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Anton Evans

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Mensajes publicados por Anton Evans

  1. - Pero que dem…- exclamé al morderme la lengua debido a que mi bocado había desaparecido junto con el resto de la comida. Gracias al sobresalto de la situación tanto el elfo como yo nos pusimos en pie de inmediato. Al mismo tiempo que la criatura con un nervioso movimiento volcó el vaso con jugo haciendo que se derramara por toda la mesa hasta llegar a mis zapatos.

     

    Ya fuera porque Bel al igual que yo tenía la capacidad de leer o porque en verdad todas las cosas que pasaban por mi mente se reflejaban en mi rostro, pero sin duda que la directora de El profeta podría notar esas emociones en mí. Frustración por mi ropa mojada, coraje porque mi estomago seguía casi vacío aun, dolor por la mordida en mi lengua y sobre todo impaciencia por todo lo que tenia que estar escuchando.

     

    - Te ausentas casi todo el mes! no entre…-

     

    <<- Rayos, mis zapatos se mojaron.>>-

     

    - Vienes de un día para otro, co …-

     

    <<- Y son de terciopelo, ¿Cómo los voy a limpiar?>>

     

    - COMER TODO LO QUE QUIERAS?!?!?!?!?!

     

    <<- y la capa también se man…>> comer todo lo que quiera?, no estaría mal eso, ya que alguien… hizo que mi desayuno desapareciera- Sentencié acentuando un poco mas aquella ultima frase.

     

    Sin hacer caso a mis palabras ella siguió con su discurso.

     

    - Crees que todo es gratis? y que solo llegaras, ordenaras y listo? si quiera me traes un reporte! no asistes a las mil veces que te pedí que pasaras por mi oficina!

     

    - Talvez deberías hablar un poco mas bajo- Interrumpí tranquilamente para después continuar en un susurro muy a penas audible- Hay niños presentes en el edificio… ¿No querrás dar una mala imagen a las futuras generaciones de reporteros o si?, alguno de ellos podría trabajar para ti algún día- Y nuevamente desvié la atención de Bel buscando algo que pudiera ayudarme a secar mis zapatos y mi capa mientras me sentaba en la confortable silla.

     

    - De parte de Lyra!...- El resto no lo escuche.

     

    - Oh gracias, que considerada es- y tomando el pergamino que estaba en las manos de bel comencé a pasarlo por el área húmeda de mi capa.- <<Espero que esto funcione o tendré que usar los demás citatorios que me envió Bel… al menos así no podrá decir que no hago uso de ellos>>

     

    - Por cierto- Atajé a Bel que en ese momento salía de la oficina- ¿Tiene alguna asignación para mí directora? ¿O solo debo hacer lo que indique esta cosa?- Pregunté gentilmente mientras levantaba el pergamino húmedo y arrugado al tiempo que volteaba la cabeza hacia él para mirarlo- Si es que logro entender lo que dice porque si que se mojo bastante con el jugo.

     

     

     

     

     

  2. Un nuevo día daba comienzo y debía ir a trabajar… mas me valía hacerlo de inmediato o Bel me correría y de alguna manera debía cubrir todos mis gastos y necesidades. Cubrir todas ellas de las arcas de la familia Evans ya no era una opción para mi.

     

    Recorría las calles de la ciudad con toda calma y sin ninguna preocupación. Transeúntes y peatones se cruzaban por mi camino; algunos con un andar acelerado y con miles de cosas en la mente, algunos otros parecían mas sernos y tranquilos. Yo por mí parte solo pensaba en que cosa podría desayunar en aquel momento.

     

    Una dona de azúcar y una gran taza de cualquier bebida que estuviera caliente podría bastar, pero ya que por el momento mis bolsillos se encontraban completamente vacios, mi estomago tendría que ser solidario con ellos y mantenerse de la misma manera. No importaba, ya vería la manera de encontrar comida gratis al llegar a la oficina.

     

    - Buenos días, ¿Cómo amaneciste?- Saludé alegremente a la guapa recepcionista a quien me encantaba sonrojar por medio de mis halagos por la simple diversión de ver que tan nerviosa se llegaba a poner en tal situación.

     

    - Aunque claro, es ridíc*** preguntar algo así, cuando es evidente que amaneciste mas guapa que de costumbre- Continué coquetamente mientras me recargaba sobre el mostrador tras el cual aquella agradable hechicera desempeñaba sus funciones.

     

    Sin poder disimular con gran éxito lo sonrojado de sus mejillas, la chica respondió algo a lo que no entendí con claridad ni le presté gran atención.

     

    - Por cierto, se me olvidaba- Exclamé con un falso tono de asombro, como si hubiera recordado algo importante- Bel me pidió que le enviaras un gran plato con dos huevos fritos, acompañados de tocino y un poco de pan, además un vaso grande de jugo de naranja y una copa de fresas con crema. Todo eso hay que enviarlo a mi cubíc***. Al parecer se reunirá ahí conmigo; probablemente me quiera decir algo mientras desayuna.- Agregué al final como escusa por la indicación tan extraña.

     

    Sin perder detalle de l que había pedido, la bruja escribió todo con gran eficiencia y me aseguro que en unos minutos haría llegar todo a mi pequeña área de trabajo.

     

    Tomé el ascensor para llegar al piso donde todos los reporteros se ocupaban de sus asuntos. Con toda tranquilidad recorrí el pasillo por el cual una especie de familia o algo parecido se encontraba reunida conversando muy amenamente. Hubiera sido cortes y amigable acercarme al menos un poco y saludar a los presentes. Pero ser muy considerado de las personas no era algo que me interesara gran cosa, sobre todo últimamente.

     

    Sin prestar mayor importancia me alejé de donde se encontraban aquellas personas y me dirigí a mi escritorio donde una gran pila de papeles me esperaban como si de una bienvenida se tratará. Al comenzar a leerlos me di cuanta que en su mayoría eran memos amenazadores por no presentarme a trabajar; por suerte ya me encontraba en el lugar así que no podrían decirme nada por no haberme presentado días atrás… << ¿O si podrían? >> reconsideré por un segundo.

     

    En fin, no había otra mas que esperar que no me maltrataran bastante. Justo en el momento en que terminaba de quitar todos los papeles que había sobre el escritorio, una bandeja de plata con un desayuno bastante completo apareció flotando por el aire. Al tomarla para ponerla sobre la mesa me di cuenta que en realidad era un pequeño y huesudo elfo quien gentilmente llevó lo que había pedido.

     

    - Gracias amiguillo, que amable eres-.

     

    - No hay de que, es un placer servirle- Respondió cortésmente.

     

    - De acuerdo, pero por favor no me hables de usted; es mas por favor siéntate y acompáñame a comer. -Con una expresión de sorpresa el elfo accedió a tomar asiento en la silla que había disponible al otro lado del escritorio.

     

    - Pero eso es para la señorita Be…

    - Tu no te preocupes- Lo interrumpí con la boca ya llena de comida- Si nos llega a decir algo diremos que otro de los reporteros vi su almuerzo y se lo comió- Dije aguantándome la risa de pensar simplemente en la situación.

     

    Con un movimiento de mi varita un vaso mas se apareció entre nosotros y comenzó a llenarse hasta el tope con mas jugo de naranja. El elfo lo tomó y con un ligero ademan de brindis ambos bebimos de nuestros respectivos vasos mientras conversábamos alegremente.

     

    - Disculpa, ¿puedo comentarle… comentarte algo?- Preguntó el elfo durante nuestra platica.

     

    - Claro, dime.-

     

    - Perdone el atrevimiento, pero ¿puedo saber porque no se había… te habías presentado a trabajar?

     

    Sin duda la pregunta me había tomado por sorpresa, ya que no esperaba que algo así surgiera en aquella conversación. Guardé silencio por un momento y me dediqué solamente a ver fijamente al elfo. Aquello de que “las mucamas lo ven todo” sin duda que tenía mucho sentido.

     

    - Es que al parecer algunas personas no están muy alegres por su poca participación y apoyo- Continuó al ver que yo no decía nada. Tras lo cual guardó silencio y no volvió a decir nada más.

     

    Aun permanecí callado por un momento más. Pensando en las palabras del elfo y reconociendo que sin duda tenía razón. Había prometido a Bel que la apoyaría lo mas y mejor que pudiera y no había cumplido con mi promesa.

     

    - Solo te diré que tienes razón en cuanto a eso de mi falta de participación; no tiene caso que te diga porque es que deje de cumplir con mis asignaciones pero creo que sería bueno ponerse a trabajar y esperar que los demás no me odien tanto por no colaborar- Agregué alegremente con una pequeña risa.

     

  3. Tomé asiento en el lugar que Bel me ofreció a la vez que su gracioso elfo le decía algo en cuanto al resto de los reporteros. Sin embargo el ligero desvanecimiento de la nueva directora fue más que evidente. Instintivamente me levanté del sofá para tratar de detenerla. Antes de que lo notara una de mis manos tocó su hombro ligeramente; al darme cuenta me alejé un paso hasta llegar de nuevo a mi asiento.

     

    Ella pareció sentirse un poco mejor y trato de hacérmelo saber, yo no estaba muy convencido del todo sin embargo me parecía que lo mejor era cambiar de tema para que pudiera sentirse mejor.

     

    - Pues no es que quiera contradecirte, pero si de algo estoy seguro es que las cosas no lograras hacerlas como eran antes- Respondí y guarde silencio por una fracción de segundo mientras notaba la reacción en la mirada de Bel.- Sin duda lo harás mucho mejor, de eso estoy convencido.- Terminé diciendo en un tono amigable.

     

    Una ligera sonrisa pareció dibujarse en su fino rostro, sin embargo no estaba muy seguro ya que una ligera parte de su cabello cubría su rostro como de de costumbre. No dije más y guardé silencio viendo hacia la nada perdiéndome de nuevo en mis pensamientos y recuerdos como había estado pasando los últimos días.

     

    Tenía la impresión de que algo importante estaba por ocurrir, no podía determinar que era pero sabía que todos aquellos recuerdos tan vividos no eran simple coincidencia. Me sentía algo preocupado pero preocuparme de mas no era mi costumbre, así que como pude olvidé mis divagaciones y traté de concentrarme en algo mas. Con mi varita comencé a levitar un pedacito de pergamino que había sobre la gran mesa. Poco a poco le daba ligeras vueltas en el aire mientras que divertido veía como este se movía de aquí para allá.

     

  4. El sol comenzaba a molestarme la mirada, el ruido de la gente y uno que otro vehíc*** eran cada vez más fastidiosos. Por lo visto el seguir durmiendo era imposible. Con cierta incomodidad en mi vista abrí los ojos para saber en donde me encontraba. El aroma de árboles y plantas llegó rápidamente a mi nariz, aun un poco desorientado sentí que estaba recostado en una dura banca de madera y por la grava que sentía bajo mis pies, sabía estaba descalzo.

     

    Una vez que mis ojos de adaptaron a la luz del sol y que pude abrirlos descubrí que de nuevo estaba en una banca de un parque o algo por el estilo. Sin duda debería buscar pronto un lugar para vivir; pero ya me ocuparía de eso mas adelante.

     

    Consulté mi reloj para saber la hora y el día en el que me encontraba. Al ver que era más de medio día decidí que era mejor reportarme en el trabajo y evitar la furia de mi jefa. Comencé a caminar lenta y despreocupadamente con dirección a la ciudad, al pasar cerca de una fuente, aproveché para darme un “baño” o lo más semejante a uno. El asunto de mi atavío era fácil de resolver, con simplemente pasar por una tienda de ropa, manipular a el o la encargada podría obtener una buena túnica y todo lo necesario para verme tan pulcro como de costumbre.

     

    Hacerlo en verdad fue sencillo. El manipular los pensamientos de las personas era cada vez más fácil rayando en algunas ocasiones en lo aburrido. << ¿Creer que yo en verdad era el primer ministro de el cario?, ¿Cómo puede ser posible?>> Me preguntaba a mí mismo con alegría y fuertes carcajadas dentro de mí mientras conducía el auto de aquel buen chico de la tienda de túnicas, quien no simplemente accedió a darme sus mas finas túnicas, sino que también me dio su auto para llegar a mi destino.

     

    Debía reconocer que aquella tienda era de gran calidad, pues la túnica de color azul zafiro, con pequeños detalles en plata y sobre todo las botas de ante lucían de maravilla.

     

    No tardé mucho en llegar a las afueras de las instalaciones de “El Profeta”. Aunque hubiera llegado mucho antes si el adefesio de auto que había obtenido acelerara a mas de 50 km./hr. Pero bueno, ¿Qué mas podría pedir por algo “gratis”?

     

    Bajé del auto y corrí a toda velocidad para entrar al vestíbulo, donde un elfo bastante conocido se encontraba charlando con la chica de la recepción.

     

    - Señor Anton, la junta está por comenzar, dese prisa.

     

    Sin prestar mucha atención a lo que ying me decía seguí mí camino hacia el elevador; no fue difícil escuchar las cosas que el divertido elfo pensaba acerca de mí, pues prácticamente las gritaba en su cabeza, era un milagro que alguno de sus pensamientos no escapara por su garganta. Al parecer Ying aun no estaba muy cómoda con mi presencia cerca de Bel, sin embargo eso era lo que menos me importaba.

     

    El camino por el ascensor fue rápido, de inmediato me encontré en el piso donde estaba la sala de juntas. Aminorando un poco el paso llegué hasta mi destino. Abrí la puerta y entré dispuesto a recibir todo tipo de regaños, y soportar todo lo que me tuvieran que decir.

     

    - Lo lamento, me quede dormido- Fu lo único que se me ocurrió decir incluso antes de ver quienes se encontraban ya reunidos. Sin embargo, Cuál fue mi sorpresa al darme cuenta que solamente Bel se encontraba en la sala. Y como si me hubiera estrellado contra una pared invisible de vidrio, fui parado en seco por las imágenes que llegaron a mi mente shockeandome por completo.

     

    Todo pasó tan rápido, como en una fracción de segundo que me sorprendió no haber perdido el equilibrio por la sorpresa que recién me estaba llevando. Al parecer Bel era ahora la nueva directora del diario. Eso si que era una nueva noticia. Al percatarse de mi intromisión en su mente, la chica de hermosos ojos y linda cabellera cerró su mente para que no pudiera hurgar mas en ella. Sin duda mi pronta intromisión la tomó por sorpresa.

     

    <<De nuevo alguien de la orden es mi jefe, que gran emoción>>- Pensaba con sarcasmo <<Al menos esta vez es Bel>> - Continuaba esta vez con mayor sinceridad. Era verdad que Bel era una persona muy importante para mí, aunque su afiliación a la orden del fénix no era de mi agrado en lo absoluto. Y pensar que al conocerla ella era una de las personas que mas me insistían en que me uniera a las filas de la marca.

     

    Ya un poco mas ambientado a lo que estaba pasando me acerqué cautelosamente a mi nueva jefa. Aun no sabía como reaccionaría ella a mí presencia. Estiré formalmente mi brazo para estrechar su mano.

     

    - Felicidades; con que nueva jefa de “El Profeta”. Sin duda lo harás de maravilla. Cuenta conmigo en lo que necesites. Hare lo mas y mejor que pueda-. Dije con toda sinceridad y optimismo.

     

     

     

    PAUSE:

     

    :blink: porque el post de arriba esta escrito dos veces??? :lol:

  5. - De acuerdo- Respondí resignado, exhalo profundamente- Te mentiría si te digo que conozco la verdad acerca de todo lo que ocurrió. A decir verdad aun no conozco con exactitud lo que pasó. Podría decirse que gran parte comenzó cuando uno de mis hermanos, Elliot, fue transportado a una especie de dimensión o plano diferente a este. La única manera de tener contacto con él era por medio de los cuadros del castillo donde vivíamos.

     

    Aunque algunas veces tratamos de buscar la manera de sacarlo de ahí, nos resultó imposible; Tanana, su hermana melliza tenía la idea de que uno de los cuadros podía servir como portal para que Elliot saliera de ellos. Un par de ocasiones intentamos descubrir cual era ese cuadro pero jamás pudimos localizarlo.

     

    El tiempo paso y las cosas transcurrían de manera “normal”, tener un hermano que era parte de una pintura era algo común, sin embrago mi familia era todo menos común- No pude evitar sonreír al decir aquello último- Lo que sí fue realmente extraño- Continué- Es que en un día todo se acabó. De pronto gran parte de mí familia había desaparecido. Prácticamente todos simplemente se esfumaron.

     

    Mi hermano Andres y sus dos pequeños, Tanana, Jacke, incluso Elliot dejó de aparecer por las pinturas. Prácticamente todos se evaporaron. A Adri, o Bel, como tú la conoces, parece ser que fue raptada y borraron sus recuerdos; es por eso que no tiene idea de quien soy yo o que relación tenía con ella.- De nuevo un nudo se formó en mi garganta. Recordar aquella extraña y trágica época seguía siendo aun muy doloroso.

     

    - Por un tiempo permanecí en el castillo y a los alrededores, siendo parte aun de la comunidad mágica y demás, sin embargo mi familia era lo que le daba verdadera felicidad a mi vida. Con ellos encontraba la verdadera diversión y felicidad. Y ahora, simplemente ya no estaban. Me di por vencido. Ya no quise esperar más. No quería saber nada de nadie, por lo que me enclaustré en el castillo solitario y abandonado de mi familia. No recibía visitas, no salía por nada, abandoné el trabajo, me aparté de todo.-

     

    Bajé la mirada por un par de segundos. Para tratar de no perder la calma; al final continué.

     

    - Pero en fin, como te digo, todo eso ya pasó y aunque aun es difícil recordarlo, creo que es momento de seguir adelante con mi vida, recordar los buenos momentos y sobre todo gozar de los que la vida ofrece a cada día.-

     

    La directora escuchó atentamente mi historia; de vez en cuando hacia un par de anotaciones. Una vez que hube terminado agregó un par de comentarios al respecto y unos más referentes al trabajo. Yo le aseguré que no tenía que preocuparse por cosas como rebeldías y cosas de ese tipo de mi parte. Al final me entregó la invitación que una de sus empleadas había ido a dejar justo antes de que yo comenzara a hablar. La leí de reojo poniendo atención a la fecha. Aun tenía tenía tiempo suficiente para llegar al evento sin ningún problema.

     

    -Claro, con gusto-Respondí a su instrucción.- ¿Algo más?

     

     

     

    *******

     

     

    PAUSE:

     

    Cuando hablaba de mi profesora de rol me refería a Aland :P creo que no lo dejé muy claro verdad??? :lol:

  6. Al escuchar como la puerta del despacho se abría, me giré inconscientemente, al hacerlo sentí un escalofrió al encontrarme de frente con nadie mas que mi antigua profesora de generales tiempo atrás. Y al decir “antigua” no me refería a que ella fuera “antigua” sino que hacía mucho tiempo que me había impartido clases.

     

    Con una simple inclinación de cabeza y una sonrisa nos saludamos y despedimos a la vez. Sin duda que aquella mujer seguía siendo alguien muy ocupada y con muchas responsabilidades. De inmediato la directora del diario me saludó y se presentó conmigo.

     

    -Lyra – Katara – Ryddleturn – Malfoy- Repetí pausadamente mientras contaba con mis dedos y con expreción de gran concentración en mi rostro. Una actitud y ademan un tanto exagerados pero ser serio era algo que realmente se me dificultaba en prácticamente cualquier situación.

     

    Al estar ya en su escritorio comenzó el interrogatorio, no me había detenido a pensar en ese punto, suponía que con lo que se me preguntaba en mi solicitud sería suficiente; pero por lo visto me encontraba en un error.

     

    <<Ok, si ya lo hiciste una vez, puedes hacerlo de nuevo>>- Me dije a mi mismo como para darme ánimos.

     

    - ¿Me podrías decir por favor de que fecha a que fecha estuviste anteriormente?

     

    - Esteeee, la verdad no recuerdo la fecha exacta, lo que si recuerdo es que fui, por llamarlo de alguna manera, la primer generación de reporteros de El Profeta cuando se eligió al nuevo ministro.-

     

    -¿Porque dejaste el trabajo?-

     

    -<<No- es- cierto. Una vez mas esto>> Había perdido la cuanta del numero de veces que tenia que contar aquella historia sobre mi desaparición de la comunidad mágica. Ya estaba cansado de decirla una y otra vez desde que había vuelto, sin embargo al parecer tendría que hacerlo una vez más.

     

    - La verdad no quisiera aburrirte con historias largas y dramáticas. En resumidas cuentas, lo que pasó es que mi familia y yo pasamos por una situación tan difícil que orilló a muchos a desaparecer y a otros a viajar por el mundo. Tal situación fue difícil para mí por lo que voluntariamente me exilié de la comunidad mágica. Es por eso que dejé empleo, amistades y todo tipo de contacto con todo y con todos.

     

    -¿Y porque motivos quieres regresar ahora a el?

     

    -Pues la verdad es que en este lugar siempre me he sentido bastante cómodo; y al asimilar y aceptar que mi familia no volverá, bueno, pues comprendí que debía seguir adelante. Por eso es que de nuevo me incorporé a la sociedad. Si solicité de nuevo volver a mi antiguo empleo, es porque como desde la primera vez, las noticias, la investigación, redacción y muchas cosas mas que se aplican en esta profesión, siempre han sido mi pasión. Trabajar no es mi actividad favorita en el mundo- Continué con tono humorístico- Pero si no tengo más opción, al menos me quisiera hacerlo en algo que me guste, ¿no crees?- Reí ligeramente con mi ultimo comentario.

     

    -¿Algo mas que te gustaría saber?

     

     

     

  7. <<Ok, aquí estamos de nuevo>>- Me dije a mi mismo al encontrarme una vez mas de pie justo a las afueras de las instalaciones de el periódico “El Profeta”, aquel que había sido mi primer trabajo decente y formal. “decente y formal” pensar en aquellas dos palabras me produjo escalofríos; que diferente era la vida cuando todo lo obtenía por medio de la fortuna de mí familia, lamentablemente esos días se habían acabado.

     

    Esté era un nuevo comienzo y que mejor manera de hacerlo que reincorporándome al único que trabajo disponible en todo el Ministerio que en verdad llamaba mí atención. Sentí la cálida sensación del sol acariciando mí cuerpo provocando una agradable sensación de calidez; aunque hubiera sido agradable permanecer unos minutos mas se estaba haciendo tarde y las ansias de saber como sería tratar con mi nueva jefa alimentaban a bocanadas mi curiosidad.

     

    Con paso ligero y despreocupado comencé a caminar hacia el interior del edificio. Crucé la gran puerta para encontrarme frente a un gran recibidor, donde una agradable hechicera atendía muy cortésmente a todo aquel que se paraba frente a ella; ya que se encontraba ocupada atendiendo a otros visitantes tomé asiento en uno delos sofás del lobby. Tomé uno de los ejemplares del diario que había en la mesa de centro y con curiosidad comencé a darle una ojeada.

     

    Los artículos en si no era lo que estaba buscando, en realidad dedicaba más tiempo a ver quienes habían escrito tales notas. Suponía que darme una idea de con quienes tendría que trabajar sería una buena manera para no comenzar completamente desorientado.

     

    - Disculpa, ¿En qué puedo servirte?- escuché preguntar, como acto reflejo levanté la mirada y efectivamente era a mí a quien se dirigía la recepcionista del lugar. Dejando el periódico de lado y con una amigable sonrisa en el rostro me puse en pie nuevamente para llegar hasta la chica.

     

    - Hola, me llamo Anton Evans, mi solicitud para trabajar aquí como reportero acaba de ser aprobada, mira, acabo de recibir este mensaje donde se me informó y solicitó que me presentara aquí el día de hoy.- Extendí mi mano para mostrar el pequeño pergamino que había recibido por medio de una lechuza de aspecto altanero y que me había picado una dedo por no prestar atención en el momento justo en que ella así lo deseaba.

    La amable recepcionista tomó la nota y comenzó a leerla.

     

    - No es falsa- Interrumpí con un fingido tono aprensivo.

     

    - No, al parecer no lo es.- Respondió la chica con una sonrisa en los labios- En realidad- Continuó-

    Ya estaba al tanto de tu contratación y esperaba a que llegaras.- Sentenció con orgullo. Mi cara seguramente reflejó el asombro que sus palabras habían provocado en mí.

     

    - Yo sé tono lo que pasa en este lugar.- me susurró alegremente y me guiñó un ojo de complicidad.

     

    - Eso es lo que veo.- Respondí

     

    - La Directora se encuentra ocupada en este momento, deberás esperarla a ella para que te diga cual será tu primera asignación.

     

    -¿Te parece bien si la espero cerca de su oficina?

     

    -No, para nada, de hecho creo que será lo mejor. Por el elevador, cuarto piso por favor.

     

    -Ok. Muy amable, muchas gracias.

     

     

    Y sin más me dirigí hacia donde se me había indicado a la espera de encontrarme con mi jefa. El camino fue rápido y muy agradable, el haber trabajado meses atrás, al menos por una corta temporada, me permitió saber como llegar sin ningún problema al despacho de el, en ese entonces, director.

     

    En efecto parecía que la directora se encontraba en alguna reunión pues la puerta de su oficina estaba cerrada y un ligero murmullo se lograba escapar hacia el otro lado donde yo me encontraba. Una de las voces me resultaba tan gratificante y a la vez atemorizadoramente familiar aunque no podía concretar porque. Con toda paciencia y sin ninguna preocupación me recargué en la pared próxima al marco de la puerta para esperar que mi jefa se desocupara y al fin poder presentarme con ella.

  8. Rápidamente la chica a quien había ido a buscar llego a su propia oficina y me guió hasta una más amplia ocupada principalmente por una gran mesa y varias sillas. En silencio escuchaba todo lo que me decía sin responderle.

     

    -Veo que aun eres buena ocultando lo que hay dentro de ti ¿verdad?, - comencé a hablar una vez que hube tomado asiento cómodamente en una de las sillas del lugar. – Pues veras, como seguramente sabrás, mi familia atravesó una crisis de los mas difícil; las cosas se han ido complicando cada vez mas hasta el punto que muchos de mis hermanos y hermanas han desaparecido o se han mudado a otras residencias.

     

    Por mi parte permanecí un tiempo en el castillo, tal vez esperando que alguien mas volviera o simplemente porque no tenia mas a donde ir. No morí pero la verdad casi así era, dejé toda actividad y relación con todo el mundo. Sinceramente este lugar ya no me parecía el mismo sin mi familia.

     

    De hecho he pensado en dejar el país e irme a vivir a algún otro lugar, en realidad no importa donde. Solo quisiera conocer otros países. Mi familia desapareció, pero su fortuna sigue intacta- Bromeé brevemente- Y con esas ridiculeces que desde ahora se necesita permiso para llegar o salir del país por eso pasé a visitarte. ¿Puedes creer que la primera vez que intente irme de aquí un grupo de brujos, miembros del ministerio me lo impidieron? Seguramente eran Aurores… ya sabes como son esos tipos- Comenté con cierto recelo al referirme a tal grupo de “defensores de la luz” o como fuera que se hicieran llamar.

     

    - Pero bueno, no hablemos de eso por ahora, ya habrá más tiempo después pero dime, hablando de Aurores… ¿Aun tienes gusto por los tatuajes?- Pregunté mordazmente a mi como siempre guapa ex-compañera de curso de la academia; quien me escuchaba y veía atentamente. De inmediato cambió su semblante y un ligero, casi imperceptible nerviosismo se reflejó es sus ojos.

     

    De inmediato negó saber de que estaba hablando y yo comencé a reír divertido al observar su reacción. Pronto cambié el tema.

     

    -¿Y de ti que me cuentas?, ¿Cómo te ha tratado la vida?, por lo visto muy bien- Decía mientras volteaba la vista en derredor de la oficina en la que nos encontrábamos muy plácidamente conversando.

     

  9. Ya todo estaba en orden, una decisión había sido tomada y todos mis asuntos habían sido arreglados para llevar a cabo mis proyectos. No pretendía llevar ninguna posesión, me iría de aquí justo con lo mismo que llegué a esta ciudad. El extranjero no era una mala idea, América me parecía una buena opción; según había escuchado en algún país llamado México se estarían llevando a cabo grandes celebraciones a nivel nacional; y donde hubiera fiesta, ahí estaría yo.

     

    Con paso relajado llegué hasta la oficina que era mi destino aquel día. Perfectamente arreglado y vestido con una fina túnica de corte casual y algo extravagante, de color escarlata con pequeños detalles en dorado y azul marino, perfectamente ajustada a mi delgada figura me presenté con la joven bruja que se encontraba en la recepción del Departamento de Cooperación Mágica Internacional.

     

    - Buenas tardes, vengo a ver a la directora.

     

    - La directora se encuentra ocupada por el momento, ¿Gusta esperarla? ¿o desea volver ms tarde?

     

    - Pues en realidad ni la una ni la otra, de hecho voy a pasar ahorita mismo a verla.

     

    El semblante de la joven y no muy agraciada joven se contrarió al escuchar mis palabras, cosa que atendí de inmediato para salirme con la mía. Me incliné sobre el mostrador que llegaba hasta la altura de mi pecho para quedar a unos cincuenta centímetros de distancia de la bruja quien evidentemente se puso un poco nerviosa.

     

    - Mira te explico- Comencé con un tono mucho más amable y una ligera nota de sutileza en mi voz- Tengo que salir del país hoy mismo, no puedo esperar un día más, y solo tu tienes en tus manos- Las cuales tomé con una de las mías sutilmente- El poder para que la directora me facilite la salida de este país– curveando ligeramente mis labios en una fina sonrisa esperé en silencio la respuesta de la chica.

     

    - Por aquella entrada, primer pasillo, vuelta a la izquierda, la puerta del fondo- Señaló con su dedo extendiendo su brazo completamente ruborizada y un tanto nerviosa.

     

    Dedicándole una última sonrisa me alejé de ella para encaminarme hacia donde se me había indicado. Rápidamente me encontré frente a la puerta de una oficina con una placa empotrada en la pared cerca al marco de la puerta que indicaba a quien partencia dicha oficina y el cargo que desempeñaba.

     

    Sin tocar a la puerta entreabierta la empujé ligeramente para abrirla por completo y poder pasar a su interior. No pude evitar llevarme una ligera sorpresa al encontrarme con un chico al que jamás había visto en mi vida, el cual, parecía igual o más sorprendido que yo.

     

    - Vaya, dejo de verte por un tiempo y cambias por completo… ahora ya hasta pareces hombre, no lo puedo creer- Dije al chico quien estaba completamente desconcertado por dirigirme a él y sobre todo con semejantes declaraciones.

     

    Reprimí lo mas que pude una carcajada y avancé con toda tranquilidad cruzando aquella oficina como si fuera la mía propia hasta sentarme detrás del fine escritorio en el confortable asiento a quien en realidad pertenecía dicho despacho.

     

    Un chico que pasaba por el lugar se percató de mi presencia y del lugar que estaba ocupando. Sin dudarlo y con gran determinación se acercó hasta mi demandando que me identificara y sobre todo que dejara el lugar que estaba ocupando.

     

    - Claro que si- Respondí a lo que me había pedido- Solo hazme un favor, ve con la directora y dile que este amable joven- Señalando a quien nos acompañaba en el lugar- Sentenció severamente que si la directora no se presenta a atenderlo en este preciso momento se irá y no volverá más.

     

    La confusión del chico era cada vez mayor hasta el grado de ser casi imposible mayor consternación en sus pensamientos. De igual manera el empleado de dicho lugar parecía extrañado por lo que le había pedido.

     

    - Anda, te prometo que si haces eso por mí, en cuanto vuelvas habré desaparecido de aquí, además… - Terminé mi oración con una frase prácticamente en un susurro virtualmente indetectable para los presentes. Con un poco de inseguridad en su ser y una mirada ausente salió de la oficina para cumplir con el favor que le había pedido.

     

    <<-maldiciones imperdonables… ¿que haríamos sin ellas?>> dije en mi mente con todo placer al ver al chico obedeciéndome siendo victima de la maldición imperius que tuve que lanzar sobre él.

     

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