Infernus

[Zoella Triviani]

Un estridente grito salió de mis labios en cuanto clavo el cuchillo en mi abdomen, la fuerza empleada para hundirlo había sido desmedida, sentía la sangre correr por los costados de mi abdomen y como el cuchillo perforaba mi anatomía. So rostro sonriente se acercó hasta el mio para dejar un beso en mi mejilla - Eres tan hermosa, creo que debería tomar tu cuerpo con otros propósitos - susurró, pasando su nariz por mi mentón hasta mi cuello.

 

Las ganas de vomitar brotaron de mi cuerpo mientras el hombre retiró el cuchillo de mi abdomen. La sangre seguía brotando hasta que dejé de sentir las sensaciones. Bajé la mirada y no había nada, el demonio estaba jugando con mi consciencia, y estaba a nada de lograr quebrar mi fuerza interna. Con su mano recorrió desde mi tobillo hasta la parte interna de mi rodilla y la subió por la cara interna de mi muslo. Intenté removerme pero mi cuerpo no lograba sentir los estímulos de mi cerebro.

 

Otro grito de auxilio salió de mi garganta, grito donde el nombre de mi hermano fue pronunciado. Deseaba que me escuchara, que me salvara. Las lagrimas salieron en cascada de mi rostro mientras sentía el asqueroso tacto del demonio sobre mi piel.

[Tauro M.]

--¿Por qué no me respondes? --insisto, pero entonces obtengo a cambio otra acusación sin sentido. Allí está pasando algo, lo puedo sentir, pero al mismo tiempo hay algo en mí que no me deja asimilarlo del todo. Insisto, ya no solo con el demonio sino con el resto de lo que yo pienso es mi familia, pero ninguno puede responder a las preguntas que solo alguien miembro de mi familia puede responder, es cuando todo empieza a desmoronarse y empiezo a ver sus verdaderos rostros.

 

--No... --digo con cierto dolor, que luego se transforma en rabia. Lo que estoy viendo no son ni siquiera personas, son demonios que han tomado sus formas para confundirme, para hacerme creer que quiero permanecer allí y es lo mismo que están haciendo con Jeremy. Me toma tiempo despertar, lo reconozco, porque lucho contra una fuerza que me dice que aunque nada de lo que pase allí sea real, no tiene nada de malo quedarme y vivir engañada, que aun así puedo ser feliz.

 

--¡NO! --esta vez lo digo con más furia, harta de todos los juegos a los que hemos sido sometidos y sintiendo que ya he llegado a mi límite. Empuño mi varita que la vuelvo a encontrar y los amenazo, aunque más bien tengo ganas de metérsela por los ojos. --¡JEREMY DESPIERTA! --es su turno de hacerlo, pero no puedo hacer nada para convencerlo, es más, creo que ni siquiera me ve o sabe que estoy allí. En eso, escucho un grito, debe ser de su hermana. --Jeremy, tu hermana te necesita, tenemos que ir ahora.

[Zoella Triviani]

Mi garganta ya estaba totalmente reseca y sin voz. De mis labios no salía ni un solo sonido, tanto gritar por auxilio había cansado mis cuerdas vocales a tal punto de que me era doloroso pronunciar cualquier palabra. Las sucias manos del demonio recorrían con total lujuria mi cuerpo, y mis ojos apretados evitaban ver aquella cara que me observaba con total perversión.

 

Mi rostro se encontraba totalmente empapado producto de las lagrimas que mis ojos desprendían. En mi mente intenté recrear recuerdos gratos mientras por mi cuello su mano pasaba. Un suave sollozo brotó de mi garganta y el demonio bajó su rostro al mio.

 

- Calma preciosa, solo disfruta ¿antes no te dedicabas a esto mismo? Fíjate que tu padre me contó lo preciosa que eras. Aunque jamás creí que tanto - nuevamente sacó a relucir a aquel hombre del que desconocía. Mi estomago se vio revuelto y mis ganas de vomitar crecieron nuevamente. Intenté moverme, otra vez en vano.

 

A lo lejos un grito fue escuchado, gritos de negación total. El tártaro estaba repleto de almas en pena, como la mía.

[Tauro M.]

Las palabras no estaban funcionando ni surgiendo ningún efecto en el Vampiro y eso ya me estaba empezando a desesperar, quería seguirle gritando, hacer que reaccionara, pero mis amenazas ni siquiera lo inmutaban ya que en otros tiempos él habría despertado para simplemente mandarme a callar. Así que hago lo único que se me ocurre es la agresión física, por lo que recurro a las cachetadas, para ver si al menos el dolor produce algo en él y lo ayuda a despertar. Pero de nuevo no funciona y no lo puedo culpar, ¿quién no quisiera vivir la vida que siempre soñó? ¿Quién era yo para privarlo de esa felicidad? Lo malo es que no era real, eventualmente terminaría y no de la mejor forma y eso era precisamente lo que quería evitar, más sufrimiento.

 

Pero no me puedo rendir, no es como si de repente empezara a tenerle aprecio al vampiro, pero siento que nadie se merece pasar por ello, el engaño es un tema demasiado sensible para mí, ya que lo he vivido, me lo han causado y yo también he sido responsable, por eso soy consciente del impacto que puede tener en una persona y lo último que quiero es que Jeremy termine como yo, consumido por el dolor, incapaz de controlarse y cometer una locura cuando despierte y vea que es demasiado tarde para salvar a su hermana Zoella. Así más o menos fue que terminé años atrás, obsesionada por un demonio que no me va a traer de vuelta al padre de mi hija.

 

--Es suficiente --susurro sacando mi varita y empiezo a atacar a los demonios que lo rodean, ya que ahora que soy consciente soy capaz de verlo y si es necesario los enfrentaré uno a uno, para darle tiempo a Jeremy para que despierte. --Aguanta --agregué, pensando en la hermana de este.

[Jeremy Triviani]

Jeremy estaba disfrutando de su familia completamente sumergido en aquel sueño. Aunque había signos de que no todo estaba bien, como la mano de Rachel que le faltaba un par de dedos, o que Mery y Callum estaban ignorándose a pesar de estar uno al lado del otro. Mientras mas miraba la mesa con sus familiares y amigos mas queridos, podía encontrar esos pequeños detalles que desentonaban por completo. Pero decidió ignorarlos. Decidió quedarse disfrutando de conversaciones sin sentido que terminaban y empezaban otra vez, casi repitiendo lo mismo.

 

Una voz de mujer en su oído lo hizo fruncir la ceja. Fue solo un segundo que escucho el sonido femenino pronunciando su nombre. El vampiro miro a Anne y vio adoración en sus ojos, eso no le pareció raro porque se amaban, pero lo que si le pareció extraño fue que detrás de ellos había nerviosismo. Podía sentir que todos contenían el aliento, como si estuvieran en medio de una escena falsa, esperando que reaccionara mal. Algo no funcionaba. ¿Quien estaba hablándole desde otro sector? ¿Podía ser?

 

-Ahora vengo... -Le susurro a Anne, poniéndose de pie, pero la bruja lo tomo del brazo con fuerza para que no se fuera.

 

-No te vayas. El niño necesita de su padre -Le dijo con una mirada fría. Ya no estaba la calidez de hace un rato atrás.

 

Jeremy se quedo de pie, mirando la mano de la Gaunt que apretaba su muñeca.

[Tauro M.]

Mientras me enfrento a los demonios alcanzo a ver un atisbo de raciocinio por parte de Jeremy, quién despierta muy lentamente de la ilusión a la cual ha sido sometido. Me doy cuenta de que no debo darme por vencida, de que si antes consideraba que aquello era un caso perdido, quizás aun teníamos posibilidades de lograr nuestro objetivo y lo más importante salir vivos de allí. Dejo de mirarlo y sigo luchando con los demonios, pero estos no son fáciles de derrotar, ya que al estar en su territorio una vez los mato se regeneran y cada vez lo hacen con mayor rapidez, por lo que no me dejan acercarme demasiado.

 

--¡JEREMY! --vuelvo a gritar, una y otra vez, porque al menos de eso no pueden privarme. Soy consiente de que todo depende de él, pero aun así me las arreglo para lanzarle una pequeña roca en la cabeza para ver si al menos eso lo siente. Mientras me mantenga en posición de lucha ya no pueden someterme otra vez, porque para eso me tienen que tomar desprevenida, con las defensas totalmente en el suelo, desarmada.

 

--Vamos, Jeremy, se nos acaba el tiempo. ¡ZOELLA! --también grito su nombre, esperando que logre llegar hasta sus oídos para causar un efecto positivo en él.

[Zoella Triviani]

Mi nombre fue gritado a la lejanía, levanté la cabeza sintiendo una leve esperanza crecer en mi interior ¿Vinieron por mi? Comencé a moverme intentando hacer mi cuerpo reaccionar, para lograr así soltarme de lo que me sostenía. Las manos del demonio abandonaron mi cuerpo y su rostro se convirtió en algo más sombrío. Se acercó a mi y me tomó entre sus brazos, pasándome por sobre su hombro y comenzó a caminar lejos de donde estábamos.

 

Intenté patalear, y un grito con el nombre de mi hermano fue pronunciado ¿Él vino por mi? La vista se me nubló gracias a las lagrimas que nuevamente comenzaron a caer, extrañaba sentir el tacto tan delicado del Triviani en mi rostro. El recuerdo de su quebrada expresión llegó a mi, recordando esa pequeña despedida y como sentí a su alma romperse.

 

La mano del demonio acariciaba mi muslo, para perderse más arriba. Un quejido salió de mis labios y de él brotó una siniestra risa - De seguro te habrán dicho lo deliciosa que eres, nos iremos por más privacidad, no te arrebatarán tan rápido de mis brazos - soltó con su desagradable voz mientras nos alejábamos de donde los gritos provenían.

[Tauro M.]

Ya estoy cansada de esperar por Jeremy y cuando digo cansada, en realidad quiero decir harta, así que lo obligo a despertar aunque no quiera, siendo particularmente cruel porque esto al menos lo hará reaccionar o eso es lo que espero.

 

-- ¿En serio crees que alguien como tú va a tener alguna vez este tipo de felicidad? No te engañes, no mereces nada de esto, tú mismo serás quien ocasione la mayoría de sus desgracias así que no te hagas el inocente y despierta de una buena vez --en ese momento no medía la gravedad de mis palabras, tampoco podía decir que estaba hablando con propiedad porque no era así, pero siento que conozco lo suficiente al vampiro como para conocer al menos un par de cosas que sé que le pueden hacer daño, como si yo misma me estuviera reflejando en él.

 

--Salvaré a tu hermana con o sin tu ayuda y con suerte no será demasiado tarde, porque de llegar a ser así, será todo tu culpa. Deja de vivir en este mundo de fantasía y ten los suficientes pantalones para volver. ¿Me escuchaste? --le di una patada en la espinilla motivada por la rabia y me fui en busca de su hermana. No la escuchaba a ella, apenas y la sentía, pero la risotada del demonio tan conocido por mí llegó hasta mí y sabía exactamente hacia donde tenía que ir.

 

-- Ahí voy --estaba decidida a acabar con todo, pero tenía que tener cuidado y no olvidarme de por qué estaba allí, la hermana de Jeremy estaba por encima de mis propios intereses.

[Jeremy Triviani]

Las personas que amaba frente a los ojos de Jeremy se empezaron a evaporar. Aunque el vampiro quiso tomar a Anne solo tomo aire, porque ella había desaparecido. Se encontró frente a lo mas feo del mundo, una mesa larga completamente vacía y con un dolor en su alma que no podía expresar en palabras. Gritò con furia lanzando la mesa bien lejos. Un dolor de cabeza bien fuerte, lo hizo cerrar los ojos con fuerza. Al abrirlos se encontró con Tauro gritándole cosas horribles.

 

Eso lo calmo. No las palabras hirientes de la bruja, sino que Jeremy se concentro en los labios de ella para que el dolor punzante que tenia detrás de los ojos empezara a desaparecer. Cuando ella lo pateo, tuvo un pequeño brote de esperanza. ¿Cuanto tiempo habían pasado dormido? ¿Habían estado dormidos? Estaba desorientado, pero no se quedo atrás, se puso detrás de la peliturqueza para ir en busca de Zoella.

 

-¿Estamos a tiempo? -Pregunto. Por el momento no estaba sintiendo el tremendo dolor que debía de tener. No estaba muy consciente de la realidad - Tengo hambre.

 

Si, estaba mal.

[Tauro M.]

De algún modo lo que hice funcionó y Jeremy me alcanzó. La fantasía por fin había terminado y de nuevo se encontraba enfocado o eso creí, pero en cuanto el vampiro me expresó sus deseos de querer sangre abrí bien los ojos al caer en cuenta de los dos problemas que tenía frente a mí. Por un lado si Jeremy no saciaba su hambre iba a ser un problema porque tarde o temprano perdería los estribos y todo el camino que habíamos avanzado hasta ahora quedaría en la nada. Por otro lado estaba el problema de mi sangre, si la alcanzaba a probar, al menos solo un poco, también lo haría perder el control pero al menos garantizaba que permaneciera a mi lado, ya no iba a ser fácil para los demonios manipularlo.

 

-- Ya sabes lo que pasa cuando te doy de mi sangre, pero quiero salir rápido de aquí. Aun no es tarde, pero lo será sino nos damos prisa. ¿Crees poder aguantar? --Quizás si se daban prisa podrían lograrlo antes de que la furia de Jeremy se desatara, pero si su urgencia era demasiado grande, entonces tendrían que improvisar --Tal vez solo un poco, muy poco, hará que tengas fuerzas. Tápate la nariz y no respires --con delicadeza me clavé los colmillos en mi muñeca, al menos para que un delgado hilo de sangre brotara de ella. Dejé caer algunas gotas al piso. --Solo unas cuantas gotas, pero nada más --le advirtió.