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Ky.

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Mensajes publicados por Ky.

  1. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ

     

    Al escucharla gritar, Lukyan abrió la puerta de su despacho y se acercó a ella, se quedó parado, quería saber si podía abrazarla, si podía hacer que aquel dolor que sentía desapareciera. Ahora estaba arrepentido de haberle dado aquel sobre, si tan solo hubiese callado, quizás ella no estaría sufriendo, pero entonces Kaori no sería libre de elegirlo, de decidir formar una familia con él sin que ella se sintiera culpable por engañar a Aries.

     

    El proceso en el que se le borraron las runas terminó en pocos minutos, fue ahí cuando no aguanto más y se agacho a abrazarla para sostenerla entre sus brazos, dejando que el dolor y la tristeza salieran de ella en forma de lágrimas. Uso su diestra para acariciar toda la espalda de la pelinegra como un modo de apaciguar su dolor. 

     

    —¿Quieres que los lleve a casa o prefieres quedarte en la habitación de Sammael aquí? —no le preguntaba si quería quedarse junto a él, en su cama ya que quizás era una invitación muy osada en ese momento. —El niño se fue a su habitación hace unos minutos seguro ya debe estar dormido.

     

    Le levanto el rostro tomándolo de la barbilla y sus miradas se cruzaron, cualquier cosa que ella eligiera en ese momento lo iba a respetar, por un momento recordó que varias noches atrás pensaba que cuando Aries le diera el divorcio a Kaori, ellos estarían celebrando que por fin podían ser una pareja fuera de las cuatro paredes de su habitación, pero la realidad había sido completamente otra.

     

    —Ojalá poder quitarte ese dolor que sientes, pero permiteme al menos hacerlo menos doloroso. 

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  2. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ

     

    La cena había sido perfecta desde el punto de vista de Volkov, habían podido cenar de manera feliz, entre risas sinceras y pequeños coqueteos por parte de ambos durante toda la noche, hubo momentos en los que el ruso aprovechando la distracción del menor le daba uno que otro corto beso en los labios de la morena. La hora de abrir los regalos había llegado, lo que también indicaba que casi era hora que aquel mágico momento terminase. Lukyan entregó un par de obsequios a Kaori, no eran más que un par de aretes y un collar a juego, por otro lado, al pequeño Sammael lo había llenado de obsequios, juegos, mini escobas voladoras, todo para que tuviese una infancia feliz y desarrollará sus habilidades al igual que él. Aunque ahora todo eso le iba a servir para distraerlo mientras ellos hablaban de algo muy importante.

    —Ven acompañame. –le pidió tomando su mano, dejando al pequeño demonio jugando con cada uno de sus regalos. —Sammael, esta en buenas manos, solo nos ausentaremos un para de minutos. 

    Al abrir la puerta de su despacho, avanzo hasta su escritorio, ya no la tenía tomada de la mano, en su lugar tenía un sobre amarillo, mismo sobre que estaba seguro, la mujer que tenia enfrente ya había visto.

    —No quise dártelo antes, por que quería que tuvieras una linda cena, tal y como lo había planeado, aunque quería hacer más cosas hoy, creo que es necesario que leas lo que hay dentro. –le extendió el sobre y la llevo a sentarse al sofá que tenia en aquel lugar, caminó hacia la puerta y antes de dar un paso fuera de aquel cuarto para darle privacidad se giro para mirarle. —Aries apareció frente a mi, un par de minutos antes de que tu llegaras, me dejó ese sobre, más no me dijo más. Perdón por ser tan egoísta.

    Y aunque el sabía que había en ese sobre, quiso hacerse el que no sabía, ya si Kaori le decidía contar era decisión exclusiva de ella, el por otro lado se quedaría afuera de la habitación, por si le llamaba.

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  3. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ

    Volkov estaba de pie en medio de la sala esperando a la mujer de cabellos negros y al pequeño Sammael, estaba poniendo una sonrisa enorme al ver como un portal se estaba abriendo a mitad de su sala, pero la persona que salía de aquel portal no era quien él esperaba.

    Aries salió de aquel portal con un sobre amarillo lleno de documentos importantes, se veía mal, era como si no hubiese comido en mucho tiempo, Lukyan se preocupo por el aparente estado deteriorado de salud del demonio que estuvo a nada de ofrecerle quedarse a cenar, pero el demonio lo corto en seco para empezar a hablar.

    —En este sobre están los papeles de la demanda de divorcio, y los papeles firmados de la sucesión de la custodia de Sammael. No me atrevo a dárselos a Kaori, dentro hay una carta explicándole mi situación. Ella merece encontrar a un hombre que la haga feliz.

    Dicho todo eso, Aries dejo el salón por el mismo portal que había hecho para llegar, Volkov tenia las manos sobre el sobre que le había entregado el demonio, cuando un nuevo portal se abría dejando salir a un pequeño niño que corría a abrazarlo para después ir a admirar el árbol con dulces.

    —Te ves hermosa Kaori. —se acercó hasta ella y le dejó un beso en los labios luego de darle lo que tenía en las manos a uno de sus empleados para que lo llevara al despacho. No sabía si quería que aquello le echará a perder la noche pero sabía que debía dárselo. —Luego de cenar, ¿pasamos a mi despacho?

    • Triste 1
  4. 24 de diciembre. 

     

    Apenas iba anocheciendo cuando empezó a nevar, todos los días, Lukyan le enviaba un mensaje a Kaori, preguntándole como estaba, aquel día el mensaje era para invitarlos a pasar navidad con él. Aries hacia ya bastante que no se aparecía por Londres, así que se imaginaba que en aquella ocasión tampoco lo haría. 

     

    Toda la Mansión de Volkov estaba adornada de acuerdo a la festividad, en la gran sala tenía un árbol de navidad de unos siete metros, adornado con palomitas acarameladas y paletas de caramelo en diferentes colores, más los adornos típicos que debe tener un pino. Los caramelos y más eran para que el pequeño Sammael se entretuviera comiendo dulces. 

     

    Para Kaori, había pedido que tuvieran lista leche caliente con una bomba de chocolate en forma de esfera Navideña, así pudiera sentirse cómoda en su casa, mientras esperaban juntos el momento para cenar. La cena era unos camarones temporadas, con arroz blanco y salsa de soya, no era la gran cosa pero sus cocineros estaban preparados para hacer cualquier comida que se le antojara a la morena. 

     

    Así que solo quedaba esperar a que Kaori llegara junto con su hijo, para empezar a celebrar con ellos aquella fiesta que tenía bastante tiempo sin celebrar, que ahora moría por celebrarla a un lado de la mujer que le hacía muy  feliz. 

     

     

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  5. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ


    Estaba atento a lo que pasaba con aquel chico que no se percato en que la escena había sido demasiado fuerte para Kaori, quien intento invocar su patronus sin tener resultado alguno, lo que desembocó en que los dementores cambiaran su foco de atención a ellos. Lukyan sabía que tenía que ayudar a la pelinegra, pero no estaba tan seguro de que tanto podría el darle momentos felices cuando seguramente aún pensaba en el demonio rubio que tenía de esposo.


    Se le quedo mirando, hacia tanto que no intentaba hacer un patronus y menos uno corpóreo, por que los únicos recuerdos felices eran los que había pasado con su esposa, pero ahora esos recuerdos tambien eran tristes y no podían ser utilizados. Pero esta vez, tenía muy presentes los recuerdos de esa tarde noche en la que había disfrutado junto con la mujer que tenia a su lado el amor que se tenían, aun cuando ella no lo decía, la forma que lo cuidaba y lo procuraba le hacían sentir muy feliz, así que uso eso como un recuerdo muy poderoso para formar su patronus.


    —Expecto Patronum.


    Filamentos de plata salieron de su varita formando la figura de un animal, era un Conejo de la pradera, como el que Arushka le enseñó a invocar, aun no estaba seguro en que animal debería invocar pero el conejo, por el momento complia con su propósito. Así que le dio el mensaje que le había dado Kaori y lo envió con los demás compañeros que los habían acompañado a aquella isla. Cuando el patronus se fue, busco lo que le había pedido Kaori que no olvidara, haciendo que aquel artículo que había ganado en sus aventuras en las mazmorras del Macusa le sirvieran para atrapar a uno de los dementores llevándolo con ellos al otro lado.


    —¿Esto quiere decir que somos dueños de nuestros dementor personal?

  6. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ


    Al final decidió seguir adelante, debía encontrar el lugar donde aquellos tres hombres se ocultaban, antes de regresar a donde se encontraban los demás. Mientras más caminaba detrás de ellos, más sentía como el ambiente se ponía más frío y triste, por lo que pensó que debía de actuar de forma más cuidadosa e idear un plan por si no podía regresar.

    En lo que ideaba el plan, notó como aquellos hombres habían entrado a lo que era un bunker, lo bastante grande como para albergar a varios hombres ahí, debía de ir con los demás y decirles. Estaba regresando por el mismo camino por el que había ido cuando chocó con el cuerpo de la persona más importante para el. Le sonrió ante la súplica, a la otra le diría a donde se dirigiría.

    —Tranquila, salí a explorar y me encontré con unos hombres, eran 3, pero creo que pueden ser más.—empezó a explicarle la situación de como ellos no se dieron cuenta que los seguía, así como el no se había dado cuenta de los dementores que sobrevolaban sus cabezas. —No los vi, así que estoy vivo de puro milagro, o por que en ningún momento tuve miedo.

    Miro a la morena a los ojos, estaba seguro que ella también había escuchado la teoría que los dementores se alimentan del miedo, por eso cuando creas un patronus escapaban ya que estaban hechos de recuerdos felices muy fuertes.

    —Esta bien si haces un patronus corpóreo y lo dejas cerca de nosotros, no creo que se acerque ningún dementor por aquí mientras tu patronus nos cuide.

    Apenas terminaba de hablar cuando vio a los tres hombres salir con un joven de 20 años que gritaba asustado, el cual llamó la atención de los dementores. La escena pasaba tan rápido para el que cuando se dio cuenta ya estaba usando fragoquinesis, el cual le ayudo a manipular las moléculas del aparato para romper la manguera del aparato con el que estaban succionando el alma de aquel chico que había estado siendo besado por el dementor.

  7. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ 

    Desde que Lukyan había aprendido a separarse de su sombra gracias al hechizo del clan al que pertenecía,  Umbra, cada vez que lo usaba, podía hacer uso de él por más tiempo antes de que su sombra tuviera vida propia. Antes de entrar a la cabaña como todos, se desprendió de su sombra enviándolas a ver que había sido aquella luz de la que hablaba Kaori.

    Escucho cada una de las asignaciones en silencio, noto que no había una para el. Quizás sus poderes aún no eran necesarios pensó y se quedó expectante para ver como es que eran los poderes de alguien del clan de los oscuros con un rango mayor. No pudo ver mucho de eso por que su sombra había regresado con el, eso significaba que había encontrado algo o a alguien, así que salió de la cabaña para seguir a su propia sombra.

    Entre más se acercaba a lo que fuese qué se había encontrado, la sombra fue más lento, era como si le dijera que fuese con más cautela, y así lo hizo, se fue ocultando entre los árboles hasta que los vio dirigirse hacia la cabaña. 

    Eran tres hombres, estaba seguro que como cualquier agrupación criminal, el líder aunque parecía tener un carácter imponente, también era el más débil de mente, de esa forma podía hacerle creer que varios dementores los tenían rodeados e iban por ellos, y así lo hizo.

    El pelinegro susurro ilusionismo, al momento que apuntaba al hombre que estaba más adelantado a los otros que parecían ir con cautela,  le hizo creer que estaba a nada de caerse por un acantilado y que iba a hacer atacado por dementores, así que regreso corriendo hasta donde se encontraban los otros.

    —Regresemos, las criaturas se nos están revelando, dementores nos persiguen, vamos por equipo y un rehen. —les dijo a los gritos, mientras los jalaba en dirección a lo que Lukyan pensó era su lugar de concentración.

    El ruso estaba en una disyuntiva si regresar a la cabaña o seguirles para saber donde se ocultaban. Ahora se arrepentía de no haber pedido ayuda a sus compañeros.

  8. ID: 73841

    Bóveda:

     

     

    Paises Bajos - Estados Unidos  empate  y se define en penales, pasando Estados Unidos.

    Argentina 2 - Australia 0

    Francia 3 - Polonia  1

    Inglaterra 3 - Senegal 2

    Japón 2 - Croacia 1

    Brasil 3 - Corea del Sur 2

    Marruecos  - España empate y se define en penales, dándole el pase a España 

    Portugal 3 - Suiza 1

    Ojala ver buenos partidos. 

     

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  9. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ 

    —Simplemente deseaba compartir algo contigo. 

    Aquella negativa por parte de ella, no lo tomó para mal al contrario le había agrado que le dijera que le parecia alguien sexy aun sin tinta en su piel. Algo en su mirada de la ojiazul le hizo darse cuenta que si la dejaba levantarse de aquella cama, la burbuja en la que se encontraban ambos sin importarles nada de lo que ocurriera fuera de esas poderes explotaría. Que importaba si fuera de aquella habitación estaba ocurriendo una tercera guerra mágica, Lukyan no quería que si esto era un sueño terminará. 

    Aprovecho que aun estaban sin ropa, solo con una sabana cubriendoles para volver a iniciar un camino de besos en la suave y tersa piel de la nipona, unos beso húmedos que se abrieron camino hasta aquella parte donde le haría tener un manantial acompañado con un torrente de placer, era la forma en que Volkov le decía que quería volver a hacerlo, volver a entregarse en cuerpo y alma de ella. Aunque su mente de Kaori, pensara que no lo merece, el cuerpo y su boca decían exactamente lo contrario, fue así como con ayuda de sus falanges le arrancaron un orgasmo más, el que bien podía decirse que sería el último de aquel día. 

    Kaori no era una mujer libre, eso lo tenía bien claro, y por eso mismo no podía retenerla por más tiempo, Sammael había ido al acuario con unas personas de la eterna confianza de ella, ¿Cuánto tiempo tomaba ver unos peces? Seguramente el pequeño torbellino, no tardaría en regresar a casa, a Lukyan no le importaba Aries, pero deseaba hacer lo correcto por Sammael, así que salió debajo de las cobijas y deposito un beso en los labios de la pelinegra. 

    —Me gustaría mantenerte aquí toda la noche, pero creo que deberíamos volver a tu casa. —le miró a los ojos, mientras le acariciaba, unos cuantos besos más fueron depositados en sus rosaceos labios que en ese momento aún seguían hinchados de todas las veces que se habían besado en ese tiempo. —Imagino que Sammael ya esta ansioso de contarte todo lo que vio en el acuario. 

    El ruso se levantó de la cama y fue en busca de las prendas íntimas de ella que se encontraban en el suelo de la habitación, para dárselas, aprovechando de tomar las propias y empezar a vestirse.

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  10.  

    ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ 

    Aquel par de montañas no era a lo unico qué deseaba acceder y eso lo tenía muy claro, cuando sus manos iban acariciando los muslos de ella, quien luego de un intercambio de caricias era ahora él quien estaba recostado sobre la cama con ella sentada a horcajadas sobre él y lo más importante sobre su virilidad que aún se encontraba bajo su bóxer. Lukyan tenía sus manos en las caderas de Kaori, le estaba llevando el ritmo del vaivén de caderas que había iniciado la pelinegra el cual quedo intermitente, ya que de cierta forma se debía mover ya que empezó a recorrer con besos húmedos los pectorales y otras partes del cuerpo del moreno. 

    Soltó varios suspiros y gemidos cada vez que cada mano o labios de Kaori, le propinaban un beso o una caricia en su cuerpo al desnudo, ya que la última prenda que le quedaba, la morena decidiera qué sobraban al momento de dejar besos en su hingle haciendo que el también se sintiera como en las nubes al igual que ella, pero Lukyan extrañaba el besarla, así que la tomo de la mano y la jalo hasta besar sus labios. Aquello se había puesto duro, acababan de cruzar el punto de no retorno, más cuando la prenda inferior de la nipona también había abandonado su cuerpo. 

    Aquella habitación luego de esas acciones se había convertido en un campo naval de besos, caricias, gemidos y suspiros arrancados sin pudor alguno, ni Kaori  y mucho menos Lukyan se sentían culpables de lo que estaba ocurriendo ahí, ambos se estaban entregando al deseo que sentían uno por el otro sin importarles las consecuencias de lo que eso podía  ocasionarles.

    Así que cuando todo acabó a las horas, el ruso se quedó acariciando la espalda de Kaori que ahora parte del tatuaje de serpiente que tenía tatuada en su espalda también tenía adornando las marcas de sus dientes al igual que él tenía rasguño en su espalda y hematomas con pequeñas marcas de dientes en sus pectorales. 

    —Estoy muy enamorado de ti... —susurro mientras le dejaba besos en la espalda baja. —¿Puedo tatuarme una mamba negra en la pierna derecha?

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  11. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ 

    La había bajado al llegar a su habitación, pero la mantuvo pegada a su cuerpo con ayuda de sus brazos qué rodeaban su cintura, por un momento creyó que ella iba a salir corriendo, pero en su lugar volvía a confirmarle qué lo deseaba tanto o más de lo que él la deseaba a ella. Se dejó llevar por el beso que había iniciado la morena, sus manos aprovecharon la cercanía por el beso y en menos de un segundo, ya habían desabrochado el botón del jeans y bajado el zipper para poder quitarle esa prenda. 

    La fue recostando sobre su amplia cama, era la primera vez luego de tanto tiempo que compartía aquella cama con otra mujer que no fuera la mujer por la que ahora era viudo, pero estaba completamente seguro de querer estar así con Kaori, quien era la única que lo hacía cometer aquel tipo de locuras. Procuró sacarle el jeans, mientras sus manos acariciaban la piel desde sus muslos hasta las puntas de sus pies. 

    Aprovechó que le estaba alzando las piernas para sacarle los pantalones de mezclilla y empezar a dejar un camino de besos húmedos en dirección de su feminidad que aún se encontraba cubierta por unas bragas del mismo color que el sujetador de la nipona. 

    —Que hermosa te ves. —le dice cuando deja de besar la cara interna de los muslos de ella para darse un minuto y verla semi desnuda sobre su cama, fue quitándose su pantalón, le parecía lo más justo antes de volver a abordarle con un camino de besos que empezaron en la punta de sus pies, hasta sus labios los cuales beso con el mismo deseo que ella le había transmitido con sus palabras. 

    Fue quitando el sujetador para que sus manos en medio del beso ocupará su lugar, estas se movieron sobre ella generandole más caricias, de esa forma volver a escucharle gemir como la había escuchado minutos antes.

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  12. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ

    El empleado apenas dejó la botella y los vasos, salió de la habitación, dejando a los dos pelinegros ahí mirándose con deseo, Lukyan cambio de lugar la botella y los vasos para volver a poner sobre su escritorio a la morena a la que luego de su suplica la volvió a besar, esta vez, sin miedo, le fue desabotonando cada botón de su blusa dejando ver su escote y parte del sujetador de la morena.

    Mismo que empezó a recorrer con sus labios, dejando besos y suaves mordidas en aquella zona, Lukyan se encargaria de borrar de la mente de la morena y de su cuerpo, el recuerdo del rubio. Pegó su pelvis al de ella, regresando a besar aquellos labios tan dulces que tanto le gustaban, al tiempo que su diestra acariciaba sobre el sujetador aquella zona tan sensible.

    —Ya que me lo permitiste lo haré, te haré olvidarte de todo.

    Ya una de sus manos estaba tocando la piel de la morena, recorriendo de arriba hasta el filo del pantalón ajeno, el cual empezó a desabrochar para deshacerse de aquella prenda al igual que había hecho con la blusa que ahora se encontraba en el suelo de su estudio, junto con su camisa qué la morena se había encargado de quitársela.

    Por un momento, el estudio le parecía el lugar menos indicado para estar con ella, por lo que la cargo para llevarla hasta su habitación, sabiendo que la gente que atendía su casa eran personas discretas y si es que los miraban pasar no saldría nada de ellos.

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  13. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ 

    Decir que se esperaba la respuesta de la pelinegra era una completa mentira, lo que si no era una mentira es que aquella respuesta lo había hecho tan feliz, Lukyan lo estaba tomando como que empezaba a tomar sus sentimientos en cuenta y los correspondía. Aquellos segundos que se quedaron mirando a los ojos acrecentó el deseo compartido, por lo que no dudo ni un segundo en levantarse del sofá, tomando firmemente a una pelinegra de la que no se deseaba separar. 

    Al aparecerse en el interior de su casa, aflojo el agarre de la de cabellos negros, pero sin dejar que se aparte, aunque no vio indicio alguno de que fuese ella la que quisiera su espacio, ambos estaban expectantes de lo que haría el otro, ella ya había dado un gran paso, ahora le tocaba a él darlo. 

    —Bienvenida a tu casa, siempre que lo desees, puedes venir por un poco de vodka. —hizo uso del juego de palabras antes empleado y volvió a besarla no sin antes cargarla de upa para que no tuviera la necesidad de caminar y llevarla hasta su estudio, donde todos tenían prohibido la entrada si el no los llamaba antes. 

    Estando en aquel lugar, busco un lugar para continuar donde es que se habían quedado, ya que el beso por más que sus lenguas se rozaban y se movían como si en un baile se trataba, Lukyan deseaba más, la mano que coloco en primer lugar en su cadera y fue subiendo por su cintura ahora se encontraba cerca del seno derecho de la pelinegra. La otra mano tomó con firmeza el muslo de la pierna izquierda y la hizo que lo enredase en la cadera de este. 

    —Kaori, ¿hasta donde? 

    Seguía siendo ella la que marcaba el límite, el beso se fue terminando en un hilo de saliva que colgaba del extremo de ambos, aun eran conscientes de lo que hacían, y era eso lo que al ruso dejaba con la sensación de querer más y más de ella. 

    —Olvida a Aries... —Era la primera vez que lo decía tan directo, pero si nunca lo decía no se lo tomaría enserió. —Esta puede ser tu casa con la de Sammael. Piénsalo. 

    Fue aquella su última palabra antes de volver a besarla, beso que se freno ya que uno de susn empleados tocó a la puerta para hacerle saber que estaba afuera con la botella de vodka que le había pedido al llegar. Lo dejó pasar, luego de que ambos hicieran como que ahí no ocurría nada, aun cuando dentro de aquella habitación podía ocurrir de todo.

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  14. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ 

    Lukyan estaba por negar el querer algo, hasta que se dio cuenta de las miradas furtivas en las que la pelinegra se le quedaba mirando a los labios, entonces aprovechando que el deseo era por parte de los dos y que la nipona había abultado sus labios en un hermoso puchero, el ruso aprovechando la cercanía en la que se encontraban y que ya había dejado la taza sobre la mesa, acercó su rostro al ajeno, uniendo sus labios en un beso. 

    Un beso que fue llevado a más, ya que las ásperas manos de Lukyan se posaron en la cintura de la pelinegra, mientras le recostaba sobre el brazo de un sillón y seguir besándola de forma tranquila, aun cuando quería escalar a no solo besitos tiernos, lo mejor para ambos era llevar las cosas tranquilas y eso lo sabía Volkov. 

    —Podemos calentar el chocolate, si quieres... —le dijo sobre los labios de ella, como quien no quiere dejar de besarle, sus manos habían dejado la cintura ajena, discretamente ya la tenía tocando las piernas de Kaori mientras se enderezaba. —o bien podemos ir a mi casa por vodka o algo más, tu decides. 

    Lukyan estaba nervioso, aquello que acababa de hacer, probablemente le podía restar todos los puntos ganados que tenia con ella, pero si aquella interpretación en aquel juego de miradas era incorrecto, ¿por qué sintió que su beso fue correspondido?

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  15. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ

    Cuando la bruja se hizo presente frente a él, hizo uso de todo su autocontrol para no abrazarla y besarla de lo linda que se miraba a sus ojos. Dio un par de pasos dejando la puerta cerrar a su espalda, le tomó la mano para que no se alejara de este, mientras le dedicaba una sonrisa sincera.

    —No vengo a tomar chocolate, vine a verte, por que como dije, ya te quería ver. —la diferencia de estatura le hizo tomarla de la barbilla para que sus miradas se cruzaran, aveces las miradas decían más que las palabras no dichas o los textos no escritos. Lukyan no sólo extrañaba la presencia de la nipona, sino que también añoraba el dulce sabor de sus labios.

    Fue guiado hasta donde ella había dejado su taza y le soltó la mano de forma lenta para tomar asiento en el sofá de dos plazas para sentarse juntos y hablar de esa manera en susurro, aun cuando no había nadie que los pudiese escuchar, es más podían hacer algo más que hablar ya que Sammael no estaba ahí para interrumpirles, pero Lukyan habia prometido esperar a que fuese ella quien lo besara y aceptara sus sentimientos.

    —¿Y tu pequeño torbellino personal? —preguntaba por el pequeño demonio, para saber si estaba con Aries y por si podía pedirle un beso sin que se justificara por la presencia de su hijo, ya que para ese momento ya se habían dado un par de fugaces besos luego del beso en la misión de lo del profesor Brown.

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  16. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ 

    El día se le estaba haciendo tan denso, que ya solo contaba los minutos para ir a entrenar con Kaori, a lo largo de una hora si miraba el aparato que la pelinegra le había dado unas 20 veces eran pocas, pero no se atrevía a molestarle, pensando que podía estar ocupada, al igual que él, quien aún no tenía respuesta del paradero de ahora ya 6 trabajadores que sufrían de Licantropia. 

    El que sus trabajadores desaparecieran sin dejar rastro le estaba complicando el trabajo, ya que otros Licantropos que trabajaban para él, empezaban a no querer seguir trabajando con él, creyendo que era quien los estaba haciendo desaparecer para no pagarles. Eso y todo lo que estaba pasando en Londres desde que Ludwig había llegado al poder, estaba generándole un poco de estrés. 

    Estaba por levantarse y servirse un poco de whisky, cuando vio que la pantalla del aparato que usaba para intercambiar mensajes con Kaori se había encendido. Leyó el mensaje y sonrió, apenas termino de leerlo, ya estaba tomando sus cosas para ir a casa de la morena ubicado en la planta alta del Shadowhunters. 

    《Voy para allá, muero por verte.》 

    El mensaje se envió y no tardó más que un par de minutos más en aparecer a las puertas de la casa en la que Kaori vivía con Sammael y Aries, aunque este último ya llevaba más de un mes desaparecido. Al llegar tocó la puerta, ansioso por tener a la pelinegra entre sus brazos, por la ausencia de ruido estaba seguro que estarían solos y eso lo aprovecharía.
     

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  17. †˗ˏ✎*ೃ˚ ℓυκγαи α. νοℓκον.  :;

    Lukyan no podía quitarle la vista de encima a Kaori, quien se miraba hermosa aún cuando le estaba llamando la atención por llegar tarde, y tenía toda la razón eso les dejaba menos margen para equivocaciones, por no decir que para esta misión un error de su parte podría ser catastrófico. Aunque para el joven de cabellera negra, los minutos en los que se tardó en llegar por arreglar cosas de su trabajo, era pasar menos tiempo con Matsudaira.

    —Nos vemos del otro lado...

    Estuvo por decirle mi amor, mientras le dejaba una caricia en la mejilla, pero en su lugar tomó la escoba que flotaba al otro lado de la bruja, dos portales se habían abierto, luego de esto tenían 5 minutos a lo mucho para alejar a las criaturas de la cabaña en la que todos los otros se iban a concentrar y luego ellos los alcanzarían.

    Estando al otro lado del portal, se enfocó en su trabajo, uso phantom para tener una velocidad paranormal, la cual no se la podía dar la escoba que estaba utilizando, durante la práctica había visto a Kaori utilizándola,  por lo que decidió hacer uso de ese poder tambien al igual que su compañera. Fue gracias a la velocidad que llevaba qué no reparó en que podía estrellarse contra la rama de un árbol y así hubiese sido, de no ser que pensó en escendia y la roca con la que la escoba iba a chocar se hizo más pequeña.

    Ya había logrado llevarse lo más lejos que podía a las criaturas que habitaban la Isla de los condenados, tan lejos que empezaba a sentirse desesperanzado pero el segundo portal que le habían prometido, se abrió frente a él, dejándole un minuto para adentrarse y encontrarse con personas que desconocía en un 60%

    —Yo no vi la luz, eso quiere decir que esta más al sur. —comenta luego de aceptar el chocolate de la morena y abrazarla sin importarle lo que los demás dijeran de ellos, al final no los conocía, bueno, conocía a Dennis, quien le habían presentado como prima de la morena, así que por ser el último en llegar, debería presentarse frente a todos.

    —Hola a todos, soy Lukyan Volkov, espero trabajar de la mano de ustedes para lograr nuestra misión.

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  18. †˗ˏ✎*ೃ˚ ℓυκγαи α. νοℓκον.  :;

     

     

    Días previos a la Misión. 

     

    —Kaori, ¿podemos entrenar juntos? Quiero que mis poderes del clan se hagan más fuertes. 

     

    Fueron las palabras que Lukyan había utilizado para seguir viendo a Kaori, luego de lo sucedido en la fiesta de Halloween en el Macusa, aquello que habían vivido le hizo saber que lo que él sentía también era correspondido hasta cierto punto, lo único malo era el esposo de la morena pero con tanta ausencia por parte del rubio era una ventaja para seguir enamorando a Kaori. 

     

    —Claro, –respondió ella con una sonrisa —es necesario volvernos más fuertes, le he dicho a Ellie y a Hobbamock que podríamos servir de carnada para la misión de exploración en una isla que producto a un efecto extraño a quedado abandonado... 

     

    La pelinegra siguió explicándole a detalle lo que iban a hacer en la nueva misión por parte de la Orden del fénix, ya que eso significaba pasar más tiempo con la más joven acepto sin dudarlo, sin pedir explicación del por qué  siempre elegía ponerse en peligro y lo en desacuerdo qué iba a estar Aries. 

     

    Aquel mismo día, acepto hacer uso de un artefacto mágico a invención de Ellie, el cual según Kaori, Ellie decía que era tres veces mas eficiente y seguro que un patronus, sobre todo en esta era moderna donde los magos y brujas interactuaban más con los muggles. 

     

    Fue gracias a ese aparato que la comunicación entre ambos fluyó, Lukyan siempre le enviaba mensajes de 《Bonito día》《Descansa, dulces sueños》 al principio, luego se convirtieron en un intercambio de mensajes todos los días que no paraban hasta las altas horas de la noche y que solo se detenían mientras estaban entrenando para la misión 

     

     

    DIA 0. 

     

    《Ya estoy llegando, estamos a tiempo, presiento que lo que sucede es que me extrañas.》Teclea lo último y se lo envía a Kaori, estaba por textearle un nuevo mensaje preguntándole a Kaori que tal había funcionado la vigilancia aérea a la zona a la que iban a llegar, pero mejor lo hizo a viva voz cuando la vio a escaso un metro de distancia. 

     

    —Hola, creo que nos podemos ir, la vigilancia aérea arrojo muy buenos datos, ¿no crees eso? —Se acercó a la morena y como lo había venido haciendo desde hace un par de días y sin que la morena se opusiera, le dejó un beso rozando la comisura de sus labios como si solo esperace un accidente o algo para volver a besarle en los labios.

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