Estudios Muggles & DCAO

[Ashley Peverell]

La preciosa chica de cabellos rubios parecía un pequeño militar ya que estaba decidida a pasar esa clase con honores y con muy buenas calificaciones así que iba a aprender todo lo que Sagitas le diera de memoria y se iba a portar bien con los muggles aunque Hayame ya estaba con sus cosas raras y esa extraña camiseta de turista.

Respiró profundo y empezó con un mantra especial para la tranquilidad mientras que pensaba en puras cosas buenas, en el sol, en las flores y en la primavera que le compartían parte de su ser y de su espíritu para traerle serenidad y fuerzas.

Tomó el papel que le daba su hermana mayor.

-Muy bien, lo haré de inmediato.

Lo empezó a abrir pero se aseguró de alejarse un poco de los muggles, no fuera que lo vayan a ver y entonces iban a estarle preguntando por las cosas que venían ahí y que bueno que lo hizo porque de inmediato pudo leer la regla acerca del secreto de los magos y que solo que se estuviera muriendo no podía de decirle a nadie al respecto del mundo mágico.

Puso cara de enojada y cerrando el papel empezó a señalarlo y a ver con enojo a Hayame.

-¡Deberías de leer esto también!

Dijo molesta y enojada aunque sabía que la mujer no le iba a hacer caso, demasiado ocupada en tontear con los muggles.

-Algo me dice que te saltaste esta clase por distraída y por estar intentando envenenar a tus compañeros, por eso te están haciendo repetir clases Muggles.

Se guardó la nota importante que le había dado Sagitas y entonces le tendió el precioso monedero con flores bordadas y perfume de rosas que usaba para guardar el dinero de los muggles.

-Junté todo. ¿Traigo una linterna para que podamos caminar por la casa sin tener accidentes?

Le preguntó a su hermana mayor que era obvio más madura que la vampiro que seguía tomando fotografías que seguramente debería de recoger como evidencia por su mal comportamiento, porque si se le escapaba una mágica los muggles iban a preguntar por el movimiento de las figuras.

[Sagitas E. Potter Blue]

Alessandra dudaba. Supongo que no era por dar la clase sin su alumno sino porque sentía algo de miedo en meter a aquel grupo de bobos muggleosos que ya comenzaban a impacientarse. Yo, tal vez, debiera haber sentido la misma precaución pero soy muy lanzada, así que me dio mucha curiosidad ver cómo reaccionarían ante hechos inexplicables para su mente cerrada. Así que... ¡me arriesgué!

-- Vamos, nietecilla, que sólo será en la entrada, ¿qué puede pasar si dejamos la puerta abierta?

Algo me decía que podría ser muy divertido, sobre todo si Hayame cumplía su amenaza de comerse la cámara siguiente que disparara una foto. Amagué una sonrisa y les llamé todos a la entrada.

-- Vamos, señores, que empieza el tour a la casa encantada. Todos me siguen a mí, que soy la que guío, para algo llevo este paraguas. Que nadie se separe del grupo.

Arqué la ceja. ¿Haya me estaba haciendo un gesto grosero? ¿Sabría lo que significaba...?

-- Ash, mira a tu hermana. Eso es un gesto muy feo entre los muggles. Creo que es el momento que te dé también el manual de los gestos más usuales entre los muggles, aunque algunos también los hemos copiados los magos, para que puedas entender un poco mejor lo que dicen sin decir ni pío.

Manual de Gestos:

Hacer gestos con las manos es lo más usual dentro del lenguaje corporal y no verbal. Su significado varía entre diferentes países con características sociales alejadas pero también dentro de grupos sociales dentro de un mismo país. Sin embargo, hay muchos gestos llamados universales que te voy a dar a conocer, Ash: No, no es un conejito. Es el símbolo de "V" o "Victoria" desde mediados del s. XX. Sin embargo, ten cuidado de no ponerlo al revés, porque en ciertas zonas orientales, ese gesto con los tres dedos hacia ti, enseñando el dorso de la mano a tu contrario, tiene el mismo significado obsceno que enseñar sólo el dedo corazón. También significa Libertad en ciertas partes de Europa, usado como oposición a gobiernos dictatoriales o luchas políticas. Deriva de cuando se usaba el arco en las guerras, los ganadores solían cortar esos dos dedos para evitar que volvieran a la batalla y se convirtió en un símbolo de lucha y petición de libertad de los que aún podían luchar con arco.   Curiosamente, en el mundo actual de la tecnología, usar ese símbolo y mover los dedos hacia los lados, indicas que quieres hacerte una foto; si la acompañas con una sonrisa de oreja a oreja, aparecerás en redes sociales como yutúb, feisbú y tuiters, que son lugares donde publican los muggles para hacerse gracias.       Este símbolo significa saludo o gratitud hacia alguien, es positivo, así que si lo ves hacer, puedes repetirlo con una gran sonrisa en la boca. Pero vigila que, si los dedos tienen una inclinación diferente pueden estar invitándote a beber algo e, implícitamente, estar pidiendo tu aprobación para "algo más". A esos, nada de sonreírles sino que les has de avade... de lanzar un conjuro sencillito y neutral para que le crezcan los dientes o le piquen las chinches, lo que prefieras.   También puedes saludar puño contra puño, como reconocimiento entre iguales.   Otro tipo de saludo es el militar, que viene de la época en que los guerreros usaban yelmos y corazas, que tenían que saludar levantandolas y dejando visibles los ojos.       Durante siglos, este gesto se ha usado para combatir el mal del ojo entre los muggles, haciendo ese gesto contra los supuestos magos y brujas para evitar que les pudieran hechizar. Un gesto inútil, por cierto, porque el conjuro les caía igual. Actualmente, se usa en los conciertos de música del estilo de "Las Brujas de Salem" como un gesto de estar pasándolo muy bien en ellos, aunque en un principio eran una burla a los que lo usaban para protegerse del mal que podría hacer la música estridente entre los magos que no entienden los nuevos estilos melódicos.   Atención porque si no está el pulgar, es un insulto hacia la respetabilidad de la pareja de uno, lo que puede acabar en un duelo en algún callejón del pueblo.         Otros gestos internacionales: (cuidado, no todos los países piensan lo mismo de estos signos)   http://23.253.41.33/wp-content/uploads/10.208.149.45/uploads/2014/01/tumblr_mnlyu6Y3461stuqhto1_250.gif "Te lo dije" // "De acuerdo"   Culpar a alguien // Ven aquí   Todo bien Está mal; negativo

 

Mientras Ash tomaba el manual algo gordote que le había facilitado (y eso que era muy sencillito, por encima, sin entrar mucho en el tema), abrí la puerta de la casa. Los muggles del grupo empezaron a aplaudir y corrieron escaleras arriba.

 

-- ¡Demonios! ¡Quietos, entremos juntos...! ¡¡No Os Separéis!!

[Ashley Peverell]

La preciosa niña rubia abrió sus hermosos ojos de almendra con sorpresa y dió un salto al tiempo que abrazaba el libro enorme contra su pecho, en comparación comenzaba a verse muy chiquita en comparación con el pesado libro que su hermana Sagitas le había dado para que pudiera completar sus estudios de forma satisfactoria.

-¿Qué están haciendo los muggles?

Preguntó con cara de asombro y algo de miedo más que nada porque podrían hacerse daño, esa casa se veía bastante antigua y peligrosa y si alguno se lastimaba seguramente les iban a regañar a ellas por ser las brujas que estaban en el sitio y las que tenían el poder de detenerlos.

Y se suponía que la hechicera vampiro pelirroja lo hiciera pero ahora solo parecía una persona más del montón.

-Yo digo que le peguemos con el libro.

Comentó la jovencita parpadeando muchas veces para enfatizar para luego abrir las páginas del libro y comenzar a leerlo, moviendo una de sus manos para memorizar todos aquellos signos y gestos que al parecer y a diferencia de su hermana grosera, su hermana Sagitas tenía en mucha mejor educación y ese libro solo enseñaba los signos buenos.

-Que sea un poco más educada no la va a matar o quizás sí.

Se rió de forma tierna y cantarina y esperaba que un poco de su voz calmara al mismo tiempo a los muggles, era muy sabido que a veces cuando podían ver algo tierno se calmaban como las fieras y solo hacían un sonido de ternura.

-Entonces ¿vamos a ir a cuidarlos? si vemos un fantasma, yo puedo cuidarte hermana.

Dijo hacia la hermosa hechicera con una gran sonrisa.

[Sagitas E. Potter Blue]

Ash se había quedado tan atónita como yo en aquel lugar, delante de la puerta, con los muggles entrando a trompicones y sin respetar ninguna de las normas dictadas.

 

-- ¡Pero no te quedes quieta! ¡Haz algo!

 

¿Pero qué le podía exigir a mi hermana si yo misma no sabía qué hacer sin usar la varita? ¡Demonios, los muggles siempre me sorprenden! ¿Por qué son tan irresponsables?

 

-- Esa es otra faceta que debes de prever de los muggles, hermanita -- le dije, en tono profesora. -- Son completamente insospechados. Son capaces de reaccionar de forma que no te esperas. Y con el libro sólo le darías a los últimos. Ya están dentro de la casa, esparcidos. -- Me puse las dos manos en la boca para hacer efecto embudo:-- ¿Qué no les dije que no se separaran y que no tocaran nada?

 

¡Dioses, a ver cómo arreglaba eso? Arqué una ceja al sentir que Ash se quejaba de los modales de Hayame.

 

-- Pues a ver si tienes suerte con ella. Yo llevo con Haya toda la vida y es imposible dormarla -- aunque no añadí que yo había aprendido de nuestra hermana vampiro los modales irrisorios que utilizaba a menudo. ¡Era mi ídola! -- Y claro que vamos a cuidarlos. A los fantasmas, quiero decir. Tú no sabes lo peligrosos que pueden ser unos muggles sueltos. Estos monstruos y fantasmas que aniden en esta casa no saben lo que les ha caído encima con esta troupé de muggles con fotos. Ay, anda, vamos... Tenemos que impedir que pidan protección en el Ministerio de Magia por acoso muggleosos. Y, por cierto, ¿por qué crees que tienes que protegerme de los fantasmas? ¡Pero si me acuesto con uno!

[Ashley Peverell]

Los ojos de la encantadora chica se abrieron de forma muy grande por la sorpresa de todo lo que había ocurrido y comenzó a correr al interior de la casa para observar en todas direcciones intentando no perder de vista a los muggles sobre todo si le estaba diciendo su hermana mayor que eso podía ocasionar que todos los seres mágicos presentes en esa casa pudieran presentar un reclamo en el ministerio por ser molestados.

-¡Ya sé!

Sabía que el encanto le iba a ayudar pero su pensamiento también estaba concentrado en quedar muy bien enfrente de su preciosa hermana que la cuidaba y la procuraba.

Abrió el libro que sostenía entre sus manos y dónde se mostraba todo lo que le enseñaban sobre los signos más utilizados por los muggles, así que alzó una de sus preciosas y pequeñas manos, tal vez eran como las de una muñequita pero también eran tan bonitas que llamaban la atención.

Empezó a utilizar los dedos para que la vieran aunque por momentos se sentía rara haciendo mímica.

¿La mímica era educada para personas como ella?

-Señores visitantes, si fueran tan amables.

Comenzó a decir pero se dió cuenta de que tenía que alzar un poco la luz por lo que un tinte como el de las manzanas maduras corrió por sus pequeños cachetes.

-¡Por favor, necesito que vuelvan a reunirse porque el edificio es muy viejo y no quiero que tengan accidentes y podría haber arañas que podrían morderlos!

Esta vez subió más la voz e intentó ser más firme pero dulce al mismo tiempo.

Se giró a ver a su hermana mayor y le sonrió un poco con pena porque no estaba acostumbrada a dejarse escuchar por las personas no mágicas como los muggles o a actuar de maneras tan autoritarias, ella podía ser firme cuando era necesario pero al mismo tiempo prefería convencer con dulzura a las personas por lo que se acercó a una señora mayor y le tomó una mano con delicadeza para indicarle cariño.

-Por favor señora, acompáñeme con los demás para ponerla a salvo.

[Sagitas E. Potter Blue]

Me puse de puntillas, con la piel de gallinas, apretando el pompis y quedándome como si fuera un palo.

 

-- ¿A...? ¿Arañas? ¿Has dicho arañas?

 

Sí, ¿qué pasa? Me dan asco las arañas y otros bichitos pequeños que son tan... aggg, ni pensarlo puedo sin entrar en un ataque de histeria. De repente, me entró una prisa enorme por salir de allá. Me pareció que me caían en el pelo y empecé a rascarme como pude entre los pocos fragmentos libres que encontraba por el sombrero de colores. Dejé de dar la clase porque ¿quién quiere dar clase con arañas en el pelo? Ay, que ahora me picaba la espalda, los brazos, las piernas...

 

-- Veo que lo tienes todo muy controlado. Muy bien, Ash, muy bien. Has hecho muy bien en ayudar a esa viejecita. Y muy acertado el usar los ademanes del libro -- le dije, mientras me rascaba como si tuviera urticaria en las manos. Sentía pinchazos por todas partes y me clavaba las uñas con tanta fuerza al rascarme que pronto me hice heriditas.

 

Vi como el grupo de muggles se reunía y me volví a rascar en el puente de la nariz, arrancándome un gemido de dolor al clavarme una uña.

 

-- Venga, todos fuera, por malos. Se acabó la visita. Tú, por supuesto, hermanita, estás aprobada. Pero saca a todos y apaga la luz al salir-- le dije, corriendo hacia la puerta. -- ¡Puedes dejar dentro a Hayame, si quieres!-- le grité, desde fuera.