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Pakami Gryffindor

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Mensajes publicados por Pakami Gryffindor

  1. ¿Qué sucede cuando el alma abandona la prisión del cuerpo? ¿Adónde se dirige? El fuego de la vida que anima a los seres y les da la capacidad del movimiento. Una maldición disfrazada. Una ilusión de libertad bajo la que se esconde el inexorable paso del tiempo hacia la interrogante del destino sobre la que prospera gozosamente el ansia existencial. Aquella pregunta que mantiene al alma alerta en horas de descanso: ¿qué significa vivir cuando no se sabe qué sucede al morir?

     

    Pakami tomó la posión de las manos de la bruja sin cuestionar el contenido. Una confianza sólida nacida de la amistad compartida en un pasado que parecía eternamente lejano. El líquido se esparció por su pecho con un leve intento de inyectar hueso y músculo con una energía que ya no podían retener. Una mirada furtiva hacia Catherine sirvió de tosco agradecimiento.

    Los ojos del mago seguían con esfuerzo los movimientos de la familia en duelo. Nostalgia inundaba su mente y amenazaba con escapar. No había descripción apta para el dolor en los ojos de los presentes. Ante aquello la magia, tanto como las palabras, serían insuficientes. Sentimientos de inadecuación impedían que el aliento de la bruja a acercarse a los familiares surtiera efecto. No había nada para él allí. Pero la ceremonia final había dado comienzo antes de que pudiese expresar el deseo de huir una vez más.

     

    La voz recitando los versos era como un peso cada vez más grande sobre sus hombros. Ni siquiera los efectos de la poción serían suficientes para detener el incontenible deseo de desplomarse en los brazos consoladores de una madre. Afortunadamente la soledad había forjado en él una voluntad de hierro. El dolor en la palma de sus manos a raíz de las heridas provocadas por sus uñas fue distracción suficiente para sobrevivir hasta que el elogio hubo finalizado.

     

    Las últimas palabras pronunciadas en el mismo flotaban de manera incorpórea en la mente del mago: ¿qué significa dejar que un alma sea libre? O más importante aún y derivado a su vez de la misma pregunta: ¿qué sucede cuando el alma abandona la prisión del cuerpo?

    Sobrecogedora tristeza amenazaba con hacerse con el estado conciente del mago. Su mirada acompañaba los patronus conjurados mientras que una sonrisa irónica reflexionaba en su significado. Espero un guardián. ¿A quién esperarían los Gryffindors ahora que su principal guardián era libre?

     

    -No hay nada más para mi aquí,- murmuró para los oídos de su compañera. -Vámonos.

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  2. ¿Qué impulsa un alma a dejar atrás el olvido para retomar el arduo camino de la redención? ¿Dónde se origina esa chispa de ansiedad que crece con cada desesperado intento de la mente por enterrarla? Que se resiste a extinguirse, escondiéndose en lo más recóndito de aquello que llamamos conciencia y la envenena con la ilusión del deber ante otros. Una plaga, un invitado inesperado que se rehúsa a retirarse aún sabiendo que su bienvienida ha expirado. Y a pesar de todo, elocuente, encantador, atrayente.

     

    Un monólogo que inicia como el suspiro de aquel que se conoce culpable pero que cree tan fervientemente en su inequívoco argumento que la muerte es preferible al silencio; que gana fuerzas y aliento con cada eco que resuena en la cámara vacía donde se ha escondido, convencido que son las voces de las masas, movidas por la inconmensurable belleza de la verdad de su razonamiento. Pronto, la potencia de su voz traspasa los muros y traiciona su escóndite.

     

    Allí donde la mente se regocija en la adrenalina que surge con la expectativa de atrapar al intruso se encuentra en su lugar con una llama ardiente. No hay intento válido, por muy desesperado que pueda ser, que valga para esconder ese fuego que ahora se esparce rápidamente, abrasando todo pensamiento en su camino. Todo es consumido por una idea, una chispa: "Ha muerto uno de los mejores. Hay vidas inocentes en riesgo."

     

    Con la capa hecha girones y un aspecto malnutrido, Pakami se había aparecido en los jardines del último rostro que recordaba. Varios minutos habían sido necesarios para recordar que Padosa ya no estaba. Que también había partido. El dolor del recuerdo lo había llevado al borde. Varita en mano, había estado a tan solo un momento de desaparecer una vez más. El fuego. Un segundo de vacilación. Catherine había aparecido frente a él. Catherine, la de rostro frío, detrás del cuál él estaba convencido de ver a Padosa asomarse.

     

    Mantenerse en pie sin perder la estabilidad era un esfuerzo monumental. La voz del mago se quebraba constantemente al intentar dar una explicación de su repentino abandono de la soledad que había encontrado. Su amiga se asomaba una vez más detrás de los ojos de aquella mujer en el entendimiento que descendía en su semblante con solo unas pocas palabras arrancadas de su garganta a duras penas.

     

    Un extraño sentimiento aquel de agradecimiento en cuanto ella tomó su mano y desaparecieron juntos hacia la mansión ancestral.

     

    La desorientación parecía nunca acabar mientras que la paciencia del mago menguaba a cada momento. ¿Cuánto podía cambiar en cinco años?

     

    El destello nauseabundo que ondulaba en el cielo no llegó a desaparecer con la rapidez suficiente para escapar la mirada. Viejos sentimientos renacían como ascuas reavivadas por el fuego renacido. La anticipación continuaba creciendo a medida que se acercaban al lugar que alguna vez había sido llamado hogar. Un monstruo escamoso anidado en el estomágo se movía inquieto e inyectaba todo con el veneno del terror asociado a símbolos ominosos sobre hogares desprotegidos. El antídoto no tardó en llegar con un sabor amargo en la forma de una familia en duelo. No había nada que anticipar más que el dolor de aquellos que habían perdido a un ser amado.

     

    Pakami se ajustó la desgastada capucha de manera que cubriera su rostro iluminado por el fuego que envolvía el féretro. Aún se sentía intoxicado ante el prospecto de ver a aquellos que había dejado atrás hacía ya tanto tiempo.

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  3. El eco provocado por el chirrido de las enormes puertas de madera al abrirse se sentía contra-intuitivo al provenir del interior de lo que uno esperaría fuera un granero abandonado en medio de un campo cuyas cosechas se habían salido de control años atrás.

     

    Bastaba únicamente con levantar la mirada para romper la confusión provocada por la discordancia entre el oído y la expectación.

     

    Una amplia bodéga al menos tres o cuatro veces el tamaño del granero se extendía en todas las direcciones. Simple, sin elegancia. Un lugar con fines meramente prácticos. Sea quien fuera que se atreviera a traspasar, tendría dificultades para discernir característica alguna del mago autor de tal lugar fuera del evidente sentido de pragmatismo.

  4. Suspiró por lo que parecía la millonésima vez aquel día. La inmadurez de Bel parecía crecer exponencialmente bajo los efectos de lo que sea que había tomado. Él no se sentía lo suficientemente paciente para esperar a que la función de circo terminara. Se mantuvo firme, con la mirada fija en los ojos de Matthew mientras el mago intentaba intimidarlo utilizando la cercanía. Por el más breve momento, el pensamiento de que Gryffindor se sentiría más a gusto cuanta más cercanía compartieran, cruzó por su cabeza. Pero antes de que su cuerpo compartiera el desafío de su mente y se moviera por sí mismo, Matthew se había apartado.

     

    —Al parecer ustedes dos tienen más en común de lo que aparentan— Mantenía un tono calmado mientras extendía la mano libre para tomar una copa llena del líquido que el mago les había ofrecido.

     

    Pausó sus palabras un momento antes de vaciar el contenido en su boca y lanzar la copa a un lado, estrellándola contra la pared más cercana.

     

    —No tengo nada que hacer aquí— Gruñó. —Estoy seguro de que Catherine estará encantada de saber dónde te encuentras, en qué estado y con qué compañía, Bel.

     

    Gryffindor comenzó a caminar lentamente en dirección a las escaleras que, imaginaba, llevarían a la salida de aquel lugar.

     

    —Y a ti— Sus ojos brillaron cuando se dirigió al mago. —Procura que no vuelva a encontrarte. Si no fuera porque ella está presente, éste encuentro hubiese terminado muy diferente.

     

     

    @@Matthew B. Triviani @

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  5. La sed de sangre que el mago despedía era como un hedor que inundaba el aire a su alrededor. Gryffindor aún se aferraba firmemente a su varita. Con el humor volátil de Bel y el descaro del hombre que se interponía entre ellos, no había forma de predecir qué sucedería a continuación.

     

    Y casi como si pudiera leer sus pensamientos, Bel actuó de la forma más inesperada. Había subestimado el estado de intoxicación en el que se encontraba su amiga y ahora estaba siendo apuntado. El amenazador se había vuelto el amenazante. Pero Gryffindor no se inmutó.

     

    —Baja la varita— Su tono de voz había bajado y sus ojos eran gélidos. —Ambos sabemos quiénes serían los perdedores si me enfrentan.

     

    El sonido de cristal haciéndose pedazos contra el suelo, producto de la poción que el mago había dejado caer, quebró la tensión. La varita de Gryffindor permaneció apuntando a su amiga, pero sus ojos se desviaron hacia... Matthew. Una sonrisa torcida, interrumpida solo por la cicatriz que recorría su rostro, se dibujó en él. No era muy asiduo a tales gestos puesto que generalmente eran interpretados como una mueca, pero no había podido evitarlo.

     

    —¿Tu también quieres intentarlo? Veremos quién ata primero a quién. El ganador escoge el juego— Respondió con humor.

     

    Gryffindor tuvo que reprimir la sorpresa al verse transportado por el tal Matthew antes de que tuviera tiempo para reaccionar. El sótano en el que habían aparecido parecía exclamar muerte desde cada rincón oscuro. Era el último sitio donde debían estar. Si Bel no entraba pronto en razón, los problemas continuarían escalando.

     

    —Bel, no me hagas llevarte a la fuerza. Sabes que lo haré— Amenazó aún sabiendo que era en vano. —Es tu última advertencia.

     

    Mientras tanto, el mago revelaba más y más de su oscura naturaleza. Gryffindor consideró atacarlo por un momento, pero sentía una fascinación oscura por ver hasta dónde llegaría. Si tan solo pudiera poner a Bel a salvo. La situación sería mucho más manejable si estuviera a solas con Matthew. Ambos empujarían al otro hasta sus límites y el ganador se llevaría todo.

     

     

    @@Matthew B. Triviani @

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  6. Su mirada permanecía impasible. La confesión de Bel no aparecía como una sorpresa. Era mas bien un comportamiento típico de ella. Aquello no quitaba lo peligroso de la situación. Debido a la sutileza con la que se movía el mago y la expresión en su rostro, era fácil deducir que el estado en el que Bel se encontraba era un factor importante en la denominación del reloj familiar sobre su situación como extremadamente peligrosa. Suspiró.

     

    "Si Bel, tu esposo." Replicó en un tono seco. "Envió a P-ko a buscarme. Evidentemente está preocupado."

     

    Sabía que no debía haberse involucrado. Desde el momento en que la elfina le llamó, supo que se encontraría en una situación ridícula. Se trataba de Bel después de todo.

     

    "No tengo interés en juegos." El mago se había acercado peligrosamente a sus labios, pero Gryffindor no había retrocedido un centímetro. En cambio, puso su mano sobre el pecho del atractivo brujo y lo empujó, alejándolo de sí. "Quizás... en otro momento."

     

    No sabía qué lo había impulsado a pronunciar esas últimas palabras. Quizás la abstinencia de los últimos años comenzaba a afectarlo. Su mirada continuaba recorriendo al joven de pies a cabeza en una forma tan sutil como tener un ojo cubierto por una cicatriz lo permitía.

     

    "Bel, ven conmigo o tendré que llevarte a la fuerza." Volvió a dirigirse a su amiga. Esta vez quitó la mano que sostenía su varita de dentro de su capa y reveló que su amenaza no venía vacía.

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  7. Gryffindor se limitó a mostrar una mueca de disgusto ante la demanda de la empleada. Tales cortesías eran tan innecesariamente mundanas que ni siquiera consideraba necesario registrar la protesta de la mujer con palabras. Ya había establecido su propósito, esperaba ahora que la empleaducha cumpliera con el suyo.

     

    Tan solo un momento más tarde, Gryffindor se encontraba atravesando la puerta trasera para encontrarse finalmente con la persona que había acudido a buscar. Bel y su acompañante parecían embelesados en su conversación.

     

    "¿Interrumpo?" Se anunció con voz fría.

     

    Aún ocultaba su varita bajo su capa. No podía estar seguro de qué clase de individuo Bel había encontrado ésta vez. No podía bajar la guardia. Gryffindor examinó al acompañante de su amiga en un instante. Una sonrisa torcida se formó en su rostro al notar que se trataba de un joven extremadamente agradable a la vista. Quizás hubiera más de una manera de rescatar a Bel de aquel peligro inminente. Luego de un momento, la mirada de Gryffindor se posó sobre Bel.

     

    "Tu... esposo está preocupado por ti." Declaró.

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  8. Castillo Evans McGonagall

     

    Gryffindor depositó la taza vacía en su respectivo platillo con delicadeza, sintiéndose satisfecho. Una vez más había pasado mucho tiempo desde la última vez que había disfrutado de algo tan mundano como una comida. Luego de unos minutos en absoluto silencio, decidió ponerse de pie y esperar con gesto impasible el retorno de la pequeña elfina mientras se disponía a recorrer los enormes pasillos del Castillo Evans en busca de un cuadro específico. Gryffindor confiaba en encontrarlo antes de que la criatura de Bel volviera o de que él tuviese que salir a buscarla porque había colapsado de nervios en algún rincón.

     

    Los habitantes de los lienzos se movían inquietos y apartaban la mirada cuando él se acercaba. Sin duda la cicatriz que deformaba su rostro y que le había robado un ojo, no era una visión agradable. Su expresión no revelaba la leve irritación que aquello le provocaba. Su se había movido casi de manera instintiva. Las matriarcas le perdonarían si hiciera desaparecer un par de parientes lejanos de los que ya nadie hablaba.

     

    Aparentemente el destino tenía otros planes para las pinturas. La elfina había aparecido finalmente con un pequeño trozo de papel en la mano. Gryffindor lo tomó y leyó rápidamente su contenido antes de evaporarlo.

     

    "Cálmate P-ko." Su voz grave resonó en el pasillo. "Conozco a Bel desde hace diez años. Tú y yo sabemos que no escucharía a Merlín si se le apareciera delante e intentara detenerla cuando ya se ha propuesto un objetivo."

     

    El ojo de Gryffindor se disparó hacia el reloj familiar. La elfina no estaba haciendo aquel berrinche en vano.

     

    "Está bien. Buscaré a tu ama." Suspiró luego de un momento. "No le digas a su esposo. No es necesario alterar su... pasividad."

     

    Gryffindor agitó su varita, cubriéndose con su capa de batalla. Un trozo de tela azabache desteñida y destrozada. Aún lograba cubrir su cuerpo y la capucha ocultaba su rostro demacrado lo suficientemente bien como para que aún no fuera necesario reemplazarla. Desapareció inmediatamente, dejando atrás el rostro alterado de la elfina.

     

     

    Cintas de Colores

    La tienda no fue difícil de localizar. Resaltaba en medio del callejón con su colorida parafernalia. Gryffindor se acercó lentamente. Una figura sombría que contrastaba con los llamativos colores que inundaban el local. Era precisamente el último lugar donde a cualquiera se le ocurriría encontrar a alguien en peligro mortal. Su mano se cerró alrededor de la varita con firmeza y su cuerpo se tensó con anticipación. Al llegar al mostrador, un rostro sonriente enmarcado por un llamativo cabello color rosa lo recibió.

     

    "Necesito ver a la señorita Bel Evans McGonagall." Gryffindor echó la capa hacia atrás, revelando su rostro a la joven. "Inmediatamente."

  9. Su sonrisa finalmente se esfumó. Richard había accedido y eso de alguna manera lo aliviaba. Ya no era necesario esconderse detrás de una mueca ridícula. A medida que su cuerpo se relajaba levemente y dejaba ir algo de tensión, una potente sensación eléctrica comenzaba a llenarlo. Sabía de lo que se trataba. Al parecer los efectos del potente conjuro que había realizado hacía poco menos de una hora habían sido disminuidos debido al deplorable estado en el que su cuerpo había quedado. Ahora que Catherine lo había curado, su mente comenzaba a derrumbarse con rapidez.

     

    La bruja curó limpió sus manos provocándole una puntada de irritación. Disfrutaba enseñando la sangre de sus enemigos y la suya propia. Era una muestra de superioridad. Una amenaza o una provocación para cualquiera que se atreviera a desafiarlo. Quizás debería volver a teñirlas. Sus ojos se dispararon rápidamente entre los presentes, pero era un idea ridícula. Aún no estaba lo suficientemente loco como para enfrentarse a un mago del nivel de Richard. O quizás si, pero no mientras él tenía un ser de inconmensurable poder a sus espaldas.

     

    Mientras Catherine solicitaba que la tetera se hiciera presente, él cerró los ojos y respiró profundo diez veces. La varita en su mano, que aún apuntaba al extraño ser burlón que acompañaba a Richard, perdió el temblor que se había apoderado de ella. Lentamente recuperó el control sobre sus pensamientos. Era una tarea titánica. Si por alguna razón se fuera a ver obligado a utilizar esa potente magia una vez más, todo estaría perdido.

     

    El mago regresó y Catherine lo acompañó al interior de la instalación. El ser no se movió, ni tampoco lo hizo él. Dudaba que la criatura fuera a atacarlo sin una orden directa de Richard, pero aún así era difícil convencerse a sí mismo de bajar la varita. Finalmente, lo hizo lenta y cautelosamente. Mientras firmaba el pergamino, su mirada permanecía en alerta, todo su cuerpo preparado para saltar a la acción. Ese pequeño rincón de su mente, que ahora se encontraba bajo control, se retorcía ante la idea de enfrentarse a algo tan poderoso.

     

    Una vez firmado el contrato, lo envió levitando hacia la criatura. Solo por un segundo, las miradas de ambos se cruzaron. La sonrisa burlona del demonio danzaba en sus ojos provocativamente, desafiante. Una devastadora sed de sangre lo inundó por tan solo una fracción de segundo, por poco quebrando su voluntad.

     

    "Quizás en otro momento, criatura." Su voz temblaba. Sus labios se habían elevado en cada esquina y sus ojos estaban desorbitados. Si hubiese podido ver su reflejo, sin duda habría encontrado una expresión despojada de humanidad. "Deja mi mente en paz. Permite que continúe con lo que me trajo y juro que mi vida será tuya para tomar en duelo."

     

    Poco a poco aquella electricidad abandonaba su cuerpo. La sed de sangre lo abandonaba y su mente se serenaba una vez más. Se inclinó levemente a modo de agradecimiento y se dio la vuelta para ingresar al establecimiento junto a los otros dos magos.

     

    "Lamento la tardanza." Murmuró mientras tomaba asiento y se abalanzaba sin pena sobre los alimentos que habían sido servidos a la mesa. No recordaba la última vez que había disfrutado del placer de la comida. Pero tampoco tenía tiempo que perder, de manera que, mientras devoraba todo lo que podía encontrar, habló una vez más: "¿Cómo hago que funcione? Necesito retroceder diez años."

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  10. Por primera vez aquella noche, sonrió. No por diversión ni porque la situación le pareciera entretenida, sino para ocultar su preocupación. El ser rubio que acompañaba a Richard era un monstruo. Con solo un gesto y sin aparente uso de una varita, había reestablecido la energía del lugar que el choque entre ambos magos había producido. Éstos no eran oponentes a los que uno se pudiera enfrentar y salir solo con una pequeña pérdida de cordura.

     

    Al mismo tiempo, él no podía aceptar lo que le era solicitado. Era una petición imposible.

     

    "Vaya, parece que nos encontramos en una encrucijada." Dijo para ganar tiempo. Aún mantenía su varita en alto y apuntaba a Richard a pesar de que, si se llegara a librar una batalla, dudaba que le fuera a servir de algo. "Verás, mi sangre es algo muy valioso para mí. No puedo simplemente entregarla al primer extraño que me encuentre por el camino."

     

    Dicho eso, estrujó el vial que aún tenía en la mano, produciéndose unos cuantos cortes y arrojando los restos a un lado.

     

    "Firmaré el contrato, pero mi sangre solo será derramada por mi propia voluntad y para un fin que me beneficie." Miró a los ojos a Richard, pero no parecía ser una persona que diera el brazo a torcer. Los recuerdos tampoco lo describían así. Pero sí describían algo más. "Catherine puede hacer la donación en mi lugar."

     

    No se volvió a observar la reacción de la bruja. No se atrevía a quitarle los ojos de encima a Richard o a su extraño ser. No imaginaba que fuera positiva. Según las memorias, ambos no solían llevarse demasiado bien. Esperaba que aquello no hubiese cambiado.

     

    "O si lo prefieres, puedo matarla y traer a mi propia mascota." Era una opción nefasta pero si el mago se negaba a la primera, sería difícil deshacerse de Catherine si él no lo permitía. "Realizaré un vínculo mágico con mi sirviente y de esa manera podrás crear tu propio vínculo de sangre conmigo. Simplemente estarías usando un tercero. ¿Tenemos un trato?"

  11. No hubo nada que decir mientras la bruja realizaba los procedimientos necesarios para la curación. Parecía que sabía lo que estaba haciendo. Él no la interrumpiría, pero tampoco bajaría la guardia. Cuando aquella mujer posó las manos sobre su cabeza, una intensa sensación de calor inundó su cuerpo, como si fuego líquido lo estuviera recorriendo. Sintió sus heridas cerrarse y su cuerpo sanar. Era una magia extraña que escapaba su conocimiento. Tampoco podía encontrar rastro de ella cuando rebuscaba en las memorias. Sentía curiosidad pero no lo admitiría.

     

    Observó con desconfianza la botella que la bruja le extendía.

     

    "Maledictarum Revelio." Conjuró las palabras con suficiente potencia en su voz para alcanzar los oídos de la mujer. Era necesario dejar en claro que no eran amigos. Independientemente del pasado.

     

    El líquido no reaccionó ante el encantamiento. De manera que se trataba exactamente de lo que parecía ser. Él se llevó el recipiente a los labios y consumió la poción herbovitalizante de un solo trago.

     

    "Mucho mejor." Suspiró mientras las fuerzas volvían a sus músculos y sentía una energía renovadora inundándolo. Se puso de pie inmediatamente, sintiendo cómo sus sentidos volvían a la normalidad. Justo a tiempo para oír las palabras de Catherine.

     

    "Curioso. Los recuerdos que poseo me aseguran que pertenecía a ti." Se pasó una mano por el cabello endurecido por la sangre mientras reflexionaba. "En fin, te daré las mismas opciones que le di a tu empleada: dime quién es el dueño de la tetera y te mataré sin sufrimiento. O puedo extraer la información a la fuerza. Es tu elección. No es nada personal."

     

    Al mismo tiempo que levantaba la varita en actitud de amenaza, un extraño sonido emanó del bosque. Girando sobre sus talones, inmediatamente cambió la dirección en la que apuntaba mientras aún vigilaba los movimientos de la bruja con su mirada periférica. De entre los árboles surgió una criatura con aspecto de humano. Eso lo irritó. Aún con sus sentidos afectados por lo que había sucedido antes, debería haber sido capaz de sentir una amenaza semejante. Su irritación creció aún más cuando la criatura presentó a una segunda amenaza.

     

    Todo su cuerpo se tensó en cuanto oyó el nombre del mago. Sus sentidos se agudizaron y sus movimientos se volvieron calculados. Ahora entendía la razón por la que no los había sentido.

     

    "Señor Richard. He oído hablar mucho de usted en mis recuerdos. Es un placer finalmente conocerlo. Lamento que deba ser en medio de éstas... desafortunadas circunstancias." Su varita se mantenía firme apuntando al mago en el pecho. No podía bajar la guardia.

     

    El viento se intensificó de repente. Las nubes oscurecieron y pronto comenzó a llover. El choque de energías era demasiado para aquel lugar, la magia se estaba resquebrajando.

     

    "Iré directamente al grano ya que no tengo mucho tiempo." Afirmó con pragmatismo. "Me encuentro en necesidad de la tetera que, asumo por la puntualidad de su aparición, se encuentra en su posesión."

     

    Calculaba que si tenía algo de suerte, le quedarían unos diez minutos.

     

    "Apreciaría que se apresure. Si éste lugar se derrumba, mis perseguidores no tardarán en encontrarnos. No son una verdadera amenaza, pero sí una enorme molestia." Su mente había comenzado a calcular las diferentes maneras en que un duelo entre él y Richard podría terminar. No se veía bien.

  12. "Me sorprendes. Ya conocía sobre tu talento con una varita, pero es remarcable que encontraras mi pequeño... accidente... tan rápido." No se puso de pie. No era necesario ni tenía la energía para hacerlo aunque quisiera. "Sin embargo la magia de este apestoso lugar es ridículamente débil."

     

    Con un gesto de dolor y algo de esfuerzo, levantó sus brazos y los colocó detrás de su cabeza para ver a la bruja a los ojos vacíos.

     

    "No voy a decir que lo lamento. Solo que fue un sacrificio necesario." Hizo una larga pausa antes de continuar. "Necesito dos cosas de ti. Una, es esa magia extraña que sé que llevas encima. Como verás, he perdido mucha sangre y temo que no me queda mucho tiempo conciente."

     

    Admitirlo ante ella era, a la vez, una demostración de vulnerabilidad y una afirmación de poder. Le quedaba poco tiempo, pero en esos momentos aún era lo suficientemente poderoso para enfrentarse a ella si era necesario. Por eso admitir su debilidad era una cosa supérflua y de poca importancia en realidad.

     

    "Además necesito viajar en el tiempo." Dejó que las palabras resonaran en el aire antes de continuar. "Conozco sobre la existencia de tu tetera mágica. La necesito."

     

    Suspiró. Su rostro aún impasible.

     

    "Mira Catherine, puedes negarte y ambos moriremos aquí o puedes hacer lo que te pido. Como habrás notado con la ausencia de tus niñas, no estoy dispuesto a negociar."

  13. Viajes en el tiempo~

     

     

    "¡Episkey! ¡Vamos, vamos! ¡Maldición!" Nunca antes un encantamiento se había demorado tanto para actuar. Las heridas cerraban con una lentitud tortuosa mientras él se arrastraba hacia la pared más cercana y se recostaba con una mueca de dolor. Cada músculo de su cuerpo parecía latir en protesta. Era una sensación intensa, tanto que su mente había comenzado a apagarse. Sus ojos se cerraban lentam- "¡Crucio!"

     

    El est****o animal cayó soltando un alarido que probablemente recorrería todo Diagon. Mala noche para ser un gato de calle. Aún peor para ser tomado por un enemigo. Un breve destello de verde acabó con su agonía. Solo aquellos tontos que se hacían llamar mortífagos mataban al instante. Siempre es preferible inmovilizar primero y extraer cuanta información sea posible.

     

    Ahora debía levantarse. Había consolado la idea de descansar en aquel rincón mugriento hasta recuperar energías, pero ya no era posible. Ponerse de pie le llevó varios minutos y más de un intento. Había perdido mucha sangre. La mitad izquierda de su cuerpo y una buena parte de su rostro estaban cubiertos de ella.

     

    No había logrado dar el segundo paso cuando un relámpago reveló su destino. Cuatro largas sombras se extendían sobre los adequines frente a él.

     

    "Maldita sea." Suspiró más para sí mismo que para los presentes. Manteniéndose perfectamente estático y con la mirada fija al frente, sonrió. "¿Caballeros? Sería correcto asumir que convirtieron mi conjuro de curación en tabú?"

     

    "Arroja tu varita y aún puedes salir vivo, Gryffindor." La voz profunda de Williams lo irritaba. Él sería el primero en caer.

     

    "¿Y si utilizo una capa de invisibilidad por suficiente tiempo, engañaré a la muerte?" Rió por lo bajo. "Ya estamos algo crecidos para los cuentos de Beedle, ¿no lo creen?"

     

    Un millón de astillas volaron por los aires cuando la ventana del negocio directamente a su izquierda explotó. Al parecer el cuarteto no sería fácilmente distraído de los movimientos de su mano. Sólo necesitaba llegar a su pecho. Por ahora no habían intentado desarmarlo y su varita se encontraba firme en su mano derecha, pero no se atrevía a atacar primero hasta tener "eso" en la izquierda.

     

    "¡Ya fue suficiente!" La voz autoritaria de Johnson se impuso ésta vez. "¡Gryffindor! Tienes cinco segundos para entregarte o llevaremos de vuelta lo que quede de tu cadaver."

     

    Cinco segundos son una eternidad.

     

    Uno...

     

    Se llevó la mano izquierda al pecho, tomó su amuleto y, mientras giraba para desaparecer, lo pasó frente a su corazón una vez. Reapareció en el mismo instante justo frente a Wilson. El último lugar donde cualquiera de los cuatro se atrevería a suponer.

     

    Dos...

     

    La cara de sorpresa del gordinflón fue exquisita. Ojalá hubiese tenido un par de segundos extra para ver cuál sería su expresión mientras los adoquines a sus pies se convertían en afiladísimas estacas y se elevaban, atravesando su cuerpo, para bloquear los ataques de los otros tres. Uno menos.

     

    Mientras tanto, el lugar donde había desaparecido un instante atrás, volaba por los aires creando un enorme cráter en medio del callejón.

     

    Tres...

     

    Su truco de desaparición no funcionaría otra vez. Tendría que recurrir a métodos algo desagradables si quería salir vivo de allí.

     

    Mientras las estacas desaparecían dejando una nube de restos y polvo, una especie de distorción transparente surgía de su varita y envolvía a Johnson, quien era el siguiente en la fila. Su existencia se extinguió en menos de un instante. Ya era la segunda vez que se veía obligado a utilizar ese conjuro. Los efectos en su mente comenzaron de inmediato.

     

    Cuatro...

     

    Permitió que el próximo rayo lo golpeara en el pecho, abriéndole heridas que lo adornarían aún más con su propia sangre. A cambio, logró pasar la mano izquierda por su corazón una segunda vez y levantar una barrera de protección contra el último maleficio.

     

    Cinco...

     

    "¡Caudex!" La luz proyectada por el amuleto tuvo dos propósitos. El primero, convertir a Williams en poco menos que una rata. La segunda, cegar a Davis de manera que su encantamiento hiciera implosión a varios metros de distancia de su objetivo.

     

    Los cinco segundos se habían acabado, pero la batalla ya había sido ganada. Williams agitaba su varita desesperado como un mono. Davis...

     

    "¡Confringo!" Siempre le gustaron las explosiones.

     

    "Al parecer somos solo tu y yo, mi estimado John." Williams había quedado completamente paralizado al ver el destino del último de sus compañeros. "¿Serás un buen perdedor y me dirás el contra-maleficio para tu conjuro, o tendré que librarte de brazos y piernas además de tu magia?"

     

    "V-Vulnera Sanentum." La voz del pobre infeliz era casi inaudible.

     

    "Muchas gracias." Las heridas cerraron de inmediato y sin necesidad de recurrir al tabú. "Avada Kedavra."

     

    Incluso los squibs podían utilizar un método de comunicación o transporte para solicitar refuerzos.

     

    Ésta vez había alcanzado el límite. Su cuerpo no resistiría mucho más en aquellas condiciones. Rebuscó sus recuerdos rápidamente y encontró que Catherine poseía un negocio a solo unos pasos. Tendría que funcionar.

     

    Encontrar la entrada al condenado lugar fue más difícil que luchar contra otros diez magos. Concentrarse para contar los cien escalones era una tarea titánica. Su olfato estaba impregnado del hedor de toda la sangre derramada, por lo que aún así no podía estar seguro de que se encontrara en el lugar correcto. Su visión se nublaba debido a la enorme pérdida de sangre que había sufrido.

     

    "Deliciosa manzana." Fueron necesarios tres intentos hasta lograr dar con el ladrillo correcto, pero el portal finalmente se abrió.

     

    Retocó su rostro con la punta de su varita y limpió cuanto pudo de la sangre que se había secado allí.

     

    "Bienvenido a... Por las barbas de Merlín! ¿Qué le-?" Aún tenía poder para eliminar molestias. Era bueno saberlo.

     

    La otra no tardó en aparecer. Su fastidiosa sonrisa de anfitriona se borró en cuanto notó el cuerpo de su compañera adornando el suelo del jardín con una expresión vacía.

     

    "Antes de que comiences a gritar. Permíteme solicitar que llames a Catherine y le informes que Pakami Gryffindor se encuentra en el local y necesita hablar con ella urgentemente. Si mencionas lo que acaba de ocurrir, te torturaré antes de asesinarte. ¿Entendido?" Hablaba con rapidez y dudaba que hubiese podido ocultar la urgencia detrás de ella. Aún así, la empleaducha asintió e hizo lo que le había sido solicitado.

     

    "Fue una actuación aceptable. Buen trabajo. ¿Hay alguien más aquí?"

     

    La jovenzuela temblaba de pies a cabeza y su mirada se desviaba una y otra vez hacia el cadaver.

     

    "Crucio." La maldición impactó con especial potencia gracias a la irritación que estaba sintiendo.

     

    "¡N-no hay nadie más!" Había caído junto al cuerpo de su hermana y se retorcía junto a éste. Un contraste casi poético.

     

    "Eso no fue difícil." El distintivo rayo de luz verde iluminó la noche por cuarta vez y acabó con la agonía de la joven de la misma manera que lo había hecho con aquel gato callejero. Tenían el mismo valor, era comprensible que sufrieran el mismo destino.

     

    Con un último esfuerzo, agitó la varita y la tierra se abrió para devorar ambos cuerpos. No debía quedar rastro, se aseguró de ello. Una vez estuvo listo, se recostó sobre la hierba mientras la lluvia comenzaba a caer. Solo era cuestión de esperar.

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  14. El aterrizaje fue algo forzoso. Hacía mucho tiempo que no me aparecía. De hecho, hacía mucho tiempo que no utilizaba magia en general. Era una sensación extraña, como encontrarse con una vieja conocida. Necesitaría un poco de práctica para ponerse al día... O quizás eran solo las copiosas cantidades de alcohol recorriendo mis venas que apenas me permitían reconocer la mano sosteniendo una varita frente a mí como mía.

     

    Recibir la llamada de Belosa me había transformado, una sed de angustiosa e insaciable venganza despertando dentro mío. Si bien había sido relativamente costoso mantener mis emociones a raya durante las primeras dos o tres botellas de whiskey de fuego, para la cuarta ya había roto mi juramento contra la magia y había cambiado mi atuendo al mismo traje que había usado el día de mi casamiento. Para la quinta, la magia me había transportado al antiquísimo hogar de las Evans.

     

    Realizando una extraña y alcoholizada danza, logré transportarme al lugar donde sabía que encontraría el cuadro de Pandora. Seguramente estaría diciendo algo con respecto a mi repentina aparición. Mi cerebro se ahogaba en alcohol como para entender una sola palabra fuera de las que salían arrastrándose de mi boca.

     

    -El juró que volvería... y ella empapada en llanto, ella juró que esperaría...

     

    Descolgando el cuadro de mi amiga y ubicándolo debajo de mi brazo, pausé un momento al ver un trío de alemanes bastante animados, siguiendo el triste ritmo de mi canción mientras llenaban una pequeña mesa redonda de botellas vacías. Lo tomé sin hesitar y partimos rumbo a los establos.

     

    Llegar allí costó una considerable cantidad de concentración. Una vez lo hube logrado, dediqué unos cuantos minutos a bizquear, tratando de decidir cuál sería el mejor lugar para pasar aquella borrosa noche.

     

    El hipogrifo me miró extrañado. Sin duda no muchas personas se atrevían a desparramarse contra semejante bestia mientras dormía. Gruñó levemente pero no protestó más que eso, especialmente cuando hice aparecer una nueva botella de ron y la llevé hacia su pico.

     

    -Ahora sí, cantemos Padosa- Le dije al cuadro. -Solaaaaa... en el muelle de San Blás...

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  15. No puedo creer que nadie se haya pasado a pedir el fabuloso (? Captain Falcon!

     

    Sinceramente tengo mucho sueño y es super tarde, ya debería estar durmiendo que mañana hay que trabajar (y es día de paga! \o/) Así que no puedo buscar una imagen ahora, si necesitan si o si que les traiga una, nada más me avisan. Si no pueden hacerme con la imagen que se les ocurra <3

     

    Saludos!

     

    FALCON PUNCH!!

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  16. Premios Orden del Fénix:

    La más sexy: Kassandra Weaskey, BrujaOesed, Adryanie
    El más sexy: Robb Stark, Marcus McGonagall
    La mejor pareja: Elodia Riddle y Zarco Bulche Haigh, Arya T. Macnair y Jank Dayne
    El/la más desead@: Marcellus Allan, Robb Stark (cofmultisevanscof)
    El/la Más enamoradiz@: Arya T. Macnair
    El/la más loc@: Lunática Lupin Evil Black, Kyttara Gryffindor R , Ania Evans Weasley
    El/la más vag@: Laimi Evans, Morrighan McKenna, Sain M. Ollivander
    El/la más Perver: Lestat Rambaldi, BrujaOesed, Lisa Weasley Delacour
    El/la más tiern@: Athena Rouvás, Lisa Weasley Delacour
    El/la más activ@: Lisa Weasley Delacour, Arya T. Macnair, Elvis F. Gryffindor
    El/la más creativ@: Lestat Rambaldi, Kirara Rosier
    El/la más gruñón(a): Stephanus, Kyttara Gryffindor R.
    El/la más divertid@: Leya Yui, Ania Evans Weasley, BrujaOesed
    El/la mejor compañer@: Nicole Evans Crowley, Kutsy, Alessandra G. Delacour
    El/la más compulsiv@: Groter Shulton Granpié, Jessi R. Diggory, Adam Lockhart
    El/la más despistad@: Annick, Meight Evans, Leonardo P.W.
    El/la más suicida: Adryanie, BrujaOesed, Arya T. Macnair
    OdF meteoro: Elizabeth Tonks, Zarco Bulche Haigh
    Noctámbul@ de la OdF: Elodia Riddle, Zarco Bulche Haigh, Elvis F. Gryffindor
    El/la más "querid@" por los Mortífagos: Lisa Weasley Delacour
    El/la Más Omnipresente: Elvis F. Gryffindor, Adryanie, Mei Black Delacour
    El/la más responsable: Arya T. Macnair, Elodia Riddle
    Luz más resplandeciente: Adryanie, Kassandra Weasley
    Llama más ardiente: Kirara Rosier, Elvis F. Gryffindor, Pakami Gryffindor
    Alma más presente: Romina Targaryen, Lisa Weasley Delacour, BrujaOesed

    Premios Especiales Orden del Fénix:

    Leyenda OdF: Elodia Riddle
    Mejor OdF: Elodia Riddle
    Revelación OdF: BrujaOesed
    Promesa de la OdF: Adam Lockhart, Kyttara Gryffindor R, Kutsy
    Mejor Perfil OdF: Elodia Riddle, Madeleine Stark, Kirara Rosier
    Mejor Roler@: Madeleine Stark, Catherine Stark, Sain M. Ollivander
    Mejor Duelista: Stephanus, Elizabeth Tonks, Mei Black Delacour
    El/la Mejor Firmer@: Athena Rouvás
    El/la Mejor Blinker@: Adryanie
    El/la Mejor Padrino/Madrina: Alessandra G. Delacour, Kassandra Weasley, Elvis F. Gryffindor
    Mejor Dama/Caballero de la noche: Saya Black, Catherine Stark
    Mejor Paladín: Elvis F. Gryffindor, Annick, Bodrik
    Mejor Sacerdotisa/Sacerdote: Cye Lockhart, Lestat Rambaldi
    Mejor Cazador(a) de Mortífagos: Mei Black Delacour, Jank Dayne
    Mejor Brigada: Luces del Fénix, Llamas del Fénix
    Mejor Proyecto: Big Fénix, Padrinos Mágicos
    Mejor negocio OdF: Moon River
    Mejor familia OdF: Evans McGonagall, Stark
    Destacad@ en el rol del MM: Bodrik, BrujaOesed, Mei Black Delacour

    Premios extraordinarios a Mortífagos:

    Mortífag@ más cazad@: Leah A. Ivashkov
    Mortífag@ más "querid@": Juv Malfoy Haughton, Beltis

     

    Premios Únicos de la Orden del Fénix:

     

    Pareja shipper: Edmund Browsler & Stephanus xD/ Nicole Evans Crowley & Robb Stark / Romina Targaryen & Stephanus & BrujaOesed
    Demon Hunter destacado: Elvis F. Gryffindor, Adryanie
    Knight destacado: Arya T. Macnair, Seba Granger
    Templario destacado: Lestat Rambaldi, Alessandra G. Delacour
    Legionario destacado: Romina Tragaryen, BrujaOesed
    Initié destacado: Leya Yui, Nicole Evans Crowley

  17. http://i.imgur.com/sRIFUFi.png


    Una secta secreta muy antigua lleva años funcionando entre los muggles ¿su propósito? Cazar magos y brujas, derrocarlos, destruir su sociedad hasta llevarlos a la extinción. Mantienen su organización oculta de la sociedad, aguardando el momento indicado para revelarle a todos de la existencia de aquellos seres sobrenaturales que los controlan y manipulan sin que ellos sean siquiera conscientes de ello. Consideran que su secreto es una verdad que tiene la capacidad de destruir a la humanidad si no es manejada con extremo cuidado, es por ello que solo unos pocos y selectos muggles son aceptados y confiados con aquel propósito.



    Chicos, me imagino que ya estarán todos enterados, pero para los distraídos: un nuevo y emocionante (? rol se acaba de abrir en el que estamos todos invitados a participar. El mundo mágico se encuentra bajo amenaza y los defensores de los inocentes debemos salir, una vez más, a hacer brillar nuestro fuego.



    Les dejo los links al topic organizativo y al rol para que vean ustedes mismos de qué se trata y nos acompañen a representar nuestro bando y alzar el fénix en todo lo alto.


    • Me gusta 2
  18. Obvio que acepto a mi amada Aimosa de mi personal personalidad <3 Tanto tiempo esperando esto para que encima me salgas con estas barbaridades ;O; No sé ni para qué carancho me necesitás de padrino xD Pero te acepto porque te adoro :love:

     

    No sé si todavía te tengo es Skype, pero cualquier cosa el mío está en mi perfil. A ver si organizamos una llamada con las hermanas Soldevilla del mal <3

     

    Saludos! o/

    • Me gusta 1
  19. @

     

    Perdón! ;O; Me re olvidé de pasarme, pero por supuesto que voy a participar! Me acabo de poner de ausencia pero prometo que me voy a seguir pasando por acá. Mañana mismo hago mi primer rol. Que después de todo no es una ausencia como tal, me voy a pasar consistentemente por acá, así que tranquilidad /o/

     

    En fin, si se me olvida me pateas por wpp (? Saludos! o/

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  20. Yo, yo también! \o/ Bueno, como es una versión de Marvel me imagino que podemos elegir de cualquier saga, no? xD Digo porque en el link no aparecen los X-Men ni los Vengadores, pero también son Marvel DDD:

     

    Bueno, no importa, macana que lo dije solo para llenar líneas. El que yo quiero igual ha sido de todo (? Héroe, Vengador y X-Men. Así que sea como sea quiero a Quicksilver! \o/

  21. Un remolino de emociones bailaba en mi pecho. Sensaciones que nunca antes había experimentado y que ahora sentía que jamás podría dejar de buscar. Estaba expuesto, completamente vulnerable, a la deriva de los caprichos y deseos del ser que se encontraba encima de mí. Pero de alguna manera, aquello me provocaba una inmensa satisfacción. La sangre corría por mi cuerpo enloquecida mientras él exploraba mi boca y yo la suya. No había tenido el control en ningún momento, ni lo había buscado. Había hecho un placentero descubrimiento sobre mí mismo y pensaba dejarme llevar por él.

     

    Mi mente volaba, no podía pensar

    Su boca contra la mía era demasiado

    Ahora los instintos tomaban el mando

    Sería cuestión de dejarnos llevar

     

    De repente sentí su peso sobre mí

    Su dureza presionando contra la mía

    Una mano me recorría el cuerpo

    Y su boca se llenaba de mi placer

     

    Sentí su agarre flaquear y no perdí el tiempo

    Liberé mis manos con rapidez y las llevé a su pecho

    Mantenía su boca atrapada con mi lengua

    Mientras lo desvestía con agilidad

     

    Pero no pude más que liberar su pecho

    Nuestros cuerpos se habían sincronizado

    Una danza aterradora se libraba

    Una sincronía que forzaba mis límites

     

    Devolví mis manos donde correspondía

    Perdiendo el control otra vez

    Sentí su mano en mi rodilla

    Y sonriendo para él asentí

     

    Un nuevo placer se acercaba

    Lo sabía y sonreía

    Ahora ya no abandonaría

    Nuevas sensaciones buscaba

  22. Comenzaba a pensar que girábamos en una espiral. Analizando el mismo argumento una y otra vez. Quizás el punto de la clase era llegar a alguna reflexión profunda escondida dentro del tema que estábamos discutiendo, solo que no la habíamos alcanzado aún. De cualquier manera, me dispuse a escuchar una vez más mientras Ishaya formulaba nuevas preguntas, girando, torciendo y cambiando la misma premisa para verla de un modo diferente. Desde otro punto de vista. Quizás en eso estaba fallando, quizás debería plantear mi propia postura desde otro ángulo.

     

    -Todos los historiadores han sido influenciados por otros magos, por otros ambientes y por otros hechos; como ya hemos dicho -respondí-. Por supuesto que algo muy diferente sería que un historiador haya tenido sus memorias deliberadamente modificadas o afectadas. Pero me atrevo a decir que ese no es un caso extremadamente común, a pesar de que en los últimos años hemos tenido el caso de Bathilda y Lockhart. Pero también debemos admitir que en ambos casos la historia en sí no fue modificada, si no que simplemente cambió su relator original. En el caso de Bathilda, Skeeter y en el caso de Lockhart, bueno, una gran cantidad de magos.

     

    Hice una pausa para poner en orden mis pensamientos y continué:

     

    -De cualquier manera, es evidente que no podemos confiarnos de cualquier historiador. Si bien el caso Lockhart es un poco extremo, con él mismo pintándose de protagonista de hazañas encomiables cuando su único talento era el encantamiento obliviate, así tampoco podemos creer que cualquier historiador con un sano juicio no esté haciendo exactamente lo mismo con sus propias redacciones. De ahí lo que decía más temprano sobre la moralidad del historiador y la voluntad de mantenerse al margen lo más posible, intentando contar una historia de una forma neutral, sin influencias propias. Pero, como hemos admitido, eso no es posible. Así que supongo que la respuesta es no, no podemos confiar en cualquier compañero historiador.

     

    En ese preciso momento la puerta se abrió para dar paso a un mago que buscaba al profesor, conducta que me resultó un poco extraña considerando lo estrictos que solían ser en la Universidad con respecto a las clases. Pero suponía que con el caos que se había producido allí en los últimos días, las reglas estarían un poco flexibles. Me preguntaba si terminaría la clase en favor de un hipogrifo y un elfo o si continuaríamos con la intensa discusión que veníamos llevando hasta el momento.

    • Me gusta 2
  23. La noche recién había comenzado y estaba listo para lo que él tuviera preparado, o eso había pensado...

     

     

    No podía hacer nada para evitarlo

    Los cariños de aquel lobo apasionado

    Potenciaban mis deseos de adorarlo

    Me olvidaba de todo y me sentía amado

    Me perdía en un mar de sensaciones

    Sus besos me arrancaban gemidos

    Sumaban a sus jadeos y hacían canciones

    Melodías de pasión que endulzaban mis oídos

    Mi ropa hacía desaparecer en un instante

    Sus manos recorrían mi piel descubierta

    Sus caricias exploraban cada parte

    Mientras que su sonrisa me mantenía alerta

    Atrapaba mi mano y la entrelazaba con la suya

    Limitaba ahora mis movimientos

    Y mientras le entregaba la otra para que fluya

    Comenzaba a enloquecer con sus tormentos

    Descendía con lentitud, explorando mi pecho

    Haciéndome gemir con indecencia

    Deseando ser satisfecho

    Y llevándome a la demencia

    Mi cuerpo pedía a gritos que no se detenga

    Al tiempo que su mano encontraba mi instrumento

    Quería rogarle que no se abstenga

    Pero estaba indefenso, a la deriva de su contento

    La temperatura continuaba aumentando

    Sabía que recién comenzaba

    Pero entre jadeos me estaba quejando

    De que su ropa entre nosotros aún estaba

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

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