París mon amour

[Thoth]

Demian Luxure | Base Mortífaga | dado 8

 

-Bien.- Hace pausa. -Bien.- Pronto deberás partir. Yo te dejo a mi marioneta para que te explique todo, yo en cambio de marcharme, debo conquistar Notredame.- En eso comenzó a caminar, y dando un giro en sí, comienza a crear un portal y se marcha de ese lugar rápidamente. En ello la marioneta que podía transmitir la voz del mago, incluso hacerle ver, escuchar todo le explicaría a su sobrina.

 

-Bien, Leslie. Bienvenida a esa ciudad. Te explico, recuerda que siempre deberás ser leal y recordar estas palabras. Semper Fidelis. Y allí, contarás con la protección de las artes oscuras dada por los cuatro lideres de los clanes, no tengas miedo, yo te acopañaré a cada lado, he creado nueve marionetas, y cada una irá con vos, no tengas miedo, que yo te acompañaré siempre. Siempre seré fiel. Y si bien, solo seré observador, estaré dispuesto a ser usado como bloqueo, esta que te habla es de madera.- Rie un poco y observa a @

 

Notredame | Comenzando la conquista.

 

El plan del egipcio se comenzo a llevar y todo estaba esperando, que funcionara, a él no le importo mucho. Pero si se preocupo que todo saliera bien. Y suspirando lentamente, noto que algo extraño comenza a suceder, por lo visto nadie más había llegado a esa locacíón o eso esperaba. Este aguardo a ver si le tocaba enfrar alguien o no, pero por lo que tenía presente. Este se encotraba solo o eso pensaba.

[Malum Luxure]

Habia llegado sin contratiempos a Paris, la impresionante ciudad del amor, solo que lo que nos traía aquí no tenia nada que ver con ese sentimiento, la lucha por hacer prevalecer las ideas que guiaban la supremacía bando, estaba segura que las nuestras eran las mas acertadas, me había armado de niña con esos conceptos por que así lo había querido, luego mi padre me termino de convencer sobre pertenecer al bando mortifago.

 

-Vamos a sumar Paris a nuestro bastión ideológico.- Una sonrisa en mis labios mientras caminaba por las calles románticamente adornadas.

 

Mi "Petite fleur" es la ministra de Francia lo que me lo hacia mas fácil ya que yo la ayudaba siendo su secretaria, nadie podía decir que su gestión era deficiente o algo parecido, la política no era mi fuerte mas bien podría decir que la detestaba pero esto no era importante aquí y ahora.

 

-Llevar esta mascara siempre será un orgullo.- Me dije a mi misma llevando mi mano derecha para acariciar aquel objeto simbólico.

 

Parecía una sombra con la capucha puesta, la varita en la mano ansiosa por entrar en acción, había visto a mis compañeros dispuesto a llevar esta empresa acabo, esperaba sinceramente fuera rápido y que mi actuación no sea tan patética, la poca experiencia no iba a a impedir que brille entre mis compañeros, ciertamente tenia la ansiedad propiamente de estar metida en un asunto contra gente que factiblemente tenga mas experiencia mas que yo, hubiera preferido ir mas de paseo a recibir un hechizo directo de un enemigo. Esto no tenia manual pero si había que hacerlo bien por que podría tener efectos contraproducentes en mi persona o en el bando.

 

Semper Fidelis.

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[Leslie Ashryver PB]

Yume

 

La morena observo el cielo, había ido para descubrir aquellos sueños extraños y ahora estaba por unos asuntos del bando, no le gustaba que las cosas cambiaran así de pronto y tan rápidas, quería saber que debían hacer ya e irse a completar la misión para volver a lo suyo, su madre solo la miraba con extrañeza al principio cuando se lo contó pero con el paso del tiempo sus nervios fueron cada vez mas notorios, incluso había tratado varias veces hablar con Kamra en los sueños que aparecía ella con su hermana Alessandra, había entrado a su cuarto con SJ una vez que su madre se había marchado y al encontrarlos había enloquecido de llanto que con su hermano SJ no se habían animando a hablarle por al menos una semana. Siempre le habían dicho que tenia un carácter muy temperamental pero sin duda su madre superaba al suyo con creces aun así, había visto fotos de su hermana mayor junto a la reina de Escocia en una iglesia.

 

Desde ese día tenia muchos sueños con la peliblanca que se negaba a decirle algo, solo se dedicaba a consentirla pero nunca con respuestas solo con regalos como nombramientos y reuniones, incluso había pasado tiempo con sus sobrinos, que solían verla con melancolía cosa que le ponía de malas. Suspiro y se llevo una mano bajo la capucha para acomodar su flequillo, le gustaba tener un poco los ojos cubiertos porque el dorado de la mascara era muy llamativo y el comentario de su compañero la dejo perpeja, ¿irse? ¿marioneta? porque se iba si el los había llamado, pensó molesta y mas que nada sorprendida que supiera que se trataba de ella, nunca se revelo con nadie, si quiera con el mismo Caelum cuando le permitió entrar mintiéndole sobre el destino de su hermana.

 

-¿Cuatro? no se supone que son 3 clanes?- le pregunto confundida.

 

Aquel mago era extraño, su familia lo era pero el les superaba con creces, se dijo.

 

Semper Fidelis

[Valky]

Captura del dado: 6

La pelinegra notó algo de sorpresa cuando ella le dio la ubicación de Mia y por un momento sintió que quizá cometió una imprudencia al decirle o quizá solo se le había sorprendido que ella supiera. En todo caso esa información la había obtenido del banco y a estas alturas ya no confiaba en que tan confiable eran, el ambiente dentro del banco mágico no era del todo amistoso últimamente.

Mientras el peliblanco se encargaba del equipaje Kaori fue a salvar a Mawar antes de que cayera en las regordetas manos de su hijo, desde que Sammael había empezado a gatear no había lugar al que no quisiera ir, es por ello que ahora el departamento de la pareja estaba lleno de protecciones, los anaqueles y adornos que pudieran quedar a su alcance estaban con un hechizo que los mantenía fijos y todas las superficies puntudas o que pudieran representar un peligro para el bebé habían sido hechizados para que en caso de que Sammael cayera ahí, se hicieran blandos.

Cuando Kaori le quito la serpiente a la pareja no le quedó más remedio que conseguir una de peluche pues el pequeño demonio no paraba de llorar. Cuando al fin lo pidieron calmar Aries puso al bebé en la carreola y tras tomarla de la mano desaparecieron. El lugar al que llegaron era realmente hermoso, la torre eiffel se alzaba enorme frente a ellos, volvió a revisar el pergamino y al hacerlo el nombre de dos lugares se empezó a formar El Panteón y el castillo de Versalles.

--Amor, si nos dividimos completaremos la misión más rápido y podremos tener ese tiempo para los dos que tanto deseamos – sugirió la pelinegra levantando la mirada hacia su esposo.—tu al Castillo y yo al Panteón, no creo que nos tome mucho tiempo encontrar lo que nos han pedido – dijo optimista.

Si bien deseaba recuperar todos esos meses en los que lo había creído muerto, también era consciente que la información que obtuvieran era de vital importancia para truncar los planes del inquisidor. Observó a su bebé plácidamente dormido y aunque deseaba llevarlo con ella permitió que fuera su esposo quien se quedara con él. Se despidió de los dos Black Lestrange con un beso y desapareció rumbo al Panteón.

 

Sammael

[Ky.]

La verdad es que muchas ganas de separarse de Kaori no tenía, pero aceptaba que la pelinegra tenía razón con respecto a que si querían tener tiempo para ellos en aquella ciudad debían separarse en ese momento. Así que antes de ponerse en marcha rumbo al Palacio Versalles, se aseguró que el pequeño demonio tuviera el aspecto de un niño de su edad, y él termino de cambiar su aspecto a algo más parecido a su hijo para que no tuviera problemas con los policías de aquel país. Mientras caminaba y empujaba la carriola con su hijo adentro, vio como el pequeño abrió los ojos buscando a su madre.

—Mamá fue a trabajar, tu y yo vamos a ir de paseo, —le dijo con una sonrisa mientras se agachaba para que pudiera verlo y en el mismo modo le dijo como si estuvieran haciendo una travesura —pero no le digas a mami, es nuestro secreto. —lo cargo y lo mantuvo en sus brazos durante la mayor parte de su trayecto hasta llegar al primer filtro que debían pasar para llegar al interior del castillo lo que muchos muggles llamaban los jardines de Versalles.

El ser un recinto turístico había grandes filas y demasiado muggles para llegar hasta el castillo, si seguía así terminaría por entrar cuando quedará 5 minutos para cerrar, lo que significaría que no lo dejaran entrar, por lo que mientras pensaba que hacer, se dedicó a distraer a su hijo con su peluche y entonces se le ocurrió hacer una maldad, pero cuando estuvo a punto de darle vida a la serpiente de peluche de Sammael, vio la cara de su esposa retándolo por poner en peligro a su hijo al mismo tiempo que al exponer a un más el secreto de la magia de lo que ya estaba expuesto.

—Bueno pequeño, tocará hacer fila.

 

Sammael.

[Valky]

Cuando apreció en El Panteón la pelinegra dio un suspiro largo, era un lugar muy grande y se sentía extraña de estar ahí sola, sin la compañía de su esposo y su hijo. Se acomodo el abrigo rojo que llevaba puesta y tras meter las manos en los bolsillos en busca de algo de calor empezó a caminar. La información que les habían entregado había sido muy pobre, sabían que lo que buscaban estaba oculto en varios lugares insignia de Francia, pero no tenían la ubicación exacta.

Con son disimulado movimiento de su varita la pelinegra empezó a buscar algún rastro que la guiara, vestigios de magia o en su defecto algún tipo de protección que pudiera dejar alguna de huella que pudiera seguir. Estuvo recorriendo por varios minutos el lugar y francamente estaba empezando a desesperarse, quizá solo se trataba de una pista falsa, de alguna emboscada por parte del inquisidor o de los mortifagos, que últimamente se han dejado ver de forma seguida por Londres.

Cuando pensó en esa posibilidad un sentimiento de angustia se apoderó de ella, no solo por el hecho de que la pudieran atacar sino por que odiaba estar lejos de su esposo y su hijo ¿Y si los atacaban? Miró hacia atrás y aunque a simple vista todo parecía normal, ella no podía evitar creer que la estaban siguiendo ¿Es que acaso se había vuelto un poco paranoica? Si, probablemente era eso, ya no podía sentirse segura en ninguna parte.

—Vamos concéntrate en conseguir esos pergaminos —Se dijo a si misma serenando su mente, enviando a un rincón oscuro todas las dudas que tenía, todo el miedo que sentía.

Volvió a lanzar un hechizo de rastreo y esta vez casi brinca de alegría al ver que funcionaba y que un fino hilo de color dorado se iba formando indicándole el camino que debía seguir. Al parecer las pistas que el Macusa les había entregado eran de una buena fuente. Apresurando el paso se unió a un grupo de turistas que se disponían a entrar al Panteón, pues era precisamente en el interior en donde estaban los pergaminos que ella buscaba.

 

Sammael

[Ky.]

Mientras estaban haciendo fila Aries le comenzó a tararear una nana navideña a su hijo para que se empezara a dormir, pero en lugar de lograr eso, el niño se movía en sus brazos como si estuviera bailando al ritmo de la voz de su padre, lo que logró que más gente se les quedará viendo de lo que necesitaba, así que dejó de cantar para que el pequeño demonio dejara de bailar y la gente volviera a lo suyo.

Habían pasado ya dos horas de estar haciendo fila, hasta que en una distracción y con la buena vista que tenía el Black Lestrange, desapareció y reapareció en uno de los salones del castillo de Versalles, mismo lugar donde se puso a buscar el pergamino que Kaori le había hecho el favor de explicarle con mucho detalle de lo que se trataba. Por momentos mientras esta le explicaba y le daba detalles de lo importante que era encontrar aquella información sobre aquel virus que había lanzado el inquisidor, se preguntaba cuanto tiempo había pasado en aquel mundo demoniaco.

—Vamos Sammael, es hora de buscar una cosa que nos pidió mamá. —le habló a su hijo al cual dejó en el suelo para que comenzara a gatear por el lugar en lo que él revisaba minuciosamente cada detalle del castillo, cualquier cosa bien podría ser una pista y entonces encontró uno de los pergaminos dentro de una de las armaduras que custodiaban una gran pintura de Luis XV en el cual se podía notar varias runas grabadas a lo largo de su capa real.

No había que perder el tiempo por lo que grabó las runas en su piel para que cuando se encontrara con su esposa entre ambos descifraran el mensaje, al tiempo que también guardaba el pergamino que estaba escrito en una lengua que había muerto miles de años atrás, pero también se encargarían de descifrar aquello para saber si algo de lo recabado en aquellos lugares le podía ser de utilidad al Ministerio Ingles.

 

Sammael

[Valky]

Apenas ingresó en Panteón se sintió sobrecogida por lo hermoso que era por dentro, se prometió a si misma volver a visitar ese lugar sin la presión de encontrar el pergamino antes de que personas indebidas se adelanten y con sigan esa información antes que los miembros de la Orden del Fénix. Apartando la mirada de las esculturas, Kaori volvió a centrar toda su atención en el filamento dorado, mismo que cada vez se iba haciendo más grueso y de un color más vivo, indicándole que estaba cerca.

Aprovechando que los muggles estaban tomando fotos y distraídos, la pelinegra se escabullo sin que nadie lo notara. Se adentró por pasillos, unos estrechos y otros tan amplios como un hall, hasta que finalmente el rastro llegó a donde debería. Con emoción la bruja tomó el pergamino y aunque gran parte de la información que contenía ya la habían deducido por su cuenta, habían otras partes que si eran un verdadero hallazgo.

Al final del pergamino había una pequeña nota que decía que en realidad eran diez partes las que tenían que recuperar y que todas estaban distribuidas en diferentes sitios. Aquello solo podía significar que quizá sus otros compañeros tendrían la misión de encontrarlos, así que para que no perdieran tiempo buscando ahí decidió marcar el lugar con un hermoso fénix que tan solo los miembros del bando pudieran ver.

Guardó el pergamino en el bolsillo del abrigó justo en el momento en que un hombre de apariencia sospechosa la quedó mirando por demasiado tiempo. Aquello no le gustó así que, habiendo cumplido con su objetivo, encontrado el pergamino y marcado el Panteón como territorio de la Orden del Fénix, la pelinegra emprendió el camino de regreso a la Concorde, lugar que habían elegido como punto de encuentro con su esposo una vez que terminaran con su búsqueda.

Cuando llegó descubrió que su esposo y su hijo aun no llegaban ¿Cuánto tiempo había pasado desde que se separaron? Probablemente unas cuatro horas, seguramente Sammael estaría con hambre y volviendo loco a Aries. Sin tener más nada que hacer a Kaori no le quedó más que esperar a que llegaran y esperaba que les hubiera ido bien en su búsqueda y toma del lugar.

 

Sammael

[Ky.]

—Es momento de irnos pequeño, si nos atrapan aquí dentro nos van a encerrar y escapar de una cárcel muggle no da buena imagen a la comunidad mágica. —le hablaba a su hijo mientras lo alzaba en brazos.

A los segundos se integraron a un grupo de turistas que ya iban directo a la salida del castillo de Versalles, no les costó mucho trabajo mezclarse entre aquella gente porque como si hubieran planeado todo, el pequeño niño comenzó a llorar logrando que le acompañaran más rápido a la salida. No había tenido que hacer mucho para marcar aquel lugar como parte de los lugares que había visitado, simplemente se le ocurrió levantar su varita y mientras nadie lo viera realizó una lluvia de fuegos artificiales que formaron la figura de un fénix que era la insignia del bando al que en esos momentos le guardaba mucho cariño.

Las personas que estaban en el lugar se quedaron sorprendidos por aquellos fuegos artificiales y más por la figura formada en el cielo, Aries suspiró imaginándose cuando era un joven que realizaba marcas tenebrosas en el cielo, todo lo que el amor lo había cambiado y sonrió mirando al pequeño clon que tenía en sus brazos y juntos caminaron hacia la concorde. Para su mala suerte del metamorfomago, su hijo había aprovechado aquella mínima ensoñación para quitarle el pergamino que había conseguido y empezarlo a chupar, ya que empezaba a tener hambre.

—No, no… —trato de quitarle el pergamino, pero parecía ser inútil —Sammael, dame ese pergamino, tu madre me va a matar.

El niño no deseaba darle el pergamino así que fueron peleando todo el camino como si fueran niños pequeños.

 

Sammael