Duelo entre amigas

[Romina Black Lestrange]

Me levante bruscamente de la silla, mire el calendario y el día de hoy estaba redondeado con rojo y eso era signo de que no debía olvidar algo importante que tenía hacer hoy… el único problema era que no lo recordaba. Mire mi agenda, lo tenía anotado era un duelo con una amiga y solo faltaban dos horas y tenía que llegar rápidamente a la pequeña isla que se encontraba bastante lejos. Rápidamente, para no llegar tarde me puse lo primero que tenía a mano; una remera, un short y unas zapatillas.

 

Antes de salir de la casa dibuje mentalmente el recorrido que tenía que hacer para llegar a la dichosa isla en la cual, se nos había ocurrido hacer un duelo. Antes de salir agarre mi varita y la puse en el bolsillo del short. Abrí la puerta con mucho cuidado, no quería que nadie en la casa que iba a salir son permiso, y además a un duelo.

 

Ya estaba afuera y no había vuelta atrás, fui corriendo hasta la playa, llegue demasiado agitada y queriendo volver a mi casa. Había dos botes atados a un poste, que habíamos reservado especialmente para el día de hoy. Por suerte Dragona todavía no llegaba y eso me daba ventaja para ya esperarla en la isla.

 

Me subí al bote y me di cuenta que tenía remos y pedales, vi a lo lejos la isla, era mucho el trayecto que tenía que recorrer. Empecé pedaleando unos diez minutos, después otros diez minutos remando y finalmente veinte minutos remando y pedaleando.

 

Llegue a la isla y me di cuenta que había estado unos cuarenta minutos en el bote, desde que salí de la playa hasta que llegue a la isla. Amarre el bote a uno de los palos que estaban clavados en la arena, di un salto afuera del bote y caí en la arena. Me quede sentada esperando a que Dragona llegara, a lo lejos se podía ver otro bote, lo que no era preciso saber era si se dirigía a esta isla o a otra.

 

Me quede observando la isla, tenía caracoles por todas partes, rocas e insectos. Me pare y a unos veinte metros pude que el bote se dirigía hacia la isla en la que yo estaba, definitivamente era Dragona, aunque tenía unos diez minutos de demora. Ella hizo lo mismo, amarro su bote al otro palo y se bajó de él. Vi como lentamente se dirigía hacia mí, seguramente para comenzar el duelo. Entonces me acerque a una distancia prudente de unos diez metros y salude con una reverencia. Ella se había puesto en posición para atacar, pero me adelante y empecé yo primera el duelo.

 

-Desmaius- dije apuntando mi varita hacia Dragona, haciendo que un rayo saliera de mi varita e impactara en ella haciendo que caiga al suelo.

[Dark Dragona]

Se miró al espejo mientras se peinaba su cabello castaño oscuro. En este se reflejaba una sonrisa en su rostro, acababa de levantarse y estaba animada, lo que era buena señal porque sabía que hoy tenía un duelo con Romina y quería volver a dar lo mejor de sí, seguro esta vez el combate sería mucho más intenso ya que cada vez su amiga mejoraba más.

 

Se había puesto un ligero vestido negro con tirantes cuya falda le llegaba por encima de las rodillas mostrando sus blancas piernas. Se había puesto unas sandalias y en uno de sus pies llevaba una tobillera la cual tenía una bola de color verde. Besó el colgante en forma de corazón y luego se lo puso alrededor del cuello.

 

Estaba lista, fue hacia el lugar indicado y cogió aquel bote, parecía que Romina había llegado antes que ella. Sonrió de lado, ¿quien fue el que dio la idea de hacer el combate en una isla? Ah si... ella.

 

Finalmente llegó a la isla y caminó por aquel lugar respirando hondo mientras el viendo hacía bailar sus cabellos, le gustaba mucho sentir el aire en sus mejillas. Miró que Romina ya estaba allí y una vez Dragona estuvo lista cogió su varita que tenía sujeta a la pierna por una especie de cinta específicamente para eso.

 

La puntó y no lo pensó mucho cuando vio que Romina hacía su primer movimiento pues había estado bien al ser tan rápida pero ella necesitaba serlo para no ganar ante ella.

 

-Protego- pronuncio invocando un escudo delante de ella que la protegió del rayo del desmaius mientras en su mente preparaba una estrategia.

 

- Embrujo punzante- pensó, y de su varita salió un rayo que impactó en el rostro de Romina el cual se desconfiguró produciendole un ligero dolor agudo e impidiéndole ver con claridad.

[Romina Black Lestrange]

Dragona se había defendido del desmaius que le había lanzado, rápidamente después de eso supuse que iba a atacarme, la vi apuntar la varita hacia mí, y rápidamente me puse apuntando mi varita hacia ella.

 

-Sectusempra- dije apuntando al pecho de Dragona, haciendo que el rayo impactara y rápidamente comenzara a sangrar.

 

No lograba ver casi nada, y necesitaba lanzarle algún hechizo. Esta vez no iba a dejar que me venciera tan fácilmente como la otra vez. Pude distinguir un insecto del tamaño de la palma de mi mano, era una de esas arañas venenosas que solían haber en las islas.

 

-Oppugno- dije, y el efecto fue de inmediato y la araña hacia todo lo que le decía- ve e inyéctale tu veneno a Dragona- le susurre a la araña. Me quede observando como la araña me obedecía, camino, casi corriendo con sus largas patas hacia Dragona, llego a su pie y se le trepo a la pierna inyectándole su veneno.

[Dark Dragona]

Vio como Romina hacía intercambio de daños, sin duda se lo estaba poniendo difícil, sintió aquel dolor en su pecho tenía que curarse rápido pero su amiga (la cual curiosamente la quería matar) la seguía atacando ahora con una araña que estaba a cinco metros de ambas. Tenía que pensar rápido, si hiciera lo básico estaría en serias desventajas.

 

Para su suerte escuchó una especie de silbido, no necesitaba ni ver al animal para saber que se trataba de una serpiente que estaba viendo aquel espectáculo junto a una roca que estaba a tres metros de la araña, parecía que iba a cazarla cuando interrumpieron ellas. Apuntó a la serpiente rápidamente pronunciando.

 

- Oppugno -sin desesperarse, aguantando el dolor de las heridas por un momento mientras conseguía que la serpiente, grande, adulta y venenosa con enormes colmillos estuviera bajo su control- Cómete a la araña -le ordenó, y la serpiente entabló una pequeña lucha contra la araña la cual ganó y luego se la comió- ahora... -dijo cuando la serpiente al fin había acabado su comida- Muérdela e inyectale su veneno -le dijo refiriéndose a Romina y la serpiente rápidamente deslizándose por el suelo estando a cinco metros de Romina le mordió la pierna inyectándole aquel veneno.

 

- Espikey -pensó apuntándose a sí misma después de asegurarse que Romina tenía aquel veneno en su cuerpo y así las heridas que Dragona tenía se curaron, aunque no completamente.

 

- ¿Son muy lindas las serpientes, verdad? -le dijo para luego ver a su alrededor maldiciéndose por no haberlo hecho antes pero por suerte no tenía nada en un rango de siete metros. Al menos ahora.

 

Miró a la serpiente la cual recibiría enseguida la siguiente orden de Dragona, ella conocía mucho de serpientes pues le habían explicado mucho de ellas como aficionados que siempre eran sus amigos. Sabía que hacer en cada momento, cual era más venenosa, como identificar una serpiente venenosa... había aprendido de todo y todo le gustó aprender.

[Romina Black Lestrange]

No lo podía creer, no había visto a esa serpiente cerca de la araña. Al parecer Dragona la había visto, le lanzo un hechizo e hizo que matara a la araña y luego que lentamente se dirigiera hacia mí. No dude nada, apunte mi varita hacia la serpiente y dije:

 

-Sectusempra- apuntando a la cabeza de la serpiente que estaba a unos cinco metros de mí, haciendo que esta comenzara a sangrar y por consiguiente llevarla a la muerte.

 

-Sí, son lindas las serpientes. Solo cuando están vivías- le dije con un tono burlón.

 

Dragona todavía tenía que sanarse por completo la herida. Pero esta vez no dejaría que me ganara tan fácilmente como la última vez, ya había aprendido algo, pero no estaba lo suficientemente segura si podría ganarle.

 

-Incarcerus- pronuncie apuntando a Dragona, haciendo que de mi varita salieran tres cuerdas; una dirigida hacia su cuello, otra hacia sus manos y la última hacia sus pies.

[Dark Dragona]

Estaba perdida, sabía que había cometido un fallo en alguna parte porque en ese momento se encontraba literalmente con la soga al cuello, sin duda Romina le iba a devolver la anterior con creces porque estaba a punto de matarla. Dejó que las cuerdas se ataran a su cuerpo, una en el cuello, pero no tan fuerte de forma que aún pudiera hablar, otra ató sus manos pero sin pegarlas a su cuerpo de forma que aún pudiera manejar la varita con perfección y la tercera se ató a sus pies pero aún así mantuvo el equilibrio teniendo los dos pies juntos. No le quedaba más remedio ya que necesitaba curarse de dos sectusempras.

 

- Incarcerus -susurró ya que no podía hablar con normalidad la tener la cuerda en el cuello pero por suerte no la aprisionaba tanto como para impedirle el habla. Tres cuerdas salieron de su varita la cual estaba apuntando a Romina ya que la cuerda que ataba sus muñecas no le impedía aquello y una de las cuerdas se ató en torno a los ojos de Romina impidiéndole ver, otra se ató a su boca impidiendo que pudiera pronunciar ningún hechizo y otra ató sus muñecas a su cuerpo obligando a que su varita apuntara directamente al suelo sin poder mover sus manos. Las cuerdas eran fuertes y resistentes y estaban bien separadas una de otra de forma que Romina tuviera que verse obligada a quitarlas con magia una a una.

 

- Espikey -pensó para curarse la herida de ese último sectusempra que Romina le había dado. Había pensado en lo mismo para darle pero ahora lo que necesitaba era un poco de tiempo para poder curar sus heridas antes de que fuera demasiado tarde. Esperaba haber contado bien y poder aguantar un poco más para poder curarse.

 

- Sin duda me lo has puesto difícil. -susurró aún con la molestia de la cuerda, realmente ese era uno de los combates más duros que había tenido sin duda.

[Romina Black Lestrange]

Estaba en un duelo bastante complicado, las dos estábamos atadas con tres cuerdas. Por mi parte tenía unas cuerdas demasiado gruesas; dos de ellas estaban en mi cara: una en la parte de mis ojos y la otra en mi boca, que al ser tan gruesas lograban tocarse lo que me facilitaría sacarme ambas cuerdas. Y la última que también era gruesa me ataba las manos no dejando moverme.

 

-Evanesco- pensé, haciendo que la cuerda que estaba en mis ojos y en mi boca desaparecieran al estar chocándose por lo gruesas que eran.

 

Me quede pensando que hechizo le iba a lanzar, hasta que recordé que Dragona era mi amiga y no quería lastimarla; aunque por otro lado tenía que hacerlo por lo de la última vez. Después de todo yo no iba a decirle todas esas frases feas que ella me había dicho en nuestro anterior duelo. Logre escuchar a Dragona todo lo que decía susurrando, no sabía que decirle y tampoco en que lanzarle.

 

-Aunque te la he puesto difícil, no me gusta hacerte esto- le dije a mi amiga- Aunque por otro lado tengo que vengarme de alguna forma por lo de la otra vez- termine diciéndole en un tono cortante.

 

-Oppugno- a una araña que estaba a menos de un metro de Dragona- Inyéctale tu veneno- le dije a la araña, me quede observando como estando a una distancia menor de un metro se dirigía hacia la cara de mi rival y le picaba en la frente.

 

Estaba parada, con las manos atadas a la cintura observando lo que había hecho. No sabía que yo misma era capaz de hacerle algo así a una amiga; aunque por otro lado podría decir que era para estar mano a mano. El viento soplaba, se podía ver claramente como las olas chocaban contra las enormes piedras que se encontraban cerca de la orilla. Mire al cielo, faltaban poco más de dos horas para que un hermoso atardecer se pusiera delante de mis ojos.

[Dark Dragona]

Se había curado ya del sectusempra, era algo, pero el duelo aún no había acabado y su vida seguía en peligro más con aquella contrincante tan buena que parecía iba a ganarle además de que aún tenía las cuerdas pero no eran tan primordial quitarlas ya que aun podía luchar teniéndolas puestas.

 

- Sectusempra - susurró apuntando con sus manos unidas por culpa de las cuerdas a aquella araña matándola de un solo golpe gracias a aquel rayo que le impactó y luego volvió a apuntar a Romina pensante, tenía que hacer algo pero... ¿que? Pudo ver entonces que en el pantalón de Romina sin que ella se hubiera dado cuenta había una araña, parecía que ese era la islas de las arañas. Aprovechó y apuntó a aquella araña susurrando:

 

- Oppugno -la araña de inmediato quedó bajo su control y esta con la orden que Dragona le dio al momento picó a Romina inyectándole aquel veneno. Tenía que conseguir ventaja de alguna parte.

[Romina Black Lestrange]

Todavía tenía una cuerda en mi cuerpo, de a poco esta se iba poniendo cada vez más floja lo que me permitía mover las manos y poder apuntar la varita. Logre ver como Dragona mataba a la araña con un Sectusempra. Después de eso me apunto con su varita y de inmediato hice lo mismo apuntando, haciendo fuerza arriesgándome a rasparme con esa soga que tenía puesta apunte hacia ella.

 

-¡Silencius!- dije apuntando como puede hacia Dragona, el efecto para mi sorpresa fue inmediato; y del Oppugno que ella quería lanzar lo único que se escucho fue <<Opugg>>. Y justo a tiempo me di cuenta de que me había salvado de que me picara esa araña que tenía encima.

 

Respire aliviada y luego pensé, <<Evanesco>>, haciendo que la cuerda que me ataba desapareciera ya dejándome libre. Me quite la araña de encima y la aplaste para que Dragona ya no intentara matarme con esta. El viento soplaba bastante fuerte, ya faltaban unas pocas horas para que el sol se ocultara y nos quedáramos o no en esta isla.

 

Mi atención ahora estaba enfocada en Dragona, la observe atentamente para saber cuál iba a ser su próximo movimiento, quiera estar preparada para intentar vencerla de una vez.

[Dark Dragona]

Sonrió de lado, era su oportunidad y no podía desperdiciarla desvaneciendo unas cuerdas que tan solo la molestaban. Apuntó a Romina susurrando aun con dificultad -Expelliarmus- el rayo que salió de su varita llegó hasta Romi sin que esta pudiera impedirlo y su varita salió disparada de sus manos a cinco metros de la maga.

 

Sin dejar de apuntarla volvió a pronunciar en un susurro sin que Romina pudiera evitarlo ya que tenía que ir a por su varita- Sectusempra- el rayo recorrió la distancia que les separaba impactando en el pecho de Romina provocándose serias heridas sangrantes que pronto la llevarían a la muerte. Sin duda ese duelo estaba siendo muy interesante. Pero Dragona podía llegar a ser tan testaruda como para no querer quitarse aquellas cuerdas.

 

Sonrió de lado sabiendo que ahora ella tenía la delantera gracias a su estrategia y Romina estaba en apuros gracias a eso ya que no permitiría que volviera a adelantarse a sus movimientos.