Libro de los Ancestros - Marzo 2021

[Gahíji]

Silencio. Paz. Aphophis el dragón cerca estaba. Parecía dormido, no era así. Vigilante estaba observando el camino. Tenía mi mismo carácter, odiar a los aprendices que no valían la pena y hacían perder el tiempo, nuestra costumbre era.

El calor sofocante era. El árbol de fuego irradiaba poder. El laúd apoyado en el tronco. Las manos producían lenguas de fuego a través de los dedos. Solía dejar esa sorpresa para las clases. Aún así, lo mejor era que quién osara aparecer buscando conocimiento entendiera que nada fácil sería. Jamás me importo ni importará si hay muerte en alguna de.mus clases. Era el ciclo de la vida sin más

El fuego cual oráculo transmitía su mensaje. Yo observaba y escuchaba los susurros ancestrales...

"Deja lo que estás haciendo. Siéntate. Reposa. Endereza tu columna. Relaja los ojos. Mira al horizonte, sin enfocar nada en particular. Barre el infinito con la mirada apacible. Eres parte del universo, hijo del cielo, de la tierra y del tiempo. Hermano del sol y de la luna. Tu vida tiene que ver con todo lo que ves. Eres parte de ello. Tienes todo para ser feliz así es que no busques nada más allá de ti.

Agradece al altísimo todo lo que has vivido, todo lo que eres. Conéctate con tu corazón, siente tus latidos. Respira, escucha. Elevaste y respira nuevamente.

Tu sonrisa ilumina el camino."

Hice lo que debí hacer. Aceptar el mensaje era la parte fácil, cumplir con ello, la parte más difícil.

 

 

@@Goderic Slithering

@@Emily Karkarov

Editado 28 de Febrero del 2021 por Niko Uzumaki

[Emily Karkarov]

— ¿Cómo crees que sea ahora? La clase pasada Peeves me estuvo acosando todo el tiempo ¿te acuerdas? Runihura se lo pasó de lo lindo…

 

Pregunta Emily con tono soñador mientras mira a su interlocutor, pero, aunque sus ojos se posan sobre él, su mente divaga pensando en la clase del libro de los Ancestros. Había gastado una pequeña fortuna en adquirir el libro y la oportunidad de cursar la clase, porque aunque su bóveda estuviera menos llena que antes, eso no le aseguraba el poder hacer uso de la magia Uzza. Y aunque suponía un gran esfuerzo para ella, poder adquirir nuevos conocimientos relacionada con los guerreros era algo que había aplazado lo suficiente como para sentirse algo “fuera de forma”

 

Al menos, había acordado ir con Goderic. Recuerda vívidamente que Runihura los había hecho competir entre ellos durante el entrenamiento, mientras invocaban sendos señores del caos. Emily nunca había tenido mucha suerte, y Peeves había aparecido prácticamente cada que la bruja intentaba invocar un señor del caos. Desde entonces, aunque la magia del caos le era altamente interesante por su aleatoriedad, no se había aventurado a utilizarla nuevamente.

 

— …Y Badru me hizo enfrentarme a un centauro, terrible — dice, rememorando nuevamente sus encuentros con los uzza —. ¿A ti te atacó una acromántula o un trol? Ya no lo recuerdo tan bien…

 

Mientras Goderic contesta, va guardando algunas cosas dentro de su mochila, siendo el libro el objeto que guarda primero, seguido por algunos de los amuletos que ha ido coleccionando a lo largo de los años. Siente algo de nervios ante la expectativa del “qué pasará” y espera a que su tío esté listo antes de ponerse de pie y utilizar el portal que los transportaría desde el negocio del simposio en el Callejón Diagon hasta el punto de encuentro, cerca del árbol de fuego.

 

— Guerrero — dice, a modo de saludo.

 

El calor del fuego mezclado con lo arenoso del suelo la sofocan levemente, pero intenta que no se muestre en su semblante. Mostrar fortaleza era imperativo en esas clases y no dejaría que se mostrara ningún atisbo de debilidad.

[Goderic Slithering]

— ¿Cómo olvidar a Peeves y sus agradables comentarios?

Responde recordando más con trauma que con nostalgia. No entiende el tono ensoñador de la bruja, Peeves era lo contrario a un sueño tranquilo o una experiencia agradable. Aún no puede creer haber gastado tanto dinero para terminar toda una clase con un poltergeist molestando durante la clase. Por supuesto, el blanco de quejas y bromas era Emily, pero su voz y burlas llegaban a ser agotadoras, terminando siendo una molestia para todos.

En contraste, Goderic se encontraba bastante entusiasmado con la clase de Ancestros. Si mal no recordaba, el guerrero Uzza que suele dar aquella clase, era Khufu, un sujeto de su interés. Nunca había terminado de obtener la información que requería y, aunque pudo confirmar algo, todavía faltaba más información sobre la ubicación de una de las cartas de tarot que competían por encontrarla contra el tiempo y contra Marco Livua.

Por suerte, Emily le acompaña en esta aventura y, aunque todavía no sabía si tendrían más compañeros, sabe que podrán coordinar lo suficientemente bien como para separarse el tiempo suficiente como para contactar con Khufu y tratar de despejar ciertas dudas sobre su maestra vidente. La voz de su compañera, le despierta de su ensimismamiento, alcanzando a escuchar la pregunta.

— Tampoco recuerdo muy bien... creo que un trol pero no estoy seguro.

Observa como guarda algunas cosas en una mochila y rueda los ojos ¿no tiene dinero como para comprar un monedero de piel de moke? Al menos ya sabía qué regalarle en navidad o en su cumpleaños... ¡llevar una mochila! ¿era en serio? La mira con cara de desaprobación aunque sabe que no se dará cuenta. Sus objetos, claramente, se encontraban en su monedero en el bolsillo de su pantalón.

Cruza el portal sin comentar demasiado. El rostro de decepción al enterarse que su maestro no sería Khufu no lo logra ocultar con facilidad. Sin embargo, luego de una respiración profunda es suficiente para reiniciar sus ánimos. Se une al saludo de Emily y espera en silencio las instrucciones del, para él, desconocido guerrero Uzza.

Editado 4 de Marzo del 2021 por Goderic Slithering

[Gahíji]

A mí más de 190 años, tras muchas lunas, definitivamente nada podría sorprenderme ya. Al ver a los alumnos dudaba que algo interesante pudiera salir de todo aquello. Aphophis penetró en mi mente. Resopló una llamarada de fuego al cielo en digno de protesta. Entendía lo que quería decir.

 

Bruja y mago frente a mí se presentaron. Si habían llegado hasta aqui era porque capaces debían ser de salir "vivos". A menos, claro estaba, que los guerreros anteriores no les hubieran exigido lo suficientemente. Diferente era. Me caracterizaba por ello. Aphophis lanzó una nueva bocanada de aire.

 

-Espero estén listos para demostrar que esta vez no perderé mi tiempo -,penetre en sus mentes, ya conocía cada uno de sus miedos más oscuros - es hora de partir

 

~ 0 ~ 0 ~ 0 ~ 0 ~

 

Tras haber cruzado el Fulgura Nox y dejar la paz y tranquilidad de mi hogar el terreno era muy diferente. Del árido terreno llegamos a la selva. Grandes árboles. Insectos enormes, extraños y venenosos. Serpientes y aves con cantar casi metalico. No me agradaba la sensación. Invocar lenguas de fuego para destruir un poco el terreno era posible si ambos aprendices no demostraban en primer instante valer la pena.

 

El húmedo ambiente y el riachuelo que escuchaba eran signo de estar en el lugar correcto.

 

-La Vara de Cristal es una herramienta muy útil si saben usarla, debo decir que para cada uno es diferente, no hay una igual a otra, ni siquiera si fueran gemelos o trillizos, es como una huella digital propia según el poder y las características del mago -instrui- su característica principal es la de convertir rayos en efectos

 

Aguarde pacientemente. Observé lo que rodeaba. Nos vigilaban. El ataque era inminente de un momento a otro.

 

-Atentos, esperen, esperen, esperen... Ahora!!! -al decir aquellas palabras algunos animales selvaticos cayeron a unos metros de la Karkarov y el Slitherin -yo que ustedes invocaba la cara de cristal y la utilizaba, claro, si son capaces de concentrarse lo suficiente mientras son atacados

 

No había dado ninguna orden a los animales. Porqué lo haría? No me pertenecían. Criaturas protectoras de aquel terreno con características mágicas eran. Ojos de diferentes tonalidades de amarillo, rojos, morados, algunos de un blanco lechoso como si estuvieran ciegos y se movían por instinto. Alguien los estaba controlando.

 

Atacaron...

[Emily Karkarov]

Al pasar el portal el cambio de escenario no le llama la atención. Últimamente sus misiones habían sido en lugares similares, con vegetación igual de espesa. Recuerda brevemente la búsqueda de los centauros y su clase de astronomía, aunque esta última había sido mucho más tranquila que la primera.

 

Tampoco le llaman la atención el comentario – indirecta del uzza sobre hacerlo perder el tiempo. En cierta forma, lo entiende. Seguramente debían estar cansados de tener que compartir sus técnicas de magia con gente fuera de su pueblo, Emily desconoce por qué lo siguen haciendo después de tanto tiempo, si claramente la enseñanza no es algo que les apasione, pero sus cavilaciones al respecto se ven interrumpidas cuando el uzza empieza su explicación.

 

Había escuchado a Kaori hablar sobre la vara de cristal, pero nunca la había visto invocarla -que lo recuerde- seguramente porque al ser tan poderosa, no la “desperdiciaría”. Emily supone bien que a continuación intentarán invocarla, pero, la voz del uzza gritando a alguien (o algo) que ataque la tensa un instante y hace que en un movimiento rápido saque la varita mágica del bolsillo. Afortunadamente, la bruja solía trabajar mejor bajo presión.

 

En circunstancias normales podría estar imaginando el color de su vara de cristal, el “¿cómo sería?“ rondado por su mente, mientras intentara estar controlando el nivel de su respiración y la cantidad de energía que canalizaría hacia su varita, en cambio, bajo el estrés de ser atacada el movimiento fue mucho más fluido, inesperado y … real. Su primera reacción fue realizar la salvaguarda mágica, evitando el golpe de una criatura de ojos morados, su cuerno como el de un rinoceronte hubiera atravesado directamente por el costado de su cintura si no se hubiera inmaterializado.

 

Se le ocurren varias formas de evitar el constante ataque, más allá de evadirlos, pero sabe bien que usar los poderes de la Orden Oscura no serían bien vistos por el uzza. Se mueve constantemente evitando ataques, invocando un Obsistens tan pronto como es capaz de realizarlo. Se agacha justo a tiempo y la jaula que la envuelve toma una tonalidad azul. Aprovecha el espacio de tiempo que le deja que las criaturas a su alrededor desaparecieran con el campo de energía y se concentra.

 

Su varita mágica tradicionalmente es de roble, con núcleo central de pelo de unicornio y de 26 centímetros de largo. Ahora, en sus manos la vara de cristal llega a cerca de 40 centímetros, aun manejables con ligereza en sus manos. La base de la vara mantiene el mismo tono oscurecido del roble, pero distintos labrados se trenzan alrededor en tonos azules. Si se detuviera a admirar su creación con tiempo, podría encontrar algunas formas diminutas entre los hilos entrelazados, sin embargo, ahora su atención se centra en probar su poder.

 

Al desaparecer el obsistens, busca a Goderic para unir fuerzas y acabar con aquellas invocaciones que los rodeaban. Está solo a un par de metros de distancia cuando algo dirigiéndose a toda velocidad hacia el mago la obliga a detenerse, apunta su vara de cristal hacia la criatura alada y un sectusempra lo hace desaparecer al instante. Con sendas varas de cristal, seguramente sería una tarea más sencilla que al principio.

[Goderic Slithering]

Goderic prefiere ignorar un poco la actitud del Guerrero Uzza y cruza el portal sin esperar una instrucción explícita. Puede sentir la animadversión que siente Gahiji por el lugar, aunque no estaba seguro si su propia presencia o la de Emily aportaba a aquel sentimiento notorio. Por su parte, el paisaje no es nada inusual para él. Había visitado varios escenarios tanto en sus clases como en las misiones de su trabajo así que no encontraba nada realmente destacable. No era un lugar particularmente preocupante, ya que ofrecía diversos materiales adecuados para la supervivencia.

No obstante de lo anterior, de todas formas decide apreciar la escena que la naturaleza había preparado. Viendo cada detalle, no solo para degustar la belleza natural sino también para evaluar rutas de escape, materiales útiles y otras cosas de las cuales está acostumbrado a fijarse. Solo cuando el guerrero habla recuerda su presencia. Entiende la esencia de la Vara de Cristal y su característica de ser única, aunque le causa extrañeza que utilice la nomenclatura de rayo y efecto; la comprendía pero le causaba una sensación fuera de lugar.

La instrucción algo alarmista del guerrero hace que olvide su cuestionamiento anterior. No sabe a qué deben esperar pero sabe que algo está por venir por lo que se prepara, agudizando sus sentidos y postura. Puede sentir algo de desdén en las palabras del Uzza ¿desconcentrarse con tan pocas criaturas? La adrenalina y distintas hormonas producidas por el cuerpo al sentirse en peligro, lo obligaba a reaccionar con mayor agudiza a la normal. Era la belleza del instinto de supervivencia, sobretodo si habían entrenado para mantenerse alerta ante cualquier situación. Llevaba decenas de años en la Orden del Fénix y una cantidad no menor en el Servicio Mágico Secreto y ¿el Guerrero creía que unas criaturas nublarían su mente y capacidades? Se sentía menospreciado.

Espera que la transformación de la Vara de Cristal se realizara de forma secreta, con algún brillo cegador que impidiese ver la transfiguración, sin embargo, no es así. Puede sentir como el largo y robustez de su varita cambia rápidamente, obligando a regular la postura de su mano para adecuarse. No solo cambiaba de longitud y grosor, sino que también de color, su varita confeccionada de espino blanco oscurecía su tono a cada segundo, llegando a una oscuridad tal que pasaría encubierta durante la noche. No le sorprende el cambio de color, desde que se había hecho conciente de que era Arqueomago, la oscuridad se volvió una parte de él. A pesar de su aspecto maderoso, sabe que es un tipo de cristal irrompible. Nota un tono afilado y agudo en su vara de cristal, como si un lobo estuviera mirando a su presa listo para atacar ante el más mínimo descuido.

Una criatura que no reconoce mordía fuertemente su pierna y otra atacaba brazo izquierdo durante el corto tiempo que significaba el proceso de transformación. No le importaba realmente llevarse un par de heridas que podía curar con su amuleto de curación, el cual utilizó rápidamente al noquear a dichas criaturas con su Vara de cristal. No se atrevía a asesinar descuidadamente cuando podía noquearlas con un desmaius. No sabía si eran controladas por el Uzza o por alguien más y, de serlo, ¿cómo podría matarlas cuando solo obedecían las órdenes de alguien que no tenía el coraje de mostrarse? Ante la cercanía de otros animales, sigue atacando intercalándo entre desmaius y petrificus totalus.

[Gahíji]

Cada ataque o respuesta de los aprendices era controlado. Movimientos que para nada sorprendían. No esperaba menos. La pregunta en realidad era... Esperaba acaso más?. Seguían sin sorprenderme. La actitud de ambos diferente era. El resultado el mismo.

 

- interesante...

 

Las criaturas protectoras eran al menos el menor de los problemas. Cada ataque de ellas se notaba que era meticuloso, nada por instinto animal. Controladas estaban siendo definitivamente.

 

Observé la acción. Creé fuego y ejecute un movimiento ocasionando que un par que se acercó a mi retrocediera s causa del calor y las llamas. Eso pareció desoertsrked por un segundo. Nuevamente atacaron.

 

-el Kansho es una herramienta poderosa y muy peligrosa según se utilice, capaz es, de con un simple roce cortar hasta el material más duro cómo absorber ataques peligrosos y devolverlos a quien los conjuro -explique mientras seguíamos bajo ataque.

 

Esperaba que escucharán y prestarán suficiente atención? Suponía que si. Habían llegado hasta aquel punto, por lo que al menos, podía intuir (aunque de seguro me equivocaba) de ser capaces de ello.

 

Invoque mi propia daga para daban a surcar demostrar aquello en el momento justo ya que, srndis rayos viajaban hasta mi cuerpo de más de 190 años. Una vez repelidos observé mientras evitaba nitro par que habían lanzado a mis espaldas y estos se devolvían a los conjursnted como a parte de las bestias protectoras rayos comenzaban a salir de aquella selvaticos arboleda hasta los puntos vitales de ambos aprendices.

[Goderic Slithering]

Los movimientos del mago eran sencillos y calculados. No necesitaba alardear de su fuerza ni desperdiciar energía realizando movimientos o hechizos rImbombantes. Duda que el enemigo entre las sombras se asuste; tampoco duda que pueda sorprender a Emily o al Uzza. Emily había compartido muchas aventuras con él ¿qué tenía que demostrar? Nada. En cuanto al guerrero, dudaba que alguien de su edad y con un círculo de élite, pueda sorprenderse de un mortal. Le sorprendería que siquiera esperase algo de ellos.

El ataque con fuego cortesía del guerrero parece despertarles un poco a las criaturas que le rodeaban ¿le temían al fuego? ¿el poder de control bestial perdía efecto cerca del fuego? Era una teoría que al mago le interesa probar. Unas flechas de fuego, surgen de su vara de cristal rumbo a la vegetación cercana. Sí, su objetivo no eran las criaturas sino crear un muro de fuego entre las criaturas y los magos. Por supuesto, debido a la humedad provista por el ambiente y clima del lugar, requirió más de una flecha de fuego para tal tarea. Goderic espera que el fuego despertara a las criaturas y así dejaran de molestarles.

Mientras terminaba por invocar sus flechas, escucha al Guerrero explicarles sobre el Kansho. Bueno, más que explicación era casi un comentario puesto que solo describe el objeto y no se explaya más allá. Por ejemplo, les vendría bien saber cómo activar su efecto de reflexión ¿debían decir algún hechizo o conjuro? ¿había que tocar alguna sección especial del objeto? ¿por cuánto tiempo podía absorber la magia contraria? Señala que un kansho puede cortar casi cualquier cosa, hasta el material más duro pero ¿podría cortar a otro kansho? Comprende que, dada la situación, no es momento para manifestar sus dudas, además las criaturas no eran capaces de utilizar magia así que no había necesidad.

O eso creía... hasta ver que unos hechizos surgen desde el bosque directamente a sus puntos vitales. Supone que el destino le juega una broma y esquiva con un salvaguarda mágica. No obstante, deduce que Gahiji prefiere que utilice el Kansho para defenderse. La invocación de la daga no le resulta complicado, no obstante no está del todo seguro de saber utilizarla. Tampoco sabe cuáles son los efectos de los hechizos que lanzan sus enemigos ¿y si era mortal? ¿se arriesgaría a confiar en una daga que no está seguro cómo activar?

La respuesta era obvia para quienes le conocían: sí, se arriesgaría. Coloca la daga frente a él, directamente en el punto dónde sabía que el hechizo impactaría. Vierte un poco de su poder mágico en la daga, esperando que aquello fuese suficiente para manejarla sino el Guerrero habría dado más información ¿no? La daga comienza a absorber rápidamente el ataque como si estuviera sorbiendo un fideo. Cree recordar, a partir de ver batallando a Kaori, que solo se puede retener un hechizo a la vez, por lo que confiando en su memoria y análisis, regresa la magia directo al bosque esperando dañar al rival escondido.