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Hedwing

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Mensajes publicados por Hedwing

  1. Lily.

     

    Lily posó su níveo dedo sobre el raspón que atravesaba su muslo y suspiró mientras recorría la delgada línea roja que había marcado su piel para quitar los restos de sangre. Suspiró. A su madre no le gustaría nada y la discusión sería el plato fuerte de la mesa cuando le recordara ‘cómo debía comportarse una señorita de su edad’ sino es que claro antes terminaban ella, Alma y su hermano castigados. Suspiró de nuevo y sonrío mientras se incorporaba de un salto. Sí, definitivamente prefería estar castigada por ser aventurera que por ser torpe y ‘poco femenina’.

     

    - Sabes que aunque Fabian tenga aires de grandeza y superioridad podemos morir bajo la ira de un elfo demoníaco, ¿no?

    La pelirroja no estaba preocupada, sabía muy bien que entre ella y su hermano podrían acabar con el Erkling, si es que aparecía, saliendo sanos e ilesos. No obstante, disfrutaba ver a la pequeña Alma revolotear sus largas pestañas en un insoportable, no para ella, berrinche que casi siempre acababa en súplica. Como ahora.

     

    - Vale, vale.- Dijo alzando una ceja para parecer seria y preocupada.- Tu quédate aquí, ¿vale? Alma No hagas nada est****o, por favor, ahora la que te implora soy yo.

    La adolescente besó la frente de una exagerada angelical Alma y salió corriendo de los jardines. Al principio la marcha se hizo agradable y divertida pensando en lo fastidioso que le podrían resultar a su mellizo lidiar con su amiga pero luego, como una señal, premonición o simple cargo de conciencia la imagen de la niña se quedó paralizada en su mente y la imaginación empezó a oscurecer su fantasía. Ya Alma no se estaba maquillando ni levantaba sus labios ensayando su primer beso, no, estaba sola asustada y en peligro. Aceleró el paso. ¿No se les podía ocurrir nada bueno en serio? Como algo le pasara a su niña, se moría, o peor, la mataba Mey.

    -¡Fabian!.- Gritó al encontrar a su hermano. La preocupación empezaba a teñir de notas roncas su voz.- ¡Hola hermano!.- Gritó una segunda vez intentando sonar más tranquila.

    Se detuvo en seco y sonrió con sinceridad al alto muchacho que la miraba… ¿molesto? Suspiró y miró a su alrededor, evitando su mirada, su reprimenda. ¿Qué hacía en aquel cobertizo de mantenimiento? Lily paseó más de lo común su mirada por el lugar y miró cautelosa aquella vieja habitación, mohosa, apestosa, oscura y con una decoración antiquísima. Bien podía remontarse a los tiempos en los que Argus Filch vivía, si es que alguna vez había existido por supuesto…

    <<Lily, ¡ALMA!>>

    -Oye. Fabo….- La joven metió sus manos en los bolsillos de la sudadera del que entonces fue el equipo de quidditch de su padre y juntó valor para poner “la mirada”. Esa mirada que solo usaba cuando quería un capricho, la única forma capaz que conocía de derretir el corazón de su hermano. Sus ojos se engrandecieron y se llenaron de luz, de repente se habían humedecido y derrochaban ternura e inocencia- No te voy a mentir, venía porque Alma quería hacer una broma en la que te ibas a ver claramente implicado y en el camino me he puesto a pensar y ….- Resopló.-… No sé, no es buena idea, lo más seguro es que ahora mismo este buscando un Erkling para dejarlo KO ella sola. Ayúdame a traerla de vuelta a un lugar seguro. Porfis, eres el único al que hace caso.

    Lily se había aproximado hasta estar frente a frente con su hermano, lo había tomado de las manos e inconscientemente, mientras hablaba, tiraba de ellas, empujándolo hacia la luz de la puerta de aquel agujero maloliente. No había tiempo que perder así que salió corriendo detrás de él en cuanto este accedió.

    <<Que esté bien, que esté bien, que esté bien>>

    -¡Alma Potter Black!

     

    Dijo cautelosa y con algo de enojo en el tinte de su voz. Más le valía a la niña, que ya no estaba sobre una piedra, estar bien. Más le valía recompensarla bien por haberle traído aquí a Fabian tal cual ella le había pedido. ¡Más le valía!

    - Pero qué…

     

    Lily se llevó ambas manos a su boca, que incapaz de emitir sonido alguno había formado sus labios en una perfecta O, y miró con ojos grandes la mancha roja que cubría la piel de su amiga. Definitivamente estaba loca. Miró de reojo a Fabian y sin moverse, aún con su expresión de sorpresa, esperó la reacción de los dos. En serio, loquísima.

     

    La tercera luz

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  2. Volvía desviar mi mirada de los ojos de Adriano para fijarme en el rebote del minúsculo minutero de oro de mi reloj. Tendría que apurarme con el resto de personas que me esperaban fuera si quería conseguir a Niko. Confiaba fuera así. Además podría aprovecharme un poco de la ayuda de Toño que fingía estar bastante interesado en el trabajo de su 'señorita Hedwing'. Asentí una vez más y sonreí a mi amigo de manera tranquilizadora al mismo tiempo que me ponía de pie con tanta rapidez, que la falda de mi vestido bailoteó peligrosamente sobre el límite de la decencia y privacidad.

     

    -¿Algo más que añadir?

     

    Tenía una mano sobre el picaporte y otra sobre su hombro, pensaba de forma errónea que ya se iría, así que cuando comenzó a hablar de nuevo, me dispuse a escucharlo. A medida que avanzaba en su discurso, más fina se hacía la línea de mis labios apretados hacia el interior de mi boca. Suspiré antes de hablar.

     

    -Sabes que cuentas con mi apoyo. Y no, no sé como se pone Sophie porque mi trato con ella es más bien escaso y si tan serio quieres hacer la presentación de la demanda, ¿Por qué no llevárselo al departamento de Aurores? Allí si que podría respaldarte, pero no en su boda. Es el día más importante de su vida. Moralmente y como miembro de ya sabes donde me parece una fechoría.

     

    Tenía que mantener en el orden dentro de las instalaciones del Ministerio, no fuera nada podía hacer yo en un ataque de histeria de una acusada. Además iba contra mis principios llevar de aquel modo los procedimientos, y esperaba Adriano pudiera entenderlo. Escruté su mirada.

     

    -Le llevaré la denuncia a Niko lo antes posible. Y lo siento pero así no me parece Adriano, piénsalo y si cambias de idea, obviamente te acompañaré.

  3. Tomé el pergamino con sumo cuidado entre mis manos y volví a asentarme al lado de Adriano para escuchar su versión de los hechos.Debía ser parcial y no ponerme de un lado u otro antes de escuchar lo sucedido. Sin embargo a medida de que hablaba, perdí el control de mi mandíbula que se deslizaba poco a poco hacia el cuello.

     

    Me mantuve en silencio como buena profesional y me callé cada una de mis opiniones respecto al tema. Me dedicaba a asentir animándolo a continuar y a cerrar mi boca cada vez que me sorprendía de nuevo con la quijada fuera de su lugar. Resultaba tan increíble...Más no encontraba motivos para que mi amigo se inventará aquello, lo conocía y entendía sus motivos.

     

    Cuando hube terminado, Toño me extendió sus notas. Sonreí agradecida, estaba toda la declaración con lujo de detalles. Miré entonces a Adriano a los ojos, seria.

     

    -Ahora está todo registrado. Puede que se tome declaración de los testigos que has nombrado, pero no estoy segura. Lo importante es que cuentes con ellos a la hora del juicio,.Asentí segura de mis propias palabras y continúe algo más sonriente.-Y ya te puedo dejar libre para que sigas con el papeleo. Has hecho lo correcto, Adriano

     

    Off: tuve que irme, ya lo ediatré T_T

  4. Me había ahogado con mi propia saliva y ahora tosía con gran estrépito con la cabeza girada hacia mi derecha para no ser maleducada con mi amigo. Pero la noticia me había llegado con tanta sorpresa que la reacción fue totalmente inevitable. Traté de inspirar con fuerza para tranquilizarme.

     

    -A ver....-Me puse de pie con algunas lágrimas en los ojos debido a la reciente asfixia, y caminé hasta detrás de mi escritorio donde abrí una de las tres gavetas del lado inferior derecho y saqué un pequeño pergamino. Miré a Adriano dubitativa durante unos segundos y luego volví a su lado, extendiéndole el formulario.-Aquí está. Lo primero que debes hacer es rellenarlo.

     

    Volví a ponerme de pie, con bastante gracia y rapidez para mi gran barriga, y antes de que pudiera terminar de leer el reciente documento que le había extendido coloqué a su lado una pluma gris para que pudiera rellenarlo a gusto.

     

    FICHA DE DENUNCIA

    Nombre del denunciante (Ficha):

    Nombre de la persona o familia que denuncia:

    Razones de la denuncia:

    Fecha del suceso:

    Link al lugar de los hechos:

     

    La situación me resultaba tan extraña... Mordí mi labio inferior ansiosa por enterarme de lo que había pasado y entonces caí en que necesitaría pruebas y un buen relato de lo sucedido. Pensé en llamar a Sara para que tomara notas, pero suponía debía estar ocupada así que recurrí a una técnica algo poco profesional.

     

    -¿Toño?

     

    Crack!

     

    El elfo apareció milésimas de segundos después de mis susurros e hizo una exagerada reverencia ante mis pies. Dí una palmada de autosuficiencia y alegría y luego puse sobre sus manos pergamino y pluma. Unos totalmente nuevo. El elfo doméstico de la Mansión ahora formaba parte de mi equipo de trabajo.

     

    -Tu apunta todo lo que diga Adrián. Con lujo de detalle, luego tendremos que pasarlo a los inquisidores..-Guiñé un ojo al elfo y aun de pie, hice por fin la pregunta a mi amigo.-Necesito que me relates lo que ha pasado, y te aconsejaría, buscarás pruebas. Te harán falta en el juicio.¿Las tienes?

  5. Sentía algo incómodo bajo mis delicadas bailarinas, bajé un momento la mirada y fue entonces cuando me di cuenta de que estaba de pie sobre una nota de papel. Me disculpé un momento con mis visitantes y me agaché para tomar el trozo de papel entre mis níveos dedos. Estaba rugosa y su tacto era algo áspero, pero su perfume me era familiar. Sonreí satisfecha al reconocer la letra del remitente.

     

    -No tardo, en serio. Perdón

     

    Y antes de recibir queja alguna, me escabullí hacia el vestíbulo, esperaba que Adriano no llevara allí muco tiempo y que su consulta fuera rápido. Le eché los brazos al cuello al verle, tan galante como siempre. Besé su mejilla y justo después tomé sus manos para colocarme frente a él con rapidez.

     

    -¿Para qué soy buena?

     

    Le guiñé un ojo y acto seguido relajé las facciones de mi rostro. Estaba serio así que supuse que la situación lo requería. Examiné unos segundos su mirada y luego lo arrastré hasta mi oficina.

     

    -Un segundo. Y perdón de nuevo

     

    Volví a disculparme con las mujeres y cerré la puerta tras una avergonzada sonrisa, luego caminé hasta mi sillón donde ya me esperaba mi compañero y me senté a su lado adquiriendo una postura de loto.

     

    -¿Qué ha pasado?

  6. Inspiré una gran bocanada de aire y retiré mi mejilla por fin del helado mármol de la taza del baño. Tenía que moverme de allí, ponerme en movimiento, no podía decaer por tan solo un mareo, un síntoma ya rutinario en mi adelantado estado de embarazo. Sin embargo me había tomado de sorpresa bajando mi atención debilitándome tanto que sin querer, había terminado semi-desmayada en el suelo de los baños del Ministerio. Apoyé ambas manos en la tapa cerrada del váter y sobre éstas, mi peso; me tambaleé unos segundos al ponerme de pie pero pronto recobré el equilibrio. Cuando abrí la puerta del pequeño cubículo no pude reprimir un grito algo escandaloso. Mi reflejo daba medio, estaba pálida con una sobra verde bajo mis dorados ojo, bastante apagados y sobre toda la piel de mi rostro se extendía una fina capa de sudor frío. Saqué de mi bolso un pequeño pañuelo y tras limpiar mi cara, apliqué sobre ella un poco de maquillaje para darle algo de color.

     

    Llegaba tarde, como siempre, y para darme cuenta de ello no me hizo falta mirar mi reloj de pulsera. La relativa soledad de los ascensores, y con ello me refería a que dentro podía respirar con tranquilidad, era una clara prueba de mi demora. ¿Cuándo me incorporaría a mis ocupaciones como Dios mandaba? llevé ambas manos a mi barriga, cubierta por un bonito vestido de lana azul pastel, y comprendí que era cosa mía. Debía ponerle ganas, esfuerzo...

     

    -¡Din!

     

    Salté con el timbre que indicaba mi llegada a la segunda planta y salí con paso rápido nada más abrirse las rejas del elevador. Cuando crucé el pasillo del departamento, me sorprendió gratamente la cantidad de personas que se acumulaban delante de mi oficina. Coloqué una encantadora sonrisa en la comisura de mis carnosos y finos labios, y caminé hacia ellos haciendo algo más de eco en el ruido que producían la suela de mis bailarinas de charol.

     

    -Buenos días.-Giré el pomo de la puerta que daba a una iluminada pero pequeña habitación y con medio cuerpo dentro de la oficina, examiné con la mirada a los visitantes.-Siento la tardanza, de verdad. ¿Quién tiene verdaderamente más urgencia por pasar?

     

    Tiré mi bolso con gran puntería sobre mi silla y volví a sonreír a las personas que estaban justo delante de mí, esperando que alguna se aventurase por fin a pasar.

     

    Off: Perdonen no estaba. Pero listo! :D

  7. No sabía si terminaba de ser moral o no, pero resultaba bastante útil aprovecharse de mi embarazo para hacerme sitio entre el gentío que desfilaba por los entonces abarrotados pasillos del Ministerio. Había llenado mi estomago de aire y desabotonado mi gabardina dejando ver así una exagerada curva bajo mi vestido de lana. Muchos magos me miraban con miedo, como si me hubiese comido un elfo, otros me sonreían con ternura y mis favoritos se apartaban, temiendo hacerme daño.

     

    No recordaba nunca haber tenido tanto espacio para mi y eso, me hacía sonreír como a una niña traviesa. Solo que ya no tenía cinco años y llevaba prisa. Cuando estuve sola en el corredor que me llevaría a mi departamento, en la segunda planta, volví mi abdomen a su forma normal y caminé más deprisa de lo normal, casi corría.

     

    -¡Sagitas!

     

    Más que un grito, aquellas palabras habían sonado a resoplo, me faltaba el oxígeno por mi splint pero no lo suficiente como para llegar hasta mi amiga y darle un fuerte abrazo. Mis brazos rodearon su cuello y mis labios besaron su mejilla derecha.

     

    Apuré mi saludo para dejarla respirar y me separé de ella a tiempo para saludar a las dos chicas que estaban junto a ella, Sara y...

     

    -Tu debes ser Eliah, un placer conocerte al fin

     

    Le dediqué una sonrisa especialmente grande y cambié de rumbo mi vista para encontrarme con la mirada de mi compañera. Alcé una ceja muerta de curiosidad, ambas chicas se habían quedado algo calladas.

     

    -¿Llego en buen momento?

     

    Mis dorados ojos danzaban, hacían figuras desde la payasa hasta Eliah y Sara, esperaban una respuesta.

  8. Las carcajadas salieron por si solas ante las palabras de Adriano, siempre tan cariñoso, sonriente, cortés... tan él. Devolví su abrazo rodeando su cintura con mi brazo izquierdo y besé sus mejillas casi al mismo tiempo que él lo hacía conmigo.

     

    -No tan bien como tu

     

    Le guiño un ojo y con un movimiento de muñeca, le obligué a girar sobre si mismo para contemplarlo más detalladamente. Seguía como siempre, y aquello me gustaba. Se lo hice saber poniendo una mirada mal intencionada sobre mis dorados orbes y mordiendo mi labio inferior. Todo en broma por supuesto, lo admiraba demasiado como para desearlo.

     

    Reí.

     

    Sin invitación alguna, me adelanté a sus pasos y entré en el edificio, aunque a ratos mantenía mis manos dentro de la gabardina, empezaba a perder la sensibilidad en mis dedos debido al frío. Como había predicho, dentro a pesar de estar la puerta abierta, todo estaba más cálido.

     

    -Espero no interrumpir, solo venía de paso.-Sonreí mirando sus ojos y al ver total disposición y atención en mis palabras, proseguí, sonriente como siempre.-Es que necesito un reportero, trabajo en el servicio administrativo del Wizi y hay que cubrir una boda

     

    Hablaba rápido mariposeando mucho con las manos, pero esperaba, pudiese ayudarme. Lo miré atenta esperando respuesta.

  9. En la calle el frío era tan exagerado que agradecí resguardarme entre las clásicas paredes del edificio. Los pocos segundos que me había llevado el camino desde el Ministerio hasta el Callejón, habían quemado la piel de mi nariz y agrietado mis labios. Pero no di mayor importancia a ello, mi cabeza estaba en otra cosa.

     

    Me adelanté hasta una mesa que parecía ser la recepción y con mi mano derecha totalmente estirada, dí un golpe al timbre de color oro viejo que se posaba en una esquina. Tenía prisa así que esperaba fuera atendida con rapidez.

     

    Mientras esperaba, tomé el último ejemplar del periódico y lo hojeé sin mayor interés, como miembro de la Orden del Fénix sabía mucho más de lo aquellos párrafos relataban, pero no por ello, desprestigiaba el trabajo que hacían. Por el contrario, sentía ciertas punzadas de envidia, y nostalgia.

     

    Recordaba con perfecta claridad mis tiempos de reportera, de no haber sido por la intensa tristeza que sentía, quizás, los mejores años de mi vida. Hacía lo que me gustaba y le ponía tanta pasión que destacaba por ello. Mi carrera en el mundo muggle tenía un futuro brillante, tentador, y todo sin tener apenas estudios específicos.

     

    Llevé ambas manos a mi vientre, algo abultado. Había válido la pena renunciar a mis sueños más rebeldes, y aunque añoraba pasarme en la calle discutiendo a medio mundo y usando la magia a escondidas y de manera clandestina, no me arrepentía de haber vuelto a Londres.

     

    Toqué de nuevo el timbre, desesperada, presentía cuando iba a tener un ataque de hormonas y no quería que la pagasen allí. Saqué del bolsillo de mi gabardina el pergamino que anunciaba la boda y lo miré. Luego volví a tocar el timbre.

  10. -¡Gode!

     

    Mi grito era más bien una carcajada, ¿Cómo podía pensar que había dicho yo esas palabras? Bueno sí, podría pero no era el caso...Sólo quería pasar y casi lo había conseguido pero era ahora el Weasley, junto con el caprichoso fantasma, el que me interrumpía el camino. No pude evitar entornar los ojos segundos después de que mi sonrisa no destruyera su severa mirada.

     

    -Goderic por Dios es sólo la contraseña...¡Dile la verdadera!.-Me estaba poniendo de los nervios, en el pasillo pegaba con fuerza el aire.-¡Es mío Carlomagno es míooooo

     

    -Vamos Hed... no insistas con eso si no quieres que Gode me mate.

     

    Alcé la mirada ante una nueva compañía y reí burlona ante sus palabras. El Malfoy me caía muy bien, siempre me resultaba tan.. oportuno. De no haber sido por él quizás hubiese terminado peleando de verdad. Enseguida escuché la contraseña, alcé una ceja y desafié al fantasma que con no tuvo más remedio que dejarme pasar.

     

    Dentro el ruido era ensordecedor, pero me gustaba y había tanta gente. Sonreí automáticamente y miré a mi alrededor, el ambiente estaba a punto, había llegado en el mejor momento, o así pensé hasta que vi a mi tía Sara empapada. No tardé mucho en descubrir mi camisón y dejar relucir la curva de mi vientre. Mi salvación aquella vez.

     

    También reconocí a Mafer, mi ex alumna en la Academia a la que me alegré de ver, Nathaly, mi prima, Sunar y Mey... Estaba preciosa en aquel corto vestido hecho para dormir. Dejé escapar unas carcajadas al ver su flirteo con Carlo, ¿Por qué era él,no? El cuerpo de mi tío me tapaba el resto de la visión.

     

    -¿Te fijas? Decía eso porque pensé como Mey... Tu eres mío ¿A quién más querría?

     

    Guiñé un ojo con mucha picardía a Goderic y justo después dejé que mi bolso cayera a mi lado para abalanzarme con mayor comodidad sobre el joven. Mis brazos rodearon su cuello y mis labios aprisionaron lo suyos en un largo beso cariñoso.

     

    -...botellita...

     

    Me despegué del peligris con estruendoso y pegajoso sonido (?) y entrelazando nuestras manos, arrastré su cuerpo hasta el círculo que empezaba a formarse. Vodka... la boca se me hizo agua nada más leer la etiqueta pegada al cristal de la botella, pero no, no podía.

     

    Suspiré como niña caprichosa y esperé a que mi tío se sentara para hacer yo lo mismo solo que entre un cuadro hecho por sus piernas.

     

    -¡Que ruedeee que ruedeee!

     

    Aplaudí como posesa y soplé al tiempo que el objeto giraba sobre si mismo. La sorpresa llegó ante el tierno beso de los neutrales...Mientras procedían, llevé mis dedos índice y pulgar a mi boca para silbar con gran escándalo.

     

    -Se te cae la baba Mafeeer

     

    Reí ante la mirada de la muchacha y volví a cantar una nana mientras mi tía giraba nuevamente la botella: Arroz con leche me quiero casar, me quiero casar... ejem.. con una viudita..♫ la letra tenía obviamente doble sentido.

     

    -¡Por Merlín Caroline! Si la abuela te viera...

     

    Giré la mirada y me encontré con una demacrada Poulain, el alma me bajó a los pies y codeé el estómago de Goderic. Pero bien decía mi amora, no era el momento... Aunque me preocupaba. Pero no lo suficiente como para dejar de gritar, menos ante el reto que se avecinaba.

     

    -Carlo no le hagas nada que no haría yo...

     

    Estallé en carcajadas y alcancé el muslo de Mey para darle una nalgada antes de que desapareciera. Fueron los siete minutos más cortos del mundo, al menos para mi, quería que mi amiga encontrara por fin el amor y veía en Carlito bastantes cualidades.

     

    -Estos baños me traen recuerdos, siempre tan calenturientos...

     

    Hablaba en voz tan baja que solo Gode podía escucharme, esperaba, tampoco era apropiado que todos se enteraran de que allí, él y yo... ¿Estarían encantados aquellos cubículos? :perv:

  11. Unas carcajadas fuertes y tan rítmicas como un instrumento musical interrumpieron el silencio de la noche. Sí, eran las mías, producto del patronus de mi amora. Clandestina... Viejos tiempos... ¿Habría también estudiantes o podría llevarme nuestras 'sustancias ilegales'? Reí de nuevo y negué con la cabeza, no recordaba mejores tiempos que cuando éramos estudiantes.

     

    Oh waiiit ¿éramos? ¿recordaba? Hablaba como una vieja de sesenta años y era muy joven aún. ¿O ya había dejado de ser una loca sin frenos?Agité mi cabeza de un lado a otro con mayor rotundidad, no, eran las hormonas que me invadían, no podía estar pensando así..

     

    Agarré un bolso de estampado escocés y metí allí lo indispensable para una pijamada, coloqué un abrigo de gorrito negro sobre mi corto camisón de dormir y desaparecí de la Mansión, rumbo a la Academia.

     

    No fue hasta que crucé la gran puerta principal cuando me dí cuenta de que iba en zapatillas y sin peinar, imperdonable...Pero era de noche y con poca luz no se notaría tanto ¿verdad? Suspiré, empezaba a pensar como Gode.

     

    Peiné mi rojizo cabello con mis dedos y tras llegar al pasillo que me llevaría directo a los baños, me impulsé con un poco de carrera para luego dejarme deslizar. Me encantaba la sensación de vértigo que me producía, pero no a mi bebé que enseguida amenazó con hacerme vomitar.

     

    Entorné lo ojos cansada de mis aún vigentes síntomas e hice el resto del camino tranquila, arrastrando la mochila. Ya escuchaba la música, las risas e incluso distinguía voces.

     

    -Bueeeeeeeeeeeenas

     

    Había gritado incluso metros antes de llegar, pero ansiaba despejarme y disfrutar un rato. Hacía mucho tiempo que me había concentrado en desarrollar mi lado antisocial y era tiempo para abandonarlo, por mala persona (?)

     

    -¿Contraseña?

     

    Di media vuelta y me fijé en que mi mochila la sostenía un fantasma. Me sonaba...¡Lo conocía! Le arranqué la maleta de las manos y le mostré mi lengua en un gesto infantil.

     

    -Carlomagno es míooo

     

    El espectro echó a reír y yo entré de lo más tranquila. Conocía muy bien a Mey y estaba segura de que la respuesta había sido válida para que me dejaran entrar :blush:

  12. Era una niña, y aquel mi primer día de colegio. Gente nueva, obligaciones diferentes, los nervios a lo desconocido...La situación era parecida, sin embargo no tenía allí a mi mami para llorar por si algo me asustaba y no me enfrentaba a niños sino a gente hecha y formada. Además ya conocía el lugar.

     

    Pero se trataba de un gran cambio, ahora no solo ayudaba a la organización de eventos y papeleo del Wizengamont, sino que también tenía a cargo el cuerpo de seguridad. Me esperaban largas horas de trabajo, sino tenía mal entendido aquel gabinete estaba algo abandonado, tendría que esforzarme bastante.

     

    Quizá, ahora que lo pensaba, había solicitado aquel trabajo por el reto que suponía, en tal caso el puesto era mío y tendría que afrentarlo con ganas. Y lo hacía, pero estaba nerviosa.

     

    Din. La campana que avisaba la llegada del ascensor a mi piso, me hizo dar un gran salto acompañado de un suspiro. Llevé una mano a mi pecho y burlándome de mi propio susto, salí del cubíc*** haciéndome paso entre el gentío, demasiado serio para mi gusto.

     

    Misma planta, mismo pasillo, la escena me era bastante familiar solo que el recorrido esta vez sería más corto, la oficina, diferente. El momento llegaba y ya no podría retrasarlo más, suficientes días me había tomado ya.. .Metí ambas manos en los bolsillos de mi grueso abrigo blanco y comencé una marcha lenta y rítmica guiada por el toc toc de mis altos tacones de charol negro.

     

    Una sonrisa se coloco en mi rostro de manera automática a medida que me adentraba en el departamento, quería dejar una buena impresión o al menos no parecer tan perdida. Pero no sería tan difícil... al menos ya reconocía a gente, como Sara, mi compañera en la Orden. Fui directa a su escritorio.

     

    -Buenos días Sara.-Me acerqué a ella y besé su mejilla.-Creo que ahora somos compañeras, de nuevo...

     

    Le guiñé un ojo y aproveché para dar un vistazo a la oficina, ¿Cuál sería mi escritorio? No esperaba gran cosa, solo un poco de acción. Estábamos rodeados de mortífagos, la protección consistía en deshacernos de ellos, o algo parecido... Como fuera, debía empezar cuanto antes. Clavé mis dorados ojos en Sara.

     

  13. La mirada y sonrisa inocente de mi tía no eran suficientes para mi sed de venganza. Puse un dedo en el orificio por donde salía el agua y presioné con intensidad y fuerza el agua para hacer así que su presión aumentara y salpicara más. El resultado, ver como Fee se empapaba de pies a cabeza.

     

    - Paraaaaaa pelirroja savageee

     

    Reía tanto que en mis ojos se habían acumulado lagrimas y apenas me dejaban ver. Con algo de dolor en el abdomen por las carcajadas, dejé a Prince encargada de la manguera y escapé de allí para ayudar al recién llegado Joako.

     

    -Tú llámame como prefieras que a mi no me importa. Me alegra verte pero por ahora, corramos de esa maníaca.

     

    Había saludado al muchacho con un enternecedor y cuidadoso beso en la mejilla para no mancharlo. Menuda imagen se llevaría de su profesora, antes simpática y ahora con pintas de loca, mojada completamente, descalza y con una risa irrefrenable. Pero era una fiesta ¿Qué esperaba?

     

    -¡Corre!

     

    Recién pude ver a mi tía con un cubo lleno de cerveza, agarré al bien vestido muchacho del brazo, y lo arrastré hasta la figura de Cye para protegernos detrás de esta. Pero la cura resultó peor que la enfermedad, no solo resultó mojado, sino también, tanto él, como yo, quedamos totalmente cubiertos de... arequipe?

     

    Riendo con más fuerza que antes, miré al chico y me encogí de hombros mientras pasaba un dedo por su mejilla para retirar una abundante cantidad de aquel dulce tan espeso. Me lo llevé a la boca y comprobé gustosa que la sustancia que caía por mi escote y espalda era algo bastante dulce.

     

    -Auch!!! alguien que me ayude

     

    Dejé de abrazar a Cye (para mancharla) y comer arequipe para ayudar a Alexandra que reía en el suelo. Un intento fallido y patoso debido al rebaladizo estado en que se encontraba el suelo. Antes de llegar a ponerla de pié, yo también había caído junto a ella.

     

    -¿Pensabas mojarme?

     

    Off: Kabeee cuenta con eso :D

  14. Reí como una posesa al ver el gesto de mi tía arrancándose la capa como una actriz de cine para luego dejar ver su más que favorecedor conjunto. Me crucé de brazos y la miré con cierto egocentrismo en la sonrisa. Era una Weasley, coqueta, elegante, me enorgullecía de ello.

     

    Y justo con la caída de su prenda, entro Prince, una de mis recién graduadas alumnas de Generales. Me puse de pié y recibí su abrazo con otro, su beso con unas divertidas carcajadas. Había sido muy puntual, como siempre.

     

    - ¡Hola! ¿todas son responsables de esto?

     

    -En realidad la responsable es Hed, yo solo venía de pasada.

     

    -No, bobadas, algo me ayudaron..-Le guiñé un ojo a la muchacha y empujé a mi tía con mi mano derecha como si ni siquiera notase su presencia, siempre tan modesta. No sabía por qué pero siempre coincidían en alguna fiesta. Demasiada casualidad...-Bienvenida por cierto

     

    -Buenas a todas

     

    Doblé mi cuello para mirar por detrás de la figura de Prince y tras ella descubrí con una sonrisa a otra de las que suponía, no debía faltar, Alexandra. Quise unirme a su encuentro pero Felicity había sido más rápida. Miré a a la Granger con una ceja perfectamente enarcada y juntas nos echamos a reír.

     

    Aun entre carcajadas, caminé hasta la muchacha y la arranqué de los brazos de mi tía. Fue entonces cuando menos formal y seria que la costumbre por las clases, la estreché entre mis brazos en un cálido torpe ya la vez divertido abrazo. Mis animadas carcajadas, seguían sin encontrar descanso.

     

    -Felicidades Alexandra.-Hablé como pude mirando directamente sus ojos con verdadera simpatía y entusiasmo.-¡Bienvenida! ¿Eres mayor? Bueno equis, tienes de todo hay...

     

    Mis palabras, en un tono animado y agradable, fueron sustituidas por un grito histérico muy superior al volumen de la música. Ya podía sentir cada poro de mi piel erizado; la tela de mi vestido pegado como licra a mi piel;mis pies empapados

     

    Lo primero que se pasó por mi mente fue correr hasta Fee y ahorcarla, llorar por los daños a mi atuendo. Si embargo, aquellos pensamientos fueron tan fugaces que no pudieron ni siquiera tomar conciencia, no como mi risa que volvía a salir de mi oca con vida propia. Era una fiesta, había que divertirse.

     

    Me deshice de mis sandalias y chapoteé en el agua mientras corría a por mi tía. En un ágil movimiento de caderas, la empujé y agarré con ambas mano la manguera, no para tener el control sobre ésta sino para que la lucha con Fee diera un efectivo resultarlo mojarla a ella también.

     

    -Alex, Prince, ayudarmeee

  15. Después de un merecido descaso, volví a la Academia. Lo prometido era deuda y yo era una mujer de palabra, no les fallaría, y menos a ellos, una gran generación que apenas empezaba. Estaba tan orgullosa que era por eso que caminaba por el interminable pasillo que llevaba hasta los viejos baños averiados. Me había ofrecido a mis alumnos para prepararles una fiesta de celebración por haber pasado su clase de Generales.

     

    Era más estruendoso el sonido de la melodía de los cascabeles de mis pulseras, que el de mis vertiginosos tacones. Para la ocasión, había escogido un precioso mini vestido de manga larga color azul eléctrico. Por delante podía parecer elegante pero al darme la vuelta, dejaba gran parte de mi espalda bronceada al descubierto. Un conjunto más propio de mi estilo juvenil, no como el baúl de prendas que me había puesto par mi ya terminada clase.

     

    Crucé el umbral de la puerta de los baños y sonreí. Perfecto estaba desolado, o casi. Caminé, más bien corrí, hasta Cye y mi tía Fee y las apretujé en un feroz y tierno abrazo. Me alegraba verlas allí, así podrían ayudarme a preparar el lugar.

     

    -Chicas, que suerte verlas ¿Están de casualidad o se han enterado de la fiesta?. Bueh da igual....-Dejé de abrazarlas e invoqué con rapidez mi varita, que obediente, se adhirió a mi mano derecha.-Lo importante es que me van a ayudar, ¿cierto?

     

    Les guiñé un ojo y empecé en seguida a dar toques con mi varita a todo lo que me era posible. Lo primero fue el gran estruendo de una pegadiza y famosa melodía proveniente de un gran equipo de sonido que no dejaba indiferente a cualquiera. Luego, los elfos vestidos de traje que llevaban en espaciosas bandejas distintos tipos de bebidas o canapés. Y por último, montones de burbujas con destellos fluorescentes, un simple capricho decorativo que daba un toque distinguido a la corriente imagen de lavabos.

     

    Di varios aplausos de auto felicitación. No era por ser modesta, pero me había quedado una mini fiesta perfecta. La música tenía muy buen ritmo, la comida buen perfume y las bebidas excelente aspecto. Ya estaba lista, solo faltaba esperar.

     

    Alegre y algo ansiosa, me senté junto a mis compañeras con mucho cuidado, cruzando las piernas, procurando evitar más de lo debido. Había sido buena idea haber puesto sillones, resultaban cómodos y su color blanco hueso otorgaba elegancia al lugar, si lo podía tener...

     

    Estaba todo preparado, solo faltaba que comenzaran a llegar los alumnos para disfrutar de la celebración. Si la fiesta tenía protagonistas, eran ellos. Y gran signo de ello, lo tenía el gran cartel ubicado en la pared central de los baños, en él, se podía leer en distintas letras de colores '¡Felicidades!'

  16. Vengo a hacer cambios!! Que ya era hora! :sad:

     

     

    Nombre del Personaje (Nick): Hedwing.

     

    Rango Social: Mago.

     

    Sexo: Femenino.

     

    Edad: Joven.

     

    Nacionalidad: Inglesa

     

    Padre(s) Sanguíneo: Ecinereb

     

    Familia Sanguínea: Weasley

     

    Patriarca/Matriaca: No

     

    Padre(s) Adoptivos:

    Familia Adoptiva: Poulain

     

    Raza: Humana

     

    Trabajo: Empleada del Departamento de Servicios Administrativos del Wizengamont

     

    Bando: Auror

     

    Rango dentro del Bando: Templario

     

    Habilidades Mágicas:

     

    Conocimientos Especiales: Idiomas y Leyes mágicas

     

    Objeto Mágico Legendario:

     

    Objetos Mágicos: Varita Mágica, 24cm, hecha de madera de roble, Núcleo de veneno de Basilisco.

     

    Licencia de Aparición: Si

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: Si

     

    Mascotas:

     

    Aspecto Físico: Mide 1.65cm, de complexión delgada. Tiene una tez fina y delicada de un color dorado durante los meses fríos y un bronceado brillante en verano. Su pelo liso y extremadamente llamativo por el rojo fuego que lo baña, apenas roza sus hombros y cubre un poco de su frente por un corto y desigual flequillo. Su Cara tiene una leve forma puntiaguda que resalta sus facciones, especialmente sus marcados pómulos. Sus ojos medianos de color miel están protegidos por unas gruesas y largas pestañas cobrizas. Su nariz es perfilada y pequeña, en perfecta armonía con unos labios finos y tintados con un color rosado natural. Tiene una sonrisa muy grande que deja ver unos perfectos dientes blancos.

     

    A pesar de su pequeña estatura, en ella se define una figura perfecta de piernas especialmente torneadas y robustas; y curvas marcadas. Sus rasgos hacen de su aspecto algo hermoso y delicado, muchas veces engañoso para la gran fuerza que posee.

     

    Cualidades Psicológicas: Es muy simpática. Despreocupada y dicharachera .Demasiado optimista y valiente. Siempre tiene una sonrisa que ofrecer a los demás. Le cuesta mucho enojarse o ponerse triste, pero cuando lo hace, tiene la capacidad de ocultarlo y mostrarse feliz, como es siempre. O por el contrario, hacer de ello un drama y desaparecer, huir de ellos, de sus problemas.

     

    Bastante presumida, sabe la belleza que posee y le gusta explotarla y cuidarla.

    Tiene aspectos contradictorios que la hacen especial, como su coquetería y atrevimiento y a la vez su manera de callar ante los temas importantes o simplemente para observar. Al ser educada de manera consentida y a la vez conservadora, resulta cariñosa y de modales bastante refinados.

     

    Aunque tiene la habilidad de llevarse bien con todos, es muy rencorosa y a veces desconfiada, sin embargo podría no demostrarlo por el simple hecho de guardar las apariencias, le importa mucho la opinión de los demás sobre su persona. Pero por otra parte, tiene una especial facilidad para tomarle cariño al resto de las personas.

     

    Le encanta todas las cosas muggles a pesar de saber controlar muy bien la magia.

    Sus hobbies son comprar, hablar, el deporte (menos el quidditch) y la fotografía.

     

    Historia de Personaje: Víctima de los ataques mortífagos a su familia, la madre de Hedwing, Ecinereb, pasa mucho tiempo de su vida huyendo por la protección de sus hijos de un sitio a otro. Desde el norte de Europa hasta centro América donde establece residencia fija al fin tras el nacimiento de su última hija.

     

    Criada por la figura masculina de sus hermanos mayores y su madre, Hed, pasa los nueve primeros años de su vida en México rodeada de muggles y viviendo entre ellos sus primeras experiencias mágicas. Por ser la más pequeñas de sus hermanos, siempre resultaba respaldada y apoyada por estos en sus habituales travesuras o momentos tristes ante la ausencia de un padre que nunca conoció y del que siempre escuchaba hablar.

     

    >> -Mami, ¿Dónde está papá? ¿Por qué yo no lo he conocido?.-

     

    Como si fuera una persona mayor, la pequeña, sentada sobre el regazo de Eci, había cruzado las piernas y miraba fijamente a los cautivadores ojos de su madre. La noche anterior había dormido con una de sus hermanas mayores y la había acompañado en su llanto por la ausencia de ‘papá’.

     

    -¿Qué importa eso Hed? ¿Acaso no te basta con lo que te quiere mamá? ¿Qué me dices de tus hermanos? ¿Y cuando vas de visita a casa de la abuela? Papá no está, se fue porque quiso…

     

    Estrechándola entre sus brazos, Eci la llenaba de besos y le hacía cosquillas para intentar evadir las preguntas de su curiosa hija. Sabía que la niña volvería a preguntar, pero su respuesta iba a ser la misma. Por su parte Hedwing, reía satisfecha temporalmente con la respuesta de su madre, siempre contaba con las historias de sus hermanos que le hacían conocer mejor a esa persona tan importante y desconocida para ella.<<

     

     

    A pesar de la lejanía territorial que existía entre sus familiares, la gran familia que poseía Ecinereb, acostumbraba a pasar sus vacaciones en Ottery. Eran tiempos en los que Hed disfrutaba de su abuela, sus hermanos internados en Hogwarts y sus tíos y primos. Así como nuevas amistades provenientes de la familia Poulain a la que luego se uniría como miembro adoptivo por el gran afecto que guardaba con la matriarca de esta.

     

    Cuando llega el momento de entrar por fin a la Academia de magia y hechicería, como el resto de hermanos mayores, decide mudarse a la mansión Weasley definitivamente. No solo por la comodidad sino por la estrecha relación que empezaba a tener con su madre por culpa de sus propias niñerías.

     

    Durante sus años de aprendizaje mágico, construye su perfil auror, respaldado siempre por el rencor creado por los enmascarados ante el gran daño que habían causado en su familia; descubre la amistad, el amor y con este el dolor.

     

    Al pasar tanto tiempo con sus familiares, se le hace inevitable empezar a sentir algo especial por uno de sus tíos, Goderic, mayor que ella. Un sentimiento que la lleva al sufrimiento por la relación de este con su tía política a la que sin querer guardaba envidia.

     

    >>- Hed cariño, ¿quieres venir con nosotros al lago, vendrán tus primos también?

     

    Rocío, hermosa, la miraba con una enternecida sonrisa en los labios. Simpática, siempre invitaba a la pelirroja a las pequeñas excursiones en familia que acostumbraban a hacer ella y Goderic. Hacía tiempo que le parecía que su sobrina no pasaba el suficiente tiempo con ellos.

     

    -Te lo agradezco tía pero ya he hecho planes con mi tía Elizabeth, otro día mejor, gracias.

     

    Hedwing mantenía una sonrisa pero muy por dentro le quemaba que la muchacha fuera tan guapa, simpática y que le tuviera a él. La mayoría de las veces sentía ganas de llorar al ver como ella y su tío se tomaban de la mano, se reían, se besaban… Quería a Rocío, pero compartir con ella y con Goderic juntos era una tarea imposible para la paciencia de la pelirroja. <<

     

    Su oportunidad se ve desgraciadamente marcada tras la muerte en lucha de Rocío. Sin pretender seducir a su tío, lo ayuda a superar la tristeza de la pérdida de su amada. Lo atendía, escuchaba y mimaba con ternura. El tiempo que empiezan a acumular juntos les hace inseparable y enamorarse perdidamente el uno del otro.

     

     

    Aunque en su familia, la relación cuesta ser aceptada, terminan adoptando a los gemelos Beeltri y Kathe. Una muy joven Hedwing, empieza entonces a tomar más aprecio por su familia, por conseguir una imagen perfecta de esta, con algo que jamás tuvo, un padre. Se vuelve más optimista y controlada, dispuesta a todo por mantener lo que tantas lágrimas le había costado.

     

    Sin embargo, el orgullo de Goderic ante la imagen del matrimonio, se convierte en la principal discordia entre estos. Tanto así que en una oportunidad, harta y sin ganas de seguir, Hedwing decide alejarse de él y pasa un tiempo entre muggles.

     

    Termina así viviendo en distintos sitios como Alemania, Venezuela o Grecia, trabajando como periodista para pequeños periódicos locales. Se le hace fácil acostumbrarse a una vida ‘normal’ pero difícil vivir sin sus seres queridos. Meses después, vuelve a casa.

     

    Trabaja en el ministerio y en la Academia y se dedica de lleno a la orden del Fénix, a la que considera su segunda familia

     

     

    Otros Datos: Tiene miedo a los vampiros y suele padecer raras enfermedades ocasionales.

     

    El resto igual, lo de las bóvedas y los colores. Gracias :D

  17. Empecé a toser violentamente por el humo que había ocupado el lugar. Los incendios de los mortífagos habían tomado el control del lugar y todo estaba en llamas y apenas podía verse algo con aquel humo tan espeso y dañino.

     

    Muchos de los mortífagos que me habían atacado como en el caso de Cass, ya estaban rodeados por el fuego, deberían morir estando tan cerca del gas. Me encogí de hombros y desparecí del lugar, algo herida, pero al fin y al cabo...

     

    :sad:

     

  18. Bufé descontrolada de ira y reí amargamente al ver como mi león se deshacía del Leopardo. estaba orgullosa pero adolorida.

     

    -Episkey

     

    Apuntaba a aquellas partes de mi cuerpo, sobre todo la pierna, en las que había sido atacada por el animal. Me sentía muchísimo mejor pero todavía no estaba del todo recuperada. Suspiré .

  19. Ludwig me había silenciado por lo que mi precioso rinoceronte no había salido. Una lástima, el chimpancé deforme de Cass seguía intentar atacarme pero no era suficiente. En eso de que intentaba escaparme de sus rechonchas manos, sentí como mi muñeca derecha se quebraba.

     

    Gemí de dolor y cambié como pude mi varita a la otra mano, tenía suerte de saber manejarme con las dos manos. De eso y de que por ahí todavía andaba el mosntruito de Cass que me salvo de su propio Sectusempra. El animal no era alto ni nada pero la chica había apuntado a mis pies y le había dado a su propia mesa/ monstruo que se desangraba. Una pena.

     

    -Corpus patronus

     

    De nuevo delante de mí apareció otro animal, pero esta vez era un león. Jefe de la camada con una gran melena y un gran porte. Tan solo una de sus patas eran mis dos piernas. Era enorme y tenía unos grandes colmillos al igual que garras. Debía defender y atacar a cuanto mortífago intentara perjudicarme. Se engrifó como un GRAN gato, preparado.

  20. -Cyclone

     

    El pequeño tornado se llevo consigo las medias lunas que había intentado mandarme Cass. Estaba furiosa, era una fiesta de neutrales donde ellos también deberían celebrar pero, así? Eran más que patéticos.

     

    La mortífaga luego había conjurado una mesa en un monstruo, pero había conjurado una mesa de té muy pequeña. El monstruo tenía el tamaño de un deforme chimpacé. Horrible, bestia como ella misma-

     

    -Corpus patronus

     

    De mi flamante varita justo delante de mi, apareció un violento y enorme rinoceronte macho en plena época de celo. Necesitado, macho y con ganas de matar. Mi criatura de unos 700 kilos bufaba peligrosamente listo para defenderme y atacar. Lo primero que hizo fue matar a ese monstruo con su largo cuerno de unos 14 centímetros.

  21. Miré sorprendida a Aimee. Era increíble, la cantante había intentado atacarme pero con muy pocas ganas, o sea que ilusa estaba a unos 15 metros de ella. Imposible que su llama pudiera siquiera rozarme, patético.

     

    -Evanesco

     

    Atenta al otro ataque, había sacado mi varita por lo que no me fue muy difícil defenderme del siguiente hechizo. Malditos aficionados, quería emborracharme no pelear :sad: . Suspiré y al hacerlo bajé la vista. una serpiente del tamaño de un renacuajo de acercaba a mi de manera 'peligrosa', Mi estruendosa risa invadió el lugar.

     

    ¿Qué clase de bicho era aquello? Demasiado pequeño y escuálido para darme miedo. Esperé a que llegara a mis pies y antes de que pudiera hacer nada, la aplasté con el tacón.

     

  22. Su mano me proporcionaba una agradable calor que me hacía sonreír. Era suave y cálida, además olía muy bien. Juntas, sonrientes, hermosas, jóvenes, caminábamos por la entrada del local al 'after party' de lo que había sido una larga pero maravillosa gala.

     

    Una manera poco habitual, nuestra actitud cariñosa podría malinterpretarse pero así eramos las primas Poluain, cariñosas y únicas. Quizás era por ello que fuésemos juntas en vez de con una respectiva pareja, pero nos teníamos la una a la otra y a nuestras brillantes mentes sociales, lo que nunca nos dejaría aburrirnos.

     

    Con una mirada de reojo pude ver como Aimee habría la boca complacida ante la decoración del lugar. Sonreí y le dí un pequeño empujón con mi codo para que corrigiera su vulgar gesto. Dejé que una risilla se escapara de mis labios antes su cruel mirada. Le dí otro codazo mientras entornaba los ojos y con una marcha más rápida la arrastré hacia una de las mesas.

     

    -Aquí estará bien

     

    -Me siento pequeña...

     

    -Naaah ya verás como ahora llegan Eli y Caro y puede que antes se te acerque algún pervertido...

     

    Como un perfecto coro, nuestras risas se coordinaron hasta formar una alegre melodía. Le guiñé un ojo y le hice señas con la mano de que ya volvía. La dejé sentándose y yo por mi parte, me alejé hasta la barra donde pedí un whiskey para ella y una margarita para mi, tequila siempre.

     

    -He acertado,no?

     

    Apoyé su vaso en la mesa, y le dediqué una gran sonrisa inocente. Si no estaba mal eso era lo que siempre bebían Caroline y ella. Deposité mi copa sobre la mesa también y me senté a la vez que soltaba un gran suspiro. Tenía muchísimas ganas de fiesta.

     

    Ya bien sentada, agarré mi copa y di un pequeño sorbo con cuidado de no llenarme demasiado del azúcar que bañaba el borde. Estaba delicioso, entorné mis ojos en un gesto de placer al cual Aimee no pudo resistir sus carcajadas.

  23. Bailaba con Candela de la manera más animada cuando mis ojos se posaron en una hermosa lechuza de color naranja que se posaba en el alfeizar de la ventana. El animal se quedó paralizado allí unos cuántos segundos y luego sobre voló nuestras cabezas.

     

    La ventaja de ser Marcellus es que era más alta y una de las ventajas fue agarrar aquel cartel. WTF era la cara de,¡mi cara!. Me empecé a reír como loca y tras ofrecerle una gran sonrisa a los presente, desaparecí. Lo menos que me imaginaba, era que mi nuevo cuerpo, pertenecía a un chico obviamente más inquieto del que conocí. Estaba orgullosa, lástima que los efectos empezaban a pasarse.

     

    Debía volver a la mansión rápido, si llegaba a mi estado natural con aquella ropa, moriría asfixiada por el peso, y por la vergüenza de tales pinta. No podía parar de reír, me lo había paso de lo lindo y el final de la fiesta, lo mejoraba sin duda alguna.

     

    Desaparecí.

     

    OFF: jajaja!!

  24. -¡Candelaaaa!

     

    La chica (si es que era eso) había tenido la misma idea que yo. Tomar algo para hacer la fiesta más divertida. Justo agarré dos copas de un líquido color bronce y le ofrecí una de ellas. Conocía ami jefa por el trabajo, pero ¿y Marce? Aquella situación resultaba incómoda, y divertida.

     

    -No has parado de bailar con Adriano... Me debes un baile a mi.

     

    Tomé mi copa de un solo trago y tras dejarlo en una mesa, me acerqué hasta ella y tras una leve reverencia le ofrecí una mano. La música que sonaba era bastante rápida y con un ritmo igual todo el tiempo. Como mujer sabía dominar mi cuerpo para este tipo de melodía, pero como hombre, con aquellas piernas tan largas, pelos por todas partes. Sin querer un escalofrío recorrió mi cuerpo.

     

    -¿Me concede esta pieza?

     

    Off: Cero imaginación xD Perdón

  25. Quise reírme, reírme como loca. Pero en vez de eso, ahogué mis carcajadas en un buen trago de mi recién cogido vaso de whiskey. Me encantaba como habían decorado los baños, había burbujas por todo el lugar y gran variedad de bebidas y comidas.Con el cuerpo nuevo, sentía más hambre de lo normal, pero comer tanto me parecía una exageración.

     

    -Marce, cariño, tienes que poner una música más suelta... ya sabes, como cuando nos conocimos.

     

    Casi me ahogo con la voz de Candela. ¿Era propio de ella? Quizás,pero¿tan rápido?. Me encogí de hombros y me puse a su lado y el de Mahia. Le ofrecí a cada una una copa y luego, la música cambió a pedir de boca.

     

    -Música,¿cómo esa?.-Sonreía.-¿Aun bailas igual que cuando nos conocimos?

     

    La retaba a seguirme el juego, poco me importaba si aquella era realmente la mortíaga solo quería hacer más divertido el juego.¿Tendría el cuerpo de Marce más resistencia para el alcohol que el mío? Aquello si que sería una ventaja....

     

    -Mahia ¿Cómo te va en la vida?

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