Mentita

Estaba completamente perdida. No sabía si el lugar al que había llegado se trataba verdaderamente de la mansión en la que debía hacer guardias o era simplemente que se había desviado de camino y ahora debía empezar desde cero. Tampoco podía hacer preguntas, una de sus características era la de "No consultar"; su complejo de superioridad se lo impedía y le obligaba a solucionar el problema por sus propios medios.

Candela entró entonces cual intrusa hasta los jardines, desde allí parecía que podía espiar, si bien no del todo, al menos lo suficiente como para poder ubicarse. Aunque fuese algo que no le hubo servido de mucho, por lo menos le sirvió para tomar la decisión de dirigirse a la entrada principal.

Una vez allí, frente a la puerta, tocó tres veces; siempre vigilaba por sobre su hombro, hacia atrás, no quería encontrarse con nada indeseable.

— ¿Sí? —preguntó una criatura de largas orejas y prominente barriga— ¿En qué puedo ayudarla? —

— ¿Ragnaventus? —preguntó a su vez la ojigris.

— Así es —el elfo le dedicó una mirada recelosa.

— ¡Bien! —se glorificó la Triviani y entró hasta el vestíbulo como dueña de casa.— ¿Se encuentra algún miembro de la familia que pueda atenderme? —

Hola :3 Ahora me toca pedir actualización, nuevamente xDDD Sólo de algunos datos de la ficha, el resto que esté como esté :B

Que quede así:

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Cualidades Psicológicas:

Extraña, quizás sea una de las palabras que describan a esta bruja. Su paso por la vida y su experiencia le ha permitido dotarse de una fuerza emocional que antes no conocía en sí misma, dejándole ser mucho más arisca y poco carismática frente a ciertos aspectos dentro de la sociedad y los lazos que pueda llegar a tener con ella. Detesta las demostraciones de afecto, los abrazos y las caricias son gestos que evita brindar, es por eso que se enoja tan fácilmente con Katara cuando se lo hace.

Se podría decir que es una persona rencorosa y que vive del odio, aunque la mayor parte del tiempo no fuese así. Al sufrir de amnesia a causa de un homicidio, desconoce la razón por la cual está siempre tan enojada con el mundo. Sólo sabe que los odia y que haría todo lo que estuviese al alcance de sus manos para desaparecer a todo aquel que la irrite. Y es bastante irritable.

Es antisocial hasta cierto punto, tiene sus propios límites y se los traza de acuerdo a cómo se den las cosas en su entorno. A pesar de todo, desencaja tan fácilmente en un grupo, siempre fuera de lugar. A una fiesta de gala puede muy bien caer descalza y con los cabellos revueltos, como si hubiese estado viviendo en la calle. Destaca y llama la atención aún sin proponérselo, y cuando el resto la nota, sabe mirarlos con desprecio.

Es una persona bastante difícil de llevar, difícil de tratar. Ciclotímica, con sus cambios de humor constantes que la llevan de un extremo a otro. Su sarcasmo y su ironía serán alicientes constantes en sus conversaciones. No le gusta que la contradigan, siempre tiene la razón, aún si no fuese cierto. Nadie puede ganar tan fácil su atención a menos que lo que diga sea considerablemente interesante, y si no, la charla se mantendrá dentro de la monotonía, pues ella no cree que todos entiendan su grado de humor avanzado o su propia inteligencia para conversar fluidamente.

Es egoísta. Su lema constante será: Primero YO, segundo YO, tercero YO, cuarto YO y si queda espacio, YO. Es desconfiada con todo y con todos, así como también es alguien en quien no se puede fiar del todo. Sus planes y su camino tendrán otros rumbos, aunque ella diga lo contrario. Incluso puede traicionar a sus seres queridos si con eso logra lo que se propone.

Ama por sobre todas las cosas a su madre, pero eso no le impediría hacerla a un lado para llevar a cabo lo que quiere para su vida. No le gusta el poder político y está en contra de quienes lo ejercen, lo que le llama la atención es el poder que la magia ejerce entre los mortales, y su condición como demonio le permite hacerse experimentos para pociones o nuevos hechizos que pueda practicar contra los demás.

Así también, su naturaleza le ha hecho una gran mentirosa y manipuladora. El amor es para los débiles y la debilidad no es buena compañera en su búsqueda por el control de la magia. El haber asesinado a su propio hijo le ha hecho tan fuerte como quisiera, tan dura, sin alma, sin compasión y sin ningún rastro de cariño para con nadie. Es una mujer cruel y siniestra, y aunque disfruta siéndolo, prefiera dejar al misterio pues nadie sabe cómo reaccionarían los demás.

Si hay algo que le emociona en demasía, es torturar y matar elfos y a los Ryddleturn. Le divierte y entretiene planear sus muertes y castigos, es un éxtasis para sus sentidos. Y siempre está planeando la venganza contra la descendencia de Lyra, su madre adoptiva.

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es todo *-* Gracias de antemano!

Enarcó una ceja al verlo probar los panecillos, aparentemente se sentía a gusto en el castillo. Una pequeña rama cayó sobre el mesón, prueba de sus actividades de los minutos pasados, sopló delicadamente y la rama voló sobre sus cabezas, hasta que un elfo la atrapó y vio a la Triviani sin saber qué hacer.

— ¿Requisito? —terció la bruja— Preferiría que no. Es molesto, sí, el que no sepan tu idioma. Pero también es conveniente por si no es tu deseo que se enteren de ciertas cosas... —insinuó guiñándole un ojo.

Contempló cada gesto de Derek, analizando el efecto que tenía sus palabras sobre él. No pasaría por alto una vez más lo anterior y, aunque moría de ganas por preguntárselo, supuso que sería mejor idea esperar un poco más; no era su intención asustarlo ni mucho menos, aunque no pareciese de los que huyeran.

— ¿Y dónde se encuentra dicho conejo? —

La gitana salió de su trance, especulando más de un millón de posibles respuestas a la pregunta que tenía formulada en su cabeza.

— Egli è ovunque —murmuró Candela.

Entrecerró los ojos mirando a los jardines traseros por la ventana de la cocina, a través de los vidrios podía avistarse las estatuas que alguna vez consiguieron en un robo y una guerra con otra familia.

— Nunca lo pierdes, él se pierde solo. Le gusta la sangre, pero la humana... —agregó distraída y le miró nuevamente con fijeza. — ¿Puedo preguntar por tu reacción de hace un rato? —soltó por fin, era curiosa.

Hola lia, gracias por pasar a afiliarte

Aceptada y ya te he agregado, lo mismo que a Adr. Así que lia, ya puedes rolear como empleada, aunque Miss te está evaluando primero xDDDDD

Saludos!!!!!

Estiraba los brazos al caminar cuando sintió los pasos de Derek siguiéndola, no lo había escuchado y pensó que quizás estaba tan hambrienta que iba perdiendo parte de sus propios sentidos. No lo esperó, si no que mantuvo la misma velocidad, con el mortífago pisándole los talones.

Una vez dentro de la cocina, los elfos se habían amotinado uno detrás de otro para ver si podían salvar algo de lo que se estaba quemando en el horno; un Chuck se dio media vuelta y abrió los ojos como platos al ver a la matriarca dentro de la habitación, su gesto impasible y su mirada serena sólo podía significar una cosa: Estaban en problemas.

— Elfi Stupidi! Non è possibile mettere qualcosa nel forno senza bruciare? —les gritó y todos ellos retrocedieron temerosos, aunque eso significase que se estuvieran quemando al roce del horno.

— Mi scusi, signora, giovane Danyellus ci ha chiesto panini bruciati per l'eccellenza —respondió uno que, aunque parecía estar totalmente tranquilo, empezaba a transpirar y revolvía sus manos nervioso.

Candela lo observó con recelo, entrecerrando los ojos y con las pupilas bastante dilatadas, al punto que el rojo sangre de sus iris se empezaban a notar gracias a la alteración. La salamandra en su cuello palpitó un par de veces hasta que se dio cuenta de que, de espaldas al muchacho, no se encontraba totalmente sola.

— Lo averiguaré —siseó con voz envenenada.

Y lo haría; si elfo estaba en lo cierto, Danyellus pagaría por aquella est****a broma, y si se equivocaba, el elfo naturalmente moriría. Respiró hondo una sola vez y por fin le dio la cara a Derek, que observaba todo con actitud calmada. Candela tomó asiento y al instante uno de los elfos se acercó a ella con una bandeja de panecillos y una jarra de jugo de melón, su favorito.

— Lo siento —le dijo al guardián, aunque no estaba realmente arrepentida, la gitana era así de arrebatada siempre.— Cuando estoy en casa utilizo el acento, algo que no puedo hacer mucho fuera, detesto estar explicando siempre lo que digo —puso en blanco los ojos y le dio una mordida a un panecillo.

Derek se sentó frente a la bruja, preguntando por la mascota de Aland y la Triviani no pudo evitar reír, con una risa tan natural que hasta se había olvidado de cómo sonaba.

— Eres el primero en preguntarlo —cedió y le dedicó una elocuente mirada— Apocalipsis es la mascota de mi madre, de Aland, es un conejo rosa... Sí, un conejo rosa —repitió al ver el gesto incrédulo del mortífago— De todos modos, que no te engañe, es bastante cruel si lo quiere. —añadió y bebió de su jugo.

La escuchó y volvió a revisar lo que le había indicado. ¡Era cierto! ¿Cómo se le pasó?

— Lo siento —se disculpó y corrigió el error.

Entonces esperó una vez más a que le dijese si estaba todo en orden, esperaba que fuese así o tendría que pasarse todo el día dentro del departamento y no era una idea muy alentadora. Apoyó su peso en un pie, de costado, y tamborileó la pared con sus dedos. Se le había antojado silbar, pero luego se le ocurrió que no sería muy buena idea.

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional

Confederación Internacional de Magos, Sede Británica

 

 

 

Ficha de registro de Brujas y Magos inmigrantes

 

 

Nombre: Candela Triviani

Ficha: Ficha

Nacionalidad: Italiana

Motivo de inmigración: Mudanza familiar

Situación actual en Gran Bretaña: Trabajo en el Banco Mágico de Gringotts, matriarca de la Familia Triviani.

No pasó mucho tiempo para que la atendieran, una joven se había acercado a ella con aparente amabilidad, lo que convenció a la gitana de que todos en el Ministerio estaban locos. O quizás la loca era ella que pensaba que había tratar a los demás tal cual su humor lo demandaba. Le devolvió la sonrisa y asintió a lo que le decía.

Al cabo de unos segundos, y de haberse hecho de una pluma para llenar los formularios que la chica le había dado, los terminó de completar y se los entregó en silencio, de modo que esperaba a que la joven le informase si se encontraba en correctas condiciones o si debía rehacerlo todo.

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional

Confederación Internacional de Magos, Sede Británica

 

 

 

Ficha de registro de Brujas y Magos inmigrantes

 

 

Nombre: Candela Triviani

Ficha: Ficha

Nacionalidad:

Motivo de inmigración: Mudanza familiar

Situación actual en Gran Bretaña: Trabajo en el Banco Mágico de Gringotts, matriarca de la Familia Triviani.

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional

Organismo Internacional de Normas de Instrucción Mágica y Oficina Internacional de Ley Mágica

 

Plantilla para Pasaporte

 

 

Nombre Candela Triviani

Edad: Joven

Sexo: Femenino

País de origen: Italia

Ficha de personaje: Ficha

La matriarca lo observó con curiosidad, al parecer había reaccionado a algo que había dicho pero no se le ocurría qué podía ser. Fijó en él sus ojos grises, tratando de descifrar el pequeño misterio que Derek ocultaba, y cuando éste le sonrió como si tal cosa, la bruja decidió que era mejor no preguntar; de todos modos, era bastante buena averiguando cosas sin mucha información, aunque no se lo propusiese.

Se encogió de hombros cuando el guardián rechazó su invitación y pensó que entonces comería sola, aunque no era una idea que la alentase demasiado. Sonrió un instante después al escuchar su pregunta y miró alrededor del vestíbulo, como analizando ella misma el estado en el que se encontraba el castillo, si era peligro o demasiada tranquilidad.

— En realidad, todas son visitas no deseadas aquí —respondió con indiferencia— Nuestros elfos resultan ser muy buenas alarmas si alguien se atreve a invadir nuestros jardines, ellos mismos muchas veces evitan que pasen más allá de esos límites, lo cual nos resulta bastante beneficioso. —permanecía derecha y con ambas manos cruzadas en la espalda.

El estómago de la gitana estaba resentido, necesitaba comida, y comida humana antes de que se le ocurra pedir otra cosa. La Triviani suspiró.

— Pero bueno, no siempre son muy efectivos, particularmente cuando se encuentran los Chuck nuevos. Hasta el momento ningún incidente, al menos no desde que regresé de mi viaje. —concluyó y agregó:— Debo comer algo. Puedes empezar por donde gustes y si necesitas algo más, estaré en la cocina. —

Dio media vuelta y fue caminando, aunque realidad parecía estar danzando descalza, hacia la cocina.

— Ten cuidado con Apocalipsis —dijo en voz lo suficientemente alta para que el mortífago la escuche— mia madre non permette loro di toccare il coniglio.

Ya puestos a hacer las cosas de forma legal, o al menos la mayoría de ellas, se dirigió al Departamento de Cooperación Mágica Internacional. ¿Cuánto tiempo había pasado sin que registrara ninguna de sus idas y vueltas? Incluso jamás pidió su registro de extranjería y eso le preocupó un poco, dado que no quería perjudicar por ello los negocios que mantenía en Londres.

Ingresó de forma directa hasta la recepción del lugar esperando ser atendida por alguno de los miembros del personal, le sonrió con fingida amabilidad a la primera persona que se le acercó y habló, si era en ese momento no sería nunca, pues creía que en el cualquier momento se llenaría el departamento de personas que también irían por trámites iguales o parecidos a la bruja.

— Buenas tardes —saludó con gesto educado— Me gustaría registrar mi extranjería y saber qué debo presentar o hacer para obtener un pasaporte. O lo que sea, siempre es necesario uno. —mencionó con seriedad.

Entonces esperó la respuesta de quien la atendiera y proseguiría por hacerse del lugar por vías legales.

Adr.!!! Perdón por la tardanza y gracias por afiliarte, en cuanto me den unas cuantas respuestas en el topic de consultas y modificaciones de negocios, haré oficial tu afiliación.

¡Saludos!

Lo escuchaba prestando bastante atención a lo que decía y haciendo caso omiso a la requisa de sus ojos a la que la sometía. Hizo el amago de una sonrisa al ser informada el motivo de su visita y, aunque no le gustaban los extraños, se le ocurrió que al fin y al cabo estaba ahí sólo para realizar el mismo trabajo que a ella le tocaba hacer en compañía de algunos mortífagos. Quizás más adelante, cuando le dejasen entrar a la Marca, podría realizar esos trabajos sola.

La gitana era una bruja que no disfrutaba mucho de la compañía de los demás, aunque tenía sus lapsus de sociabilidad que sorprendían, era de aquellas que preferían la soledad; a menos claro que se tratara de una de sus madres, entonces no lo aparentaría, pero sí que se divertiría.

— Candela Triviani —se presentó también y estrechó la mano del chico.

El cuerpo sin vida del elfo había desaparecido y lo único que quedaba era el rastro de su muerte. La bruja sacó su varita y quitó las manchas que pudo haber dejado la criatura, dándole al vestíbulo un aire mucho más... acogedor. Si bien seguía siendo tétrico, era así como se sentían en casa los demás.

— E 'morto. Per fortuna ci sono molti di più. —se encogió de hombros y se volvió hacia su acompañante.— ¿Quieres que te de un recorrido por el castillo? —preguntó— ¿O prefieres hacerlo solo? —

De todos modos ella tenía ganas de ir a la cocina a prepararse algo de comer, estaba más preocupada en su estómago en su propia apariencia; así que esperó a que el guardián decidiese.

El siseo de las hojas a causa del viento relajaban sus sentidos, parecían susurrar pequeñas frases ininteligibles que sólo su cuerpo podía interpretar. No había regresado al castillo desde sus interminables visitas por el Ministerio y Gringotts así que, cuando lo hizo, prefirió quedarse trepada de uno de los grandes sauces del jardín. Desde allí podía ver todo lo que se cocía en la noche, magos, brujas, pequeños bichos saliendo de sus encondrijos.

Se sobresaltó apenas al ver cruzar las grandes verjas de la entrada a una bruja que se le hizo familiar, sin embargo, al cabo de unos segundos la dejó pasar. La vigiló en su trayecto hasta la puerta y, una vez allí, se despreocupó. Recostó su cabeza en el tronco del árbol y cerró los ojos intentando volver a la paz que la hubo invadido minutos antes, pero no lo logró. Tenía la sensación de que debía estar dentro del castillo, pero no conseguía descubrir el por qué.

Candela tenía sus sextos sentidos, que a decir verdad no eran tal cosa, eran simples estelas de su memoria que jamás podía recordar. Mantuvo los párpados pegados hasta que volvió a escuchar ruido en la entrada, sólo que esta vez no se había percatado de su ingreso. Se fijó en la puerta abriéndose y decidió saltar. Cayó elegantemente sobre sus pies, cual felino, y siguió sigilosamente los pasos del visitante.

Uno de los Chuck lo atendía, pequeñas ondas llegaban hasta sus oídos para escuchar la conversación que mantenían, aunque no durase demasiado. Logró avistar un rayo y un pequeño golpe sobre el blanco mármol del suelo.

— ¿Eres de sangre limpia? —

La joven matriarca se heló durante un segundo que pareció interminable, la voz no pertenecía al visitante si no que venía desde adentro. Sacudió la cabeza para convencerse de que no había razón para quedarse tildada, ¿quién era? Seguramente no se trataba mas que de un mortífago más de la familia. Probablemente uno de aquellos que se regodeaban siendo crueles y torturando, como ella misma, sólo que la gitana no necesitaba una marca para hacerlo.

— Lo que sea, puedes entrar al Castillo; los Chuck te atenderán como es debido —y se marchó.

Escuchó sus pasos alejarse, a pesar de estar la puerta cerrada nuevamente, y apresuró los suyos para llegar hasta el interior del castillo y ver de quién se trataba. Se abrió paso, estaba descalza, y lo único que alcanzó a ver fue unos grandes mechones de cabello blanco; así que se le ocurrió que se trataba de alguien ya mucho mayor.

La Triviani se volvió al joven visitante y, con una sonrisa maliciosa, le hizo frente, aunque su altura no ayudaba mucho, y menos cuando no estaba calzada. Su cabello estaba revuelto, lo sacudió un poco para quitarse las hojas que se le habrían pegado estando sobre el sauce mientras mantenía su vista fija en el muchacho.

— Es un maleducado. —dijo al fin quitándose una pequeña hoja de la frente— Y eso que es patriarca —agregó.

Al detenerse en un momento notó el efluvio que llenaba el castillo, hizo una mueca al darse cuenta de la pequeña puntada de dolor en su pecho y lo disimuló bastante bien mirando hacia un costado sólo para fijarse en la marca que había dejado el cuerpo de la pequeña criatura. Suspiró.

— ¿Necesitabas algo? —preguntó con la picardía reflejada en sus ojos mercurio.

Si bien no era intencional, era por naturaleza, sus gestos socarrones, un aire de altivez y arrogancia que solía envolverla. Había nacido de esa manera y su crianza fue un eje bastante importante en su carácter, se formó tal cual debe ser un Triviani; aunque Candela era lo más parecido a uno revoltoso y bastante rebelde, con sus cambios ciclotímicos y sus estados de humor tan cambiantes.

Hola Adr.

Lamentamos informarte que tu petición de ingreso a la familia no podrá ser tomada en cuenta debido a tus claras inclinaciones hacia la Orden del fénix. Verás, tenemos una política en esta familia (que de hecho está puesta como condición) que es la siguiente: "Esta familia apoya a la Marca Tenebrosa, es decir que solo se aceptaran Mortífagos, Aspirantes a Mortífago y Neutrales. " Tú entrarías en este último grupo si tan sólo no mostrarías pie ni para uno ni para otro bando.

Los Triviani, además de caracterizarnos como psicópatas y como una mafia, hemos llevado muy en alto nuestro orgullo mortífago y nuestros personajes no aceptan traiciones ni lazos con nada que tenga que ver con el otro bando. Esperamos que lo sepas entender.

Disculpas por haberte hecho venir acá, me hubiese encantado adoptarte como hija, pero dadas las circunstancias pues, no puedo hacer más u_u A menos que quieras ponerte en aspirante verdecita y quieras tener una marca tatuada en el futuro... ahí pues, podemos negociar (?).

Gracias por su atención, vuelva pronto (?)

Atte,

Candela, Aland, Alyssa y Danyellus

Matriarcado + 1

Holases Necesito una guía >_> (?) xDDDD

Nah mentira, no necesito guía, lo que quiero es que me respondan un par de preguntas y que me digan si lo que tengo pensado hacer es válido xDDD

Duelo

Como verán, mis tiempos serían los poco siguientes:

Yo: Seccionatus

Él: Evanesco

Yo: Silencius

Él: Morphos (Silenciado, no sale)

Yo: Morphos (actúa, pues es efecto)

Él: Morphos (acá va mi duda siguiente)

Yo: -

Él: Otra duda más xDDDD

Bien, de todos modos si revisan los tiempos y el duelo en su plenitud pues se darán cuenta LOL xD

En fin, mis dudas son las siguientes respecto de su respuesta, es decir de sus dos últimas acciones:

"...su zapato se trasformó en un erizo de mar que con el peso de su cuerpo sobre el al trasformarse se clavó profundamente con sus cientos de agujas venenosas en su pie derecho..."

• ¿El peso de mi cuerpo? Según como yo lo veo, el calzado al cubrir el pie y sufrir una transformación se encoge superiormente, es decir que no estaría bajo mi pie, necesitaría un espacio (como el estar sobre mi pie) necesario para sufrir su transformación a gusto (?) xD

• En caso de que sea cierto lo que planteo, entonces sólo me bastaría sacudir al bicho de mi pie para librarme y, en ese caso, ¿gastaría una acción eso? A mí me parece que no, pero pues... ustedes son los expertos xD De cualquier modo, antes de llegar a esta instancia ustedes son los expertos y me dirán antes que nada si mi primer punto es verdadero y puedo hacer esto segundo >_> xD

Luego al moverme un poco sentí que el metro de alambre púa que estaba sobre mí rozaba mi piel. poco a poco me lo quité como si fuera este un gran aro al rededor de mi,tratando de no herirme mucho. solo logró hacerme unos cuantos rasguños superficiales sobre mi torso nada de que preocuparme, lanzandolo a unos 10 metros de distancia con mi fuerza vampirica quedé libre de esa trasformación

• El Morphos que yo utilicé sobre él fue un alambre de púas bla bla bla... Para empezar, roleó movimientos... osea, ya el alambre le hacía daño. Sin embargo lo único que él hace es rolear que fueron superficiales, cosa cierta y no sé hasta qué punto, debería curarse xD

• Se supone que eso sí que cuenta como segunda acción, ¿cierto? Y de ser así, ¿puedo intercalarle entre su morphos y ese acto de quitarse el alambre sin ningún problema, ¿cierto? Y como él estará muy entretenido quitándose el alambre, pues mi ataque le dará... ¿cierto? xDDDD

• La última, creo

"rasguños superficiales sobre mi torso nada de que preocuparme, lanzandolo a unos 10 metros de distancia con mi fuerza vampirica quedé libre de esa trasformación"

Hasta donde yo sabía la naturaleza del personaje no contaba en los duelos o_o osea... ¿10 metros? Sí, hola. En ese caso diré que las púas del erizo no traspasan mi piel por mi fuerza demoníaca (?) y así, ¿bailamos la conga? me copa *---* xDDDDD

De todos modos, y debo insistir en lo siguiente: " Estaba muy bien atrapado y apretado"

A mi parecer no pueden ser tan superficiales los daños ù.ú xD

Anyway, respondanme pronto

— Y con una mi**** una vez más... —maldijo estirando las manos en una burda imitación de un ciego intentado posicionarse de forma correcta.

Otra vez con los pensamientos, otra vez con las curaciones que, de haberse dado cuenta antes no las necesitaría. Episkey pensó para empezar a curarse de un nuevo Strellatus y otro Episkey más para curarse al completo. Se maldijo por lo bajo mientras parpadeaba un par de veces para cerciorarse de que su vista estuviese intacta.

Y recuperó la visión sólo para ver cómo su pantera devoraba a Andrómeda y, acto seguido, Candela le dió otra orden.

— A por ella, destrúyela cariño — murmuró a la pantera que en esta ocasión iba tras Felicity.

- Silencius! - Dijo Candela.

La bruja había apuntado esta vez a uno de los fenixianos que atacaba a Zack ( Zbigniew Fined), intercaló a su segunda acción de modo que ésta no tuviese libertad de salir de sus labios. Sería un simple proyecto de ataque, fuese cual fuese el segundo movimiento que pensaba hacer el chico.

- Silencius -repitió un poco más segura de modo que el tercer hechizo quedase lo mismo que el segundo, sólo en proyectos de ataque.

La Triviani había hecho su buena acción del día y no permitiría que ataquen más de lo debido a sus futuros compañeros, bueno, quizás sólo un poquito ya que se divertía viéndolos colgados de los pies. Quizás si tenía suerte les veía los calzones (?).

- KONGAAAAAA!!!

Hacía mucho que no veía cadáveres bailando la konga; según Candela recordaba el hecho de Fernando Black, un antiguo líder mortífago, en medio de una batalla parecida controlando inferis y todo lo que se le ocurría, sólo para ponerle un poco de sabor a la muerte y los llantos fenixiano; aunque bueno, la nueva generación de fenixianos ya no sollozaba como antaño.

Y por lo que podía ver, Andrómeda intentaba moverse y apuntar a algún rival mortífago y mucho no le funcionaba, poco a poco las púas del alambre que la retenía le iban minando los movimientos y la fuerza, la lastimaban, cosa que convenía a la Triviani.

- Sectusempra -murmuró apuntando a un fenixiano recién llegado, intercalándolo. (Niko)

El rayo impactó de lleno en el pecho del chico haciendo que de éste brotaran grandes torrentes de sangre, pronto moriría desangrado.

- Morphos - volvió a sisear haciendo esta vez que una roca de suficiente tamaño grande se transformara en una pantera negra adulta y robusta cuya orden era la de atacar a Andrómeda, quien aún continuaba con los alambres reteniéndola.

El animal corrió hacia su presa, la haría trisas en menos de lo que canta un gallo.

— mi**** —murmuró mientras pensaba en un Episkey para curarse el efecto del Strellatus en sus ojos. Hizo falta otro Episkey para curarse al completo, pues se lo debía.

No estaba segura de dónde estaba parada, pero el hecho de estar en medio de gritos de guerra y hechizos le hicieron imaginarse a sí misma en medio de una película de "Casi 300", aunque no fuese tan buena como la original y recordara aquellas épocas como las propias de su identidad como Galileo.

— En fin, el libro de la naturaleza... — murmuró una vez más sólo para caer en la cuenta de que estaba totalmente curada.

Los fenixianos no habían tardado en caer en la prisión para defenderla y no permitir que los mortífagos se llevasen a algún prisionero de sus tropas. Candela había encontrado la víctima perfecta para atacar una vez que Evarela la había cubierto con la fina masa gaseosa que la defendería de posibles ataques.

- Silencius! - Gritó la Triviani apuntando a Goderic luego de que este hiciese su escudo de agua o algo parecido (?).

Por lo que el siguiente hechizo que quiso hacer no salió de sus cuerdas vocales.

- Morphos - dijo una vez más esta vez para hacer que la prenda superior de Andrómeda se convirtiese en un alambre de púas lo suficientemente fuerte para no sacarlo a tirones y lo suficientemente filoso para, por si se movía, incrustarsele en la piel de modo que le hiciera daño.

Incluso los brazos de la chica se habían aferrado a ambos lados de su cuerpo, no podría moverse ni apuntar bien a nadie.

— La Zingara —murmuró jugueteando con su varita.

Chuck la observó con incredulidad y una mueca de desagrado.

— ¿No te gusta? Va conmigo. —intentó convencerle.

El elfo se encogió de hombros y decidió no darle la contraria, si le decía algo probablemente se enfurecería y lo que menos buscaba eran problemas. A menos que a Candela se le ocurriese preguntar por el paradero de su primo y el pobre de Chuck no tuviese la más pálida idea. Ahí sí que se le vendría el apocalipsis y no sería precisamente el conejo de Aland.

— Lo que la ama diga —la reverenció y se marchó.

La Triviani resopló al verlo irse y murmuró un par de maleficios que, sin duda, le llegaron al elfo ya que lo había escuchado gritar desde la cocina; se incorporó de un salto, justo para sentir la nueva calidez de su brazo izquierdo. Si bien no era el ardor propio de una marca mortífaga, el vestigio de lo que allí existía era tan fuerte como cualquier agua hirviendo. Era irritante.

Desapareció de los terrenos del castillo Triviani portando su varita y una botellita más de poción.

Sus pies, un poco anchos, se afirmaban en Alaska una vez más, ¿no había estado en un lugar parecido? Aunque su aspecto había cambiado en demasía, no tenía la misma silueta de una mujer demonio joven, por el contrario llevaba la barriga de un cincuentón casado y sin muchos placeres mas que la propia comida. Su rostro era el vivo retrato de quien está cansado por la edad aunque gozase de buena inteligencia.

Galileo, esa era la identidad que llevaba. Su cabeza era una mata de canas y su poblada barca blanca daba la impresión de ser pariente de Santa; y aún cuando llevaba esa apariencia, su fuerza natural, tacto vista, todos los sentidos de Candela estaban intactos.

— Bien, me gusta cómo te ves —le dijo a Albert Black (Amber) tras ver que su transformación suponía la figura de Albert Einstein.

Y mientras seguía, varita en mano y preparada, a Evarela y Spectum hacia el interior de la prisión fenixiana, iba pensando en la última vez que había pisado la cárcel; casi la destruye, pero los pobres odefos no se atrevieron a aparecerse; y se encogió de hombros.

— Después de todo… Nunca he encontrado una persona tan ignorante de la que no pueda aprender algo. —bisbiseó— [/i]Y definitivamente de ellos aprendo y mucho.[/i] —y esperó lista para la posible batalla.

Una joven se había acercado a las mujeres para intervenir en el trámite de los registros, Candela no sabía de quién se trataba pero suponía que debía ser alguna empleada del departamento. La joven demonio creyó por un momento en que aquella chica la ayudaría un poco pero se equivocó, de todos modos, llenó el formulario que le correspondía.

Ficha para el registro de Demonios y Banshees

 

• Link a la Ficha Personal: Ficha

 

• Nombre del registrado: Candela Triviani

• Tipo de espíritu: Demonio

• Residencia: Castillo Triviani

 

• Características físicas: Tatuaje de color ocre rojo en el lado derecho del cuello en forma de salamandra.

• ¿Puedes cambiar tu físico de alguna forma?: En momentos de extrema alteración o en batalla, el contorno de sus iris se tornan de un rojo sangre, la salamandra en su cuello parece cobrar vida al palpitar y retorcerse sobre la piel.

• Características peligrosas:

• Poderes o dones: La posesión de otros demonios y/o banshees, posee también a los muertos por un determinado lapso de tiempo, suficiente para causar estragos. Rapidez, agilidad y fuerza.

• Causas que te pueden descontrolar: Con el tiempo he aprendido a controlarme, pero siempre tengo mis recaídas, la más mínima contradicción o la sola presencia de alguien indeseado, despierta en mí la sed de sangre y muerte.

La Triviani acomodó su cabello para ocultar el tatuaje que tenía y, al ver que la anterior empleada caía desmayada, preguntó:

— Entonces, ¿quién me recibe esto? — y miró a la recepcionista intrigada.

Candela sonreía para sus adentros al tener la mirada insistente de la recepcionista, era obvio que con sólo mirarla unos segundos no se daría cuenta. No tenía la mandíbula encimada o algo parecido para suponer que se trataba de un vampiro y tenía apariencia de ser paladín. Quizás por su porte, la forma en que caminaba o incluso su forma de hablar, tan seductora cuando se lo proponía, darían la nota de una banshee.

Pero no, nada de eso encajaba en la bruja y la Triviani se sentía orgullosa incluso al punto de registrar su propia raza. Nunca lo había hecho por un sin fin de razones, pero creía necesario en ese momento. Mientras tomaba el pergamino que le pasó la joven, murmuró algunas cosas en italiano. Traducía lo que leía en su idioma natal y le dirigió una mirada rápida a la chica que la contemplaba impaciente. La ignoró.

Ficha para el Registro de elfos

 

• Nombre del elfo: Miss

Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: Negocio

 

• En caso de servir a una familia o negocio.

Apellido de la familia/nombre del negocio: La Mazmorra

Tiempo que lleva sirviendo a la misma: una semana

Nombre de quien lo registra: Candela Triviani

 

• Link de la ficha de personaje, registro de negocio o registro de la familia para la que sirve el elfo: La Mazmorra

Ficha para el Registro de elfos

 

• Nombre del elfo: Rod

Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: Negocio

 

• En caso de servir a una familia o negocio.

Apellido de la familia/nombre del negocio: La Mazmorra

Tiempo que lleva sirviendo a la misma: una semana

Nombre de quien lo registra: Candela Triviani

 

• Link de la ficha de personaje, registro de negocio o registro de la familia para la que sirve el elfo: La Mazmorra

Una vez que terminó de llenar los formularios para los elfos se quedó pensativa un par de minutos, hasta que por fin lo soltó.

- Demonio - bisbiseó jugueteando con su cabello, mismo que cubría la marca de su parte demoníaca.

Y luego de haber hecho algo más que llegar y sentar el traste donde no debía, salió fuera de la prisión sin despedirse de los demás. No le gustaba las despedidas. Dando saltos llegó hasta la entrada, que significaba su salida, y continuó su marcha contemplando todo lo que veía a su paso.

Nunca logró entender el por qué de tantas defensas, al fin y al cabo siempre terminaban rompiéndolas. Sería mucho más interesante con maldiciones verdaderas, imposibles de romper.

- Ciao - gritó a lo lejos mientras desaparecía en una estela oscura que la llevaría de regreso a la redecoración de su castillo.

- Morphos - dijo la Triviani cuando encontró una roca por allí, lo suficientemente grande como para transformarla en lo que estaba pensando.

La piedra se convirtió en un rinoceronte adulto y robusto, cuya orden era destruír todo lo que encontraba a su paso y que no pertenecía a los mortífagos. Las celdas y los muros se verían afectados por sus golpes.

- ¡Confringo! - exclamó para derribar el muro más cercano, total... si veía que la prisión se destruiría sobre ellos, tendrían tiempo de salir y desaparecer antes de hacerse daño.

Ni un alma alrededor mas que los propios mortífagos y demás compañeros. Probablemente los fenixianos no pensaban defender sus celdas y dejarían pasar uno que otro prisionero para darle la libertad. A Candela se le ocurrió que tal vez los mimbros de la Orden estaba cansados de los enmascarados y preferían dejarlos ir.

- Avis - murmuró.

De su varita salieron una docena de cuervos medianos que empezaron a revolotear alrededor de la gitana con la finalidad de protegerla de ser necesario. Aunque ella no lo viese así, preferible prevenir que lamentar. Y eso sería todo.