Artemis Macnair Malfoy

Cuarta Planta – Rol con Pik y Eugenia

-Muchas gracias, la esperaré entonces –contestó a la enfermera con una sonrisa afable.

Pensó que sería divertido que hubiera una catástrofe, a ver cómo se las arreglaba el demonio teniendo que soportar a una sombra autómata, sintiéndose débil a cada rato y teniendo ataques. Lo siguió hasta el despacho y se sentó en la silla que le ofreció su primo. Sus torneadas piernas se cruzaron con un movimiento elegante y lleno de gracia.

-Gracias –dijo por proporcionarle lugar de espera y un asiento. Iba a responder cuando oyó una voz femenina a sus espaldas y se ladeó lo suficiente como para mirar a la jefa de la planta de psiquiatría-. Buenas tardes, señorita Evanik – saludó con una sonrisa cordial-. Soy Artemis Macnair Malfoy. Estoy aquí porque necesito ver los registros de su planta, si es tan amable de darme su permiso. Se teme que pueda haber una pandemia de un virus mágico y, al parecer, algunos de los síntomas pueden ser clasificados como parte del diagnóstico de una enfermedad mental. Necesito saber si ha habido casos previos en el mundo mágico – explicó con total seriedad.

Su primo enseguida se disculpó y quiso dejarlas solas, justo en el momento en que llamaban a la puerta del despacho. Saludó al demonio con la mano y una suave sonrisa antes de que se fuera a atender a quien estuviese esperando fuera. Miró de nuevo a la otra mujer, esperando preguntas o el permiso para buscar en los archivos de aquella planta.

-No se trata de la cantidad, sino de la calidad. Estoy segura de que tienes suficiente experiencia como para haber pulido tus técnicas –apuntó la humana al escucharla-. No puedo prometer no hacerlo –contestó antes de irse, con aire divertido, sobre no destrozar.

Cuando Cissy subió al laboratorio con los frascos, ya había comenzado a experimentar. Tenía varios ratones blancos, de cola larga y desnuda, correteando en jaulas individuales. Uno por uno los hacía memorizar el camino correcto por un laberinto, actividad en la que eran buenos aquellos roedores. Después les hacía olvidarlo. Tenía un tarro lleno de plumas azules y moteadas, de un pequeño pájaro que la comunidad mágica llamaba jobberknoll. Otro frasco contenía agua de río y en un tercero había agua de mar.

-Probablemente haya una explosión, sí –dijo alegremente. En sus últimos años de vida, hacía siglos, había sido instruida en hacer pociones. Pero investigar siempre tenía sus riesgos-. Oh, gracias. Esos frascos los necesito. Flores de nenúfar y ocho ninfas de una efímera. Creo que la combinación con el agua conseguirá un efecto inmediato… o al menos eso espero –comentó antes de agarrar lo que necesitaba.

Se había puesto guantes de dragón. Cortó los estambres de las flores primero y los echó en el agua del caldero hasta el límite del líquido. Luego comenzó a remover en sentido de las agujas del reloj, con fuerza, en cuanto se tiñó de un color anaranjado. Por cada vuelta echaba una ninfa. Al final agregó las plumas y esperó a que la poción adquiriese un tono verdoso pero transparente. En otro caldero hizo lo mismo pero añadiendo al final los dos tipos de agua, escuchándose un sonido como de explosión y saliendo una voluta de humo en el segundo recipiente.

-No me refería a comer –acotó la hechicera al ver que el demonio se hacía el inocente-. ¿Vas a estrenarla con Ariadna, con Veerie o con Sybilla? –preguntó con maldad sobre el tanga rosa-. Oh, la fantasía de estar con un par de gemelas –dijo divertida-. ¿Experta en qué? –inquirió con carita de inocencia impagable. Luego levantó la mano-. Yo, yo, yo quiero también clases particulares. Sybilla, ¿vas a ser nuestra profesora? –preguntó a la vampiresa, alzando y bajando las cejas-. Mejor por un puesto a la entrada de la Macnair con un cartel de neón que ponga “Club de locas por Pik: apuntarse aquí” –bromeó a su primo.

Ladeó la cabeza con seriedad y curiosidad, escuchando la historia que la griega relataba. Al final, separó los labios para hablar.

-Concede al menos el don de la invulnerabilidad –comentó, viéndose que Joanna había sido una mujer culta hacía siglos-. En él también se bañan los condenados por la ira, por eso se llama el rio del odio. Hablan de que tiene propiedades milagrosas, probablemente con una sola gota baste. Tu bisabuelo debió de quedarse en los Elíseos –agregó, como si conociese cómo eran las cosas en el Inframundo. Pero después de todo, Hades era su tío bisabuelo si atendía a la historia familiar que circulaba sobre la reina irlandesa Môr-. Ya, ya, confiesa que te mueres de ganas de mirar –dijo a Pik, agitando la mano antes de ir a las escaleras.

Apoyó la mano en la banda roja como había dicho Cissy. Inmediatamente la dejó pasar. Subió las escaleras y fue directa al tocador. Se cambió la ropa por un traje completo de laboratorio, incluida una bata blanca. Se recogió el cabello en una cola de caballo que se cubrió con una capucha que estaba confeccionada con un material especial por si había un accidente. Se puso los guantes, botas especiales y gafas de laboratorio antes de entrar en la enorme sala para experimentar.

-Esperaba que no, hubiera sido una pérdida de tiempo vivir tantos siglos para nada –contestó con tota la sinceridad.

Hizo un gesto de que no se preocupase. Si estuviese mal, aún seguiría sentada. No era tan bestia en ese sentido como Artemis. Sus ojos captaron la etiqueta del frasco, pero no pudo leerla por la distancia. Sin embargo, era lo suficiente curiosa como para preguntar.

-¿Qué contiene ese frasco? –se interesó, antes de bajar de la escalera-. Ah, no, volarlo en pedazos sería un daño colateral –respondió jocosa-. Oh, genial, así que tengo licencia para explotarlo –dijo divertida cuando la vampiresa le explicó que por ser Macnair podía pasar dentro del laboratorio-. ¿Tienes algún lugar donde pueda ir a cambiarme? Prefiero ponerme ropa adecuada para los experimentos -confió-. Y no, Pik, no estás invitado a mirar -agregó con toda la maldad por lo pervertido que era el demonio.

Ignoró la respuesta de Cissy, más interesada en que bebiese un poco. Esperó lo suficiente como para comprobar que no había efectos secundarios y entonces tomó la mezcla de zumo con la poción. En poco el dolor en la zona lumbar remitió y se sintió mucho mejor.

-Ah, leal boticaria, son rápidas tus drogas –dijo medio en serio medio en broma, citando a Shakespeare. Al oírla, sacó cinco galeones y los enseñó en la palma de su mano. El brillo dorado que emitían se veía bien en contacto con su sedosa piel-. Apuesto que irá a buscarte en una semana –saltó con aire divertido.

Menos de medio minuto después ya estaba de nuevo en pie y subiéndose a la escalera, para continuar ayudando a colocar todo en los estantes a la par que estaba dispuesta a conversar. Cuando terminó, bajó y contempló las cajas vacías.

-Bueno, creo que llegó el momento de inaugurar el laboratorio –comentó con satisfacción.

Cuarta Planta – Rol con Pik

Ladeó una sonrisa diplomática al escuchar a su primo.

-Es comprensible, sin duda –respondió asintiendo con suavidad, de manera totalmente encantadora-. Dime, ¿te valdría con el permiso de alguien de las altas esferas? –preguntó, manteniendo esa suave sonrisa cordial-. Lamentablemente no puedo darte todos los detalles, pero puedo decirte que existe el riesgo de una epidemia en el mundo mágico y necesito saber si ha habido antecedentes –ladeó la cabeza adorablemente-. ¿Te gustaría quedar mal al haber podido evitar una catástrofe de tremendas dimensiones y haberte negado a colaborar? –inquirió esbozando esa sonrisa que resultaba angelical y podía ser tan manipuladora.

No mentía, sólo omitía los detalles de una investigación abierta. Esperaba que su primo fuese lo suficientemente listo como para dejarle hacer su trabajo, teniendo una idea de lo que estaba en juego. De otro modo, tenía dos opciones. O esperar el permiso firmado por el propio Ministro de Magia o entrar en el registro por su cuenta. Sin duda, en la segunda planta Anna había sido mucho más colaboradora. Le daban ganas de volver y preguntarle si en el viejo registro de allí guardaban también los casos acumulados en Psiquiatría de hacía años.

-Oh, no hay problema. ¿Podría hablar con la jefa de planta, por favor? –le preguntó a la enfermera que parecía haber estado atenta a la conversación, en cuanto ella habló.

-De edad eres una anciana, en apariencia eres una adolescente –respondió con aire divertido a la vampiresa-. Oh, mira, Pik, no se niega a darnos lecciones –indicó al demonio, ladeando una sonrisa depredadora, marcando la última palabra alzando y bajando las cejas. Casi parecía invitarlo a un juego de coqueteo cuya víctima era Cissy.

Olfateó un momento la poción que le daba, con total desconfianza. Debía de saber a rayos. No sabía si sentirse aliviada de que intentase camuflar el sabor con el zumo o desconfiar aún más.

-¿Por qué no tomas tú un poco? –le preguntó a Cissy, a modo de que fuese la catadora-. Mirar a la cara todo el rato suena taaaan aburrido y empalagoso… -comentó antes de comenzar a reírse al seguir escuchando a la Ventrue. Tanto que se retorcía de la risa, soltó un leve quejido de dolor, pero sin parar-. Por cómo revoluciona a toda la familia, fijo que las gemelas se aprovechan –dijo divertida-. Yo tengo otra pregunta: ¿no temes que cuando creas estar con Ariadna, sea Cissy transformada? –inquirió con una amplia sonrisa.

Mmm... Crucio no mata, tortura y te deja hecho mi**** mentalmente XDXDXDXD Pero si quieres utilizar hechizos mortífagos, te diría que seas discreto. Se supone que los Macnair somos neutrales. *preparando bombas de clavos al más puro estilo irlandés* Oh... ahora que pienso... XD son buena idea si son de plata rociados con ajenjo, verbena y esos lindos venenos para vampiros

¿Dónde ves tú un trisquel? *le da una colleja a Pik* Es una triqueta. La triqueta la puso Cissy en la imagen porque es el símbolo de la primera diosa, también conocida como La Vida, el diablo femenino, etc. Los De Clare, familia de la cual descienden los Macnair, decían ser descendientes de esa diosa. Cissy hizo una combinación de imágenes que sirviesen de resumen para la familia Macnair.

*se pone a freír la patata* XDXDXDXD

Waaaaaa Deiwan, me gustan tus negocios *¬* Algún día me pasaré por ellos.

¿En Junio? Es posible que me vaya de vacaciones durante una semana en ese mes u.u Por cierto, ¿qué rol preparas? Tengo curiosidad XDXDXDXD

jajajajajaja Veerie, el secuestro es una excusa siempre factible y los Macnair adoramos usarla XDXDXDXD Nos leeremos a partir de mediados de Mayo^^ Suerte y éxitos en los estudios^^

Recién hoy me entero de que vamos a destruir la mansión XDXDXD *agarra varios cartuchos de dinamita y los coloca en las esquinas de la mansión* ¡¡¡Fuego en casa!!! *y corre a esconderse para que no le caigan los escombros* XDXDXDXD *Henry poniéndose un mono de trabajo azul oscuro y pegado al cuerpo para ponerse a trabajar en la reconstrucción*

Ah, sí, yo venía a dejar unas imágenes.

Skirion: http://www.animalescuriosos.com/wp-content/uploads/2010/10/aguila-harpia.jpg

Shadow: http://3.bp.blogspot.com/-xyn5vY7lm6Q/TdqhY-C30CI/AAAAAAAADnE/_Dn-kK2UTrQ/s1600/Caballo-negro-en-la-playa.jpg

Soltó una carcajada muy femenina al escuchar a Pik. El demonio sabía bien llevar el juego del coqueteo, de manera divertida. Por poco se mata de risa ante el agregado que fue dirigido a Cissy. Ya quería ver qué le respondía la vampiresa.

-¿El ojo? No sabía que fueses un cíclope –jugó con las palabras de él-. Realmente Sybilla está de muy buen ver para la edad que tiene –soltó divertida, dejando viajar su mirada por el cuerpo de la cainita-. Estaría bastante bien recibir lecciones suyas –finalizó, hablándole a Pik pero mirando a la matriarca Macnair, adelantando los labios en gesto de calor.

Se dejó cargar por el demonio. Su menudo cuerpo femenino era liviano. Colocó los brazos alrededor del cuello del chico para buscar un apoyo mientras él caminaba. Ante la exclamación de su primo, no pudo evitar imaginárselo sin ropa y un suavísimo rubor se asentó en sus mejillas. Aunque Joanna sabía coquetear, llegaba un momento que se veía su pureza.

-¿Dormir? ¿Bañarte? ¿Satisfacerte a ti mismo? ¿Pasarla bien con otra u otras personas? –tiró opciones de qué hacía sin ropa, con aire divertido-. Hablando de ropa. ¿Ya te probaste el tanga rosa que te compré? –agregó con maldad-. Vamos, con un poco de reposo estaré bien –le quitó importancia al traumatismo-. Gracias -murmuró cuando la dejó en la silla. Ni loca se tomaba una poción hecha por esos dos, cualquiera sabía qué le echarían.

-Leí que en las regresiones funciona experimentar con los estímulos y justo esta situación se dio a causa de un trauma compartido –respondió encogiéndose de hombros-. No se trata de haber sufrido o no lo suficiente. Si no de que esta no es mi vida. Bueno… no es mi vida en cierta forma. Sigo siendo la misma alma, pero es otra reencarnación –se explicó.

Cuando la vampiresa mencionó a Aidan, se calló inmediatamente. En sus ojos se vio dolor y apartó la mirada, como si se concentrase únicamente en los frascos. ¿Perderlo cómo? ¿La odiaría? ¿No volvería a verlo? ¿Él intentaría alguna locura y dejaría de existir? La primera y la tercera opción la desgarraban por dentro. Se quedó tan mal que dejó de escuchar a la cainita respecto a la poción para la memoria.

-Oh, así que por eso los dos os escapabais a un lugar privado en la mansión –agregó sobre Ariadna y el demonio cuando escuchó a Cissy, con aire divertido.

Chocó contra el suelo, de espaldas. Cerró los ojos con fuerza, evitando emitir sonido alguno de dolor. Se quedó en el piso, sólo movimiento las manos y los pies, asegurándose de que no hubiera daño irreparable.

-Sí, la zona lumbar –murmuró a Pik, intentando que su voz sonara sin dolor en ella-. Creo que sólo tengo un leve traumatismo –despreocupó a Cissy, segura de que la vampiresa no quería que dañase el cuerpo de su prima.

Alzó una ceja cuando el demonio le puso una mano por delante, a punto de decirle que no iba a ir a ninguna parte. De hecho, estaba a punto de pedir ayuda para levantarse, pero Pik la incorporó y la puso contra la pared. Sintió un latigazo en la zona baja de la espalda, incapaz de ponerse recta.

-Mejor una silla –murmuró con carita de dolor-. Si me hubieras matado, podrías haberme llevado a San Mungo. A partir de ahora diré que te vistes para que la gente se caiga de las escaleras –bromeó-. Gracias, Pika –agregó, mostrando una suave sonrisa que tiraba a dulce por la pureza de su alma, por haberla ayudado a incorporarse.

Off: jajajajaja ¿no sabes por quién sentirte posesiva, Sybisss? XD Eh, Pik, vamos a coquetearle los dos a ella

Laboratorio – Rol con Dangelin, Leah, Galedra, John, Bill (Blak) y Addison

¿Espejos? ¿Copias? Esas dos palabras hizo que casi le saliesen antenas por la atención e interés que demostró cuando miró a su jefa. ¡Era el sueño de una inmensa mayoría! Se preguntó si esas copias eran capaces de moverse, hablar y actuar como la persona que se había clonado. Decididamente quería una. No sólo para experimentar. Sería tan útil… Ah, no podía quedarse con la duda.

-¿Esas copias se moverían, hablarían y actuarían como nosotros? –formuló la pregunta que tenía en mente. Oh, ya estaba planeando varios usos para ellas. Había que decir que era divertido que Galedra se prestara a satisfacer la naturaleza sádica de algunos-. Oh, vaya, estás en todo –le soltó irónica a Bill cuando él le apuntó que los elfos sentían.

Realmente, no sabía en qué mundo vivía el chico. La gente no paraba de hacer experimentos con seres vivos, ya fuesen plantas, ratones, chimpancés o humanos universitarios que se prestaban a tomarse una pastilla al mes para tener algo de dinero. Y obviamente todos sufrían. Probablemente incluso las copias lo pasasen mal. No veía la diferencia con usar elfos. De hecho, pensaba que sería indiscriminado no utilizarlos. Siempre podía preguntarle a Fussy, su elfo personal, si quería ser parte del experimento. Fijo que él sería feliz teniendo una sombra autónoma igual de molesta que el elfo.

-Me voy a investigar por ahí. Iré a la planta de Psiquiatría, quizá tuvieron pacientes que fueron víctimas del veneno –dijo antes de saludar y salir de allí.

Off:

Investigación sobre Dangelin

San Mungo - Psiquiatría: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=97250&view=findpost&p=4254402

Cuarta Planta – Psiquiatría – Rol con Pik

-Buenos días –respondió al saludo de la enfermera, con tono cordial-. Muchas gracias, esperaré –contestó, tomando asiento cerca de la recepción-. Que tengas un buen y leve día –le deseó a la otra mujer antes de que se fuera.

Se acomodó en el asiento, cruzando las piernas con suavidad y elegancia, sin mostrar la piel superior a las rodillas. Sacó la copia que Anna le había dado, releyendo cada detalle para preparar las preguntas que quería hacer al empleado de aquella planta que se presentase para atenderla. Una voz familiar hizo que levantase la vista del pergamino. Sutilmente le hizo una captura de imagen con un móvil muggle que puso debajo de la carpeta, difícil de ver. Oh, tenía que enseñarla a las demás féminas Macnair. Fijo babearían viéndolo con aquella bata de sanador. Incluso puede que Ariadna le pidiese que se la pusiera para un juego entre ellos dos.

-Hola, primo –saludó al otro Macnair, mirándolo apreciativamente-. Aún no me decido. ¿Me pondrías tú la camisa de fuerza? –preguntó, ladeando una sonrisa, antes de guardar de nuevo la copia en la carpeta negra y levantarse del asiento con porte majestuoso-. Quería ver los registros que se guardan sobre los pacientes del pasado y del presente en esta planta del hospital. Oh, ya sé, son confidenciales por la relación entre médico y paciente. Pero esta ocasión es especial, cuestión de vida o muerte –habló con total seriedad y profesionalidad.

Había vuelto a subirse a la escalera mientras hablaba con Cissy, esperando su respuesta y sus sugerencias. Realmente era un tema que a ambas las tocaba de cerca y no se le había ocurrido otra manera de paliar el daño, incluido a Aidan. Eso la desesperaba. Quizá la vampiresa presentase más opciones. Guardó las diferentes hierbas, todas en bolsitas individuales con una dosis, en sus respectivos frascos etiquetados. Pediría que su siguiente reencarnación fuese más alta, era molesto tener que subirse a una escalera. Si al menos hubiera algún chico lindo, con bastante altura, para pedirle que lo hiciese por ella... Eso siempre había sido divertido. Le gustaba manipular y coquetear, utilizar sus armas femeninas.

La puerta de cristal de la botica se abrió. Un instante después oyó una voz varonil, reconociéndola. El demonio no estaba muy lejos de su posición, pero como aún no habían abierto y estaban ocupándose de la mercancía, no había mucha luz. No que ella trabajase allí, sólo había ido a explotar el laboratorio. Pero Cissy se había aprovechado para que la ayudase. En cuanto vio la vestimenta de Pik, sus carnosos labios se entreabrieron. Cuando los cerró de nuevo, le echó una mirada de arriba a abajo, haciéndole un examen visual completo.

-Por Circe, ¿pretendes matarnos, Pika? -inquirió la humana-. Es suficiente con que sea primavera en este hemisferio -agregó, por el dicho de que la primavera, la sangre altera. Y entonces perdió pie y cayó de la escalera.

Laboratorio – Rol con Dangelin, Galedra, Leah, John, Blak y Addison

-Yo creo que es mejor que agregues el bezoar al final, entero. Así ayudará a absorber el veneno del organismo invadido –contestó a Dangelin, antes de que la jefa de ambas entrase con otros tres hechiceros. A dos de ellos ya los conocía-. Hola, yo soy Artemis –se presentó a John y saludó en general.

Iba a contestar a Galedra, pero su compañera Dangelin le ganó de mano. Sólo pudo asentir, secundando las palabras de la afectada por aquel veneno. Alzó las cejas, sorprendida, cuando hablaron sobre Egipto. Sacó la copia que Anna le había hecho en San Mungo y releyó lo que allí estaba escrito, justo en la parte histórica sobre la poción.

-Se conocieron casos también en Roma. Lejos de Egipto, pero tiene sentido porque romanos y egipcios tuvieron historia conjunta. Hubo rumores de que el propio Julio César la padeció, argumentando que no sufría ataques de epilepsia, sino los efectos del Mens Virus. Se sabe que la última gran crisis la tuvo en el año 46 d. C., la cual interfirió en su mandato. Quizá después consiguió la cura, probablemente de mano de Cleopatra. Ella lo amaba, haría cualquier cosa por él –sugirió, irguiéndose de hombros-. Lamentablemente, en la copia que conseguí en San Mungo sobre el antídoto existente, están tachados dos de los componentes. Iba a intentar separar las tintas –agregó, después de escuchar a Leah.

Estaba segura de que algún faraón, con lo paranoicos que eran, había mandado investigar sobre el veneno y había encontrado la cura. Nadie mejor que la reina Cleopatra, la cual decía ser hija de Isis, para conseguirla. Un detalle que escuchó de los labios de Dangelin se lo confirmó: el color plateado, el color de la luna.

-Agua… y no cualquiera… sino de la fuente de la vida. Ese ha de ser uno de los ingredientes que están tachados, tendría sentido –comentó, antes de asentir respecto a hacer un informe de la investigación. Iba a contestar a Blak, pero sólo Dangelin tenía el derecho de decirle o no sobre ese caso… que era ella-. Oh, sí, yo también quiero saber sobre ese cofre, tengo curiosidad –admitió detrás de Dangelin-. Hey, Addison. No hay problema con que utilices el laboratorio… o si quieres, unirte a nosotros –contestó a su sobrina, afablemente-. Mmm… ¿y si combinando esos frascos del cofre obtenemos el antídoto? –sugirió de pronto.

Se calló de pronto, cuando Galedra tomó la palabra. Ladeó la cabeza. Fijo que nunca había estado en la biblioteca, ya tenía ganas de entrar en ella. Caminó detrás de Leah, internándose en la sala llena de libros que se había desvelado ante ellos. El cofre estaba allí. Por un momento tuvo la imagen mental de una momia apareciendo por ahí, desatándose una maldición y yendo a perseguirlos a todos para luego robarse el cofre. Demasiadas películas muggles, se dijo, sacudiendo la cabeza.

-Tengo una idea. Llamamos a un elfo y experimentamos con varias combinaciones de los frascos –soltó con una sonrisa de oreja a oreja-. Eso o invocamos al espíritu del dueño del cofre –agregó en un tono más serio, antes de que le tirasen algo a la cabeza.

Off:

San Mungo, Investigación sobre Dangelin:

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Segunda Planta – Rol con Anna y Darwind después

Apoyó la yema del dedo índice de la mano izquierda sobre el carnoso labio inferior, con aire pensativo.

-¿Conoces a alguien que pudiese separar ambas tintas? –le preguntó al final a la otra hechicera.

No sabía si su reencarnación actual lo dejaría por imposible, pero la persona que fue en el siglo XII era realmente terca y buscaría una solución sin descanso. Para ella todo era posible, sólo había que conseguir la manera correcta de lograrlo. Quizá podría utilizar la botica de la familia Macnair como lugar de investigación y experimentar en otros papeles escribiendo y tachando, con diferentes lapsus de tiempo, pociones y hechizos, hasta hallar la respuesta.

La siguió fuera del registro e iba a responder de nuevo cuando un hechicero se tropezó con Anna. Se mantuvo callada hasta que el joven sanador se presentó, entonces mostró una sonrisa amable, dejando ver su blanca y perfecta dentadura.

-Encantada de conocerlo, señor Hooch. Yo soy Artemis Macnair Malfoy –se presentó a su vez, antes de que él se marchase-. Oh, claro, ve, ve, puede ser una urgencia. Muchas gracias por todo, Anna, has sido de mucha ayuda –le agradeció de nuevo, asintiendo.

Compartió el ascensor con ella y esperó a que la Ryddleturn se bajase en la primera planta. Entonces pulsó el botón para ir al cuarto piso. Quizá no encontrase nada en Psiquiatría, pero no quería dar nada por hecho. Recordó que su primo Pik trabajaba allí. Dudó entre si preguntar por él no. El demonio era capaz de encerrarla diciendo que estaba loca. Como si él no lo estuviese.

Cuarta Planta – Psiquiatría – Recepción

La voz femenina anunció que había llegado a la cuarta planta y las puertas del ascensor se abrieron, deslizándose lentamente. La castaña lo abandonó, acariciando el suelo con la suela de los altos tacones de los elegantes zapatos negros. Vestida con una blusa femenina y una falda de tubo hasta las rodillas, ambas blancas, y un abrigo de cuero azul oscuro cuyo extremo inferior era paralelo al de la falda, con un cinturón que delimitaba la fina cintura, atravesó el pasillo hasta la recepción.

-Hola –saludó a quien estaba detrás del mostrador, permitiendo a un cabello suelto y ondulado un descanso después de que este estuviese danzando a su espalda a cada elegante paso de la chica-. Mi nombre es Artemis Macnair Malfoy ¿Podría hablar con algún empleado o la jefa de planta, por favor? –preguntó con una sonrisa encantadora, muy propia de los celtas.

Frunció el entrecejo cuando la vampiresa se rió. Le daba la sensación de haber quedado como una idi***, preocupándose demasiado por lo que le pudiese pasar. Ladeó una sonrisa ante lo de ser misteriosa y luego miró el pergamino enmarcado.

-Oh, tengo carta blanca entonces, gracias. Por cierto, ¿dónde está el laboratorio? ¿en la parte de atrás? -se interesó.

Asintió. No entendió la razón por la que le parecía que ese tono sonaba alarmado. Creía que la Macnair estaba deseando deshacerse de ella.

-Sí. Sólo necesito una poción para la memoria, algo personal de mi reencarnación y... bueno, la parte más difícil... revivir el trauma que me hizo tomar el control en primer lugar -le contó, antes de distraerse con una pequeña cesta de mimbre en la que había caramelos.

Agarró uno, lo desenvolvió y olisqueó. Cuando comprobó que no había peligro, se lo metió en la boca, inundándola del sabor dulce a fresa. Luego se hartó de darle vueltas y comenzó a mordisquearlo, deshaciéndolo.

-Hablaré con Aidan antes, pero podríamos hacerlo en la parte de atrás de esta botica -agregó, alargando la mano para tomar otro caramelo, esta vez de sabor de limón.

-No iba a probar las hierbas –dijo con carita de que no estaba loca como para hacerlo-. ¿Inventos? –repitió, pareciendo que le salían antenas-. ¿Cuáles? –agregó, totalmente interesada-. Top secret, no puedo hablar de mi trabajo –contestó, ladeando una sonrisa de aire misterioso, preguntándose por qué no les borraban la memoria a los ex trabajadores del Departamento de Misterios-. Pero sí te puedo decir una cosa: haré muchas pociones experimentales aquí –añadió entre malvada y divertida.

En cuanto Cissy agarró el ajenjo, la humana se acercó y le dio un manotazo en la mano que sujetaba la hierba.

-¿Quieres envenenarte? ¿O es que aún no memorizaste los venenos para los de tu raza? –la regañó. Tampoco es que la fuese a destruir, pero sí podía causarle una desagradable reacción. Aidan nunca volvería a hablarle si dejaba a su Sire meter la mano en venenos para vampiros-. Mmm… esa poción es interesante. Oh, querían intimidad. Por cierto… tengo una idea para devolverte a Artemis –cambió de tema abruptamente.

-Sigo siendo Joanna -respondió la hechicera, frunciendo el ceño. Sabía que la vampiresa estaba deseosa de que su reencarnación retomase el control, pero era terriblemente molesto y deprimente que fuese tan obvia.

La siguió, dispuesta a ayudar. Pero cuando le lanzó la caja, rápidamente se hizo a un lado y lo arrojado cayó al suelo, con un sonido sordo.

-Hey, ¿pretendes matarme con proyectiles? -inquirió, alzando una ceja. Asintió ante la pregunta-. Por supuesto, cuenta conmigo -aceptó de inmediato, agarrando la caja con las bolsitas para ir detrás del mostrador.

Fue a intentar alcanzar el frasco donde debía meter las hierbas pero estaba demasiado alto. Maldita sea, su reencarnación era demasiado pequeñaja, no se acostumbraba. Por si fuera poco, aún no había memorizado la cantidad de hechizos que había para realizar con la varita. Así que buscó una escalera y cuando la encontró, la puso donde la necesitaba. Subió por ella y fue colocando dentro del recipiente de cristal las hierbas.

-Dime, ¿podré utilizar el laboratorio de atrás para uso privado? -le preguntó cuando terminó de acomodar las bolsitas.

Había recibido una misiva de la vampiresa que decía: “¡Botica Macnair abierta! Estás invitada a explotarla”. ¿Cómo podía resistirse? Así que ni corta ni perezosa fue al Callejón Diagon y buscó el nuevo local. Vio el cartel de madera a varios metros y se acercó con rapidez. Pero cuando fue a entrar, por poco se estampa contra el cristal. Tendría que decirle a Cissy que pusiese un “cuidado con el cristal”. Empujó la puerta y se adentró en la botica.

Vestía unos jeans claros, botines de cuero marrón claro, un cinturón ancho del mismo material y color que el calzado y con hermosos dibujos enmarcando la fina cintura, una camisa color crema con pequeñas zonas caladas. Un collar de cuentas de diferentes tamaños y tonalidades pardas con varias vueltas colgaba por su esbelto cuello. Los pendientes eran del mismo estilo, con varias hileras de cuentas que pendían. En la mano izquierda llevaba un par de anillos, uno en el dedo anular y otro en el corazón, de plata con una piedra de jaspe marrón.

-¿Sybilla? –llamó, retirando un largo mechón de su cabello alisado y recién teñido de un bonito y brillante color miel. Sus ojos, perfilados con un lápiz marrón oscuro, escudriñaron el interior. Esbozó una sonrisa en sus carnosos labios, que tenían un toque rosáceo, al ver los diversos tarros con ingredientes para las pociones, deseando echarles la mano.

-Oh, no hay problema. Los ácaros también tienen derecho a la vida –bromeó con una sonrisa, agitando la mano para quitarle importancia a la disculpa de Anna. Entendía que no tenían manos extra para limpiar aquello, más necesarias para otras tareas dentro del hospital-. Además, un registro no es viejo si no tiene polvo –agregó con aire divertido.

Moduló un “gracias” al darle el libro para que hiciese una copia a la página. Cuando Anna se la dio, separó los labios en expresión de sorpresa por la rapidez y la eficacia de la otra hechicera. Estaba más acostumbrada a que las investigaciones tuvieran un proceso mucho más lento. Era una verdadera suerte que no fuese lo mismo en aquella ocasión, de carácter urgente.

-Muchísimas gracias –dijo mientras tomaba la copia y la guardaba a buen recaudo en un bolsillo del abrigo de cuero azul oscuro-. Oh, pues ahora que lo mencionas… ¿Sabes de alguna forma mágica que funcione para desvelar aquello que está tachado en un documento? Hay un par de ingredientes del antídoto que tienen un borrón por encima. No parece estar escrito a mano, porque en la siguiente hoja no hay marca… -comentó. De haber dejado huella, probablemente hubiera podido saber qué diablos estaba escrito. Quizá Dangelin sabría qué dos ingredientes faltaban, se dijo. Cuando volviera al Departamento de Misterios, lo descubriría una vez estuviese en el laboratorio.

*Lanzando un hechizo reparador a los códigos* ¡Tará! Ya están arreglados, gracias a la magia del foro Salvo la imagen de la segunda parte de las reglas u.u Pero eso debe de ser problema del lugar de almacenamiento de imágenes... creo...

Sí, da para hacerse una fiesta privada con los vampiros (y algún demonio ) de la Macnair XD De nada por Fussy XD *Joanna le da un sartenazo a Cissy* XDXDXD Vale, buscaremos entre tu ropa interior, Cissy XD

Oficina Creadora de Hechizos y Pociones

Dos voces, una de un chico y otra que reconoció como la de su jefa de oficina, hicieron que levantase la mirada del informe que estaba redactando. Hizo un suave gesto de saludo y, en cuanto Galedra se lo llevó a la Sala de Iniciación, volvió a centrarse en lo que estaba escribiendo. Minutos después firmó en la parte inferior derecha del pergamino y llamó a Skirion. Su águila harpía macho andaba dormitando debajo del escritorio y asomó, dando saltitos.

-Hola, precioso. ¿Todavía con sueño? –le preguntó, acariciándolo en la dirección que tomaban las plumas, con dulzura-. Lleva este pergamino a la oficina privada de Galedra, ¿sí? –se lo enseñó ya enrollado e hizo que lo sujetase con las garras, sin dañarlo. Después le dio un trocito de carne que tenía guardada en una pequeña bolsa de cuero marrón oscuro-. Luego te dejo dormir un poco más –le prometió, antes de que la majestuosa ave saliese volando.

Unos segundos después, Skirion ingresó en la oficina privada de su jefa, dejando el pergamino en la amplia mesa. Salió volando y volvió bajo el escritorio de su ama para seguir dormitando. El informe dictaba:

A la atención de Galedra Anprina Dumbledore Ravenclaw,

Después de visitar el Departamento de Transportes Públicos y hablar con el director y una de las jefas de oficina, llegué a la conclusión de que todos los asistentes al Mundial fueron drogados, probablemente con una poción para confundirlos o simplemente les lanzaron un hechizo Confundus en conjunto.

Su empleada,

Artemis Macnair Malfoy

Laboratorio, Rol con Dianavera y Dangelin

Volvió allí después de haber estado en La División de Seres, Duendes y Espíritus y en San Mungo. En la primera no había podido sacar información, aunque esperaba poder hablar con Katara y Taurogirl más adelante. En el hospital mágico había encontrado detalles sobre la poción y el antídoto a tomar, gracias a que Anna la había dejado entrar en una sala de archivos con varios años de antigüedad. Vio que las dos chicas parecían estar trabajando y sólo hizo un levísimo gesto, para no sobresaltarlas. Si no, podían mandar todo el laboratorio al infierno. En su mente se imaginaba un "boom" a lo bestia, con el cristal rompiéndose, llamas encendiéndose en varias partes del lugar y todas siendo arrojadas contra las paredes. No le apetecía ir a San Mungo como paciente, con todo tan blanco que hacía daño a la vista.

Off:

Investigación sobre Dangelin

San Mungo: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=96171&view=findpost&p=4245072

Somos tres matriarcas que se escabullen (cuatro contando a Lat ). Sabes que yo no voy a responsabilizarme de ese cargo. Tú has querido ponerme en el árbol así y yo no quiero ser parte del matriarcado XD

Ahora cambio la parte de tu habitación, con el link a la imagen, Joa^^ Cuenta conmigo para hacer al menos un rol en la graduación. Tengo que ir pensando en un regalo... *le da un sartenazo a Henry* No, no te voy a envolver de regalo -.- Vampiro egocéntrico... u.u

Sala de los espejos – Rol con Leah, Galedra, Dianavera, Dangelin, Neos y Addison

Miró con total atención y sorpresa todo cuanto acontecía en el espejo. El libro de los muertos, el libro del gemelo de su antepasada. Eso quería decir que habían fallecido y habían tenido que solucionarlo. Por supuesto, había habido una catástrofe de grandes dimensiones, probablemente causada por el desequilibrio ocurrido. Toda la seriedad del momento se vio truncada por la escena donde la hija de su jefa la regañaba por querer profanar las tumbas. La irlandesa no pudo evitar soltar una carcajada, divertida por aquello.

-Y yo que te creía una mujer más seria… -comentó a la pelirroja con una sonrisa de diversión.

Le habían dado ganas de agarrar un traje de arqueóloga y largarse a Egipto, secuestrando de paso a su jefa. Quizá podrían conseguirse unos camellos y cruzar el desierto, con destino a la pirámide. Sería una odisea cuando aquellos animales no quisiesen andar o cuando comenzasen a correr como alma que persigue el diablo. Y nada de porteadores, así no repartían el botín con más personas. Como mucho, llevarían elfos. Tuvo que obligarse a dejar la fiebre de la profanación para seguir atendiendo a las imágenes.

Luego, el rayo le dio de pleno y quedó atontada. ¿Qué…? ¿Cómo…? ¿Cuándo…? Frunció un poco el entrecejo. Se sentía desorientada. Lo único a lo que atinó fue a asentir cuando Galedra les ordenó redactar un informe y a salir de aquella sala. Estaba tan metida en sus pensamientos que no prestó atención a nadie ni a nada mientras se dirigía de nuevo a su cubil, en la Oficina Creadora de Hechizos y Pociones.

Una vez en aquel habitáculo, se sentó en la silla y se quedó mirando un pergamino en blanco. No supo cuánto tiempo había pasado cuando levantó la vista. No había escrito ni una sola palabra. Levantó su varita y apuntó a una pila de libros que había llevado de la biblioteca de la Macnair.

-Morphos –murmuró, convirtiéndola en un reproductor de música. Le dio al play y comenzó la canción de Swing it, de Big Bad Voodoo Daddy. Recordaba haber compartido aquel complicado y salvaje baile con Henry. El ritmo se hacía con cada fibra del cuerpo. Al rato comenzó a escribir, finalmente.

Off:

Investigación sobre Dangelin y Denisse.

San Mungo, Segunda Planta:

http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=96171&view=findpost&p=4241306

http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=96171&view=findpost&p=4243644

Departamento de Control de Criaturas Mágicas:

http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=95418&view=findpost&p=4241525