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MitziwPER.J

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Mensajes publicados por MitziwPER.J

  1. Mientras ajustaba su túnica mirándose en el espejo, no podía evitar emocionarse porque iría por primera vez de vuelta a la Academia luego de haberse graduado para adquirir conocimientos más específicos. Supuso que ya sería hora de ir en camino a la sala que le habían indicado, no tenía la costumbre de usar relojes, sin darle mucha importancia al deseó no llegar tarde a la clase, así que se apresuró.

     

    Iba con algunas cosas que le servirían para tomar apuntes si es que era necesario y su varita, que no podía faltar en una clase de Defensa. Esperaba poder empezar pronto a la parte practica de la clase, era más entretenido. Le daba gusto aprender.

     

    Sus pasos resonaban a medida que avanzaba por los pasillos hasta que llegó a la sala. Miró a su alrededor, caminando entre los pupitres hacia la primera fila. Vio a una de las profesoras que había conocido con anterioridad en una de las clases del rol, le alegró saber que también impartiría esa clase. Era la primera alumna en llegar, pero de acuerdo a las anotaciones que había en la pizarra solo faltaba una persona. Se sentó en una de la sillas de adelante y saludó con la mano a Athena.

     

    Cuando estuvieron las dos, la profesora comenzó con la introducción de la clase, presentándose y pidió que ellas hicieran lo mismo, como la otra chica no hablaba decidió empezar.

     

    -Buenos días. Mi nombre es Mitzi Potter EBlack. Trabajo en el Cuartel general de aurores, y ese es el motivo por el que estoy tomando este conocimiento, uno de los que solicitan para trabajar allí es Defensa contra las Artes Oscuras. Esto es algo que me ilusiona estudiar. -Les contó a ambas con una leve sonrisa.

     

    Todas se presentaron y Athena siguió con su discurso, Mitzi fue anotando algunas palabras que le parecían importantes.

     

    -Yo usaría un Protego, eso impediría que el Expelliarmus me afectara. -Contestó con voz tranquila.

     

     

     

     

    Off:

     

    Hola! Soy Mitzi, estudio en la universidad, tengo 22 años y al soy chilena. Me hice un tiempo para venir a dejar este post, ya que estoy en período de exámenes y quiero que todo salga bien. La verdad tener que depender del estado para conseguir una profesión no es fácil, requiere de mucho estrés... vamos que se puede. Me gustan muchos estilos de música, prefiero el rock y el pop. Y no sé qué más, la verdad contaría muchas cosas, pero me sacaría de onda.

     

    Saludos :)

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  2. Recibiendo atención con Valkyria y C'Nedra

    Mientras avanzaban hacia la quinta planta como había dicho Valkyria, se fue sintiendo mejor, no entendía por qué le había pasado aquello, suponía que lo débil que estaba hacía que le afectaran más las cosas. Sabía que tendría su dedo de nuevo, pero escucharlo de la sanadora que la estaba atendiendo, era más reconfortante. La Black Lestrange iba hablando con C'Nedra sobre el trabajo que realizaba en el ministerio, hasta que llegaron a una sala de atención.

     

    -Lamento que tu primer caso haya sido un desastre, C'Nedra.- Se disculpó con la chica.- Y estoy bien. Ya has hecho demasiado. Gracias por todo. - Le mintió con una leve sonrisa.

     

    La sanadora tuvo cuidado al pasarla a la camilla.Allí observó su pie ensangrentado, pero no recordaba a verse sacado los zapatos, C'Nedra pudo haberlo hecho en algún momento, no lo sabía. Tomó los frasquitos de pociones que le entregaba Valkyria, peor antes de que pudiera preguntar para qué era, le había dicho que una era para el dolor y otra para reponer la sangre perdida.

     

    -Gracias.- Le dijo con una sonrisa.

     

    Destapó uno de los frascos y con cierta inseguridad lo bebió de un trago. Sino hubiese sido porque era rápido lo hubiera escupido.

     

    -¡Que asqueroso! -Exclamó, arrugando la cara tratando de que el sabor pasara luego.

     

    Estuvo un rato esperando y evitando vomitar la poción, pero no tardó mucho en notar el efecto. De a poco sentía un leve calor en la cara, y empezaba a sentirse más fuerte. La poción que se había bebido tenía que ser la que reponía la sangre.

     

    Miró la poción que le quedaba y luego a la sanadora. No quería beberlo.

     

    -No quiero.- Se cruzó de brazos.- Si es igual de asqueroso, no lo resistiré.

     

    Estuvo enfurrunfuñada hasta que reflexionó que tenía que beberlo por su propio bien. Tomó el frasquito, batió un poco la poción. La miró como si se estuviera armando de valor, cuando estuvo preparada lo bebió de un sorbo. Se tapó la boca con las manos. El sabor de las pociones no eran buenas, pero si que servían,porque casi al instante dejó de sentir el dolor que sentía en el lugar donde debería estar su dedo.

     

    -Merezco una recompensa.- Dijo recostándose sobre la camilla cuando el sabor desapareció.

     

    Ni siquiera se atrevió a ver cómo Valkyria se preparaba para preparar su dedo. Se sentía mejor con las pociones que había bebido.

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  3. @@RiikiiSuarez @@Quidditch16 Hola chicos! No sé si yo puedo contestar esto, así que su decisión se las diré a alguien más de la familia para que sepan que quieren unirse. Como los dos quieren tener madrina o padrino yo me ofrezco :) Les parece? Si es que aún nadie más se ha ofrecido antes claro.

    Y bienvenidos a la familia! Pásense por la Hacienda.

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  4. En realidad Monotoq no se veía con ganas de ir a otro lado, y lo confirmó con lo que decía. La verdad es que entendía su postura, ella igual se sentiría incómoda entre tanta gente, pero sabía sobrellevarlo bien, en la otra graduación a la que asistió sólo había tenido que ser paciente y esperar hasta que sus amigos estuvieran más disponibles.

     

    -Entonces no se diga más.- Dijo, negando con la cabeza, divertida.- ¿Por qué crees que eres otro más que atender? Yo feliz de que estén todos.- Le respondió.

     

    Había dicho lo que sentía, como siempre, y dejaba a criterio del chico su decisión, tampoco quería obligarlo.

     

    Tenía ganas de celebraren otro lugar, en el que no hubiera tanta formalidad, pero prefería quedarse allí a compartir con los suyos. Aún llevaba el ramo de Sain, habían dejado de llegar personas, así que fue a buscar su diploma a la mesa ya que podría tenerlas sin inconvenientes.

  5. La chica que se les unía parecía amable y algo misteriosa, sólo la observó un momento y Mitzi sonrió, una buena señal de aprobación a Némesis. Cuando su libreta cayó al suelo le parecía distinguir unos extraños signos anotados, pero sólo lo comprendió hasta que Emma preguntó sobre música, tenía la impresión de que la recién llegada no quería que los vieran, pero ya que se tocaba el tema, no le pareció inapropiado preguntar también.

     

    -Deberías mostrarnos un día cómo tocas los instrumentos, apuesto que lo haces increíble. ¿Eres compositora?- Le preguntó después de Emma.

     

    Las dos chicas con las que se había encontrado, resultaban agradables aún sin conocerlas. Le gustaba la diversidad de personalidades.

     

    -Mi nombre es Mitzi Potter EBlack.- Musitó, en respuesta a la pregunta de Némesis. Le tocaba presentarse, pues sólo Emma sabía su nombre.- Un gusto conocerlas a ambas.- Agregó, cuando la otra chica también se hubo presentado.- ¿Son nuevas por aquí? -Preguntó por el hecho de que las había encontrado sin saber qué hacer.

     

    El café de Némesis le hizo recordar que hacía un rato estaban tratando de conseguir que las atendieran, y con la expresión de la chica más ganas de probarlo tenía. Aunque se había graduado de la Academia, no conocía aquella librería y las tres estaban en la misma situación.

     

    -¡Vaya! Parece que esta bueno.- Le dijo a la chica que parecía disfrutar del café que había conseguido.- Supongo que tendremos que ir conseguirnos nosotras mismas los cafés y lo demás, pero no te preocupes, yo lo traigo, quédate con Nem.- Se incorporó sin más y se dirigió a la vitrina.

     

    ¿Cómo no lo había notado? La aparición de las chicas la había despistado un poco. Se detuvo frente a la máquina de pasteles. Pensó en cuál le gustaría más a Emma, y supuso que algo bonito tendría un sabor delicioso. Eligió para ella y Emma un pastel de chocolate recubierto con crema blanca y que tenía una cereza encima, se lo entregaron en unos platos chicos junto con el servicio. Los cafés los pidió tal cual como lo habían encargado Némesis. Se lo pidió al vendedor apuntando a la chica para que supiera a quién se refería, esperaba que no se incomodara por eso, quería probar lo que a ella le había encantado.

     

    Llevó todo cuidadosamente en una bandeja para no derramar el café o tropezarse con algo. Esperaba que a Emma le gustara lo que había elegido. No estaba mucho mejor que Némesis, pero consiguió posar a salvo todas las cosas en la mesa en la que se encontraban las dos chicas.

     

    -Ten un café y un pastel, Emma.- Le sonrió, entregándoselo.- Yo tengo lo mismo. ¿Y bien? ¿En qué estaban? -Añadió en tono amistoso, sentándose y mirándolas.

  6. Recibiendo atención con C'Nedra Malfoy, Valkyria y Anna.

     

    Habían conseguido una atención casi inmediata, lo agradecía, ya que no se encontraba bien. Había resistido un rato yendo hasta la clínica, pero luego de su despartición tuvieron que seguir apareciéndose hasta llegar a San Mungo, eso la tenía mareada, no se acostumbraba a la aparición, además que seguía débil con la pérdida de sangre.

     

    Era reconfortante cuando una sanadora se aproximó a ella con una silla de ruedas. Le costaba mantener el equilibro por la falta de su dedo y creía que si volvía a ver esa caja negra se desvanecería. Aún así era fuerte, y hacía en intento de permanecer bien y demostrar eso a los demás para no preocuparlos.

     

    -Gracias.- Dijo con voz más suave de lo que pretendía a la sanadora. Se sentó en la silla y dejó que la condujeran donde repararían su dedo.

     

    Dejó que C'Nedra contestara las preguntas que hacía Valkyria, hasta que llegó la hora de responder si quería avisar a algún familiar. Pensó que sería mucho avisar a alguien pues no había sido una herida grande,y aunque no sabía qué sería lo que le iban a hacer,supuso que saldría como nueva de allí. Por ende, no quería interrumpir el trabajo de algún familiar. Entonces, apareció Anna, su madrina, cuando estaban por subirse a un ascensor.

     

    -No hay necesidad.- Le respondió a la sanadora.- Con que lo sepa Anna es suficiente. Es mi madrina.-Le explicó con una sonrisa.

     

    La observó aproximarse cuando le preguntó qué le pasaba.

     

    -Una despartición.- Le contestó a la Ryddleturn, confirmando su diagnóstico mientras examinaba el pie. No se había dado cuenta delo ensangrentada que estaba.- La aparición no es mi medio de transporte favorito.

     

    Cuando preguntó si tenían el dedo, se sintió incómoda, quería tenerlo de vuelta. Por suerte la Malfoy se había adelantado y había respondido que ella tenía la "pieza faltante". La miró divertida, con aspecto era pálido. Le estaba entregando la caja de vidrio negro a Anna, sintió como si fuera a desvanecerse, pero desvió rápidamente la mirada. Puso poca atención al procedimiento que indicaba su madrina, estaba tratando de sentir que estaba en un lugar sólido, sólo reaccionó cuando se despidió de ella con un beso en la mejilla.

     

    -Es lo único que quiero. Gracias. Te quiero.- Se despidió con una débil sonrisa.

     

    Miraba a su alrededor, a medida que la llevaban a los exámenes para luego hacer la implantación de su dedo.

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  7. No tuvo que esperar demasiado para que la recepcionista las atendiera a ambas recién llegadas. Tomó las llaves que Becky les ofrecía, no sabía muy bien para qué sería aquello, a lo mejor deberían pasar allí la noche o servía para la entrada a un lugar que los muggles no pudieran acceder. Con un "Gracias", y más tranquila por haber llegado al lugar señalado en la invitación, se volvió hacía la otra bruja que había llegado antes. Hubiese sido incómodo tener que inventar escusas para explicar por qué había dicho la palabra "mágica", pero seguro algo bueno se le hubiera ocurrido.

     

    -Si, es la primera vez que vengo para acá. ¿Tu ya lo conocías? -Le respondió a la chica que aún no sabía su nombre.- Me parece acogedor.- Comentó mirando alrededor.

     

    De pronto una voz que le parecía conocer había delatado la nueva llegada de alguien, miró hacia la puerta para ver de quién se trataba y no tuvo que detenerse a pensar para ello. Tenía las intenciones de saludarla, pero los recepcionista la había llenado de preguntas. Decidió que sería mejor hacerlo después del abordaje de la bruja. Notó que estaba cansada por el embarazo que llevaba en el momento, la hacía lucir bien.

     

    Los ojos de Elodia se fijaron en ella, sabía que también la había reconocido, supuso que esa sería la ocasión adecuada para saludarla.

     

    -¡Hola, profesora! -La saludó, devolviéndole la mirada.- Que bueno encontrarla por acá. ¿Cómo esta? ¿La ayudo? -Se ofreció para servirle de apoyo hasta llegar a las mesas que preparaban las elfinas.

     

    No sabía cómo decirle, consideró que llamarla profesora era más educado que por su nombre sin tener su consentimiento antes.

     

    Las tres siguieron a las relucientes elfinas, que habían seguido las instrucciones de su ama sin chistar, aunque le pareció que Vance había sido poco amable con ellas. Como no les había dicho nada ofensivo, no dijo nada al respecto. Se sentaron al rededor de una de las mesas del comedor de la posada y habían más voces provenientes de la recepción. No sabía cuanta gente llegaría al evento, por suponía que el lugar se abarrotaría pronto de gente con todo el bullicio que había.

     

    Era adivina, comenzaron congregarse varios fenixnianos en la sala y poco rato después llegaron personas que la dejaron algo confundida, como el arlequín eufórico que afirmaba que debían dirigirle todas las dudas, saludó a todos. Ella simplemente había sonreído dejándolo pasar a saludar al siguiente asistente. El señor Tall de una altura sorprendente que llamó a algunas personas para entregarles obsequios. También comenzaban a aparecer caras conocidas, Robb y Arya de La Madriguera, pero no habían compartido mucho aún.

     

    Mitzi se limitó a observar lo que venía. Se estaba poniendo entretenido.

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  8. Apenas se soltó de Sain se le acercó Monotoq diciéndole que debía irse, antes le había dicho que no se sentía del todo bien entre tanta gente y pensó que sería por eso,pero entonces recordó que en el momento que se había fijado en Argi, el chico le había preguntado algo. Intentó reparar su desatención, en ese momento era difícil atender a todos como era debido, pues todos llegaban a saludar.

     

    -¡Lo siento, Mono! Te dejé hablando solo hace un momento, es que... ¿sabes hace cuánto no veía a mi madre Sunar y al pelizaul que se fueron recién? Además en estas situaciones es fácil traspapelarse con tanta gente, cuando tengas tu graduación lo entenderás.- Le respondió con una leve sonrisa.- ¿Tienes algo que hacer ahora?

     

    En realidad no quería que se fuera, había llegado recién y que se fuera tan luego sin siquiera probar algo no le gustaba, suponía que era agotador para él.

     

    -Pero si tienes que irte...-dejó la frase inconclusa para ver si se quedaba un rato, pero si tenía que irse lo dejaría.

     

    Por otra parte, estaba feliz con su ramos de flores coloridas, les buscaría un lugar en la Hacienda después. Nunca había visto unas así, seguro era marca Sain.

  9. Estaba sentada frente a Seba, los separaba el escritorio y al lado había más sillas que aguardaban por los demás. Ella había formulado una pregunta que le inquietaba, pero la respuesta de este la había dejado más tranquila. Sabía que ahí estaba aprendiendo para ser auror y que debía separar lo que era bando y trabajo, así que sonrió satisfecha. Sabía bien lo que debía hacer en adelante con la actitud que debía afrontar el puesto.

     

    Otro chico había llegado, ella simplemente los observó mientras le entregaba una lista a Seba, seguro eran las que le había pedido hace un momento cuando llegaron al departamento.

     

    -Aaron, todo bien.- Le respondió al chico en un tono más cordial del que habían hablado hace un rato.- Estaba enterándome de las cosas que podré hacer, y me encanta saber que podre hacer de todo.- le comentó.

     

    En realidad era reconfortante para ella saberlo.

  10. Con C'Nedra Malfoy buscando ayuda para una despartición

    Después de unos ajetreados viajes para lograr encontrar una atención para su caso,habían llegado al lugar que habría debido ir desde el principio. Creyó que en la clínica podrían atenderla, se lo solicitó a la chica que se veía comprometida con su trabajo,había estado preocupado por ella, pero luego de ir habían tenido que optar por volver a San Mungo. Después de aparecerse tantas veces luego de su percance, se sentía mareada y debilitada, pero no quería que a Malfoy se preocupara por ella, aún tenía fuerzas para caminar, sólo necesitaba ayuda para poder equilibrarse , ya que sin un dedo del pie no se podía y se sentía extraño.

     

    -Lamento haberte llevado hasta allá.- Se disculpó con la chica una vez que aparecieron en la sala de recepción, apoyándose de su brazo.

     

    La chica se había dirigido a la mesa para solicitar una atención, y ella se quedó apoyada en un pared, moviendo los dedos del pie incompleto sintiendo lo raro que era estar sin dedo. Seguía lanzandole miradas para corroborar que se encontrara bien. Esperó pacientemente a que le dieran las indicaciones, pero se encontraba agotada, había perdido sangre.

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  11. Al parecer habían algunas personas perdidas allí, porque en un intento de dirigirse a una persona le habían prestado atención dos. Mejor aún, así podría conocer a dos potenciales estudiantes de la Academia. No era una novedad que estuviesen algo ensimismadas en una librería, elegir un libro era una de las decisiones más difíciles y a la vez una de las cosas que le gustaban más era leer y aprender.

     

    -Un gusto, Emma.- La saludó con una sonrisa. Le gustaba devolver los gestos.- Siento si te interrumpí en algo. Y te recomendaré... puede ser un libro que leí hace un tiempo, era sobre hipogrifos y unos trols que querían aprender a volar. ¡Imagínate sus torpes intentos! -rió al recordarlo era más divertido que como los contaba ella.- Lo encontré en esa sección de allí, pero no recuerdo el título.- señaló a unas estanterías.-Si quieres luego te acompaño a buscarlo.

     

    Siguió a la chica para sentarse en una mesa junto a ella,dio una mirada de reojo a la chica que esperaba en recepción por atención.

     

    -Yo estoy recién graduada.- Le contó.- Pero tampoco quisiera dejar estos lugares, no mientras siga viniendo a estudiar a conocimientos, me gustan el ambiente de la Academia.

     

    Esperó a que alguien se acercara para pedir un café, mientras Emma alzaba la mano en busca de alguien. En eso llegó la chica a la que había preguntado si necesitaba ayuda.

     

    -Hola. Claro, siéntate. ¿Cómo te llamas? -Le preguntó, amistosamente.

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  12. No tenía razones para derramar lágrimas ese día, más bien se sentía alegre y se veía reflejado en la sonrisa que no había desaparecido de su rostro en ningún momento. La habían ido a saludar en ese momento importante de su formación varias personas a las que las tenían en consideración y otras a las que quería bastante, eso la mantuvo feliz.

     

    Hace tiempo que no veía a Sunar, pues tenían asuntos personales que atender, pero en ese momento le había dejado en claro que se encontraba bien. Aún así le hizo saber que para cualquier cosa podría contar con ella. Vio cómo se alejaba de nuevo con su hermano pequeño y se volvió hacia los demás.

     

    Tejo la estaba logrando ponerla sensible, se había acercado a ella, luego de haber estado un momento ausente en esa celebración. Él estaba emocionado, al igual que ella, pero lo expresaban de distinta manera.

     

    -Hasta que llegó el momento.- Asintió a este.- Claro que tenemos que volvernos a ver, tenemos que acordar alguna cosa para juntarnos,puede ser mediante una lechuza ¿te parece? o si quieres podemos acordarlo ahora mismo.En realidad sería bastante triste no volver a encontrarnos por ahí. -Le contestó intentando calmar sus emociones. No le gustaba llorar cuando debería reír.- Y sé que tu también lograrás todo, amigo. Seguro que si. ¡Felicidades! -Le dijo, abrazándolo y dejando que fuera a saludar a otras personas.

     

    Se volvió hacia el grupo de personas que la rodeaba, en realidad todos estaban cercanos unos con otros, eran pocos graduados y el lugar no estaba tan atochado como lo había estado con la graduación anterior. Miró a cada uno de los que estaba allí, sonriente, como se le estaba haciendo habitual en ese momento.

     

    De pronto sintió que alguien le desordenaba el cabello, se horrorizó, le había costado conseguir llevarlo bien arreglado. Conocía la voz masculina que le decía "Felicidades Tonks", era Sain. Se volvió entre enojada y sonriente, tratando de ordenarse el cabello.

     

    -¿Qué te...? -Iba a empezar a protestar hasta que vio un gran ramo de flores preciosas, al estilo colorido de Sain, se le quitó todo el enojo por haberla despeinado. Una sonrisa volvió a aparecer y abrazó a su tío, casi arrebatándole las flores.- ¡Gracias por venir, Sain!

     

    Le resultaba agradable ese momento, Mitzi no le había avisado a pocas personas que se graduaría, y sin embargo, habían más de las que esperaba.

  13. Haberse graduado de la Academia había significado no poder asistir al lugar que más comodidades le había brindado en su estadía allí, la casa de los Centauros. Tampoco salía muy a menudo a los jardines ni a los establecimientos que quedaban cerca, así con el viento refrescante caminó por la explanada única del edificio que formaba a nuevos magos. Recordaba la primera vez que se dirigió a su casa, algo perdida, pero había conseguido llegar que era lo importantes, y recordó la últimas vez que salió de allí. Había conseguido librarse de los regaños del director después de la fiesta que habían realizado, y deseaba que la nueva prefecta también lo hubiese logrado.

     

    Se fijó en un lugar al que nunca había entrado siquiera a hacer sus deberes, era la librería. Se detuvo ante la estructura y con curiosidad decidió beber café, sería relajante hacerlo en esa tranquilidad. Podría servirle para conocer a alguien.

     

    Entró empujando suavemente la puerta, y distinguió a una chica a la que no había visto antes. Parecía un poco desorientada, sí que haciendo gala de sus dotes aprendidas como prefecta se dirigió a ella.

     

    -Hola.Soy Mitzi.- Se presentó con una sonrisa, tendiéndole la mano.- ¿Buscas a alguien? Te noto media perdida.

     

    Esperó a que la chica le respondiese, seguro era una nueva estudiante de la Academia y siempre se necesitaba ayuda.

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  14. Se estaba preparando para desaparecer junto a la Malfoy cuando unos pasos y luego una voz resonaron en la recepción, miró hacia donde le hablaban y allí estaba Helike, la había conocido hace un tiempo, pero no había vuelto a verla. La verdad es que la mayoría de los antiguos visitantes de la mansión Potter Black, habían desaparecido,seguramente ocupados en sus trabajos tal como lo hacía su prima.

     

    -Hola, Helike.- La saludó sonriente.- Pues casi bien. Hemos venido para reparar una despartición que sufrí en el examen, pero leyendo este folleto me di cuenta que no atienden este tipo de cosas aquí ¿no? -Quizás ella les podría dar una respuesta más segura.- Espero que también estés bien. Ahora debemos ir a San Mungo... no quiero quedar sin dedo.

     

    Era una suerte que le hubiese contestado eso, pues una delas enfermeras había llegado hasta ella y comenzaban a conversar. Las dejó que siguieran trabajando.

     

    No era una idea que le hiciera mucha gracia perder un dedo, así que esperó a que la chica que la había llevado hasta allí le indicara cuándo desaparecerían, para prepararse a la extraña sensación que provocaba ese medio de transporte.

  15. Había recibido la invitación en la Hacienda Tonks, nunca había asistido a una de esas organizaciones que hacía el bando así que se encontraba ansiosa por asistir al evento. Las invitaciones prometían algo que de verdad disfrutarían y esperaba que así fuera.

     

    Llegado el día en el que debería ir a la Feria, se arregló con anticipación ocupado ropa de muggle, le gustaba esa moda, aunque encontraba que las túnicas eran más cómodas. Con un jeans no tan ajustado, desteñido que parecía un poco desaliñado, una polera blanca suelta, de manga corta, y una túnica encima sin cerrar, consideró que estaría lista para presentarse. Era necesaria la túnica para que no hubieran confusiones. Además, llevaba unos zapatos de taco bajo. Iba maquillada con simpleza.

     

    Hacía muy poco que era una nueva miembro oficial de la Orden y eso la tenía feliz. Había tenido que esperar bastante tiempo para acabar la Academia y así poder ingresar,aunque eso no había significado estar desconectada del todo del bando, ya que le habían permitido ser aspirante y había podido compartir con otros.

     

    Avanzaba hasta el exterior dela Hacienda, donde le había dicho a su elfina Lina, que se encontrarían para aparecerse en las afueras del lugar donde debería llegar. La joven elfina estaba esperándola fielmente y Mitzi se acercó a ella sonriente. Lina le ofreció el brazo para que la tomara, como era habitual cuando iba a ayudarla a aparecer. Apenas la tocó, la criatura la miró para saber si estaba preparada y con un asentimiento desaparecieron con un estruendo.

     

    Aparecieron en un sendero rodeada de hierba fresca, miró a su alrededor en busca de algún lugar en el que pareciera que se iba a celebrar una Feria Mágica, pero sólo encontró un letrero clavado el el suelo con una flecha que indicaba que debía seguir el sendero hasta una casona de madera.

     

    -¿Será allí? -le preguntó a la elfina.

     

    -No pierde nada con intentarlo.- le respondió, devolviendole la mirada.

     

    Juntas avanzaron hasta allí, cuando entraron a la casona, Lina se hizo invisible, pero seguía a su lado. Se fijó en que había una recepcionista y una chica que tenía una capa de viaje. Se dirigió hasta ellas, contenta de haber llegado.

     

    -Hola.- Las saludó.- ¿Aquí hay que venir para la Feria Mágica? Soy Mitzi Potter Black. -Dijo con una sonrisa.

     

    Esperó las respuesta de la recepcionista, no sabía qué debía hacer exactamente.

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  16. Hola! Me gustaría unirme a esto también, me uní a la captación de aspirantes, pero considero que podría inscribirme, me encantan los duelos, y aunque no soy experta, puedo aprender rápido, será cosa de practicar. Así que si me aceptan acá pueden contar con mi apoyo. No sé qué debo hacer, si me falta algo me avisan.

     

    Saludos

    • Me gusta 2
  17. Aleisha fue la primera en responderle, se notaba que los tres tenían varias emociones mezcladas. Era de esperar, por lo menos en su caso era la primera vez que asistía a algo de esas características, siendo ella la graduada. Había asistido a la graduación anterior para saludar a algunos de sus compañeros con los que había compartido y además porque había sido nombrada prefecta. Le sonrió a la chica y se fijó que la gente empezaba a aproximarse a ellos.

     

    Una chica que parecía bastante emocionada fue la que primero apareció, sonrió por su entusiasmo, al parecer era una de las chicas que había sido nombradas prefectas de sus casas.

     

    -Felicidades, Alba ¿no? Que tengas una prefectura muy buena, la verdad es que las personas que obtienen ese puesto lo merecen.- Le dijo, sonriendo.

     

    Se sentía identificada con Katie, que también llegó a saludarlos, cuando la generación anterior se tuvo que graduar y la mayoría eran centauros sintió que quedaría sola, por lo menos le quedaban algunos con los que compartir, pero el tiempo había pasado rápido y sin duda, a la chica le courriría los mismo.

     

    -El tiempo pasa rápido. Creéme que yo sentí lo mismo que tu y ahora me estoy graduando.- Le respondió a Katie para darle ánimos.- Además, podemos venir a visitarte en otros lugares de la academia.

     

    Se fijó que algunas de las personas que esperaba que fueran allí, se aproximaban hacia ella, las saludó con una gran sonrisa. Dejó su diploma en la mesa, para estar más desocupada.

     

    -¡Monotoq, que bueno que viniste! Gracias. ¿Cómo estas? -Le respondió, agradecida por el gesto del chico. A penas lo había conocido, le agrada, y tuvo la amabilidad de presentarse allí.

     

    Se sorprendió un poco al ver que Sunar había llegado, había pasado un tiempo en el que se había marchado sin previo aviso. Sabía que se encontraría bien, pero igual había estado preocupada por ella. Sonrió y extendió los brazos al ver que Argi corría hacia ella. Lo abrazó y dio una vuelta con él, dándole un fuerte beso en la mejilla.

     

    -Te quiero, Argi.- Le dijo al bajarlo y desordenarle el cabello.

     

    Abrazó a Sunar con fuerza, era su madre adoptiva, y la extrañaba después del tiempo que había pasado sin verla.

     

    -Te extrañé. Me alegra saber que estés bien.- No le hacía mucha gracia tener que despedirse de nuevo de ella.- ¿Todo anda bien? -Le preguntó para que sólo ella pudiera oírle.- Gracias por venir, enserio que significa mucho para mi.

     

    Su madrina también apareció en el lugar, no podía dejar de sonreír ese día, también la saludó con un abrazo.

     

    -Gracias, Anna. Si, por fin podré dejar de ser aprendiz y trabajar para recibir un sueldo digno.- Le respondió.

     

    Hasta el momento sólo había podido ser aprendiz, pero en cuanto adquiriera el conocimiento que necesitaba, podría optar a ser empleada en el cuartel del Ministerio.

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  18. No se acostumbraba aún a la aparición, mientras avanzaban por el callejón hacía un edificio blanco que correspondía a la Clínica Santos Mangos, estaba mareada, no por la sangre que había perdido, sino por la desagradable sensación de aparecerse. La Malfoy tuvo que haberlo notado, pues la examinaba preocupada.

     

    -No pasa nada, estoy mejor. Es difícil mantener el equilibrio sin un dedo.- Le respondió, devolviéndole la mirada. Apoyándose en su brazo.

     

    Era incómodo caminar así, sentía que había una parte vacía que le hacía perder el equilibrio, pero avanzó con cuidado hasta una de las sillas que le indicaba C'Nedra. No estaba segura de si en ese lugar pudiesen atender una de esas urgencias, pero si no serviría para dar un paseo, fuera de lugar, sólo lamentaría haber llevado a la chica hasta allí.

     

    Mientras ella pedía atención en la recepción, tomó un folleto que había ahí. Le echó una ojeada y salían el rubro de la clínica,la vio con interés, buscando en algún lugar la palabra "aparición" o "despartición", pero no salía. Echó un vistazo a la chica. Deberían haber ido directo a San Mungo.

     

    -Me parece que aquí no atienden desparticiones.- Le dijo.

     

    Se incorporó tambaleando un poco, pero avanzó lentamente hasta ella y le mostró el folleto.

     

    -No tenía idea. Tendremos que ir a San Mungo.- Tomó el brazo de la chica.

     

    Aparecerse no era su medio de transporte favorito, pero era rápido.

  19. Estar sentada bebiendo una taza de chocolate era reparador, después de haberse desangrado un poco. Se sentía mucho mejor mientras observaba a la Malfoy moverse por su oficina luego de que le haya confirmado que podía llevarla a Santos Mangos, en vez de San Mungo. En cierto momento la había notado algo incómoda, pero sola lo solucionó. Había dicho "Falta... El..." ¿dedo?, se preguntó Mitzi. Vio que la chica tomaba una caja pequeña de vidrio negro y un escalofrío le recorrió cuando se imaginó que allí dentro estaría la parte que le faltaba. Nada que no pudiera soportar, pero resultaba extraño.

     

    Tomó la mano que la joven le ofrecía para pararse, era difícil mantenerse estable cuando falta el dedo gordo del pie. Dio gracias porque la chica lo comprendiera y la sujetara firmemente.

     

    -Lista.- Le respondió.

     

    Estaba conociendo lo que se sentía al desaparecer, supuso que era cosa de costumbre no sentirse un poco mareada.

     

    Se preguntó si la persona que las atendería en la clínica sería Sagitas o habrían otras personas especializadas.

  20. Se disponía a tomar el contenido de su taza de chocolate, sentada junto a Erictho cuando una voz resonó en el lugar. Un hombre las saludaba y se presentaba como el nuevo director de la Academia, parecía consciente de que había habido una fiesta. Esperó que no se fijara en el alcohol que había en una máquina junto al televisor muggle, que tampoco debería estar ahí. Palideció, pensando que Bea llegara a hacer desaparecer todo eso. Echó una mirada fugaz al pasillo que llevaba hacia los dormitorios y luego al director. Se incorporó.

     

    -Buenos días, señor. Soy Mitzi. La verdad es que no he visto a los jefes de casa...- comenzó a explicarle cuando apareció Bodrik.

     

    Aprovechó que León se fijaba en la jefa de casa para dirigirse en dirección a la máquina que contenía el alcohol que había sobrado con sigilo. Miró al director y comprobó que Emmet, el otro jefe de casa, llegaba. Significaba que León estaría ocupado en ellos. Sacó su varita rápidamente y apuntó la máquina.

     

    -Evanesco.- dijo en voz baja.

     

    El objeto desapareció, lamentando no poder haber rescatado algunas botellas. Se fijó que al lado en la mesa habían algunas vacías. Había sido un descuido de su parte como prefecta no haberlas hecho desparecer antes,así que volvió a repetir el mismo hechizo. Sólo quedaba el televisor. Ese trabajo le quedaría a la nueva prefecta, pues ella se había graduado y por ende le habían dado el puesto a otro centauro, a Bea.

     

    Luego de haber hecho desparecer lo indebido, supuso que sería hora de ira buscar sus cosas,para dejar la casa. Había sido una estadía agradable allí, pero había logrado llevar a cabo toda su formación en la Academia y debía irse. Fue en dirección a la que había sido su habitación, Bea todavía seguía durmiendo y negó con la cabeza, divertida. Recogió su maleta, con un movimiento de su varita todas sus pertenencias quedaron ordenadas dentro. Decidió no molestar a su compañera y salió del lugar. Llegó a la sala y miró a su alrededor con nostalgia, sonriente.

     

    -Éxito en tus clases, Erictho, fue un gusto conocerte. Yo debo irme, me he graduado.- Se despidió de ella, alegre.- Hasta luego, director, Bodrik y Emmet.- Se dirigió a ellos.

     

    Se dirigió a la puerta que la llevaría hacia afuera. Se alejó de allí sonriendo, no podría volver a ingresar al lugar, esas eran las reglas, pero volvería a la Academia para adquirir nuevos conocimientos.

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  21. No tuvo que esperar demasiado para que la misma C'Nedra apareciera a su lado para sacarla de allí. Estaba débil y no entendía por qué, perdía fuerzas, pensó que podía deberse al cansancio que había significado tener que sortear todas las dificultades que se le habían presentado en el examen de aparición. Veía borroso y los sonidos se volvían difusos ¿La Malfoy le estaba hablando? Intentó mirarla, pero al dar un pequeño impulso devolverse hacia ella sintió un dolor agudo en el pie, donde debería estar su dedo, que le hizo apretar con fuerza algo que estaba tomando mientras intentaba sostener sobre la boya.

     

    Decidió quedarse quieta un momento para lograr recuperarse, mientras la Malfoy le examinaba el pie. Pudo ver que lo tenía manchado en sangre,y entendió porqué se sentía tan débil. Sintió un alivio cuando ella lo dejó, la había curado ¿pero y su dedo? Sin poder siquiera dar un gracias, porque no tenía la fuerza para articular las palabras se dejó conducir por ella hacía su oficina.

     

    De nuevo sintió como si se estirara, hasta que tocaron suelo en la oficina de C'Nedra. La curación que le había hecho la chica estaba surtiendo efecto, al menos podía mantenerse de pie y caminó hasta el asiento que estaba enfrente del escritorio y se sentó, cansada. Recibió el vaso con chocolate que esta le ofrecía y bebió un poco. Era reconfortante.

     

    -Un fracaso total.- rió amargamente mirando a la chica.- Creí que por poco no lo conseguiría, cuando lo logré casi me resbalo y además perdí un dedo.- Comenzó a decir frustrada.- Gracias por curarme. Por cierto, ¿dónde quedó mi dedo? No lo siento.

     

    Movió los dedos de los pies y no estaba. La miró alarmada.

     

    -¿Podrán repararlo en San Mungo? Aunque prefería Santos Mangos, queda en el Callejón Diagon. Mi madre es la dueña.- Le explicó.

     

    No sabía qué protocolo debían seguir. Se estaba sintiendo mejor, el chocolate surtía efecto y pudo saborear lo delicioso que estaba. Esperó la respuesta de la Malfoy.

  22. A penas cruzó la puerta tuvo que hacer equilibrio para no caerse. El suelo parecía ondear y sus pies se empapaban de agua, al igual que su rostro. Miró hacia el suelo que era agua, un océano, y estaba parada sobre una madera que amenazaba con no durar mucho por la inquietud del oleaje. Buscó a su alrededor algo, tratando de serenarse, pero estaba sola. Comenzó a desesperarse ¿dónde se podría aparecer si no había nada sólido cerca? No veía la costa su única opción por unos segundos fue intentar hacerlo en el primer lugar que se le ocurrió, pues no sabía dónde estaba exactamente para elegir un lugar cercano, hasta que vio algo rojo, era una boya. Tenía el mismo círculo rojizo que la madera que comenzaba a crujir. Supo que debía ir allí. Tenía la primera D, el destino.


    Vio una crestas blanquecinas a lo lejos, que se acercaban a ella, eso no lo soportaría la base sobre la que estaba parada. Perdió la concentración en ellas y sacudió la cabeza para concentrarse en la baya. Que ya no estaba. Supuso que las olas debieron haberlo movido y visualizó el objeto con los ojos cerrados. Debía salir de allí, pues las condiciones empeoraban.


    Estaba logrando concentrarse con claridad en su destino, estaba a punto de decidirse a girar sobre sus talones, cuando algo tiró de ella por los tobillos. Abrió los ojos tratando de identificar que era y una mano viscosa la jalaba. Casi cae, pero logró mantenerse de pie. Le pegó una patada a la mano. Debía desaparecerse.


    Se concentró en la boya, decidida a salvarse giró sobre sus talones con desenvoltura. Sintió como si pasara por un tuvo que se enangostaba y ella se fuera estirando. No duró mucho, pues pisaba algo, pero no del todo bien. Se resbaló y se afirmó de la baya con todas sus fuerzas. Sentía que algo le faltaba, uno de los dedos de su pie había quedado atrás, había sufrido una despartición. Se sentía frustrada y desesperada, esperaba que las cosas que había intentado atraparla no consiguiera tomarlo.


    -Maldición.- soltó, golpeando la boya.


    Esperó a que alguien llegara.

  23. Después de una espera breve, una bruja joven le abrió la puerta y recordaba quién era, ya que Mitzi había estado allí antes para entregar el formulario, ella misma se lo había recibido. La invitó a pasar a la oficina.

     

    -Si, soy Mitzi.- Le confirmó, sonriente.- Que bueno que te acuerdes quién soy, aunque tampoco fue hace mucho que vine a solicitar el examen.

     

    Entró y vio que había una a red redondeada, siguió a la Malfoy hasta allí y le explicó el proceso que debí seguir. Asintió a sus palabras atenta. No sabía qué habría al otro lado de la puerta yeso la ponía un poco nerviosa, pero estaba preparada para enfrentarlo que fuese. Miró con desconfianza hacia donde le indicaba y luego miró a la chica. Mientras la jefa se arreglaba la blusa, empezó a repasar las tres D mentalmente, las había estudiado en la teoría,pero aún no practicaba nada, tal vez debería haberlo hecho, aquello la ponía nerviosa. Y por un instante sintió el impulso de salir de allí y volver después, pero luego se enfadó consigo misma, reprochándose su absurda idea. Se encaminó a la puerta y giró el pomo. Miró a C'Nedra.

     

    -Gracias. -dijo con una leve sonrisa, sin ocurrirse qué más agregar, estaba preocupada.

     

    Enfocó su vista al frente y atravesó la puerta dispuesta a enfrentar lo que fuese.

  24. Se había preparado y arreglado para ese día que eres especial, se graduaría después de haber asistido a todas sus clases y se había sentido comprometida, tanto que había sido nombrada prefecta de los Centauros de Blodwyn por un tiempo que estimó había sido poco. Le hubiese gustado hacer más por su casa y compañeros, pero parecía que a todos les faltaba el tiempo. Aún así, había tenido buenas experiencias y había conocido a personas que le agradaban, esperaba seguir viéndolos fuera de la Academia.

     

    Llevaba un vestido que si bien no era demasiado glamour, le daba el toque formal y sencillo, le llegaba hasta más arriba de las rodillas, ajustado. Su cabello castaño ligeramente ondulado lo llevaba suelto y ordenado. Y sobre esta vestimenta, llevaba una túnica de bruja elegante y azul marino,que se quitaría cuando hubiese terminado la ceremonia. Llevaba zapatos con tacones bajos que le combinaban. Se había maquillado con simpleza, para verse más decente.

     

    Se evaluó varias veces frente al espejo antes de decidir ir a presentarse al lugar, donde esperaba que la fueran saludar algunas de las personas más cercanas si es que podían asistir. Se encaminó al Gran Salón ansiosa, donde se juntaría con dos personas que apreciaba,Tejo y Aleisha. Estaba todo listo. Se dirigió a la mesa del centro para esperar a que diera comienzo, era la primera que llegaba. Estaba feliz, porque había conseguido llegar a esa instancia. Seguiría yendo a la Academia, para adquirir conocimientos especiales y el hecho de que podría conseguir un empleo, la entusiasmaba.

     

    Miró a su alrededor, Tauro estaba leyendo un papel, seguramente el discurso que daría. Y decidió dar comienzo cuando el lugar se fue llenando de gente. Recordaba lo concurrido que había estado el lugar en la graduación anterior, en la que habían salido varios de sus compañeros. Puso atención en las palabras de la directora y se acercó a recibir su diploma alegremente cuando esta lo indicó, además le había entregado un broche que simbolizaba a los centauros y que se volvería de color rojo en el futuro, por suerte sólo ella percibiría ese cambio. Le dio las gracias a Tauro y volvió a su puesto sonriendo.

     

    Escuchó los nombres delos nuevos prefectos, Bea sería su predecesora y sonrió buscándola por el Gran Salón. Luego aplaudió con ganas cuando nombraron a la casa ganadora, la suya, eso merecía celebración, aunque ella ya no podría volver al lugar. La directora anunció su retiro y otros aplausos sonaron para ella.

     

    -¡Felicidades! - Les dijo a sus compañeros.- Hasta que llegó el momento. Seguro lograrán éxito en lo que se dediquen.

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