Leia Yui

Ya era hora de marcharse aquel lugar repúgnate, llenos de seres sin sentimientos como los mortifagos, aunque extrañaría mucho a lolo a pesar del poco tiempo que habíamos estado juntos en la prision el había sabido apreciar mi arte, enterderme, darme ánimos como un buen amigo y esperaba que los mortifagos lo supiesen apreciar mi arte también aunque lo más seguro era que lo borrasen de las paredes <<será lo único que limpien de seguro >>pensé <<con lo flojos y sucios que son>> continué pensando mientras negaba con la cabeza.

Avancé hasta las afueras de la prisión con mucho esfuerzo pues mi rodilla no se encontraba del todo bien, pude haber salido ilesa pero había tardado demasiado; llegue donde ya ninguna barrera antiaparición me podía detener, de manera que solo sonreí, <<es hora de irse a casa>> pensé, acto seguido giré sobre mis talones y desaparecí rumbo al Castillo Stark.

Respire profundo, mientras sujetaba con firmeza la varita como si de eso dependiera mi vida y valga la redundancia de eso dependía mi vida en esos momentos al menos. Lo que podía hace por ahora era protegerme, pues si me herían de muerte o de algún otro tipo se me haría mucho más complicado salir del lugar y lo que buscaba era salir ilesa al menos eso tenía en mente por ahora.

-Avis- volví a decir, otras 12 aves más me rodearon, era muy obvio que las aves me amaban(?), ésta en espera de ordenes siguientes aunque por el momento era protegerme de cualquier rayo que me lanzasen.

-Avis- susurré otras 12 aves más aparecierón a mi alrededor con la misma obligación que las otras protegerme. <<Creo que con esto es suficiente>> pensé mientras pensaba en mi siguiente movimiento pues había que hacer rápidos en este tipo de ocasiones y tratar de ser perfectos pues un pequeño error podía arruinar muchas cosas y muy aparte de eso habían muchas vidas en juego.

Escuché pasos que se acercaban <<serán mis compañeros>> pensé con emoción y con un gran brillo en mis ojos mientras tiraba el lápiz labial al rincón aunque lo más probable era que fuese un vigilante mortifago que viniese a presumir por el estar libre y yo encarcelada en aquel lugar sucio pero que ahora tenía un retoque de arte en una de sus paredes. Me acerqué a la reja lo más que pude para ver de quien se trataba, aunque aquel intento no salió del todo bien pues la reja esta estaba sellada con magia.

Casi pego un grito de la emoción al ver que era una de mis compañeras de bando <<sabía que no me dejarían aquí por mucho>> pensé en mi mente mientras que en mi rostro se dibujaba un gran sonrisa llena de esperanza. Mi compañera Helike abrió la reja, y me entrego una varita. –Al fin- murmuré mientras la sujetaba con firmeza.

Con la varita en mano, estando totalmente descalza y con mi vestido algo ensangrentado salí de la celda.

-Avis- murmuré, 12 avecillas aparecieron a mi alrededor con la obligación de protegerme de cualquier rayo que los mortifagos quisieran lanzarme pues no nos dejarían así por así o al menos eso tenía en mente por lo cual lo mejor era estar preparados.

-Avis- volví a decir haciendo que 12 avecillas más aparecieran a mi alrededor también con la obligación de protegerme de cualquier rayo pues cuando los mortifagos atacaban, eran de laznar muchos hechizos por lo que lo mejor era estar preparada para eso.

Cogí el lápiz labial con una sonrisa traviesa(?) mientras daba saltitos por todo mi celda como una niña pequeña. –Es hora de hacer arte- dije sonriente mientras destapaba el lápiz labial. Me dirigía hacia una de las paredes de la celda y presione el lápiz labial con fuerza contra ella de manera que empecé a pintar las paredes. Cuando al fin acabe me alejé unos cuantos metros para contemplar lo que había hecho; la pared decía : “odefos rulz”, sonreí mi travesura estaba realizada y como no había nadie vigilándome era mejor aún ya que tal vez luego no podría hacer más travesuras.

-Que te parece lolo- dije mientras miraba al ratón al cual ya le había puesto un nombre –verdad que quedo genial- continué mientras lo alzaba para que pudiese ver mejor la frase –aunque ahora que lo pienso no sabes leer tal vez- continué algo dudosa mientras lo bajaba con cuidado –como sea el punto es que es mi obra de arte- finalicé mientras me sentaba en el suelo pensando en lo que haría el resto de días.

Estaba tirada en el suelo que era más cómodo de lo que parecía, cuando escuché unos sonidos extraños, que más parecían chillidos de algún animal; abrí bien los ojos y fue cuando vi a un pequeño ratón que caminaba por mis pies –esto es el colmo- dije –mortifagos sucios ni limpiar una celda saben- continué mientras me sentaba para ver mejor al animalito –no crees lo mismo amigo?- respiré y seguí mientras miraba con curiosidad al animalito –parece que solo estamos los dos eh- finalicé mientras observaba como llamaba a otro animalito al parecer.

Me dirigía hacia el rincón de donde al parecer habían más de ellos, y me dio gran alegría al ver un lápiz labial a medio gastar en el piso <<esto será divertido>> pensé con una sonrisa mientras lo tomaba entre mis manos, era hora de hacer travesuras y de mejorar mi celda.

Sentí como la vida volvía a mí, un gran dolor de cabeza me invadía y se podría decir que hasta el cabello me dolía(? ¬¬) . –En fin no esta tan mal como pensé- dije entre murmullos mientras oía resonar mi voz por toda la celda, estaba sola –lástima que no hay nadie- volví a decirme a mi misma mientras me tocaba la cabeza con la mano. Cuando la bajé y la puse frente mío, pude notar que tenía algunas gotas de sangre <<típico>> pensé mientras me ponía de pie <<supongo que fueron buenos conmigo>> pensé mientras exploraba mi celda.

<<Tal vez me quede un tiempo aquí>> pensé con ironía mientras miraba las rejas. –Que asco sangre- dije con algo de risa al ver el piso, -que sucios que son no pueden limpiar acaso- seguí mientras reía como loca esperando que ningún guardia me oyese –tanto les cuesta coger un trapo o simplemente limpiar con magia- continué mientras negaba con la cabeza.

Me recosté en el piso y fue cuando recordé a aquel aspirante Gaspard. Tal vez el no estaría en las mismas condiciones que yo lo cual me preocupo, peor por ahora no podía hacer nada solo había que esperar a que todo esto pasase para poder salir de aquel lugar repugnante.

Mi mano estaba herida por lo que si pender ni un minuto más de tiempo la llevé a la mano que tenía sana hasta el momento. Era hora de atacar y ya había perdido mucho tiempo pensando, tal vez no estaba del todo mal pero mi contricante no estaba nada herido lo cual era una gran desventaja que de seguro me afectaría grandemente luego. Respiré un poco y fije mi miraba en mi objetivo para vigilar cada unos de sus movimientos.

-Floreus- dije mientras apuntaba al mortifago Kriss. El efecto fue inmediato como esperaba, esto hizo que su vitae no saliera.

-Sectusempra- dije apuntando de nuevo al mortifago Kriss, un rayo verde salió despedido de la punta de mi varita si este le impactaba le causaría heridas de gravedad que hasta lo podrían conducir a una muerte segura a menos que se curara antes.

Al parecer, no estábamos del todo bien, pues dirigí mi mirada por unos momentos a mis compañeros, y pude comprobar que ellos tampoco iban muy bien. Hice una mueca de ironía y luego volví mi mirada hacia mi objetivo.

Había que protegerse de aquellos mortifagos pues no erán las personas más buena que existían en el mundo por decirlo así. Moví la cabeza en sentido de negación y respiré profundo, para luego resoplar con ironía. <<Comencemos>> pensaba con una voz entusiasta en mi mente, mientras planeaba cuidadosamente cada uno de mis movimientos para no cometer errores luego.

-Silencius- murmuré, mientras apuntaba al mortifago Kris Gryffindor, este al instante quedo callado, por lo que solo llegue a ver que movía los labios pero nada sucedía.

-Avis- murmuré, unas 12 avecillas aparesierón delante de mí, con la orden de protegerme de cualquier rayo que me lanzasen.

Sonreí, ya estaba protegida por ahora lo que faltaba era pensar en cual sería mi siguiente movimiento pero tenía que meditarlo con cuidado pues no quería fallar esta vez.

El paisaje de aquel lugar era hermoso, se respiraba un aire incriblemente puro que hacíaa que alma se sintiera en paz. El cielo estaba estrellado y la luna brillaba como nunca. Estaba de paseo con mi oso panda domésticado(¬¬), pues a el no le gustaba estar en espacios pequeños. Lo acariciaba cariñosamente cuando de repente ante mis ojos apareció un patronusen forma de perro de raza pastor alemán, sabía que mis compañeros me necesitan por lo que en ese instante llame a mi elfina Ani y le ordené que cuidara a mi panda hsta mi regreso, pues el panda no le haría daño alguno porque ella también lo había criado desde pequeño al igual que yo. En ese momento tome mi varita, tiré mis zapatos lejos de mí al igual que mi capa y partí hacia el lugar donde se desarollaría todo.

Me encontranba en los jardines del castillo Weasley, una capa de luz me cubría el rostro protegiendo mi identidad. No pude evitar notar el árbol navideño que había en éste, pues era grande en comparación a otros que había visto. Al ver que mis compañeros ya se encontraban reunidos, empuñé mi varita fuertemente y me acerqué a ellos.

Zamira(Secretaria)

Habían fichas que aprobar, eso era algo especial por así decirlo ya que últimamente llegaban menos de lo esperado; pero cuando venían eran siquiera dos o más. –Lamento haberla hecho esperar- dije mientras tomaba los pergaminos -mi nombre es Zamira y me encargaré de ver si los papeles están totalmente correctos- dije mientras tomaba los pergaminos y los revisaba con sumo cuidado para que todo el papeleo estuviera en orden.

Todo estaba correcto, selle los pergaminos, guarde una copia de cada unos de ellos, y lo demás se lo entregué. –Eso sería, tus criaturas ya están registradas- finalicé dibujando una sonrisa de lado.

Aprobado el registro de 2 Caballos Árabes a nombre de Kassandra S. Weasley B.L..

Aprobado el registro de 1 Lechuza a nombre de Kassandra S. Weasley B.L..

Aprobado el registro de 1 Aaleiusa nombre de Kassandra S. Weasley B.L..

Aprobado el registro de 1 Lobo a nombre de Kassandra S. Weasley B.L..

Me dirigía a la Academia para averiguar sobre un conocimiento que quería adquirir hace ya un buen tiempo. Caminaba lentamente, no tenía ningún apuro pues las próximas clases se darían dentro de un buen tiempo y las inscripciones estaban abiertas aún al parecer. Estaba a punto de llegar al Tablón Principal de la Academia, cuando de repente un fuerte soplido del viento hizo que me llegara al rostro la portada de un diario, era muy obvio su origen de seguro alguien lo habría dejado en alguna banca o que simplemente se le había escapado de las manos mientras lo leía.

Sentí como mi corazón latía más fuerte luego de quitarme del rostro aquel pedazo de periódico y darle una vista de reojo. << Un Huracán, que demonios…>> pensaba, automáticamente se formo una mueca de preocupación en mi rostro que lucía muy pálido. Con mis pasos más acelerados continué caminando hacia el Tablón para poder asé enterarme más sobre el tema. Cuando al fin llegué, me calme un poco la saber que habrían lugares seguros donde podríamos estar protegidos de aquel desastre, <<eso explica porque la gente corre desesperada>> pensé recordando que cuando entraba algunos salían corriendo e incluso gritando, <<en fin pensé>> mientras me mordía los labios, <<habrá que buscar el refugio>> pensé, sujeté mi varita fuerte mi varita y cambie de rumbo hacia el Bosque Prohibido en busca del dichoso refugio.

Vi que muchas personas, unas más desesperadas que otras entraban a toda prisa a lo que era un viejo y alto sauco por fuera pero que en realidad era la entrada al refugio, respire profundo y me dirigí a toda prisa hacia el para poder ver si aún había algo de espacio como para que pudiese entrar yo también. El túnel era oscuro, aunque a lo lejos se llegaba a ver una pequeña luz –Lumus- susurre a la entrada de el túnel, para poder ver mejor. Luego de unos minutos llegue hasta una puerta que se encontraba abierta, pasé lentamente esta y me sorprendí al ver que había mucha gente ya adentro. El ambiente era agradable, unas almohadas en el piso para tomar siento y muchas mantas de distintos colores.

Me sentía extraña, no conocía a nadie del lugar pero al oír las risillas de algunos me anime a preguntar. –Hola, que hacen- dije curiosa mientras escuchaba atentamente lo que estaba diciendo los presentes.

Ví como el joven Mathias caía muerto producto del Sectusempra que le había lanzado y que había impactado en su cuerpo pero que al parecer producto de su inexperencia en el combate había ignorado no puediendo ya curarse del hechizo, debido a que había gastado sus siguientes acciones en atacar a mi compañera Binfeyd en vez de curarse él.

Era hora de marcharse de aquel lugar penoso que hasta me causaba algo de asco. Ya todo estaba hecho, había dado mi máximo esfuerzo y esperaba que hubiese sido suficiente esta vez, aunque la próxima vendría mucho más preparada . Viendo que nadie necesitaba más de mi ayuda, antes de que se me pasase el efecto de la posión multijugos, salí corriendo del lugar antes de que cualquier otro intentase atacarme.

Todo estaba mejorando al parecer. Y aunque estuviera muy nerviosa, lo controlaba a la perfección. Ví que un mortio atacaba a una compañera mía así que a la par en que este le lenzaba un sectusempra a mi compañera Helike musité–Expelliarmus- intercalando así su hechizo, el joven inmediatamente quedo desarmaso con la varita 5 metros lejos de el, cerca de mis compañeros de la orden y lejos por varios metros de sus compañeros mortifagos.

-Sectusempra- apuntando al mismo mortifago Mathias de forma que este quedaría si no se protegía con profundas heridas.

Debía de continuar, era mi turno de atacar a aquella mortifaga que gozaba siendo cruel y despiadada, tal vez debían de darle una lección.

-Expelliarmus- dije apuntando con precisión apuntando a la mortifaga Lisa con precisión, al impactarle la varita saldría volando 5 metros a la derecha estando así a escasos centímetros de donde se encontraban mis compañeros de la orden y muy lejos por varios metros de sus compañeros mortifagos.

-Silencius- dije volviendo a apuntar a la mortifaga Lisa, de esta manera la mortifaga no podría pronunciar ningún sonido aunque quisiera .

Cambié mi varita de mano, al instante <<Episkey>> pensé apuntando con mi varita a mi tobillo dañado, al instante sentí como mi tobillo estaba mejor. <<Episkey>> volví a pensar, pero esta vez apuntando a mi mano que también se encontraba dañada. Ambos absorveres habían sido enviados por Lisa, pero ahora ya estaban curados.

Al parecer sería la primera ves que moriría defendiendo mis ideales

Era momento de preparar la defensa, pues probablemente estaríamos a una gran diferencia de numero de participante ya que había muchos más mortifagos que odefos, y esto era deprimente pero no se podía hacer nada , al menos no ahora. Abrí bien los ojos, y

-Avis- murmuré, 12 avecillas aparecieron delante mío con la obligación de protegerme.

<<Episkey>> pensé mientras apuntaba a Elizabeth Tonks, para curarla del Fuego Maldito de Evarela Black Haughton.

Había salido a dar un paseo con mi mascota, todo era paz y tranquilidad. Le estaba dando de comer cuando un patronus en forma de tres águilas calvas se acerco a mí a mi oso panda domesticado con el que había salido a dar un paseo. <<Es hora de ir a apoyarlos>> pensé mientras me despedía del animal dándole una caricia en la cabeza. Tomé una porción de poción multijugos que siempre traía conmigo en un pequeño frasco y después de corroborar el cambio, viendo mi reflejo en la laguna que estaba ahí partí hacia el lugar indicado.

El lugar era Guiza, Egipto, en ese mismo instante me quite la capa al igual que las botas, y las arrojé, dado a mi raza de vampira la arena que había no me quemaba en lo absoluto. Empuñe mi varita fuertemente y me uní al resto de mis futuros compañeros. Era hora de pesar los obstáculos que aquella cárcel mortifaga tenía, por lo que empecé a seguir a mis compañeros.

Llevaba puesta un vestido color azul, y nada más ya que estaba descalza.

Volví a alzar mi varita, y note que mi mano temblaba demasiado, <<cálmate.. cálmate>> pensaba mientras cerraba mis ojos y respiraba hondo. Busque otro objetivo, este era Blackimse Black Rowle.

-Zancadilla- pensé, mientras apunataba con la varita a Blackimse Black Rowle , al instante callo de bruces al suelo.

-Incárcerus- murmure, tres cuerdas se dirigieron a Blackimse Black Rowle, una a sus tobillos otra a sus manos y la última a su boca.

Era la hora de atacar, analicé todo el lugar y sin esperar ni un segundo más busque mi objetivo.

-Silencius- dije mientras apuntaba con la varita a Near, de inmediato el hechizo que iba a decir ( Fuego negro) quedo silenciado.

-Silencius- volví a decir, callándolo nuevamente para que no pudiera pronunciar una vez más “Fuego Negro”.

Eran muchos, acaso nunca podíamos estar en igual número era una total injusticia pero no se podía hacer anda solo quedaba defender el lugar aunque esto costara la muerte. Respiré profundo y ordene mis ideas para no cometer errores en este momento tan crucial.

-Avis- murmure, 12 avecillas se ubicaron frente mío con la obligación de protegerme.

-Avis- Volví a decir, otras 12 avecillas aparecieron frente mío con la obligación de seguir mis ordenes al pie de la letra.

Caminaba por los alrededores de Ottery, en compañía de mi elfina Ani; de repente vi que un patronus en forma de puma con color se me acercaba , era el llamado de mis futuros compañeros, por lo que ordenándole a Ani que volviera a la Mansión, del bolsillo de mi capa saque un frasco que contenía posión multijugos; la bebí toda y luego de haberme convertido en una castaña de rulos, me dirigí hacia la Torre Abbadon.

Me encontraba a las afueras de a torre, sin perder ni un segundo más, saque al varita de mi capa y la empuñe. Segundos más tardes boté la capa al suelo y entre corriendo al lugar.

Ya adentro me ubique al lado de quienes había recibido el llamado.

Estaba protegida, ahora era momento de atacar, intente buscar mi objetivo entre tantos que habían se me hacia difícil elegir. Respire profundo y abrí bien los ojos.

-Silencius- dije, mientras apuntaba al joven Mathias Lear al instante su Absorere quedo silenciado, dibuje una sonrisa en mi rostro al ver lo que pasaba.

<<Episkey>> pense mientras apuntaba a la chica llamada Jessie Stabolito para que esta quedara curada del Absorvere de Carol Ryddlentur.

Vi que eran muchos mortios, como era de esperarse les encantaba atacar en grades grupos pues raramente mirabas a uno solo o a un grupo pequeño. Debía de protegerme pues tal vez pronto empezarían a llegar rayos por doquier.

-Avis- murmure, 12 avecillas aparecieron en frente mío, su obligación era protegerme de cualquier rayo que estos me lanzasen.

-Avis-volví a decir, otras 122 avecilla se pusieron en frente mío con la misma obligación que la anterior.

Respire profundo, mientras pensaba en mi siguiente movimiento.

Caminaba cerca a un lago, estaba descalza, me gustaba sentir la hierba fresca en mis pies. De repente un patronus en forma de perro pastor alemán me di el aviso de que debía de partir a ayudar a mis futuros compañeros de bando, sin esperar un minuto más, cogí mi varita que se encontraba en la hierba y tomando una ración de poción multijugos que siempre traía en mi bolsillo me convertí en una pelinegra, ya lista partí hacia el lugar.

Llegué, me encontraba a las fueras de la Torre Abaddon, debía de entrar a pie por lo que apresuradamente entre para poder encontrarme con los demás que me habían llamado para que viniese a ayudarlos.

Debía de seguir, ya sea curando o atacando. Odiaba que esos mortifagos abusen del poder que tenían pues eso era lo que estaban haciendo. Respiré profundo y busque un objetivo al cual atacar.

-Silencius- murmuré apuntando a Patrick Colt, el efecto fue inmediato, quedo silenciado mientras pronunciaba un hechizo un hechizo.

-Sectusempra- dije, apuntandolo nuevamente, un rayo color verde salió disparado desde la punta de mi varita hacia él, quería que aquel mortífago Patrick Colt quedara herido.