En una ciudad

[Invitado Arcanus]

Las patrullas habían llevado al joven Arcanus hasta una gran ciudad la cual en ese momento parecía desolada. Era obvio que durante a esas horas de la madrugada, no viera casi a ninguna persona caminar por allí. El viento soplaba con fuerza moviendo las copas de los árboles plantados en la vereda de las calles las cuales recorría vigilando que todo se encontraran en orden. Patrullar era realmente aburrido. 

Hacia mucho tiempo que no se desataban batallas épicas como antaño. De hecho, era raro ver a alguien haciendo algo malo. Ya ni hablar de los Mortífagos que en su época reinaban en el mundo mágico. Todo estaba muy apagado y a Arcanus le parecía totalmente inútil el hecho de salir a patrullar. Lo único bueno era el clima. El viento cada vez parecía más feroz y las nubles espesas ocultaban la luz de la luna cuando pasaban delante de ella. Parecía que pronto se largaría una gran tormenta, de la que obviamente ni una gota llegaría a tocar al joven, ya que apenas empezara a llover, se iría de allí.

Caminaba lentamente, casi arrastrando los pies viendo algunas sombras de las ratas que infestaban las calles y pasaban por delante de los faroles que iluminaban débilmente la escena. La túnica que llevaba puesta era lo suficientemente gruesa como para evitar el frío. Mientras caminaba, también vio algunos perros callejeros que parecían buscar comida, o refugió en cualquier pórtico que encontraran. Habían bastantes automóviles estacionados, esperando al amanecer, para que sus dueños comenzaran a utilizarlos. De pronto, pudo ver una sombra más alta que la de un animal.

- Presiento que esto va a ser divertido. - Dijo con una voz apenas audible. En seguida tomó su varita del bolsillo de la túnica y apuntó hacia la figura que se estaba acercando hacia él sigilosamente.

- Sectusempra - Dijo sonriente y un rayo partió a toda velocidad hacia la persona que estaba a siete metros de él. Si impactaba en su cuerpo, le causaría graves heridas sangrantes que necesitarían una rápida curación.

- Buenas noches. ¿Puedo saber a quien tengo el gusto de matar? - Una de las premisas de Arcanus, era atacar primero hablar después. Esperaba poder divertirse al menos un rato antes de terminar su patrulla. Hasta quizás podría llevar un juguete nuevo a Azkaban.

[Kamra Ashryver D.]

Kamra caminaba por las durmientes calles de Edimburgo. Era bien entrada la noche y aunque tenía una infinidad de proyectos y propuestas que revisar, había decidido abandonar su oficina del palacio de Hollyrood para una de sus caminatas nocturnas habituales. Tenía tantas cosas que resolver que de solo pensarlo la cabeza le latía con un dolor implacable que no conocía de treguas. 

Sus pasos eran lentos, sin prisa, mientras llegaba casi al final de la cuadra que recorría, echándose la capucha de la capa sobre su cabeza y ajustando los pliegues de la misma alrededor de si debido al repentino descenso de temperatura que era nada más que normal debido a la época del año en la que estaban. Los árboles circundantes casi estaban desnudos, hojas y más hojas marrón, amarillo y naranja cubrían el pavimento y la vereda. 

Entonces llegó a la esquina y la luna había encontrado una porción de cielo descubierto para poder alumbrar. La luz blanca iluminó la calle y Kamra pudo contar 5 perros merodeando en la calle, pero justo en el momento en que, mirando hacia su lado derecho debido a un movimiento llamando su atención, logró ver una figura humana a unos 8 metros de distancia. Kamra paró su avance, tocando su costado derecho tanteando su varita como acto reflejo. Esperó unos segundos, no sabiendo si avanzar por la calle o retirarse, pero el instinto le dijo que debía colocarse la máscara mortifaga, y así lo hizo con un ademán sencillo de la varita. Como reina de Escocia, debía tener cuidado de con quién se cruzaba, y a juzgar por el aroma a adrenalina que el viento le traía, la persona 8 metros más allá estaba eufórica ¿Enemigo?...la respuesta llegó segundos después. 

- Protego - pronunció alzando la varita. El hechizo creo instantáneamente un escudo mágico que la protegió de que el hechizo del rival impactará en ella. Calma helada recorrió sus venas mientras negaba con la cabeza. Sus ojos moviéndose al rededor para observar a su alrededor un soldado evaluando el campo de batalla impuesto. 

- Silencius - su oponente quedaría mudo gracias al hechizo, permitiéndole un poco más de tiempo a Kamra para trazar rápidamente su plan de acción.

- ¿Buenas noches? Si, creo que sí son buenas - la capucha ocultaba su cabello blanco, y dió gracias a la diosa oscura que lo había tapado antes de girar en la esquina - Manon, dueña de la noche y líder de asedio de la marca tenebrosa ¿Debe ser placentero para ti saber que tratas con alguien de alto rango, no? - no hizo reverencias, este era un simple don nadie, se notaba en el apestoso hedor a santurron que llegaba a ella traído por el viento -  Pero cariño ¿Matar? Sin dudas es muy...fenixiano de tu parte, te aplaudo, respetas muy bien los principios del viejo Dumbledore. 

- No debes ser nadie interesante, pero ¿Tu nombre, impuro? 

 @ Arcanus

[Invitado Arcanus]

Al parecer la persona que estaba delante del Fenixiano era una mujer, supuso, por el tono de su voz. Además notó que llevaba puesta una máscara ¿Se trataba de una Mortífaga? Hacía siglos que el Fenixiano no veía a alguien de esa agrupación merodeando libremente por ahí, tal vez sería su noche de suerte. La defensa de la joven había sido satisfactoria y al parecer, por su forma de ladear la cabeza, no le había gustado nada ser recibida de esa manera. Afortunadamente para Arcanus, ya que no quería vencer tan fácilmente a su nueva contrincante.

- Morphos - Fue lo que exclamó Arcanus apuntando hacia uno de los automóviles que estaban detrás de la muchacha el cual comenzó a transformarse en un imponente león el cual tenía la orden de destrozarla con sus garras y su potente mordida. El animal al llegar por detrás de ella, hacia imposible que pudiera interponerse entre los ataques que Arcanus le enviaba. Mientras el león se acercaba hacia la joven, ella pudo lanzar un efecto sobre el joven, quien quedaría momentáneamente sin habla.

Sin dejar de apuntar la varita a su contrincante solamente se limitó a pensar en un Disparo de Flechas, para que doce relucientes flechas se materializaran delante de él rumbo al cuerpo de la joven para provocarle un grave daño en cuanto sus afiladas puntas penetren su piel. En ese momento recuperó el habla y se preguntó como su contrincante se daba el lujo de hablar estando en tan mala posición.

Al escuchar las palabras de la joven llamada Manon, Arcanus no pudo hacer otra cosa que comenzar a reír descontroladamente ¿O tal vez había sido victima de un Rictusempra? Cuando terminó de reír recuperó la compostura y con una sonrisa aún dibujada en el rostro se presentó.

- Mi nombre es Arcanus. ¿Desde cuándo los Mortífagos se preocupan por si alguien mata o no? Había oído que se habían vuelto flojitos, pero esto si que no lo esperaba. - Se encogió de hombros mientras veía como tanto el león, como las flechas estaban a punto de hacer pedazos el cuerpo de Manon.

- Me gustará ver que es lo que puede hacer la "líder de asedio" en una batalla real. - Exclamó poniéndose serio. - Y quiero pedirte un favor. ¿Podrías quitarte esa ridícula mascara? Es que me gusta ver como se esfuma la vida en los ojos de los que me enfrentan. Lamentablemente para ti, no soy el tipo de Fenixiano que hace capturas.