○ Herbología y Astronomía ○

[Cissy Macnair]

Marcus Argéadas

 

 

La pregunta de Matthew me hizo mirarlo dos veces. Claro, era un licántropo. Aquella mirada temerosa ante el nombre de la planta era real, muy real. ¿Acaso creía que el motivo de que la hubiera traído era para asustarlo? Abrí la boca con intención de responderle, cuando una figura femenina irrumpió en el domo y, a juzgar por su apariencia, parecía bastante avergonzada por hacerlo.

 

-Señorita June, gracias por acompañarnos- había cierto tono sarcástico en el "gracias" que no intenté que se trasluciera del todo y sólo quienes me conocían podrían notarlo. Sin embargo, le sonreí a la estudiante mientras la invitaba a acercarse a, quien creía por sus propias palabras, era su hermana. Pero como era de esperarse, las brujas ya estaban una junto a la otra-. Accio Telescopio- agité la varita de fresno nuevamente, Hiendeviento como yo la llamaba, e invoqué un nuevo instrumento para observar el firmamento-. Cuando llegue el telescopio, señorita June, me gustaría que lo ajustara 40° al suroeste y me dijera cuáles son las constelaciones que puede observar- la petición era más bien una orden. Yo bien sabía que dando clases a familiares se distraían con facilidad, así que quería mantenerlas ocupadas mientras yo prestaba atención a Matthew.

 

-¿Por qué caería en manos equivocadas?- pregunté, mirándolo de forma inquisitiva-. ¿Y acaso sus manos son las correctas?- quise saber-. No es difícil conseguir un poco de acónito para una poción. En sí, el acónito y la luparia sólo se diferencian por sus colores. Son la misma planta- me encogí de hombros mientras me volvía hacia una maceta donde había una mandrágora moviéndose debajo de la capa de tierra que impedía que gritara como loca-. El acónito es vital para la fabricación de Poción de Matalobos, la cual sirve para amortiguar los efectos de conversión de un licántropo, pero es muy difícil de fabricar ya que si se agrega en dosis superiores a las indicadas, es mortal. También resulta importante en la fabricación de Poción de los Despertares, como bien dijo. Pero no hablaremos de pociones, sino de propiedades de las plantas. ¿Sabe cuáles son las propiedades de la Mandrágora?- lo estudié con mis ojos un momento mientras señalaba la raíz retorciéndose.

 

La voz de Alessandra flotó hasta mi y me giré para observarla anotar algo en el mapa celeste.

 

-El triángulo de verano. ¿Puede decirme por qué recibe ese nombre?- quise saber.

 

Entonces, en el silencio del Bosque Prohibido, unas ramas rotas me hicieron aguzar el oído de forma repentina. Estábamos protegidos dentro del domo, a pesar de que era sabido que el Bosque era extremadamente peligroso por las criaturas que albergaba. Pero no nos encontrábamos muy lejos del castillo. ¿Podría ser algún centauro? Estábamos demasiado al borde para que se hubieran dignado a abandonar la seguridad de la espesura. ¿Acaso un unicornio merodeando? Eran tan silenciosos que me resultaría extraño ver uno y, encima, que hiciera aquel ruido. Los unicornios solían moverse como fantasmas y atrapar uno era más difícil que hacerlo con una snitch dorada.

 

¡Crack!

 

El sonido parecía estar cerca...

[June Miller]

Me quedé observando los movimientos siguientes, las palabras mencionadas por Alessandra a penas las entendía, tenía la cabeza dando vueltas, no acababa de despertar bien, estaba avergonzada y ligeramente desubicada, pasé la vista de un lugar a otro de acuerdo a los acontecimientos que se daban, sonreí sutilmente a Matthew que por alguna razón tenía un rostro un tanto perplejo y divagué preguntándome qué le pasaba.

 

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la voz del profesor, quién me dedicó una media sonrisa, no entendí del todo lo que dijo ¿Será que me está tomando el pelo? Lamento llegar tarde , dije tan bajo como pude, intentando no sonar tan apenada como estaba. No vuelvo a llegar tarde, dije para mis adentros mientras me tocaba las mejillas que ardían por la situación. Me acerqué al profesor ya que fue lo que me pidió y escuché atenta sus instrucciones. Ahora me pongo a ello musité, mientras recogía mi cabello en una coleta.

 

Una vez dicho lo anterior, el profesor se dirigió hacía los demás estudiantes, así que aproveche en ponerme a lo mío, busqué un poco de información consultando los libros y con cuidado empecé a ajustar el telescopio a mi tamaño para estar más cómoda, busqué la latitud a 40° hacía el suroeste, lo ajuste y empecé a observar. Ante mis ojos se extendía en su totalidad una infinidad de estrellas, empecé a examinarlas e ir comparando con el libro, para ver si es que estaba bien.

 

hmmm... sino estoy mal, creo poder visualizar la constelación de Centaurus, si debe ser esa, ya que rodea "La cruz del sur" ¿Cierto profesor? dije suave y calmadamente, mientras sentía cómo mis pupilas se dilataban por el éxtasis de visualizar por primera vez tan hermosa constelación.

 

Un fuerte ¡CRACK! sacó a June de sus pensamientos y la distrajo de lo que estaba haciendo, giro rápidamente la cabeza para ver de donde provenía y se encontró con la cara de sus compañeros qué al igual que ella, se encontraban buscando el origen del sonido, casi por instinto sacó su varita y se puso a la defensiva, ella sabía de lo peligroso que era estar allí y no estaba segura de cuán protegidos estaban dentro del domo ¿Qué ocasionó ese ruido? Exclamó la pelirroja, mientras se acercaba a Alessandra, por si fuese necesario protegerla.

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra puso los ojos en blanco ante la falta de respuesta de su hermana, <<no era su culpa que se durmiera>> pensó pero decidió ocuparse en la clase o no la volvería a aprobar y se había puesto la meta de no parar hasta que le dijeran que estaba bien todo.

 

<<Estas bastante loca, sabes>> le dijo Asami.

 

La ignoró y siguió observando las constelaciones con su mapa celeste, Lyra, aquel nombre le gustaba en una constelación así que se puso a investigar del porqué el nombre, sus ojos no se despegaba del libro que hablaba sobre la mitología griega muggle.

 

Lira es la Lira de Orfeo, de quien se dice que hacía una música tan encantadora que hasta los animales se detenían a escuchar. Cuando murió Eurídice, la mujer de Orfeo, este logró convencer a Hades y a Perséfone, ambos dioses del inframundo, para que la dejaran volver al mundo de los vivos con él. Ellos accedieron con la condición de que Orfeo no mirara atrás, pero un temor de que le engañaran y de que ella no estuviera detrás de él, hizo que tornase la vista antes de salir, por lo que ella tuvo que quedarse con los muertos y Orfeo se quedó allí para siempre con ella. Zeus convirtió su lira luego en una constelación.

 

Suspiro.

 

Su mente viajaba con Kamra y ella, su esposa yendo a buscarla al mismo inframundo, sonrió apenas con la historia, sus manos rozaban el libro con sus dedos entre las líneas de la historia, pero agitando su cabeza se dio cuenta que su profesor había estado muy ocupado con su hermana, dándole los materiales y con su compañero de Herbología. Cuando su profesor escuchó su respuesta le pregunto porque recibe aquel nombre, lo había leído apenas unos segundos antes de darle la respuesta y su cerebro lo tenia aun fresco.

 

-El Triángulo de verano o Triángulo estival es en realidad un asterismo, un conjunto de estrellas que dibuja un triángulo imaginario en el hemisferio norte- le respondió segura de sus palabras.

 

Pero un ruido llamó la atención de todos,<<bueno>>, se dijo pensando que seguramente era algún animal que se había dirigido hasta ahí, estaban dentro del domo de su profesor y seguramente él había hechizado el lugar para evitar ser tomados por sorpresa o atacados por algún animal, observó a su hermana acercarse a su lado con su varita en mano.

 

Tranquila, seguramente es un animal- le dijo poniendo una mano en su hombro para que se calmara.

[Matthew Black Triviani]

Notó que su pregunta había causado una especie de curiosidad en su profesor, ¿sabría él su condición actual? esperaba que aquello no fuera un atenuante para la manipulación de la planta, realmente no tenia muchas ganas de tocarla ni de estar cerca de ella, pero si el aprender a crearla o utilizarla era necesario, lo haría sin problema alguno. Lo único que le faltaba es que los enseres fueran de plata... Un pequeño escozor recorrió su espalda y se sacudió.

 

Um... fue todo lo que salio de su boca.

 

La respuesta que había dado anteriormente ante la pregunta sobre sus diferencias, era solamente el color, si había notado eso, pero creyó y desestimo que fuera un dato importante o que aquella fuera la respuesta correcta. Torció su boca por el descontento que le había generado y chistó. Para la próxima debería prestarle más atención a los pequeños detalles, muchas veces las respuestas estaban en ellos. Asintió ante la explicación sobre la creación de las pociones, algo sabia, pero no estaba interesado en ella realmente... Observo la maceta a la cual el profesor se acercaba, las hojas le parecían conocidas, y la tierra se movía.

 

Miró hacia un costado y vio unos tapa orejas que le serian útiles para manipular aquello que era una Mandrágora. Los tomo y se los colocó. Levanto su mirada hacia los ojos de Marcus, esperando que él también tomara un par y se los colocara; los demás alumnos no los necesitaban, estaban demasiado lejos como para que el chillido de la planta les hiciera daño.

 

La mandrágora es una planta medicinal, utilizada para muchos antídotos y las hojas se utilizan para ayudar a los petrificados. respondió ¿Existe solo un tipo de mandrágora? o ¿hay varios? añadió.

[Cissy Macnair]

Marcus Argéadas

 

Parecía que Matthew no había escuchado el sonido o simplemente lo había ignorado, porque me preguntó por especies de mandrágoras.

 

-No... que yo sepa- respondí, observando que June había sacado la varita y miraba alrededor. ¡Bien! No estaba loco, ese sonido sí había provenido del bosque-. No se preocupe señorita June, el domo tiene hechizos capaces de repeler criaturas de cualquier tipo. Fue creado para que sólo nosotros pudiéramos traspasarlo- le expliqué, esperando así poder tranquilizarla un poco.

 

Me volví hacia su anotación en el mapa celeste, que podía visualizarla incluso desde la distancia a la que me encontraba y asentí. Iba bien con lo que había marcado y parecía que Alessandra le había ayudado otro poco con lo que ella misma había hecho. A su vez, tranquilizó a su hermana, mientras respondía a mi pregunta sobre el triángulo de verano.

 

-Muy bien, ¿por qué está tomando esta clase? Parece que ya sabe suficiente sobre Astronomía- bromee, aún mirando en derredor.

 

Una vez más, mi atención volvió a Matthew al mismo tiempo que la magia del domo se ondulaba. Me quedé pasmado, mirando más allá de él, a la penumbra del bosque, buscando lo que había originado aquella fluctuación en la magia de las paredes protectoras. No estaba seguro de si los demás lo habían notado o sólo mi aguda vista había sido capaz de percibirlo, pero sea como fuere, si había algo tocando las capas del domo, eso no podía ser ningún animal o humano conocido. Porque nadie podía tocar esas capaz si no las veía... Excepto nosotros. Y miré a los tres adultos dentro del espacio delimitado por la magia, ninguno estaba cerca de una pared.

 

-Bueno...- titubee, olvidando por un momento qué iba a decir-. ¡Matthew!- exclamé, como recordando que tenía una lección que darle a Triviani-. Mandrágoras... Si, muy bien con las propiedades... Y esta de aquí- me alejé un poco del resto de los plantines para acceder a una maceta cuadrada que estaba resguardada del resto-. Esto... es un lazo del diablo- le mostré-. Es buena para proteger una propiedad, pero está prohibida tenerla en áreas cerca de muggles por sus efectos... mortales- hice una mueca de lado, tan parecido a mi hermana Sybilla que seguro los que la conocían lo notarían-. Pero son útiles para resguardar efectos personales... Sobre todo en una mansión de magos- finalicé. Luego me voltee.

 

En un lado del domo, cerca de una pared traslúcida de magia, había un pequeño árbol que había comenzado a crecer. No tenía más de un metro y algunas cuantas hojas. Pero lo más notable eran una ciruelas rojo violáceas que estaban suspendidas cerca de él, amarradas a las ramas por tallos finos y maleables.

 

-Ciruelas dirigible- sonreí. Eran de mis frutas favoritas-. Hay que tener cuidado al consumirlas porque cusan levitación involuntaria y a veces los efectos tardan en irse- arranqué una ciruela madura y se la tendí a Matthew-. Tómala con firmeza o saldrá volando- agregué.