Ky.

Motivo: Mazmorra terminada 2 de 2

Resultado: 24

Premio: 2000G.

Motivo: Mazmorra terminada 2 de 1

Resultado: 16

Premio: Faltriquera de Runas Antiguas.

número de Equipo: 8

Link a la mazmorra: Destino y Sueño

Casilla 31

Al sueño al que se vio inmerso luego de cruzar el portal, al inicio no lo era así, al menos tener comunicación con la persona que el por muchos años habia jurado era el amor de su vida y ahora se hallaba muerta, no era ni de cerca uno de sus mejores sueño. Quería despertarse, antes que la imagen de aquella mujer delgada y de cabello castaño le mirase, pero no podía lograrlo, en cambio Irisha se le acercó lentamente a él y le tocó el hombro para dedicarle una sonrisa.

—Amor, ya es momento que dejes de culparte, es momento que abras tu corazón a un nuevo amor.

Las finas manos de Irisha tomaron las mejillas del moreno para depositar un casto beso en los labios de este y luego desaparecer en una nube de humo, abriendo paso a otro sueño totalmente distinto al que había tenido con Irisha. En este nuevo sueño, la imagen central era una mujer de cabellera negra y su pequeño hijo, quien al verlo, corrió hasta donde el se encontraba, Lukyan tomó al niño entre sus brazos y lo alzó de upa, al ver su rostro del niño se dio cuenta de que era Sammael, solo que ya unos años más grande.

—Papá, vamos con mamá. —Lukyan comenzó a caminar hasta donde estaba la fémina que se encontraba sentada de espaldas, luego de ver a Sammael, supuso que la mujer era Kaori, su sorpresa fue cuando al acercarse noto que la pelinegra estaba embarazada. —Papá,  mamá dice que mi hermanita va a nacer pronto, ya quiero que este con nosotros. 

Lukyan se le detuvo el corazón por un instante, estaba con Kaori, e iba a tener una hija que esperaba se pareciera a su madre, aquello no se parecía en nada al sueño anterior, quizás era un sueño premonitorio, estaba por acercarse a tocarle la barriga a Kaori cuando una serpiente cornada le llamo la atención. Imaginó que era ese el mensajero que lo llevaría de regreso a la realidad.

《Deja eso, sígueme, tienes que seguir adelante, Allá a unos metros esta el castillo negro.》

[...]

Al llegar al castillo negro, él y todos los demás despertaron del sueño profundo al que los había introducido Sandman, pero no solo eso, todos habían aparecido de regreso al salón del Macusa que estaba lleno del personal medico quienes comenzaron a ver si estaban todos bien, ya según a criterio de los otros invitados a la fiesta estos habían sido absorbidos por algo que nadie había visto. Pero a diferencia en como llegaron los seis que lograron vencer las mazmorras ahora cada uno tenia en sus manos tres diferentes totem. 

Casilla 13

—¿16 años?

Lukyan se negaba a creer esa edad, ahora que la sabía, se dio cuenta de que solo debía esperar un año y mostrarle sus sentimientos en cambió la dejó ir sin más, había tenido un par de oportunidades para hacerle saber lo que sentia por ella y cada oportunidad la había desaprovechado tratándola como un extraño.

De la nada, el escenario cambia, ahora es Kaori la que habla, la que le explica por qué había dejado de ir a verle, y en el lugar muestran cada uno de los encargos en los que trabajaba en manos de su padre, el puede ver un par de niños dentro de una cabaña, la mira, ve el dolor y el sufrimiento en los ojos de la morena y entonces la toma del brazo con delicadeza, era momento de avanzar, al parecer los otros miembros del equipo habían logrado abrirse camino por ellos mismos, así que el camino de ellos se había logrado abrir permitiendoles volver a estar juntos.

—Discúlpame, creo que vi algo que querías que nadie conociera. Que sepas que no te juzgo, hay cosas imposibles, por más que uno conozca y quiera salvarlos, el destino está marcado, ahora entiendo, tu destino era encontrarte con alguien como Aries y el mío es aceptar que perdí mi oportunidad.

Todo se lo dice antes de reunirse con los otros, a quienes les quiere preguntar que pasó al otro lado pero la imagen de un hombre varios metros por delante sosteniendo un libro es lo que le llama la atención. Quiere acercarse, pero recuerda a los otros guías y no cree que sea lo más óptimo, aun así da un paso en su dirección y se detiene. Es cuando la voz gruesa del hombre se escucha en su cabeza.

《El destino está marcado, deja de pensar en el pasado, el presente es el que importa, ella regreso a ti, no la dejes ir.》

Sus ojos miel miraron a Kaori mientras la voz se escuchaba en su cabeza, miró a los otros esperando que aquellas palabras solo fueran para él y que nadie se enterase de la comunicación que había entre el hombre que portaba un libro y él. En cuanto se dio cuenta que nadie más escucho lo sé se le dijo, pensó que  ahora solo tenía que descifrar que mensaje oculto había en ellas

Casilla 3

Lukyan tomó un trozo del chocolate que Kaori había robado, y mientras ella le comentaba cosas de Aries, lo metió a su boca disfrutando de aquel exquisito sabor. Durante el poco tiempo en el que había conocido a Aries, quizás dos o tres veces había escuchado el nombre antes mencionado por la pelinegra, solo que a diferencia de ella, Aries lo hacía con una sonrisa como si todo lo que había vivido con ese tal Rory, lo hiciera muy feliz, aunque a últimas fechas, Aries había dejado de ser lo que era cuando conoció al ruso.

Estaba tan absorto en su pensamiento que no se dio cuenta que al ir avanzando, habían dejado a sus compañeros atrás, solo esperaba que en alguna parte volviera a encontrarse en el camino, ya que su camino comenzó a transformarse en el jardín de su casa hace poco más de 10 años, ver todo desde fuera le llamo mucho la atención, más cuando recordaba aquella escena como si no hubiese pasado tanto tiempo, además era el momento perfecto para decirle a Kaori la verdad, parecía que ella tenía una idea con respecto a él de ese entonces.

—Nos conocimos en este lugar, hace ya bastante tiempo, eras una niña muy linda. —le empezó a  decir mientras le tomaba de la mano, entre más tiempo pasaban en aquel jardín, su cuerpo y todo lo que había vivido después de ese presente empezaba a dejar de ser un recuerdo. Entonces el dolor de haber perdido a su amada esposa se convirtió en algo muy presente, tan presente que sentía que le faltaba el aire y le comprimia el pecho, pero el ver a la chica de cabellos negros le hacía recordar que tenia todo el derecho de volverse a enamorar.

—El día que te conocí, pensé que eras alguien muy linda, pero tenias escasos 12 años. Si me acercaba a ti con otra intención, me repudiarias, entonces año con año mientras me traías mi medicina pensaba la forma en la que pudiera conseguir que aceptaras salir a una cita conmigo.

Había optado por sentarse en el jardín de su casa, no sabía que haría aquella mazmorra para no dejarlos avanzar, pero el deseaba seguir adelante, no solo en la mazmorra si no en aquella parte de la historia que les mostraba el laberinto.

—Pero tu dejaste de venir a dejar mi medicina, ¿Por qué justo al cumplir tu mayoría de edad decidiste desaparecer de mi vida?

Quizás si el laberinto mostraba un poco del pasado de Kaori, este sería capaz de comprender el por que ella que se veía tan enamorada de él, como él  de ella, había elegido casarse con alguien caprichoso como lo era su esposo.

Al otro lado del portal, la situación era totalmente distinta a lo que ya había presenciado antes, Lukyan observo el lugar y los caminos que se empezaban a formar más adelante, quizás lo mejor era seguir todos juntos, pero aun no entendía como es que ellos trabajaban, vio a Graves trabajar con Kaori, pero aunque la misión era la misma, cada uno había elegido su camino. La mazmorra anterior parecía que todos iban sobre el mismo eje, pero al final, cada uno se fue alejando del otro, de lo contrario, como era que Kaori había salido tan lastimada y nadie había ido a socorrerle, es más, la duda le seguía carcomiendo, ya que Aries era capaz de sentir si algo malo le pasaba a ella, o eso era lo que Ivashkov le había contado cuando le pedía que cuidara de la qué el mismo demonio llamaba el amor de su vida. 

Se fue acercando a la mujer por la que estaba en ese lugar, esta vez recorrería esa mazmorra pegado a la pelinegra como si fuese una sombra a la que no dejaría por miedo a que algo malo le pudiese pasar luego de haber perdido tanta sangre y no haber logrado comer algo para que no estuviera mareada.

—Espero que lo que vivimos en esa mazmorra, solo sea una mala imagen de lo que a Malfoy se le puede meter en la cabeza. Se que es inútil que te pida que vengas a Rusia,—hizo una pausa mirando a su alrededor, para tener bien claro hacia donde dirigirse, que camino elegir para empezar aquello y terminar lo más pronto posible. —por que tienes un trabajo aquí en Inglaterra, pero si ves que las cosas se complican, ven con tu hijo y conmigo, trae a Aries si lo que no quieres es separarte de él.

Por una corazonada, eligió el camino de la derecha, pero no dijo nada y espero a que fuese Kaori o alguno de los otros, quien eligiera el camino, realmente no se sentía con la suerte, si esta mazmorra tendría que ver con la suerte posiblemente estaría caminando en círculos.

El sentir las manos de la pelinegra aportándole fue señal suficiente para hacerse a un lado y darle la mano para que se pusiera de pie. Escucho las palabras que ella le decía aun cuando el sabía que su cuerpo decía otra cosa, realizo una reverencia, se debía disculpar por besarla, pero, ¿que no ella había hecho lo mismo que él? Al momento en que lo beso por sorpresa, quizás había comprendido mal las señales que creyó que Kaori le estaba enviando.

—Discúlpame, creí que debía despertarte con un beso como en los cuentos de princesas muggles. 

Quería decirle mil cosas más, pero la mazmorra por fin los dejaba salir, regresandoles a las instalaciones del Macusa, mismo lugar donde habían empezado esa aventura, no sintió ningún llamado por parte del demonio rubio esposo de Kaori, por lo que entendió que él debía seguir acompañando a todos a esa nueva aventura. Hasta ese momento entendió que posiblemente, Aries no se sentía mal, simplemente el convivir con las personas que le robaban tiempo con su esposa no le agradaba de todo y por eso lo había enviado a él.

《Que tonto, pudo pasar tiempo con su esposa y me envió a mi.》pensó Lukyan con respecto a Aries y miró a Kaori a lo lejos, se acercó hasta ella para decirle lo que pensaba ocurría con su marido, quizás ella de alguna forma lograba hacer que Aries dejara de ser alguien a quien no le gustaba socializar. —… creo que deberían hablar sobre el asunto de que no quiere convivir con tus amigos y que si sigue de esa manera se va a quedar solo.

Luego de aquellas palabras, vio al presidente del Macusa, estaba decidido a tener una pequeña conversación con respecto a lo que había hecho con la mazmorra de la que acababan de salir, pero sin previo aviso un nuevo portal que los llevaba a una nueva aventura se abrió frente a ellos una vez más, Lukyan sólo esperaba que esta nueva mazmorra fuese más tranquila que la anterior.

no se que mas poner pero aqui lo dejo espero ganar algo

vine a ver la receta(?)

aqui dice que soy vampiro.

Casilla 26.

Con su varita aún en forma de vara de cristal, recorrió aquel lugar, primero buscando a Kaori, pero también atacando a aquellos seres que sin importar la edad de la persona a la que atacaban sin piedad alguna para hacerles sufrir el mismo daño que sus ideales le permitian. Vio a una mujer que maltrataba a un viejito, que en realidad no era otra que la sobrina del hombre al que había atacado minutos antes, Emily, así que sin dudarlo dirigió su vara hacia esa persona mientras pensaba en babosas, el rayo convertido en efecto, dejó a la mujer escupiendo varias babosas logrando que de esa manera dejara de torturar a un pobre hombre de edad avanzada. Lukyan quería decirle que no se preocupara, que todo iba a estar bien, pero, no estaba del todo seguro para dar semejante aseveración, así que prosiguió su camino a buscar a la mujer de cabellera negra.

Varios minutos después de de dar vueltas por el lugar, se encontró con Kaori, por que aquel lugar podía ser muy poderoso, pero Lukyan podía distinguir a la mujer que amaba entre cualquier truco de magia posible. Matsudaira estaba en el suelo, ya llevaba un par de litros de sangre saliendo de una cortada en su pecho, así que aunque a su vista parecía ser alguien de los malos, y que debía dejarla morir, su corazón le decía que tenía que hacer algo para sanarle la herida.

—Episkey. —salió de su boca apuntando con su vara al cuerpo de Kaori, logrando de esa manera que la sangre dejara de emanar de su cuerpo, la reviso aún estando ella inconsciente, estaba seguro que la mujer que amaba necesitaba un segundo hechizo curativo para que la sangre perdida regresara a su cuerpo pero en lugar de eso, prefirió usar otro hechizo.

—Ennervarte. —al decirlo, espero a que Kaori reaccionará, siendo ella misma quien se curará para seguir avanzando, pero al no ver que ella despertara, le tomó de las mejillas para dejarle un beso en los labios creyendo que de esa forma la iba a despertar como si estuvieran en un cuento de hadas.

Casilla 26.

Lukyan se había separado por unos metros de la morena, si se seguía manteniendo cerca de Kaori todos sus movimientos girarán entorno a protegerla a ella, y en ese momento, sabía que aquella mujer lo que menos necesitaba era alguien que la limitara a hacer lo que ella mejor sabia hacer.

 La purga, o lo que fuera aquella masacre en aquel país, era demasiado para él. Aún así, mantenía la varita empuñada en su diestra. Fueron escasos minutos que lo llevaron a sumergirse a la locura por que empezó a moverse a realizar una floritura con su varita apuntando a una persona (Goderic) que parecía atacar a personas inocentes, eso no lo iba a tolerar por lo que de su boca salió:

—Desmaius. 

Un rayo plateado fue directo al pecho del mago buscando dejarlo inconsciente con la única esperanza de que eso lo dejara fuera de combate, si aquello no era suficiente, pensó en Maldición, mirando a la misma persona (Goderic) haciendo que su suerte se volviera catastrófica a tal grado en que las cosas comenzarían a salirle mal provocando con eso pequeños accidentes al momento de usar sus poderes o si quiera caminar.

Lukyan se preparaba para seguir atacando, lo mejor era hacer que su varita empezara a crecer, por lo que siseo:

—Vara de cristal… 

Hizo que su varita llegara al tamaño de una vara, un poco más alta que él, la cuál le ayudaría a seguir atacando a cualquier mago o bruja que fueran en contra de sus valores, pero también empezó a buscar con la mirada a la mujer nipona a la que su esposo le había encargado, ¿Dónde diablos se había metido? Si Aries se enteraba que le había perdido de vista solo por dejarla ser, aquel joven de carácter tan inestable le haría probar su suerte de una forma muy dolorosa ya que no le preocupaba usar los hechizos como las maldiciones imperdonables, que para él gusto de Lukyan, Aries los usaba como si fueran calcetas nuevas.

Casilla 20.

Un nuevo portal se había hecho presente para todos, Lukyan aún procesaba las preguntas que Kaori le había hecho, no estaba del todo seguro si habían sido solo para dejar clara su postura o por que de verdad quería obtener alguna respuesta, pero, ¿qué ganaría la pelinegra si conociera las respuestas de Lukyan? ¿Sería capaz de dejar a su esposo? Lukyan no entendía como alguien tan linda, valiente, y tan buen ser humano, capaz de ayudar a todo mundo, estaba casada con un ser egoísta como lo era Aries Ivashkov, quien solo miraba para obtener beneficios propios.

—El por qué te lo dije hasta ahora, es por que siento que –sus siguientes palabras ya no salieron de su boca, solo se quedaron en su mente, pues la imagen que veían sus ojos era lo peor que había visto. —¿Te parece bien si hablamos de esto luego? Se que fui yo quien saco el tema, pero con lo que esta pasando aquí, no creo que sea lo mejor.

Se les quedo mirando a las demás personas quienes los acompañaban, a veces pensaba que el joven de cabellos rubios sabía antes que todos a lo que se enfrentaban, pero era tonto suponer eso a esa altura, no era como si él hubiese diseñado esta mazmorra, por lo contrario, había escuchado que todo era un accidente. 

—¿Qué creen que deberíamos hacer? —la respuesta era muy obvia, más cuando al mismo tiempo escuchó a la mujer que iba vestida de bruja preguntar si podían ayudar. Claro, ayudar en ese lugar parecía ser de vital importancia.

Al igual que todos, empuño su varita para ayudar a todo aquel que pudiera, comenzó con los más cercanos, ya que el Líder de la Orden del Fénix, estaba haciendo su parte invocando a un gran dragón y haciendo que persiga a las personas que tenían una actitud criminal, aunque también estaba haciendo correr a las personas que querían salvar, ¿por qué si querían salvar a las personas, o estaba en un error? 

Casilla 11.

El moreno acepto subirse al thestral y en cuanto lo monto, se abrazo a la cintura de la pelinegra, si el medio de transporte hubiese sido una alfombra voladoras era capaz de empezar a cantar un mundo ideal aún cuando estaban en medio de tres catástrofes naturales, ya sólo faltaba que un gran tornado los hagarre para que fuese uno de los peores días de su vida, aún cuando estaba feliz de estar abrazado a Kaori. Lo bueno es que el lugar no podía leerle la mente, que si no si le cumple lo del tornado.

—La verdad es que le debo de dar gracias por dejarme pasar este tipo de momentos contigo. —estaba sonriendo aún cuando Kaori no lo miraba, pero la realidad es que Lukyan disfrutaba de todos estos casos en los que se veía involucrado cada que quería ser parte de la vida de la pelinegra. —A veces me arrepiento de no haberte dicho mientras estabas soltera que estaba enamorado de ti.

La ola ya había pasado, y el terremoto había cedido, lo único que seguía empapandolos era la lluvia torrencial acompañada de truenos y relámpagos, por lo que el thestral descendió a tierra firme sólo para presenciar a unos 25 kilómetros de distancia como un rayo al caer provocaba lo que podía ser un gran incendio.

—No tienes que decirme nada con respecto a lo que te digo, pero…—sospecho que aquello empezaba a incomodar a Matsudaira por lo que el ruso cambio completamente la conversación señalando hacia el lugar donde se podía divisar una gran cortina de humo. —¿Creés que debamos ir a apagar el fuego? O lo mejor es avanzar a ese lugar al que parece no le ha pasado nada. 

Curiosamente, el lugar que El pelinegro le señalaba a la nipona, era el mismo donde el hombre pelirrojo con gran barba abultada les miraba con una sonrisa, por lo que Volkov intuyó que si había una salida por donde los guiaba aquel hombre era la única disponible en ese momento.

Casilla 6.

Conforme la conversación fue fluyendo y la información le fue dada, empezó a mover la cabeza y a sonreír por lo que el grupo en general iba diciendo o no diciendo verbalmente pero si con su expresión corporal. Podía negarse a entrar al portal, cuando este apareció frente a todos, pero había prometido proteger a Kaori, así que fue el último en entrar. Al otro lado se encontró con un lugar que parecía haberse sumergido en una gran batalla bélica, podría ver grandes trozos de tierra por toda la planicie. Justo en la cima de una gran roca que antes parecía haber sido parte de la estructura de alguna vivienda, se encontraba un hombre que los miraba, mismo que a los minutos había empezado una carrera hacia la nada.

Su instinto de supervivencia le decía que era malo perseguir a alguien extraño pero sus compañeros de grupo parecían no tener ese tipo de super poderes, ya que uno tras otro fueron detrás de aquel hombre pelirrojo, bueno quizás las dos primeras personas y las siguientes fueron detrás de los primeros que corrieron para saber a donde los guiaría aquel hombre misterioso en aquel mundo lleno de destrucción.

—¿Siempre actúan sin pensar?—preguntó en cuanto alcanzó a Kaori y se colocó a su derecha, estaba por cuestionarle si es que todos actuaban como animales, por el simple impulso pero ya se había dado cuenta que las conversaciones realmente en aquel grupo no eran del todo privadas así que prefirió guardarse sus comentarios para cuando tuvieran un poco de privacidad.

Lukyan era completamente diferente a Aries, siempre necesitaba toda la información completa antes de realizar un movimiento, los años en los que era impulsivo se habían quedado atrás así que se quedó sin mover músculo alguno para ver cual era el actuar de aquel pelirrojo alto, mismo que no se hizo esperar, por que en cuanto volvió a desaparecer de la vista de todos, una inmensa ola se formó buscando arrastrarlos a ellos y a todo lo que hubiese a su paso y si aquel tsunami no era suficiente, la tierra comenzó a moverse de una manera trepidatoria y violenta capaz de abrir grietas en el suelo.

Ficha

Motivo de lanzamiento: tirada diaria 4/11
Resultado del dado: 25
Premio Obtenido: Esencia de Uro

Ficha de reporte: 04/11/2022
Motivo de lanzamiento: Terminar una Mazmorra, tirada 2/2 
Resultado del dado: 15
Premio obtenido:   2000

Ficha de reporte: 04/11/2022
Motivo de lanzamiento: Terminar una Mazmorra, tirada 1/2 
Resultado del dado: 23
Premio obtenido:   2500

Luego de haber salido sanos y salvos de aquella mazmorra, Aries comenzó a sentirse agotado, por lo que mando un pequeño mensaje en busca de la única persona en la que medianamente confiaba para cuidar de su esposa, y ese no era otro que Lukyan Volkov, quien apareció a los segundos en los que Aries desapareció sin despedirse de Kaori. Fue el pelinegro quien se acercó a tan peculiar grupo, mismo al que se presentó, aunque estaba seguro de conocer al mago con el que había compartido la misión para rescatar al profesor Brown la cual parecía haber sido un éxito, mismo al que cree vagamente que le llamaban Hobbamock.

—Buenas noches. Mi nombre es Lukyan Amaury Volkov, seré su compañero en esta nueva aventura, tratare de ser de ayuda. —realizó una leve reverencia frente a las dos féminas que desconocía y luego le dedicó una sonrisa a Kaori. —Me pongo a tu cuidado, mi querida Matsudaira. 

Aun cuando quería tomarle de la mano, la mujer de cabellos negros estaba actuando de una forma muy extraña  por lo que intuyó que estaría buscando a Aries, así que espero a que los demás avanzarán para de tenerla un par de segundos. 

—Si buscas a Aries, lamento decirte que en esta aventura, no nos podrá acompañar y no estoy en condiciones de contarte que sucede con él, pregúntale cuando le veas. —paso ambas manos tras su espalda y avanzo a la par de Kaori, no debían atrasarse más de lo que ya lo habían hecho, solo esperaba que este nuevo lugar en el que habían sido raptados no les tomará tanto tiempo para encontrar la salida. —Kaori, ¿es que te hice algo malo que yo no sepa? —le miró de reojo, y puso su mano frente a ella —No te preocupes, no tienes que responderme, pero ayúdame a conocer a los otros miembros del equipo y a que se dedican. Hobbamock, es el líder de la Orden del fénix y jefe de Aurores en el MACUSA, ¿verdad? ¿Alguien tan importante tiene el tiempo para participar en este tipo de asuntos?

Casilla 26.

La varita de Aries regreso a su tamaño normal, apenas estaba guardandola en el bolsillo de su pantalon, cuando el cuerpo de su esposa cayó encima de él haciendo que ambos ahora se encontrasen tirados en el suelo, ella encima de él. Por lo que era Aries quien se había llevado el golpe, de haber sabido que su esposa, a quien creía haber tenido todo el tiempo a su lado protegiéndole, le caería de la nada hubiese podido sostenerla sin problema alguno.

—Kaori, amor, ¿te encuentras bien? 

Le preguntó  apenas ambos se habían puesto de pie, la escucho disculparse, pero el rubio necesitaba más que una mujer que le cayera de la nada para hacer que se lastimara, así que para calmarla, le rodeo su cuerpo con sus brazos y le dejó un beso en su mejilla.

—Tranquilízate, Kaori, si caemos en la trampa de este lugar, terminaremos mal de la cabeza, mejor tratemos de localizar la salida por que para este momento creo que hubiese preferido ir con Lukyan antes de venir a este sitio. —todo lo había siseado para que la pelinegra y solo ella pudiera escuchar sus palabras, quería saber como cual era el status mental de todos los que se encontraban ahí con él, no quería verse sumergido en otro delirio místico con ataque psicodélico en el que todos se apuntaban a todos, sin miedo a herir a sus compañeros.

—Espero todos se encuentren bien, creo que debemos seguir avanzando antes de que lo próximo que hagamos sea matarnos, por culpa de aquella niña que solo se está divirtiendo con nosotros. —exclamó mirando a la niña que no se había movido de aquel lugar en el que se encontraba desde que se había percatado de su presencia, excepto que esta vez tenía una ropa como de princesa en tonos rosas, diferente a la ropa con tonalidades oscuras con la que la había visto por primera vez. En ese momento se preguntó, por que este lugar les daba una niña que se divertía con el sufrir de los otros.

Bueno como sea 

Ya lelgue

Casilla 26= Objeto 4A. + Poción curativa. Rol atacandonos.

 Aries al pasar por desespero, miro el lugar y todo lo que había a su alrededor, por un momento le recordó a uno de los infiernos en los que había estado, aunque después pensó que nada tenía que ver el sitio en el que se encontraba y el peor de los infiernos. Lo único malo de desespero era la incertidumbre y las ratas que parecían caminar a tu alrededor. En el otro lugar, lo de menos eran los animales rastreros con los que te podías encontrar las almas y los demonios menores eran lo peor, por lo que enfocó su mente a hacer como que no pasaba nada, tanto que llegaron a un nuevo reino, sin que él volviera a molestar a su esposa.

Al adentrarse a delirio, puede visualizar a una niña que tiene todas las actitudes de él cuando más joven, lo que le hace pensar que aquel lugar reflejaba su interior, estaba por acercarse a la niña y preguntarle por la salida del lugar, cuando empezó a ver como el malestar en el que los adentraba el sitio, les había hecho quererse atacar unos a otros. No es que él fuese inmune al poder de delirio, la realidad es que el ya no era nada cuerdo desde hace tiempo, por lo que miro a su esposa y al sacar su varita el primer hechizo que se le vino a la mente era:

—Vara de cristal. —su varita se empezó a hacer tan grande hasta llegar a tener una longitud mayor al metro con setenta y tres centímetros qué era lo que él media. No supo por qué, pero su siguiente hechizo que salió de su boca fue:

—Langlock

Mismo hechizo que fue directo a una mujer que parecía querer atacarles pero que en realidad era Ellie que la hizo quedarse con su lengua pegada a su paladar y de esa forma no salieran hechizos verbales de ella en medio de lo que se podía decir una batalla a mero placer de aquella chica que los miraba divertida por ver como se atacaban unos a otros. Con su varita aún como vara de cristal, aprovecho para lanzar otro hechizo.

—Expelliarmus.

La varita en mano de Emily quien atacaba a su esposa, salió por los aires, de manera instantanea, no se alejo mucho de ella, quizás poco más de un metro pero lo suficiente como para quedar indefensa.