje para su sobrina, dejando en el papel palabras que quizás le cayeran mal, pero Ángel ya sabía cómo era la Ryddleturn, y nunca lo hacía por mal, si no, que simplemente así era ella.

     

    @

     

    Vale, tengo tres posibles buenas noticias… Y todas siento que me van a caer mal al principio, así que cuéntame de una sola vez, créeme ya estoy preparándome para lo que me dirás.

     

     

     

    --Listo…--dejó caer el pergamino sobre su escritorio, y este antes de caer retomo vuelo con dirección a la oficina de Ángel.

     

    --¡Clairet!..—Grito horrorizada al volver a su situación actual.— Necesito muebles… bueno todo nuevo.

     

    Clairet no lograría escuchar los llamados de su jefa, pero Xenix si, así que la mortifaga volvió a pegar un par de gritos al vacio y su elfo personal apareció.--¿Qué sucede ama?, ¡qué ha pasado ama!, ¿está usted bien?.—se mostró sorprendido y preocupado la pequeña criatura, que al ver el gesto positivo de la pelirroja a sus preguntas, se puso a limpiar con rapidez sin pedir explicaciones.

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  3. Mekare Dalit Ryddleturn

    Quinta planta: Junto a Clairet, atendiendo a la paciente desconocida.

     

    Las preguntas hechas por Mekare jamás tuvieron respuesta, la paciente no llevaba una evidente identificación, y para cuando la pelirroja lo noto su enfermera ya se había dedicado a limpiar cada rastro de sangre que manchaba la fría piel nívea de la joven muchacha.

     

    --Buen trabajo…--sonrió la pelirroja al mismo tiempo que dejaba a un lado la bitácora e intentaba terminar la curación.—Vale, para que aprenda a cuidarse vamos a despertarla primero.—exclamó con malicia.

     

    Pero todo aquello era mentira, su ética no le permitía lastimar a ninguno de sus pacientes, al menos no directamente.—Cierra aquellas heridas.—señaló las heridas en el pecho de su paciente y le indico todo lo que debía hacer la joven pelinegra.

     

    --Mientras la resucitare…--explicó mientras apretaba la base de la mandíbula del cuerpo sin vida, y vertía sobre su lengua un líquido espeso y grisáceo. Y justo cuando la última gota fluyo hasta el final de su garganta la joven mujer volvió a la vida, por suerte sus heridas estaban cerradas, y no había logrado sentir la parte más dolorosa de la curación.

     

    --¡Bienvenida!...—gritó Mekare al mismo tiempo que apretaba sus manos sobre los hombros de la chica.—No te levantes, has despertado muy rápido.

     

    Y en realidad lo había hecho, era la primera vez que la mortifaga tenía un paciente que volviera a la vida en cuestión de segundos. – tómate esto, ayudara con tu brazo roto.—le ofreció un pequeño frasco con una poción que repararía todos los huesos rotos de su cuerpo, seria doloroso, pero con eso estaría bien.

     

    --Debes quedarte unas horas más, no puedo dejarte ir.

     

    --Clairet mantenla en observación y súbela a una habitación.

     

    Mekare no le dio oportunidad a la joven chica, y sin preguntarle ni siquiera si estaba de acuerdo, mando a internarla por varias horas en el hospital.

     

    --Pídele todos los datos, termina de llenar la bitácora y no te separes de ella.—le volvió a indicar a la enfermera.

     

    --Descansa chica, todo estará bien…--se volvió hasta su joven paciente, y le dio unas palabras de aliento, un poco antes de esta volviera a caer en un sueño profundo gracias a la mezcla de pociones que circulaba en su sistema.

     

    --Vístela, y llévatela.— mandó la mortifaga mientras salía de la sala de trauma. Clairet no musito palabra alguna, y mucho menos se opuso a todo lo que le decía la pelirroja, observaría y cuidaría de la joven chica hasta que sus huesos estuvieran saludables.

  4. Mekare Dalit Ryddleturn

    Quinta planta: Trabajando con Claire.

    Las respuestas no tardaron en llegar, Anna había sido la primera en pronunciarse ante el aumento de sueldo o bono que le pedía la pelirroja, lo que hizo que la demonio soltara una risita al aire al leer la clara respuesta de su hermana.

     

    --Venga, cuanta injusticia…--bufó la mortifaga intentando calmar la risa continua que le provocaba imaginarse a su hermana respondiéndole aquel pergamino.

     

    Mekare escucho de fondo la alarma de shock. Apenas había llegado al hospital y ya tenía trabajo, pero eso no le incomodaba, si quería ir a ese viaje a los médanos de coro en Venezuela, tenía que trabajar y ahorrar todos los galeones que se ganaba en el trabajo.

     

    --¿Qué sucedió?... – preguntó la pelirroja a Claire, que venía arrastrando la camilla en donde reposaba inerte el cuerpo sin vida una chica.

     

    -Tiene heridas profundas en el pecho, cortes profundos entre sus cortillas, y el hueso radio de su mano izquierda roto en cuatro partes.- respondió la enfermera que apenas se incorporaba en la planta, para ayudar a la pelirroja. Claire era una de las enfermeras voluntarias más eficientes que tenia Mekare desde hace varios años, y aunque la pelinegro estaba retirada, volvió apenas se entero que la Ryddleturn había retomado el trabajo de Sanadora.

     

    --Entra conmigo entonces, vamos a…--Dalit intentó explicarle a su acompañante lo que debían hacer, pero fue interrumpida por la aprendiza de su madre; al comunicarle que la misma vendría a visitarle apenas terminara de atender a sus pacientes.

     

    --Entiendo, gracias…--respondió cortés la pelirroja, y volviéndose hasta su paciente le indico a Claire que entrara a la sala y preparara todo para empezar a trabajar.—vamos, necesitamos resucitarla, ¿tiene identificación?.

     

    Mekare camino atrás de Claire mientras esta arrastraba la camilla hasta adentro de la sala de trauma. La paciente estaba sin vida, así que la pelirroja se tomo su tiempo para empezar a atenderla.—Llenaremos primero la bitácora, luego lavaremos y desinfectaremos las heridas.

  5. Mekare Dalit Ryddleturn.

    En el centro de Londres.

    En centro de Londres, era allí donde se encontraba escondido, entre muggles y almacenes llenos de polvo el hospital San Mungo. Si, en realidad su vista no era atractiva para nadie, pero esa era la idea, que el almacén abandonado en plano centro de Londres no fuera de gran interés para ningún muggle que le diera por curiosear, robar, o buscar algo dentro del abandonado lugar.

     

    Un intenso rojo, rebelde como el fuego fue lo único que se vio atravesar la puerta del almacén lleno de maniquíes viejos y justo al fondo un armario antiguo lleno de polvo.—Voy a la quinta planta, soy Sanadora de allí.—le explicó la demonio a un maniquie de traje verde que le impedía el paso al hospital.

     

    El maniquí se hizo a un lago, aquella magia era magistral, Dalit podía llegar con un trasladador a su oficina, pero siempre prefirió hacerlo como en los viejos tiempos, solo para presenciar el maravilloso trabajo que hacia la magia en el mundo.

     

    Llegando al hospital – Quinta planta: Zona Neutral.

    Luego de atravesar una espesa cortina de agua fría, la pelirroja apareció justo en la entrada del hospital. Ese día llevaba con ella: un leggins negro, que se ajustaba a su cuerpo dejando que sus gruesas caderas y piernas se hicieran notar, unas bailarinas bicolor blancas, y una camisa larga del mismo color; ese día, fue vestida lo menos formal posible, ya se había ido otras veces empitada a su trabajo y la había pasado muy mal.

     

    --Buenos días…--saludó a todos los magos y brujas que se cruzaron en su camino, mientras atravesaba la hermosa sala principal del hospital, adornada con muebles de madera y una cálida chimenea de fondo.

     

    Mekare a pesar de su mal humor atravesó la primera planta del hospital con una sonrisa dibujada en sus labios rojos carmín, y su humor cambio apenas las puertas del ascensor se cerraron ante su mirada esmeralda, al mismo tiempo que giraba sobre el eje de sus pies y se miraba al espejo, intentando encontrar algún desperfecto en su cabello ondulado o en los accesorios que se había puesto ese día para compensar la informalidad de su vestir, pero todo parecía verse bien; el collar Brilli le daba un brillo suave a su cuello, las pulseras finas color vinotinto hacían juego con su bolso de mano Browling del mismo color.

     

    Para cuando las puertas del ascensor de abrieron la mortifaga estaba lista para empezar su día, pues se había tomado dos días de descanso luego de toda una semana guardia entera atendiendo a los heridos dentro de su planta. Aun Lyra le debía ese paseo por el hospital, así que la primera tarea anotada en su lista de deberes, era ir al despacho de su madre y pedirle que cumpliera con su promesa de darle un tour por todas las instalaciones.

     

    --Hola, ¿podrías conseguirme un par de formularios más?...—saludó a una de las enfermeras que reposaban en la recepción.—y si consigues café tráeme un poco.—terminó su pedido con una sonrisa, Claire era un excelente enfermera, y casi siempre estaba dispuesta a ayudar a la pelirroja, pues habían trabajo juntas desde que el hospital estaba bajo el Ministerio de Magia.

     

    --Gracias.

     

    --Estaré aquí.— Indicó la mortifaga mientras se alejaba de la joven muchaha, y atravesaba la puerta de su despacho.

     

    El día de trabajo había comenzado, así que la pelirroja soltó su bolso a un lado y se coloco su típica bata color beige, y empezó a redactar un par de pergaminos en donde dirigía sus mejores deseos y saludos a tres personas importantes dentro del hospital: Lyra, Angel y Anna.

     

    Querida @, estoy en mi despacho esperando poder charlar contigo, espero con ansias que estes desocupada para poder dar ese paseo que me has prometido al principio; quizás exagero, y mi intensión no es sonar desesperada, pero deseo darte un abrazo y saber como estas.

     

    Quien te quiere y te adora tu hija.

     

    Mekare.

     

    Pd: tengo galletas y leche tibia en mi despacho, no es presumir, pero las he traído del mundo muggle, y son excelentes.

     

     

     

    @angelcullen

    He recibido tu mensaje, y tranquila, ya tendremos tiempo de hablar y compartir con más serenidad. Esta es la vida de un sanador, aun tienes tiempo de huir de esta esclavitud querida sobrina.

     

    Mekare.

     

     

     

     

    Querida @@Anna T. Ryddleturn.

     

    Ya deje mi vagues, estoy de vuelta a la planta en donde realizo mi trabajo, espero mis bonificaciones o en todo caso mis chocolates.

     

    Quien te adoro querida compa, tu hermanita Mekare.

     

     

    Plasmo su firma en los tres pequeños pergaminos, y luego de un par de siseos los pergaminos tomaron forma de avioncitos y remontaron el camino hacia las distintas plantas en donde se encontraban las tres chicas.

  6. Mekare Dalit Ryddleturn.

    Quinta planta: Dando de alta a Perseus.

    o-o sin ideas, desde la uni.

    Perseus al fin había despertado, había tardado lo suyo para hacerlo, pero la pelirroja tenía todo el tiempo del mundo para esperar hasta que este despertara, su guardia nocturna apenas empezaba y seguramente sería complemente aburrida. Pero dalit no podía obligar a nadie a quedarse dentro del hospital, y mucho menos al chico que apenas abrió los ojos ante la realidad; así que se dedico a esperar a que el joven tomara control sobre la situación mientras sonreía y le explicaba lo que había pasado.

     

    --Puedes irte apenas tomes esto.-- le ofreció un pequeño frasquito con una poción que debía tomar.

     

    —Has perdido mucha sangre y esto te ayudara.—le intentó explicar al mismo tiempo que sacaba del bolsillo de su bata, un pergamino que rezaba en su interior que podía irse.

     

    —Cuando termines de tomarla podrás irte, ten más precaución para la próxima.—le indicó entregándole el pergamino, y luego le soltó un pequeño consejo, la mortifaga no le pregunto qué le había pasado, pues siempre mentían y nunca le decían la verdadera razón de su muerte.

     

    Dalit quedo en silencio esperando que el joven muchacho cumpliera con lo que ella pedía, mientras que la curiosidad le invadía repentinamente, pues minutos antes de que su paciente despertara, se sintió como un gran estruendo reboto contra las paredes del hospital, intento asomarse para saber qué era lo que pasaba, pero Perseus en ese instante había despertado y la mortifaga se distrajo atendiéndolo.

  7. Mekare Dalit Ryddleturn.

    Quinta planta: Despidiéndose de Marissa y quedándose con Perseus.

     

    Marissa había resucitado sin ninguna complicación, sus heridas tanto internas como externas parecían curadas, y la pelirroja no lo dudaba, siempre que utilizaba las esencias todo quedaba perfecto, pero por un momento lo dudo, pues miro su reloj y se dio cuenta que Perseus no había despertado aun.

     

    --¿Hola?... –caminó hasta el cuerpo desnudo de su paciente e intento despertarlo. Pero todo parecía indicar que no despertaría pronto, así que la mortifaga se dedico a llenar su formulario de salida.

     

    --Contigo trabajare con calma...—le habló al cuerpo inerte que reposaba a su diestra, el chico no estaba desnudo, al menos no completamente, pues sobre su fornido cuerpo permanecía una sábana blanca que cubría sus partes intimas.

     

    Dalit llevo sus dedos hasta el pulso radial de su paciente y empezó a contar cada golpe que pegaba su corazón, todo parecía normal, al igual que su temperatura corporal, así que no le quedaba más que esperar a que despertara por sí solo.

     

    --Tendré que utilizar esto... – movió su varita de un lado a otro.

  8. Mekare Dalit Ryddletun – Quinta planta.

    Segundo rol: Dando de alta a Marissa.

     

    Mekare escucho un par de quejidos tras la cortina, y aunque se sorprendió un poco sonrió un poco después de que se asomara y viera como su otra paciente al fin había despertado, Dalit espero un poco antes de darle aviso a la joven chica de que ella estaba allí, aun debía buscas una última poción que debía darle a la Black para que pudiera irse; cuando la encontró, se aseguro de tapar bien el cuerpo desnudo de Perseus, y atravesó la cortina con un pergamino dentro de su mano izquierda, y un pequeño frasquito de color rojizo en su mano diestra.

     

    --Hola, venga supongo que te sientes bien.--Saludó, al mismo tiempo que la miraba detalladamente, intentando saber si había alguna herida que no olvido curar.

     

    --Debes tomar esto, y luego puedes vestirte e irte…-- extendió hacia su paciente el pequeño frasquito, y le indico que debía tomarlo; Marissa había perdido bastante sangre, así que con una poción reabastecedora de sangre ella estaría perfecta para otro combate.

     

    --Aquí tienes tu alta.—le sacudió el papel frente a sus ojos.—por allá esta un cambio de ropa, por si no quieres irte así.—le explicó dibujando una sonrisa en sus labios, Dalit olvido presentarse, pues aun tenía que terminar de curar a Perseus que estaba del otro lado de la sala.

     

    --¿Te siente bien?, ¿necesitas algo más?.—preguntó solo por protocolo, la paliducha mujer se veía bien, o al menos mejor de cómo había llegado al principio.

  9. Quinta planta: Yendo a buscar a Perseus, antes de que Marissa despierte.

    Primer rol con Perseus.

     

    La alarma de Shock volvió a sonar como un eco dentro de los oídos de la pelirroja, una extraña insatisfacción le recorrió el cuerpo, pues nunca había que atender a dos pacientes al mismo tiempo; llevo sus hombros hacia atrás y dejando los frasquitos de Díctamo y Murtlap sobre la mesa, se encamino hacia la puerta para ver que otro paciente esperaba por ella.

     

    Marissa despertaría en cualquier momento, así que la Ryddleturn apresuro sus pasos hacia afuera de la sala y se detuvo frente al cuerpo de un hombre castaño. Mekare lo miro detalladamente, había algo en él que se hacía familiar, pero la mortifaga no lograba encontrar aquel recuerdo exacto, en donde había visto a aquel muchacho.

     

    --Vamos a curarte.—Siseó mientras empujaba la camilla hasta la misma sala en donde estaba el cuerpo de Marissa. Los dos cuerpos estaban en la misma sala de trauma, pero una larga cortina les separaría y guardaría con cautela la privacidad de cada uno de ellos.

     

    —Mientras la bella durmiente despierta, vamos a curarte.—comentó asegurándose de que la Black aun no despertara, y siguiendo el protocoló tras la cortina, se dispuso a desvestir a Perseus; Dalit había perdido la cuenta de cuantos magos y brujas del pueblo que había visto sin ropa, y no es que fuese malo pero a veces era incomodo.

     

    La mortifaga limpió y desinfectó cada una de las heridas del chico, pudo haber hecho un poco sobre sus heridas, pero no tenía el tiempo suficiente para tomar el camino más largo para la resurrección.

     

    --Con esto tus heridas sanaran. -- tomó la esencia de Murtlap y la vertió dentro de la garganta del castaño.

     

    --Y con esta otra, volverás a la diversión. – comentó nuevamente vertiendo una segunda esencia de color negro, que le devolvería la vida.

     

    Las esencias empezaron hacer su trabajo en un abrir y cerrar de ojos, las heridas sangrantes del cuerpo de Perseus empezaron a cerrarse de adentro hacia afuera, y aquella mágica curación era dolorosa, por eso siempre la utilizaba antes de revivir a sus pacientes; y la segunda esencia le devolvería la vida en cuestión de minutos, lo que le recordó a la hermosa irlandesa que Marissa aun no despertaba, y quizás debía obligarla a volver.

     

    Perseus tendría la libertad de revivir en el momento que su alma volviera a su cuerpo, mientras eso pasaba, la mortifaga cubrió el cuerpo desnudo del castaño, y espero que cualquiera de los dos pacientes despertara para darles el alta.

  10. Mekare Dalit Ryddleturn.

    En la cafetería con Ángel.

    Las palabras de Ángel hicieron que Mekare chocara bruscamente con la realidad luego de estar perdida entre un mar de pensamientos; y cuando la mortifaga se levanto para recibir con serenidad a la rubia, la alarma de shock titileo al fondo del pasillo, indicándole a la joven demonio que habían nuevos pacientes esperando por ella.

     

    --¿Podrías esperarme un poco?...-- Preguntó la pelirroja luego de depositar un cálido beso en la mejilla de su sobrina.

    --Tengo una emergencia…-- dijo al mismo tiempo que señalaba con un gesto el repetitivo titileo de la lámpara de su planta y se alejaba caminando por los pasillos casi corriendo, con dirección a la planta de neutrales, en donde seguramente ya algún herido o muerto le esperaba.

     

    Quinta planta - Primer rol: Atendiendo a Marissa Crowley.

    --Lo siento por hacerte esperar.-- Apareció hablando sola la joven pelirroja, dirigiéndose al cuerpo sin vida de una delgada mujer, que permanecía sin vida sobre una de las camillas vacías de la quinta planta.

     

    --¿Qué te hicieron?.—Preguntó sin esperar ningún tipo de respuesta.—Venga que lo arreglaremos pronto, tengo una taza de café que me espera.—Volvió a hablar al mismo tiempo que empujaba la camilla contra la puerta, que permitía la entrada a una de las salas de resurrecciones, en donde solo el personal autorizado podría entrar.

     

    Dalit no perdió tiempo alguno y empezó con el chequeo general, verificando que aparte de sus heridas externas no hubiese algún otro problema que con el tiempo hiciera que la Black sufriera de efectos secundarios.

     

    —Debo quitarte…--intentó explicarle lo que haría a el cuerpo sin vida de la joven rubia, pero sacudió la cabeza y se dijo así misma que la chica estaba muerta, que nunca le responderían, y si alguna vez lo hicieran moriría de un infarto al miocardio.

    Desnudo a la pálida chica que reposaba frente a sus orbes color esmeralda, y con ayuda de su varita empezó a lavar su cuerpo entero; sus heridas pronto estaban limpias y visibles, al igual que un par de raspones.

     

    --Venga con esto volverás a la vida…--Comentó mientras tomaba un par de frascos con pociones de color negro y las vertía dentro de la boca de Marissa, con eso resucitaría en cuestión de minutos, y mientras eso sucedía la pelirroja dejaba de lado los frasquitos, tomaba nuevamente su varita y pensaba en un par de Episkeys; con eso sería suficiente para que las heridas de la mortifaga cerraran.

     

    Pronto la rubia despertaría, así que la pelirroja tapo su cuerpo con una sábana blanca que estaba a su izquierda y se puso a buscar un par de pociones más que debería tomar su paciente luego de volver a la vida.

  11. Mekare Dalit Ryddleturn.

    Saliendo de la quinta planta – Esperando a Ángel en la cafetería.

     

    --¡Perdón, perdón!—Un mago se disculpo con la pelirroja mientras que lograba ponerla de pie, sujetándole de los brazos, cuando la mortifaga se balanceo un poco mientras intentaba recobrar el equilibrio.

     

    --¡Venga pero casi me matas!.—gruñó Mekare fulminándolo con la mirada, pues no sabía si era un paciente o no, pero él la había tirado al sueño al chocar con ella.

     

    El mago intento disculparse de las mil maneras posibles, pero la mortifaga rechazo sus disculpas y siguió caminando hasta la entrada de la cafetería en donde se vería con su sobrina Ángel. Visualizo una de las mesas vacías al final de la cafetería, desde ese espacio vería estratégicamente quien entraba y salía de la cafetería, así lograría ver cuando su sobrina entrara.

     

    --Hola, galletas y café suave.—Le pidió a una chica que intento saludarle con el cordial monologo de siempre.

    Dalit sentía como su estomago serpenteaba, y aunque no tenía hambre, parecía que la ansiedad por la cafeína le ganaba la batalla; la chica que le atendió agito la cabeza asertivamente y se retiro.

     

    La mortifaga tomo una larga bocanada de aire, mientras escribía una pequeña nota para su sobrina, para que lograra enterarse que la pelirroja ya estaba esperándola.

     

    Querida Ángel, no sé si estas desocupada, pero estoy sentada sola en la cafetería, y ya sabes lo que opino de la soledad, te espero con ansias.

     

    Posdata: El café se enfria.

     

    Att: Mekare.

     

     

    Termino de escribir y empezó hacer elaborados doblez en el pergamino, hasta que el mismo definió su forma en un avión; la sanadora lo miro durante unos segundos y dejo que este escapara de sus manos, ayudado por un pequeño soplido de los labios de la pelirroja.

  12. Mekare Dalit Ryddleturn.

    Quinta planta – Descansando dentro de la oficina.

     

    El asesinato de la pelirroja ya no le afectaba, había descansado unas cuantas horas y eso le había servido para recuperarse de los efectos secundarios de las pociones que le había dado su madre. El día había estado bastante flojo, o eso era lo que creía la demonio luego de estar varias horas dentro de su despacho descansado.

     

    --Bendito hombre... – gruñó la mortifaga mientras sacudía su cabeza de un lado a otro.

     

    --Sal de mi cabeza... – hizo varios movimientos bruscos con la palma de sus manos sobre su frente.

     

    Dalit no era un mujer de enamorarse, pues su corazón estaba lleno de los profundos recuerdos de su difunto marido, pero era terriblemente caprichosa y obsesiva cuando un hombre le gustaba; aunque también le pasaban con algunas mujeres del pueblo.

     

    --No tienes remedio, te has involucrado demasiado.—dijo reclamándose así misma, mientras que por su cabeza se paseaba la idea de explicarle toda la situación a su madre.

     

    --Seguro me asesinara.—sentenció.

     

    Lyra debía enterarse de todo el desastre que había hecho con su sobrino, pero no sería fácil explicarle sin detalles que ya tenía dos hijas con uno de sus familiares, lo único que le tranquilizaba es que no llevaban lazos de sangre.

     

    —Será luego, por ahora intentare alejarme de él.—se dijo así misma, mientras se levantaba de la camilla en donde reposaba, y camino hasta la puerta, con la única intensión de recrear su vista con los magos y brujas que se paseaban por el pasillo.

     

    Esperaba que su madre apareciera y cumpliera con la promesa de darle un recorrido por su planta, y terminara de explicarle todo lo que debía hacer dentro de la misma.

  13. Mekare Dalit Ryddleturn.

    Tercer rol: Quinta planta – recibiendo la alta, por parte de Lyra.

     

    Mekare sonrió con desdén, pues aun podía sentir el amargo sabor del líquido que le había devuelto la vida minutos antes; Lyra tenía razón, ya no le regañaría.

     

    —No intente suicidarme, yo solo estaba allí, y sin aviso me mataron... –susurró la pelirroja intentando aclarar lo que había pasado. Dalit guardo en silencio mientras recibía todo lo que su madre le daba, no dudo en obedecerla, pues sabía que la minina le encantaba dar crudas pociones de mal sabor, y esta vez ella había salido bien librada de eso.

     

    El rostro de la pelirroja se volvió rojo, al mismo tiempo que escuchaba los comentarios sobre el fantasma que le acompaño durante todo el tiempo que estuvo sin vida.—Pues no logro recordarlo con claridad.

     

    Fingió demencia la demonio, pues aun no estaba preparada para decirle a su madre que Kritzai era el que le acompañaba, y ella aunque lo intentaba, siempre terminaba junto a él.—Gracias por los consejos madre, gracias por revivirme.

     

    Dalit sonaba agradecida y aun un poco aturdida tomo el pergamino de las manos de Katara, e intento explicarle el lugar exacto en donde le habían atacado.—Venga que estaba en el Edificio Loveless, en plena cena familiar y de pronto de la nada... – se levantó. – Me avisaron que debían llevarme, y cuando intente responder me atacaron, y yo no pude defenderme.

     

    La Ryddleturn suspiro, aquello no había sido tan malo, después de todo aun su perfil estaba en secreto y nadie podía demostrarle que ella era mortifaga nuevamente.

     

    --Gracias nuevamente madre... – repitió la pelirroja mientras escuchaba como la alarma de shock anunciaba que había más trabajo en puerta, la mortifaga sonrió y tomándose muy enserio el consejo de su madre camino con lentitud hasta su despacho nuevamente, e intentaría descansar un poco mas antes de empezar a trabajar.

     

    Atravesó la puerta de su despacho nuevamente mientras recordaba el rostro traslúcido de Kritzai, definitivamente aunque ya no eran más que familia, el seguía siendo importante para ella.

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  14. Mekare Dalit Ryddleturn.

    Segundo Rol: Quinta Planta – revivida por Lyra.

    Y de fondo la alarma con cinco minutos de retraso sonó para alertar a los presentes en la quinta planta, que había un nuevo cuerpo esperando por ser atendido; y Lyra apareció rápidamente para atender a su propia hija.

     

    --Madre, no sé cómo paso... – El espíritu de la pelirroja agitó violentamente los brazos en un gesto de desesperación, e intento explicarle todo lo que había sucedido a su madre, pero esta no la escuchaba, Dalit había olvidado que estaba muerta.

     

    --¡Maldición!...—gruñó al aire mientras miraba como su madre le desnudaba y buscaba alguna herida grave.

     

    --No, no solo me envenenaron... – volvió a explicarle sin sentido alguno, solo perdía su tiempo, pues Lyra no le escucharía.

    Dalit miro durante varios minutos su cuerpo, mientras silenciosamente inclino su cabeza hacia un lado, dejando que su rojizo cabello cayera en frente de un ojo, al mismo tiempo que curioseaba cada facción de su hermoso rostro.

     

    --¿Para qué reclamas algo que está perdido?.— Preguntó a su madre, mientras esta discutía con Kritzai.—Él ya vio todo lo que era necesario ver, no por nada tenemos dos hijas.—Mekare sonrió, y luego de eso, un brillo de culpabilidad se cruzo por su rostro al recordar que la relación que había tenido con Demian era prohibida.

     

    Cuando la esencia dio calor al cuerpo frio de la pelirroja, los latidos de su corazón retumbaron como truenos en la habitación, y con el primer golpe en su pecho el espíritu de la demonio volvió a su lugar, haciendo que sus ojos se abrieran al primer contacto con la vida.

     

    --¿Kritzai?... – su lengua hurgo, como si hubiese olvidado cómo hablar correctamente; mojo sus labios secos, mientras el frió de la sala le quemaba la piel.

     

    Su corazón sanaba a un ritmo errático en sus oídos, mientras su cuerpo se forzaba hacia adelante, su visión aun era borrosa y su pecho se sentía apretado, así que jadeo por aire mientras se rendía sobre la camilla al ver que no tenia control sobre su cuerpo.

     

    --Me hubiese quedado muerta... –la Ryddleturn se quejó por todos los malestares que sentía en su cuerpo.

     

    Dalit levanto su cabeza para mirar a su madre. Ella la miraba y su expresión era dulce, Mekare cerró sus ojos y se inclino hacia ella logrando sentarse sobre la camilla, mientras intentaba recobrar el equilibrio perdido.

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  15. Mekare Dalit Ryddleturn.

    Encontrándose con Kritzai.

     

    Dalit estaba tan aterrada con la idea de verse allí muerta, tanta era su impresión que no logro divisar a un joven castaño que curioseaba su frió cuerpo, para cuando noto su presencia era lo suficientemente tarde como para reaccionar de una manera agradable, y aunque ya estaba muerta, su espíritu logro asustarse cuando logro sentir la presencia del espíritu de su compañero.

     

    Mekare no tenia corazón en ese momento, pero sintió como si su corazón se estampara contra el piso al ver de frente a Demian.

     

    --¿Qué haces aquí?...- Pregunto con un poco de duda, pues no sabía si él podía escucharle, era la primera vez que ella estaba en ese situación y no tenía claro si Kritzai estaba a su lado, o solo era parte de sus deseos de no estar sola después de muerta.

     

    --No sé si logras escucharme, pero gracias por estar aquí... – le agradeció al mismo tiempo que sentía como el vació en su traslucido e ignorado espíritu se hacía más grande, se volvió hasta su cuerpo sin vida y espero que alguien viniera a revivirla.

     

    La melancolía hizo de las suyas en ese instante, pues la pelirroja se lleno de odio y resentimiento al ver como había sido víctima de la situación, al menos su cuerpo había quedado intacto, y eso lo hacía menos dramático.

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  16. Mekare Dalit Ryddleturn.

    Primer Rol: Quinta planta – Sin mascara.

     

    ¿Que era más ridículo que morir sin ni siquiera haber dado batalla por sobrevivir?...

     

    Definitivamente nada, pues allí estaba el cuerpo sin vida de Mekare. Había sido atacada por dos personajes luminosos en el edificio Loveless, mientras intentaba cenar con su nueva familia. Y penosa era la situación, pues habían llegado a la demonio acusándola de ser mortifaga, y ella por guardar su perfil no dio lucha para evitar que la asesinaran.

     

    El cuerpo de la pelirroja no tenía ninguna herida de gran magnitud, simplemente llego con varias cuerdas que sostenían sus manos, pies y garganta.

     

    Y en su pecho, justo en el medio había un hematoma cianótico provocado por la picadura de un escorpión, que había hecho que su sangre dejara de circular por su cuerpo, abriéndole paso al fugaz veneno que logro detener su corazón.

     

    --Con errores, pero estoy muerta... –musito con desdén mirando desde lejos su cuerpo. Su espíritu seguía sorprendido por lo que miraba, pues estaba acostumbrada a ver a los demás en ese lugar, más no a ella misma.

  17. · Mekare Dalit Ryddleturn – Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales)

     

    · Despidiéndome de Arya.y yendo al despacho.

     

    Dalit sonrió al ver que la chica resistiría las dolores como consecuencia de sus actos, sintió el sorpresivo abrazo que le dio su paciente, y luego de que la misma se separara de ella, percibió en el aire un aroma a flores a manera de agradecimiento.

     

    La sanadora dejo un adiós en el aire y tomando los frascos vacios pego un grito desde el fondo de la sala en donde había atendido a la Lockhart.--¡Alguien que limpie!...—exclamó tirando los frascos y el resto de instrumentos utilizados en una bolsa, al mismo tiempo que salía de la sala mirando asqueada su bata llena de sangre.

     

    --Debo ser más cuidadosa, suerte que tengo otra bata por allí…--comento mientras caminaba hasta su despacho y buscaba entre sus cosas una bata limpia y perfumada.

     

    Dalit había perdido el rastro de su madre, pero luego le buscaría, por ahora solo se dedicaría a descansar unos minutos sobre la cómoda silla de su escritorio. Sus pies parecían hinchados, al igual que su garganta, definitivamente el estrés y un posible resfriado se implantaba en su cuerpo.

  18. Mekare Dalit Ryddleturn – Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales)

     

    · Segundo rol: Con Arya, volviendo a la vida y despachándola.

     

     

    e.e Arya y su drama.

     

    Mekare se había quedado en silencio un largo rato, Arya había durado bastante tiempo en regresar y ya estaba preparando su varita para revivirla como a la antigua, pero cuando se incorporo sobre sus pies y rozo su diestra sobre la punta de su varita vio como su paciente despertaba.

     

    Dalit sonrió con cautela y escuchando como se quejaba del sabor de las esencias, intento explicarle que con el tiempo alguien les daría mejor sabor; pero debía preparar el pergamino que en el que decía que la pelirroja podía salir del hospital sana y salva.

     

    --Venga aquí estoy…--respondió a los comentarios de Arya sin mirarla.—No te levantes, ya voy para allá.—Indicó mientras plasmaba un garabato sobre el papel, era su firma, pero eso parecía un garabato.

     

    La ojiesmeralda arrastró el papel sobre su mano izquierda al mismo tiempo que volvía hasta su paciente y le estiraba su mano diestra para que pudiera incorporarse poco a poco. Mekare ya había entendido porque Lyra era tan delicada con sus pacientes, ellos estaban tan débiles y tan delicados que solo nosotras podíamos cuidar de ellos mientras recuperaban sus fuerzas.

     

    --Hola, mi nombre es Mekare Ryddleturn…--se presento al mismo tiempo que ponía el pergamino a un lado de la pelirroja.—y de nada.

     

    —Con eso te puedes irte, y con aquello…--señaló un cambio de ropa que estaba sobre una silla.—puedes vestirte, aunque si desear irte así puedes hacerlo también; igual no es que has llegado muy vestida.—la miró de frente y bromeó un poco.

     

    La demonio llevo sus manos hasta la frente de la chica intentando medir su temperatura, y luego bajo sus dedos índice se dispuso a chequear la expansión de sus arterias; hundió suavemente sus dedos sobre su arteria radial y espero unos segundos al mismo tiempo que miraba su reloj.

     

    –-Todo está bajo control, ¿quieres que te de algo para esa cefalea?.—ofreció al mismo tiempo que estiraba sus brazos hasta la silla que estaba a su lado y le colocaba la muda de ropa sobre las piernas de su paciente; no es que la estaba corriendo, ni nada menos, si no que el olor a sangre impregnado en su ropa ya estaba logrando que la pelirroja sintiera asco de sí misma.

     

    --¿Supongo que también entregabas invitaciones, no?...--arqueo la ceja recodando todo lo que su antigua paciente le había comentado unas horas antes de que terminara de atender a Arya; Dalit quedo en silencio esperando una respuesta, y sobretodo llenándose de curiosidad por saber que motifagos eran; ella ya no era mortifaga pero aun seguía teniendo la misma pasión por sus ideales.

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  19. Mekare Dalit Ryddleturn – Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales)

     

    • Dejando a Bínfeyd en la sala y atendiendo a Arya.

     

    • Primer Rol.

     

    Dalit aun no había salido de un paciente para entrar a otro, la alarma volvió a sonar y la pelirroja miro como Bínfeyd se levantaba y tomaba entre sus manos el pequeño frasquito; Mekare salió de aquella habitación sin preocuparse por si la castaña se había tomado o no aquella poción, después de todo ella estaba fuera de peligro y solo era para prevenir.

     

    No se despidió ni nada, y esperaba que la muchacha comprendiera que no era mala educación, si no que no tenía tiempo para cordialidades. Aun con su bata llena de sangre se acerco hasta la nueva paciente y la miro con serenidad, a esta mujer si la conocía, al menos de vista.

     

    --Arya, ¿pero que te ha pasado?...—pregunto al aire, Dalit tenía sus sospechas de lo que había pasado, pero su trabajo era revivirla mas no saber que le había ocurrido; así que arrastro la camilla hasta otra sala recién limpia, muy parecida a la otra, solo que esta era más pequeña y con la luz menos fuerte.

     

    --Que desperdicio verdad…-- comento cerrando las puertas de sala.—Ya me acostumbrare a verlos así, fríos y sin vida.—Dalit tomo una tijera y termino de rasgar el vestido floreado que tapaba la figura de la pelirroja.

     

    La demonio tiro los pedazos de tela dentro de una bolsa cercana y arreglo sobre un espacio vacío que tenía la camilla, varios frascos, uno con un líquido amarillo que era Esencia de Murtlap, y otro con Díctamo.

     

    --Vamos a limpiar un poco aquí…--señalo con su varita las heridas profundas en su pecho, y con ayuda de un agua que salía de su varita de nogal, el cuerpo de la paliducha muchacha mostró con claridad todas las heridas de su cuerpo.

     

    —Venga hagamos esto rápido…--tomo con su mano izquierda la mandíbula de la pelirroja y vertió al fondo de su garganta una poción que le regalaría la vida de nuevo, tomo las otras dos pociones e hizo lo mismo pero esta vez sobre sus heridas; Arya reviviría en cuestión de minutos así que la demonio tomo su varita y pensó.

     

    --¡Episkey!...—Los enormes rasguños su rostro se cerraron apenas la magia toco su tez pálida, y con eso sería suficiente para que ella estuviera sana nuevamente. Dalit resoplo en un gesto de cansancio al mismo tiempo que tomaba una sabana de las vitrinas y se la colocaba sobre el cuerpo desnudo de la chica.

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  20. Mekare Dalit Ryddleturn – Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales)

     

    · Dando de alta a Bínfeyd.

     

     

    La mirada esmeralda de la pelirroja se paseo por última vez por el cuerpo de su paciente y mientras tomaba nuevamente su varita y pensó.--¡Episkey!, ¡Episkey!..—Algunos rasguños sobre su piel se cerraron, y con ello la demonio había culminado con la curación exterior del cuerpo de su paciente.

     

    --Bienvenida, no te levantes e intenta relajarte…--comento rápidamente cuando noto que había vuelto a la vida; puso su diestra sobre el pecho de la Evans, dejando que un poco de su peso se inclinara sobre ella, aunque no era mucho, era suficiente para que esta no se moviera hasta que lograra retomar el control de su cuerpo.

     

    Dalit la miraba serena, mientras curioseaba el rostro de su paciente, tenía pestañas grandes y parecía ser una muchacha tranquila; pero seguramente había estado en el lugar menos indicado para haber terminado muerta y casi mutilada.

     

    --¿Recuerdas algo de lo que paso?, ¿Quién te ataco?, ¿en dónde estabas?.—La lleno de preguntas, y aunque no era porque le interesaba lo que le había pasado, debía preguntar porque era parte del protocolo.

     

    —Venga te ayudo a sentarte.—le ayudo a incorporarse y luego se alejo de ella.

     

    --Bonita flor…--comento mientras le daba la vuelta por detrás a Bínfeyd, y logro divisar tras su hombro un colorido tatuaje, que aun estaba manchado de sangre.

     

    —¿Te sientes bien?, has llegado aquí muy mal, pero si sientes dolor en alguna parte avísame.— sonrió la pelirroja mientras hacia las preguntas protocolares después de una consulta.

     

    Un pergamino se materializo sobre la palma de la mano derecha de la pelirroja, al mismo tiempo que giraba sobre sus pies y le daba la espalda a la castaña. Aparentemente todo había salido bien, y la Evans no tenía ninguna cicatriz o herida grave en su cuerpo, solo por esa vez había corrido con suerte, quizás en la próxima la pelirroja no lograría curarla a la perfección como lo había hecho en esa oportunidad.

     

    --Aquí tienes, con esto puedes irte…--Hablo con suavidad mientras firmaba el pergamino que reposaba sobre una mesita libre que estaba en la sala.

     

    Dalit dejaría ir a la mujer apenas le facilitara la información que necesitaba, pero si no lo hacía debía quedarse ahí hasta que la pelirroja lo viera necesario; aunque por su mente se paseaba la idea de dejarla un tiempo en observación, después de todo había llegado en muy malas condiciones.

     

    --¡Casi lo olvidaba!...—exclamo la pelirroja tomando un frasquito de su bolsillo izquierdo.—Debes tomarte esta poción, has perdido mucha sangre y con esto no tendrás una hipovolemia.—Le entrego el pequeño frasco y le indico con su dedo índice, que sobre una banqueta, al lado de la camilla estaba ropa nueva que podría usar.

     

    La Ryddleturn había hablado demasiado, así que apenas noto eso cerro sus labios y no dejo escapar ni una palabra más, se alejo un poco de la paciente y le dio espacio para que se vistiera para que se fuera.

  21. Mekare Dalit Ryddleturn – Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales)

     

    · Segundo Rol: Reviviendo a Bínfeyd.

     

    La pelirroja se paro frente a una pequeña vitrina que guardaba con recelo varios frasquitos con diferentes nombres, la mirada esmeralda de la Ryddleturn se paseaba por cada uno de ellos, intentando encontrar algo que le ayudara.

     

    --“Raíces de valeriana”, “judías”…--leía en un susurro cada palabra que estaba marcada en los francos, y luego de una rápida búsqueda, tomo un poco una pasta naranja (Ungüento) que le ayudaría a curar las quemadoras de los brazos de su paciente.

     

    --Con esto, mas esto…--se volvió hasta la castaña y levanto un par de frascos que tenía en sus manos, como si estuviese mostrándoselos.— volverás a estar entre los vivos.

     

    Mekare guardo silencio nuevamente mientras tomaba la pasta naranja y la untaba sobre la piel de la joven muchacha, mientras entre su inquieta cabeza era invadida por pensamientos irónicos y divertidos; pues segundos antes estaba hablando con una chica muerta, y eso le causaba risa.

     

    Y de momento la calma tenebrosa de aquella sala se acabo, y el cuerpo de la pelirroja empezó a sentir como su piel se erizaba; La Ryddleturn estaba segura que Bínfeyd estaba presente, y desde ese momento dejo de sentirse sola. Se incorporo solo cuando vio como todo el cuerpo de su paciente se curó por completo llevo sus dedos hasta el rostro de la castaña y vertió sobre su lengua el vital líquido que le devolvería la vida.

     

    --Listo, pero si te levantas de un solo golpe…--le hablo la pelirroja al cuerpo de la Evans.—te dejare caer…--Bromeo mientras tomaba una sabana sintética que estaba a su lado y la coloco sobre el cuerpo desnudo de la mujer que pronto reviviría.

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  22. Mekare Dalit Ryddleturn – Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales).

     

     

    Con Lyra mientras atiende a Kirara.

     

    Mekare se sentía confundida mientras miraba y escuchaba con atención todo lo que decía su madre, y aunque no era nada difícil lo que hacía, se le hacía incomodo trabajar bajo presión, por eso quizás casi nunca busco trabajo como duende o algo por el estilo, era demasiada responsabilidad y poca paga.

     

    Dalit guardo silencio mientras Kirara pasaba de estar muerta a viva, y Lyra tenía razón, Mekare lograba sentir con fuerza y desespero el espíritu de aquella chica, pero todo eso desapareció apenas ella abrió los ojos y pregunto confundida quienes eran.

     

    --Venga ya entendí…--mintió, la pelirroja había entendido la mitad de todas las cosas que hacia Lyra. Su madre era muy cariñosa y cuidadosa con sus pacientes, y Dalit no estaba acostumbrada a eso, ella era como una máquina que solo hacia su trabajo solo por inercia.

     

    —Parece que aquí viene otra…--comento mientras escuchaba de fondo el aviso de que alguien aparecería muerto o gravemente herido. Pero en este caso eran las dos cosas, el cuerpo irreconocible no solo estaba muerto, si no completamente desfigurado, seguramente había sido atacado por algo más que un simple hechizo.

     

    Primer rol: Atendiendo a Bínfeyd Evans.

     

     

    Mekare tomo la iniciativa y haciendo atrás sus nervios apresuro sus pasos hasta lo que parecía un cuerpo mutilado; definitivamente no sabría por donde comenzar así que la pelirroja llevo sus manos hasta la camilla y la arrastro hasta una de las salas vacías, cerró la puerta y llenando sus pulmones aire dijo.

     

    --Venga, no soy sutil, pero creo que podemos arreglarte…--Quito los trozos de ropa que aun se quedaban pegados a su cuerpo y cuando se deshizo de ellas, tomo su varita de nogal y con ella empezó a limpiar el cuerpo mutilado con agua, las heridas cada vez se veían más claras y profundas.

     

    Dalit dejo a un lado su varita y tomo de uno de los bolsillos de su bata un frasquito transparente, lo destapo y vertió sobre sus heridas algunos hilos de Murtlap; con esta poción las heridas menos profundas se calmarían y cerrarían.

     

    La pelirroja no lograba sentir el espíritu de la pobre muchacha, pero estaba intentando ser lo más dulce y paciente con su cuerpo tal cual como lo había recomendado Lyra.—Con esta cerraran las más profundas..—hablo el cuerpo sin vida mientras sacaba otro frasquito de su bolsillo y lo vaciaba sobre el pecho de la Evans, el Díctamo evitaría que el cuerpo de la joven perdiera más sangre.

     

    Y cuando sus heridas empezaron a cerrarse, su cuerpo comenzó a tomar forma, y con ello el rostro de la Evans se rebeló y la pelirroja sonrió, no la conocía claramente, pero le alegraba que al menos su cuerpo volviera a su forma natural.

     

    --Ahora buscare las otras pociones…

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  23. Mekare Dalit Ryddleturn – Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales).

     

    De nuevo con Lyra.

     

    El despacho había quedado en perfecto estado, la verdad la pelirroja no había hecho mucho, todo dentro de aquel lugar estaba perfectamente ordenado y limpio; pero la demonio amaba ponerle el toque personal a las cosas.

     

    --Puede pasar…--hablo de repente al escuchar un suave toque en ella, y sin volverse hacia ella dejo que la visita se adentrara al despacho. En otras circunstancias ella misma hubiese abierto la puerta, pero suponía que era su madre que había vuelto a ella.

     

    Y así fue. Lyra entro explicando su motivo con serenidad, y ofreciéndole a la ojiesmeralda dar un paseo por la planta; Mekare sonrió y volviéndose hacia su madre le contesto de manera serena, dando un par de pasos hasta ella.

     

    —Tranquila madre, entiendo que cosas como esta no pasan siempre…--dijo mientras recordaba que días anteriores tuvo que salir de su antigua planta para revivirla, y el simple recuerdo hizo que su corazón se acongojara y se sintiera traicionado por los recuerdos.

     

    --Vamos entonces—siseó guindándose del brazo de su madre.—lo tomare como un paseo, gracias por ayudarme, mis cambios en el hospital han sido muy bruscos, y necesito ayuda.

     

    Mekare frente a su madre se volvía tierna y dócil, nada que ver con aquella mujer malhumorada y de carácter frió. Lyra tenía esa virtud de caerle bien a casi todos, y la suerte de que todos sus hijos le amaran con locura; así como lo hacía Lionel, que casi siempre moría de celos por cualquiera que viera a su madre.

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  24. .-.

     

    Bueno vengo a darles la penosa noticia que debo cambiar de familia, porque?, porque necesito que me presenten atención xD?, no la verdad es que me invitaron a otro lado y me iré para allá, pero déjenme como amiga de la familia ? <3 y en algún momento me pasare a rolear.

     

    En realidad esperare a que ustedes se pasen vagos!, los quiero un beso.

     

     

    *lo besuquea a todos* :D

  25. Mekare Dalit Ryddleturn – Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales).

     

     

    · Con Lyra, al mismo tiempo que llegan los pacientes.

     

    --¡Caramba!...—pego un gritillo. Mekare logro asustarse lo suficiente, como para sentir que su corazón temblaba bajo su pecho, ella pensaba que nadie notaria su presencia en la planta, así que no esperaba visitas.

     

    --Me has pegado el susto de mi vida…--respondió agitada la pelirroja mientras miraba de frente a su madre, intento decir algo más, pero los gritillos de una elfina interrumpió el momento en que la Ryddleturn podía defenderse de aquel susto.

    De pronto y como pocas veces la planta se aglomero con el frió caos, una elfina gritando por ayuda y más atrás parecía que el cuerpo de otro mago venia necesitando que le resucitaran.

     

    —Definitivamente esta planta es distinta a la otra…--dijo mientras se asomaba por el pasillo y veía como su madre se alejaba.

     

    Mekare llevo sus hombros hasta atrás y aun sintiendo el cansancio en la punta de su espina dorsal, volvió a su despacho y se dedico a acomodar cada frasquito en un vitrina de vidrio que adornaba su sitio de trabajo; en realidad no tenía nada nuevo, un escritorio amplio, un par de sillas de lado y una enorme ventana que le daba luz natural a todo el lugar.

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