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Jesus Lestrange

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Mensajes publicados por Jesus Lestrange

  1. Cuando el joven Macnair esperaba la respuesta de la muchacha, en la sala común hicieron acto de presencia Sebas y Bridget. Venían del Gran Comedor y se les veía que ya habían cenado. Sebas se dirigió hacia ellos.

     

    - Pues estaba explicándole a hermioneluna algunas curiosidades de la casa- señalé hacia los cuadros.

     

    Sus ojos se fijaron en el chico esbozando una pequeña sonrisa.

     

    - No me han traído nada de comer- se hizo el ofendido- A mi, a su querido Prefecto- rió con broma.

     

    Hermioneluna expuso que se encontraba algo cansada. Era normal, el muchacho recordó su primer día en la sala común y sabía perfectamente por lo que estaba pasando la chica, sonriendo comprensiblemente, le respondió:

     

    - Por supuesto. Las habitaciones las tienes subiendo esas escaleras- señaló hacia el lugar donde estaban- A mano izquierda están las habitaciones de las chicas y, a mano derecha, la de los chicos- ante la pregunta de la chica, el joven Macnair no pudo evitar sonreir de nuevo- Lo siento, no puedo dar pistas. Quiero que sea una sorpresa. Que pases una buena noche y, de nuevo, bienvenida.

     

    Bridget también se acercó a donde estaban los tres chicos.

     

    - Eso se los tengo que preguntar yo- la miró con una cara fingida inquisitiva y luego se rió- Yo tengo que ultimar unas cosas para mañana, así que creo que seré el último en dormir.

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  2. La joven aceptó la invitación del chico. Éste se levantó y dejó de nuevo la caja de bombones en el sillón.

     

    - Vamos entonces- le sonrió.

     

    Fueron directamente al tablón que colgaba de una de las paredes de la sala común. El chico, señalándolo conel dedo, dijo:

     

    - Aquí encontrarás información sobre actividades que realicemos en la casa. Así que debes estar atenta porque queremos hacer que la casa de los Tritones sea la más activa de todas.

     

    Acto seguido señaló a los numerosos cuadros de tritones que colgaban también por todas las paredes de la sala común.

     

    - Al pertenecer a la casa de los Tritones, que mejor modo que honrar a estas maravillosas criaturas que con los retratos de individuos célebres de esta especie. Si quieres, puedo mostrarte alguno de los más famosos.

     

    Caminó hacia uno de los cuadros. En él se apreciaba a un tritón mayor de barba blanca que agarraba el tridente con la mano derecha y observaba seriamente a los chicos.

     

    - ¿Te suena familiar, verdad? Este es el tritón que encontramos a la entrada y al cual le debemos decir la contraseña correcta. Fue el tritón más poderoso de todos los tiempos y el rey más longevo. Consiguió unir a todos los clanes de tritones en una misma nación.

     

    Dio dos pasos y se acercó al cuadro que estaba inmediatamente al lado del anterior. En este caso, el retrato mostraba a un tritón algo más joven, con unos ojos azules cristalinos y de pelo oscuro.

     

    - Aquí tienes al guapito del grupo- dijo el joven Macnair haciendo una broma- Este tritón es célebre porque es el primero del que se tiene constancia que se enamoró y se casó con una humana.

     

    Se volvió hacia la chica y la miró.

     

    - Podría darte mucha información de cada uno de ellos pero bueno, podríamos pasarnos toda la noche y tampoco quiero aburrirte. Si quieres saber algo más de alguno de los cuadros, puedes decírmelo- con la mano señaló al resto de retratos de la sala.

  3. El joven Macnair observó que la chica nueva se había quedado sola en los sillones. Como buen anfitrión, sabía que tenía que hacer que aquella muchacha pasara un buen rato y se sintiera integrada desde el primer momento, por lo que recogió supergamino, lo enrolló y fue hacia donde estaba la chica.

     

    - Hola de nuevo- le dedicó una sonrisa- Quiero informarte que para mañana tengo preparada una actividad, es por ello que no deberías irte tarde a la cama.

     

    El chico se recostó en uno de los sillones y se quedó mirando el techo un momento sin hablar, sumido en sus pensamientos. Cuando volvió en sí, miró a la chica.

     

    - ¿Ya te han enseñado la sala común? Si quieres, puedo hacerlo yo ahora- a sus palabras acompañó el gesto de señalar con la mano toda la estancia- Créeme, acabas de ingresar en la mejor casa de todas- le guiñó un ojo y sonrió.

     

    Cogió la caja de bombones que había dejado a medio terminar, la abrió y sacó un bombón con forma de corazón relleno de sirope de fresa. Le tendió a la chica la caja y le dijo:

     

    - ¿Quieres uno?

  4. El joven Macnair seguía enfrascado en su lectura sobre lo que iban a hacer mañana. Él esperaba que esta actividad, convertida en aventura, fuera muy amena y pudieran participar el mayor número de miembros posible de la casa. Alzó un momento la cabeza para contabilizar mentalmente los participantes: Sebas, Bridget, giny, Jesse y los jefes de acasa que también podían participar si les apetecía. Además, quedaban los nuevos miembros tritones a los que les daría la inviitación de embarcarse en esta aventura. Si participaban todos, podía ser bastante entretenido.

     

    Volvió a su libro y cogió la pluma, la cual, la mojó un poco en tinta y empezó a escribir sobre el pergamino la historia que había descubierto. Estaba afanado en ello y no se percató de que sus dos amigos se habían ido al Gran Salón a comer. La barriga al muchacho también le hacía ruido pero sabía que tenía una nueva responsabilidad y debía cumplir con ella: "El deber es lo primero", ese lema resonó en su cabeza con la voz de su padre biológico que siempre se lo repetía cada vez que tenía ocasión.

     

    Una vez que terminó la redacción. levantó la vista y contempló el techo, tras el cual se podía ver la actividad marina a esas horas de la noche. De vez en cuando alguna sirena que otra atravesaba el lugar donde estaba la sala común pero, al igual que en la superficie, en el mundo marino también eran horas de descansar o, por lo menos, refugiarse en sus casas. Su mente se perdió en lo que les tenía preparado a los chicos y una pequeña emoción recorrió todo su cuerpo. Sólo esperaba que les gustara y que pudieran interactuar entre ellos.

  5. Jesse fue la que hizo casoen el acto y se despidió de todos. El joven Macnair sabía que estaban pasando un buen momento pero lo que le tenía deparado para mañana valía la pena.

     

    - Que descanses, Jesse. Ya verás que mañana lo vas a pasar muy bien- le sonrió a la chica mientras le alzaba el brazo para despedirse.

     

    Sebas y Bridget dijeron que querían quedarse, por lo menos, un rato más. El chico no iba a recriminarles nada pues todavía era un poco temprano pero no quería que trasnocharan porque mañana había que estar bien descansado.

     

    - Bueno, yo no decía que se fueran ahora, sólo digo que no se retrasen mucho. Mñana será un día duro y de mucha resistencia y es mejor estar bien descansado.

     

    El chico se encontraba un poco lleno de comer bombones y todavía tenía que ultimar algunas cosas para la aventura del día siguiente, sabía que iba a estar hasta tarde para dejarlo todo listo.

     

    - Yo creo que me retiraré a unas de las mesas que tengo que terminar unas cosas chicos- señaló hacia donde iba a ir- No quiero que se me haga muy tarde así que es mejor que empiece ya.

     

    Se despidió igual que hizo con Jesse, les sonrió y les alzó la mano. Subió por las escaleras que conducían a la habitación. Una vez allí, abrió su baúl y sacó algunos libros, pergaminos, pluma y tinta. Cargado, bajó con cuidado de nuevo por las escaleras y fue hacia la mesa que estaba vacía al lado de la chimenea. Dejó encima todo el material, se sentó y abrió uno de los libros para hecharle un vistazo.

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  6. Una vez que el joven Macnair se presentó y le indicó a la chica nueva si quería acompañarles donde estaban sentado, se dirigió a ese lugar. Vio a Sebas y Bridget sentados en el mismo sitio hablando entre ellos. Cogió la caja de bombones del sillón para sentarse él. La abrió y recorrió con la mirada los pequeños manjares que aúnquedaban dentro.

     

    - Ahora toca el que está relleno de sirope de fresa-tomó el bombón con forma de corazón y se le metió en la boca.

     

    Sus ojos los posó en Bridget.

     

    - ¿Los has hecho tú? Si es así voy a tenerte que haceer algún pedido-rió entre dientes mientras masticaba.

     

    El rato que estaban pasando estaba siendo muy agradable pero ya era un poco tarde y no sabía si mandar a sus amigos a las camas. El día que les tenía preparado para mañana podía ser duro y era mejor estar descansado.

     

    - Chicos, hoy no es buena idea quedarse mucho tiempo. Mañana les tengo preparada una sorpresa y debven estar descansados-una sonrisa pícara se le dibujó en el rostro.

     

    Antes de que pudieran replicar, el chico añadió:

     

    - No puedo dar más pistas, así que es mejor que no me pregunten- les sonrió mientras se metió lo que le quedaba de bombón en la boca.

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  7. El chico se terminó el bombón relamiendo el licor que se encontraba en el interior de su boca, sin duda, había sido elbombón más rico que había probado hasta ahora. Cuando se dispuso a coger otro del mismo sabor, sintió una mano en su hombro y escuchó las palabras tranquilizadoras de Jesse.

     

    - Muchas gracias. Yo espero que estés en lo cierto- le dedicó una sonrisa y miró hacia la puerta que se abría.

     

    A la sala común entró una chica que el muchachono había visto hasta entonces. Observó la cara con la que miraba todo el lugar y la intuición le dijo que aquella estudiante era nueva. Se levantó lentamente, cuidadndo que la túnica no se arrugara, depositó la caja de bombones en el sillón y fue hacia donde estaba la chica.

     

    - Soy Jesús Lestrange. Soy el nuevo Prefecto de la casa. Intuyo que eres nueva, así que bienvenida-extendió la mano para estrechársela y le dedicó una sonrisa- Aquí te encontrarás muy cómoda. Harás muy buenos amigos. Si quieres, puedes acompañarnos-señaló con su dedo índice hacia el lugar donde estaban el resto de sus amigos.

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  8. El joven Macnair, una vez que habló, se puso de nuevo a juguetear con el envoltorio del bombón ensimismado. Dicho estado lo rompió Bridget cuando le habló a él.

     

    - Disculpa, cuando estabas hablando de los bombones, tenía la mente en otra parte.

     

    Tomó la caja que le tendía la chica con los ojos algo iluminados. Los dulces eran algo que le encantaba comer. Abrió la caja con delicadeza y tomó otro bombón. Esta vez, era de forma ovalada y recubierto de chocolate blanco. Cuando se lo metió en la boca sintió de nuevo aquel placentero sabor dulce, notando que había una almendra en su corazón. Bridget le había hablado sobre los planes que tenía para motivar a los chicos de la casa, él no respondió hasta que se hubo tragado aquella exquisitez completamente.

     

    - No quiero hablar mucho sobre ello. Sólo diré que será una aventura pasada por agua y les servirá para descubrir más sobre el pasado de nuestra casa-sonrió a la chica disfrutando condejar aquel punto de misterio.

     

    Esta vez posó su mirada en las descripciones que tenía la tapa de la caja acerca de los diferentes tipos de bombones. Se puso un dedo en la boca decidiendo en su mente cual se comería ahora.

     

    - Creo que tocará el recubierto de licor-le guiñó un ojo divertido a los presentes y se comió de un bocado aquel bombón con forma cuadrada.

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  9. Una vez que el chico saludó a su primo, observó a Jesse que estaba apesadumbrada por el hecho de separarse de ellos y de la Academia. El joven Macnair entendía la situación que estaba viviendo, toda nueva etapa exige algún tipo de sacrificio, dejar atrás algunas cosas de la etapa pasada.

     

    - Es normal que te sientas mal por dejar esto, Jesse pero el mundo no se limitan a estos muros. Hay muchos lugares fuera en los que nos podemos encontrar: el Callejón Diagón, en Ottery,...- hizo una pausa para añadir con tono tranquilizador- Así que no debes preocuparte. Además, cuando todos nos graduemos, seguro que nos veremos más a menudo.

     

    Hizo una bolita con el envoltorio del bombón y miró de reojo a Bridget para ver si le sobraba alguno más. Realmente estaban deliciosos, aunque no era muy aficionado al chocolate.

     

    - Por cierto, chicos, tengo pensado algunas cosillas que podemos hacer para hacer más amena nuestra estancia en la sala común. Ahora que soy Prefecto, una de mis funciones es ésa. Así que en estos días estén atentos al tablón de anuncios porque habran novedades-sonrió tratando de cambiar la atmósfera de tristeza por la marcha de Jesse a una más alegre- Espero estar a la altura de la responsabilidad que tengo ante mi.

     

     

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  10. El joven Macnair se quedó unos instantes sentados en silencio tratando de coger el hilo de la conversación. Cuando escuchó a Bridget, sabía de lo que hablaban: la graduación de Jesse.

     

    - Así es amiga, estaremos a tu lado en este momento-hizo una pusa y sonrió- Tienes que estar contenta, ya nos gustaría a todos nosotros estar graduados también-su sonrisa se amplió mientras miraba a todos sus compañeros.

     

    Bridget hizo aparecer una caja de bombones y con varios movimientos de varita hizo que éstos fueran posándose en las manos de cada uno de los estudiantes. El joven irlandés le quitó el envoltorio rápidamente. Se había pasado varios días enfermo y llevando una dieta estricta, ahora que podía saborear un manjar como aquel, no quería perder el tiempo y comerlo cuanto antes. El bombón era una esfera perfecta recubierta de chocolate, se la metió en la boca y al masticar, un sabor muy dulce recorió todo su paladar, eran frutas del bosque, un sabor que le encantaba.

     

    - Está muy rico, Bridget. Muchas gracias-e joven inclinó sutilmente su cabeza engesto de agradecimiento.

     

    Cuando se comió el bombón, se dio cuenta de que había alguieen con ellos. Cuando sus ojos se posaron en esa persona no pudo evitar sorprenderse un poco, era su primo David., lo reconoció porque su tía, es decir, sumadre, le había hablado de él. Se levantó del sillón y le tendió la mano.

     

    - Por fin nos conocemos, primo. Es un gusto-sonrió ampliamente.

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  11. El joven Macnair seguía petrificado delante del anuncio, todavía su mente no asimilaba el nuevo cargo al que le habían asignado. Una sonrisa, espontáneamente, se dibujó en elrostro del muchacho mostrando sus dientes blanquecinos. Jesse entró en la sala comúncon un semblante apesadumbrado, el chico sabía por qué, acababan de decir que estaba graduada y eso implicaba que dejaría la Academia.

     

    - Muchas gracias-se giró para sonreírla- Aunque tambiéndebo felicitarte a ti por tu graduación. Debes estar contenta ahora empiezas una nueva etapa y al fin y al cabo el objetivo de todos es graduarse, así que no estés triste.

     

    Sebas fue el siguiente en ir a felicitar al chico, éste le respondió sonriéndole y poniéndole una mano en el brazo como señal de gratitud.

     

    - Muchas gracias, amigo. Espero poder hacerlo muy bien.

     

    Seguía leyendo el resto de noticias, todas ellas le parecieron interesantes y cuando las hubo terminado, Bridget fue hacia él para darle las felicidades. Le devolvió el beso en la mejilla y estrechó, gustoso, su mano.

     

    - Muchas gracias, Bridget. La verdad es que todavía no me lo creo.

     

    De nuevo se quedó solo delante del pergamino. Volvió a leer la noticia en la que decía que él era el nuevo Prefecto para asegurarse de que lo había leído bien. Se giró y vio que Sebas le hacía señas para que se uniera al grupo. El joven irlandés asintió y se encaminó hacia ellos. Estaba contento de ver la actividad que tenía a estas horas la sala común. En su mente empezaron a tomar forma algunas ideas que podía hacer con los chicos para que ellos estuvieran entretenidos y que así su estancia en la casa fuer más amena.

     

    - Hola chicos. He estado algo enfermo en estos días pero bueno, ya estoy como nuevo-sonrió mientras se sentaba en un sillón- ¿De qué hablan?

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  12. El joven irlandés llevaba unos días enfermo y se los había pasado esas jornadas postrado en la cama de la enfermería. Ahora que se encontraba mejor, se dirigió de nuevo a la sala común de su casa, tenía ganas de ver de nuevo a sus compañeros. Caminó por los pasillos desérticos hasta llegar a la zona de las cocinas, donde le llegó un exquisito olor. Llevaba unos días en los que sólo había tomado líquidos y su barriga sonó al percatarse de aquel olor.

     

    Por fin llegó a la entrada de la sala común, donde un gran tritón le bloqueaba la entrada y le pedía la contraseña con su vos intimidante.

     

    - Estrellas del río-el tritón dio un golpe con su tridente en el suelo y le dejó paso para que entrara por la trampilla.

     

    El chico bajó por ella y se encaminó por el pasadizo que precedía a la sala común propiamente dicha. Cuando llegó a la puerta, sacó su varita y haciendo un movimiento con ella abrió la puerta. Ante sus ojos volvía tener aquella preciosidad de estancia. Su techo mostraba la actividad del fondo marino y de nuevo lo contempló maravillado como lo había hecho la primera vez.

     

    Enel tablónde anuncios divisó un pergamino que rezaba con letras grandes: "ANUNCIO", frunció el ceño y fue directamente a leerlo. Por lo que vio a simple vista, se trataba de un èrgamino informativo sobre algunos cambios hechos en la casa. El chico se quedó de piedra al leer el primer punto, le habían nombrado Prefecto. Sus ojos se abrieron al máximo y miró a ambos lados sincreéselo todavía. Una granalegría se extendió por todo su cuerpo y no pudo evitar sonreir ampliamente. Sabía que este cargo requería de una gran responsabilidad pero ser Prefecto de la casa de los Tritones era un gran honor y esperaba estar a la altura de las circunstancias.

  13. ROL BÁSICO XXVI

     

    Su formulario estaba en orden. Fueron unos instantes de espera que se le hicieron eternos. Una joven empleada le invitó a entrar a la sala donde se iba a llevar a cabo el Examen de Aparición. El joven irlandés caminó por el pasillo con mucho nerviosismo. A cada paso que daba, la ansiedad iba en aumento. Trataba de respirar hondo y de soltar todo el aire que iba acumulando en los pulmones, pero los efectos no eran los esperados. Se plantó delante de una puerta en la que colgaba un cartel oscuro con unas letras blancas que rezaba: "Examen de Aparición". El chico volvió a tomar aire y entró.

     

    Para la sorpresa del muchacho,que esperaba pupitres y otros materiales típicos de examen, la sala era totalmente blanca. La contempló algo extrañado frunciendo el ceño. Esperaba una prueba convencional, pero aquéllo era muy poco ortodoxo, ello provocó que el nerviosismo fuera ganando enteros dentro de su cuerpo.

     

    Observó dos círculos color carmesí, uno nada más entrar en la sala y el otro, a unos 12 metros más o menos del primero. La que parecía ser su examinadora le invitó a que pasara. El muchacho tardó en reaccionar pero cuando lo hizo, se encaminó hacia uno de los círculos. Aquella persona le explicó lo que debía hacer. Escuchaba atentamente y asentía como si lo hubiera comprendido todo. En realidad, era un movimiento mecánico provocado por la situación en la que estaba, le podrían estar explicando la cuestión más difícil que existiera que él estaría haciendo el mismo gesto.

     

    - Puede usted empezar-fue lo que le dijo su examinadora una vez que le contó todos los pormenores de lo que debía hacer.

     

    Volvió a asentir y respiró de forma acelerada, quería liberar toda la ansiedad que tenía dentro. Antes de empezar a repasar mentalmente los pasos a seguir, sabía que tenía que estar tranquilo, cualquier perturbación en su concentración podría ser suficiente para no hacer la prueba bien y, por consiguiente, suspenderla.

     

    Al cabo de unos segundos, su cuerpo estaba menos tenso y sabía que era el momento de comenzar. No creía que fuera a estar más calmado, por lo que tenía que aprovechar y empezar el examen.

     

    Se concentró todo lo que pudo. Cerró los ojos y dejó que su mente volara hacia el lugar más hermoso que había visto hasta ahora. Se encontraba de nuevo en su vieja Irlanda, otra vez en la espesura de vegetación que lindaba con la casa en la que vivió muchos años. Era un bosque de coníferas hermoso en el que las hojas, afiladas como agujas, se mecían por la acción de la pequeña brisa que estaba soplando. El chico sonrió y la nostalgia fue creciendo por todo su cuerpo: "Trata de no sentir, trata de no sentir. Concéntrate Jesús", se repetía a sí mismo

     

    Abrió los ojos de repente y vio que todo lo que había surgido en su mente, se había materializado en su entorno. Su examinadora lo miraba y anotaba cosas en un pergamino. Fue girando lentamente sobre el punto en el que estaba para observar aquel escenario. Podía sentir como el aire acariciaba su rostro, era algo bastante relajante. Toda la nostalgia y nerviosismo anteriores dieron paso a una grata sensación de paz.

     

    - Empecemos-susurró mientras cerraba los ojos para desconectar de todo aquello que en ese momento era prescindible.

     

    En su mente aparecieron las tres palabras que debía recordar para hacer bien su aparición y no sufrir ningún tipo de daños: "Primero, Destino", su mente volvió a dibujar el escenario en el que se encontraba. Observó el otro círculo rojo pero no lo veía muy claro. Apretó sus dientes e intentó que su concentración en ese punto concreto fuera total.

     

    La imagen del círculo de destino, justo al lado de la puerta de su casa de infancia, se iba haciendo cada vez más nítida, hasta llegar al punto de que parecía estar allí realmente, incluso, sentía hasta el olor del desayuno de su madre de todas las mañanas: tostadas con salchichas.

     

    Ahora que lo veía todo tan claro como el agua. Se concentró en la segunda D. Determinación. Debía desear estar allí. El muchacho seguía en una especie de trance, no quería que nada externo lo molestara: "Quiero ir hacia allí, quiero ir hacia allí", era la única frase que sonaba en su cabeza. Lo que estaba viendo era algo tan real, que ardía en deseos de llegar hasta ese punto y volver a ver de nuevo a su madre biológica poniéndole el desayuno en la mesa mostrándole una sonrisa y besando su frente.

     

    Por último, Deliberación, era el último paso. Hasta ahora lo estaba llevando muy bien y no podía fallar. Era el empujón que le faltaba en su cabeza para que todo saliera bien. Ese deseo de que todo fuera correcto iba en aumento en su interior. Sabía que le iba a proporcionar la fuerza mental necesaria para superar aquéllo sin incidencias.

     

    De forma repentina, el chico empezó a sentirse ligero, como si toda carga que antes tuviera, se hubiera esfumado. Era una sensación bastante extraña, se sentía como un cuerpo etéreo. Abrió los ojos rápidamente ante esa nueva sensación que hasta ahora no había sentido jamás. Su esfuerzo de concentración se redobló porque sabía que se encontraba en el momento más complicado de todos. Todo a su alrededor era oscuro, difuso, parecía encontrarse en un laberinto serpenteante de hilos de humo. Le gustaría tener esta sensación el resto de su vida. En su mente, llegó a comprender como se sentía un ave a la hora de volar.

     

    En unas milésimas de segundo, que al muchacho le parecieron eternas, sus piés contactaron dentro del segundo círculo rojo, inclinando sus rodillas porque el aterrizaje había sido un poco brusco. Todo a su alrededor volvía a ser como antes. De nuevo en aquel bosque, de nuevo, frente a su vieja casa en Irlanda. Se encontraba aturdido, todo le daba vueltas pero a medida que pasaban los segundos, aquel escenario se hacía más estable.

     

    Sus ojos se posaron en su examinadora. Había conseguido aparecerse en el lugar indicado, delante de aquellla puerta de madera vieja con el pomo en forma de argolla de hierro ya algo oxidado.

     

    Empezó a mirarse para ver si tenía todas las partes de su cuerpo en su sitio Había escuchado de los riesgos que tenía la aparición y sintió una punzada de preocupación. Él se veía entero, algo que lo alivió sobremanera. La examinadora lo invitó a salir y a esperar en la sala de la entrada mientras hacía las últimas anotaciones en su pergamino.

     

    De repente, la sala volvió a ser blanca. El chico se sobresaltó, el bosque ya había desaparecido, a lo igual que su casa. Aquel color de pureza volvió a reinar en la estancia. Al joven le dio la sensación de como si nada hubiera pasado. Se sintió compungido ante tal pensamiento y una pequeña lágrima se deslizó por surostro hasta llgar a impactar en el suelo.

     

    Caminó por el pasillo del departamento y se sentó en uno de los sillones que quedaban libres. Habían más compañeros allí con él pero su mente se había trasladado a su pasado volviendo a recordar a sus progenitores. De nuevo, la nostalgia volvió a conquistarle.

  14. Por fin el Prefecto se dirigió hacia los chicos. El joven Macnair interrumpió su conversación para mirarlo atentamente.

     

    - ¿Un cambio de planes?- miró a los compañeros que tenía justamente a su lado con el ceño un poco fruncido.

     

    Cuando escuchó la palabra Acampada de Verano, recordó que había leído algunos pergaminos colgados en los tablones de anuncios con esa información. Una grata emoción fue creciendo poco a poco en su interior, para nada era una decepción lo que le estaba contando.

     

    - Yo me apunto a esa acampada-dijo el muchacho mientras se levantaba de su asiento- ¿Quién más va a ir?-obersvó a todos sus compañeros de un lado a otro.

     

    Cuando todos sus compañeros respondieron. Él sonrió a sus compañeros. Se alizó la túnica y se despidió de sus amigos.

     

    - Nos veremos allí entonces. Voy a empezar a preparar la mochila-con paso ligero abandonó el Gran Comedor.

     

    Andaba contento por los pasillos endirección a su sala común. Amaba la naturaleza y pasar algunos días en su regazo era algo que deseaba desde lo más profundo de su ser. Llegó hasta la entrada que estaba bloqueado por el imponente tritón que le pedía la contraseña.

     

    - Estrellas del río-la emoción se notaba en su voz.

     

    El tritón dio un golpe en el suelo y se apartó dejando ver una trampilla que lo conducía hacia el interior de su sala común. Atravesó aquel pasadizo hasta llegar a la puerta. Sacó su varita y el portón se abrió. Fue directamente a su habitación sin fijarse de quiénestaba allí. Subió las escaleras y cerró tras de sí la puerta de los aposentos de los chicos.

  15. El muchacho seguía sentado en la mesa ya un poco impaciente. El desayuno ya casi estaba acabando y todavía no sabía en qué consistiría la aventura de hoy. Miraba a todos lados buscando algo de entretenimiento para que pudieran pasar estos minutos. Era un chico impaciente y como muestra de ello, entrelazaba los dedos de su mano sin parar. No podía aguantar más las ganas que tenía de partir.

     

    Decisdió tomar un poquito de zumo más, la impaciencia le hizo sudar y se le secó un poco la boca. Cogió la jarra que contenía la bebida, ya quedaba muy poco, y vertió todo lo que quedaba en su vaso. Jugueteó un poco con la bebida dándole vueltas en el recipiente y se la bebió de un trago. Sus ojos iband y venían del Prefecto a cualquier parte de aquella estancia. Para calmar un poco esa ansiedad, decidió hablar con sus compañeros.

     

    - Chicos, ¿qué creen ustedes que haremos en esta aventura?-miró a sus compañeros expectante- Yo la verdad es que no tengo ni idea.

     

    El tema lo había sacado a propósito, esperando a ver si el Prefecto decía algo sobre ello. Jesse ya le había dicho que nosoltaría prenda, pero no estaba de más intentarlo.

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    Espero que esté todo en orden^^.

  17. El joven Macnair observaba como todos sus compañeros comían y pasaban un rato agradable compartiendo entre sí conversaciones de lo más variopintas.

     

    - Te preocupas por mi salud por interés, ¿eh Jesse?-rió bromista- Creo que a tu compañero de juegos le queda todavía mucho por vivir-se dio dos golpecitos en el pecho con el puño y sonrió.

     

    El desayuno estaba llegando a su fin y sus amigos se apuraban por terminar los últimos resquicios de la comida. Al principio el chico creyó que era poca comida para tantas personas y tanta hambre que tenían, pero ahora estaba viendo que iba a sobrar algo de comida, algo que no le gustaba.

     

    - Tengo ganas de empezar ya la excursión. Estoy muy intrigado de lo que haremos. ¿Tú tienes alguna idea?-le dijo a Jesse- Yo intuyo que puede ser algo relacionado con la búsqueda de pistas-alcé un poquito la voz y miré de reojo al Prefecto a propósito para ver si él dejaba caer alguna pista sobre el juego.

  18. El chico se terminó sus tostadas con mermelada de frambuesa y se había tomado todo el jugo de calabaza. Aún sentía que su barriga se podía llenar algo más, por lo que cogió dos tostadas y las untó, esta vez, se decidió a probar la confitura de melocotón y se sirvió otro vaso de zumo.

     

    - Cuando algo me gusta, lo como muy rápido, lo siento-dijo a Jesse con la boca llena y algo sonrojado- Tranquila, no te quedarás sin compañeros de juegos-rió un poco y se atragantó, por lo que tuvo que tomar algo de zumo para aliviarse.

     

    Cada vez quedaba menos comida en la mesa y cuando el chico se hubo terminado las dos tostadas y el zumo, ya no quiso comer nada más. Ahora se sentía de mejor humor por haber llenado su barriga. Ahora sí que estaba listo para irse a la aventura con sus amigos y de ese modo, lo que era más importante, pasar un buen rato con ellos. Se habían convertido en su familia dentro de la Academia

  19. El chicodevoró su tostada en un abrir y cerrar de ojos. Ya notaba como su barriga se empezaba a llenar pero sabía que debía comer mucho porque el día de hoy iba a ser muy activo.

     

    - Yo no tengo buenas experiencias con las comidas raras. Las veces que las he probado, siempre me he llevado decepciones-dijo a Ginny mientras tomaba zumo de calabaza.

     

    Cogió otra tostada y la untó de la misma mermelada de frambuesa y le dio otro mordisco.

     

    - La verdad es que ya tengo ganas de empezar la excursión. Nunca me ha gustado quedarme con la intriga de qué será-dijo a sus compañeros y miró al Prefecto a ver si se apiadadba de ellos y les contaba algo.

     

    Se levantó para alisarse su túnica y acomodársela y volvió a sentarse para seguir compartiendo aquel desayuno tan exquisito con sus compañeros de casa.

  20. Sus compañeros se iban sentando. El joven Macnair seguía devorando tostadas con mantequilla y llenándose de jugo de calabaza. Ya se le habían acabado las primeras que puso en el plato por lo que cogió más tostadas. Habían bastante por lo que no habría problemas en querer repetir.

     

    Esta vez cogió un poco de mermelada, sentir elsabor dulce por la mañana siempre le dejaba de buen humor. Cogió el bote de la mermelada de frambuesa y empezó a untarla en las tostadas.

     

    - Está deliciosa. Ahora sí que voy a la excursión con fuerzas-sonrió mientras miraba a todos.

     

    Observó que Ginny se decantó por la confitura de sandía. El muchacho esperó para ver cual era su reacción. La miró un tanto extrañado al ver que la conclusión de la chica fue positiva.

     

    - ¿Está buena? Yo es que las cosas raras no las suelo probar-dio un mordisco a su tostada con mermelada de frambuesa- Prueba ésta, que está deliciosa.

  21. El joven Macnair llegó al comedor junto con sus nuevos amigos, incluyendo a la Jefa de Casa. Para su sorpresa, el Prefercto ya estaba allí esperándoles. La nota que había escrito no había servido para nada. Se encogió de hombros y fue directo hacia él.

     

    - La verdad es que dormí muy bien. necesitaba descansar después del día de ayer. ¿Usted como pasó la noche?-respondió con otra sonrisa y se sentó en una de las sillas.

     

    En la mesa habían tostadas, una gran cantidad de mermeladas de diferentes sabores, mantequilla y zumo de calabaza. Cogió uno de los botes de confitura y lo miró aatentamente.

     

    - Vaya, no sabía que había mermelada con sabor a sandía- levantó los hombros de forma despreocupada y la volvió a dejar en la mesa.

     

    Tomó varias tostadas y un poco de mantequilla que empezó a untar en el pantostado. Puso muy pocoya que no le gustaba comer tostadas muy cargadas. Dio un mordisco y notó como todavía en panestaba caliente. Se puso un poco de jugo de calabaza en su vaso y dio un pequeño trago.

     

    - Faltaría un poco de huevo frito y salchichas-susurró sonriendo pensando en aquellos desayunos típicos de Irlanda pero la verdad es que este desayuno le comenzaba a sentar a gloria.

  22. El joven irñandés escuchó las palabras de Xareni, su Jefa de Casa asintiendo.

     

    - Sí, creo que es buena idea dejar unescrito al Prefecto para que sepa donde encontrarnos.

     

    El chico se sentó en su sillón y recostó la espalda en su respaldo llegándole el calor de la chimenea a su rostro envolviéndolo en una sensación de comfort.

     

    Una nueva chica apareció por la puerta de la sala común. La primera en dirigirse a ella fue Ginny, después, la muchacha tendió la mano para saludar al joven Macnair y a Jesse, tendiéndoles la mano. Cuando él iba a hacer lo propio, la lechuza de la chica emitió un sonido amenazante e hizo que retirara la mano rápidamente por miedo a que le diera un picotazo. Miró a la lechuza serio.

     

    - Veo que es de armas tomar-esbozó una pequeña sonrisa- Yo soy Jesús Lestrange. Bienvenida a la mejor casa de todas, la de los Tritones-guiñó el ojo.

     

    Xareni había propuesto salir ya al Gran Comedor, tomando la iniciativa de levantarse y salir fuera de la sala común. El chico hizo lo mismo siguiendo los pasos de la jefa.

     

    - Vamos chicos, es hora de desayunar-puso su mano en la barriga y notó como ésta gruñó desesperada.

     

    Se dirigió hacia un estudiante que estaba escribiendo en un pergamino.

     

    - ¿Me dejas un trocito de pergamino, la pluma y el tintero para escribir un mensaje?

     

    El joven asintió un poco asustado y le dio todo lo que pedía.

     

    "Prefecto Olmedo, estamos en el Gran Salón desayunando para empezar la excursión que tenemos preparada para hoy". Llevó el trocito de papel hacia donde estaba publicado la noticia de la excursión y, encima de él, clavó la nota.

     

    - Ya le dejé el aviso-sonrió a sus compañeros- Podemos ir que la jefa nos espera fuera.

     

    Se dirigió hacia la puerta, atravesó el pasillo que conectaba con la trampilla y salió fuera de la sala común.

  23. Una vez que había ofrecido asiento a recién llegada, sus ojos recorrieron al grupo y se percató que delante de ellos había otra persona. Era la jefa de Casa, el muchacho se quedó algo sorprendido y se quedó plantado ahí de pie mientras escuchaba lo que ella decía.

     

    - La Jefa de Casa con nosotros-murmuró sin que nadie lo oyera.

     

    Escuchaba como les ofrecía cualquier ayuda para los problemas o dudas que pudieran ir surgiendo. Cuando hubo tomado, el irlandés tomo la iniciativa.

     

    - Es un gusto para nosotros conocerla-le tendió la mano para estrechársela- Soy Jesús Lestrange y soy nuevo en la casa. La verdad es que me han acogido fenomenalmente-dedicó una mirada de complicidad a sus amigos- Creo que no podría estar en una casa mejor.

     

    El muchacho se sonrojó un poco nervioso pero se atrevió a decir.

     

    - ¿Quiere sentarse aquí con nosotros? Estamos esperando para marcharnos a la excursión. Espero que sea pronto, estamos todos ansiosos.

     

    Permaneció de pie esperando la respuesta de su Jefa de Casa.

  24. El joven Macnair escuchaba como algunos de sus compañeros propnían irse a desayunar. Algo que no le parecía buena idea y manifestó su idea negando con la cabeza.

     

    - Creo que no es buena idea. Si el Prefecto se marcha y acuerda con la Jefa de Casa marcharse y nosotros no estamos, creo que después nos llevaríamos una reprimenda.

     

    Se metió en la boca lo que le quedaba de panquesito y lo masticó lentamente tratando de saborear al máximo aquel dulce que ya era el último que le quedaba.

     

    - Creo que es mejor esperar y ver qué opinan después nuestros jefes-les guiñó un ojo a sus amigos y cruzó los dedos de ambas manos entre sí.

     

    En ese momento, la puerta de la sala común se abrió y por ella entró una bruja que no había visto antes, tampoco era algo de extrañar ya que no llevaba mucho tiempo allí. La chica se acercó a ellos y se presentó. El muchacho la miraba atentamente y cuando hubo terminado, le respondió levántandose de su asiento y tendiéndole la mano.

     

    - Yo soy Jesús Lestrange. Es un gusto. Aquí te encontrarás como en tu casa, por favor, toma asiento, estamos a punto de irnos de excursión-hizo un gesto caballeroso ofreciéndole un puff que estaba desocupado.

  25. Ginny bajó las escaleras hacia la sala y se acercó a donde estaban los muchachos. El joven Macnair le dedicó una sonrisa.

     

    - Buenos días. ¿Dormiste bien?

     

    Terminó de comer el pedacito de panquesito que le quedaba y acto seguido empezó con el otro que tenía en la otra mano.

     

    - Debemos esperar a que nuestro Prefecto se despirte y que él y nuestra jefa nos digan qué haremos finalmente. Por lo pronto, aprovechemos y comamos estos ricos manjares-le guiñó un ojo a la muchacha mientras masticaba.

     

    Bridget no tardó en aparecer en donde se encontraba el grupo de amigos. Su comentario sobre las ganas de desayunar, hizo que al joven irñandés las tripas le sonaran de hambre aún comiendo aquellos bocados que le había ofrecido Jesse.

     

    - Buenos días, Bridget. ¿Tuviste buena noche?-repitió la pregunta que anteriormente le había hecho a Ginny- Yo espero que lo hagamos, creo que estos bocados, aunque deliciosos, no me quitarán todo el hambre que tengo.

     

    El resto del segundo panquesito me lo comí de golpe, tardando en masticar y, finalmente, tragar aquel bolo que se había formado.

     

    - Podemos despertarlo sútilmente para que no se enfade con nosotros y nos tenga entre ceja y ceja-rió mientras cogía el último penaquesito que le había tomado a Jesse.

     

    Lo observó como un lobo lo hace con su presa. Después de ojearlo unos instantes, lo atacó sin miramientos. Realmente le gustaba aquellos dulces.

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