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Mia.

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    Mazmorra: El Delirio de la Reina
    Nivel mínimo: 1
    Participantes: Mínimo 2 jugadores - Máximo 3 jugadores (modalidad grupal)
    Dificultad: Media
    Repeticiones: Una vez al día, hasta alcanzar un máximo de 25.000G (los roles tienen que ser diferentes, no se admiten copias)

    La Reina de las Nieves, un ser descendiente del frío en su más pura esencia; se le conocía por ser alguien racional, siempre prefiriendo la paz y el consenso antes de la afrenta. Fue ese modo de pensar lo que impulsó la decisión de ocultarse a ella y a su pueblo de la sociedad apenas fueron amenazados por los bárbaros y, en el futuro, por los propios muggles.

    Sin embargo, al escuchar que hay una guerra en Europa y que además los magos están reunidos en un gran concenso, ha llegado a la conclusión de que los magos planean atacar a su pueblo como hace muchos años lo hicieron los bárbaros. Por lo tanto la Reina ha decidido enviar el invierno a todas partes, incluso más allá de los pueblos nórdicos, para proteger a su pueblo, sin importarle las consecuencias de sus acciones.

    Hitos de la Mazmorra:

    Deben hacer entre todos los posteos de rol y dados que se indican en estos hitos (mínimo 10 líneas cada posteo de rol).

    Hay que tener en cuenta las instrucciones para el manejo de dados. No nos hacemos responsables si los dados cambian de valor por no haber seguido bien las instrucciones indicadas. En cualquier caso, deberá guardarse captura de las tiradas y postear un link en el último posteo de la mazmorra. Observación: en caso de que el dado no se lance de forma correcta (por copiar o pegar mal el código, algún error de tipeo, etc), se permitirá repetir el lanzamiento.

    Los posteos de dados que se indican en los hitos, son sólo de dados, es decir, sólo se lanzará el roll, sin texto alguno.

    Te recomendamos leer bien los hitos de la mazmorra que se detallan a continuación.

    Primeros tres posteos (rol): Entre todos los participantes de la mazmorra, realizarán cinco posteos de rol.
    Dumstrang está siendo azotada por las ventiscas, y la magia que calienta sus muros y puertas son invadidas por el frío absoluto. Está resultado casi imposible, incluso, la creación de Fuegos Mágicos para preservar el calor. Muchos magos intentan la desaparición, pero el viento que envuelve la edificación parece bloquear cualquier tipo de magia emisora que no esté relacionado con la magia helada y sus portadores.

    Aun así, los recién rescatados exploradores ofrecen una información vital: han descubierto la ubicación de la Reina de las Nieves, la única hechicera capaz de manipular la magia helada a su antojo y extenderla hasta los confines de la tierra según las profecías nórdicas. Pronto se sabe que la única forma de volver todo a la normalidad será encontrar a la Reina y detenerla, por lo que tú y un grupo de compañeros deciden tomar cartas en el asunto y partir a su encuentro.

    Cuarto posteo (dados): El equipo debe lanzar los dados una vez empiecen el ascenso por las Montañas Heladas. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de tres caras.

    • Si el resultado es 1, el suelo a sus pies se requiebra y caen en una cueva cuya única salida es un túnel oscuro.
    • Si el resultado es 2, el Dragón de Hielo, un ser inteligente y sabio, se hace presente.
    • Si el resultado es 3, el grupo es abatido por un tornado eléctrico que los separa abismalmente.

    Hasta séptimo posteo (rol): Junto a un grupo de compañeros decides partir al encuentro de la Reina de las Nieves, pero no será tan fácil cómo lo habían pensando.

    Si el equipo obtuvo un 1, el grupo cae en una cueva oscura que debe ser iluminada con magia. Intentan escalar o ascender mediante hechizos impulsores pero fracasan en el intento pues la venstica en el exterior es demasiado potente y los repele hacia abajo. El túnel frente a ellos, entonces, se presenta como su única opción de escape.

    Durante el camino presencian lo que parece ser la historia del Pueblo de la Nieve mediante gráficos mágicamente representados sobre las paredes, desde sus inicios hasta las Guerras Barbáricas, quienes los obligaron a usar la magia del frío para evitar que sus fuegos y armas los destruyeran.

    Durante el trayecto son visitados por los caídos de ambos bandos: guerreros de la Nieve y Bárbaros del Fuego, recreando escenas casi palpables del momento de sus muertes o puntos cruciales de las cotiendas. La recreación resulta tan convincente que hace dudar al grupo de si lo que están evidenciando está sucediendo o es solo una visión.

    Al final se dan cuenta que el túnel los está dirigiendo hacia una Fortaleza escondida en lo profundo de la Motanaña.

    Si el equipo obtuvo un 2, el Dragón de Hielo sobrevuela los cielos y crea un pedestal de hielo mediante una sola lanzada de llamaradas azules y escalofriantes. Es gigante, imponente, repleto de lìneas azules, plateadas y blancas. El aura que emana es calmada y su actitud conciliadora, logrando comunicarse con el grupo a través de un tipo de idioma telepático. Se presenta como el Protector de las Tierras Nórdicas, una deidad mucho más antigua que los primeros reyes y el origen de la magia que congela. Les explica la difìcil situación que está enfrentando la Reina, quien cree que la irrupción de los eploradores en la entrada de su territorio es el inicio de otra Guerra como las de antaño, y lo que ha alimentado sus suposiciones es el Consenso que se celebra leguas abajo, el cual ha reunido miles de magos de improvisto.

    El Dragón les aconseja que en lugar de enfrentarla, intenten hacerla entrar en razón, pero para llegar a ella deberán enfrentar peligros inimaginables que pondrán a prueba tanto sus cuerpos como sus mentes. Para ayudarles les enseña hechizos, conjuros y trucos con los que podrán combatirlos usando la antigua magia helada a su favor.

    En el camino señalado por el Dragón son enfrentados por Arañas de Hielo, las cuales doblan el tamaño de un adulto, comandadas por el abobinables Yeti, quien trata de capturarlos usando trampas psicológicas (haciéndoles ver que es más grande de lo que es o que todo se oscurece de repente) mientra intenta aplastarlos. Deben usar sus nuevas armas para salir del aprieto.

    Si el equipo obtuvo un 3, un tornado gigantesco los elevará por los aires y los arrojará en distintas localiciones del hasta ahora oculto Pueblo de la Nieve. Se percatan que para no ser capturados al tratarse de extranjeros deberán camuflajearse y usan estrategias para pasar desapercibidos mientras encuentran a su grupo original. En el trayecto se percata de que sus habitantes están preparándose para la lucha, creando armas y entrando encima de criaturas que se creían extintas.

    Entre los entrenamientos se encuentra un grupo que está invocando antiguos espíritus de las Montañas, y se percatan de que ellos han sido los ocasionantes del tornado. Son expectadores, además, de diversos discursos en lenguas telepáticas que explican los motivos de su enojo: la repentina reunión de magos en la escuela conocida por las Artes Oscuras de Dumstrang, de los magos del Sur.

    El grupo logra encontrarse gracias a este canal telepático abierto, por el cual también se enteran que un conjunto de guerreros se dirige al encuentro de la Reina y deciden seguirlos.

    -----

    El grupo consigue estar frente a la Puerta de la Fortaleza Blanca, una edificación incrustada en el corazón de la Montaña y que permanece oculta bajo un manto inquebrantable de nieve endurecida. La travesía los ha ido vinculando poco a poco con la magia del frìo y empiezan a entender lo distinta que es en comparación a la común.

    Octavo posteo (dados): Deben entrar y encontrar la manera de reunirse a solas con la Reina. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de dos caras.

    • Si el resultado es 1, son capturados por la Guardia de la Reina.
    • Si el resultado es 2, logran escabullirse y entrar en una sala abandonada.

    Hasta el décimo primer posteo (rol): Ahora el grupo intenta buscar la forma de reunirse con la Reina, a pesar de los obstáculos.

    Si el equipo obtuvo un 1, son aprisionados por la Guardia de la Reina en una celda conjunta sin barrotes, en un círculo perfecto descubierto, con la única advertencia de que si intentan salir de los lìmites serán atravesados por una de las espigas de las paredes o se convertirán en estatuas de hielo de por vida. Estarán en la espera de un juicio cuyo juez será su Alteza.

    El grupo debe poner en práctica lo aprendido durante su travesía (los mensajes de la cueva, los trucos del dragòn o los entrenamientos de los pueblerinos) y hacer que el hielo y la nieve actúen en su favor para liberarse de la prisiòn y salir impunes de ésta. Al hacerlo, tendrán que hallar la forma de seguir el rastro dejado por los guardias, el cual los dirigirá a los aposentos de la Reina.

    Cuando estén apunto de reunirse con ella, los espíritus de antiguos reyes y reinas les revelará el hechizo del "Delirio", conjuro que les ayudará a cumplir su cometido como recompensa por haber logrado crear un vìnculo con la magia de las nieves.

    Si el equipo obtuvo un 2, el grupo accede a una habitación abandonada, delimitada por cuatro extremos perfectos, sin ninguna clase de objetos u ornamentos más allá de una pequeña ventaja semi abierta que apunta permite la visión hacia una torre en cuyo balcón se encuentra la Reina, de espaldas e impávida. Intentan elucubrar la manera de salir de la habitación y saltar hacia la torre de alguna manera, pero son interrumpidos por unos gritos femeninos que los hacen voltear alarmados.

    Se trata de tres versiones distintas de la Reina, con exactamente el mismo rostro, pero cuyo semblante y apariencia diferìa del otro dependiendo de su personalidad. La primera es ruda, intransigente, y les sugiere retirarse antes de desatar su furia contra ellos. La segunda, deprimida y asustadiza, es la protagonista del grito y ruega por su ayuda, aunque insiste en que es demasiado tarde para ella y para todos. La tercera, al parecer la más racional, se muestra más optimista y les sugiere que le hagan recordar su niñez, miles de años atrás, cuando no había diferencia entre magos de varios elementos y los frìos.

    La versión enfadada los intenta desalentar advirtiéndoles que falta una versión de ella misma, el cuarto pilar, que es la que está predominando en su cuerpo físico, quien encarna la incertidumbre y la desesperación, y que solo con la ayuda de una de sus otras tres versiones podrían convencer a la otra de detenerse. La versión triste les ayuda al final indicàndoles el "Delirio", un antiguo conjuro que necesitaràn usar para invocar a cualquiera de las tres. El grupo debe usar los trucos y vivencias aprendidas para usar la magia congelada a su favor y cruzar la distancia entre la habitación de los cuatro pilares y la Torre de la Reina.

    -----

    El grupo logra acceder a la Torre de la Reina, una sala amplia de suelo transparente, donde puede apreciarse la altitud de la Motaña bajo sus pies, y cuyo final yace oculto entre las altas nubes. La Reina les ordena identificarse y el grupo explica sus motivos, pero no parece aceptar sus explicaciones. Es entonces cuando invocan el conjuro de los Cuatro Pilares para recurrir en su ayuda.

    Doceavo post (dados): El equipo debe lanzar los dados para invocar la ayuda de una de sus versiones. Debe lanzar un dado de tres caras.

    • Si el resultado es 1, aparecerá su versión ruda y voluble. Llamada Enfado.
    • Si el resultado es 2, aparecerá su versión asustadiza y quebradiza. Llamada Miedo.
    • Si el resultado es 3, aparecerá su versión optimista y racional. Llamada Razón.

    Hasta el quinceavo post (rol): La Reina explica el por qué decidió dividir sus personalidades y adjudicarles una representación física propia a base de la Piedra de la Montaña, quien permite replicar objetos o personas con exactitud si se hace correctamente, con la intención de poder observar el panorama completo de una situación. Sin embargo, admite haber perdido el control esta vez.

    Si se obtiene un 1, el Enfado la criticará y tratará de enfurecerla para reemplazar a la Intriga, ante lo cual el grupo deberá intervenir recordándole el por qué se escondió en un primer momento y cómo la situación ha cambiado a través de la historia. Dependiendo del PAÍS de los personajes, cada miembro podria sugerir al Enfado que use su poder en contra de los enemigos de su patria en favor de la verdadera Guerra que acontece en Europa. Esta acción se puede usar para engañarla o si realmente si desea su ayuda.

    Si se obtiene un 2, el Miedo la incitará a dejar todo atrás y perderse en las inmediaciones del Bosque para reecontrarse con la madre naturaleza. El grupo deberá intervenir y sugerirle acompañarlos hacia lo más cercano a Dumstrang y se percate de que lo que se deabate no es una Guerra contra ella. Dependiendo del PAÍS podrían sugerir que escuche las razones de cada bando para saber su opinión o aclamar su ayuda dependiendo de la postura del personaje.

    Si el grupo obtiene un 3, la Razón le hará recordar las maravillas que en su momento se lograron mediante la alianza con los magos del Sur, y que una tormenta que congele a sus adversarios imaginarios solo traerá la atención de posibles enemigos verdaderos. El grupo debe reforzar estas creencias y, si se logra, la versión de la Razón tomará posesión de la Reina.

    Último post (rol): La Reina hace desaparecer las tormentas y la atmósfera helada que rodeaba las tierras nórdicas y dependiendo del interés de los personajes decidirá si quedarse en su pueblo o participar de alguna forma en la Guerra de Europa.

    Recompensas:

    Recompensa básica por completar la mazmorra:

    • 6000 galeones
    • 2 tiradas en la Ruleta Navideña

    Recompensas adicionales:

    • Aprender la historia del Pueblo de la Nieve: 1000 galeones
    • Derrotar al Yeti y sus Arañas de Hielo: 1000 galeones
    • Seguir a los guerreros que se reunirán con la Reina: 1000 galeones
    • Liberarse de la Guardia de la Reina: 1000 galeones
    • Aprender el conjuro con el que pueden invocar a cualquiera de las tres Reinas: 1000 galeones
    • Hacer que la Reina desaparezca el hechizo helado: 1000 galeones
    • Lograr que la Reina participe en la Guerra de Europa: 1000 galeones
    • Hacer que la Reina se quede en su pueblo a pesar de la guerra: 1000 galeones
  2. No fue más que cuestión de algunos minutos para llegar al consenso con Aries y Eobard, de que lo que tendrían que hacer para liberar a los Gigantes de la Nieve de aquella magia tan poderosa que los aquejaba requeriría el trabajo de los tres. Porque, lo que tenían entre manos no era cualquier cosa, a pesar de ser magos completamente capaces, era magia poderosa y que podía salirse de control en cualquier momento y causar más daño que bien y eso era lo último que querían, al menos si deseaban mantener la paz y no apresurar una nueva guerra.

    ―Un hechizo. ―fue todo lo que dijo mirándolos a los ojos.

    Así que estando de acuerdo, sacó su varita mágica y cerró los ojos durante algunos segundos. Esperando que aquello fuese lo correcto y concentrando todo su poder y recordando los conocimientos adquiridos acerca de meteorología en tiempos pasados, comenzó a sentir como el poder de los elementos climatológicos empezaba a correr por sus venas, listos para ser usados en el instante en que lo decidiera, pero sin decidirse aún a dar el paso necesario; los sintió y disfrutó, permitiendo que corrieran por todo su cuerpo, llenándola de vida y de calor al estar tan vivos, o al menos el de la electricidad.

    Así que en el instante en que estuvo lista, concentró todo su poder y comenzó a susurrar algunas palabras en un idioma antiguo, uno que casi se consideraba muerto; el latín. Con esas palabras, al abrir los ojos observó como las pequeñas partículas de agua que se extendían por el cielo, comenzaban a concentrarse hasta juntarse una con otra, y cada vez más para formar una bonita nube de color blanco que poco a poco se comenzó a tornar gris con uno que otro destello blanco, lista para contener la energía que se requería y que había comenzado a generar ella misma, con sus conocimientos.

    ―Es el momento. ―soltó girando su rostro, para mirar a los Black Lestrange.

    Les correspondía continuar con la creación de aquel hechizo, el primer paso estaba dado y esperaba que funcionara a la perfección, porque tenía cierto tiempo y desdén por aquellas alteraciones climatológicas que eran capaces de realizar con la magia y que actualmente más de un mago era capaz de realizar hasta con los ojos cerrados y sin considerar en las consecuencias de sus actos o al menos era de esa manera como lo percibía. Sin embargo, no era momento de pensar en ello, así que volviendo su atención a su hijo y nieto, esperó sus movimientos, los que no tardaron en llegar.
  3. [justify]Sin lugar a dudas, esa travesía estaba resultando un poco más entretenida de lo que en un inicio pensaba; estaba plagada de conocimientos nuevos y de experiencias extrañas que no creía que era posible que pudiese volver a vivir. Así que con ese pensamiento, intentó procesar los conocimientos de la magia de la nieve, hasta que comprendió que era necesario ponerlos en marcha porque se encontraban en el Claro del Bosque Titiritante.

     

    Allí para su sorpresa, se encontraban reunidos los miembros de la comunidad de los gigantes de hielo, listos para escucharlos o al menos para saber qué era lo que hacían allí algunos magos londinenses. Era extraño, porque la conversación con ellos, fue un tanto extraña pero a la vez, fluida con la participación de todos, comprendido que efectivamente, algo estaba ocurriendo porque repercutía en diversos miembros de la comunidad.

     

    No todos estaban en la misma sintonía y eso era posible verlo durante aquella reunión, la cual estaba resultando más difícil de lo pensado. Mantener el diálogo con los gigantes sanos estaba siendo sencillo, sin embargo, con aquellos que estaban infectados, y que al parecer era sencillo identificarlos era mucho más complicado, porque no querían cooperar, así que comprendió de inmediato que a ellos había que dejarlos fuera y más después de analizar la información que había recibido por parte de Aries.

     

    ―Podemos ayudarles a los que están presentado problemáticas de violencia ―comenzó a proponer viéndolos a los ojos―. Usaremos nuestra magia y conocimientos, para conseguir alguna cura para ellos, ¿quiere colaborar con nosotros?

     

    Salió la pregunta de sus labios y los gigantes que no estaban infectados aceptaron de inmediato, así que tenían una parte de la negociación. Era momento de encontrar la manera de liberarlos de la marca de la reina, y una vez que decidieran que era lo que habían para ayudarlos, podrían continuar con su investigación. Por lo que primero, tendría que ponerse de acuerdo con su hijo y nieto, antes de ponerse manos a la obra, porque si bien tenían la confirmación y aceptación de ellos para colaborar, aún les quedaba camino por recorrer. [/justiy]

  4. El estilo de transporte mágico elegido por Aries, no era de su total agradó. Odiaba volar, siempre lo había hecho porque lo consideraba un poco ordinario o esa era su excusa, pero ciertamente la verdad era que le mareaba un poco y eso le molestaba, porque la hacía sentirse un poco vulnerable. Sin embargo, eso no era algo que supieran muchos miembros de la familia, así que simplemente se subió a la Saeta de Fuego y comenzó a guiarlos por el camino marcado dentro del mapa que habían conseguido algunos minutos atrás.

    Le parecía un tanto extraño, que el viaje estuviese resultando extrañamente tranquilo así que prefirió mantenerse alerta y no confiarse de nada. Porque, extrañamente consiguieron moverse por entre las montañas, de manera silenciosa y sin ser detectados, sin lugar a dudas tenían a la suerte de su lado, algo que le agradó pero que a su vez, le preocupó porque nada era tan sencillo en la vida. Sin compartir con los jóvenes Black Lestrange sus preocupaciones, llegaron hasta la cueva que marcaba la entrada de la comunidad subterránea de los Gigantes de Hielo, el sitio de los ataques.

    ―Tenemos que continuar a pie. ―les indicó a los dos, dejando la escoba de Aries.

    El ingreso era un tanto extraño, porque a pesar de ser un sitio subterráneo se encontraron segundos después de bajada con un bosque enorme que poseía diversas rutas y caminos que estaban en malas condiciones y que los hicieron ir más lento. Por lo que esperaban, que no se encontraran allí con ningún gigante, porque encontrarlos en esas condiciones sin lugar a dudas les causarían problemas, así que con ese pensamiento continuó por el paraje con bifurcaciones elegida por los tres, prestando atención a todo aquello que los rodeaba.

    Cuando se encontraron con estatuas heladas cubiertas con un poco de nieve, se quedó parada intentando comprender el motivo por el cual se encontraban allí, y con ganas de descubrirlo les pidió a los dos chicos que se acercaran con ella para averiguarlo.

    ― ¿Son humanos? ―se atrevió a preguntar con fingida sorpresa, al comprobar que tenían las formas de cuerpos de personas, y que para su verdadera sorpresa aún estaban vivas porque se podía notar pequeños paños sobre el hielo.

    Pero eso no fue lo que más le llamó la atención, sino el hecho de que poseyeran runas antiguas escritas en toda su anatomía, las cuales brillaban con un intenso azul eléctrico. Algo que era un tanto extraño y que seguramente, tendría una explicación a que en cuanto se iba a girar para preguntar a sus acompañantes que opinaban, se abstuvo al notar la presencia de una media gigante.

    ― ¿Podrías ayudarnos? ―le preguntó la matriarca Black Lestrange, usando la legilimancia sobre ella.

    Necesitaban de su ayuda y de la información que les pudiese brindar, por lo que no podían perder tiempo, además que en dado caso de ser descubiertos por los demás miembros de la comunidad, no tendrían un recibimiento tan alegre como el de aquella criatura.

    ―Yara, cuéntanos qué ocurre. ―le pidió.

    Había usado su nombre, después de indagar en su mente como se llamaba, con la única intención de hacerla sentir más cómoda. Por lo que en el instante, en el que comenzó a explicarles que los exploradores nórdicos habían ingresado a su comunidad sin permiso y que aquello molestó a su familia, había comenzado todo. Porque la violencia había prevalecido en todo momento, situación que su pueblo anteriormente había evitado, así que el no comprender del todo lo que estaba ocurriendo, les daba la facilidad de contar con su cooperación.

    ―Una única reunión, rubia. ―fue todo lo que pudo prometer la gitante, sin garantías de salir ilesos o de ser escuchados, pero de algo a nada era algo o eso pensó la matriarca, al momento en que se giró para ver a Eobard y Aries― Las ruinas, son la Marca de la Reina y representan la magia que nos protege y nos rigue.
    La respuesta salió de los labios de su informante, en el instante en que formularon la pregunta, y esto fue después de percatarse de que las runas eran las mismas en su piel, que en la de los humanos congelados. Por lo que comprendió que era algo mítico y que les daba sentido de pertenencia, algo interesante.
  5. ―No sé si hubiese podido soportar otro clima tan cálido, ―confesó a los presentes, mientras sentía como el aire frío comenzaba a sentirse sobre su rostro― la edad, comienza a hacer meya en mí. ―añadió en forma de broma.
    Necesitaban estar tranquilos, porque sabía que la travesía que estaban por iniciar podía ser difícil o por el contrario todo lo sencillo que pudiesen imaginar, todo dependía de la suerte y de lo que el destino tuviese planeado para ellos. Así que sin perder el tiempo, continuó con su camino por los pasillos que los condujeron hacía el exterior de la escuela de magia, y justo cuando pensaba que era momento de partir, se detuvo al observar como una joven se acercaba hasta su hijo.

    Pensando en que siempre solía causar esa pequeña muestra de atención ante los demás el Black Lestrange, esbozó una media sonrisa y camino unos metros más, otorgándoles el espacio que requerían. Por lo que en el momento en que él se acercó hasta ella, le dedicó una mirada inquisidora y espero conocer el origen del pergamino que tenía entre sus manos.

    ―Tenemos ayuda. ―soltó satisfecha mirando a Aries y regresando su mirada esmeralda al castaño casi rubio―, ¿puedo?

    Con esa pregunta, tomó entre sus manos el mapa y lo observó con atención. Había algún misterio que resolver, de eso estuvo segura así que dedicando una mirada al cielo completamente despejado de nubes y con una hermosa luna llena, se atrevió a darle una segunda mirada más profunda al mapa y asintió feliz. Tenía cierto truco, necesitaba tener la luz del astro de la noche sobre su superficie para mostrar su contenido.

    Así que levantándolo un poco, lo posó sobre ella y consiguió dar con la ubicación de la comunidad de los gigantes de hielo, aquella que estaba dando tantos quebraderos de cabeza a los presentes. Tenían que ir hacía las montañas, así que mirando las provisiones que tenían, negó con lentitud.

    ―Sé a donde tenemos que ir, pero necesitamos mochilas con lo necesario como ropa adecuada, algunos alimentos y sobretodo muchas ganas de llegar. ―soltó mirando a uno de los elfos, ordenando que trajera sus dos primeros pedidos y después se giró a su hijo y nieto― Debemos ir detrás de las montañas, entrar por la cueva y subir hasta el centro de la misma.

    Fue todo lo que dijo, esperando que consiguieran entender lo poco que había revelado de la ubicación de la comunidad.
  6. El consenso se estaba volviendo un grupo de apoyo para todos aquellos que tenían una queja, más que una conferencia en donde se pretendía obtener soluciones y evitar una nueva Guerra Mágica, pero parecía que nadie estaba por la causa así que en el momento en que notó como el ambiente comenzaba a tensarse más, estuvo tentada a tomar la palabra aunque no sin antes dirigirle una mirada a su hijo y a su nieto. Sin embargo, Eobard se le adelantó e intervino de manera objetiva y coherente, algo que le agradó.

     

    Así que en el momento en que este propuso realizar un recorrido de reconocimiento y comprobar que tan cierto era lo que los explotadores decían de los ataques de los Gigantes de Hielo era cierto, asintió y se puso de pie, mirándolo con una sonrisa en los labios y una copa en su diestra, bebiendo un sorbo antes de hablar.

     

    ―Sabes que te acompañaré, la familia se mantiene unida. ―soltó colocándose a su lado y mirando a Aries, el cual estaba casi obligado a acompañarlos, porque no le estaba pidiendo su opinión.

     

    Con la decisión tomada, comenzó con los preparativos para iniciar la expedición hacia Galdhøpiggen, sitio en donde presuntamente se estaban recibiendo los ataques por parte de las criaturas de hielo. Era sencillo comprobar que tenían casi todo a la mano, gracias a los elfos domésticos del colegio y a los exploradores que habían conseguido sobrevivir y que de buena voluntad habían aceptado acompañarlos, claro que nada tuvo que ver el uso de la magia oscura para eso, pensó con una sonrisa ladeada.

     

    ¬―Vamos, es momento de comprobar que tan cierto es que existe una amenaza real. ―dijo tomando el camino inicial, pidiendo a los Black Lestrange que la siguieran.

     

    De ese modo, inició la aventura para los miembros de la antigua familia mortífaga. Aquella, que se convertiría en la segunda que emprendían en conjunto y que estaba convencida que les traería cosas buenas. Así que con eso en mente, recorrió y continuó por el camino trazado por los exploradores, soportando el gélido clima de invierno de la zona nórdica. Algo que le agradaba, a decir verdad y que sentía poco gracias a la vestimenta de pieles que usaba y que compartía con sus familiares, porque todos se habían vestido con ellas para evitar el frío y que el viaje fuese mucho más ameno de lo que alguno de ellos se pudiese imaginar.

     

    Estaba consciente de que aquella travesía, no sería sencilla pero confiaba en que sus capacidades mágicas y de inteligencia les pudiesen ayudar para resultar vencedores ante el reto que habían decidido emprender y que pronto tuviesen resultados, eso era lo primordial.

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    Mazmorra: Los Gigantes de Hielo
    Nivel mínimo: 1
    Participantes: Mínimo 2 jugadores - Máximo 3 jugadores (modalidad grupal)
    Dificultad: Fácil
    Repeticiones: Una vez al día, hasta alcanzar un máximo de 25.000G (los roles tienen que ser diferentes, no se admiten copias)

    En las profundidades de la montaña Galdhøpiggen, todavía viven los Gigantes de Hielo. Aunque no son amigos de los humanos y detestan a los invasores, durante muchos años estas criaturas se mantuvieron en paz con el pueblo escandinavo, por considerar a estas personas los descendientes del Pueblo de la Nieve. Los Gigantes permitían a los humanos escalar las montañas y recorrerlas, siempre y cuando no las dañaran ni se acercaran a su poblado. Sin embargo, de forma repentina, éstos comienzan a mostrarse agresivos con loa humanos que se acercan a las montañas y, peor todavía, hay reportes de que han comenzado a atacar los poblados cercanos y parece ser que su objetivo es el colegio Durmstrang.

    Estos ataques interrumpen el Gran Consenso Mágico que se celebra en el colegio para buscar la paz, amenazando no sólo el bienestar de los magos sino el futuro de la comunidad mágica. Aunque parece que ésto fracturará todavía más a los magos, éstos deciden reunir fuerzas para enfrentarse a ésta amenaza.

    Hitos de la Mazmorra:

    Deben hacer entre todos los posteos de rol y dados que se indican en estos hitos (mínimo 10 líneas cada posteo de rol).

    Hay que tener en cuenta las instrucciones para el manejo de dados. No nos hacemos responsables si los dados cambian de valor por no haber seguido bien las instrucciones indicadas. En cualquier caso, deberá guardarse captura de las tiradas y postear un link en el último posteo de la mazmorra. Observación: en caso de que el dado no se lance de forma correcta (por copiar o pegar mal el código, algún error de tipeo, etc), se permitirá repetir el lanzamiento.

    Los posteos de dados que se indican en los hitos, son sólo de dados, es decir, sólo se lanzará el roll, sin texto alguno.

    Te recomendamos leer bien los hitos de la mazmorra que se detallan a continuación.

    Primeros tres posteos (rol): Entre todos los participantes de las mazmorras, realizarán tres posteos de rol. Se encuentran en el colegio Durmstrang, donde magos de Europa e incluso otros continentes han sido invitados por el gobierno mágico escandinavo para buscar la paz y el fin de la guerra. El ambiente es tenso, sin embargo, y la situación empeora cuando un reducido grupo de magos aparece y explica que han sido atacados por Gigantes de Hielo. Para los magos esto suena a una fábula y una discusión se desencadena. ¿Es aquello verdad o una especie de truco para acabar la guerra así como así? Junto a tu grupo, cansado de las discusiones absurdas en un momento donde lo principal es buscar el bienestar común, decides alzar la voz.

    Junto a tus colegas hablas de forma diplomática con el resto de los magos y les hace entender que la amenaza puede ser real y que vale la pena investigar qué sucede, por el bienestar común. Al final, el grupo se organiza su partida hacia Galdhøpiggen. Los exploradores que apenas lograron regresar con vida, les proporcionan ayuda para su viaje.

    Cuarto posteo (dados): El equipo debe lanzar los dados una vez estén organizando su partida. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de tres caras.

    • Si el resultado es 1, los exploradores les proporcionan un mapa mágico de las montañas (el grupo obtiene el bonus Localización).
    • Si el resultado es 2, los exploradores les proporcionarán un threstal a cada uno de los miembros del grupo (el grupo obtiene el bonus Viaje Rápido)
    • Si el resultado es 3, los exploradores les proporcionarán un antiguo libro de magia (el grupo obtiene el bonus Arma Secreta).

    Hasta el séptimo posteo (rol): El equipo organiza su partida con la ayuda de los exploradores.

    Si el grupo obtuvo 1, los exploradores les proporcionan un mapa mágico de las montañas, detallando especialmente la comunidad subterránea de los Gigantes de Hielo.

    Si el grupo obtuvo 2, los exploradores les proporcionarán un threstal a cada uno de los miembros del grupo, lo cual les permitirá viajar con facilidad hacia la montaña.

    Si el grupo obtuvo 3, los exploradores les proporcionarán un antiguo libro de magia, con hechizos que les permitirán combatir a los gigantes.

    Finalmente el grupo parte hacia la montaña.

    Octavo post (dados): El equipo debe lanzar los dados una vez hayan partido hacia la montaña. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de dos caras.


    • Si el resultado es 1, el grupo llega a la montaña y es atacado por los Gigantes de Hielo.
    • Si el resultado es 2, el grupo llega a la montaña y son recibidos por un grupo de magos de la nieve.

    Notas


    • Si el grupo tiene el bonus Viaje Rápido, no realiza la tirada de dados. En cambio posteará "Bonus: Viaje Rápido".
    • Si el grupo tiene el bonus Localización, no realiza la tirada de dados. En cambio posteará "Bonus: Localización.

    Hasta el décimo primer post (rol): El equipo llega a la montaña.

    Viaje Rápido: El grupo viaja en los threstal hacia las montañas, evitando los obstáculos del camino. Desde las alturas localizan la entrada hacia la comunidad subterránea de los gigantes. Observación: el grupo puede superar el hito actual en un único posteo de cualquier miembro y saltar a la siguiente tirada.

    Localización: El grupo logra moverse por la montaña sin ser detectado. Encuentran la entrada hacia la comunidad subterránea de los gigantes. Observación: el grupo puede superar el hito actual en un único posteo de cualquier miembro y saltar a la siguiente tirada.

    Si el grupo obtuvo 1, pasan días escalando la montaña por sus propios medios, ya sean mágicos o muggles. No están seguros de a dónde ir con exactitud, sólo tienen las vagas indicaciones de los exploradores en su memoria para guiarse. No es de extrañar entonces que a medida que se acerquen a la cima, comiencen a ser atacados por los Gigantes de Hielo. El grupo intenta defenderse, pero se encuentran en desventaja y son fácilmente derrotados. Una vez fuera de combate, son tomados como prisioneros.

    Si el grupo obtuvo 2, pasan días escalando la montaña por sus propios medios, ya sean mágicos o muggles. No están seguros de a dónde ir con exactitud, sólo tienen las vagas indicaciones de los exploradores en su memoria para guiarse. Pronto se dan cuenta de que están perdidos y no tienen la menor idea de qué hacer. El grupo es encontrado vagando sin rumbo por un reducido grupos de seres mágicos, que parecen personas como ellos pero tienen la piel pálida, el cabello azulado y controlan la magia del hielo. Son unas de las pocas gentes del Pueblo de la Nieve que quedan en el mundo. El grupo los convence de que están ahí con buenas intenciones y, ya que las gentes de la nieve tampoco quieren que los gigantes ataquen a los humanos, aceptan su ayuda. Los conducen de forma sigilosa al poblado de los Gigantes de Hielo.

    Finalmente el grupo está en el poblado de los Gigantes, un Bosque gigantesco con rutas y caminos deteriorados, y deben buscar la forma de hablar con ellos, averiguar qué sucede y convencerlos de que ellos no son los verdaderos enemigos. En el camino se topan con cientos de estatuas heladas recubiertas de nieve. Al acerarse descubren que se tratan de humanos congelados pues siguen respirando bajo la recubierta. Además, perciben que en sus cuerpos yacen inscritas runas antiguas que brillan en un intenso azul eléctrico.

    Yara, una mitad-gigante y la única que maneja varias lenguas humanas, les explica que la intromisión de unos exploradores nórdicos ha despertado la cólera de sus familiares, pero que hasta a ella le parece extraña la actitud que han tomado. Sugiere que se trata de algo más que solo el deseo de proteger al pueblo. El grupo le pide que interceda por ellos, pero Yara solo puede lograr una única reunión sin garantías para que puedan explicar sus motivos y peticiones.

    Antes de que Yara se retire el grupo se percata de que posee las mismas runas tatuadas en su piel, solo que las de ella no brillan, y le preguntan por éstas, a lo que ella responde que se trata de la Marca de la Reina, runas con las que el Pueblo de la Nieve ha decidido identificarse desde hace miles de años para que la magia de su gobernante los proteja, creando un vínculo irrompible con su magia y sus emociones.

    Décimo segundo post (dados): El equipo debe lanzar los dados una vez hayan terminado de hablar con Yara. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de dos caras.


    • Si el resultado es 1, el grupo es atacado por un gigante.
    • Si el resultado es 2, el grupo logra dialogar con los gigantes.

    Notas


    • Si el grupo tiene el bonus Arma Secreta, no realiza la tirada de dados. En cambio posteará "Bonus: Arma Secreta".

    Hasta el décimo quinto post (rol): El grupo se encuentra en el claro principal del Bosque Titiritante, el asentamiento principal de los Gigantes y en donde se ejecutan las pocas reuniones que requieren de una presencia masiva.

    Arma Secreta: El grupo es acreedor de un libro de magia cuyo contenido parece conectarse con sus mentes apenas lo tocan. Al pasar las páginas abren un pasaje que despierta a Gunther, el Hacha Ardiente, el espíritu de uno de los comandantes bárbaros que luchó en la contienda original contra el pueblo de la nieve. Es incapaz de articular palabras, pero se asegura de instruirles acerca de los hechizos y conjuros que han de utilizar para hacerle frente a la Magia Congelada de los Gigantes. Les sugiere convertir sus varitas en armas filosas de acero, pues son susceptibles a éste, y a su vez encantar las hojas para que estén calientes. Ante esta amenaza ancestral, los gigantes se aplacan inmediatamente; por otro lado, los gigantes sanos, para defender a los suyos, explican que no están actuando por sí mismos, sino que están siendo afectados por la Marca de la Reina en sus cuerpos. Al entender lo que sucede, los magos deciden bajar las armas e intentar ayudarlos. Observación: el grupo puede superar el hito actual hito en un único posteo de cualquier miembro y saltar a la siguiente tirada.

    Si el equipo obtuvo un 1, el Gigante Raktar se abalanza hacia ellos sin dejarlos comunicarse. Mide al menos ocho metros de largo y está armado con un árbol altísimo al que ha convertido en lanza. El grupo debe intentar derribarlo usando la torpeza del Gigante a su favor. Si lo logran, se darán cuenta que en su cuerpo la Marca de la Reina brillan igual en que los cuerpos congelados que presenciaron al principio. El equipo debe encontrar la forma de desvincularlo con éstas.

    Si el equipo obtuvo un 2, logran reunirse con los gigantes en el claro del Bosque Titiritante y entablan un diálogo usando la magia de las nieves que han ido aprendiendo durante el trayecto, pues éstos no hablan las lenguas humanas. Se percatan de que no todos los Gigantes están afectados por los efectos de la Marca, y son los sanos quienes contienen a los enfurecidos. El equipo le propone a los Gigantes lúcidos intervenir para liberarlos de la influencia de la Marca y éstos aceptan.

    Una vez el grupo comprende que los gigantes no están actuando por sí mismos deciden ayudarlos, buscando la forma de eliminar la Marca de la Reina para liberarlos.

    Décimo sexto post (dados): El equipo debe lanzar los dados cuando hayan resuelto ayudar a los gigantes. Cualquier integrante de éste puede hacerlo. Debe lanzar un dado de tres caras.


    • Si el resultado es 1, el grupo crea una cura a base de la llamada Flor Invernal.
    • Si el resultado es 2, el grupo crea amuletos para todos los gigantes, que bloquean la influencia de la Reina.
    • Si el resultado es 3, el grupo crea un hechizo que impacta en las Marcas de la Reina para eliminarlas.

    Hasta el décimo noveno post (rol): El grupo debe ingeniárselas para crear una forma que desvincule a los Gigantes de la Marca y a los humanos congelados por éstos.

    Si el grupo obtuvo 1, el equipo crea una espora a base de la Flor Invernal, una planta que crece en lo profundo del Bosque, y mediante ventiscas mágicas dispersarla por los aires y así regarla por toda la Montaña. Sus pétalos se plegarán a las Marcas y actuarán de inhibidores de la magia de la Reina.

    Si el grupo obtuvo 2, el equipo confecciona un amuleto al que hechizarán con la Maldición Gemino, y con la ayuda de los Gigantes lúcidos y el Pueblo de la Nieve se encargarán de colocárselos a los afectados. La magia del amuleto bloqueará la influencia de la Reina en ellos.

    Si el grupo obtuvo 3, el equipo diseña un rayo que, desde el cielo, impacte sobre las Marcas afectadas por la magia de la Reina. Para hacerlo también deberán crear la nube que almacenará dicho rayo.

    Último post: Al final, el equipo recibe alabanzas de los Gigantes y el Pueblo de la Nieve por sus actos, y pese a apoyarla ciegamente aceptan que la actitud de la Reina está fuera de control y necesita ayuda. Los humanos descongelados se unen a su encuentro, dirigidos por Yara, y les informan que llevaban así desde que habían descubierto, aparentemente, la entrada del Pueblo. Yara les hace saber lo mucho que los Gigantes sienten lo sucedido.

    Varios miembros del Pueblo de la Nieve les advierten que no todos están de acuerdo con ellos y que la Reina no necesitó activar la marca en los pueblerinos de la nieve para convencerlos de que los sureños representaban un peligro, por lo que les sugieren que vayan al encuentro de ella y traten de hacerla entrar en razón. Solo la Guardia de la Reina sabe la ubicación exacta de la Fortaleza donde ella se encuentra, pero les entregan un mapa que les ayudará a conseguirla.

    Es entonces cuando el grupo decide volver Dumstrang e informar de lo sucedido a las personas reunidas en el Gran Consenso. En el camino se percatan de que el frío se está volviendo cada vez más insoportable...

    Recompensas:

    Recompensa básica por completar la mazmorra:


    • 6000 galeones
    • 2 tiradas en la Ruleta Navideña.

    Recompensas adicionales:


    • Viajar por la montaña con el mapa de los exploradores: 1000 galeones
    • Viajar por la montaña en los threstals: 1000 galeones
    • Invocar a Gunther, el Hacha Ardiente: 1000 galeones
    • Ser encontrados por el Pueblo de la Nieve: 1000 galeones
    • Usar la torpeza del gigante Raktar en su contra: 1000 galeones
    • Entablar diálogo con los gigantes: 1000 galeones
    • Liberar a los gigantes del control de la Marca de la Reina: 1000 galeones
  8. La Black Lestrange llevaba algunos días metida en su habitación, estaba un poco aburrida así que en el momento en que una de sus elfinas personales le indicó que su hijo Eobard, había vuelto a Londres hacía unas cuantas horas y se encontraba en el local que compartían con uno de sus nietos. Negó lentamente, ¿después de tanto tiempo? ¿era como el hijo pródigo? Parecía que sí, así que aún sin querer abandonar la comodidad de su espacio personal,

     

    ― ¿Dónde quiere que lo vea? ―preguntó una vez que salió de la ducha.

     

    Vestida con un sencillo vestido de color blanco a juego con sandalias, y con un cabello suelto, dio un medio giro para partir al lugar dicho anteriormente por la criatura. Una vez que apareció en las calles del Callejón Diagón, comenzó a caminar por las calles apedradas y visualizó el banco y negó lentamente, sin duda alguna estaba mucho más relajada sin la carga de trabajo y tiempo que había significado para su vida aquel sitio. Si bien, lo había disfrutado, ahora agradecía tener más tiempo libre y poder descansar aún más.

     

    Así que en cuanto ingresó al local y sus fosas nasales llegó el aroma a café, apareció una sonrisa en sus labios y se encaminó hasta la mesa en donde se encontraba sentado el Black Lestrange. Queriéndolo sorprender un poco, se colocó detrás de él y posó su diestra sobre su hombro y le dio un pequeño apretón y se abstuvo de taparle los ojos, porque no era una chiquilla.

     

    ―Bienvenido, ¿qué te trajo de vuelta? ―se atrevió a preguntarle sin rodeos.

     

    Después de saludarlo con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla, se dejó caer sentada delante de él en la silla.

     

    @

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  9. Cada una de las ocasiones en que sus labios los fundían en un mismo ser, era como si su cuerpo reclamara una parte más de su esencia, era como si sus almas se conocieran y conectaran a través del tiempo y espacio reclamándose como propias, como una misma. Era indescriptible la sensación que le producía estar entre los brazos del Crowley, tanto que en algunos momentos aún le aterraba, pero estaba segura de querer estar a su lado y pasar el resto de su vida a su lado, había encontrado a su otra mitad, a su complemento a aquella persona que la hacía ser mejor y sentirse completa, comportarse como una niña pequeña jugando, como una adolescente enamorada y como una mujer madura al querer compartirlo todo con él.

     

    Pensando en eso, soltó un pequeño grito en cuanto el holandés la tomó por las piernas cargándola. Moviéndose un poco incómoda por la posición, no pudo evitar soltar sonrisas sonoras en cuanto tocó sus muslos y glúteos. Su prometido era un travieso empedernido, una faceta que pocas veces había tenido el placer de disfrutar en situaciones relajadas y fuera del dormitorio, pero descubrió que amaba esa chispa de diversión que solía asomarse por sus ojos y sonrisa cuando planeaba alguna maldad, así que en cuanto cayó sobre la arena, acarició su rostro y mantuvo sus miradas conectadas durante unos segundos, deseando que el tiempo dejará de avanzar y pudiesen estar durante años en un paraíso como aquel. Abriendo los labios, tomó entre sus dientes la fresa y comenzó a masticarla divertida, disfrutando del sabor dulce y fresco.

     

    ­—Siempre extrañaré esos juegos, no negaré que perdernos entre las aulas, despachos o jardines de la Academia era divertido y le daba cierto morbo. —confesó mordiendo su labio inferior.

     

    Al sentirlo sobre ella, tomando el control de la situación y dejándole en claro cuánto la amaba, además de cómo sus cuerpos pedían más cercanía y fundirse en uno mismo cuando estaban tan cerca. No pudo evitar sonreír y disfrutar de aquellos pequeños momentos que se quedarían grabados por siempre en su alma. Porque se habían encontrado sin previo aviso, sin siquiera planearlo y sin permiso se habían enamorado, siguiendo únicamente el deseo de sus cuerpos y ahora estaban allí, dispuestos a unirse en una nueva faceta dispuestos a compartir su día a día. En cuanto él le acarició el rostro volvió a besarlo, trasmitiendo así su deseo y amor.

     

    —No, no podría desear que fuese diferente. Te amo y no tienes idea cuán grande es ese sentimiento. —confesó mirándolo a los ojos— Quiero que conozcas cada parte de mi historia y de mi ser, así como quiero conocer todo de ti… pero tenemos mucho tiempo para ello, o eso espero señor Crowley que sino me veré obligada a seguirlo hasta el mismísimo fin del mundo.

     

    Amenazó con una sonrisa en los labios, antes de pasar sus dos brazos por su cuello y usar sus piernas para rodear su cintura, atrayéndolo más hasta su posición. Deseando volver a ser un mismo ser, pero controlando sus instintos más bajos, simplemente lo abrazó y enterró su rostro en su cuello, sintiéndose refugiada y como si ese fuese su lugar. Pasados unos segundos, considero la posibilidad de preguntarle acerca de su juventud pero sabía cómo hacerlo así que simplemente cerró los ojos y disfrutó del sol sobre su piel.

     

    — ¿Tu quieres compartir tu historia y permitirme conocer todo de ti? —preguntó mirándolo a los ojos— Sabes que nunca te pregunté nada porque siempre, me ha bastado saber que soy la única y la última. —añadió besándolo, pero aún así queriendo saber sobre su vida pasada y no queriendo usar su habilidad de legilimancia porque nunca se permitiría abusar de sus poderes con él.

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  10. Vengo a pedir que certifiquen mi habilidad, llevo dos semanas y media esperando, 10 días desde que pregunté sobre eso, y no tengo respuesta, ¿se trata de ignorarme? diíganme, así al menos sé que le estoy escribiendo a la pared, y ya veré si mejor envío un mp a Beltis o a admon, quizás ellos no me ignoren (si tengo suerte) (?)

     

    Aquí les dejo el link donde la arcana pide la certificación: http://www.harrylatino.org/topic/113024-tablon-de-calificaciones/page-2?do=findComment&comment=5287472

     

    Morsmordre.

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  11. Afortunadamente las preguntas no habían continuado después de sus respuestas y de que León comenzará a añadir algunos comentarios, los cuales no eran del todo conciliadores, sino más bien con la intención de ponerles un freno y evitar que continuaran con su interrogatorio un tanto incómodo, que si bien no le causaba conflicto real si le impedía sentirse del todo cómoda, porque era como estar frente a diversos diplomáticos buscando encontrar el equilibrio para seguir siendo educada y brindar uno que otro detalle. Sin embargo, tenía que recordar que se trataba de la familia de su esposo y eso no podía seguir haciéndolo y menos ahora que comenzaba a pensar en su retiro para enfocarse en sí misma, tenía que volver a ser más espontanea.


    Por eso en cuanto León, se dirigió a Nicole y le dijo de manera delicada que no necesitaban de su ayuda colocó en su pierna una de sus manos y le regaló una sonrisa conciliadora a la Evans, porque ella si deseaba su ayuda, total no por nada había tenido un negocio llamado Casamenteras Evans, algo sabía de la organización de eventos. Pero, eso sería algo que trataría más adelante con la bruja, porque dudaba que su novio se inmiscuyera en todos los pequeños detalles que significaban una boda.

    —La fecha, la fijaremos cuando estemos listos, aún estamos digiriendo lo del compromiso. —añadió con tranquilidad— Los demás detalles, los iremos definiendo con el tiempo… porque, de lo único que estamos seguros es que queremos casarnos, ¿cuándo y dónde? No tenemos idea, pero lo haremos eventualmente.

    Intentando mantenerse tranquila, escuchó las palabras del patriarca y le regaló una sonrisa. Era inteligente su movimiento, regresar la atención a ellos y más después de soltar la bomba de que tenían una hermana más y que era hija de ambos, lo que la llevó a pensar en Jessie, tenía que hablar con ella para contarle de la boda y ver como continuaba, si alterada o si Otto, había logrado hacer maravillas.

    —Me parece bien, vayamos al jardín, así puedo conocerlos un poco más y tomar algo de sol. —secundó la idea de León— ¿Creen que podría llevarnos un poco de vodka o vino algún elfo? ¿tienen una terraza? ¿hay un invernadero? —sus preguntas no fueron dirigidas a nadie en concreto, solo se dejó guiar por él, confiando en donde fuese que la llevara.
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  12. El local, aún se encontraba solo, únicamente la presencia de un par de empleados quiénes serían los encargados de atender a cada uno de los cliententes o posibles clientes que se acercaran en los próximos minutos, horas, días, semanas, meses o incluso años si es que duraba y prosperaba el negocio abierto. Considerando, la idea de moficiar algunos detalles de la decoración antes de que alguno de los Black Lestrange llegará, negó con lentitud y esbozó una media sonrisa.

     

    -Un capuccino. -ordenó sin inmutarse al primero de los empleados que tuvo delante.

     

    Sabía que probar los productos era tarea de los dueños, así que con eso sería con lo que iniciaría y poco o nada le importará que Eobard y Aries, aún no hicieran acto de presencia, quería comprobar que tan ricos estaban los postres y la variedad que estaban ofreciendo, y posteriormente, quizás probaría los sandwiches y demás entremeses que se habían incorporado al menú en los últimos días después de algunas discusiones entre los tres.

     

    -Además de un cheesecake -tras añadir una cosa más a su orden, se dejó caer sobre uno de los pequeños sofás que pretendían ser para el descanso o reposo de todas las personas que acudieran por trabajo, esparcimiento o por alguna reunión o cita de trabajo.

     

    Estaban pensando en cualquier posible situación o servicio que pudiesen necesitar los clientes, implementando además, tecnologías muggles que eran novedosas dentro del mundo mágico, y que a pesar de ser parte de otro sistema social, se estaba buscando colocar para mejorar y facilitar la vida a los magos y brujas londinenses.

    Metida en sus pensamientos, la palabra tía la trajo a la realidad. ¿Quién la llamaba de esa manera? No sabía, hasta que fijó su vista en el pequeño que tenía delante.
    -Hola Dexter, claro que me acuerdo de ti cariño. -saludó al pequeño y le daba un beso en la frente. Ese pequeño, era como un segundo hijo para ella, así que obviamente que podía estar allí.
    Al separarse lo miró y supo que Elizabeth había vuelto y no sabía como se tomaría lo que tendría que decirle, así que de momento no iría con el pequeño a la Malfoy, se quedaría allí...
    -Puedes acompañarme, ¿quieres pedir algo? Lo que quieras, te lo traerán y después de que comas algo, iremos con tu mamá -añadió jugando con el anillo de compromiso que tenía entre sus dedos- ¿como es que volvieron? ¿cuándo? -le preguntó.
  13. La brisa del mar llegaba hasta donde se encontraba escondida, una palmera era lo único que la resguardaba de la mirada de los curiosos. Sabía que quizás no era el mejor escondite, pero en realidad no estaba escondiéndose, solamente quería jugar un rato con su prometido y olvidarse de todo aquello que los estresaba y les impedía hacer más de ese tipo de escapadas de fin de semana. Con eso en la mente, en sus labios apareció una pequeña sonrisa y despeinando su rubia cabellera relajó por completo su cuerpo.

     

    En el instante en que estaba tentada a tirarse en la arena, sintió la presencia cercana de León. Su habilidad para la legilimancia se estaba afianzando y debido al vinculo emocional que compartía con el mago se afianzaba cada vez más con él. No quería entrar a su mente y leerla, así que simplemente cerró los ojos y espero hasta que este llegó detrás de ella y la abrazó, con eso se giró lentamente para mirarlo a los ojos.

     

    —Jamás podría huir de ti. —respondió con diversión— Estoy segura que no me dejarías ir, me retendrías para solucionar juntos lo que sea que este pasando… eres mi complemento. —añadió, para después reír con su pequeña broma.

     

    En esa posición, llevó sus brazos hasta su cuello y lo besó. Logrando que sus bocas se fundieran nuevamente, trasmitiendo con un simple beso todo lo que significaba para ella estar a su lado en aquel lugar- En cuanto se separaron, notó como la intentaba jalar hacía el mar y eso no le agradó del todo, porque el agua siempre le había causado un poco de respeto, al menos la del mar aunque disfrutara observarlo.

     

    —Creo que ahora si quiero huir de ti. —soltó con diversión— ¿En serio quieres entrar al mar? —cuestionó con curiosidad ocultando el pequeño atisbo de duda que tenía— Podríamos tomar el sol un rato, y disfrutar de la brisa… —tentó con una sonrisa.

     

    Sus pasos, ya los habían llevado hasta la orilla del mar, en donde las olas comenzaban a mojar sus pies, y si el agua estaba un poco fría pero no lo suficiente para causarles frío. Continuó avanzando hasta que la corriente únicamente mojaba la mitad de sus pantorrillas para segundos después agacharse y tocar con una de sus manos el agua y queriendo sorprenderlo comenzó a mojarlo tirándole agua y pateando un poco de la misma.

     

    Las gotas de agua comenzaron a mojar al Crowley un poco, así que queriendo poner una pequeña tregua se acercó hasta él y volvió a besarlo, para después empujarlo un poco más dentro del agua y salir del campo de acción de la corriente del agua salada. Riendo por su reciente maldad, sintió como rejuvenecía un poco más, despertando su espíritu casi adolescente, disfrutando de vivir esos pequeños momentos.

     

    —Cariño, tengo una duda… ¿alguna vez hubieses preferido que mi cabello no fuese rubio? —las palabras salieron de sus labios con diversión e insinuación, sabiendo que el demonio tenía cierto historial con morenas y pelirrojas y que ella al ser metamorfomaga podría ofrecerle alguno que otro cambio durante algunas horas.

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  14. Lamentablemente, el portal fulgura nox que había creado para llevarla hasta la pirámide de las siete puertas con la arcana había resultado un fracaso. No se encontraba ni cerca de estar allí, era la primera vez que la habilidad demostraba o le ponía una prueba más antes de poder vincularse con ella, así que intentaría hacerlo ahora sí del todo bien o demostrar de manera mucho más integra cuáles eran sus capacidades para poder salir de allí, porque a decir verdad, sentía que llevaba demasiado tiempo perdida entre el espacio y el tiempo.

     

    La sensación de sentirse perdida, contrario a generarle interés comenzaba a ponerla nerviosa y un tanto estresada porque era una persona que solía mantener el control de cada una de las situaciones que la rodeaban y esa no estaba en su total control. Así que experimentando por primera vez en mucho tiempo ese sentimiento, inhaló y exhaló al menos unas diez veces, intentando conseguir serenar nuevamente su mente y cuerpo, demostrando que estaba preparada para cualquier posible situación que se le presentará.

     

    Después de haberse relajado, miró el sitio en el que se encontraba y le pareció extrañamente familiar, ¿era la casa de Hilvolt en Boston? Sí, era la propiedad que durante años había pertenecido generación tras generación a la familia Thawne, no entendía el motivo de su presencia en aquel lugar pero al sentirse en un sitio conocido y con el poder suficiente para enfrentarse al hombre que marcó su vida de tantas formas, decidió comenzar a explicar o buscar a alguno de los sirvientes.

     

    Recordando en esos momentos, que su apariencia no era la más adecuada se preocupó unos segundos pero la magia de aquel portal era tanta que se encontraba vestida con un elegante vestido verde olivo que combinaba a la perfección con sus ojos y rubia cabellera, mientras que sus pies se encontraban enfundados en unos tacones plateados que aumentaban su estatura. Estaba vestida para un evento importante y eso no le agradó poco o nada, tendría que improvisar así que sin dudarlo inició con rápido camino por las escaleras que la condujeron hasta el piso inferior, en donde se encontró a un elfo doméstico.

     

    —Avisen que estoy lista. —ordenó sin siquiera dudarlo, mirando su atuendo en un espejo.

     

    -Señorita, el señor Thawne ordenó que la lleváramos con él en cuanto estuviese lista, acompáñeme por favor. -con una referencia le indicó el camino.

     

    En cuando comenzó a caminar por uno de los pasillos de la derecha supo que se dirigían hasta el despacho privado del padre de su hijo y eso le causó molestia porque malos recuerdos venían a su mente en ese lugar, sin embargo, ya no era la misma bruja inexperta de 18 años que vivió durante dos años con ese mago, no ahora era una bruja totalmente diferente y preparada que se encontraba lista para enfrentarse a cualquier mago que se pusiera delante de ella, había desarrollado sus habilidades y capacidades para siempre resultar vencedora, además de que ahora contaba con el apoyo de su prometido, el cual recordó al mirar el anillo que descansaba en su diestra.

     

    Con ese pensamiento, consiguió calmar los nervios que amenazaron con embriagarla y tras soltar un suspiró en sus labios apareció una sonrisa que demostraba suficiencia y tranquilidad. Con ese gesto, ingresó al estudio y miró al hombre que tantos años atrás le había salvado la vida y que tanto la había deslumbrado por su ambición e inteligencia, pero que a la vez la había obligado a hacer cosas, que no se creía capaz de realizar por sus principios morales.

     

    —Querido, un gusto verte tan arreglado. —soltó a modo de saludo mirando el smoking con el que estaba vestido.

     

    En cuanto él se giró y posó su mirada en ella, sintió repulsión por la mirada tan descarada que recibió de su parte, observando fijamente cada parte de su cuerpo y arregló.

     

    -Los años lograron volverte más hermosa de lo que incluso podría haber imaginado. -recibió el cumplido- Gracias por aceptar venir, necesito demostrar que aún conservo buenas relaciones con la madre de mi hijo, el que por cierto consiguió limpiar su nombre en este país, ingresando con tu apariencia.

     

    Las palabras que le soltó, no le sorprendieron porque conocía los movimientos de su hijo. De hecho, era el único que había conseguido hacer una copia tan fiel a ella con la metamformagia que solo aquel mago o bruja que la conociera profundamente, podría adivinar que no se trataba de la matriarca Black Lestrange, sino de un impostor.

     

    —Lo sé, es brillante Eobard. Me alegró que pueda pisar cualquier suelo internacional cuando así lo quiera, y dime… ¿por qué es tan importante tenerme aquí? —preguntó con fastidio.

     

    -Quiero ser primer ministro de Estados Unidos y solo lo conseguiré demostrando toda la diplomacia que poseo a nivel internacional y tu querida eres la cereza del pastel. -reveló.

     

    En esos momentos Hilvolt, comenzó a utilizar su poder con la legilimancia para intentar ingresar a su mente, de manera cauta y lenta. Pero Mia, consiguió comenzar con la utilización de la oclumancia, para evitar que interfiriera con sus emociones y pensamientos.

     

    -Eres una bruja poderosa e importante. Podrías estar a mi lado, como mi primera dama… ¿no sería algo interesante y bueno para ti? -añadió mirándola a los ojos.

     

    Podría sentir como la habilidad de su ex pareja, comenzaba a intentar a persuadir sus sentimientos y pensamientos para hacerle creer que eso era lo mejor para ella. Pero, sus barreras mentales continuaban firmes, permitiendo saber que era lo que realmente quería y pensaba, estaba usando correctamente la oclumancia.

     

    —No, no sería bueno. Podría admitir que quizás interesante si pero no bueno, me gusta mi vida en Londres y no quiero cambiarla. —su respuesta fue tajante.

     

    -Pero Mia, soy el único hombre al que has amado y tu eres la única mujer con la que he podido ser yo y nuestra magia junta es imparable… serías mi esposa.

     

    Con su última palabra, en su interior se removieron sentimientos negativos que únicamente consiguieron aplacarse en cuanto pensó el nombre de León, su prometido.

     

    —No te equivoques, no eres el único al que he amado y no, no quiero ser tu esposa. Recuerda que nunca quise serlo y menos ahora.

     

    Con eso, el poder de Hilvotl para intentar entrar en su mente y sentimientos se incrementó, pero las defensas mentales de Mia comenzaron a trabajar, trayendo recuerdos de su tiempo juntos, como todo era discusiones y quedar únicamente bien ante la sociedad que los rodeaba, aparentar que eran la pareja perfecta, que estaban felices y como tal, por eso estaban juntos, no porque él la tenía amenazada y no la dejaba volver a su país, hasta que escapó.

     

    -Siempre lo quisiste, solo que no eras lo suficientemente buena para serlo, -escupió al ver esas imágenes en la mente de Mia- Pero ahora es diferente, creciste y eres toda una mujer, talentosa y poderosa, me necesitas a tu lado, ¿dónde más encontrarás a alguien como yo?

     

    Una risotada salió de los labios de Mia, mientras por un segundo se arrepintió de haber aceptado la ayuda de Thawne hacía unos veinte años… pero, de inmediato negó con lentitud, porque gracia a eso, había nacido Eobard y de eso, si no se arrepentía, aunque durante años lo hubiese abandonado a merced del hombre que se encontraba delante de ella.

     

    —Quizás en algún momento lo quise, pero no ahora. —respondió con tranquilidad— Encontré a la persona con la que si deseo compartir mi vida y que no solo me ve como una fuente de poder e influencias y me voy a casar con él. —reveló mirándolo a los ojos— Si acepté venir, es para dejarte en claro que te quiero fuera de mi vida y de la de Eobard.

     

    Tras sus palabras, sintió como algo en su interior se liberaba y comenzaba a crecer un sentimiento más fuerte de control mental. Aceptar que quería al Crowley y que sería parte habitual y permanente de su vida, había conseguido tranquilizar su mente y generar aún mayor control mental de lo que hubiese imaginado poseer. Por lo que en esos momentos, comenzó a proyectar recuerdos inventados de diversos amoríos que había sostenido con amigos del hombre que tenía delante de ella, burlándose del amor y de la protección que en su momento él le había otorgado.

     

    —Nunca te ame, quise casarme si por la comodidad que representaba estar a tu lado en este país, era una adolescente que poco o nada sabía de la vida. Pero no te equivoques, nunca fuiste el único cariño. Así que ahora, te diré que no te ame y todo lo que hice fue por mi y no por ti o por agradecerte, me puse a prueba contigo y eso me enseñó que soy incluso más poderosa que tu, me necesitas.

     

    Las imágenes aparecían continuamente en la mente de Mia, dejando en claro de manera creíble como sin ella varios de sus grandes inventos hubiesen fracasado. Era la causante y la que debería tener la gloria por todo lo que era él siendo mago, y eso era lo que proyectaba en su mente para que él lo leyera. Era difícil, pero gracias a la concentración y capacidad mental que poseía conseguía mantener su bloqueo mental, hacía lo que realmente pensaba y sentía, porque nadie conseguiría entrar en su mente, a menos que ella lo deseará.

     

    —Así que si me disculpas, es momento de irme. —no pensó que pudiese irse, pero al parecer si era de esa manera, porque un portal estaba apareciendo delante de ella.

     

    Sabía que la prueba no había sido fácil, pero había aprendido que la concentración, el control y la perseverancia eran las armas clave para controlar la habilidad. No podía dejarse dominar por el miedo, el nerviosismo o cualquier emoción o de lo contrario sus bloqueos mentales podrían llegar a flaquear y debilidad su capacidad.

     

    En cuanto, ingresó al tunel una luz la deslumbró y notó como ahora si, conseguía salir del portal, se encontraba en la pirámide de las siete puertas frente a Sauda.

     

    —Arcana. —fue todo lo que dijo, mientras miraba el anillo de aprendiz que conservaba en su diestra.

  15. Trabajar dentro del mundillo de las finanzas, era algo que cada día comenzaba a pesarle más y más; las ganas y el ánimo por continuar contribuyendo a la buenaventura de los magos que en vez de agradecer, solo se quejaban. Pensando en eso, no dudó siquiera un segundo el instante en que Aries y Eobard le propusieron la creación de una sociedad para una pequeña isla que fungirá como cafetería, aceptó y dispuso de sus fondos para realizarlo.

    Mirando los planos, supo que sería exitoso y que podrían obtener buenas ganancias. Con eso en mente, mantuvo una buena actitud, y el día en que le avisaron sería la inauguración se encaminó hasta la habitación de su hijo y allí, pidió a l elfo doméstico que le informará que era momento de irse, y lo mismo hizo con Aries, porque no confiaba en que los dos se presentaran a tiempo frente a las instalaciones del Banco Mágico de Gringotts, sitio en donde se encontraría su bonita isla.

    -Me iré Clariss. -anuncio con tranquilidad.

    Abandonando la mansión Black Lestrage, dio un medio giro que consiguió llevarla hasta las calles empedradas del Callejón Diagón. En aquel sitio, supo que no tenía porque correr o estresarse, porque aún era temprano y la gente, dudaba que apareciera puntualmente, por más que les ofrecieran alguna bebida o pastel por motivo de apertura, ¿a alguien le interesaban aún las cosas gratuitas?

    Parecía que no, así que con pocas esperanzas de personal pero con buena actitud por estar viendo delante de sus ojos el fruto del trabajo de varios meses, esbozó una media sonrisa.
  16. La entrada a la pirámide no era tarea sencilla, sabía que una vez que se encontrará frente a la entrada de la puerta de la habilidad de oclumancia, tendría que enfrentarse a una prueba que determinaría su capacidad para manejarla o no. ¿Estaba nerviosa? Mentiría si dijese que sí, porque era todo lo contrario estaba consciente de que tenía la capacidad mágica necesaria para vincularse con el anillo de la habilidad y demostrar que era una poseedora legal de la habilidad. Pensando en eso, le regaló una sonrisa a la arcana Sauda y se encaminó hasta la puerta indicada.

    El portal blanco, la deslumbró por completo. No estaba acostumbrada a ver tanta luz, pero no le molestó porque si bien en alguna otra ocasión le causó desconfianza, en esa ocasión le generó tranquilidad. Esperó unos segundos a que terminará de aclararse por completo y así poder visualizar el sitio en el que se encontraba, era una habitación extensa que reconocía bastante bien, el que era su despacho en Gringotts, o el que había sido su despacho en la institución mágica hasta ese día. ¿Tendría alguna reunión previa a retirarse de aquel lugar? Podría ser que si, no le sorprendería de ser así por lo que únicamente respiró profundamente.

    —Hera, ¿tengo algún pendiente antes de irme? —preguntó a una de las duendes, que estaba segura tendrían que renunciar en los próximos días.

    Esperando la respuesta, negó con lentitud y de sus labios salió una ligera risotada. Se sentía tranquila, estaba conforme con todo lo que había logrado en el banco durante su estancia en ese sitio, así que atendería de la mejor manera aquella última reunión, así podría decir que se fue con todo en orden y dando lo mejor de sí. Con eso en mente, le regaló una mirada inquisidora a la criatura quién de inmediato respondió.

    —Si señorita Black Lestrange, los clientes de Alemania están aquí. —con un movimiento de la mano, le indicó que los hiciera pasar.  

    —Bienvenidos, ¿puedo ayudarlos en algo? —preguntó con la sonrisa en los labios, dándose cuenta que no eran clientes ni emisarios.

    En cuanto las personas, ingresaron a su despacho y se colocaron delante de ella, pudo notar como un pequeño hilo de magia dorada comenzaba a viajar por toda la oficina, ¿era legilimancia? Al parecer sí, por lo que sin siquiera dudarlo, comenzó a poner resistencia mental. Colocó las barreras mentales necesarias para que no pudiesen entrar en su mente, y obligarla a realizar o decir cosas que no deseaba.

    —Gracias por su amabilidad señorita Black Lestrange. —respondió el alemán— Vaya, no será tan sencillo como pensábamos.

    Las palabras salieron segundos después de sus labios, así que supo que si querían jugar con su mente de alguna manera, pero ella no se los permitiría.

    —No, no lo será. —soltó con diversión.

    Comprobando una vez más, que a veces en el mundo de los negocios y en la banca mágica, se luchaban batallas mucho más feroces que en las guerras o los mismísimos duelos. Así que con eso en la mente, se giró unos segundos para buscar su varita mágica y pedirles que abandonarán la sala porque entendía que sus intenciones no eran de negocios. Sin embargo, esto le fue imposible de hacer, porque justo cuando cometió el error de darles la espalda sintió como un hechizó golpeo en su espalda, dejándola inconsciente.

    Los alemanes, en cuanto consiguieron dejar fuera de batalla a la matriarca Black Lestrange, la tomaron entre sus brazos y usaron la red flú para salir de allí. Nadie se preocuparía por la directora o ex directora del banco en esos momentos, al menos no si tenían registro de que había usado por ultima vez aquella ventaja de tener la red flu a su disposición. Limpiando por completo el despacho de la rubia, no dejaron rastro de ella, para que pareciese que se había marchado sin decir adiós.

    El sitio al que la llevaron, fue el sótano de una construcción antigua que se encontraba abandonada. Una vez allí, la ataron a un par de cadenas y le impidieron el movimiento, esperando a que despertara. No supieron cuanto tiempo pasó inconsciente, pero una vez que comenzó a recobrar el conocimiento, intentó mantener su respiración serena y no dar señales de vida aún. De ese modo, pudo usar su habilidad de legilimancia para saber que seseaban obtener información de algunas cuentas inglesas de personajes relevantes del mundo mágico, ¿por qué? No pudo saberlo, porque sintió como nuevamente aquel hilo de magia dorada intentó penetrar su mente, así que respirando profundamente, colocó una barrera de color negra delante de él, impidiendo que entraran a su mente.

    —Estás despierta Mia, pensé que te tardarías más. —soltó el alemán con despreció en su voz— Te consideran una bruja sobresaliente, pero te tienen en un pedestal porque, sino ¿cómo explicas que fue tan sencillo traerte hasta aquí?

    Con esas palabras, de los labios de la nigromante salió una sonrisa, que resonó por todo el lugar.

    —Diría que a todos nos pueden tomar con la guardia baja, pero no van a conseguir nada. —respondió.

    Ante eso, el alemán se enojó y Mia pudo sentirlo con el cambio de sus emociones y con el color rojo del hilo de la legelimancia que intentaba entrar a su mente.

    — ¿Estás segura? —se acercó a ella y le dio una bofetada— Nadie sabe que estás aquí, todos en Londres están seguros de que te estarás tomando una pequeño descanso.

    El golpe causó que su labio se partiera y comenzará a sangrar, mientras sus palabras penetraban su interior. Pudiese ser que tuviese razón, pero eso no le importaba, porque existía alguien que la buscaría; León. Sabía que le daría unos días de descanso, pero después sino aparecía o si nadie sabía de ella, intentaría usar cualquier tipo de vinculo que pudiese llegar a unirlos para encontrarla.

    —Puede ser, pero eso no me importa… todos somos desechables en esta vida, pero la información que quieren de mi, no la obtendrán. —añadió con la sonrisa aún esos labios.

    Eso, no le gustó nada a su captor.

    —Veremos si sigues pensando lo mismo después de esto. —sacando su varita mágica el alemán, la levantó y apuntó hacía ella —Crucio—el hechizo cayó en su cuerpo, y la hizo jalar un poco sus muñecas de las cadenas.

    Sin embargo, cerró los ojos y se mantuvo firme en sus barras mentales. No supo cuanto tiempo, la estuvieron torturando con aquella maldición del dolor y con algunos golpes, así como con electricidad. Su cuerpo, comenzaba a cansarse y rendirse, pero su mente continuaba firme, era algo que tenía que proteger, pero no sabía como continuar consiguiéndolo sin derribarse, estaba al borde del cansancio.

    Cada segundo, comenzaba a costarle más trabajo. Era una prueba y tenía que mantener su voluntad, pero el dolor y el cansancio no estaban colaborando en su cometido, se sentía débil y con pocas ganas de luchar. Pero, no se daría por vencida, al menos no de momento, porque contrario a lo que muchos podrían esperar disfrutaba de lugares tétricos y eso, en vez de generarle mayor temor, le generaba tranquilidad y fuerza necesaria para imaginarse en otro escenario.

    —Voy a cooperar. —soltó sin pensarlo mucho.

    El alemán, sin duda no se esperaba eso así que mirándola nuevamente a los ojos, se acercó hasta su posición y la tomó del cabello, jalándola un poco.

    — ¿Pero qué voy a ganar? —añadió con curiosidad.

    Tenía que negociar, eso era algo que nunca dejaría de hacer, aunque estuviese al borde de la muerte o del desgaste físico.

    —Podrás irte, si la información es de utilidad. —ofreció.

    Meditando unos segundos más, soportó un par de crucios más y asintió con tranquilidad. Cerrando los ojos, comenzó a bajar sus defensas mentales.

    En su mente comenzaron a aparecer los nombres de las familias más ricas de Ottery, eso era lo que querían y estaban obteniendo, los Weasley, los Delacour, los Evans McGonagall, los Ollivander y los Moody, así como los magos más influyentes en la banca mágica… esos demoraron más, pero fueron apareciendo.

    —Bien Mia, estás coperando bastante bien. —soltó felicitando el alemán, sin darse cuenta que la Black Lestrange estaba alterando sus recuerdos, protegiendo la información real de él.

    Le estaba otorgando conocimiento, pero información que no era real y que de nada le podría servir, porque aquellas familias no eran ricas y sus patriarcas menos. Aunque si, todas eran partidarias de la Orden del Fénix.

    —Tenemos la información. —soltó el alemán girándose, y dándole la espalda a la rubia, después de un par de golpes más.

    Con eso, no perdió más tiempo. Pensó en un salvaguarda mágica, consiguiendo que su cuerpo se volviera intangible y con eso, se liberará de las cadenas, y sacando del ligero una varita mágica de respuesta apuntó rápidamente y siseó un

    Haz de la noche—con lo cual, consiguió abrir un portal, que la sacaría de aquel.

    El portal, lo atravesó sin dudarlo ni un segundo. Olvidándose que estaba con el vestido dañado y con un aspecto deplorable. Pero, la magia de la pirámide curó sus heridas y restauró su vestimenta, porque en cuanto se dio cuenta ahora se encontraba nuevamente en la entrada de la puerta de oclumancia.

    —Lo conseguí. —soltó mirando a Sauda y regalándole una sonrisa. Había mantenido siempre fuerte sus defensas mentales y eso era lo único que le importaba de momento, así que con eso esperó la respuesta de la arcana, aunque tenía entre sus dedos una pequeña prueba de que el anillo de aprendiz, ahora era el de la habilidad.

    Estaba vinculada, le había costado, pero lo consiguió.
  17. Por fin había concluido su proceso de enseñanza-aprendizaje con la arcana, era momento de prepararse para presentar la prueba que la vincularía a la última habilidad que enseñaban en ese momento dentro de la Universidad. Sabía que no sería sencillo, pero confiaba en tener las capacidades suficientes para enfrentarse a todos los obstáculos que le pusiera su tutora. Pensando en eso, esbozó una media sonrisa y únicamente llevó consigo su varita mágica, puesto que sabía que poco o nada de magia podría usar durante su trayecto por el bosquecillo que bordeaba la pirámide de las siete puertas, el cual la esperaba.

     

    En cuanto se apareció a unos metros del bosque, respiró profundamente y con un rápido movimiento de su varita mágica se desprendió de la capa de viaje que cubría sus hombros, quedando únicamente con una sencilla túnica de color negra a juego con unas botas, su atuendo era sencillo, pero práctico, así que sin pensarlo más dio un respiró e inició su camino a través de los árboles verdes, y sin siquiera darse cuenta siguió un camino montado previamente, para que ella lo siguiera, así que suponiendo que era de esa manera, simplemente siguió hasta que llegó hasta un pequeño río.

     

    —El primero. —susurró con tranquilidad.

     

    Subiendo a la lancha, observó como se encontraba a una distancia considerable de la otra orilla y pensando durante unos segundos en usar la mágica para conseguir sortear aquello, negó con lentitud. Eso no era lo que se esperaba de ella, así que al prestar atención a su entornó, notó la presencia de un par de remos, ¿tendría que usarlos? Al parecer era de esa manera, así que soltando un suspiró se sentó sobre la lancha y tomó los dos pedazos de madera, uno con cada mano y comenzó a moverlos a destiempo, uno y después otro, así estuvo durante algunos segundos, hasta que notó que esa no era la manera correcta.

     

    Intentando nuevamente, movió los dos de la manera más sincronizada posible y de ese modo, comenzó a avanzar. No supo cuando tiempo estuvo remando, pero a ella le pareció que solo fueron unos cuantos minutos que consiguieron sacar un poco de sudor de su cuerpo. Era cansada esa actividad, motivo por el cual en cuanto llegó a la otra orilla, abandonó la balsa sin dudarlo. Dándose un pequeño para posteriormente ingresar a la espesura del bosque, continuó avanzando en su camino hacía la parte superior de la pirámide.

     

    — ¿Hadas? —si esa era la segunda prueba a vencer.

     

    Respirando profundamente, cerró un par de segundos sus ojos y se concentró totalmente en su interior. Cerrando por completo su mente, protegiéndola de la magia de aquellas criaturas que intentaban penetrar en su interior para atacarla. Al ser varías creían poder tener la magia suficiente para conseguir que la matriarca Black Lestrange, perdiese el control, pero no era así, porque podía sentir como estaban intentando entrar a su mente y con ayuda de la legilimancia, habilidad que poseía, podía leerlo en sus mentes. Así que con una sonrisa, negó con lentitud y mantuvo sus defensas, mientras continuaba caminando con tranquilidad, disfrutando de todo aquello que la rodeaba. La vegetación era una cosa divina en aquel lugar y era algo que no podían olvidarse de apreciar cada vez que pudiesen realizar aquel recorrido.

     

    Considerando, que quizás sería la última vez que hiciese ese camino. Se relajó un poquito y prosiguió con su andar, hasta que llegó a un pequeño prado en donde podía notar la presencia de algunas flores de diversos colores, moradas, rosas y amarillas, ¿por qué tenían esos colores tan vivos? Con esa dura en la mente, continuó caminando durante algunos segundos, hasta que sintió como sus piernas comenzaban a pesarle un poco y con ellos, sus ojos amenazaron durante un segundo con cerrarse. ¿eran plantas mágicas con alguna especie de somnífero? Parecía ser que sí, así que negando con lentitud, soltó un suspiro y sacó su varita mágica, pero esta no le sirvió, y eso era obvio así que la volvió a guardar.

     

    —Tercer prueba. —siseó antes de que con un movimiento rápido llevará sus manos a su nariz.

     

    Con las mangas de su túnica cubrió su nariz y de ese modo, sintió como el aire que respiraba estaba menos contaminado, pero no era suficiente, así que negando con lentitud, supo que era momento de comenzar a correr y así lo hizo durante algunos minutos, hasta que dejó atrás aquel paramo con las flores que causaban sueño.

     

    No había sido sencillo, porque aún podía sentir los efectos de aquellas plantas en su organismo. Tenía el cuerpo pesado y un poco de sueño, sin embargo, no era momento para prestarle mucha atención a ello, de modo que con eso en la mente continuó caminando hasta la parte superior de la pirámide, sitio en el que se encontraba Sauda.

     

    —Un placer volver a verla Arcana. —saludó a la bruja con una pequeña cabezada y una sonrisa en los labios.

     

    Si, una vez más estaba frente a las siete puertas de las habilidades. Había conseguido superar exitosamente a seis de ellas, ¿podría hacerlo con la séptima? Confiaba en que sí, así que esperando unos segundos las indicaciones de la bruja, respiró profundamente, eliminando de sus sistema la pequeña sensación de nerviosismo que segundos atrás había experimentado a consecuencia de la expectativa por vincularse con aquella habilidad.

     

    Era momento de esperar indicaciones y de ese modo pasar a la parte final de la prueba.

  18. De acuerdo a lo solicitado por moderación, se abre esta ventana para realizar la solicitud de pago de pluses que se estará realizando de acuerdo a la última reforma ministerial.

     

    Los pluses fijados por administración y que servirán como base para las solicitudes son los siguientes:

     

    Pluses por compensaciones de trabajo de gestión del foro:
    Admin: 15000 G por mes
    Moderación: 12000 G por mes
    Diseñadores: 7000 G por mes (si trabajaban)
    Directores de Gringotts y Concilio: 8000 G
    Duendes acreditados y logias: 6000 G
    Duendes y conciliadores: 5000 G

    Incremento salarial especial:
    Ministro de Magia: 7000 G

    Pluses salariales a los miembros del claustro de Escuelas Mágicas:
    Profesores conocimientos: 2000 G por clase
    Profesores hogwarts: 2000 G por clase
    Tutores: 2000 G por mes
    Arcanos: 2500 G por mes/habilidad
    Uzzas: 2000 G por mes/libro + 1000 por duelo.

     

    FORMULARIO DE SOLICITUD:

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  19. Holi

     

    Vengo a preguntar por mi habilidad de legilimancia, que desde el día 10 de septiembre respondí y no he tenido noticias, ¿no está bien mi prueba? ¿debo volver a rolear?

     

    Por otra parte, ¿saben algo de la arcana de oclumancia, ¿se desapareció? ¿la perdimos en batalla? :c no sé, he vuelto a rolear pero, si me gustaría saber si puedo pasar a la prueba o continuaremos con mi aprendizaje?

  20. La experiencia en la anterior prueba que le había puesto Sauda, había sido una experiencia nueva y diferente que no se hubiese imaginado tener en la enseñanza de la habilidad. Sin embargo, sabía que era situación que podría presentarse en su vida cotidiana como Directora de Gringotts, tenía que cuidar su mente y más porque había ciertos diplomáticos de diversos países y de la Banca Mundial, que querían manipular sus decisiones o leerlas, con la intención de obtener alguna ventaja para sí mismos o para sus gobiernos. Pero ella sin saberlo, desde hacía algunos años había tenido la habilidad de usar la oclumancia sin estar totalmente consciente.

     

    Con una sonrisa en los labios, observó a la arcana y a la ardilla, ¿podría intentar manipular la mente de la ardilla? Podría, pero no era legilimancia, así que sería mejor continuar manteniendo la defensa de su mente, siendo capaz de tomar sus propias decisiones. Eso era lo único que importaba en ese momento, que su mente no fuese influenciada por la mujer que fungía como su mentora, porque en caso de bajar la guardia, podía sentir como el deseo de matar a esa pequeña e insignificante criatura sería suyo y no solamente algo que estaba viendo como desde otra perspectiva.

     

    —¿Es posible sentir cómo alguien intenta hacerte hacer algo en contra de tu voluntad? —preguntó con sincera curiosidad.

     

    Su pregunta tenía fundamento, en que podía sentir como la magia de Sauda, intentaba llegar hasta ella, pero sus barreras continuaban arriba así que sentía de esa manera cómo una barrera protegía su mente, pero la arcana continuaba buscando un pequeño atisbo de duda o de bajada de concentración para conseguir ingresar. No iba a matar, porque si bien antes lo había hecho, esto siempre había sido su decisión, y cuando no lo fuese no lo haría era algo que tenía totalmente claro en su interior.

     

    —Las decisión de que hacer o no, es personal. —añadió, acercándose a la ardilla y mirando como esta continuaba con ganas de comer la bellota que continuaba entre sus manos.

     

    Podría regresársela y hacer de ese modo que desayunara, pero no lo haría al menos de momento. Primero quería saber cuál sería el siguiente movimiento o rumbo de su clase, antes de siquiera enfrascarse mentalmente en alguna cuestión que la distraería. Que no estaba siendo difícil mantenerse serena y en control de sus emociones y mente, algo que le sorprendió, porque le dejaba en claro que la habilidad estaba siendo dominada por ella.

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