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Laura H. de Ryddleturn

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Mensajes publicados por Laura H. de Ryddleturn

  1. - Bueno, ya que insistes, no voy a despreciar tan caballeroso gesto. Muchas gracias- dijo la neófita respondiendo a la reverencia de Seba, con otra reverencia a la antigua usanza- Jajajajaja naaaa, no creo que Sophie pueda ser tan severa- respondió siguiendo el tono de broma que su compañero había iniciado.

     

    - Mejor no te cuento las travesuras que hace o se te van a quitar las ganas de tener hijos- comentó- Aunque no te puedo negar que ser madre es la más bella experiencia que podría haber imaginado... No, estamos viviendo en la Haughton, mi madre nos dio alojamiento indefinido, y hasta ahora, mi esposo no me ha dicho nada sobre mudarnos, pero no me desagradaría- alcanzó a comentar cuando un avión de papel pasó volando por sobre ellos y se abrió la puerta frente a la que esperaban, revelando la figura de la señorita Directora que no tardó en invitarlos a pasar y tomar asiento.

     

    -Muchas gracias jefa, me alegra mucho estar de vuelta- respondió con una sonrisa en el rostro y agradeció con un movimiento de cabeza la taza que Seba le ofrecía, misma que se llenó al instante de un café negro sin azúcar, ya que era bien sabido, que la cafeína le calentaría el cuerpo y le ayudaría a soportar la sed de sangre.

     

    Sophie no tardó mucho en responder el pergamino y el Monpé le hizo un ademán para que comenzara a hablar- Gracias, Seba. Bueno, jefa, no te quito mucho tiempo, sólo quería verte para reportar mi llegada, ya que no encontré a Agatha por ningún lado, ¿sabes si podré verla pronto?- empezó - También quería ver si podía ayudar con algo, ya que leí en el Profeta algo sobre la llegada de un personaje importante y pensé que quizás estabas falta de personal.

  2. TERCERA PLANTA-MATERNIDAD/ Con Enrick en la habitación 302

    Despertando

     

    Gran sorpresa se llevó la neófita cuando lo primero que vieron sus orbes rojos fue la bella mirada dorada de su amado esposo y creador, acompañada de una sonrisa seductora irresistible a cuyos efectos sucumbió de inmediato, completamente incapaz de controlarse. Una sensación indescriptible de deseo y sed mezclados recorrió todo su cuerpo inmortal y poderoso, irrigando cada parte de su ser de una energía irreconocible que la impulsaba a actuar sin pensar siquiera en las posibles consecuencias que sus actos podrían tener. Así pues, se lanzó fieramente hacia su esposo como si de una presa se tratara, tumbándolo en el suelo boca arriba, para luego trepar sobre él y sujetar ambos brazos de su "víctima" con sus rodillas, dejándolo completamente inmovilizado y a su disposición.

     

    -Me alegra mucho que estés aquí... mi vida- le susurró en el oído con un tono que resultaba amenazante y seductor a la vez, para en seguida dejarle ver sus colmillos blancos y filosos, al tiempo en que descendía su rostro lentamente, acercándolo peligrosamente hacia el cuello varonil de Enrick. Laura inhalaba profundamente dejándose embriagar por el delicioso aroma que expedía su hombre; si bien, lo reconoció como su igual, la tentación de encajarle los colmillos por el puro placer era demasiado grande... le parecía una idea bastante excitante.

     

    -¿Me dejarás probar?- preguntó con una voz que se ahogaba en el cuello de su amor, mismo que recorría lentamente con su lengua, haciendo especial énfasis en la zona de la yugular. Mientras hacía eso, las fuertes pero delicadas manos de la Haughton se paseaban por el torso de su marido, desligando el resto de los botones de su camisa- Me apetece tanto hacerte mío en este mismo instante, y ¿sabes qué, amor?... creo que lo haré- sentenció la recién nacida ávida de sangre y placer, dispuesta a saciar sus deseos a toda costa.

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  3. -Que caballeroso, muchas gracias, pero no, tú llegaste primero, el turno es tuyo- replicó ante las caballerosas intenciones de Seba de dejarle su lugar, al tiempo en que se alejaba también un poco de la puerta y hacía un ademán para cederle el paso a su compañero.

     

    -He estado muy bien, mejor que nunca, diría yo... eso si dejamos de lado ciertas cosas que cambiaron en mí- comentó haciendo referencia a su obvia condición de neófita, aunque ésta quedaba oculta por las gafas oscuras que portaba.- No te preocupes, ya verás que vuelve pronto- agregó de todo corazón y sinceramente, pues también tenía ganas de saludarla a ella.

     

    -Uff, si yo te contara, Seba. Mi bebita ya no está tan bebita, crece muy rápido ¿sabes?- empezó a decir tratando de cuidar muy bien de sus palabras. Hasta ese momento no habían comentado a nadie que la pequeña Antonella era semi-humana y no sabían cómo reaccionaría la gente que les rodeaba- Tal parece que heredó muchas cosas de su padre... lo importante es que está muy sana, pero bueno ¿y ustedes?¿para cuándo tendremos a más pequeños correteando por aquí?.- Sophie tardaba aún en salir, pero la espera se estaba amenizando con tan grata compañía.

  4. TERCERA PLANTA-MATERNIDAD Y PEDIATRÍA// En proceso de transformación en una habitación

     

    No podía creer lo que estaba sintiendo, no podía ser real, no era posible que alguien pudiera sentir tanto dolor como el que yo estaba experimentando y del cuál era una víctima atrapada en mi propio cuerpo sin poder moverme y mucho menos hablar. Las lenguas de fuego seguían relamiendo mis venas y mis arterias, desde la punta de los dedos de mis pies hasta el lugar en que se encontraba mi corazón inerte, o más bien, la bola de fuego en la que ahora se había convertido. Tenía ganas de gritar, de desahogarme, pero me era imposible; una frustración de ese tipo no se la desearía a nadie. Ahora comprendía todo el sufrimiento que tuvo que soportar mi amado Enrick aquél día en la cabaña en la que, por desgracia, jamás llegamos a vivir.

     

    Deseaba con todas mis fuerzas que el fuego se apagara, que el dolor cesara, y tal como si alguien hubiese estado escuchando mis súplicas, sentí que todo comenzaba a cambiar. El calor extremo lentamente fue liberando las partes más distales de mis extremidades; los dedos de mis manos y pies se sentían frescos y, como si fuese un gran logro, descubrí que podía moverlos de nuevo. Poco a poco sentí cómo recuperaba fuerzas para controlar mi cuerpo, a medida que la sensación de quemazón retrocedía hacia mi pecho, para finalmente concentrarse en una única esfera de fuego que, por unos segundos, recuperó sus latidos. "Pum...pum" hizo mi pecho un par de veces, antes de que, con un sordo golpeteo, se detuviera definitivamente, apagándose al mismo tiempo que el fuego que me quemaba.

     

    Me sentía muy bien, fuerte, fresca, pero tenía miedo de moverme por temor a que el dolor regresara, así que probé cada parte de mi cuerpo con pequeños y sutiles movimientos de mis músculos; funcionaban, así que al fin me decidí a abrir los ojos.

     

    http://img.galya.ru/galya.ru/Pictures2/themes_topics/2012/09/01/3344326.jpg

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  5. Sobre su escritorio, Laura encontró una copia de la nueva plantilla ministerial y un ejemplar de El Profeta del día, en el que se leía una noticia en la primera plana sobre la visita de un tal Otterman que estaba de visita y parecía ser muy importante. Si conocía bien a Enrick, y estaba segura de que así era, él debería estar de custodia, así que no lo vería por ahí, o al menos eso pensaba; todo ello significaba que su departamento en específico estaba solo, así que no podía quedarse ahí sentada todo el día.

     

    De esa forma, la mujer de pálida piel de mármol se levantó de su asiento y salió rumbo a la oficina de la Directora Sophie para ponerse a sus órdenes o para que al menos le dijera qué hacer y se le quitara lo aburrida que estaba.

     

    -Buenos días, Seba, es un gusto verte de nuevo- saludó a quién encontró parado frente a la puerta de la jefa, seguramente en espera de que ésta le atendiese- ¿Sabes si Sophie está desocupada? Sólo necesito reportar mi llegada, pero puedo esperar a que te atienda- aclaró- ¿Qué tal todo?¿Cómo has estado?¿Y tu esposa?- preguntó con curiosidad mirando a su interlocutor a través de sus rojos ojos cubiertos con los lentes oscuros, como una forma de hacer plática mientras la señorita Directora salía de su oficina. Esperaba que le diera tiempo de responder, sino, ya seguirían las plática en otra ocasión.

  6. El tiempo había pasado más rápido que de costumbre, o al menos eso le parecía a la neófita de ojos dorados que esa mañana hacía ingreso al Cuartel General de Aurores (después de dejar a su bebita en una guardería) con intenciones de ocupar de nuevo su puesto en la Oficina para las Relaciones Ministeriales, al lado de su esposo Enrick y bajo el mando de Agatha, a quien esperaba ver para reportar su llegada, y confiaba en que esta vez pudiera ser, pues el tiempo que estuvo trabajando ahí la ocasión anterior, nunca pudo encontrarla por ningún lado; de hecho, la única vez que Laura la vio fue cuando tuvo que retirarse del mundo laboral para tener a su pequeña Antonella, parto en el que perdió su vida mortal y renació a la vida eterna gracias a la ponzoña de su marido que la transformó en el momento indicado.

     

    Justo en el momento en el que salía del ascensor, la Haughton se percató de lo tarde que era ya. <<Y pensar que esta mañana salí con tiempo de sobra>> se dijo a sí misma encaminando sus pasos hacia el escritorio de la recepcionista, pero estaba vacío así que, encogiéndose de hombros siguió su camino hasta la oficina de su jefa con intenciones de llamar, arrepintiéndose segundos antes de tocar con el puño; lo mejor era que llegara hasta su cubícu.lo personal (que tenía por diseño una suerte de pequeña oficina) y se alimentara un poco, ya que esa mañana se negó a tomar su ración de sangre animal, argumentando que no tenía sed, mas la verdad era que aún le desagradaba el sabor de esa clase de líquido vital al encontrarlo falto de gracia e incapaz de dotarla de tanta vitalidad como solía hacerlo la sangre humana. A tan poco tiempo de haber sido convertida, aún no lograba entender porqué su marido se empeñaba en hacerla consumir ese tipo de elixir, ¿qué tenía de malo beber sangre de Homosapiens? Tampoco es que Laura pensara matar a cuanto mortal se cruzara en su camino, es más, Mónica le había abierto las puertas de su provisión para que bebiera cuanto quisiera.

     

    Así pues, la mexicana arribó hasta su oficina y dejó su bolso sobre el escritorio, no sin antes asegurarse de haber cerrado muy bien la puerta. Removió un tanto sus cosas y al final sacó una bolsa de sangre, la abrió y vació su contenido completo en una copa que tomó del pequeño frigorífico que tenía a su disposición. Una vez hecho eso, guardó el empaque vacío de nuevo en su bolsa y se sentó en su silla a beber mientras revisaba unos papeles que encontró en su mesa. Para cuando hubo saciado su sed, los ojos de la Haughton se habían tornado de un rojo intenso, así que buscó sus lentes oscuros y se los colocó; no sabía si Enrick estaba por el lugar, pero estaba segura de que no podía encontrarse con él estando sus orbes en dicho estado o se llevaría una buena reprimenda.

  7. Tercera planta/ Con Enrick y Bodrik en una habitación

     

    En proceso de cambio

     

    Comenzaba a darme por vencida, pensando en que jamás volvería a ver a mi esposo ni a mis hijos, sufriendo al pensar que no vería crecer a mi chiquita ni estaría ahí para ver sus primeros pasos, cuando una sensación de calor apareció en el extremo más distal de mi cuerpo, en la punta de mis pies. Al principio me pareció sólo una alucinación, pero me dí cuenta de que era real cuando se fue haciendo más y más intensa hasta llegar a ser realmente incómoda. No podía estar pasando eso, tener percepciones de cualquier clase era inconcebible para una muerta, a menos que...

     

    Empezaba a formular una hipótesis de lo que quizás pudo haber sucedido, cuando ese mismo calor se instauró justo en el lugar en el que estaba mi corazón inerte, y de pronto, como si fuese un milagro, sentí de nuevo ese golpetear en el pecho que indicaba vida. Aunque débiles, con cada latido que sentía, el calor iba en aumento, haciéndose cada vez más y más fuerte hasta llegar a quemar. Era como si hubieran rellenado mis venas con ácido que calcinaba todo a su paso, como si lenguas de fuego recorrieran cada una de mis arterias hasta llegar a juntarse con el insoportable calor iniciado en mis pies. Fue entonces cuando caí en la cuenta de que, quizás, Enrick había tratado de convertirme en el último segundo y al parecer estaba funcionando.

     

    Todo lo que estaba viviendo en ese momento era una verdadera ironía. Tantas veces le había pedido a mi esposo que me convirtiera, que me dejara ser como él, que me dejara vivir por siempre a su lado... Já, ahora lo único que deseaba era morir, que todo ese dolor terminara de una buena vez, que el fuego que me quemaba por dentro se detuviera. Todo el dolor que había sentido instantes antes de morir, cuando Antonella me destrozaba por dentro y mi marido arrancaba trozos de mí, no era nada comparado con lo que sentía ahora. ¡Oh!, ojalá pudiera dejar de sentir. Eso era todo lo que deseaba, porque sufrir lo que yo sufría en esa eternidad de dolor y no poder gritar o moverme siquiera, era una verdadera tortura... una agonía.

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  8. Tercera planta/ Con Enrick, Bodrik y Luz del Carmen

    Muerta

     

     

    -¡No!... no se la lleven- pedí una y otra vez sin saber que mi boca no articulaba palabra alguna. Veía todo ensombrecido y supe que no me habían escuchado cuando ese pedacito de carne caliente y sonrosada fue alejada de mí. Con dificultad traté de seguirla con la vista, no quería que se la llevaran, era mi bebé, mi nenita… pero poco a poco la luz se fue apagando y lo último que escuché fue la voz alarmada de mi amado esposo pidiendo ayuda. Nunca lo había escuchado así y me partió el corazón. Quise decirle que no se preocupara por mí, que siguiera adelante, que cuidara muy bien de nuestra hija y rabié impotente al no poder hacerlo. No era capaz de mover ni un solo dedo. << Quizás se deba a la morfina que está haciendo efecto>> pensé, mas luego caí en la cuenta de que lo más probable era que hubiese perdido la batalla.

     

    Todo el sufrimiento que había vivido esos últimos minutos, el horror de sentir cómo mi cuerpo era destrozado sin piedad, primero por mi hija, luego por mi esposo, me había cansado, y yo, sin energías, dejé que la profunda oscuridad me llevara más y más hondo, hasta un lugar de cual no podía salir.

     

    Por unos instantes dejé que mi mente vagara sin preocuparme en lo más mínimo por el lugar en el que me encontraba y dejé que los pensamientos vinieran a mí sin esforzarme… bueno, si es que a eso se le podían llamar pensamientos; en mi estado actual ya no sabía ni cómo definirme a mí misma. Ya todo me daba igual y hubiera seguido siendo así, de no ser por una imagen que llegó hasta mí. Se trataba más bien de un recuerdo, un fragmento de uno de esos bellos momentos al lado de mi esposo, en el que me decía que si algo llegara a pasarme su vida terminaría. <<Su vida terminaría>> me repetí a mí misma. No, no podía terminar. Por un instante había olvidado que desde que nos conocimos, su vida y la mía se habían convertido en una misma, totalmente incapaces de sobrevivir una sin la otra. Yo sin él moriría, y él sin mí moriría.

     

    Eso, ahí estaba lo que necesitaba para darme fuerzas.- No puedo dejarlo- dije con seguridad justo antes de empezar a buscar la salida. Deseaba con todas mis fuerzas que hubiera una forma de volver… Sólo por él.

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  9. Esa mañana, en medio del frío invierno que se vivía en Ottery, Laura se echó encima su pesada capa de viaje y se dispuso a salir rumbo al Ministerio de Magia con un propósito en específico, registrar a su pequeño cachorrito recién adquirido, así que tomó el elevador y esperó paciente hasta que la característica voz femenina anunció que estaba llegando al Departamento que le interesaba: Regulación y Control de criaturas mágicas.

     

    Una vez fuera del ascensor, la Haughton, se dirigió específicamente hasta las oficinas de la División de Bestias, en donde, según supo, podrían ayudarla a llevar a cabo los trámites que necesitaba para poder llevar a casa a su pequeña amiga. Con rapidez, la ojiceleste avanzó hasta el mostrador de atención y tomó uno de los formularios correspondientes, tintero y pluma, y empezó a rellenar cada apartado poniendo mucha atención para evitar cometer algún error.

     

    -Buenos días, vengo a realizar el registro de un perrito. Aquí está el formulario, espero que todo esté en orden- dijo con amabilidad tendiéndole el pergamino a la persona correspondiente y dejó el tintero y la pluma en su lugar, esperando que todo saliera a pedir de boca.

     

     

    Nombre de quien registra: Laura Haughton de Ryddleturn

    Nombre del mago/bruja, negocio o familia a la que pertenece: Laura Haughton de Ryddleturn

    Nombre: Nana

    Especie: Perro San Bernardo

    Clasificación del ministerio: X (no mágica)

    Color: Blanco con café

    Tamaño: Pequeño

    Sexo: Hembra

    Edad: Un mes

    Ambiente en el que vive: Castillo Haughton

     

     

    Link a la certificación de descuento por parte Gringotts: Aquí

     

    Link de la Ficha del dueño de la criatura, registro de familia o negocio: Aquí

  10. Hola

     

    En la gala de navidad me acaban de regalar un detallito para mi ficha, así que vengo a estrenarlo de una vez. Aún necesito hacerle algunos cambios, pero esos serán hasta que la historia se concrete y avance otro poco. El banner que coloco a continuación va al principio de la Ficha, arriba de la imagen de mi personaje.

     

    http://i1308.photobucket.com/albums/s605/aurorperseus/RegaloparaLaura1_zps24803ef5.png

     

    Muchas gracias desde ya al mode lindo que se encargue de colocarla.

     

    Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo *deja chocos y una botella de sidra*

  11. Tercera planta- Maternidad / Con Enrick y Bodrik en el parto

     

    <<¿Qué?>> se preguntó mentalmente al escuchar que su esposo detenía a Bodrik cuando ésta realizaba el corte necesario para ampliar el canal de parto en vista de la ausencia total de dilatación. No entendió muy bien las palabras que salieron desde los dulces labios de su amado, pero se alarmó al escuchar que la placenta se había desprendido; eso quería decir que su pequeña nonata había dejado de recibir oxígeno lo que la ponía en peligro de sufrir un daño cerebral, o peor aún, podría llevarla a la muerte, aún antes de abrir los ojos a la vida. - ¡Sácala!... como sea- suplicó en un grito ante el temor de que su bebé sufriera.

     

    A esas alturas, Laura ya estaba consciente de que su bebita no era un ser humano común y corriente, pero aún así, no dejaba de preocuparse por ella y estaba dispuesta a morir con tal de que su chiquita tuviese la oportunidad de conocer lo hermoso de la vida. Después de todo, Enrick estaría ahí para cuidarla, y quizás Lily, como su madrina, podría fungir como la figura materna que acunaría a Antonella en sus brazos y le contaría bellas historias en las noches cuando no pudiera dormir. Todos esos pensamientos invadían la mente de la ojiceleste mientras el dolor llenaba cada una de las células de su frágil cuerpo, y fue entonces cuando sintió que su ser entero abandonaba el agua, era colocado sobre una superficie firme y sus extremidades atadas firmemente de modo que no pudo moverse ni un centímetro.

     

    -¿Qué… haces?- murmuró sin comprender porqué su marido dejaba entrever sus blancos colmillos y se acercaba a su vientre, pero confiaba en él y sabía que tenía una razón para ello.- ¡¡¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!- gritó desesperada al sentir cómo su vientre era desgarrado sin piedad alguna. ¿Es que acaso Enrick no se daba cuenta de que aún estaba viva? Podía percibir claramente cómo le eran arrancados trozos de carne y sus tejidos destrozados palmo a palmo. Eso era más de lo que podía soportar… se rendía.

     

    Fue justo en ese instante cuando un pequeño llanto inundó la habitación y sus ojos pudieron ver lo más hermoso que hubiese contemplado antes: Antonella Ariana Ryddleturn-Haughton yacía en los brazos de su amor.

     

    http://nsalud.com/wp-content/uploads/2012/07/C%C3%B3mo-cargar-al-reci%C3%A9n-nacido-1.jpg

     

    Laura fijó sus orbes, casi carentes de brillo en lo absoluto, en el pequeño cuerpecito rosado que lentamente se acercaba hasta ella, hasta que sintió un calor acogedor junto a su pecho, justo ahí en donde la recién nacida fue colocada.- Bienvenida… Te amo- susurró con dulzura a su hija depositando un único beso en su pequeña frente, justo antes de percibir un dolor punzante en el pecho.

     

    Con los ojos llenos de lágrimas por la emoción de tener por fin en brazos a su pequeño milagro, Laura se quedó completamente inmóvil, dejó de respirar, su corazón de latir y se hundió en una profunda oscuridad hasta perderse en ella para no volver… estaba muerta.

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  12. Tercera planta- Maternidad / Con Enrick y Bodrik en el parto

     

    -No... pue...do- repetía una y otra vez en respuesta a las palabras de aliento de su esposo y a las peticiones de Bodrik, y es que todo estaba siendo demasiado para su resistencia humana y su precaria condición física. Ya de por sí, sabía por experiencia propia que el proceso de parto es en extremo doloroso por la naturaleza de los fenómenos que ocurren durante el tiempo que se desarrolla, pero lo que estaba vivenciando era más de lo que jamás hubiese imaginado. A pesar de las altas cantidades de anestesia que le fueron suministradas, el dolor sobrepasaba los umbrales de la ojiceleste, lo que, en combinación con su extrema debilidad, estaba provocando que lentamente perdiera la conciencia. Los orbes celestes, antes vistosos y brillantes, se cerraban poco a poco, a pesar de la lucha que Laura hacía para mantenerse despierta, sin embargo, la sanadora efectuó un movimiento con su varita invocando un hechizo que sirvió para reanimarla.

     

    La Haughton recuperó por un instante todos sus sentidos gracias a la acción de Bodrik, pero sólo para poder percibir claramente cómo otra costilla se le rompía por los fuertes movimientos del bebé. Lo siguiente que sintió fue cómo Antonella empujó violentamente, ocasionándole el peor dolor que hubiese imaginado en toda su vida, al tiempo en que su frágil cuerpo se arqueaba en un ángulo increíble que la hizo gritar más fuerte que nunca.

     

    Laura escuchaba las voces de los ahí presentes como si fueran un murmullo lejano, y tenía la vista nublada, pero aún era capaz de distinguir el tono carmesí del que empezaba a pintarse el agua de la piscina en la que estaba sumergida. Con un gran esfuerzo se concentró en la voz de Boo, que le acercaba un frasco a los labios y le pedía que bebiera. La poción tenía un gusto horrible, pero la mueca de asco que realizó se perdió en su rostro desencajado por el sufrimiento al que estaba siendo sometida.

     

    -Lo… que… sea- afirmó con dificultad y en tono suplicante cuanto escuchó la afirmación de Bodrik sobre el hecho de que su bebé no quería nacer de manera natural y por lo tanto sería necesaria una episotomía. Le preocupaba, y todo lo que deseaba era que Antonella Ariana llegara sana y salva a este mundo- P-pero que mi bebé… esté bien- alcanzó a decir antes de sentir el corte que la sanadora efectuaba, sensación que manifestó a través de una nueva mueca de dolor.

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  13. Tercera planta- Maternidad / Con Enrick y Bodrik siendo atendida

     

    Cuando Laura abrió los ojos de nuevo, se dio cuenta de que ya se encontraban en San Mungo, pues pudo reconocer la misma sala de espera a la que arribó meses atrás con su marido cuando se llevó a cabo el último chequeo mensual con ecografía que les reveló el sexo de su bebé. Como un flash, esas imágenes acudieron a su mente, pero fueron interrumpidas por una nueva contracción que se hizo presente. -¡Augh!- exclamaba una y otra vez, tratando de soportar el intenso dolor que invadía su cuerpo, y de vez en vez, ahogaba los gritos desgarradores en el pecho de su esposo, quien la llevaba en brazos y le pedía suplicante que fuera fuerte.

     

    Mientras esperaban para ser atendidos, Laura sujetaba la mano de su amado con la poca fuerza que le quedaba, y es que sentía una imperiosa necesidad de estar afianzada a algo que la mantuviera consciente y que le permitiera saber que aún seguía con vida; nada mejor para dejarle saber que seguía en este mundo, que sentir el suave pero frío tacto de su amor, al menos hasta que escuchara el llanto de su pequeña y asegurarse de que se encontraba sana, entonces, y sólo entonces, se daría la oportunidad de abandonarse al destino.

     

    La pérdida de sangre cada vez la debilitaba más y más, haciendo aún más difícil su situación y quitándole lentamente las energías que necesitaría para afrontar el proceso de parto que apenas daba comienzo, pero por fortuna el equipo médico del hospital se movilizó bastante rápido y finalmente fueron por ella. Con cuidado, Enrick la dejó en la camilla que pusieron a su disposición para transportarla y así llevarla a una habitación en la que una enfermera la ayudó a desnudarse por completo y cubrir su cuerpo, o lo que quedaba de él, con una bata verde. Con trabajos, Laura respiraba, mucho menos podía sostenerse en pie, de modo que aún sobre la camilla, fue transportada hacia la sala en la que estaba todo lo necesario para poder llevar a cabo el parto bajo el agua.

     

    Dentro de todo, la Haughton sintió un gran alivio al distinguir la figura de su amado al ser ingresada en ese lugar, pero pronto desvió la atención hacia el medimago que le daba instrucciones para que tratara de colocarse en posición fetal a fin de poder colocarle la anestesia necesaria en la columna vertebral y así ayudarle a soportar un poco el fuerte dolor que la azotaba; sin embargo, le fue imposible adoptar esa posición, así que la morfina le tuvo que ser administrada vía intravenosa. Tras ello, otros dos hombres la tomaron en brazos y lentamente la sumergieron en la piscina de agua tibia, sujetándola para que no se hundiera, hasta que fueron reemplazados por Enrick.

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  14. Aquella mañana de frío invierno, la embarazada a pocos días de dar a luz, se levantó muy temprano para dirigirse hacia el Callejón Diagón con un propósito especial: adquirir su primera mascota.

     

    Ataviada con una blusa negra de manga larga y un pantalón del mismo color, ambos de embarazo, y cubierta con su capa de viaje para prevenir alguna enfermedad a esas alturas de su estado, la ojiceleste cruzó el umbral de entrada hacia la planta baja del Magic Mall y se encaminó directo hasta el mostrador de atención al cliente.

     

    Con presteza tomó un formulario, tintero y pluma, y comenzó a rellenarlo prestando mucha atención a cada uno de los apartados para no cometer ningún error. -Buenos días, vengo a comprar un perrito, espero que todo esté en orden- dijo tendiendo el formulario a la encargada y dejando la pluma y el tintero en el sitio del que los tomó.

     

     

    ID: 113107

    Nick: Laura H. de Ryddleturn

    Bóveda:Bóveda nº 93939

    Fecha: 2012-12-15

     

     

    Nombre del producto: Cachorro de San Bernardo (Hembra, café y blanco)

    Objetos, Criatura o Poción: C

    Catalogación: X (muggle)

    Puntos por unidad: 10

    Cantidad de unidades: 1

    Precio por unidad: 100 G

     

    Precio total: 100 G

    Total de Puntos: 10

     

    Rango Social del comprador: Unicornio de Bronce.

  15. Patronus:

     

    Un Fénix plateado que suele posarse en su hombro derecho siempre que lo conjura. Desde que aprendió el hechizo, éste ha tenido la misma forma, aún y cuando sus ideales en ese tiempo correspondían a los de un mago tenebroso. El orígen de su patronus se encuentra en su padre sanguíneo que era fenixiano y ese es el único recuerdo que conserva de él.

     

     

    Varita:

     

    Su varita mide 27 cm. de longitud, madera de sauce, muy poderosa y flexible, excelente para realizar encantamientos, transformaciones, defensa y ataque. Su núcleo está constituido por una conjunción armoniosa de fibra de corazón de dragón y pelo de unicorno, lo que la hace tan poderosa como dócil cuando se encuentra en las manos de su portadora.

     

    Por lo regular, Laura suele portarla en una funda parecida a un brazalete que coloca en su brazo derecho, oculto por la manga de su ropaje. Basta con que realicé un sútil y delicado movimiento de su muñeca para que ésta se deslice hacia su mano.

  16. Hola :lol:

     

    Me han hablado mucho de los padrinos mágicos, así que estoy aquí para ello. No sé si deba solicitar a alguien o ellos me eligen (nótese lo perdida que ando), pero Mei me dijo que ella sería mi madrina mágica con alas, varita y coronita flotante.

     

    Amm... creo que sí necesito una buena guía porque todo es demasiado nuevo para mí. Tanto tiempo de neutral me afectó un poquito.

     

     

    PD. Que quede claro, Jesse, que este fue el primer lugar que visité en cuanto vi que tenía mis permisos. Te quiero, amiga :love:

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  17. Hola a todos

     

    Al fin me decidí a venir aquí, y es que pienso que la Orden es lo que más le conviene a mi personaje a estas alturas de su vida y para el perfil que le he estado creando desde que su parte siniestra la abandonó. Espero que me acepten y que pueda compartir gratos momentos con todos ustedes. Sin más que decir, les dejo mis datos:

     

     

    - ¿Eres miembro o aspirante? Si eres miembro, dinos el rango: Aspirante.

    - Nick: Laura H. de Ryddleturn

    - Nombre Muggle: También Laura

    - Edad: 22 años.

    - Pais: México

    - Fecha de Cumpleaños: 9 de Mayo

  18. TERCERA PLANTA- Llegando con Lils

     

    Una espesa voluta de humo blanco se desvaneció revelando la presencia de dos figuras femeninas que lucían esplendorosas con sus vientres abultados, si bien, uno lo estaba más que el otro. En esa ocasión, Laura no estaba ahí para un chequeo propio, sino que acompañaba a su amiga para que fuese revisada de una vez por todas después de seis meses sin recibir atención. En serio, que si los sanadores no la regañaban, lo haría ella misma.

     

    -Respira profundamente Lils y toma esto- dijo tendiéndole un paquetito de galletas saladas mientras la llevaba hasta uno de los sillones de la sala de espera-Creo que deberían ayudarte con las náuseas... conmigo lo hacían- agregó al tiempo que le tomaba una mano para tratar de tranquilizarla, pues en verdad la notaba nerviosa.- Tranquila, amiga, no pasa nada. Ya verás que todo sale bien. Tú quédate aquí sentada un momento, yo me encargo... y cómete eso ¿eh?.

     

    -Buenos días, mi amiga viene a revisión- expresó la embarazada de casi nueve meses tras acercarse a la recepcionista- Se encuentra en el segundo trimestre del embarazo y nos gustaría saber si todo marcha en orden. Mientras llega la sanadora estaré por allá con ella. Gracias- dijo para después darse media vuelta e ir hasta donde Lils se encontraba.

     

    -¿Cómo van esas náuseas?- preguntó sentándose con dificultad al lado de la mujer que sería madrina de su bebita- Así es esto de ser madre primeriza, pero ya te acostumbrarás.

  19. Hola

     

    Este mes vengo a solicitar algunos cambios en la historia de mi personaje. Quedaría así:

     

     

    Historia:

     

    La mujer que le dio la vida realizó un viaje desde Inglaterra a México algunos años antes de que ella naciera(los motivos son desconocidos). Durante el tiempo que estuvo en ese país se enamoró profundamente y quedó embarazada casi de inmediato. Mónica Malfoy Haughton, fiel a la Marca Tenebrosa, nunca supo que su enamorado pertenecía al bando contrario y ese secreto siempre se mantuvo.

     

    Cuando Laura tenía seis meses de edad, su madre recibió una carta en la que se le ordenaba volver a Inglaterra. Al parecer su familia no tenía idea de la existencia de la pequeña, así que no quiso arriesgarla y se decidió a dejarla en México, al cuidado de su padre. Tras una larga y amarga despedida, se fue, jurando al padre de su hija que regresaría en cuanto pudiera. Sin embargo, ese regreso no se produjo.

     

    Mientras tanto, el hombre que se había quedado a cargo de la bebé, se mudó a la casa de sus padres para que la abuela de la niña le ayudara a cuidarla. Según registros consultados, el padre de Laura era jefe del Departamento de aurores de aquél país y como tal, tenía múltiples enemigos pues había llevado a prisión a mortífagos importantes. Desgraciadamente, fue asesinado junto con sus padres (que también eran aurores) cuando un grupo numeroso de magos oscuros atacaron su casa. Su hija estaba a punto de cumplir un año de edad pero sobrevivió al ataque.

     

    Cuando todo hubo terminado los mortífagos revisaron la casa y uno de ellos, una mujer, encontró a la niña y decidió que ella la cuidaría de ahí en adelante. Al parecer, esta bruja había estado profundamente enamorada del padre de Laura y veía en la niña una forma de tener algo de él cerca. Pero ella ya estaba casada; su pareja era un mortífago también y a él no le pareció la idea de cuidar a la hija de otro hombre, a la hija del hombre al que, en realidad, amaba su mujer. La bruja se rehusó a deshacerse de la pequeña y se quedó con ella. A partir de ahí, la relación con su esposo se trastornó por completo. Éste se volvió violento.

     

    Durante 20 años de su vida, Laura fue testigo de las peleas entre sus padres adoptivos y más aún, de los golpes que su padre le daba a su madre. En ese tiempo vivió siempre con una idea: ella tenía la culpa de que sus padres se odiaran. Lentamente, ese pensamiento fue creciendo en su interior y alimentó poco a poco su corazón con rencor que luego se tornó en maldad. Ésta se vio reflejada en su aspecto físico y aquélla niña dulce de ojos celestes quedó convertida en un ser despiadado de ojos negros como la noche.

     

    Su padre adoptivo le enseñó todo lo que pudo de magia oscura, educándola para ser mortífaga... una forma simbólica de vengarse del auror que había sido el padre biológico de la niña. Así, Laura creció con una meta bien fija: cumpliría a toda costa los deseos de los únicos padres que conocía y algún día llegaría a formar parte del Bando Tenebroso.

     

    Un buen día recibió una lechuza en la que se le informaba que tenía que ir a Inglaterra pues tenía reservado un lugar en la “Academia de Magia y Hechicería”. En ese viaje conoció por casualidad a su verdadera madre, quien le contó todo sobre su pasado y la invitó a quedarse a vivir ahí con ella. Laura aceptó y se quedó a vivir en el Castillo Haughton durante el tiempo que duraron sus estudios.

     

    Su trayectoria en la Academia comenzó con la cátedra de Generales, que fue dictada por las profesoras en las lejanas tierras de Icengard, un gélido lugar en el que Laura corrió muchos peligros al lado de sus compañeros, teniendo que enfrentarse a un Erumpent en su primer día de clases. Tras concluir satisfactoriamente dicha unidad de aprendizaje, recibió la notificación de que fue asignada a la casa de “Los Tritones del Río Wye”, en cuya sala común solía pasar sus tardes y días libres leyendo uno tras otro de los libros sobre magia oscura que pudo extraer de la biblioteca y cuando no estaba ahí, se la podía encontrar sentada en la orilla del gran lago en compañía de Pepe, el calamar gigante. Cursó con éxito todas y cada una de sus materias, para finalmente graduarse como uno de los miembros más destacados de su generación, recibiendo su certificado de manos del Director mortífago de tan prestigiada institución.

     

    Fue también en Generales cuando, de manera fortuita, su oscura mirada se cruzó por primera vez con la de Enrick William Ryddleturn, sin imaginar lo decisivo que ese instante llegaría a ser para su vida futura. El mago de ojos color de miel le llamó la atención desde el principio, pero prefería evitarlo siempre que podía debido a la fama de Don Juan de la que éste gozaba, gracias a su galantería con cuanta chica se cruzaba en su camino. Fue justamente esto último lo que la llevó a pensar que ella era sólo una más de sus conquistas cuando, durante la clase de Duelo Avanzado, Enrick se decidió a hablarle, regalándole un ramo de rosas en pleno simulacro de asalto. Dicho gesto la dejó pensativa durante varios días.

     

    Tras concluir sus días activos en la Academia, y en espera de su ceremonia de graduación, Laura se marchó al castillo Haughton para pasar algún tiempo junto a su madre y hermana. De esa forma, transcurrieron semanas sin que tuviera noticias del Ryddleturn y justo cuando pensaba que jamás lo volvería a ver, un pequeño elfo doméstico, de nombre Darien, se presentó en la puerta de su hogar para entregarle un paquete que contenía una nota escrita a puño y letra de Enrick, en la que la invitaba a pasar unos días junto a él en Icengard, territorio del que, según se supo, él era el único heredero. Laura aceptó la invitación y en seguida fue transportada a ese mágico lugar, en el que el ojimiel la esperaba para guiarla a través de una cita de ensueño, en la que la Haughton tuvo la oportunidad de surcar el cielo sobre un dragón, conoció el “Lago de las Hadas”, montó sobre el lomo de un centauro, fue deleitada por una bella melodía que el Ryddleturn interpretó en el violín para ella, y probó la más deliciosa comida en el banquete que las criaturas mágicas del bosque se esmeraron en preparar. Finalmente, en medio de un vals, Enrick le dio su primer beso y le declaró su amor, a lo que, sin dudar un instante, Laura correspondió de la misma manera. Ese mismo día, con sus verdaderos sentimientos recién expresados, ambos enamorados viajaron hasta la “Fuente de los enamorados” y ahí consumaron su amor por primera vez entregándose el uno al otro en cuerpo y alma.

     

    Durante su graduación, Enrick le pidió que se casara con él y fue gracias a eso, que Laura retornó a su aspecto original, con los ojos celestes y el cabello castaño. La boda se llevó a cabo en Icengard, el 6 de Enero del año 2012. La celebración perduró por varios días y fue inolvidable para los asistentes, con un banquete de maravillas y una orquesta que no paró de tocar música toda una noche de júbilo y alegría. Previo a la celebración de la ceremonia nupcial se realizó un campamento de recepción en una reserva natural sudamericana “Cataratas del Iguazú” con el fin de llevar un registro de los invitados y de crear lazos de compartir antes de una festividad de tamaña envergadura como la que prepararon los novios, los padrinos y los escoltas con tanta devoción y dedicación.

     

    Con su amado esposo, Laura concibió a una preciosa niña a quien pusieron por nombre Rosalie Marie. “Su niña”, como la Haughton se refiere a ella, se convirtió con el paso de los años en una hermosa chica con una enorme sensibilidad para la danza y la música, diestra, también, en el manejo del arco y flecha. Rose heredó de su madre la afición por las artes oscuras, siguiendo sus pasos en el mundo mortífago.

     

    Un tiempo después del nacimiento de su primera hija, el matrimonio Ryddleturn-Haughton recibió en sus brazos al segundo de sus hijos: Enrick Perseus. Percy, como lo llaman de cariño, heredó la galantería de su padre, además de algunos gustos y aficiones como el tallado de la madera.

     

    Laura tuvo la fortuna de que sus dos hijos heredaran sus ojos celestes y de que su esposo se encontrara siempre a su lado para compartir la crianza, viviendo con él los primeros pasos y las primeras palabras de Rose y Percy. Actualmente, se encuentra embarazada y espera ansiosa junto a Enrick la llegada de su tercer hijo, una bebita que llevará por nombre Antonella, que significa “ La que es preciosa como una flor”.

     

    En su época de estudiante, Laura fue reclutada por la Marca Tenebrosa como aspirante al bando, al cual se unió formalmente unos meses después de su graduación, cuando se llevó a cabo la Ceremonia de Tatuaje en la que el cráneo y la serpiente le fueron grabados con fuego en la piel de su antebrazo izquierdo.

     

    Hasta varios días después de su boda, la vida de Laura parecía haber tomado un rumbo fijo y marchar perfectamente, hasta que la tragedia cayó sobre su familia. Enrick fue convertido en vampiro y huyó a Transilvania para buscar a Drácula y obtener algunas respuestas, además de ayuda para controlar su sed de sangre. Dicho suceso fue interpretado por la ojiceleste como un abandono, sumergiéndose en una profunda tristeza que posibilitó el regreso de la ojinegra, pero en esta ocasión, constituida de pura maldad y sin los recuerdos de su vida pasada. Su actitud agresiva la convirtió en un peligro para la criatura en su vientre y para todo el que la rodeaba, por lo que Lyra Katara, su suegra, se vio obligada a encerrarla en los calabozos del castillo Ryddleturn, dejándola al cuidado de Elvis Gryffindor, su padrino de bodas.

     

    Finalmente, después de varios meses, Enrick regresó encontrándose con la noticia de que Laura había sido poseída de nuevo por la ojinegra, de modo que llevó a cabo una técnica demoniaca de transmutación de almas, deshaciéndose para siempre del alma perversa que la había atormentado desde niña. Sin dicho ente de oscuridad dentro de sí, Laura no pudo volver a ser la misma. Todo sentimiento de odio y rencor le fue borrado, de modo que se vio severamente imposibilitada para cumplir las misiones que se le encomendaban como mortífaga. Así pues, los líderes de la Marca Tenebrosa decidieron que la Haughton ya no les era útil, de modo que la desterraron del bando, borrando de su memoria todo rastro de las actividades que realizaba en él, así como el rostro y las identidades de sus ex compañeros. También le fue retirado el tatuaje de su antebrazo izquierdo en medio de un proceso aún más doloroso que aquél por el que le fue grabado con fuego en la piel.

     

    Los meses transcurrieron y lo avanzado de su embarazo la obligó a dejar temporalmente su empleo en el Cuartel de Aurores con la finalidad de alistar todo para el nacimiento de su hijo y prepararse a sí misma tanto física como mentalmente para el parto. Durante ese periodo acudió a San Mungo acompañada por su amado Enrick, en donde fue realizada la primer ecografía de su bebé, por medio de la cual la pareja confirmó que sus sospechas sobre el sexo del futuro Ryddleturn-Haughton eran ciertas: esperaban a una hermosa niña. La felicidad al saber tal noticia los llenó por completo, pero tal bienestar no tardó en ser opacado por la tragedia.

     

    Laura descubrió que los mortífagos seguían a su esposo en uno de sus viajes de exploración en la "Isla Atlántida", de modo que decidió ir ella también para asegurarse de que nada malo le ocurriera al amor de su vida. Todo parecía ir bien, pero de un momento a otro, los miembros del bando tenebroso comenzaron a atacar a Enrick. De ninguna manera lo iba a permitir, así que salió en defensa de su marido, sucumbiendo a su lado ante el poderío de sus atacantes: el cuerpo de la ojiceleste fue desmembrado y su pequeña hija extraída de sus entrañas con crueldad. Por fortuna, la gran habilidad mágica de su amiga Jesse le posibilitó volver a la vida junto a su bebé, que fue regresada a su vientre para que pudiera concluir su desarrollo intrauterino.

     

    A consecuencia de lo anterior, Laura se vio obligada a pasar el resto de su embarazo en completo reposo y con un estricto régimen alimenticio reducido en sales y la ingesta abundante de líquido. Para poder llevar a cabo dicha prescripción médica, su eposo la llevó a la cabaña que él había estado construyendo con sus propias manos para que fuese su hogar. Por desgracia eso resultó imposible pues la propia madre de Enrick dio alojo en su castillo a quienes fueron sus asesinos, lo que provocó que la Haughton se sintiera totalmente insegura viviendo ahí, de modo que decidió regresar al castillo de su madre, de donde nunca debió salir, llevándose consigo a Percy.

     

    Eso sería todo por ahora. Muchas gracias al lindo moderador que se ocupe de los cambios :blush:

     

    *deja chocolates rellenos*

  20. QUINTA PLANTA-Con Jesse y Lils

     

    -Sea lo que sea Jesse, les estoy muy agradecida por su ayuda- comentó- Y me siento en verdad apenada de que hayan resultado heridos por mi culpa. Espero algún día poder darles las gracias personalmente a quienes hayan estado ocultos detrás de esas máscaras de luz- agregó recostándose un poco en la camilla mientras asimilaba la poción que acababa de beber.

     

    No hubo pasado mucho tiempo, cuando una figura conocida y muy apreciada por ella atravesó la puerta de entrada.- Creo que tienes razón Lils, a este paso tendré que reservar una habitación y me darán membresía de cliente VIP- bromeó sintiendo cómo la bebita en su vientre se removía inquieta al sentir la mano de Lils que se encontraba posada sobre su área de desarrollo. Era algo inusual que eso sucediera siempre con su amiga, pero de alguna forma le agradaba porque sabía que hacía lo correcto al elegirla como guardiana de su niña en caso de que ella faltase, lo que le preocupaba bastante considerando la situación por la que ella y su esposo atravesaban.

     

    -Muchas gracias amiga- expresó para luego tomar la ropa que la sacerdotisa le ofrecía e ir detrás de un biombo que se encontraba en la habitación, con la finalidad de vestirse con calma aunque con un poco de trabajo por el vientre tan abultado que ya le limitaba los movimientos- ¿En serio?¿de qué se trata?- cuestionó una vez que estuvo lista y se acercó de nuevo hasta donde sus dos amigas se encontraban.

  21. QUINTA PLANTA-Siendo atendida por Jesse

    (Tercer rol)

     

    Tratando de no respirar para no sentir el aroma de la poción que debía tomar, Laura cerró los ojos y de un trago bebió hasta el último sorbo, terminando con un gesto de asco- ¡Puaj! deberían mejorar el sabor- comentó estremeciéndose y entregándole el recipiente a su amiga.

     

    De inmediato la poción comenzó a hacer efecto y todas las fuerzas regresaron a su fértil cuerpo, incluso el bebé en su vientre pareció reaccionar y empezó a moverse totalmente inquieto. Sin embargo, Laura estaba feliz de que eso ocurriera, así que en esa ocasión no trató de tranquilizarla.

     

    -Yo... tampoco lo sé amiga, sólo recuerdo que uno de ellos me llamó traidora- expresó completamente incrédula, pues todos sus recuerdos de haber pertenecido al Bando Tenebroso habían sido borrados- Lo mismo nos dijeron a Enrick y a mí la última vez... ¿Sabes algo que tampoco entiendo?... ¿Cómo es que se enteraron que me estaban atacando?¿Crees que los miembros de la Orden me hayan estado vigilando?

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  22. QUINTA PLANTA-Siendo atendida por Jesse

    (Segundo rol)

     

    Laura continuaba dándole animos a su pequeña para que siguiera con vida. Sabía que estando tan cerca de cumplirse los nueves meses, si nacía podría vivir sin ningún problema, y esperaba que se quedara en caso de que por alguna razón los sanadores no pudieran hacer nada por ella y tuvieran que extraerla de su vientre. La bebé tenía que vivir, era demasiado importante como para morir de nuevo al lado de su madre.

     

    De pronto una suave voz sonó aún más cerca de ella, y aunque no logró reconocerla del todo, le resultó bastante familiar y tranquilizadora. Luego de eso, una fuerte luz deslumbró sus ojos y al instante siguiente se descubrió a sí misma tomando aire súbitamente.

     

    -¿Qué cosa?-preguntó entreabriendo los ojos y mirando a su alrededor- ¿Jesse?- aún estaba un tanto desubicada.

     

    -¿Beber eso? ¿no puede ser algo que tenga un mejor aspecto?- agregó cuando se hubo recuperado un poco y su estado de alerta volvió a la normalidad, si bien aún continuaba bastante débil- ¿En serio tengo que hacerlo?- cuestionó de nuevo haciendo pucheros antes de tomar la copa y beber todo de un trago al fin.

  23. QUINTA PLANTA- Siendo recibida por Jesse

    (Primer rol)

     

    Después de la batalla producida en la casa de su amiga Jesse, y en la que, por alguna razón los fenixianos entraron para tratar de proteger a la ojiceleste de otra muerte trágica a manos de los mortífagos, Kitty, un elfo de su amiga Lils, acudió al lugar en el que el cuerpo de Laura había sido dejado para llevarla inmediatamente al hospital para que pudiera recibir la atención necesaria. La actuación del pequeño ser fue tan rápida, que tan sólo unos instantes pasaron desde que cayó muerta y se fueron todos los combatientes, hasta que estuvo sobre una camilla de la institución médica.

     

    Todo en esa noche había resultado bastante rápido, de modo que aún no daba tiempo a que el alma de la mujer embarazada que fue atacada, saliera de su cuerpo, así que aún escuchaba todo lo que ocurría a su alrededor aunque era como si todo se encontrara bastante lejos. Si eso sucedía con ella, aún conservaba la esperanza de que su bebita a pocos días de nacer se encontrara aún con ella.

     

    -Vamos pequeña, sé que resistirás- decía desde los confines de la oscuridad con la esperanza de que su hija la escuchara- Eres tan fuerte como tu padre. No te vayas, quédate conmigo por favor.

  24. QUINTA PLANTA- Con Enrick y Lils

     

    -¿Nos esperan?¿quién?- preguntó casi en un susurro mientras su mano se entrelazaba lentamente y con ternura, a la de Enrick. Ese corto instante de tiempo fue realmente significativo para la ojiceleste, pues esa sublime unión de sus dedos fue la manifestación de un lazo verdaderamente fuerte e imposible de romper entre ambos enamorados; la señal de que estarían juntos por la eternidad... o eso esperaba Laura, negándose rotundamente a ser separada de su amado por la muerte. Sin más demora, la pareja empezó a caminar hacia un lugar más abierto, de donde les fuera posible partir sin peligro alguno.

     

    - Tranquilo, cariño mío, nada nos pasará a ninguna de las dos. Prometo que jamás te dejaré sólo- dijo para tranquilizar al Ryddleturn, al tiempo que le hacía una suave caricia en el rostro, justo antes de que la diestra de su esposo le cubriera los ojos, impidiéndole la visión por completo. No podía evitar percibir la preocupación en el semblante del vampiro, lo que indicaba, sin duda, que las cosas ya no serían las mismas en el contexto en el que se desarrollaba la vida del matrimonio. - Sí, mi cielo, completamente lista, pero ¿a dónde vamos?- preguntó nuevamente, pero en esta ocasión, la respuesta cedió su lugar a la desagradable sensación de ser absorvida por el vacío, propia de la aparición conjunta, medio por el que ambos abandonaron el hospital para dirigirse a su nuevo destino.

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  25. QUINTA PLANTA- Con Lils y Enrick

     

    Después de esas palabras, no pudo más que respirar profundamente y luego emitir un largo suspiro. Su esposo tenía razón, y por más que ella no quisiera estar en reposo, tenía que hacerlo por el bien de su bebita que nacería en poco tiempo. - Creo que tienes razón amor, haré lo que mandó Jesse sin protestar, pero... ¡ya sácame de aquí! los hospitales me ponen los nervios de punta- exclamó en tono de broma, aunque era cierto que ese tipo de lugares le daban pavor desde que era una niña.

     

    Durante un lapso de tiempo, Enrick se quedó pensativo, y Laura pudo notar en su mirada de oro un dejo de preocupación. Quizás su marido pensaba lo mismo que ella. ¿Y si volver a su hogar ya no era seguro? No podía arriesgar a su pequeña hijita nonata de nuevo, y tampoco la llevaría a un lugar en donde su vida se viera en constante amenaza por la decisión que sus padres tomaron en el pasado. <<Rose, Percy>> sus hijos mayores también llegaron a sus pensamientos. Ambos estaban haciendo ya sus propias vidas y no podían obligarlos a ir con ellos; si lo hacían, también correrían peligro.

     

    - Todo lo que sea, menos la cama- agradeció las palabras de su amado que la sacaron de sus pensamientos- ¿A dónde iremos vida mía?-preguntó finalmente, aunque su interrogante se quedó sin respuesta, ya que tenía que vestirse antes de poder salir de ahí. Por fortuna, su amiga Lils había pensado en ella y le había llevado una vestuario muy lindo para salir del hospital sin parecer una enferma recién dada de alta, aunque eso fuera exactamente.

     

    - Gracias de nuevo Lils- comentó mientras, con su ayuda, se colocaba cada una de las prendas que muy amablemente le había llevado. -Amiga, en verdad me gustaría mucho quedarme para acompañarte a tus estudios como lo había prometido, pero debes comprender que como están las cosas, cada segundo que pasas a mi lado los pone en peligro a tí y a tu bebé- se disculpó acercándose a la ojiazul y poniéndole una mano en su delicado vientre de tan sólo unos meses de gestación, para después darle un fuerte abrazo acompañado de los repentinos movimientos que Antonella realizaba cada vez que Lils estaba cerca.- Prometo que nos veremos pronto, pero primero hay que dejar que las cosas se calmen- trató de tranquilizarla.

     

    - Corazón...- dijo saliendo de la habitación, en donde Enrick la esperaba- estoy lista.

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