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El Invernadero


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Hacía mucho no se daba una vuelta por los invernaderos de Hogwarts. Como estudiante que algunas vez fue de aquella prestigiosa institución herbología no era una de sus materias de preferencia, no le gustaban las flores y mucho menos cuidarlas todo lo contrario a Cuidado de Criaturas Mágicas. Ya una vez entrada en años se empezó a dar cuenta que las flores no eran tan malas como solían aparentar.

 

Aquella mañana el sol ardía tan fuerte que se alegraba de estar allí dentro del invernadero bajo un techo sintético que protegía a las flores de tiempos extremos. La luz era lo suficientemente fuerte para iluminar todo el lugar sin problema. Había desde luego, muchas macetas con flores, las más extraña que hubiera visto nunca hasta las más normales de todas. Habían a un extremo algunos arboles pequeños pero gruesos que cercaban la estructura. Como decoración del lugar algunas estatuas de guerreros que le daban un aire místico. La mayoría eran su mismo tamaño.

 

Se encontraba viendo una zona que especialmente le gustaba mucho: La zona de las rosas. Le gustaban porque eran hermosas y peligrosas al mismo tiempo, había que acercarse con cuidado a ellas si no querías clavarte una espina en la mano. Su largo cabello castaño caía sobre su rostro cubriendo uno de sus ojos castaños igualmente. Su piel se veía tan pálida como una hoja de papel y allí donde la luz aumentaba se veía aún más blanca. Lo único bueno es que llevaba puesto un vestido ligero rojo que le quedaba bastante bien con su tono de piel y con el escenario de las rosas, su varita iba metida en su bolso negro un poco apretujada por todas las cosas que solían llevar las mujeres siempre.

 

Escuchó los pasos de alguien que se adentraba al lugar, no era la primera persona que lo hacía pero si la primera que lo hacía con tanto sigilo desde que estaba allí. Ya estaba acostumbrada a ese tipo de acontecimientos así que sin pensarlo y sin esperar ver bien con claridad de quien se trataba, empujó su varita diciendo.

 

—Sectusempra— El rayo surco los aires entre su oponente y ella atravesando una distancia de mas o menos 7 metros hasta chocar contra el cuerpo del mago y comenzarle a manchar la ropa con su misma sangre a causa de las múltiples heridas formadas en su pecho a causa del hechizo, si no se curaba lamentablemente moriría.

 

En aquel instante de miseria para el mago ella trató de enfocar bien de quien se trataba esperando que no fuera nadie conocido al que le acababa de lanzar un hechizo mortal.

 

*****************

off

Con hechizos del que tenga el rango inferior de ambos ^^

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Un poco de accion no le caia mal a nadie, esos eran los pensamientos de Radamantys mientras se disponia a salir , en busca de alguien a quien matar, realmente se enocntraba aburrido y su deseo habia sido sembrar un poco el caos, esperar que la orden apareciera defendiendo a los Sangre sucia y Traidores a la sangre y tener una beuna batalla sin importar las consecuencias de aquello.

 

 

Que mejor lugar para aquello que Hogwarts, lugar historico que habia visto crecer a grandes magos y brujas, historico lugar donde se habia llevado a cabo la batalla en la cual el Señor tenebroso habia caido a manos de Potter y no era anormal que Radamantys encontrara resistencia si trataba de matar a alguno de esos estudiantes que sin duda no llegarian a brilar y ser grandes magos como el.

 

 

Asi Radamantys desaparecio de los terrenos de su castillo y reapareció en los de Hogwarts, nada habia cambiado el lugar se seguía alzando majestuoso, el imponente castillo iluminado pro el incesante sol que se elevaba en el cielo, calentando con sus tibos rayos todo cuanto estaba debajo de el, desde seres vivos hasta seres inanimados.

 

Una silueta que le resultaba conocida se dibujo mas adelante, avanzando hasta uno de los invernaderos, al fin algo de diversion para el demonio que avanzo con calma detras de ella y tras verla entrar se colo detras de ella, la bruja avanzo hasta una zona llena de rosas, Rada penso que seria ironico que su sangre se perdiera con el rojo de aquellas flores.

 

 

Mas parecia que ella estaba alerta ya que un rayo verde viajaba de veloz manera hasta su cuerpo por lo que sin mas Radamantys susurro:

 

 

 

-Celerus - y de inmediato penso -Necrohands-

 

 

De inmediato un par de manos fantasmales brotaron delante de Radamantys cubriendolo en su totalidad, por lo que el Rayo que enviaba Adryane no impacto,-pero cuanta violencia- exlamo Radamantys con una sonrisa en lso labios meintra se movia alejandose a 8 metros de cualquier objeto que estuviese en el lugar, no habia duda que aquello seria un buen combate.

 

 

Despues de aquello Radamantys apunto a Adryane y susurro:

 

 

-Seneca-

 

 

La intencion de aquel hechizo era que la bruja no pudiera hablar por un lapso de tiempo muy conveniente para Radamantys pues asi podria atacar con mayor facilidad, aunque claro ella aun podria defenderse y por ultimo Rada apunto una de las estatuas de uno de esos guerreros, esta portaba una espada, era de casi dos metros de alto y de unos 200 Kilos de peso y susurro:

 

 

 

-Piertotum Locomotor-

 

 

-Ataca- le ordeno Radamantys a la estatua que se encontraba a unos 6 metros de la bruja, asi que sin perder el tiempo esta salio rapidamente hasta Adryane con la intencion de herirla al grado de necesitar una cura y si no lo hacia terminar muerta.

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Y si efectivamente su intuición nuevamente no le fallaba y era un enemigo el que se acercaba y pero aún un mortífago sediento de sangre. Lastimosamente su hechizo había chocado contra sus famosas manos fantasmales pero no le importaba era obvio que no iba a ganar en un primer momento y Radamatys tampoco parecía dispuesto a rendirse tan fácil.

 

—Los siento, suelo ser agresiva con personas que desean matarme—Comentó con una sonrisa en sus labios viendo como el muchacho se alejaba de ella —¿Porqué te alejas? ¿Acaso me tienes miedo?— Él dio unos pasos atrás alejándose a un metro más de lo que ella se había alejado. Y Ella por su parte se alejó de las flores que no quería que salieran las mismas perjudicadas por aquella batalla.—Ardius....Floreus— Dijo antes de que Radamantys se dispusiera a decir su siguiente hechizo que era el séneca, de ninguna manera iba a dejar que la dejara sin habla ya había tenido malas experiencias con aquello. De la varita de Radamantys comenzó a salir un millar de flores en vez del séneca que iba a realizar antes.

 

De repente se llevó un susto de muerte cuando una de las estatuas del frente a ella comenzaba a caminar por el suelo a paso lento con el fin se imaginó de atacarla, apuntó al centro con su varita para decir:

 

Corpus Patronus — De repente una sombra blanca comenzó a materializarse rápidamente hasta hacerse corpórea, era un hipogrifo adulto bastante grande para taparla por completo. La orden era defenderla de aquella estatua y evidentemente esto fue lo que hizo su hipogrifo, la estatua no le hacía mayor daño al hipogrifo y con solo un ligero embiste del animal la haría caer y romperse en mil pedazos.—Strellatus— Pronunció por fin como su último hechizo de su varita saldría un Flash que cegaría a Radamantys haciendo que el mismo perdiera su puntería así que muchos de sus hechizos no le servirían de nada si no sabía donde se ubicaba ella.

 

 

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