Maestría con escobas + Historia de la Magia

[Lisette Ryddleturn]

MUSEO

 

La bruja rubia miró a su compañera de clase que acababa de decir aquello y por un instante se llevó una de las pequeñas manos hasta la boca por el susto que se estaba llevando

 

Con cuidado abrazó al gato que ahora se movía sobre su hombro para bajar a los brazos de la chica y que observó la situación con sus enormes ojos dorados

-Espero que realmente no sientan demasiada curiosidad sobre lo que hacemos, no me gustaría que terminaramos en la cárcel de Azkaban porque se dieran cuenta

Admitió y comenzó a pasar la mano por encima del lomo del gato mientras veía cómo la otra bruja se había ido a una de las mesitas de descanso y entonces se quedaba viendo a la profesora

-Los muggles que están aquí van a terminar con la memoria borrada cierto? o modificada para que en verdad piensen que todo esto se hizo con sus propios efectos

Comentó mientras que se acomodaba mejor la escoba por un lado sin dejar de abrazar al pequeño gato que ondeaba la cola, como si quisiera de repente saltar sobre los muggles

[Zoella Triviani]

Algo en Zoella brilló de maldad pura en cuanto escuchó lo que la rubia pronunciaba y queriendo desesperar un poco a su profesora decidió que una jugarreta no podría meterla en algún problema... quizás. Tomo de su escoba y subió de ella, sobrevolando alrededor de las dos brujas y todos los muggles del lugar. Una risa brotó de sus labios, risa que llamó la atención de todos.

 

- ¡oh! ¡Que efectos tan bien planeados! - pronunció en burla mientras realizaba una floritura con su varita y explotaba un par de sillas vacías. Mordió su labio, sintiendo el dulce sabor de su travesura y solo ignoró las miradas de Sagitas y Lisette. Bajó un poco su nivel de vuelo, pero manteniendo aún el equilibrio sobre la escoba.

 

Aceleró directo a donde ambas mujeres estaban pero se elevó a tiempo para pasarles por encima - ¡No pensé que los efectos especiales fueran tan buenos! - siguió pronunciando en burla, un tanto fastidiada por el asunto que la rodeaba, patético.

 

Se colocó los lentes y con el movimiento de cadera voló entre los estantes pero con toda la intención del mundo tropezó la punta de su escoba con estos, tumbandolo todo a su paso - ¡Espero que sus efectos especiales no arruinen las reliquias! - gritó para soltar una estruendosa carcajada y regresar a donde todo el equipo de producción estaba.

 

Se lo pensó ¿la profesora la acusaría por usar alguna de las imperdonables? Posiblemente, pero aquello poco le importaba a la calva quien luego de eso pretendía desaparecer. Ya le sabía a pepino(?) si aprobaba o no, el delicioso sabor de una travesura siempre era recordada por la Triviani.

 

- ¡Oh pero que buenos efectos especiales! - gritó por última vez, lanzando un rayo desde la punta de su varita a un hombre que justo en ese momento enguilla una rosquilla. El hombre había desaparecido frente a los ojos de todos, y la bruja siguió riendo de forma incesante. EL muggle había parado a quedar encerrado en una de las habitaciones secretas de su laboratorio mágico, y aquello era un lindo regalo para su hija quien podría experimentar libremente con el hombre.

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Ese gato hace trampas, estoy segura -- susurré a Lissette, para que me oyera ella sola y no el resto de cámaras que estaban.

 

La muchacha me había hecho una pregunta sobre el vuelo de la escoba que había respondido justo cuando ella había salido volando ("Sólo has de inclinarla un poco para abajo y después enderezar; de esa manera, adquieres velocidad y después sigues avanzando") y que estoy segura que no escuchó, pero el gato parecía indicarle movimientos apoyándose más o menos en su hombro. Sí, la verdad, no estaba segura de si aprobarla a ella o aprobar al gato por tan bonita carrera de obstácul0s. Después elevé la voz.

 

-- Ha sido genial, me encanta lo bien que hacen que parezca real. Algún día tendrían que explicárnoslo -- sonreí, mirando la cara incrédula de los realizadores, como si no se pudieran creer lo que habían visto. -- ¿ Y tú, Zoella?

 

Ella también hizo un vuelo impecable y con más soltura. Creo que el malhumor que parecía arrastrar era su leitmotiv para moverse con naturalidad con la escoba. Así que sonreí cuando llegó a nuestro lado y le pedí que ella también lo hiciera.

 

-- Sosa, las computadoras son feas, estos efectos especiales están mejor conseguidos.

 

En eso, el hombre aquel que hablaba con cascos se acercó a nosotras para darnos una botella de perfume. La olisqueé y puse cara de asco durante un segundo. Después, la sonrisa floreció de nuevo en mis labios. El hombre nos decía que rodaríamos en el claustro del museo, al exterior, que teníamos que dar una vuelta en escoba y, después, mirar a la cámara y murmurar de forma sensual: "Elixir d'Amore, un perfume para enamorar".

 

Casi solté una carcajada al imaginar a Zoella diciendo eso, pero me contuve, por precaución.

 

Caminamos hasta el claustro y ahora lancé una exclamación de satisfacción. Era precioso, todo con arcos y capiteles decorados y un pozo en el centro, también muy antiguo. Unos raíles mostraban por donde iría la cámara para captar el vuelo en círculo, con los cables que se suponían que sujetarían a las modelos.

 

-- Bueno, chicas, nueva clase: los giros de 360º. Quien sea capaz de hacerlo sin estrellar la botella en el suelo, estará aprobada.

 

Bueno, ya lo estaban en realidad, por la capacidad de soportar todo aquello con una hermosa sonrisa pero no se lo quería decir aún.

 

-- A ver, imitarme. Los giros se han de hacer con velocidad. Cuando tengáis más pericia, los podréis hacer más cerrados. Pero es lo mismo que las torsiones de cadera hacia la derecha y hacia la izquierda, como habéis hecho antes. Sólo que siguiendo el giro hasta que tengáis los ojos de nuevo en el mismo punto de nuevo en paralelo con el suelo o tendréis una caída estrepitosa. Los paso son : velocidad, inclinación de la cadera hacia la derecha, punta del palo recta, visión fijada en un objeto de referencia, como el pozo, y cuando veáis que los ojos vuelven a ver el objeto en la posición correcta, enderezar el ángulo de inclinación de la cadera y seguir en línea recta. No es difícil, fijaros en mí.

 

Por supuesto, amaba volar haciendo cabriolas, por algo yo soy una funámbula en el Circo. Así que aceleré por un lateral del claustro, siguiendo las líneas de la cámara pero pronto las dejé para girar hacia la derecha, el pozo, y , cerca de su altura, rodé mi cuerpo hasta quedar boca abajo y después recuperé el equilibrio. Sonreí de forma pícara y mostré la botella de perfume en mi mano:

 

-- "Elixir d'Amore, un perfume para enamorar".

 

Mantuve el tipo hasta que dijeron "corten". Después, estallé en carcajadas.

[Zoella Triviani]

Triviani regresó a si misma, había imaginado toda la situación para alborotar el sed de grabación y aquello le había encantado. Ignoró sus pensamientos y volvió a prestar atención total a la profesora, regresando a donde había dejado la escoba. Escuchó sus palabras y con un suave bufido se acercó.

 

El hombre encargado se acercó a cada una y tendió una botella de perfume junto a unas palabras que debíamos de pronunciar. La calva realizó una mueca de desagrado total al imaginarse diciendo aquello y negó con suavidad. En silencio, siguió los pasos de la profesora y escuchó las siguientes indicaciones en lo que lanzaba el frasco al aire para atajarlo en la caída segundos después.

 

La ojigris le prestó poca atención al lugar y se concentró en entender lo que su profesora le explicaba. Aquello dependía de su aprobación o no y prefería no arriesgarse.

 

Observó la escena que grababa la pelivioleta y cuando anunciaron el corte se montó en su escoba - Sigo yo - pronunció lo suficientemente alto para emprender su vuelo por el claustro. Rodeó los arcos y pasó por sobre el pozo. Dió un par de giros y al regresarse justo a donde la cámara grababa apretó fuertemente el frasco y movió su cadera a la izquierda como había sido indicado. Sus ojos estaban fijos en la cámara que comenzaba a verse en ángulos diferentes conforme se acercaba. Se permitió dar dos giros en 360º hasta quedar nuevamente en posición.

 

Se detuvo lo suficientemente cerca de la cámara y mostró el perfume sin pronunciar palabra alguna. Se negaba a pronunciar tales palabras, y solo se bajo cuando el director gritó "corten" enojado. Sonrió con suavidad y se bajó de la escoba para acercarse a donde ambas brujas esperaban, en silencio solo esperó a que siguiera su compañera y escuchar que la clase había terminado.

 

Dejó el frasco sobre una mesa y se sentó en una silla desocupada en silencio y soledad, esperaba que nadie se le acercara o pagaría la irritación con esa persona.