Natasha Nettles.

La invitación de Leah al jacuzzi era demasiado tentadora como para dejarla pasar, así que comenzó a deshacerse de su ropa. Su blusa fue dejada en el sofá revelando la parte superior de un sencillo biquini negro con calaveras blancas atado por el cuello y la espalda; El pantalón y el resto de la ropa le hicieron compañía la blusa y parte inferior también se dejó ver. A juego con la superior, revelaba casi todo su cuerpo hasta un poco más del cachete, nada demasiado sexy. A diferencia de sus compañeras, ella no era de remarcar demasiado su figura; Tan solo siendo extremadamente necesario. -Por favor Master, no es que seas poco social; Es que apenas coincidimos.-Dijo a su maestra siguiéndola hasta el jacuzzi. Se adentró en él poco a poco, sin hacer demasiado escándalo; A diferencia de otras, ella disfrutaba haciendo las cosas de forma lenta. El agua caliente y las burbujas relajaron cada músculo y su cuerpo y durante unos segundos no pudo hacer más que cerrar los ojos con gusto.-Luci, querida amiga. Creo que el motivo es por celebrar la nueva academia.-Respondió a la muchacha.-Me está encantando esto de estar aquí como hipis como el paz y amor. ¿Pero pro qué no le damos caña jugando a algún juego, estilo Verdad o Atrevimiento o lo que sea con tal de molestar al resto?-Pidió salpicando agua.

Lo que se había perdido en un momento por estar concentrada con la pipa de la paz y sus divertidos dibujos. Se encontró con que más gente había llegado y que de echó tenían todos muchas ganas de fiesta. Se levantó del sofá estirando sus músculos y cogió un puñado de snacs y se fijó en toda la sala. Había gente que conocía, otra que le sonaba y por último; gente que ni sabía que existía como era el caso de Aleister y eso no podía ser; Tenía que charlar con todos los de allí. -¡Hola!-Saludó con una sonrisa al muchacho y a Luci, que se encontraba en el rango de "gente que le sonaba"-¿Cómo les va la fiesta, hace mucho o poco que llegaron aquí? Yo soy Natasha Nettles. Estoy en el segundo nivel de la academia, de echo la comparto con el antisocial de Christopher.-Explicó presentándose.-¡Y tú eres Cissy! Se quién eres, soy señor. A un que ahora no sé de qué, pero tampoco importa mucho. Un placer igualmente.-Sonrió estrechándole la mano firmemente, agrandando su sonrisa.-Como no quiero molestar y.. Probablemente tengáis cosas que hablar, os dejo.-Se despidió dirigiéndose hacia Leah, que a ella sí a conocía; Más que al resto de echo.-¡Leah! Cuanto tiempo, desde.. Ayer creo. No sabia que asistiras, me lo llegas a decir y me arreglo más para ti, cariño.-Le saludó con una reverencia.-¿Decíais algo de unas burbujas, no? ¡Me apunto a acompañaros, para recompensar el tiempo perdido, dulzura.-

¿Con qué una fiesta, eh? Sería su primera fiesta, que extraño. ¿Que se pondría? No iba a arreglarse con vestidos ni cinco quilos de maquillaje, por que los odiaba. Se dio una ducha con agua fría y comenzó a vestirse. Eligió una blusa roja de cuadros negros sin abotonar, que se la arremangó hasta los codos; sobre esta una chaqueta de cuero y unos tejanos negros cortos acompañados de un cinturón blanco. Después se colocó las bambas blancas y se comenzó a peinar como todos los días. Revisó que el collar estuviera en su cuello y sonrío a la persona del espejo. Después tocó el cartucho y se apareció en el campus con una extraña sensación el estomago, nerviosa. Caminó hasta los dos fantasmas con una suave sonrisa.-¡Hola! Aquí tengo la invitación.-Saludó sacando el collar de su cuello y estos se apartaron dejándola entrar.-Gracias majos.-Se despidió con un giño. Entró en la habitación y miró maravillada el lugar, que buena decoración. Globos de todos los colores inundaban el lugar, un buen equipo de música, dispensadores de bebida y... ¡Comida! -¡Buenas!-Saludó al muchacho sentado.-¿Hace mucho que has llegado?-Le preguntó caminando hacia los snaks.-Merlín, están deliciosos.-Confesó relamiéndose los dedos. Tomó asiento en un cómodo sofá y miró lo que tenía frente a ella, una pipa. Con la varita la atrajo hacia si y comenzó a fumar de ella, sorprendiéndose cuando la figura de una serpiente comenzó a salir del humo; Maravillandola. A un que era la primera vez que fumaba no se preocupó, por qué había leído en sus libros que eso no afectaba a la salud física; Si fuera al contrario, nunca la probaría. Así que se quedó allí, esperando que alguna anfitriona o algo apareciese.

La siguió hasta las escaleras y las subió tras de ella. Cansada ahogó un bostezo y se apoyó contra la barandilla. necesitaba una cama cuanto antes... Hasta el quinto piso tuvieron que subir, cansándose más cada peldaño que subía. Miró al fondo del pasillo que parecía poco habitado y hecho a andar. -¿Este piso esta vacío? Me dejarán sola con los fantasmas.-Bromeó.-Esta bien. Quiero la habitación que tenga el número 7, es mi preferido. A un que también lo es el 9, pero no hay habitación con ese número.-Dijo balanzeandose sobre sus pies.-Muchas gracias por todo Agatha, si me disculpas; Voy a dormir todo este siglo. Que descanses tú también.-Se despidió de ella con un gesto de mano. Entró en su nueva habitación, se descalzó y tiró la mochila por algún lugar del suelo. Se quitó la chaqueta de cuero y los guantes y guardó las prendas en la mesita; Después se acostó y disfrutó del inmediato sueño. @Agatha

Se sintió tan segura cuando Agatha le aseguró que no tenía por que irse que hasta se asustó. La miró con una pequeña sonrisa y asintió, ¿No haría mal quedarse por allí un tiempo, no? Así podría conocer a algún miembro de la familia y hacer nuevas amistades. Y por cierto, que buena estaba la comida; a partir de ese día llamaría siempre al mismo elfo para alimentarse. -Si no es molestia me quedaré, pero no sé si será para largo o corto tiempo; Sabes que no me gusta ser un lastre.-Respondió con un suspiro.-¿Como no voy a apreciar y a defender a un hogar que estas brindando? A un que fuera una chabola la defendería con orgullo.-Explicó con arrogancia sabiendo que si quería irse, era tarde.-Sí, creo que será mejor descansar un poco pero... ¿Te importaría enseñarme una habitación? Si me dejas sola por aquí, terminaré perdiéndome en algún lugar.-Le pidió riendo.

Hola buenas, Me paso para que actualizarais mi ficha con dos cosas, la primera la historia que la dejo aquí abajo. Nació en un pequeño pueblo de España, muy rural. No recuerda absolutamente nada de su infancia desgraciadamente; Hasta los cinco años. Alguien la dejó en un orfanato de la capital de Madrid llamado Sonrisas infinitas. Conoció a muchas personas, niños que fueron sus amigos y niñas que no lo fueron tanto. Profesoras que quería y admirada; Profesores que no quería tanto. Con el paso del tiempo se comenzó a preguntar quienes habían sido sus padres, pero nunca supo nada de ellos. La profesora María siempre le recordaba que llegó sola, sentada en el suelo con un chupachup de vainilla y una nota en la mano; Pero ella no lo recordaba y aún que se esforzara, el recuerdo no salía. Su infancia puede resumirse en conocimiento y deporte. Creció oyendo falsas historias de dragones y demonios, de príncipes y princesas que al final resultaron no ser tan mentira. De partidos de fútbol, basquet, carreras, tennis, voleibol... Con sus 10 años no había tenido mucha suerte con sus adopciones y es que, todos la devolvían con pena asegurando que a su lado pasaban cosas extrañas e inexplicables. Así que su profesor preferido, Eckbër Karkov la adoptó y la trajo a Inglaterra, su segunda tierra natal-como decía él-. Comenzó su educación mágica cuando su padre la pilló haciendo volar un libro con sus manos. Recordaba con añoranza lo pálido que se había puesto y lo orgulloso que estaba de tener una pequeña maga en casa. Aquel año fue maravilloso, aprendiendo muchas cosas más. Él consiguió un buen trabajo muggel donde ganaba dinero, ella continuó estudiando más intensamente… Pero como la felicidad no es eterna, para ella no sería la excepción. Eckbër murió en una cena de negocios, asesinado por un traficante que no lograron encarcelar. La dejó con una tristeza enorme y un vacío que nada llenaba; Aquella semana fue tremendamente dolorosa. ¿De que servía el dinero y la casa que tenía, si él no estaba para disfrutarla? Poco después, recibió una carta de una vieja amiga y se fue a vivir con ella. Y la segunda, como he terminado la academia, os pido que me pongáis como conocimiento Pociones. Muchas gracias

Y valla si comió, toda la fruta que venía en el plato terminó en su estomago. Nunca pensó que tubiera tanta hambre desde que había partido de casa. Hasata una vaca se comería sin problemas... Total, comiera lo que comiera no engordaba ni un gramo. -No tengo pensado quedarme mucho tiempo aquí, bueno el necesario. Tengo pensado comenzar a trabajar en cuanto termine los estudios... Veré si puedo trabajar en San Mugo y si no es posible, trabajaré en algún bar o algo así. Sabes que siempre me ha gustado ser independiente.-Le explicó a su madre con una pequeña sonrisa.-No quiero abusar de tu hospitalidad...-Dijo mirándola.-¿Y tú, no tienes nada que contarme?- Viviendo en un lugar tan lujoso y tan respetado... Seguro que todo le iba de lujo. Cuanto cansancio tenía acumulado...

Pestañeó, una, dos y hasta tres veces. El abrazo la había dejado estupefacta, tanto que sus brazos se habían quedado intertes sin poder corresponder al afectuoso abrazo. Había llegado a su nueva casa, había encontrado a su... madre que raro le sonaba esa palabra en su mente, no quería pensar como sonaría salir de sus labios. Ahora solo quedaba convivir allí el tiempo necesario hasta que pudiera independizarse. -Pensé que te habías olvidado de mi, después de un año sin saber nada de mi. También soy un poco culpable por no haberte escriro, pero las palabras no salían.-Explicó recomponiendose de esa extraña muestra de afecto, no estaba muy acostumbrada.-Galletas no, por lo que más quieras. He comido tantas en este tiempo que al final las he aborrecido, preferiria algo de fruta.-Dijo dejando caer una pequeña mochilla al lado.-Tengo que avisarte que apenás tengo nada, mi ropa se quedó pequeña y nunca me gustó tener muchas cosas. Solo tengo unos libros, un álbum de fotos y un reproductor de musica.- Una vez le informó de todo, se quedo mirandola con más atención, si no recordaba mal aquella mujer tenía más hijos por lo cual tendría hermanos... Menudo marrón, esperaba que no fueran pequeños porque ella no tenía pensado cuidarlos; Bueno, con un dinero extra quizás. -No pienses nunca que a mi me pasará nada. Yo no me encontraba en aquella cena y él sabía que aquella gente no era de confianza. No tratemos ese tema, mejor así; Dejando a los muertos descansar.-Dijo con la mirada en la pared.

Apareció, como el calor de verano que llega tras duros meses del frío invierno. Con el cabello rubio, los ojos ambar y esa forma de ser ella; La había encontrado. Después de buscar como loca a la persona que Eckbër le había dicho, después de tener que dejar atrás su casa... ¡Ahora estaba con ella! -Ho-hola Agatha.-Respondió buscando su voz.-Soy Natasha Nettles, no se si me reconocerás... Nos carteamos hace un tiempo, antes de que él muriera.-Dijo rascándose la nuca con nerviosismo.-Me dijo que viniera aquí, que si algo le pasaba ya lo teníais todo hablado para que viviera contigo... Me he vuelto loca para encontrarte, la gente no suele hacer mucho caso a una cría de 14 años ¿Sabes?-Explicó frustrada, analizando a la mujer que tenía enfrente. @

Pidió amablemente a los moderadores que me permitan cambiar mi historia. Nació en un pequeño pueblo de España, muy rural. No recuerda absolutamente nada de su infancia desgraciadamente; Hasta los cinco años. Alguien la dejó en un orfanato de la capital de Madrid llamado Sonrisas infinitas. Conoció a muchas personas, niños que fueron sus amigos y niñas que no lo fueron tanto. Profesoras que quería y admirada; Profesores que no quería tanto. Con el paso del tiempo se comenzó a preguntar quienes habían sido sus padres, pero nunca supo nada de ellos. La profesora María siempre le recordaba que llegó sola, sentada en el suelo con un chupachup de vainilla y una nota en la mano; Pero ella no lo recordaba y aún que se esforzara, el recuerdo no salía. Su infancia puede resumirse en conocimiento y deporte. Creció oyendo falsas historias de dragones y demonios, de príncipes y princesas que al final resultaron no ser tan mentira. De partidos de fútbol, basquet, carreras, tennis, voleibol... Con sus 10 años no había tenido mucha suerte con sus adopciones y es que, todos la devolvían con pena asegurando que a su lado pasaban cosas extrañas e inexplicables. Así que su profesor preferido, Eckbër Karkov la adoptó y la trajo a Inglaterra, su segunda tierra natal-como decía él-. Comenzó su educación mágica cuando su padre la pilló haciendo volar un libro con sus manos. Recordaba con añoranza lo pálido que se había puesto y lo orgulloso que estaba de tener una pequeña maga en casa. Aquel año fue maravilloso, aprendiendo muchas cosas más. Él consiguió un buen trabajo muggel donde ganaba dinero, ella continuó estudiando más intensamente… Pero como la felicidad no es eterna, para ella no sería la excepción. Eckbër murió en una cena de negocios, asesinado por un traficante que no lograron encarcelar. La dejó con una tristeza enorme y un vacío que nada llenaba; Aquella semana fue tremendamente dolorosa. ¿De que servía el dinero y la casa que tenía, si él no estaba para disfrutarla? Poco después, recibió una carta de una vieja amiga y se fue a vivir con ella.

Y por fin, era hora de ir a su casa. En la mano tenía el pergamino que Eckbër le había dejado antes de morir, donde indicaba la casa de una amiga que amablemente, se había ofrecido a cuidarla. Se habían carteado muchas veces, pasándose días y días charlando a través de ellas pero, no recordaba haberla visto nunca en persona. El único detalle que sabía de ella, era su color de pelo. Pasando por Ottey St, había terminado frente a una verja de acero que custodiaba un enorme castillo-suponía que de la familia Haugthon-. A su lado dos grandes estatuas se movieron al verla y ella retrocedió asustada; Revisó las indicaciones y se relajó. -Soy Natasha Nettles.-Se presentó, relajándose al ver la valla abrirse. Siguió caminando por el camino marcado, recordando las advertencias de bajo ningún concepto, salirse de allí. Admiró fascinada todo el bosque, los enormes árboles la llenaban de calma; Ni siquiera se dio cuenta de que los tres caminos se desviaban por ir demasiado concentrada en sus pensamientos... Pero gracias a su memoria que escogió el derecho. Una vez llegado allí, se quedó boquiabierta con la fuente. Tan perfecta, con sus leones y cachorros, tan única por su piedra blanca. Pero a un que quisiera pasarse horas admirándola, sabía que tenía que abandonarla; Tenía que encontrarla. Subió un par de escalones más y respiró un poco de oxigeno. Ahora se daba cuenta de lo cansada que estaba y sobretodo, de lo nerviosa; Resulta que el estomago le daba vueltas y las manos le sudaban; Armándose de valor picó una vez a la puerta. -Hola One.-Saludó con seriedad.-Venía buscando a Agatha, tengo entendido que reside aquí.-Le pidió al elfo.

Solicito a los amables moderadores un cambio en padre(s) adoptivos para añadir a Agatha M. Gryffindor. Como madre adoptiva y más adelante solicitaré un cambio en mi historia.

1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Natasha Nettles. 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el usuario: -- 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: Familia Haughton Familia N° 2: -- 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: Bóveda. Bóveda Familia N° 2: -- Saldo en bóveda previo a la Migración 2021: 1600 G

¡Claro que te acepto como madre! Se me olvidó colocarlo

Nick en hl.org: Natasha Nettles Nombre: Natasha Nettles País: España.