Enrique Potter

Al fin, ya tengo tiempo para pasarme por aquí

- Nombre: Enrique

- Ficha de personaje: (si no se tiene, crear cuanto antes) Ficha de Enrique Potter

- Bóveda personal: (si no se tiene, crear cuanto antes) Bóveda de Enrique Potter

- ¿Qué parentesco quieres tener? ¿Con quien? Ahijado de Ashley Atkins...

- ¿Quieres que la Rambaldi sea tu familia sanguinea o adoptiva? Ya tengo las dos

- Cumpleaños: 16 de octubre...

- Mascotas: En este momento... No

Listo, ya espero confirmación, aunque supongo que ya me puedo pasar, ahorita te mando mi correo, así me explicas lo otro (es para Sylar)

Casi olvido la bóveda

-Supongo que sí, tendrán sus métodos.- agregó el pelinegro, por el comentario sobre las cafeterías muggles.

Siguió tratando de captar hasta el más mínimo detalle que pudiese estar atentando en contra de la mansión, o la seguridad de los magos o brujas que pasaran por el sitio. Sin embargo, todo permaneció tranquilo, por lo que el trabajo de los aurores debía continuar. Era importante que el trabajo estuviera realizado a la perfección, no solo por ser su trabajo, sino que al ojiverde le gustaba hacer todo como se decía, para obtener siempre los mejores resultados.

Por suerte, la mansión se encontraba en excelente estado, sin presencia de ataques de los miembros del bando oscuro. Luego de dirigir un último vistazo a las instalaciones del lugar, quedó convencido de que tanto él como el Marauder, habían terminado su labor, así que ahora iban a otras mansiones.

-Pues creo que sí, el show debe continuar.- Dijo el Potter satisfecho, al notar que no ocurría nada fuera de lo normal.

Fue por eso, que Enrique siguió caminando, al lado de su compañero, con dirección a su siguiente revisión, donde esperaba seguir teniendo un trabajo tranquilo.

Mientras caminaban por la calle, notablemente solitaria de Ottery, el cielo se puso un tanto más nublado. Sin embargo, aquello no era motivo para detener el buen humor del ojiverde por estar realizando lo que consideraba verdaderas labores de auror. Su felicidad era evidente, y su compañero de patrullaje, parecía también entusiasta, hasta bromeó un poco con el clima, y el pelinegro sonrió ante esto.

La poca presencia de magos y brujas por los alrededores del lugar, podían ser un problema, en caso de que se presentaran los mortífagos, quienes tratarían de perjudicar su labor. Un problema porque la presencia del par de aurores era muy notoria, ante la nula actividad en el sitio, donde solo estaban ellos, por lo que no podrían pasar desapercibidos. Al ser visible la mansión de la familia Ragnaventus, el corazón del Potter latió con fuerza, como espectante ante lo que pudiera ocurrir.

Ambos magos se detuvieron a analizar los alrededores de la mansión, ya que era posible la existencia de hechizos protectores o detectores de quienes rondaban por el lugar. Esa era una buena razón para no apresurarse, pues podían causar problemas, y dañar el trabajo. Fue por eso, que se pusieron a revisar con cuidado los posibles encantamientos, aunque al parecer, por suerte, la mansión estaba sin daños.

-Sí, he ido unas cuantas de veces a un café muggle.- Dijo Enrique con total serenidad, disfrutando de lo que hacía.

Mientras dejaba de girar sobre sí mismo, sintió como el vacío en su estómago desaparecía, así que se acomodó el saco negro, para empezar con su trabajo. El ojiverde fijó su mirada en el cielo, como esperando ver alguna criatura mágica que pasara volando por ahí, para maravillarse. Cuando se apareció, Only lo había apuntado con su varita, pero estaba tranquilo, ya que sabía que debía estar atento ante cualquier eventualidad.

El Marauder ya tenía algo más de experiencia que el Potter, por lo cual esperó que su compañero hablara, para poder empezar. Luego de informarle que deberían de caminar un poco, le dijo que la mansión más cercana era la Ragnaventus, apellido que siempre recordaría, pues era su primer patrullaje.

-Estoy listo, a caminar se ha dicho.- Con una sonrisa dibujada en el rostro, Enrique respondió a su amigo, y empezó a caminar, emocionado por lo que significaría lo que venía a continuación para él.

Vengo a hacer nuevos cambios... XD

Rango Social: Unicornio de Bronce

 

Familia Sanguínea: Familia Gryffindor

 

Bando: Orden del Fénix

 

Rango dentro del Bando: Initié

 

Conocimientos Especiales:

Defensa Contra las Artes Oscuras.

Conocimiento de Maldiciones.

 

Cualidades Psicológicas: Sincero, dice las cosas de frente; le gusta tratar de salvar el día, es también algo extrovertido, bastante social. Nunca abandona a sus amigos, está dispuesto a sacrificar mucho por quienes lo rodean. Su mayor sueño es ser recordado por siempre, por buenas acciones, y destacar como un gran auror.

La suave brisa que se colaba por una de las ventanas del vestíbulo le daban en la cara al joven que esperaba sentado que llegara su momento. El motivo de su estadía en aquel lugar era muy importante, estaba presente para realizar el examen de Aparición. Sin duda, el paso que llevaría a cabo, tendría mucha importancia en su accionar a partir de ahora, pues le facilitaría las actividades cotidianas.

Aunque el vuelo en escoba fuera uno de sus mayores placeres, él sabía que tener la habilidad de aparecerse era la mejor forma de llegar rápido a un determinado lugar. Ahora se encontraba tan cerca de hacer el examen que casi no lo creía, tanto que lo esperó, y ya se encontraba listo para ello.

Sus amigos bromeaban constantemente al ojiverde sobre el examen, diciéndole que era una prueba muy difícil para él, que lo mejor era seguir en escoba. Pero en ese momento, eso no importaba, pues había practicado lo suficiente para realizar una labor más que buena. De pronto, volvió a la realidad, luego de que oyó la voz de mujer que decía:

-Enrique Potter- El joven se levantó sobresaltado y se dirigió hacia el salón en el que haría su examen.

Los ojos del pelinegro se clavaron en el letrero que rezaba "Exámenes de Aparición" en unas relucientes letras doradas. La extraña puerta fue abierta por la examinadora Nathaly Weasley, dando paso a una habitación de un color blanco magistral, aunque un poco cegador.

Apenas el joven dio un paso en la habitación, notó que no estaba en un lugar normal, pues el escenario empezó a cambiar. El joven vio como estaba en una aparente isla abandonada, la cual se hallaba frente a un bello mar, pero por algún motivo, el mar se veía distante, lo veía como en otra dimensión. Las palmeras, las aves que sobrevolaban el paisaje, todo se veía tan cercano, pero también inalcanzable. El joven mago se preguntó qué querría decir eso, pero prefirió concentrarse en la prueba.

Luego de relajarse un poco gracias la maravilla que veían sus ojos, Enrique buscó el aro en el que debía estar para desaparecer y aparecer después en otro. El círculo de aproximadamente dos metros de diámetro estaba bajo sus pies ahora, así que lo visualizó, y también visualizó el segundo círculo, a unos diez metros de donde se hallaba.

Empezó su concentración mental en las 3 D's, parte fundamental del examen. Se concentró primero en el Destino, lo observaba claramente, solo eran unos cuantos metros, así que pensó en la segunda D, la Determinación, la cual estaba completamente en su cabeza, estaba seguro de que lograría su acometido.

Por último, pensó en la última, la Deliberación, la vio claramente en su cabeza, junto a las otras dos, así que estaba listo. Ya era el momento, era ahora, cuando tenía que hacerlo perfecto, de nada valdrían las prácticas si fallaba en ese instante.

Con las 3 D's apoderadas de sus pensamientos, el ojiverde sintió como empezaba a girar sobre sí mismo. Su estómago se sintió contraído, como aplastado por una fuerte presión, completamente indescriptible. Sin embargo, se sentía bien, era la forma en que se transportaría muchas veces, por lo que en un abrir y cerrar de ojos se encontró en el otro círculo.

-Lo logré, lo logré...- pensó el mago extasiado, y con paso firme se fue hacia la puerta, en donde la examinadora tomaba apuntes. Le dedicó una sonrisa, esperando que esta se la devolviera en señal de aprobación, mientras se iba a sentar en espera de su resultado.

Me gustaría editar solo algunos aspectos de mi ficha, aunque también quisiera modificar detalles de formato, ahora mi ficha se vería algo así...

Nombre del Personaje (Nick): Enrique Potter

Rango Social: Aprendiz

Sexo: Masculino

Edad: Adolescente, 17 años

Nacionalidad: Inglés

Padre(s) Sanguíneo:

Familia Sanguínea:

Patriarca/Matriaca: No

Padre(s) Adoptivos: Mónica Malfoy Haughton

Familia Adoptiva: Familia Haughton

Raza: Humano

Trabajo:

Bando: Neutral

Rango dentro del Bando:

Habilidades Mágicas: ---

Conocimientos Especiales: ---

Objeto Mágico Legendario:---

Objetos Mágicos: Varita Mágica, espino y pluma de fénix, 27 centímetros, bonita y brillante...

Licencia de Aparición: ---

Licencia de Vuelo de Escoba: ---

Mascotas: ---

Aspecto Físico: Mide 1,71metros, cabello negro, ojos verdes, de complexión delgada...

Cualidades Psicológicas: Sincero, dice las cosas de frente, le gusta tratar de salvar el día, extrovertido, bastante social, no deja a sus amigos su mayor sueño es ser recordado por siempre, por buenas acciones, y aspira a ser auror.

Historia de Personaje:

Corría el año de 1993, cuando un 16 de octubre, Enrique Potter era recibido por el mundo, en una tranquila tarde. La felicidad que embargaba a su familia era indescriptible. Desde temprana edad, el pequeño Enrique Potter había desarrollado un gusto extraordinario por combatir a los magos tenebrosos. Su sueño más anhelado era convertirse en un magnífico auror y ser recordado por siempre gracias a sus grandes logros. Sin duda, el hecho de ser reconocido también le gustaba, y "¿A quién no?", pensaba a menudo.

La verdad era que la emoción que podía obtener enfrentándose a los magos tenebrosos o mortífagos, y ser al menos para él, un héroe, al que las personas admirasen, tanto grandes como chicos, le parecía estupenda sin discusión. Sin embargo, muchas veces libraba batallas internas, pues creía que su meta no sólo era hacer el bien, iba más allá, creyó que lo único que le interesaba era el poder, así que durante muchos años guardó ese secreto para sí, pues ya había conseguido que muchos lo vieran como una especie de ejemplo a seguir, debido a su gran decisión y determinación por convertirse en auror y combatir al mal.

El momento más difícil de su vida llegó cuando se aproximaba su cumpleaños número 10, algo que lo marcaría de por vida. Enrique y su hermano mayor eran inseparables, iban a todos lados juntos y compartían todo lo que pudieran. Su hermano era una gran motivación para él, creía que debía de apoyarlo en todo y que siempre iban a estar juntos. Pero un inolvidable día llegó, pues aunque no era nada bueno, las acciones difíciles de la vida son imposibles de olvidar. Pero no se iba a quedar con los brazos cruzados, tenía que hacer algo para seguir adelante.

Resulta que un 4 de octubre, había salido con su hermano a jugar un poco de quidditch, junto a algunos vecinos y sus hermanas, que estaban muy pequeñas pero disfrutaban del juego. Luego de unas horas, decidieron devolverse hacia su casa, por lo cual se alistaron para emprender el viaje. Sin embargo, Enrique y su hermano iban un poco rezagados hablando sobre la práctica y el ojiverde escuchaba los consejos de su hermano mayor.

De un pronto a otro, el cielo se tornó oscuro y un par de magos tenebrosos se aparecieron y arremetieron contra su hermano y él. Su hermano Matías se enfrentó a ellos, y le dijo al pequeño niño que corriera lo más lejos posible. El niño corría desesperado en busca de un lugar para esconderse, no iba a dejar a Mati solo, pero vio un rayo verde alcanzar a su hermano. Ese triste hecho le hizo confirmar su infinita convicción de combatir a la magia oscura.

Luego de ese acontecimiento Enrique pasa mucho tiempo en la Mansión Gryffindor, ya que es primo de patriarcas y matriarcas. Cuando no se encuentra en dicho lugar, está en el Castillo de la Familia Haughton, familia que lo adoptó cuando él no sabía de la existencia de su familia sanguínea. De todas maneras, ambas familias lo recibieron con los brazos abiertos, así que es tan feliz en una como en la otra.

No está mucho en su casa original, pues sus padres han estado en los últimos años en muchos viajes, y del último se han tardado mucho en volver, por lo que el pelinegro teme que hayan tenido la suerte de su hermano. Pero lo mejor es no pensar en ello, sabe que algún día los volverá a ver, lo siente en su corazón.

A la edad de 11 años, recibe su carta para asistir al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, lo cual le llenó de profunda satisfacción, en ese lugar aprendería a utilizar la magia de la mejor manera posible, estaba seguro de que ese era el lugar perfecto para aprender a realizar todo tipo de hechizos que le serían de gran utilidad para lograr su sueño. Depositó todas sus esperanzas en ese lugar, pues sabía que era el mejor lugar para aprender sobre el correcto uso de la magia.

Sin duda alguna, su materia predilecta apenas llegó a aquel lugar fue Defensa Contra las Artes Oscuras, y no le defraudó, le parecían magníficas todas y cada una de las lecciones. A pesar del cansancio que en ocasiones generaban las múltiples tareas, nunca se desanimó, siempre fue hacia el frente, pues visualizaba su sueño hecho realidad al terminar su meta, graduarse con todos los honores.

Durante su estancia en aquel lugar, se dedicó mayoritariamente a las especialidades necesarias para la profesión de los aurores, y por ello, a veces creía que al descuidar las otras materias, estaba peligrando, pero los profesores estaban decididos a ayudarle. Después de todo, como el gran Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore dijera alguna vez: "Hogwarts siempre ayudará a aquel que lo necesite", y la verdad es que allí logró seguir pasos muy importantes para realizar su gran meta en la vida.

Por lo tanto, luego de que uno de sus amigos se lo mencionasen, decidió ir a la Academia de Magia y Hechicería, en donde estaría cada vez más cerca de llegar a ser, o al menos eso esperaba él, un grandioso auror. Esperaba que se dijeran grandes cosas, y que la gente lo recuerde como uno de los mejores magos que hayan existido. Además, permanecer siempre al lado de los suyos, aquellos a quienes ama, con los que sabe que puede contar en cualquier situación, y por quienes está seguro de que haría cualquier cosa...

Otros Datos:

-Amante del quidditch, le apasiona y practica con sus hermanas en casa...

-Espera formar una familia de bien, donde todos valoren lo que en verdad importa.

Link a Bóveda Personal: Bóveda de Enrique Potter

Link a Bóveda de Negocio:

Link a Bóveda Familiar Principal (La Sanguínea): Bóveda de la Familia Gryffindor

OFF.:

Supongo que el certificado del MM continuara ahí, además me gustaría saber el procedimiento para tener una mascota o un elfo... Y porqué debajo de mi avatar dice Muggle?

Bueno, ahora que sé que es aquí donde tengo que inscribirme, vine lo más pronto que pude a hacerlo en este

Ficha para la inscripción:

• Nick: Enrique Potter

• Fecha de Nacimiento: 16 de octubre de 1993

• Bando de preferencia: Fenixiano

• Lugar en la familia: Hijo de Mónica Malfoy Haughton

• Mascotas y/o elfos: Aún no.

 

• ¿Esta será tu familia sanguinea o adoptiva? Adoptiva.

• Link a la ficha de personaje: Ficha de Enrique Potter

• Link a la bóveda personal (si se tiene)

 

• Link a una imagen que te represente (Solo si se tiene)

• Link a la imagen de tu habitación o en su defecto, descripción del dicha estancia. Mi habitación está lo más ordenada posible, llena de cosas por todo lado, pero igual siempre ordenadas, la cama bien tendida, nada fuera de lugar X) La verdad es que soy un poco loco con eso

• Piso/lugar en el que se quiere la habitación. Me gustaría en alguna Torre (Este u Oeste) y sino en el último piso.

Gracias, nueva familia :bye: