Disputa entre Ángeles Caídos (Reciclaje de rol)

[Thoth]

 

Siete grandes magos de la orden del fénix se encuentran inmolados en marfil en una localización desconocida, el primero es una dama con cadenas en su manos y pies, la cual se encuentra en unión de manos con otra dama, esta se dice que fue la gran líder de la orden, mientras que la otra dama era la más temida de la oscuridad, donde sus orbes macabros parecieran seguirte. Al lado de ella se encuentra la figura del mago blanco y larga barba, donde se observa un gran libro donde se dice que contiene todo la historia del mundo de la magia, incluso se dice que el mismo la escribió. Un poco más atrás es seguido del legendario y oscuro mago defensor de la luz, de este mago se decía muchas cosas, pero su lealtad se encontraba entre dicha, de eso que es conoció como guardián del bosque. La tercera figura parece más bien un escritor, dado que una vela pluma se consigue ver tras del mismo, se decía de él que era de grandes habilidades y es uno de los primeros líderes de la misma. La cuarta figura es un demacrado joven, cuyo símbolo es la luna, de este su rostro se rompió en miles de pedazo, solo queda una leve inscripción que no se logra ver. Las otras tres figuras es un ser que no se puede pronunciar, es heredero de la casa de los Ravenclaw, pero fue poseído por un demonio, allí que destruyo su estatua. La otra presencia es una dama, de larga cabellera y porta en su mano derecha un libro, y en la otra una poción, de esta se dice que es como si encarnará la sabiduría.

 

-Interesante lugar…

 

Apunto su varita y fue destruyendo cada una de las reliquias, profanado un poco el lugar.

 

–Al parecer, varios grandes magos del pasado han regresado, es una lástima que sus rostros fueron olvidados, solo son reliquias del antaño.

 

Camina con lentitud entre los escombros, arrastrando contra el suelo su capa oscura como la noche.

 

–Creo que es hora de llamarle.

 

En ello con su varita hace un leve movimiento, invocando su Patronum, el mismo era una Fénix Oscuro, el cual tenía la misión de llevarle un mensaje desafío a la Dumbledore, pues estaba seguro que la mismo era un practicante de esos ideales. En su mente tenía la imagen de la leyenda mortífaga sin apellido y la de los Malfoy, los hermanos Black. Era necesario ahora que un nuevo modelo de estatua se formara en su entorno, pero quien sería, seria ¿acaso el que renacía de las cenizas? ¿Quizás fuera la bella dama de la noche? ¿Aunque si no fuera ellos? ¿Quién sería? De un libro oscuro que portaba en su mano izquierda, se detuvo y comenzó su ritual, guardando su varita.

 

-Es mejor comenzar, antes que el llegue.

 

Abrió su libro, ojeando sus primera página se le dibuja una sonrisa en el rostro.

 

–Vientos nocturnos yo os llamo, venid a desatad a esta morada santa, donde la luz resplandece, hagan que la sombra y muerte reine, dejen que todo lo que era luz sea sumiso a la oscuridad, dejen que venga su guardián, dejen que traiga la lluvia, desaten la tormenta y la maldad, dejen que todo se haga oculto a la verdad. Vayan y traigan lo que mi deseo anhela, vayan y ayuden a mi forma espiritual, hagan que el ser de luz se aparezca.

 

De allí comienza a caer las primeras gotas de lluvia.

 

–Abran el portal, abran las puertas a donde se irá. Que comience la hora, que comience la demencia, que comience la locura, que un soñador ha llamado, dejen que todo el mundo se haga presente en ese lugar, dejen que la luz se pueda disipar.

 

Frente al mago se crea un portal traslucido, que con la lluvia se volvía cada vez más peligroso.

 

–A ti os llamo alma maldita, a ti os clamo ser innombrable.

 

Dejo caer el libro, dejando abierto y al descubierto su anterior dueño, aquel mago de la luz, de larga barba.

 

–Ya es hora.- camina hacia el portal y se marcha.

 

En otros rumbos, el Fénix Oscuro del Interior se manifiesta a la bruja , este conocía de quien era, indicándole el sitio a donde debería ir, a jardines y ocasos en el tiempo, donde la luz se encuentra al asecho de las garras de la maldad, sería el capaz de controlar el clima, incluso detener aquel maleficio. Pero si osaría atravesar el portal que allí se encontraba, pudiera acaso reparar a los siete grandes magos, donde uno de ellos se encontraba presente luchando a su lado, sería capaz de descubrir aquel misterio que rondaba por su mente, que sería lo que encontrar en su camino ¿sería capaz de comprenderlo? ¿Acaso el pudiera comprender esas señales? ¿Por qué ese lugar? ¿Por qué ese en particular? El mismo era un templo sagrado, uno profanado por la misma maldad del libro, de donde se recoge los registros de la Orden del Fénix, una reliquia se perdió por un largo tiempo. Aunque, su poseedor no era el escritor, dado que el anciano había muerto.

 

-Tierra infértil, tierra marchita.- La brisa era gélida y todo en su entorno era marchito. –Traigo la sangre del inocente, viene a derramar su sangre, tráeme a quien ha osado a desafiarme, tráelo a mi presencia, deja que entre en esta morada sacra.

 

Término de pronunciar y se comenzó a sentar en la tierra, donde ni una roca tenía. La vegetación no crecía, por lo que no había plantas, un rio se escuchaba, pero el mismo se encontraba contaminado.

 

–Tendré que esperar a la hora, que la misma muerte me llame.- Comenzó a meditar, teniendo su rostro algo sudado y no poseía varita. –Vaya que si has tardado, pensaba que no venias.

 

Su capa se desprendió, la cual era solo una ilusión como el resto de su ropa, dejándose llevar con el viento, a un punto distante se quemo en llamaradas azules y se desvaneció a plenitud.

 

–Dumbledore, Dumbledore ¿Qué hecho para que te opongas a mi relación con Ernest?- Indaga, mientras sus parpados se encontraba cerrados. –No me conoces, y ya me juzgas, soy solo un dignatario, solo soy alguien que esta enamorado de él, pero tu sospechas de mí ¿Por qué?

 

Abrió los parpados clavando su mirada en su oponente.

 

–A parecer no tengo varita, por lo que si te hecho venir, es para aclarar ciertas cosas, creo que es mejor así, un lugar más apartado.-

Le observa hasta el más mínimo detalle.

 

 

@ Darla Potter Black