Feyre Rhiannon Macnair vs Hessenordwood Crouch

[Badru]

Está en el borde de ese cráter, sentado y con las piernas cruzadas. Su espíritu está tranquilo, a gusto con aquella tierra caliente bajo él, e incluso con el sonido del interior del volcán que parece alguna clase de felino al acecho, emitiendo un rugido bajo todo el tiempo. Una magnífica muestra de los poderes de la naturaleza puestos en acción.

Mucho más impresionante es, por supuesto, lo que observa justo al medio, un enorme lago de lava de 200 metros de diámetro, de un radiante color naranja, ardiendo a más de 900 grados centígrados, cuya superficie oscilaba al paso de los minutos, contrayéndose y expandiéndose, emitiendo cada tanto géiser de varios metros de alto.

Cuando los ve llegar, apenas asiente con la cabeza para que ambos se acerquen y desciendan con él hacia una ancha cornisa, donde tendrá lug ar el duelo. Toda la superficie a sus pies, es irregular y cubierta de hebras basálticas, producto del estallido de las burbujas de gas dentro de la lava que han salpicado hasta allí, y de igual manera, una ceniza densa lo recubre todo.

El calor, inaguantable, lleva a Badru a esparcir sobre los dos contrincantes polen de lirios de fuego, que los puedan hacer resistir las altas temperaturas. Solo entonces, les indica que se coloquen frente a frente, a ocho metros de distancia.

— El desafío final ha llegado. Desde este momento, espero que los dos puedan demostrar ser dignos de ser reconocidos como poseedores de la sabiduría del libro del druida.

Caminando hasta una cierta distancia, se instaló sobre una de las múltiples rocas de diferentes tamaños que se apreciaban en todo el amplio escenario, haciendo que media docena de salamandras de fuego, se escabulleron de allí para dirigirse hacia el lago de lava ubicado a cien metros de allí, aunque Badru notó que un par se escondieron en otras piedras del lugar.

¿Podrían sorprenderlo (para bien) en ese combate? ¿O solo sería una penosa muestra, como otras que había tenido que presenciar en el pasado? Solo el tiempo lo diría. Y quizá ese escenario, impredecible.

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• No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
• Duración del duelo: Del 16 al 25 de Abril.
• Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes.
• Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta el Libro del druida. (Con especial énfasis en este último)
• Al segundo turno, deberán aplicarse un cantar del eleboro para evitar perder los sentidos del olfato y de la vista, por causa de los gases tóxicos que emite el lago de lava.
• Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Libro del druida.

 

 

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@@Hessenordwood Crouch

Editado 16 de Abril del 2020 por Niko Uzumaki

[Cissy Macnair]

La cita para la prueba final del Libro del Druida era en una locación nada común. Por supuesto, al momento de elegir mi vestimenta había optado por utilizar una calza ajustada de color negro, fina, que denotaba cada curva de mis músculos y cada giro en mi parte trasera, dejando realmente poco a la imaginación. En la parte superior tenía una camisa de mangas hasta el codo, ajustada también, cuyos botones amenazaban con romperse aunque no lo hacían -ni lo harían- porque estaban encantados, una forma de evitar mostrar mis atributos por error al utilizar aquella prenda tan ajustada. En mis pies, unas botas cortas, hasta el tobillo, de cordones negros, asegurarían mi agarre a la roca de la montaña.

 

Y en mi zurda, Shember, mi varita, que se encontraba ansiosa por tener un duelo. ¡Un duelo! Hacía muchísimo tiempo que no tenía un duelo, menos una clase de duelos, así que aquel sería un hermoso momento para demostrar que, aunque con un poco de polvo, aún podía lanzar algún que otro hechizo.

 

Aunque el escenario era sorprendente, un volcán activo, me había visto en situaciones extremas en otros tiempos, así que esperaba poder salir airosa de aquella. Por supuesto, apenas conocía a mi contrincante y bien podría ser que mis habilidades en combate estuvieran realmente más oxidadas de lo que esperaba, pero no dejaría de sonreír aún si él me derrotaba, porque aquello no era un duelo a muerte sino un duelo de aprendizaje y todo lo que sacara de él iba a llevarme a aprender un poquito más sobre la magia que había en el mundo.

 

Así pues, saludé a Badru inclinando la cabeza con respeto y luego a mi compañero, Hessenordwood, de la misma forma. Cada palabra que dijo el guerrero Uzza la absorbí y la interioricé, así como había hecho con los hechizos del Libro del Druida y los hechizos de los libros antes de éste. Recibí el polen de los lirios con un estornudo, pero si eso se necesitaba para poder sobrevivir al calor abrasador, entonces no me opondría a estornudar un poco más, aunque sinceramente esperaba que la alergia no me impidiera ver correctamente hacia dónde apuntar.

 

-Mucha suerte- le desee a mi compañero, antes de tomar la distancia respectiva y ponerme en posición. Tenía la ventaja, porque yo comenzaría el duelo-. ¡Cinaede!- alcé mi varita y realicé una floritura en el aire, mientras el veneno gaseoso se extendía alrededor de Hessen y buscaba meterse en sus vías respiratorias para cortar su respiración y, posteriormente, paralizar su cuerpo al meterse en su sangre. Mi contrincante tendría que realizar un Anapneo para comenzar, sin contar los posteriores Episkeys.

 

-Bueno, necesitarás mucho más que suerte- agregué, aunque no sonreí como si hubiera esperado de un comentario tal.

 

No, Hessen me caía bien y aquello era sólo una clase. Esperaba que, si no me tomaba rencor por atacarlo tan brutalmente de entrada, pudiéramos ser algo más que sólo compañeros de clase... ¿Amigos quizá?

[Hessenordwood Crouch]

Los huesos de sus brazos y espalda tronaron con un ruido seco mientras el alto hombre estira hacia abajo los músculos roseados ahora con el polen de los lirios de fuego. No es el volcán un mejor escenario que el desierto que han explorado para las pruebas, da mucha menos libertad para moverse y cada paso ahí es peligroso, no solo por los gases y la lava que erosionan de tanto en tanto desde lo más profundo de ese inmenso calor, sino que además hay criaturas mágicas escondidas entre la compleja superficie. Aun así no se siente tan preocupado, seguramente la confianza le vuelve al cuerpo luego de experimentar los efectos del polen y de a poco el calor del volcán se hace más soportable para todos ahí. Al menos había una cosa menos en que pensar durante la batalla.

 

Sin duda el medio físico de ese escenario era todo un obstáculo para el enfrentamiento, por otro lado, que el duelo final entre los estudiantes de Badru se lleve a cabo dentro de un volcán, con todos esos elementos en su contra (o a su favor) es también una idea atractiva, exótica y sinceramente aquel escenario dramático y peligroso combinaba muy bien con la bruja Macnair, con quien finalmente se enfrenta. A diferencia de ella, quizá, Hess no tiene tanta experiencia (no al menos que pueda recordar) en duelos o batallas de uno a uno, pero verdaderamente se encuentra animado por el enfrentamiento, se siente cómodo, con el lugar, con su oponente, con las prácticas previas a este encuentro.

 

Juega con la varita en mano mientras siguiendo la instrucción de Badru se coloca en posición. Las botas van dejando un rastro marcado entre la oscura del volcán, el resto de sus ropas es de apariencia airsoft pero de colores oscuros, bajo ese contexto tal vez no lo haría un blanco fácil, no entre la considerable distancia y la densidad de los gases que salen desde la tierra. Por otro lado, él está bajo las mismas condiciones que ella, y no parece ayudarlos la alergia que Feyre presenta ante el polen de lirios de fuego y la visión monocromática de Hess. Si, ambos casi bajo las mismas condiciones, así que él hace a ella una reverencia apenas pronunciada con una floritura pomposa de su mano libre para devolverle la buena fortuna a la muchacha.

 

El primer ataque de ella duele mucho más que otras veces que Hess lo ha experimentado, con Badru por ejemplo; había sido suficiente con tan solo curarse de las vías respiratorias, aun cuando él mismo preparaba algo más luego de deshacerse del troll. Esto delataba entonces casi inmediatamente a la bruja cómo alguien de un alto nivel de magia. Hess se da cuenta entonces que debe ser más cuidadoso y asaltante con su oponente, no por descortesía, pero si no quiere terminar inconsciente (o muerto) antes de siquiera poder hacer uso de su aprendizaje, debe dar batalla, y una buena. Por supuesto que eso, y el hecho de que se esté ahogando en el veneno, no le quita el animo.

 

Conjura un anapeo en un murmuro apuntando su varita hacia las vías respiratorias obstruidas por el veneno, él necesita aire en su sistema para poder seguir siendo consciente durante el duelo, aunque aún siente que las toxinas del encantamiento que ella ha administrado en su torrente han causado algo más que solo ahogarlo. Hessen recuerda entonces que necesita algo más que un hechizo de esos para poder terminar de sanarse, pero necesitará tiempo para ello. Piensa entonces, maldición, en su cabeza, agitando su varita en dirección a ella esta vez, eso provocará que el siguiente hechizo que Macnair realice resulte mal pronunciado, lo que sea que salga de ahí al menos no le hará daño a nadie y le dará tiempo a él para continuar con la sanación.

 

—Se dice que la suerte es la salvación de unos pocos, pero un demonio para la mayoría-, le sonríe apenas, aun cuando no está seguro de que ella pueda verlo, la verdad es que él no cree mucho en cosas de la suerte, pero irónicamente agradece el intento. —¿Que tipo de suerte es la que me está deseando usted entonces, mi señora?-, aun se esfuerza por que respirar no duela, pero intenta mantener la compostura, solo para no crear pesadez entre ellos...no por ahora.

[Cissy Macnair]

Supe de inmediato que mi hechizo iba a ser más brutal, más sádico de lo esperado, aún cuando el fin de la clase había sido aprender y poner en práctica lo que habíamos leído en el Libro del Druida, sentí que quizá había exagerado un poco al lanzarle aquel hechizo, sobre todo porque yo tenía más poder que él, lo sabía. Hessen no se mostró en absoluto molesto, aunque supe que había sido capaz de ponerlo en una disyuntiva sobre su siguiente paso, noté que recibió su parte con suma compostura.

 

Lo siento, gesticulé, esperando que él leyera mis labios, en vez de gritar sobre el estruendo del volcán.

 

De inmediato, lo vi aplicarse el hechizo Anapneo para intentar destapar sus vías respiratorias lo más rápido posible y sabía que luego debería aplicarse un Episkey de emergencia, además del Cantar de Eléboro para evitar morir ahogados, ambos, por los gases del volcán. Sí, Badru nos había lanzado polen de lirios para no cocinarnos, pero aún así los gases hacían estragos en nosotros y ya podía notar que me costaba respirar.

 

<<Maldición>> pensé, apuntando con mi varita hacia Hessen apenas noté que él hacía lo mismo, dirigiéndola hacia mí. Su siguiente hechizo (Maldición) sería mal pronunciado -o pensado-, derivando en una versión ridícula que no tendría efecto sobre mí-. Cantar de Eleboro- pronuncié de forma clara, lo más posible, apuntándome con la varita de tal modo que el hechizo hiciera efecto sobre mí. Ahora, la vibración musical del canto me cubrió, dándole una limitada inmunidad a mis sentidos, además de ayudarme con la visibilidad y salvaguardando mi olfato de los olores sulfurosos que desprendía el volcán.

 

Quizá tendría que hablar con el Ateneo para pedirles que evitaran que los Uzza nos llevaran a locaciones similares. Digamos, la mayoría de los duelos se darían en otros lugares y circunstancias. ¿Quién decidiría convocar a un mago en un volcán para batirse a duelo? Sí era totalmente cierto que a ellos les gustaba llevarnos a ese tipo de lugares para darnos una buena lección sobre las inclemencias climáticas y naturales a los que podríamos enfrentarnos, pero, por mi parte, ya de por sí con el duelo bastaba.

 

¿Aceptaría Hessen ir a tomar algo luego de salir con vida de aquella extraña batalla?

[Hessenordwood Crouch]

Su oponente es...una mujer encantadora, demasiado encantadora tal vez para un momento como este. Aquel su primer ataque ha sido duro de resistir, así que Hessen piensa rápido; -curación-, para que aminore el malestar que el veneno ha causado en su interior. El efecto le funciona igual que un episkey, pero sin consumirle una acción, lo que lo hace sentirse recuperado en la batalla, aun cuando sabe que queda daño por reparar, y espera solo que esto no cause estragos a largo plazo. Era después de todo una forma algo dramática, aunque muy original por parte de Macnair de dejar una primera buena impresión, literalmente sobre él, aun si no era la intención de ella hacerlo.

 

Sentirá que sus pulmones arden nuevamente cada vez que se encuentre con ella después de hoy, y no necesariamente por el veneno.

 

Sabe que la maldición de él finalmente tiene efecto sobre el embrujo realizado por ella (maldición). Tal vez, si tan solo ella hubiera lanzado su hechizo justo después de que él se aplicase los efectos del anapeo, quizá le hubiera resultado, pero había perdido la oportunidad, pues la ha visto zarandear la varita hasta después; cuando ella notó que él lo hacía primero, y al ser lanzado después del suyo, la maldición del brujo malogra la que ella ha querido realizar. Como sea, había sido un movimiento astuto el de ella que terminaría neutralizando el turno con ninguno recibiendo daño, y dejando las cosas casi por iguales, si no contaba Hess claro que aún tienen que protegerse de los gases tóxicos que emanan del suelo volcánico.

 

—Cantar de eleboro-, con voz ronca pero impecable dicción conjura el hechizo a la par de Macnair, repitiendo como un reflejo los movimientos de varita de ella, pero esta vez sobre sí mismo, de ese modo evitará que los gases del volcán terminen de hacer el trabajo que ella comenzó. El efecto es inmediato, y de la varita del mago surge una vibración musical apenas audible sobretodo por los ruidos de las erosiones cercanas, sus sentidos del oído y del olfato se protegen sobre las condiciones del volcán y su vista, increíblemente, mejora, aún sobre la bruma.

 

Naturalmente el hechizo consigue que estar en ese lugar sea más soportable.

 

Entonces piensa un episkey enseguida, luego de sentir los efectos del hechizo anterior sobre él, para no dejar espacio a la imaginación de Macnair, y sin dejar de apuntarse con la varita prepara la última curación que terminará de sacarle el daño que hay en su interior. Es curioso cómo encuentra que liar con el primer ataque de ella es lo más difícil que ha tenido que hacer hasta ahora, claro que las circunstancias del medio físico no ayudaban, era maravilloso si, aunque agotador. De cualquier modo hacia el encuentro entre los brujos bastante interesante entre lo singular.

 

Al menos tendrían una historia atractiva que contar después de hoy.

[Cissy Macnair]

Había resultado en un pequeño tecnicismo que mi Maldición no saliera como lo había planeado, pero eso no me desalentaba en absoluto a seguir el duelo planeado. La realidad era que mi primer ataque había sido suficiente para mantener a Hessenordwood ocupado por un tiempo, pero ese tiempo ya llegaba a su fin y yo tenía que ingeniármelas para hacer dos cosas: una era utilizar lo aprendido durante la clase y, la otra, intentar que mi contrincante no tuviera tiempo de atacarme. Sabía que se había realizado una Curación porque claramente se encontraba en mejor estado que hacía un momento atrás, pero nada más escucharlo pronunciar el Cantar de Eléboro, dirigí mi varita hacia él y pronuncié un:

 

-Morphos- apuntando a una de sus botas, que se convirtió en una avispa de mar que rápidamente se enroscó alrededor de su piel desnuda, inyectando su veneno. ¿Por qué Hessen no llevaba medias debajo de las botas? No podía decirlo, en verdad. Lo que sí podía saber era que los casi cinco mil tentáculos de la avispa iban a causar un shock en su víctima y un paro cardíaco, si no lograba curarse a tiempo. Cuando los tentáculos entran en contacto con la piel es extremadamente doloroso, arde, y se sienten pequeños calambres que impiden tener un movimiento normal en la zona de contacto, por lo que iba a costarle caminar... siempre y cuando no muriera primero.

 

Luego de ello, viendo que movía su varita pero no pronunciaba palabra alguna, supuse que estaba realizándose la última curación del Cinaede y era mi momento de atacar de nuevo.

 

-Arena de Hechicero- los huesos cristalizados de un mago, eso resultaba de aquel hechizo. Los restos cristalinos volaban en el aire justo sobre los ojos de Hessen, impidiéndole ver y, por lo tanto, no permitiéndole apuntar de forma correcta hacia mí y lanzar rayos o invocaciones-. Pensé que ibas a usar la ventaja de la Maldición para adelantarte, Crouch... ¿qué pasó?- quise saber, gritándole por encima del estruendo del volcán, que ya comenzaba a largar columnas de humo oscuro que estaban amenazando con impedirnos la vista casi por completo.

 

Tenía preparado un Haz de la Noche para huir de ser necesario y aunque sospechaba que Badru no nos iba a dejar morir allí, también tenía planeado conjurar dos, aunque eso agotara todas mis fuerzas, para llegar primero a Hessen. El Polen de Lirios de Fuego que el guerrero nos había rociado nada más comenzar el duelo ya se estaba tornando escaso y podía sentir con mayor fuerza las inquebrantables columnas de calor ascendente que salían directo desde el tubo volcánico a nuestro lado.

 

-Terminemos con esto Hessen... te invito una taza de café en el Caldero- sentí que el color abandonaba se acumulaba en mis mejillas, pero podía decir que se debía al calor del ambiente.