Artes Oscuras VIII

[Kahlan Blackthorn]

http://i.imgur.com/djHqWye.png

 

Los confines de la tierra eran sitios poco explorados por los seres que habitaban ese planeta, escondiéndose detrás de amuralladlas paredes que falsamente los protegerían de los embates de la naturaleza. Ahí radicaba el punto que deseaba tocar la Ángel Caido dentro de su clase de conocimientos, adentrarse en lo más profundo de la mente de los seres elementales, tierra, aire, fuego y agua. Buscar la forma de dar con la formula que le diera pies y cabeza a las Artes Oscuras, conociendo desde el punto de vista de sus creadores el porqué del invento de esta y el uso que se le dio desde tiempos inmemoriales.

 

Esta vez, no iría a Egipto o Grecia tampoco desafiaría a las arenas del tiempo y mucho menos se metería en un castillo helado. Solo deseaba conducir a sus alumnos por la senda correcta, mostrarles todos los objetos que habían sido maldecidos por la magia negra y que descubriera poco a poco el uso que tenían que darles dentro y fuera de un aula de clase. No impartiría su clase dentro de cuatro paredes y mucho menos los llevaría a los jardines de la Universidad. Su visión iba mucho mas allá de lo que planteaban los reglamentos de la Universidad, aventurándose por parajes desconocidos que la mayoría de las veces le dejaban un grato sabor de boca.

 

Dos inmensas lenguas de fuego emanaron del oscuro cielo, arañando la superficie con una fuerza abismal incendiando todo lo que tenían a su paso, dentro de ellas viajaban los invitados especiales de la Malfoy. Un par de licántropos atados con fuertes cadenas por la zona del cuello, no podría dejarlos libres a sus anchas y tampoco teniendo tan cerca a una docena de basiliscos-Era de esperarse…-chasqueando la lengua se concentro en aparecer poco a poco todos los objetos que necesitarían los alumnos-Con esto bastara…-afirmó tajante recorriendo con la mirada el sendero despoblado que le rodeaba.

 

Kilometro y kilómetros de desierto se dejaban ver y sentid en esa parte del planeta. No existía vegetación o criaturas que vivieran dentro de esa zona, tal vez la excesiva necedad del ser humano se había encargado de exterminar todo lo que estaba a su paso-Solo para eso sirve…-rodeando sus ojos detecto un aroma sumamente peculiar-No es sangre pero como si lo fuera…-a pocos pasos de su ubicación un rio rojo se arremolinaba desde su centro mismo agitándose con fuerza tal y como lo hacen los grandes tornados, furiosos que solían azotar las grandes comunidades que solían habitar en ese sitio. Eran Grindylows sacados del lago negro, aquel sitio donde de cuando en cuando solía ir a pescar la vampiro, extrayendo un puñado de tan peculiares ejemplares.

 

-Mi nombre es Malfoy, dejémoslo así…-saludo a sus dos acompañantes-Estamos donde todo inicio o al menos eso cuentan los libros de historia muggle. Como pueden ver estamos rodeados de varios elementos químicos, tal y como los que contiene la tabla periódica, cada uno de ellos se unirá al otro para crear algo que conoceremos cuando la humanidad sea creada y ahí es donde nos meteremos nosotros, justo en la raíz de todo…-explicaba escuetamente-Si tienen dudas…-carraspeó con fuerza-Háganmelas saber…-quedando en silencio espero que se presentaran el par de jóvenes.

[Helene Eloise Bellerose]

La asignatura le llamaba la atención de sobremanera. Si bien, su licantropía podía considerarse lo más oscuro dentro de su personalidad y naturaleza, a la Weasley siempre le habían interesado los temas poco tratados como lo era la oscuridad de la magia misma. Claro que su corazón y su persona le pertenecían al bando de la luz, pero aún así...

 

Iba nerviosa repasando todos los posibles temas que pudieran ser tratados en la clase. Tenía altas expectativas, sabía que el grupo era ya de por sí muy reducido y eso le hacía pensar que aquello beneficiaría a la exclusividad y detallismo del aprendizaje. Lo valoraba, puesto que en sí su personalidad se centraba en estar en perpetua expansión de sus conocimientos.

 

La universidad era el lugar donde debían reunirse, o eso creía. Algo le decía que a pesar de eso, estaría lejos de ser el escenario. No pudo dejar que sus pensamientos divagasen mucho más lejos, pues en el mismo instante en que lo pensó se vio sumida en una especie de viaje inesperado. Sentía su cuerpo transportarse a gran velocidad hacia la nada misma, y cuando terminó la sensación pudo verse a si misma en medio de un desierto vasto, amplio, infinito y por apariencia interminable. No estaba sola, pues quien parecía era su compañero y su tutora se encontraban allí, acompañados de algo más que no pudo descifrar. La clase empezaba a ponerse interesante.

 

La tutora se presentó de manera simple y carente de emoción. Malfoy fue el único nombre proporcionado, seguido de una explicación precisa y breve sobre lo que les iba a deparar en su clase. Kassandra conocía la tabla periódica, se la había memorizado alguna vez... pero lo que vio estaba totalmente lejos de ser lo que se había imaginado al leer sobre ella. Parecía que iban a ser testigos de algo grande. ¿El inicio, había dicho ella? asintió secamente, sintiendo que la maestra aguardaba a lo que parecía ser la presentación de ambos jóvenes.

 

—Mi nombre es Kassandra Weasley, tengo muchas expectativas con respecto a esta asignatura. —Anunció con una media sonrisa. Si la maestra había sido breve, pues más lo sería ella. No había necesidad de ampliar la información en detalles innecesarios. Lo único que Malfoy necesitaba era un nombre, y todo lo demás se haría ver solo, cuando tuvieran que probar sus habilidades.

[Kahlan Blackthorn]

─La creación el mundo mágico, al menos por parte de la Magia Oscura suele contener demasiada información…─explicó notando que solo Kassandra había asistido a su clase, no le molestaba tener una sola alumna y centrarse en trasmitirle todos los conocimientos que poseía la Malfoy. El tener un solo camino que andar junto a la Weasley, sí que le resultaba entretenido y sin duda alguna enriquecedor─Las artes oscuras se han empleado para la creación de hechizos, pociones, relatos y vivencias que los magos y brujas del pasado han trasmitido de generación en generación. Justo ahí comienza el todo de lo que conocemos, aprender a manejar lo que nos brinda la química, física y biológica…─elevando su diestra apareció un caldero que levito en el aire.

 

─La poción del cuerpo rudimentario fue empleada por varios magos Tenebrosos o oscuros, aunque yo prefiero llamarlos “Maestros Ancestrales”, no suelo emplear calificativos como oscuro o tenebroso…─curvándose en sus labios una lóbrega sonrisa el contenido del trasto de metal comenzó a ebullir con fuerza─Contiene toda clase de ingredientes, pero el primordial es tener una parte del cuerpo de la persona que deseas ocupar. Digamos que es algo así como un cascaron vacio que será rellenado con una nueva esencia, no me refiero solo al alma o espíritu…─derramando parte del liquido sobre el suelo apareció un cuerpo sin vida era idéntico a la joven que estaba frente a la Ángel Caido.

 

─No he hurtado nada tuyo en apariencia, solo tome prestados algunos pensamientos y eso es lo que ha resultado…─captando la atención de la joven decidió que era momento de dejarla usar su nuevo cuerpo─Eres una Lican, pero que harías i fueras una banshee o algo diferente a lo que conoces de ti actualmente…─la oferta estaba hecha, no le importaba si la echaba en saco roto o al descartaba. Las criaturas que comenzaron a rodearles, si que eran se sumo cuidado y no lo decía por el basilisco o los Grindylows que ansiaban hacer de las suyas─Algunas lecciones deben aprenderse en carne propia, ¿no lo crees?...─cruzándose de brazos espero la reacción de su alumna, no estaba haciendo nada malo solo enseñarle en la práctica lo que era la verdadera magia oscura en su máxima expresión.

 

@

[Helene Eloise Bellerose]

No se equivocaban quienes decían que una vez que te involucrabas en el arte de la magia oscura, no había vuelta atrás. Observaba fascinada a la maestra, mientras en un caldero aparecido vertía ingredientes, explicando en voz alta sobre la poción de cuerpo rudimentario. Había escuchado sobre aquella en particular, no podía negar que le intrigaba. No era la primera vez que había escuchado sobre el asunto, era de dominio común para varios magos letrados que ese en particular era un método peligroso, netamente oscuro y siniestro que ya se había utilizado antes por varios magos que de alguna forma habían prevalecido en la historia.

 

No había pensado que hubieran ido a empezar con algo así al primer instante, pero siendo que era la única alumna, no iba a desaprovechar oportunidades como aquella.

 

Malfoy trabajaba en el caldero con un aire hasta cierto punto tétrico. Mencionó algo que picó en la curiosidad de la castaña, que no tuvo duda de hacer la pregunta porque no quería desaprovechar la oportunidad.

 

—¿Una parte del cuerpo? Del calibre de un apéndice, ¿o bastaría quizás una uña? —En materias como esas, era necesario tener certeza sobre las medidas exactas ya que imaginaba sino lo hacía preciso, podría resultar terriblemente mal.

 

Apenas hubo pronunciado su inquietud, cuando la maestra vertió en el suelo algo del líquido que había preparado. Se vio a sí misma, yaciendo en el suelo, inerte. Jadeó a causa de la sorpresa, dudando si creer o no lo que veían sus ojos.

 

—¿Cómo?

 

La pregunta salió de sus labios, observándose ahí, aparentemente igual. Malfoy afirmó no haber tomado nada suyo en físico, sino un par de pensamientos. Si los pensamientos tenían el poder de hacer algo de ese calibre, asumió que un apéndice, o algo incluso peor tendrían el suficiente poder de prolongar la carcasa, de hacerla quizás invencible.

 

La pregunta resultaba tentadora. No es que no se lo hubiera planteado antes. Ser lycan significaba mucho, aunque no siempre le había parecido lo máximo. No era un secreto que había tenido una gran lucha interna por muchos años tratando de aceptarse, pensando que lo que le aquejaba era una maldición. Ahora, ¿qué tal si en lugar de haberla mordido un licántropo lo hubiera hecho un vampiro? Se mordió el labio, tentada por la oferta. No iba a echarse para atrás ahora, ¿o sí?

 

—Quiero probar. Quiero aprender. —Aceptó, con la emoción que causaba la promesa de un nuevo conocimiento brillándole en los ojos.

 

@

[Kahlan Blackthorn]

─¿Una uña?...─soltó con tono interrogante─No solo una uña o un cabello bastan, considera que tenes que conocer a la persona que deseas robar su cuerpo…─carraspeó con suavidad corrigiéndose en el acto─Tomar su cuerpo prestado o al menos parte de él. Un mago sumamente conocido lo hizo un su momento, el tomo el hueso de su padre, la sangre de su peor enemigo y la mano de un sirviente…─recordaba un pasaje de la vida de Voldemort─ Si el pudo, ¿crees que nosotros no?...─tomando con fuerza su varita termino de vaciar el contenido del caldero─Un pensamiento es la fuerza más grande que existe, ya que tu mente es capaz de lo que sea y sin tener que pedirte permiso para hacer lo que le plazca…─dando un fuerte latigazo con su arma apareció delante de ella un cuerpo idéntico al suyo.

 

─Lo haremos juntas, no deseo que haya un accidente y resultes herida…─centrándose en las facciones de su otro yo, comenzó a enviarle sus pensamientos, alma, sensaciones y todo lo que ella tenía en su interior. Podía ser un Lican o algo mejor, no estaba determinada una raza por la coraza que la protegía y mucho menos podía saberse que sorpresas le daría su nuevo empaque─La magia oscura tiene demasiados misterios, entre ellos el beber de la desesperación, pero eso lo dejaremos para luego…─terminando de depositar todo en su nuevo cuerpo apagaba la conexión que tenia con el propio. Era como una serpiente cambiando de piel, mutando a un nuevo envase que le proporcionaría nuevas experiencias enriquecedoras sin lugar a dudas.

 

Era el turno de Kassandra, dejaría de ser lo que era por un breve instante y tal vez la experiencia le resultaría divertida y misteriosa. Tenían que jugarse el todo por el todo, atreviéndose a experimentar sensaciones desconocidas e inquietantes a la vez, pero eso no le restaba la parte de aprendizaje al asunto, acompañado por una satisfactoria sensación que brindaba el perderle el miedo a lo desconocido y oscuro. Justo ahí es a dónde irían en poco tiempo a lo desconocido y oscuro que era el sendero que sus nuevos cuerpos estaban por descubrir.

 

─-Simple soy vampiro, puedo leer la mente de las personas…─fueron las últimas palabras que brotaron de su boca.

 

 

@

[Helene Eloise Bellerose]

Observaba el proceso fascinada, totalmente hechizada por cada movimiento que Malfoy hacía con la varita. Okey, entonces, una uña no bastaba. Al escucharle mencionar aquel muy conocido pasaje de la vida de cierto mago oscuro, se estremeció de manera imperceptible. Aquello había sido siniestro.

 

Parecía ser que la maestra todavía no terminaba con su poción. Repitiendo el gesto duplicó ahora un cuerpo idéntico al suyo, que yacía al igual que el otro inerte y laxo en el suelo.

 

Sintió que existía un intercambio. La maestra observaba su dúplica con concentración y una energía parecida a la electricidad empezó a vibrar en el ambiente. Creyó percibir que la propia maestra se desvanecía, mientras el cuerpo inerte adquiría fuerzas.

 

Lo harían juntas, pero ¿cómo? Kassandra observó entonces su dúplica, que seguía tan inerte e impasible como antes. Trató de concentrarse, pero en realidad no sabía qué esperar de la experiencia. Se presionó una y otra vez, observándose fijamente, tratando de intercambiar, de viajar hacia ese otro cuerpo y establecerse allí.

 

La maestra estaba mucho más avanzada.

 

Cuando creyó que definitivamente no lo lograría, lo sintió. La corriente eléctrica era literal, sintió que de cierta forma se dividía, depositando su esencia en aquel otro cuerpo yaciente mientras que el suyo se debilitaba. No dolía, ni mucho menos. Lo más acertado era definitivamente decir que era lo más cercano a un desmayo.

 

¿Y ahora? no estaba ni allí ni allá, esperaba que la maestra le guiase para terminar aquel experimento con éxito.

[Kahlan Blackthorn]

─Puedes estar en dos sitios a la vez…─comentó la Malfoy recorriendo con su mano su nuevo envase. Era una cubierta demasiado tentadora, seductora al tacto y al contacto, tal y como lucían las pinturas de los autos recién sacados de una concesionara muggle─Puedes ser un demonio o un vampiro, ya conoces a la perfección como es habitar la piel de un Lican…─rodeando sus orbes azul oscuro, le mostraba lo tentador de ser un nuevo espécimen dentro de ese cuerpo rudimentario. La magia oscura tenía sus altas y sus bajas, pero no por eso temía enseñarle a Kassandra todo lo que ella sabía respecto al tema en cuestión.

 

─Hay diversos libros que albergan magia oscura y desconocida…─elevando varios tomos delante de su alumna señalo uno en particular. Ese ejemplar que perteneciera al mismísimo “Señor Tenebroso”, el diario que fuera usado por este para depositar en el parte de su alma en forma de un “horrocrux”. Si conseguía enseñarle el método adecuado a la Weasley, le estaría entregando la llave a la eternidad sin restricción alguna─Puedes usar lo que yo te enseñe en tu beneficio o en beneficio de otros, aunque yo suelo emplearlo en contra de los enemigos de mi raza o de mi linaje…─ terciando una media sonrisa en sus labios sabia de lo que hablaba.

 

Ella tenía una careta detrás de su marmóreo y angelical rostro, aquella que era la verdadera Juv Malfoy. Simplemente se mostraba como una profesora dedicada sin lugar a dudas, entregada a sus conocimientos y enseñanzas maquiavélicas ─Oh si, casi lo olvido…─entregándole una mano de la gloria y un poco de polvo peruano ─Recorremos una nueva senda, no pierdas de vista estos dos elementos…─le aconsejo invocando una densa oscuridad que emanaba del polvo que momentos antes desapareciera de manos de su pupila.

 

El piso era frágil en algunas partes, inestable en otras y lodoso en el resto, parecía que estaban dentro de un pantano. El crujir de unas ramas alertaron a la Malfoy, desviando su atención hacia un cielo atestado de nubes negras, cargadas de agua helada que no tardaría en mojar sus cuerpos, podía cambiar de forma o solo quedarse a mirar que haría Kassandra, para evitar verse atacada por los que antes podía considerar miembros de su manada o compañeros de cacería.

 

 

@

[Helene Eloise Bellerose]

Su nuevo cuerpo era igual pero diferente al mismo tiempo. Se sentpia ajena a él, incómoda pero al mismo tiempo sentía que no tenía limitaciones. ¿Qué quería ser? La licantropía había sido por mucho tiempo el máximo referente de poder que había sentido, y en realidad era grandioso. Pero, ¿se compararía al de un demonio?

Se concentró, sintiendo que las posibilidades eran infinitas, y en realidad, lo eran.

Antes de que pudiera decidir qué ser, Malfoy prosiguió hablando, ahora, le mostró un objeto interesante que creyó que sus ojos nunca verían. El mismísimo diario de aquel que un día fue el mago más oscuro de su mundo. ¿Cómo era que ese objeto había llegado a sus manos? Lo veía totalmente hipnotizada. Todo lo que él había hecho para preservarse había sido horroroso hasta cierto punto, pero ahora podía verlo, el poder que aquello representaba…

Pero no pudo admirarlo por mucho tiempo. Casi sin darse cuenta tenía en su poder una mano de la gloria, y polvo peruano de la oscuridad, que se escapó entre sus dedos casi con la misma rapidez con la que habían llegado. Envuelta en una nube oscura que la envolvió casi al instante, pudo escuchar las palabras de su tutora.

Luego, silencio.

Pero lentamente, el sonido de respiraciones agitadas la envolvieron. El ambiente se puso tenso, pesado, augurando desgracia. ¿Qué se suponía que debía hacer? Tenía una mano de la gloria, estaba rodeada de oscuridad e incertidumbre…

Todos sus sentidos le avisaban que estaba en peligro. El nuevo cuerpo no poseía las viejas limitaciones de la licantropía, sentía que podía ser cualquier cosa que anhelara, por lo que lentamente fue centrando su atención en un objetivo. Se imaginó que podía ser un demonio, con la capacidad de manipular a su antojo los elementos. Lo deseó tanto que casi sintió que explotaba. ¿Estaba haciendo un buen trabajo?

Caminó unos cuantos pasos, sintiendo la inestabilidad del suelo bajo sus pies. Parecía que se iba a hundir en él, como si fueran arenas movedizas. No podía ver casi nada, pero trataba de seguir lo mejor posible a su tutora. Sintió unas cuantas gotas mojarle el rostro, parecía que estaba por caer una densa lluvia, solo esperaba que lo hiciera cuando encontraran refugio.

Lo sintió antes de verlo, el golpe cortante que se llevó el aire que estaban aspirando sus pulmones. Se encontraba aprisionada bajo el peso de algo consistente.. ¿alguien? ¿cómo podía saltar dentro de ese cuerpo? Podía… ¿poseerlo?

Chilló, tratando de retomar el control de la situación. La aprisionaban con fuerza, le hacían daño. La oscuridad era tan densa que no podía ver nada que no fuera una silueta leve.

@

Editado 28 de Marzo del 2016 por Kassandra Weasley