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Leandro Stinson

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Mensajes publicados por Leandro Stinson

  1. El lugar se iba llenando de magos y brujas que acudían de manera muy elegantes al evento navideño. Leandro no tenía dudas de que en aquel sitio esta noche estarían los personajes más influyentes de la comunidad mágica. Sin dudas que sería una oportunidad única, aunque ya no era reportero aun sentía el deseo profesional de salir a por los últimos cotilleos. Pero esta noche no lo haría, estaba allí solo para la persona que tenía a su lado y planeaba que esta sea una noche muy especial para ella.

     

    -Sí, podríamos patinar- respondió mientras giraba la cabeza para mirar hacia la pista –pero ¿sabías que por cada muérdago que hay en la pista deberás darme un beso no?- bromeó mientras la tomaba de la mano. –Hablando enserio, ahora en un rato me gustaría alejarme un poco de tanta gente, un poco más de intimidad. ¿Te parece?- pregunto deseando que ese momento legara pronto.

     

    Escuchó lo que Fee preguntaba sobre su familia mientras tomaba su copa de vino blanco y le daba un pequeño sorbo. Al escucharla recordó que hacía mucho tiempo no veía a sus primos, cada uno tenía diferentes obligaciones que os iban alejando y haciendo que se crucen poco y nada.

     

    -¡Hector es mi primo!- dijo sorprendido por el parentesco, si bien sabía que era Weasley no pensaba que fuera sobrino de su novia –Lo mismo su novia, Mei. Si bien no somos familia de sangre es como si lo fueran. Son como hermanos para mi.- agregó –y cuando puedas ven a visitarme a mi casa, te puedo mostrar mi habitación.. Aunque creo ya la conoces ¿no?- dijo en tono de broma haciendo referencia a aquella noche tan especial.

     

    No pudo evitar estremecerse un poco al sentir que ella le tocaba la mejilla con una de sus manos. Y se perdió unos segundos en su mirada, unos segundos que parecieron años en los que todo el mundo se detuvo. Luego se acercó y dio un suave beso en los labios de la bruja mientras apoyaba su mano derecha en una de sus piernas.

     

    Al bajar la mirada noto algo que hasta el momento no había prestado atención. No dijo nada, ninguna palabra le salió en el momento. Simplemente corrió la mano que tenía en una de sus piernas, la puso en el vientre de su novia presionando con suavidad y levantó de nuevo la vista para encontrarla con la suya.

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  2. -Ya hemos llegado- las palabras llegaron a los oídos de Leandro y este giró para mirarla una vez más. Allí sentada, junto a él estaba su novia. La mujer que ocupaba todos sus pensamientos del día. Nadie podía negar que era preciosa, más aun hoy con ese vestido tan a juego con la decoración y ambiente del lugar.

     

    El por su parte vestía una túnica de gala de color negro, bastante elegante pero nada fuera de lo común, llevaba unos zapatos de cuero también negro haciendo juego. Sus vestimentas eran simples pero contrastaban con la pálida piel y los rubios cabellos del Mago de una manera que impresionaba. No había dudas que la pareja llamaría la atención, más de uno giraría para mirarlos, sobre todo a ella.

     

    Bajaron juntos del trineo, tomados de la mano y el aire frio golpeó en el rostro al mago. Era un frio seco y áspero que calaba hasta los huesos y todo el lugar parecía estar bajo el mismo.

     

    Una enorme sonrisa, de esas tan características en él, se dibujó en el rostro de Leandro al escuchar lo que ella le decía, también un pequeño rubor tiñeron sus mejillas.

     

    -Claramente, la que atrae todas las miradas y la más bonita de la noche sos vos- dijo dándole un beso tierno en las mejillas mientras avanzaban caminando de la mano. Y no mentía, ya más de uno de los magos presentes había volteado para mirarla.

     

    Recién con el comentario dela bruja se percató en las estatuas, eran impresionantemente humanas al punto que daban escalofríos. Observo con detenimiento una de ellas, hasta parecían ser humanos bajo algún hechizo, pero descarto esa absurda idea. No creía que en un evento mágico de aquella magnitud hicieran algo tan evidente.

     

    -Que… raras no?. Nunca había visto nada igual..- respondió y luego recordó que tenía a Narsil en uno de los bolsillos de su túnica y con ella no le tenía miedo a nada así que continuaron camino a la sala.

     

    La mesa principal estaba a poca distancia por lo que llegaron con rapidez y entre risas tontas por el comentario de Fee. Y era verdad las sillas eran de hielo quizá si terminaran con ciertas partes del cuerpo heladas.

     

    -Nada que no podamos calentar en casa.. – agregó en todo pícaro al oído de su acompañante mientras caballerosamente le tendía una de dichos asientos de hielo para que se sentara. Seguidamente lo hizo el en la silla de al lado, muy pegados.

     

    Al mirar alrededor noto muchas caras familiares, no amigos ni siquiera personas con las que tenía trato pero a varias las conocía del periódico o las había visto en asuntos importantes. Ahí recordó que estaba en la mesa principal, la de las personas más influyentes del mundo mágico, algo completamente contraproducente para alguien como el que siempre pasaba desapercibido en todos lados.

     

    -Amor… ¿esa no es la primera dama?- dijo disimuladamente y en un susurro a Fee. –Pero no está con el ministro, ¿ese es otro hombre no?- preguntó, después de todo su novia era la directora de El Profeta seguro conocía los últimos cotilleos mágicos que a el se le pasaban por alto.

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  3. Leandro sonrió al sentir tantos ataques contra él, tenía partidas ambas muñecas y un tobillo y así y todo aún seguía en pie luchando. Las cosas estaban complicadas, al parecer los mortifagos necesitaban a muchísimos altos rangos para unos pocos fenixianos, pero era algo común. De todas maneras así y todos los prisioneros escaparían.

     

    Penso en un episkey que curo el tobillo partido por el absorvere de Patrick sin dejar que este llegara a pudrirse. Y a continuación volvió a pensar en otro episkey que curo su muñeca derecha que era con la que sostenía la varita.

     

    De nuevo estaba listo para seguir luchando y que sus compañeros lograran salir de aquel lugar horrible.

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  4. Al ingresar a la torre notó como su túnica ahora era de piel de dragón, algo realmente útil y que se lo debía pura y exclusivamente a su novia. Giró el rostro para agradecerle con una sonrisa. Luego rápidamente decidió aprovechar el momento para atacar.

     

    Apunto a uno de los mortifagos pero justo cuando iba a pronunciar un hechizo sintió como un fuego maldito impactaba en él. Hoy andaban rápidos, se ve que sabían de la presencia fenixiana en el lugar. Leandro pensó en un rápido Episkey para curarse esas heridas del fuego maldito de Evarela y rápidamente estaba listo para continuar.

     

    -Sectusempra- dijo ahora, esta vez nada lo interrumpió.

     

    El rayo salio volando e impactaría directamente en el pecho de la mortifaga que había apuntado en un comienzo. Este le provocaría enormes heridas sangrantes que de no curarlas enseguida le causarían la muerte en poco tiempo. De mas esta decir que la víctima del rayo no era la mortifaga que lo había atacado (Evarela) sino otra que se encontraba por ahí haciendo de las suyas (Mia).

     

    A la vez mando a su puma contra la misma persona, dejaría de protegerlo para provocarle enormes cortes y daños en todo el cuerpo a Mia.

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  5. No esperaría a que todo empezara para actuar, la experiencia le había enseñado que siempre era mejor tener alguna que otra defensa lista para que ayudara durante la batalla. Así que aun sin ingresar a la prisión busco con la mirada algo que le fuera de ayuda.

     

    -¡Morphos!- dijo apuntando a una enorme roca que se encontraba a unos metros de él.

     

    Esta muto y se convirtió en un gorila adulto de más de un metro y medio de alto, la masa de la roca daba perfectamente debido a su tamaño. Con órdenes mentales colocó al animal frente a Felicity para que la protegiera de cualquiera que intentara dañarla directamente.

     

    -Morphos- volvió a murmurar apuntando a otra roca prácticamente idéntica a la primera. Esta cambio, pero se convirtió en un felino, un puma de más de un metro de alto con afiladas garras y dientes. Este en cambio se colocó frente a él, pero felicity estaba muy pegada así que también la protegería a ella.

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  6. -¿Es que no piensan cambiarla de lugar?- dijo en voz alta al aparecerse en los terrenos de la prisión mortifaga. Lo decía por que ayer mismo habían estado en este mismo lugar (Sarátov, ciudad de uno de los sujetos federales de Rusia, Tartaristán) y realizado un exitoso rescate y los mortifagos aún no se avivaban y dejaban la prisión allí para que hoy hicieran lo mismo.

     

    Avanzo con lentitud, con calma hasta llegar a la fosa de agua a la que se introdujo sin dudarlo, no sin antes realizar un encantamiento casco-burbuja para poder respirar bajo el agua. La túnica se le mojo toda, pero al salir del foso solo tuvo que hacer un movimiento con Narsil en su puño derecho para que esté completamente seca de nuevo.

     

    Apenas había caminado unos pasos cuando escuchó su voz. Ella estaba allí de nuevo, como ayer, el solo saberlo lo lleno de alegría y una sonrisa afloro en su rostro cubierto por la máscara de luz. La echaba mucho de menos, últimamente apenas se veían un rato por semana.

     

    -Es verdad, lamento haberte perdido de vista en la batalla amor- dijo y correspondió el beso que ella le daba, tomándola a la vez por la cintura. –Pero esta vez no lo hare…- Agregó tomándola de la mano. Y era verdad, no dejaría que nadie le hiciera daño.

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  7. Leandro vió como sus intentos por ayudar a sus compañeros prisioneros fallaron, bueno no todos pero si la mayoría. Aparentemente los mortifagos eran demasiados y habían conseguid matarlos. De todas maneras aun le quedaba una última opción sacarlos muertos y llevarlos a san mungo a que los revivieran.

     

    Eso era lo que haría, sin más salió corriendo a toda velocidad hasta el cadáver de Madeleine y con un movimiento de Narsil o hizo levitar a su lado. Lo mismo hizo al acercarse al cadáver de GasparD que también quedo flotando junto a Madeleine.

     

    Después de esto salió con gran rapidez del edificio y se perdió entre la vegetación del lugar, haciendo imposible que algún mortifago pudiera atacarlo ya. Lo había conseguido, había salido con sus dos compañeros consigo.

  8. Los mortifagos estaban llenando el aire de hechizos de recién graduados, aparentemente no tenían mejores ideas. Solo se les daba por tratar de incapacitar a los prisioneros, se ve que el temor los había enloquecido y solo les salía eso. Y encima no sabían lo que les esperaba en unos minutos, de seguro acabarían todos muertos.

     

    -Finite incantatem- murmuró y de inmediato la cuerda que ataba los tobillos de Madeleine desapareció. El zancadilla que le había impactado ya no tenía efecto sobre ella. Solo le quedaba otra cosa por hacer asi que pensó e un rápido episkey que curo un sectusempra del cuerpo de Madeleine. El hechizo había sido enviado por Derek pero ya había sido curado en gran parte, ahora ella podría salir del lugar sin problemas.

  9. Leandro vió como ambos compañeros suyos caían bajo levicorpus y sonrió, a pesar de ser sus amigos siempre le daba risa como los cuerpos quedaban flotando en el aire de esa extraña manera. Pero rápidamente se centró en su deber como fenixiano y ayudó a los afectados.

     

    -Liberacorpus- murmuró apuntando a Madeleine y el efecto fue inmediato.

     

    La bruja cayó al suelo, per de una manera tan suave que no le ocasiono daño alguno. De esta manera ya estaba lista para salir de allí. Leandro esperaba que lo hiciera rápido así ya no podrían atacarla.

     

    A la vez sintió orgullo al ver que su gorila seguía en pie junto a la hechicera dispuesto a protegerla.

  10. Debía ayudar a sus compañeros a salir de allí, por lo que busco con la mirada algo para hacer rápidamente y ser útil.

     

    -¡Morphos!- dijo apuntando a una gárgola cercana.

     

    Esta mutó al instante en un gran gorila con enormes brazos, la masa de la gárgola daba perfectamente ya que era de piedra maciza y bastante grande. Con órdenes mentales coloco al gorila frente a Madeleine para que la defendiera de cualquier ataque enviado hacia ella y esta pudiera escapar.

     

    -Morphos- volvió a murmurar apuntando esta vez a una columna, también de piedra. El techo de la edificación tembló cuando esta se transformó en un ágil puma que se colocó defensivamente igual que el gorila pero frente a GasparD. De la misma manera lo protegería de cualquier ataque contra el.

     

    Todo esto lo pudo hacer por que estaba en el piso de las celdas, y vio como sus compañeros liberaban a los prisioneros.

  11. Leandro se encamino hacia dentro de la edificación con extrema rapidez. Detestaba el olor repugnante a muerte que había en aquel lugar, si bien nunca había sido capturado muchas veces había rescatad a compañeros y visitado la misma prisión que tanto apestaba.

     

    En un cerrar y abrir de ojos ya se encontraba a la par de su novia que probablemente aun no lo había visto.

     

    -¡Sectusempra!- murmuro apuntando a uno de los mortifagos.

     

    El ataque salió disparado hacia Blackimse, un rayo escarlata daría en su pecho provocándole enormes heridas sangrantes que le provocarían la muerte si no se curaba.

     

    -Silencius- dijo de nuevo apuntando a la misma persona (Blackimse) esta vez el efecto del hechizo haría que esta quede enmudecida, no podría pronunciar palabra alguna por un buen rato.

  12. -¿Que dem….?- se quedo a mitad de la oración, sentía un leve cosquilleo en la piel producto del calor y sabía exactamente de que era. Su novia estaba llamando a los miembros de la orden del fénix a un rescate, aparentemente de nuevo había encontrado la prisión mortifaga. Era impresionante para esas cosas, parecía un detector de artes oscuras, siempre daba con la prisión de alguna manera o con los mismos magos tenebrosos.

     

    Tomo con rapidez una capa de viaje del armario y se la colocó por sobre la túnica azul oscuro de cuerpo completo que llevaba desde la mañana. A la vez también se colocó unas botas de cuero bastante acordes para todo tipo de terrenos. Por último tomo de su mesita de luz una varita de repuesto que quizás llevara para algún prisionero desarmado y la guard en uno de los tantos bolsillos que tenía su capa.

     

    Se apareció con ayuda de su elfo en los terrenos de la prisión que en esta ocasión estaba en Sarátov, ciudad de uno de los sujetos federales de Rusia, Tartaristán. Una vez allí vio que su amor y otra fenixiana ya estaban sorteado todas las defensas por lo que quedó en las afueras de la misma esperando. Sintió unas enormes ganas de correr hacia Felicity y tomarla entre sus brazos, pero su misión en este momento era otra. Ya tendría tiempo luego del rescate para hacerlo.

     

    De mas está decir que Narsil se agitaba con ansias de batalla en su mano derecha y una máscara de luz cubría su identidad.

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  13. «Que lugar mas extraño…» reflexiono mentalmente mirando alrededor, ya habían pasado varios minutos y las algas aun seguían interponiéndose entre el y la bruja. Pero sabía también que no durarían así por siempre.

     

    Suponía que su rival intento un ataque, le pareció escucharla decir algo pero estaba muy difícil con tantas plantas entremedio. De todas maneras estaba seguro que su floreus se había encargado de neutralizar el ataque de Madeleine.

     

    Se encontraba solo sentado en el suelo en un pequeño espacio donde las algas estaban aplastadas, en ese lugar no tenia mucho para hacer así que se le ocurrió una estrategia para ir ganando tiempo hasta que las algas descendieran y pudiera atacar directamente a su rival.

     

    -¡Morphos!- murmuró apuntando a su túnica de cuerpo completo.

     

    La misma cambio de forma, mutó hasta convertirse en una serpiente Krait. El espécimen tenía unos noventa centímetros de largo, el tamaño normal de una serpiente adulta de esta especie. Era increíble, tenía un color negro azulado retocado con unas bandas blancas y lo más importante era que la misma estaba entre las cinco serpientes ms venenosas de la tierra y estaba bajo sus ordenes.

     

    El animal sabía claramente que tenia que atacar a Madeleine, morderla y envenenarla así que Leandro solo le indico señalándole con el brazo en la dirección que debía avanzar. La Krait se perdió rápidamente entre las algas directo hacia donde estaba la bruja.

     

    A continuación, a pesar de que Leandro no pudo verlo, escuchó a la bruja intentar un hechizo similar, pero nada paso. ¿Acaso planeaba algo? O tal vez intento transformar la prenda que antes llevaba el mago que ahora se encontraba en ropa interior tras haber usado su propia túnica a su favor. Era preferible perder la ropa a perder el duelo.

     

    «¡Al fiiin…!» exclamo alargando sus palabras al notar que de un momento a otro las algas de nuevo estaban apenas unos centímetros sobre el suelo. De nuevo podía ver a Madeleine y además comprobó con alegría que su serpiente Krait ya iba a más de mitad camino, estaba muy cerca de llegar a la bruja a la cual picaría en el tobillo derecho y le inyectaría una gran dosis de veneno mortal. Ahora que ya tenia completa visibilidad no iba a tener problemas para hacerlo.

     

    -Sectusempra- dijo con claridad para finalizar este duelo de una manera u otra.

     

    De inmediato, un rayo de color rojo muy brillante salió disparado desde Narsil hacia el pecho de Madeleine. Impactaría y provocaría una enorme herida sangrante en su torso que si esta no curaba con rapidez acabaría con su vida en cuestión de minutos.

     

    Ahora la bruja estaba en aprietos, no solo tenía una serpiente a punto de envenenarla sino que también un rayo mortal iba contra ella. En cambio, él no había sufrido daño alguno aun.

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  14. El duelo se estaba poniendo interesante, sin dudas que era el mejor de los que había tenido en el torneo. Su rival curó con rapidez el envenenamiento de la avispa marina, sencillamente hizo un bezoar con uno de sus tenis y termino con ese problema, muy sensato de su parte.

     

    -Yo sabia…- murmuró cuando las algas crecieron de golpe por todo el terreno hasta superar incluso su altura. Desde que había llegado al lugar notó que esas plantas no eran normales, otra jugada de los lideres para ponerlos a prueba y que solo los mejores pudieran superar la ronda.

     

    Leandro sabía que aun estaba bajo el efecto del hechizo que Madeleine había lanzado un rato antes, no le quedaban muchas opciones así que aprovecharía la distracción que provocaban las algas para terminarlo. Tomó con fuerzas su varita y murmuró:

     

    -¡Aguamenti!- lógicamente un pequeño ramo de flores apareció desde la punta de su varita eran bonitas tal vez después de terminar el duelo se las llevaría a su novia, ya que estaba podía aprovechar la situación. Per por el momento se limito a dejarlas caer al suelo con un movimiento del brazo.

     

    Después de librarse del floreus notó como un hechizo hacia efecto en el, seguro Madeleine había lanzado un no verbal ya que no escuchó nada pero así y todo un lazo que se aferraba a sus tobillos. Cayó al suelo pero al estar rodeado de las altas algas cayo aplastándolas y las mismas, con ayuda de su brazo izquierdo, amortiguaron su caída. No sufrió daño alguno así que rápidamente quedo sentado sobre el piso. Por el momento no haría nada con aquel lazo ya que no le impedía apuntar y atacar, tan solo le impedía ponerse en pie o caminar cosa que en este momento no necesitaba.

     

    -¡Floreus!- dijo con claridad apuntando hacia donde sabía que estaba de pie Madeleine. Aunque no era necesario lo hizo por acto reflejo.

     

    Ya era bien conocido el efecto, a partir de este momento cuando Madeleine intentara darle uso a su varita no saldría el hechizo sino un pequeño ramo de flores amarillas, no muchas, pero las suficientes para que no pudiera atacarlo.

     

    Esperaba que el efecto del zancadilla se pasara rápido, tenia entendido que no duraba demasiado. Aunque de todas maneras no estaba incomodo y podía seguir levando con normalidad el duelo desde el suelo. Sonrió al pensar que hasta quizás era ventajoso, al estar sentado era un blanco mas pequeño y difícil de apuntar.

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  15. Al fin la batalla había comenzado, sin dar vueltas ambos fenixianos ya estaban intercambiando hechizos. Eso era lo que mas le gustaba a Stinson, la adrenalina y la distracción que le provocaba una situación así. Obviamente todo mejoraba cuando se trataba de una redada o un asalto donde a la vez podía llevarse a algún mortifago a Abbadon para que pagara por sus crímenes.

     

    El sectusempra que había enviado contra Madeleine no tuvo efecto alguno, ya que la bruja uso un efectivo protego para detenerlo a tiempo. A decir verdad Leandro esperaba que ella lo hiciera, no se sorprendió cuando escucho el hechizo salir de su boca.

     

    -¡Morphos!- dijo segundos después de que Madeleine se protegiera de su rayo.

     

    Al instante la túnica que ella llevaba puesta mutó y cambió hasta convertirse en una avispa marina adulta que con sus tentáculos hizo contacto con la piel del cuello de la bruja. De esta manera inyecto grandes dosis de un letal veneno que la acabaría con la vida de Madelaine si no tomaba el antídoto con rapidez.

     

    La envenenada realizo un floreus que, para suerte de Leandro, se pudo oír con facilidad a varios metros de distancia. De esta manera sabía que su próxima acción que requiera el uso de la varita no saldría, en su lugar lo haría un ramo de flores. De todas maneras era un hechizo muy fácil de eludir, cosa que haría sin problemas.

     

    -¡Electroshock!- murmuró.

     

    Una bola de energía eléctrica de unos treinta centímetros de diámetro se materializo en la mano izquierda de Leandro, la que no sostenía la varita. En cuestión de segundos el mago la lanzo contra Madeleine. Dicha bola impactaría en ella empujándola e inmovilizándola durante bastante tiempo, de esta manera le haría perder la ocasión de realizar un ataque. De mas estaba decir que la bola no daría contra ningún objeto por el camino, iría directamente a dar contra la bruja.

     

    Con este sencillo hechizo Leandro supo que el floreus que lo afectaba no lo haría mas, se había acabado su tiempo de acción. Había logrado que ella desperdiciara por completo un hechizo y quizás de esta manera inclinaría las cosas a su favor.

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  16. El torneo estaba siendo realmente agotador, en las últimas horas había llevado a cabo dos duelos prácticamente sin descanso alguno. Pero a pesar de todo había ganado ambos, no de manera sencilla pero había ganado que era lo importante. Los síntomas del cansancio apenas se notaban en el cuerpo del mago, aun le quedaban energías para rato. Esto debía ser a causa de las tantas batallas a las que acudía últimamente, aparentemente le sirvieron como entrenamiento para este gran evento.

     

    Pocos eran los guerreros que pasaban a la siguiente ronda, así a simple vista a Leandro le pareció que la mitad habían quedado por el camino. También se alegro de notar que varios de sus amigos, incluso su novia, aun seguían en carrera. Esperaba que no le tocara contra ellos, o menos aun contra Felicity. No tenía intenciones de llevar un duelo a muerte con ella, ni siquiera por el torneo.

     

    De golpe Leandro pudo notar como el agua desaparecía, dejando lugar nuevamente al aire en su totalidad. Aparentemente se encontraba en una especie de burbuja muy grande, donde, dentro de ella llevarían a cabo el duelo.

     

    El lugar era perfecto, era un campo abierto casi sin obstáculos. Echando un vistazo rápido alrededor Leandro pudo ver unas rocas de gran tamaño a unos cinco metros de el. También vio otras similares cercas de donde se había situado su rival, Madeleine, una muchacha que apenas conocía de alguna que otra redada. Pero si había pasado de ronda seguro era un rival digno que le daría batalla. A su vez procuro colocarse también a unos cinco metros de todo objeto que pudiera generar algún riesgo.

     

    -Buenas noches…- saludó con una inclinación del cuerpo, haciendo que la túnica de cuerpo completo que llevaba como única prenda dejara a la vista los pies desnudos del mago, que estaban en contacto con las suaves algas que cubrían en suelo en su totalidad -¿Comenzamos?- agregó levantando a Narsil en su puño derecho.

     

    -¡Sectusempra!- dijo con desenvoltura sin esperar a que su rival respondiera a si comenzaban o no.

     

    Un rayo rojizo salió a toda velocidad disparado contra el pecho de Madeleine tratando de tomarla desprevenida. Había comenzado la batalla con todo, quería terminar con esto lo más rápido posible. Si el rayo impactaba en la bruja, le provocaría enormes heridas sangrantes que acabarían con su vida muy rápidamente.

     

    A ver como la mujer se defendía de esta, esperaba ya que un rival en este momento del torneo supiera defenderse correctamente de un inicio así.

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  17. Hola <_<

     

    Vengo obligado a hacer un puente para la fea de Soamily... no quería pero como soy el único que le habla a la pobre :lol:

     

    Jaja bueno lo de arriba no iba enserio, solo eran tonteras para llenar lineas, pero si el puente lo hago así Soa, la única acá que trabaja :o, deja mas y mas análisis.

     

    Bye!! ^_^

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  18. Leandro noto incrédulo como su rival forcejeaba con las cuerdas que ataban sus brazos. No tenia sentido lo que estaba haciendo las mismas eran mágicas y no podría quitarlas con fuerza física, seguirían aprentando sus brazos e impidiendo que hablara y apuntara. ¿Es que no lo sabia? De habérselas quitado enseguida, con un simple hechizo, ahora no estaría en problemas.

     

    Momentos mas tarde notó como la serpiente, ahora en su poder, salía disparada y se perdía entre unos escombros. Evidentemente Lestat se la quitó de encima para no sufrir más daños del que ya tenia. De todas maneras era algo tarde ya para preocuparse de eso, tenía otras más urgentes.

     

    También pudo ver como el Myrddin se curaba las heridas sangrantes provocadas por el sectusempra de Leandro, si bien había sanado completamente las mismas firmo su sentencia de muerte. Al no curar el veneno de la avispa marina Lestat cayó sobre el piso del barco, atado y muerto producto del mismo veneno. Se había confiado y estuvo demasiado tiempo con la ponzoña en su sangre, cosa que acabo con el.

     

    -¡Expelliarmus!- murmuró Leandro.

     

    Un rayo color cobrizo salió dirigido directamente hacia el cadáver de su rival, se encargaría de finalizar el duelo de una vez por todas ya que lo desarmaría haciendo que la varita del vampiro volara a cuatro metros hacia la derecha, cerca de los escombros donde cayó la serpiente. A pesar de que ya murió quería asegurarse de que todo saliera bien.

     

    Por ultimo pensó en un episkey para curar completamente las heridas en su torso, así de nuevo estaba completamente ileso y el único rastro que quedaba era la sangre que se había pegado a su túnica. Por lo demás se había sanado a tiempo, ese sectusempra ya no sería problema para el, no molestaría a los sanadores oficiales del torneo. No esta vez.

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  19. Aparentemente Lestat era masoquista, la avispa marina lo había tocado e inyectado grandes dosis de veneno y a el solo le importo atacar a Leandro. El rayo que salió de su varita dio de lleno en Stinson provocándole importantes cortes, pero más tarde se encargaría de ellos, ahora le preocupaba acabar de una vez con Lestat que estaba bastante complicado.

     

    Gracias a que estaba muy atento a su rival pudo ver como este apuntaba a una vieja vela sobre el y a transformaba en una serpiente mamba negra.

     

    -¡Oppugno!- dijo con rapidez. Como la vela antes de ser transformada estaba a metro y medio sobre el mago, tuvo tiempo de sobra para realizar el hechizo y que aquel animal pase a su control antes de caer al suelo. Lógicamente no lo mordió ya que al llegar hasta el alcance de Leandro ya estaba bajo su poder.

     

    -¡Liquídalo!- murmuró como orden a la serpiente que se desliz por el agua a gran velocidad dispuesta a atacar a su creador Lestat. Se dirigiría por uno de los flancos del mago así de esta manera, ya que Lestat tenía los ojos vendados, era imposible que conociera su ubicación por que la serpiente no chocaría contra ningún objeto y lógicamente tampoco provocaría ruido alguno. La enorme serpiente se enroscaría en el cuello del mago asfixiándolo y a la vez lo mordería alguna que otra vez en el rostro, inyectando mas veneno a su cuerpo.

     

    A continuación giro su varita para apuntarse a si mismo y pensó en un episey para curar de emergencia las heridas provocadas en su pecho por el sectusempra de Lestat. De esta manera continuaría con vida para seguir luchando.

     

    Mas tarde seguramente sanaría por completo las mismas. En cambio, su rival, estaba mal herido, envenenado, atado con cuerdas en sus manos, ojos y boca. Estaba muy difícil que pudiera salir de esta situación, el duelo ya estaba completamente controlado a favor de Stinson.

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  20. Leandro sonrió satisfecho al ver la sangre en el pecho de su rival. Si bien eran compañeros de bando y en otra ocasión jamás lo atacaría pero este duelo era a muerte y él debía ganarlo para continuar en el torneo.

     

    -¿Mal humor?... !Para nada! Es un duelo a muerte amigo, hablemos menos y luchemos mas- comentó como respuesta.

     

    Desgraciadamente para el, Lestat había silenciado su segundo ataque y se había curad parte de las heridas. Pero no importaba aun le faltaba curarse otra parte y el seguía ileso. Hizo un recorrido veloz con la vista buscando algo que le sirva como ventaja, algún descuido de su rival o algo.

     

    Había muy pocas cosas realmente útiles allí en la cubierta del barco asi que se limito a seguir atacándolo con hechizos directos.

     

    -¡Morphos!- esta vez si lo lograría, ya no podía ser silenciado. La prenda superior de Lestat se transformo al instante en una avispa marina adulta que toco al mago en el hombro y cuello con sus tentáculos inyectándole grandes dosis de veneno que mataría rápidamente a cualquier ser humano en poco tiempo.

     

    Después se quedo unos segundos embobado mirando como el antiguo mástil aun se mantenía erguido en la embarcación y se mecía de un lado a otro al ritmo al que corría el agua. Ahí mismo se le ocurrió una idea, pero decidió dejarla para mas adelante ahora apostaría a lo seguro.

     

    -¡Incarcerus!- espetó.

     

    Tres gruesas cuerdas salieron disparadas de su varita hacia Lestat. La primera ataría sus manos al torso de manera que la varita de el quedara apuntando hacia al suelo. La segunda y la tercera atarían su boca y ojos, impidiéndole hablar y apuntar. Las cuerdas eran gruesas como para cubrirlo completamente pero no se tocaban entre si.

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  21. Caminar y solo caminar. Eso era todo lo que podían hacer los miembros de la orden del fénix. La oscuridad lo cubría por completo hacia ya varios minutos, sabía que de querer seguir en el torneo tenía que confiar y avanzar. También por momentos sentía las pisadas de alguna otra persona o criatura caminando cerca. Pero no les temía, menos aun con Narsil apretada en su puño derecho.

     

    Los pies descalzos se le hundían en el fondo barroso del lecho marino y también lo hacia parte de la túnica de cuerpo completo que lo cubría. Siguieron caminando durante lo que pareció poco mas de media hora y cuando Leandro ya empezaba a impacientarse llegaron a lo que parecía un claro donde de a poco fue recuperando la visión.

     

    Lo primero que noto fue un viejo navío allí en el centro del claro, seguramente era donde llevarían a cabo el duelo así que sin dudarlo se dirigió hacia él. Vio también como su rival, Lestat, caminaba junto a el hasta el barco.

     

    Antiguas partes del mismo arco estaban desparramadas por el suelo, sumado a otras tantas que pertenecían a la tripulación o se usaban para el mantenimiento de la nave. Asi y todo Leandro pudo subir con comodidad y situarse frente a su rival y a una distancia considerable (4 metros) de todos los objetos cercanos.

     

    Leandro noto como Lestat decía algo, no se escucho bien allí debajo del agua pero tampoco le intereso demasiado. Solo quería que el duelo comenzara rápidamente así que se limito a saludarlo haciendo un gesto con la cabeza.

     

    Inmediatamente después de eso vio como Lestat intentaba realizar un ataque que no producía efecto alguno. Aparentemente intentaba transformar unos zapatos que n existían ya que Leandro acudió al lugar con los pies descalzos. Iba a pagar por el error.

     

    -¡Sectusempra!- murmuró.

     

    Un veloz rayo color ambarino salió rápidamente dirigido al pecho de Lestat, chocaría contra el y le provocaría heridas en todo el torso. Dichas heridas le provocarían la muerte muy rápidamente si no se curaba.

     

    -¡Morphos!- agregó sin perder tiempo.

     

    La prenda superior de Lestat se transformo al instante en una araña muy venenosa que quedo posicionada en su hombro y pico en el cuello del mago inyectando enormes cantidades de ponzoña. Ahora también estaría envenenado inclinando así la balanza a favor de Leandro ya de entrada.

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  22. -¿Ya se rindieron?- preguntó a Fee que estaba a su lado. –Era hora, desde el principio no tenían nada que hacer aquí- agregó tomándola por la cintura. Y era verdad, no sabia por que habían entrado a intentar aquel rescate que de entrada sabían fracasaría.

     

    -Vamos amor, dejemos que los elfos de la Orden limpien este desastre. Nosotros iremos a tomar una ducha, la que me debes- le dijo a su novia en tono pícaro mientras le robaba un beso fugaz.

     

    A continuación, tomándola por la cintura, salieron juntos de la prisión camino a la mansión Weasley. Al fin iba a tener una noche para estar solo con ella, después de varios días sin poder hacerlo ya la echaba de menos. A decir verdad le gustaría que pudieran vivir juntos y verse mas seguido, quizás esa misma noche con unas copas de vino encima tocaría el tema a ver como lo tomaba ella.

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  23. ¿Los mortifagos no se daban cuanta que habían perdido ya? Leandro no entendía por que seguían con sus delirios de grandeza si en cada batalla la Orden los neutralizaba. Asi y todo como aun quedaban algunos luchando apunto a uno de ellos.

     

    -Sectusempra- murmuró y el famoso rayo escarlata tan usado en batalla por el mago salio disparado hasta dar contra el cuerpo de Aleera. Esta fue herida por el mismo y moriría desangrada si no se curaba pronto. De mas esta decir que el gorila de Leandro se posicionó estratégicamente para que el rayo pasara sin tocarle.

     

    -Silecius- dijo a continuación aun apuntando a Aleera, que a partir de ese momento estaría limitada solo a hechizos no verbales.

     

    Todo esto lo hizo con una sonrisa en el rostro y junto a Fee, casi pegado a ella. La sonrisa se agrando mas cuando escucho las palabras que salían de la bruja.

     

    -Y yo te quiero a vos- respondió –mucho mas que vos a mi- agregó mientras con un movimiento de la mano ordenaba al gorila que ataque a Aleera, que la lastime con sus fuertes brazos y la muerda con sus colmillos.

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  24. Todo estaba controlado, ya casi no quedaban mortifagos vivos en el lugar. La mayoría había muerto y desaparecido por el sortilegio que estaba en la prisión. Otros, los prisioneros, no habían podido salir del lugar y quedarían allí bastante tiempo más. Y había unos pocos, los últimos, que aun luchaban y atacaban. De estos se encargarían ahora.

     

    Avis!- dijo con claridad y unas doce palomas regordetas pero muy veloces se materializaron de su varita. Estas volaron con rapidez hacia donde se encontraba Gode, a unos pocos metros, y detuvieron el Avada lanzado por Zack. Así ayudaría al líder y él podría matar definitivamente a aquel mortifago.

     

    -Morphos- dijo a continuación apuntando a una gárgola decorativa del lugar, de esas que había muchas por los pasillos. Inmediatamente se transformo en un gorila adulto con fuertes brazos y una furia incontrolable. El gorila se posiciono frente a el para defenderlo de futuros ataques.

     

    Leandro vio que su novia estaba a pocos metros de el así que se le acercó con rapidez, tanto el como su gorila. A pesar de estar en medio de una batalla la tomo por la cintura y planto un beso fugaz en los labios distrayéndose solo unos minutos. Aprovecho que el gorila estaba frente a ambos magos y los protegería en caso de necesitarlo.

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  25. La batalla continuaba, el intento de rescate mortifago había sido un completo fracaso tal como el ataque al Castillo Evans de la noche anterior. Últimamente los mortifagos habían bajado el nivel, meses atrás al menos daban mas pelea. Sin mas apunto a uno de los pocos que aun quedaba en pie.

     

    -Sectusempra- murmuró y de su varita salió un potente rayo dirigido hacia Radamantys. Le daría en uno de sus costados hiriéndolo de gravedad y provocándole la perdida de mucha sangre en poco tiempo. Si o si debería curarse o moriria

     

    -Silencius- agregó. El efecto fue inmediato, Radamantys estaba completamente silenciado, en su próximo ataque o defensa no podría articular palabra alguna. De esta manera esperaba que la no pudiera defenderse.

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