Jump to content

Libro del Equilibrio XXVI


Mia.
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Se encontraba frente al mar, manteniendo un equilibrio poco usual. Sus manos levantadas al cielo, mientras que una de sus piernas sostenía el peso de su cuerpo, y el otro ayudaba a formar un triangulo a la altura de su rodilla. Una distancia corta se podía percibir entre las olas que chocaban contra las rocas del acandilado, dejando únicamente como atisbo de existencia el sonido y una fina brisa que llegaba hasta su cuerpo cubierto únicamente por un chándal y blusa blanca.

 

Sus ojos cerrados y su rostro emanando tranquilidad y una paz pocas veces conocida en los seguidores del Señor Tenebroso, dejan en claro que podía no darse cuenta del caótico remolino con arena que comenzaba a formarse a las orillas de la playa y que sin duda, no tardaría en llegar hasta su posición o bien, que lo sabía y no le importaba ese pequeño peligro, porque todo estaba en su total control.

 

La formación rocosa sobre la que se encontraba de pie, se podía definir como una extraña combinación de dualidades. Únicamente había un par de árboles, con pequeñas ardillas subiendo y bajando por entre sus ramas, mientras que el resto de la tierra se encontraba seca y en sintonía con pequeñas formaciones de helechos, algo poco común en sitios como aquel, pero que sin duda le serviría para mostrar y demostrar la magia del Libro del Equilibrio.

 

Considerando su ubicación, era un sitio al cual solo se podía ingresar de dos formas. Por medio del fuluga nox, poder que se adquiría en libros siguientes y la segunda por la que llegaría Dennis, un traslador en forma de zorro colocado en el aula de clases designada para la clase que estaría impartiendo ese mes. Las instrucciones en la misiva enviada eran claras, debía estar en su presencia a las 12 pm.

 

Continuando con su postura y sus ojos cerrados, al instante en que escuchó un sonido, adivinó de quien se trataba. Tomando una respiración tranquila, esperó unos segundos, deseando alargar ese momento de relajación que se había tomado lo más que se pudiera, pero al ver que no era posible, simplemente dejó ir el aire y se concentró en todo lo que la rodeaba.

 

—Bienvenida, dígame señorita Delacour… ¿qué es el equilibrio? ¿cómo llega a él en su vida? —las preguntas con las que iniciaba la clase, no eran casuales, sino todo lo contrario, eran pensadas para llegar a un concreto, el cual pronto sería descubierto.

 

Esperando su respuesta, comenzó a bajar lentamente sus brazos del aire y abrió sus ojos, girándose para verla a los ojos.

5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La rubia había despertado muy temprano ese día, incluso antes de que las alondras cantaran en los jardines de la mansión Delacour, le había resultado una tarea bastante complicada conciliar el sueño la noche anterior y aún pensando que a causa de eso dormiría hasta tarde la realidad fue todo lo opuesto. Así que salio a recorrer el bosque muy temprano, corriendo entre arboles y senderos trataba de encontrar la concentración necesaria que iba a necesitar para lo que tendría que hacer ese día. Había sido citada a medio día para el curso del libro del Equilibrio y era algo que la tenía un poco ansiosa, pero esperaba que el ejercicio le ayudara a liberar la tensión que sentía por aquel motivo.

 

Tardo varias horas en regresar pero cuando lo hizo sentía la calma necesaria para enfrentarse a lo que vendría. Se preparo después de ducharse con un jean azul y una camiseta color gris claro, sujeto su cabello en una coleta y tomando su varita y todo lo necesario para la clase en un pequeño bolso atado a su cintura con hechizo de extensión indetectable salio rumbo a la universidad. En sus manos y cuello iban los anillos y colgantes que seguro necesitaría en su labor de ese día.

 

Se apareció en los terrenos del ateneo y se dirigió al lugar que se le había indicado en la nota que recibió. Llego un par de minutos antes de medio día al aula en cuestión y apenas entro en ella poso sus ojos en el traslador que se le había señalado la llevaría al lugar donde su profesora la aguardaba. Le pareció algo un poco particular que fuera un zorro cuando ese era su patronus.

 

Toco la imagen la cual la llevo de inmediato al lugar de encuentro, cuando llego con la sensación de su estomago un poco mezclado recordó porque prefería incluso la aparición que el uso de trasladores. Cuando sus ojos se adaptaron al paisaje noto que se hallaba en una formación rocosa algo peculiar por los pocos arboles en la cercanía cuando el resto de terreno era lo opuesto. Su profesora manteniendo la posición en la que estaba al momento de la llegada de la ojiazul la saludo antes de girarse siquiera.

 

Acto seguido lanzo su primera pregunta antes que cualquier otra cosa, tal vez necesitaba saber su opinión sobre el tema antes de empezar la clase para saber si su presencia aquí seria valorada y no solo pasada por alto como algunos estudiantes en algunas ocasiones hacían con sus profesores.

 

— Gracias por la bienvenida y buen día para usted también profesora — dijo la rubia a la mujer que ahora la miraba a los ojos — El equilibrio es lo que mantiene todo unido en el punto exacto en que se necesita, es el encuentro de dos fuerzas sobre algo en especifico que permita que se mantenga en pie. Todo en la vida tiene su contraparte, lo bueno o lo malo, la calma o la tempestad. Se necesita de una parte de cada cosa para formar un todo — la Delacour trataba de explicar lo que ella creía era la respuesta al interrogante de su profesora.

 

— Como llego al equilibrio? con mucho esfuerzo, tratando de tomar una parte de todo lo que necesito en la vida sin llegar a los extremos de modo que eso me permita mantenerme en pie cada día sin desfallecer y sin quebrarme. Poniendo de mi parte para que todo lo que yo soy se maneje de la mejor manera en un punto en que pueda ser yo sin dejarme influenciar ni cambiar por lo que pasa a mi alrededor, así considero que puedo llegar a él. — termino diciendo manteniendo sus orbes azules a la altura de los de la bruja frente a ella sin dejar que su mirada analítica la perturbara.

 

 

@@Mia Black Lestrange

wAJlYfY.gif

 

OR8NJoF.png

 

IY4YjHl.gifWyWrY0U.gif947PwJZ.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Le resultaba bastante extraño ser llamada profesora, prefería siempre el ser llamada por su nombre o por su apellido pero por el momento estaría de acuerdo en el trato que le daba su pupila y quizás más adelante con el transcurso de la clase le sería mucho más sencillo entablar una relación más fuera de la profesional.

 

Desviando un poco su mirada de los orbes azules de la bruja, prestó atención en como poco a poco el aire avanzaba con más fuerza hasta su posición, algo que no le molestó y mucho menos incómodo. Porque confiaba en que todo el equilibrio que se encontraba en el universo, se hiciera presente y sino, sus conocimientos en meteorología iban a ayudarles más adelante. Lo que debía hacer de momento, era prestar su total atención a sus palabras.

 

—Tienes una idea acertada del equilibrio, así que será mucho más sencillo que entiendas los fundamentos de este libro que en realidad son bastante fácil de digerir —comenzó a hablar con total tranquilidad—. Todo es una dualidad en este mundo, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, felicidad y tristeza, perder y ganar. —puso diversos ejemplos banales.

 

Extendiendo sus brazos, sacó su varita mágica logrando que aparecieran mediante magia algunas imágenes que reflejaban sus palabras. Era la manera más sencilla de comenzar a entender de todo aquello de lo que se trataba el libro, uno que en su momento le había resultado interesante y bastante práctico de conocer y manejar.

 

—Por lo tanto este libro no podía ser diferente, en él existen venenos y cura para ellos, fuego y hielo, así que comenzaremos haciendo una pequeña lista de ellos, ¿has leído algo del libro? ¿Qué sabes de él? —preguntó con interés— Primero que nada, quiero que saques el anillo antíveneno, y me digas para que sirve y contra qué poder del mismo libro podrías usarlo.

 

Tras sus últimas palabras, espero con paciencia un par de segundos la respuesta de la bruja y disfrutó de la brisa despeinando sus rubios cabellos y de la luz del sol, generando que sus pupilas verdes se vieran mucho más claras de lo normal.

5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Después de que la rubia hubiese dado respuestas sobre lo solicitado mantuvo la mirada en la bruja, cuando esta la desvió de la suya pensó que era debido a que había dicho algo que no era correcto, pero aún así siguió la mirada de la Black Lestrange como sabía se apellidaba, para ver que se fijaba en algo a la distancia que parecía acercarse, no alcanzo a preguntar sobre el porque de aquello cuando obtuvo la respuesta de lo que su mente estaba pensando en ese momento, lo cual era si había acertado o fallado a lo que le preguntaban.

 

Cuando menciono que había estado en lo correcto en su respuesta tuvo una sensación de tranquilidad, eso era algo bueno para ella. Quería hacer las cosas lo mejor posible. Con la ayuda de la magia fueron apareciendo delante de ellas variedad de imágenes que ejemplificaban las explicaciones de su profesora acerca de lo que significaba el equilibrio y el libro en cuestión.

 

Escucho atenta cada una de las palabras pronunciadas por la bruja ya que sabía que en cualquier momento más adelante podrían ayudarle a salir de algún aprieto o entender un poco más acerca del Libro mismo. — He leído lo básico que trata y es a lo que por ahora puedo tener acceso, la teoría prácticamente. Se que trae consigo amuletos y poderes que pueden ayudarme a crecer y mejorar a nivel mágico — dijo recordando en que consistían aquellos poderes.

 

Cuando pidió que sacara el anillo anti veneno lo único que hizo la Delacour fue enseñarle su mano izquierda donde el anillo reposaba justo en su dedo anular. — El anillo anti veneno sirve para contrarrestar los efectos de los venenos más comunes si se esta usando al momento de ser envenenado. Podría usarse contra los perfumes venenosos creados con los pétalos de pensamientos ya que ese veneno puede provocar alucinaciones y posteriormente la muerte — dijo a la ojiverde haciendo memoria de lo que había leído.

 

— Otro veneno que viene dentro de este libro es el que se produce al usar el Cinaede contra alguien, que es un veneno gaseoso extraído también de los pétalos de pensamientos, pero aquí tengo una duda al respecto, ya que contra este veneno un bezoar no funciona el anillo si tendría algún efecto protector si lo usaran en mi contra?— tenía la duda ya que al parecer era un veneno más potente de cualquiera de los que se podían crear a partir de dichos pétalos.

 

Quedo atenta a la respuesta de la rubia, sabía que podía ser una pregunta tonta de pronto, pero prefería hacerla antes de tomar atribuciones con respecto a ese anillo que luego pudieran costarle incluso la vida.

 

@@Mia Black Lestrange

wAJlYfY.gif

 

OR8NJoF.png

 

IY4YjHl.gifWyWrY0U.gif947PwJZ.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Le sorprendió la capacidad que tenía la bruja para relacionar rápidamente los poderes del libro con lo poco que había tenido la oportunidad de leer, que debía reconocer que era poco lo que se podía aprender hasta que no estuviesen en clase y justo en ese momento era cuando el libro les permitía conocer más de él y desarrollar todos las dudas que tenían o que pudiesen ir surgiendo, así que al momento de escuchar la duda planteada asintió tranquilamente.

 

—Exactamente el anillo antiveneno, en este caso contrarrestar los pétalos de pensamientos los cuales los encuentras en esta pequeña botellita de cristal —sacó una pequeña botella plateada y se la mostro—. Estos, se van reponiendo de manera solicitaría… no es necesario que te abastezcas de ellos, por un conjuro colocado por los uzzas, siempre estarán disponibles a menos que los uses demasiado, en ese caso tendrás que esperar.

 

Analizó la pregunta que le estaba haciendo Dennis, intentando encontrar las palabras adecuadas para explicarle que no, que el anillo no serviría en algo como el cineade. Pero al recordar, que podía usar otro amuleto para explicar la dualidad del veneno, esbozó una media sonrisa.

 

—No, el cinaede no puede ser prevenido con el anillo. —comenzó con su explicación— Porque este es un poder para ser usado en duelos, mientras que el anillo es como una precaución más de la vida diaria, algo que pudiésemos ingerir por medio de un error o de manera predeterminada, pero no directamente hecho por medio de un hechizo.

 

Sabía que sus palabras podían resultar un poco complejas de comprender, pero eran ciertas.

 

—Pero, así como el cinaede es mortalmente venenoso, existe en este libro el amuleto de la resurrección —mostró un colgante en forma de esmeralda—. Si llegas a morir por sus efectos o por cualquier situación en algún duelo, puedes usarlo para regresar a la vida. Te ofrece una oportunidad más de vida, sin necesidad de visitar San Mungo.

 

Explicó con tranquilidad. Mirando como de la nada comenzaba a acercarse un par de aves hasta su posición, las cuales podrían ofrecer cierto malestar a menos que se encargaran de ellas, y era precisamente lo que le pediría.

 

—¿Crees poder usar las semillas de hielo? —preguntó con tranquilidad— Estás nos permitirán cubrir de hielo a cualquier criatura, limitando su movilidad.

 

@@Dennis Delacour

5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Escuchó la explicación de su profesora con respecto al anillo anti veneno para después observar el pequeño frasco donde estaban contenidos los pétalos del pensamiento, era interesante como la magia de los Uzza envolvía todo lo que aportaba el libro, hasta habían pensado en el hecho de cómo debían reponerse aquellas cosas con el paso del tiempo y del uso.

 

Cuando llegó el momento de que su duda fuera resuelta escuchó atentamente lo que trataba de decirle la bruja frente a ella, algo así había imaginado con respecto a ese hechizo dado que si un bezoar no era de mucha ayuda eso significaba que ese tipo de veneno era más fuerte que cualquier otro. Si el anillo no servía para evitar ese envenenamiento tendría que tener mucha precaución ante ese poder. Sin embargo a pesar de que no funcionara con el Cinaede, el anillo brindaba una seguridad al mago que lo portara en la vida diaria y más cuando tenía que moverse en ciertos sitios en los que su presencia no era deseada, ya lo había visto en su trabajo como auror y ahora desde la oficina del ministro tal vez era mejor estar prevenida.

 

Al escuchar sobre el amuleto de la resurrección se quedó bastante sorprendida, un objeto tan poderoso que te permitiera tener una oportunidad de volver a la vida si morías en un duelo sin duda era algo en extremo valioso, pero una magia tan fuerte de seguro necesitaría un pago. — Qué tan seguido se puede usar el amuleto de la resurrección? — tenía una leve idea de cuanto podía ser pero quería estar segura — O mejor dicho, tiene algún límite de veces su uso? o mientras se cumpla el tiempo de espera se puede usar incontables veces? — era mejor aclarar cualquier duda en este momento y no cuando estuviera en aprietos.

 

Cuando empezaban a acercarse un par de aves la rubia le preguntó si podría usar las semillas de hielo, a lo cual asintió con su cabeza — creo que puedo intentarlo — dijo tomando de su bolsillo el frasco de cristal que contenía esa arena plateada, sabía que no debía usar mucha cantidad aunque no estaba segura si como lo haría era la manera correcta o tenía que emplear también su varita para aquello.

 

Tomando una mínima cantidad de las semillas de hielo las lanzó al terreno que observaba hacia la parte baja del acantilado por donde venían las aves cuando el viento estuvo a su favor, justo en el momento en que las lanzaba las aves se posaron en una rama que sobresalía de la roca, tanto la roca, como la rama y las aves quedaron congeladas de inmediato, así como parte del acantilado. Y eso que solo había usado un poco. No sabía si lo había realizado correctamente aunque en ese momento solo le preocupaba una cosa.

 

— Las aves no morirán cierto? solo estarán congeladas un momento? — quería saber si estarian bien y cuanto podía durar ese congelamiento, la verdad es que no quería dañarlas en absoluto.

 

@@Mia Black Lestrange

wAJlYfY.gif

 

OR8NJoF.png

 

IY4YjHl.gifWyWrY0U.gif947PwJZ.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Le gustaba que Delacour tuviese tantas dudas, eso hablaba de su capacidad de análisis, aunque también era cierto que algunas tenían respuestas lógicas en las páginas del libro. Sin embargo, no le molestaría responder cada una de ellas en la medida de sus posibilidades, como docente una de sus funciones era alentar y colaborar lo más que pudiese en el aprendizaje de sus alumnos y siempre lo había hecho de esa manera, por lo que continuaría haciéndolo.

—Antes de responder tu duda, tengo que aclararte algunos puntos del amuleto de resurrección —con el colgante entre su diestra comenzó a explicar— Requiere del uso de una gran cantidad de magia por parte del mago muerto, así que este si nos va a revivir pero no nos permitirá hacer más magia en el sitio en donde estemos, por lo que lo más recomendable es desaparecer e ir a casa a recuperar poder.

Esa era la pequeña trama del objeto, era poderoso y se podía decir que exprimía por completo la magia del sujeto, la cual poco a poco iba surgiendo de manera natural, por lo que era solamente posible usarlo una vez al mes, algo que en ese momento iba a aclarar a la bruja.

—Solo puede ser usado cada luna, es decir lo que toma a la luna cumplir sus cuatro fases. —intentó explicar como estaba escrito— Para más facilidad, una vez al mes, no es posible usarlo antes.

Una vez terminado, escuchó que haría el intento de usar las semillas de hielo y casi negó con lentitud. No quería que usara las del frasquito, pero lo había hecho y de maravilla, así que al menos de momento no tendría queja, pero algo se le ocurriría para obligarla a usar el hechizo, ese que le permitiría tener un poco de ventaja en un duelo.

—Son solo aves, así que si muere no ocurre nada. —soltó ante la preocupación de las criaturas— Pero puedes intentar descongelarlas con las flechas de fuego, ¿quieres intentarlo?

Si se decidía a usarlo, únicamente les quedarían dos hechizos que aprender a manejar y estaría lista para pasar a la última fase, era rápido su aprendizaje y eso le alegró.

 

@@Dennis Delacour

5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Su profesora era paciente y tenía una forma de explicar bastante clara lo que ayudaba a que entendiera de una manera más fácil y practica sobre el libro y pudiera aclarar las dudas que le iban surgiendo por el camino. Al fin de cuentas eso era lo que necesitaba, dejar todo claro para poder llegar a lograr su meta que era la vinculación con el libro del equilibrio para poder hacer uso de sus poderes.

 

Escucho atentamente a la bruja frente a ella que le explicaba lo que no sabía de aquel amuleto de resurrección, si bien podía traerla de vuelta en un duelo o algo por el estilo era tanto el desgaste que tendría que no podría continuar, algo que sin duda era importante saber para no terminar muerta dos veces en el mismo día y más con la información que le dio después con respecto a que necesitaba de una luna para volver a usarlo y no era solo una luna sino todas sus fases así que solo se podía una vez al mes. Eso no ayudaba mucho pero eso era mejor que nada.

 

Escuchar la respuesta sobre las aves no le dio mucha tranquilidad, realmente no quería que murieran. La Delacour no era de ir causando daño a criaturas por más pequeñas o insignificantes que pudieran resultar. La opción que le daba para ayudarlas era usar las flechas de fuego y por lo que había leído podían causar más daño a las pobre aves de lo que les podría ayudar, ah no ser que estuviera lista para hacer lo que se requería a continuación.

 

Saco su varita de pino negro y empuñandola se enfoco en las aves que estaban congeladas mientras pensaba — Flechas de fuego — filamentos de fuego salieron uno tras otro en dirección a las aves que incendiaron el hielo que las cubría, rápidamente apuntando su varita hacía las criaturas dijo — Aguamenti — y de su varita salio un chorro de agua que alcanzo las aves y no se detuvo hasta que pronuncio — Episkey — apuntando a cada una de las aves. Sabía que las flechas de fuego causaban heridas sangrantes y quemaban la piel por eso su accionar había tenido que ser rápido para evitarles más daño.

 

Sabía que en un duelo las cosas no serían tan sencillas para ella si las flechas llegaban a alcanzarla y de seguro tendría que sufrir dolor antes de poder salir de eso, pero al menos en ese momento podía ayudar a esos animales que al sentirse libres del hielo y curados alzaron vuelo para alejarse del lugar. Esperaba no haber cometido algún error, realmente quería que esta clase funcionara para ella y poder lograr su cometido. Se giro para observar a su profesora esperando por sus palabras y el próximo paso a seguir.

 

@@Mia Black Lestrange

wAJlYfY.gif

 

OR8NJoF.png

 

IY4YjHl.gifWyWrY0U.gif947PwJZ.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Era momento de continuar con la clase, si bien no le gustó el proceder de la bruja pudo comprender porque lo hacía; tenía sentimientos nobles. Sentimientos que ella había perdido hacía muchísimo tiempo y que le parecían un tanto extraños, por lo que únicamente la miró con una ceja alzada y soltó una pequeña risotada cantarina, era momento de concluir la enseñanza de la bruja con los dos últimos hechizos del libro.

 

—Solo queda un par de aprendizajes más y estarás lista para enfrentarte a la prueba final, ¿crees que estés lista? —soltó con curiosidad— Las Flechas de hielo, también se pueden conjurar mediante un hechizo y contará con el mismo efecto que el polvo que anteriormente usaste y la arena del hechicero permitirá que el enemigo pierda la visión durante unos segundos.

 

Explicó con tranquilidad, logrando en ese momento que un bonito hipogrifo comenzará a notarse a la distancia. Si era una de sus criaturas, la cual tenía la indicación de la bruja de permitirse hechizar por la Delacour, para probar sus últimos conocimientos antes de usarlos directamente en un mago o bruja.

 

Cada segundo, la criatura se acercaba hasta ellas así como el viento que soplaba cada vez con mayor intensidad, despeinando el rubio cabello de la matriarca Black Lestrange, dejando en claro que ya no era la hora en que había citado a su alumna, sino que todo lo contrario era mucho más tarde.

 

Sin más, espero el movimiento de la bruja esperando que entendira que tenía que hacer para que de esa manera pudieran concluir la primer etapa de la clase y pasar a la final.

5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Le expresión en el rostro de su profesora no le daba mucha confianza, sentía que en algún punto había hecho algo malo y por eso la observaba de esa manera pero la verdad era que no quería arriesgarse a preguntar siquiera por miedo a la respuesta que le pudiera ofrecer, así que guardo silencio a la espera de lo que la bruja tuviera para decirle. Pero en el momento en que soltó una risa pudo relajarse porque al menos si algo le molesto en su momento estaba claro que ya había pasado y quedado atrás.

 

Cuando menciono que estaban cerca de la prueba final no pudo evitar erguirse como reacción a aquellas palabras, la verdad es que necesitaba poder llegar a esa prueba y superarla como fuera si quería llegar a alcanzar sus objetivos y seguir adquiriendo poderes y conocimientos. — Supongo que cuando llegue el momento lo averiguaremos — fue lo que respondió a la rubia, la verdad lo único que sabía es que pensaba poner todo de su parte para inclinar la balanza a su favor, esperaba que eso fuera suficiente.

 

Escucho atenta las ultimas explicaciones de la Black Lestrange sobre lo que le faltaba por conocer de aquel libro, realmente le brindaba un variada gama de hechizos que sería de mucha utilidad cuando llegase el momento. A lo lejos pudo observar un hipogrifo acercándose hasta donde se encontraban el par de brujas. La rubia la observaba como esperando por algo de parte de ella. Por su parte la Delacour sabía lo que tenía que hacer aunque no le agradara mucho la idea.

 

Empuñando su varita pensó — Arena de hechicero — y al aire fueron lanzados aquellos huesos cristalizados de magos que hacía aparecer ese hechizo, la arena nublo la visión del hipogrifo quien se desestabilizo por aquello perdiendo de vista a la bruja y obligandolo a aterrizar bastante cerca, empuñando nuevamente su varita en dirección de la criatura y enfocandose lo mas que pudo pensó —Semillas de hielo — y de su varita salio un viento helado que cubrió a la criatura por completo con una capa de hielo.

 

Esperaba la aprobación de su profesora para no tener que dejar a la criatura en ese estado por mucho más tiempo, no lo hacía de inmediato porque tenía la ligera sospecha de que eso era lo que había generado la molestia por parte de la bruja.

 

@@Mia Black Lestrange

wAJlYfY.gif

 

OR8NJoF.png

 

IY4YjHl.gifWyWrY0U.gif947PwJZ.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.