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La Niña de las Tinieblas

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Todo lo publicado por La Niña de las Tinieblas

  1. Buenas Me paso un ratito a molestar para pedir unos cambios en Aspectos Físicos, Psicológicos y en la Historia ya que la narrativa es media feíta xD No estoy segura de como dejarlo para que sea mas fácil de modificar, perdón si hice lío... Desde ya, gracias La parte de Aspecto Fisico: Cualidades Psicologicas: Y por ultimo, la Historia:
  2. C'Nedra Malfoy- Guardiana Unos pasos a mis espaldas hicieron que me volviera levemente, para descubrir a un joven que caminaba hacia mi encuentro. Dejando la puerta detrás de mí, me obligué a que una suave sonrisa apareciera en mi rostro, alejando los fantasmas del pasado para enfocarme en la tarea que tenía por delante. Comprobar que todo estuviera en orden en aquellos terrenos era lo único que me preocupaba en estos instantes. -Buenos días, Oliver- contesté a las palabras del joven inclinando levemente la cabeza a modo de saludo mientras alejaba de mi rostro los oscuros mechones de cabellos que caían sobre él. Pero antes de poder agregar algo mas, una joven llegó junto a nosotros. Antes que ellos, solo había tenido una compañera, así que aun no llegaba a meterme en el papel de guía. Jamás me habría imaginado que sería responsable de otros, cuando no podía serlo de mi misma. -Llegas justo a tiempo, no te preocupes- respondí encogiéndome de hombros- Ya no esperamos a nadie. Por cierto, soy C’Nedra Malfoy. Acabo de llamar a la puerta, así que tendremos que esperar a que nos reciban para informales de porqué estamos aquí. Lancé una mirada un tanto irritada a la puerta, como si pudiera amenazarla para que revelara a algún miembro de la familia. Recordando que no estaba sola, volví a dirigir mi grisácea mirada hacia mis acompañantes. Llevé mis manos hacia atrás y entrelacé mis pálidos dedos mientras mis uñas se clavaban contra la carne de mis palmas, provocando pequeñas medialunas. -Si no nos atienden en unos minutos, daremos una vuelta por los jardines, ¿les parece? Así comprobamos que no hay nadie dando vueltas por aquí- mis oscuros orbes se perdieron por un instante recorriendo el vasto jardín que nos rodeaba, antes de volver a clavarse en ellos- ¿Ya habían hecho esto antes? Ya saben, si tienen alguna duda, solo tienen que preguntar.
  3. C'Nedra Malfoy- Guardiana Fruncí el ceño ligeramente al observar la pálida silueta que se escondía en el morboso espejo. No importaba que la esbelta figura alzara su rostro con orgullo, o que el acero de sus orbes brillara con fuerza, yo sabía que ella estaba dañada. Era una muñeca rota, allí donde nadie podía percibirlo. Y era imposible remendar aquellos jirones de sucia tela que adornaban el frio cuerpo: lo había intentado, y había fracasado. Apoyé con fuerza las palmas de mis manos contra mis ojos, borrando el reflejo que mis pupilas habían devorado. Lentamente descubrí mi rostro hasta que mis inseguros dedos se deslizaron por mis oscuros cabellos, recogiéndolos en un desordenado moño. Por unos instantes me quedé inmóvil frente al espejo, intentando recuperar el control de aquellas sensaciones que ardían bajo mi piel. Una vez segura de haber enterrado hasta la mas ínfima de las emociones, comencé a vestirme. Una holgada musculosa color bronce ocultaba mi torso mientras unos pantalones negros se adherían a mis piernas. Busqué entre el acomodado desorden de mi habitación mis zapatos y aseguré la oscura varita contra mi cadera. Ocultar tras una apariencia cuidada y seductora, al ser pecaminoso y quebradizo, se había convertido en un rito sagrado. Es como si el carmín de mis labios pudiese ahuyentar a las pesadillas que la noche trae con ella. Arrastré mi silueta por las calles de Ottery, disfrutando del ansiado silencio y la calma que se respiraba ante la escasez de almas vagabundas. Distinguí la mansión que aquel día me tocaba vigilar y apure el paso hasta llegar a su ostentosa entrada. En otro momento me hubiese detenido unos segundos a admirar las majestuosas gárgolas y esculturas que se imponían en el jardín, pero aquella tarde no había tiempo para ello. Sabía que mis compañeros no tardarían en aparecer, así que llamé a la puerta de la mansión, esperando ser recibida.
  4. Ladeé levemente la cabeza al escuchar las palabras de mi compañera. Por unos breves instantes pareció que se había perdido en algún recuerdo. Esperaba que aquello que había robado sus pensamientos no fueran memorias amargas. Yo sabía muy bien lo que era hallarse encerrada en alguna escena del pasado, aquellas que solo dejaban como regalo un regusto amargo. O era mejor decir que yo vivía en esas memorias amargas del pasado. -Creo no errar demasiado si digo que conoces esto mejor que yo- comenté, haciendo referencia a sus palabras y dedicándole una sonrisa genuina- Y eso es bastante tranquilizador, créeme. Hacía muy poco tiempo que me había puesto en la piel de Guardiana y había situaciones que me desconcertaban levemente, por mucha mascara de orgullo y superioridad que pusiera antes situaciones que me hacían dudar. Me limité a esperar unos minutos mientras mi mirada grisácea recorría los alrededores. Lo mejor sería que comenzáramos a ponernos en marcha y asegurarnos que nada indeseado hubiera penetrado en los terrenos de los Granger. -No podemos seguir paradas aquí mucho tiempo más. Será mejor que vayamos a dar una vuelta alrededor de la mansión- mi ceño se frunció levemente mientras alzaba el pañuelo que tenía enredado en mi mano y respiraba aquella fragancia. Le hice un gesto con la mano y comencé a caminar, ajustando mis pasos a los de ella. El césped verdoso y cuidado recibía en silencio nuestros pasos mientras mis oscuros orbes buscaban entre los juegos de luces y sombras algún vestigio de un alma amenazante. Arboles y plantas llenaban todo el jardín y me internaba entre ellos junto a Lyra, en busca de algo que no íbamos a encontrar. No sé cuánto tiempo nos llevó recorrer aquellos terrenos, observando cada silueta y detalle con un dejo de advertencia. -Odio los jardines. Odio el aire libre, no estoy hecha para estos lugares- susurré luego de maldecir en voz baja al enganchar mi camisa, por segunda vez, con alguna planta a la que, obviamente no le agradaba y sentir como mis tacos se hundían en la húmeda tierra- Decididamente, después de esto, voy a necesitar tomar algo. Y no agua, justamente. Luego de asegurarnos que habíamos recorrido todo aquello que estaba a nuestro alcance y de seguir insultando para mis adentros a cada hoja que me cruzaba, me detuve junto a la mujer castaña que estaba junto a mí. –Ya es hora de irnos. Esto está seguro y, la verdad, fue demasiado verde para mí, por hoy- tras aquellas palabras y esperar a que estuviera de acuerdo, abandoné la mansión, dejando a mis espaldas el cuidado jardín.
  5. La suave brisa desordenaba mis oscuros cabellos despreocupadamente. Alcé con impaciencia mis manos para quitar aquellos rebeldes mechones que caían sobre mi rostro. Dejé que por un instante mi mirada se deslizara por la puerta que yacía frente a mí, como si mis iris grisáceos y ansiosos pudieran hacer que alguien apareciera y borrase aquella puerta de mi vista. Meneé levemente la cabeza y apoyé las palmas de mis manos sobre mi cintura. Al escuchar unos pasos detrás de mí, me di la vuelta para encontrarme con la silueta de una mujer de cabellos castaños que sostenía una varita entre sus pálidos dedos. Al presentarse, incliné sutilmente la cabeza a modo de saludo y obligué a mis rojizos labios a formar una suave sonrisa. Era la primera vez que hacia aquellas visitas acompañada y me encontraba un tanto perdida, pero aun así me sentía cómoda, de alguna forma, en esta nueva situación. -Buenos días. Sí, soy C´Nedra. Es un placer, Lyra- me alejé unos pasos de la dichosa puerta mientras miraba a mi alrededor para luego volver a fijarme en la mujer que tenia a mi lado-No es la primera vez que haces esto, ¿verdad? Me refiero a que ya sabes lo que hacemos aquí… porque no soy buena con las palabras, explicando y todo eso. Odiaba con toda mi alma aquella parte de mi ser que había quedada tan marcada con el pasado y me impedía que las charlas amistosas y que no ocultaban ningún deseo egoísta detrás, me fueran mucho mas amenas. Un suspiro brotó de entre mis labios mientras daba una vuelta sobre mí misma, mirando el jardín que nos rodeaba junto a la mansión. Me quité el pañuelo que ocultaba mi garganta, enredándolo en una de mis manos y volví a fijarme en Lyra. -¿Qué te parece si esperamos un poco más a ver si alguien viene a recibirnos? Si no, daremos una vuelta alrededor de la casa para asegurarnos que todo está en orden y luego nos vamos, ¿sí? Lo de ir dando vueltas alrededor de la mansión sin que nadie sepa de nosotras no me agrada mucho, pero…- terminé encogiéndome levemente de hombros.
  6. Estiré una pálida mano y tomé con cuidado el pequeño frasco que descansaba sobre aquella oscura superficie. Un líquido dorado y traslúcido estaba rodeado de un cristal perfectamente trabajado. Mis oscuros orbes se detuvieron con cuidado en aquel perfume para luego fruncir levemente el ceño. Era una fragancia exquisita, sutil, atrevida… y con un sinfín de recuerdos ligadas a ella. Memorias oscuras que envolvían fragancias y siluetas indeseadas. Sin permitirme ponerme a pensar, coloqué pequeñas gotas de perfume sobre mi tensa piel: escote, muñecas y garganta se humedecieron sutilmente. Alejé con rapidez el perfumero de mi silueta y lo escondí detrás de otros frascos. Al pasar por el espejo de cuerpo entero me detuve para acomodar la camisa azul que se adhería a mi torso y la falda negra de tiro alto. Anudé un pañuelo de seda azulado alrededor de mi cuello y escondí la varita en un pliegue oculto de la falda. Al abandonar la Mansión y sentir aquellos recuerdos en forma de una delicada fragancia que me perseguían, no pude evitar que mi ceño se volviera a fruncir. Tal vez no había sido una buena idea usarlo, pero ya era tarde como para arrepentirse. Además, en estos momentos había cosas mucho más apremiantes que aquella tontería paranoica. Debía encontrarme con mi nueva compañera de rondas y empezar a trabajar. Ser Guardiana era algo extraño y confortable, a la vez. Era raro para alguien como yo, que nunca antes me había sentido atada a nada ni a nadie. Recorrí las calles de Ottery hasta que vislumbré la Mansión que me tocaba visitar aquella tarde. Con un andar seguro y atrevido, me acerqué lentamente hasta el hogar de la Familia Granger. Rocé levemente la varita oculta y me adentré en sus terrenos mientras mis pupilas recorrían cada rincón de aquél exuberante jardín que rodeaba a la inmaculada mansión. Me detuve frente a la puerta y golpeé mis nudillos contra ella, mientras esperaba a mi acompañante.
  7. Hola!! Ya era hora de que me pase por aca xD Solo me paso a pedir unos pequeños cambios y mas adelante pasaré a arreglar ese horror de narración.. Gracias de antemano!! Creo que por ahora eso es todo... Gracias por las felicitaciones, Besos!!
  8. En un instante todo pareció cambiar dentro de mí. El porqué de mi presencia en ese lugar tomó un giro diferente y me permití relajarme un poco mientras dejaba unas estelas blancas contra mi cuello a medida que mis uñas rojas, como la misma sangre que ardía con orgullo en mis venas, arañaban delicadamente mi piel. Mi silueta ya no estaba tensada con el nerviosismo que hacía unos minutos atrás se había apoderado de mis sentidos y me sentía más cómoda en aquel lugar. Dejé que mis oscuros iris pasearan por todo el local mientras encerraba entre mis níveos dedos el pequeño dije que reposaba contra mi fría piel. Aún seguía molesta por lo ocurrido con aquella pequeña criatura escuálida y sus odiosas palabras; no podía sacarme de la cabeza ni comprender como era posible que hubiese personas tan ignorantes y débiles. Me irritaba cuando las cosas no salían como deseaban y por más que disfrazara mis sentimientos con una fría indiferencia, no podía evitar desear con toda mi alma tener entre mis finos dedos el delgado cuello del los culpables. Un suave suspiro brotó de entre mis rojizos labios, una leve protesta ante tanta negligencia que me rodeaba. Meneé la cabeza, quitando de mi mente todo resquicio de pensamientos molestos. Ahora que me hallaba allí debía aprovechar el momento y olvidar los malos recuerdos con alguna bebida que borrara, por esa noche, no solo las molestias de hoy sino a los fantasmas de mi pasado que solían apoderarse de mí cuando no estaba de buen humor. No había dado más de dos pasos, con las pupilas clavadas en el bar que se hallaba a lo lejos, cuando la silueta de una joven mujer apareció en mi camino. Me detuve de repente ante la presencia de aquella mujer rubia y escuché sus palabras acompañadas por el leve fruncir de mi ceño. -Oh, buenas tardes… -murmuré con voz calma y me permití una pequeña sonrisa a modo de saludo- Lamento molestar, no era mi intención. Ahora solo… estoy aquí para tomar algo- hice un gesto hacía la barra que estaba detrás de la mujer y me encogí de hombros levemente- No es bueno desperdiciar las oportunidades que sirven para olvidar ciertas cosas.
  9. Mis pasos eran seguros mientras resonaban en las oscuras calles del Callejón. Mi silueta avanzaba de forma atrevida entre la muchedumbre y mi mirada, grisácea y surcada por oscuras pestañas, pasaba de un negocio a otro, en busca de aquél en donde debía esperar a la joven aquella noche. Un corto vestido encerraba mi cuerpo entre telas oscuras y acentuaba mi figura. Unas largas botas negras se adherían a mis pálidas piernas hasta las rodillas junto a una delicada cadena de plata que rodeaba mi cuello, de donde pendía una pequeña lágrima tallada en un diamante rosa. Ni siquiera en una noche como aquella era capaz de dejar de lado aquella necesidad de mostrar que ya no era un niña ingenua y que ahora era yo la que dirigía mi vida y mi cuerpo. Además, si estaba de buen humor, al acabar aquella tarea podría salir a divertirme un poco… Pero aunque mi mirada resplandecía de picardía y seguridad, mis pálidos dedos delataban la irritación que recorría por mis venas. No podía sacarme de la cabeza, las palabras que ese molesto elfo había pronunciado. Aunque aquella criatura no tenía la culpa, sus palabras, aquel mensaje que me había trasmitido, me desesperaban y se lo había hecho notar. Me obligué a dejar de clavar mis uñas en mis palmas que ya tenían pequeñas marcas rojizas y alcé la mano, que no podía dejar quieta, hasta mi cuello para jugar de forma inconsciente con la delicada cadena y la pequeña figura que se posaba sobre mi pecho. Me detuve de repente ante la fachada del lugar por donde debíamos pasar aquella noche. Alcé la mirada y tras dedicarle un gesto de indiferencia, me acerqué hasta sus puertas y entré. Me quedé allí parada, con las pupilas recorriendo la sala que se extendía ante mis pies en donde las luces negras se mezclaban con el fluorescente. Deje que mi mano descansara sobre la base de mi cuello mientras esperaba que mi compañera llegara; tal vez podría probar alguna de aquellas bebidas exóticas que descansaban detrás de la barra…
  10. ¡Hola! Buenos dias!!. Paso a decir que me encantaria formar parte de la familia Malfoy, mas especifcamente, ser la hija adoptiva de Gyvraine (ya que me propusiste ser parte de esta familia, ahora te toca soportarme como hija xD) No se bien que datos tengo que dejar aca, pero dejo los link a mi ficha y mi bóveda: Ficha de La Niña de las Tinieblas Y la Bóveda Supongo que esto es todo. Y gracias otra vez, Gyvraine. Besos para todos y espero rolear pronto con Uds.!
  11. Hola! Me encantaria ser una aspirante mortifaga, por eso paso por aca a dejar el mensaje . Apoyo totalmente a la Marca y deseo poder ser miembro de ella y demostrar mi fidelidad. No se si debo dejar algun dato mas, cualquier cosa espero que me avicen. Todavia me falta bastante para graduarme de la Academia, pero espero ansiosa el momento de pertencer a los Mortifagos. Saludos!
  12. http://i1152.photobucket.com/albums/p491/fer993/CNedramalfoy-Dorado_zps238e8ccb.png http://i1152.photobucket.com/albums/p491/fer993/SelaCuadroREdondo_zpsad399146.png http://i1152.photobucket.com/albums/p491/fer993/DatosPersonalescopia_zps1c0a8547.png Nombre: C'Nedra Malfoy Sexo: Femenino. Edad: Joven, 18 años. Nacionalidad: Británica. Familia(s): * Malfoy (Adoptiva) Padre(s) Sanguíneo: -- Padre(s) Adoptivos: Gyvraine C. Sullivan Trabajo:- http://i1152.photobucket.com/albums/p491/fer993/PoderesMagicoscopia_zps5b88b23a.png Rango Social: Unicornios de Bronce. Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Nivel de Poder Mágico: -- Puntos de poder en objetos: 20 Puntos de poder en criaturas: -- Habilidades Mágicas: * Habilidad 1: -- * Habilidad 2: -- * Habilidad 3: -- Conocimientos Especiales: * Artes Oscuras * Conocimiento de Maldiciones * Encantamientos (Conocimiento Adquirido) http://i1152.photobucket.com/albums/p491/fer993/PerfildelPersonajecopia_zpsba3453ba.png Raza: Humano. Aspecto Físico: Es una mujer de estatura alta y curvilínea. Sus cabellos negros rozan la parte baja de su espalda, y al sacudirlos, destellos azulados se deslizan sobre ellos. Contra su piel pálida, se destacan sus ojos rasgados, coronados por pobladas pestañas; sus iris celestes, ahora coronados por incipientes ojeras. Sus elegantes facciones, contrastando con sus prominentes labios rojizos. Unos delicados y odiados hoyuelos sobre sus mejillas al sonreír, le brindan un aspecto pícaro. Aunque es dueña de un atractivo singular, detrás de su mirada, se esconde una sombra que ennegrece su aspecto. Sobre su espalda, una infernal cicatriz recorre su columna, desde la parte baja de su espalda, hasta su garganta. Y desde aquella herida, extendiéndose hacia los costados, sus venas oscuras serpentean, durante varios centímetros, arruinando su pálida piel. Y aquello, es coronado con cardenales y zarpazos, que se presentan en su silueta, de forma inexplicable. El continuo dolor se asoma constante en su mirada mientras se escuda detrás de una sonrisa, que nunca logra llegar a sus orbes. Cualidades Psicológicas: El rápido descubrimiento de la crudeza de la vida, llevó a C’Nedra a convertirse en un alma solitaria e introvertida. Solía creer que había logrado ocultar sus sentimientos, enterrar sus emociones junto a su pasado; pero la verdad era más dolorosa. Con el tiempo, descubrió que era incapaz de sentir. ¿Amor? ¿Odio? Nada. No había en ella, ningún retazo de empatía o alegría… Ninguna pasión. Salvo, por supuesto, la lástima que sentía por ella misma. Aquello era lo único que hacía hervir su sangre. Escondió ese vacío interior detrás de las emociones que el contexto requería; dependiendo de la situación en que se encontrara, C’Nedra logró simular arrogancia y orgullo o, amabilidad y seducción. Así fue como aprendió a encarar el mundo- siendo algo que no era-, pero en la oscura intimidad, su naturaleza, su desprecio por sí misma, salía a la luz. Y entre tanto sentimiento retorcido, nació él. Ella sabía que habitaba sólo en su cabeza, pero no importaba. Podía sentirlo, sufrirlo, temerle. Él quería su perdición, y ella no podía hacerle frente. Perdida entre los juegos de su mente, no diferenciaba a su huésped de la realidad; ni a la realidad de la fantasía. Historia: El orfanato. Ese es mi premier recuerdo. Sus oscuros corredores y los pasos firmes de las monjas, regentes de aquél lugar, y portadoras de la verdad absoluta. Aquellas mujeres, encarnaciones de la severidad y la rectitud, fueron quienes me arrebataron cualquier atisbo de rebeldía o utopía. Crecí rodeada de sermones interminables, dolorosas reglas que solían dejar huellas en mis palmas por días, y una soledad incomparable. Las lecciones diarias y el trabajo, eran un obstáculo para cualquier intento de confraternización. Me gusta creer que fue aquél lugar el que me despojó de toda emoción, pero en el fondo de mi alma, sé que eso no es así. Aunque el recuerdo difuso del orfanato, está ligado a memorias que violentaron mi alma y mi cuerpo. La rigidez y la monotonía del lugar, lograron aplacar mi personalidad, convirtiéndome en una pálida sombra silenciosa. Pasar desapercibida, era una de las exigencias del repertorio de normas. Pero aunque aquella era una habilidad en la que me destacaba, no para todos yo era una más del montón. Incluso hoy en día, el recuerdo del tacto de los dedos rechonchos y blancuzcos del padre que dirigía la institución, me provocan escalofríos. Pero fue allí, en medio de aquellos tormentosos días, dónde conocí a la única persona que alguna vez cuidó de mí. Y todavía lo hace. Nunca descubrí su nombre, nunca mis pupilas se posaron sobre su rostro, nunca llegué a decirle, lo agradecida que estaba. Pero su caligrafía, aquellas extrañas cartas que aun no logro comprender, fueron y serán, mi única compañía, lo sé. A través de él, descubrí qué era en realidad; fue a través de su invisible cariño y cuidado, que conocí este mundo oculto. Desde aquél manto de invisibilidad, logró poner en mi vida, algo de felicidad; ya sea haciendo desaparecer a aquel padre de dedos curiosos, o dejando en mi cama, una cesta de golosinas. No sé en qué momento de mi vida, perdí mi rumbo. Y ya no me importa. Esto es lo que soy ahora, y por mucho que lo desprecie, es todo lo que tengo. Durante un tiempo intenté rescatar mi vida. Intenté volver a ser la niña que alguna vez había sido, y que ni siquiera mis tutoras, habían logrado aplacar. Busqué retazos de felicidad, amargura y anhelos, pero ya era tarde. Ya nada de eso quedaba dentro de mí. Tal vez, no lo intenté lo suficiente; tal vez, estaba destinada a aquel vacio absoluto. Pero ahora, aquella soledad interior y pálidas sombras de lo que alguna vez fueron emociones, son mis únicas compañeras. Pero no del todo. No estoy del todo sola, lo sé. Mi Guardián aun está conmigo, incluso en mis días más oscuros. Pero alguien más está a mi lado, también. O algo. Aquél compañero indeseado, que baila ante mis ojos, riendo de mi dolor y desprecio. Él desea algo de mí, que aun no me atrevo a comprender. Cada día, aguardo con temor su llegada, incapaz de saber si voy a poder resistirme a él o no. No sé cuánto tiempo más voy a poder enfrentar aquellos orbes negros y su risa burlona. Su presencia me está arrastrando lentamente hacia un lugar sin retorno, lo presiento. Día a día siento cómo voy perdiendo un poco de mi alma. Puedo sentir una oscuridad apretando contra mi pecho, intentando robarme mi cordura. Cada día que pasa, él se hace más fuerte y se me hace más difícil desafiarlo. Sé que estoy perdiendo esta guerra; lo sé cuando descubro en mi cuerpo alguna nueva herida, de la cual soy incapaz de explicar su origen. Él no sólo está jugando con mi mente y mi alma, sino también, con mi cuerpo, volviéndolo todo aun más real. Él se vuelve cada vez as real mientras que yo, soy incapaz de distinguir si estoy despierta o si me encuentro atrapada en un sueño sin retorno. http://i1152.photobucket.com/albums/p491/fer993/Pertenenciascopia_zps00e363c1.png Objeto Magico Legendario: Válido sólo para Orden de Merlín. Objetos Magicos: *Objeto: Varita mágica. Clasificación: AA Puntos: 20 Total de puntos: 20 Mascotas y Criaturas: Criatura 1: Descripción Clasificación: Categoría que le corresponde Puntos de poder: Puntos que le corresponden Criaturas en la Reserva: Criatura 1: Descripción Clasificación: Categoría que le corresponde Puntos de poder: Puntos que le corresponden Elfos: * Elfo 1: Cassiel * Elfo 2: -- http://i1152.photobucket.com/albums/p491/fer993/Licenciascopia_zps9682e070.png Licencia de Aparición: Obtenida Licencia de Vuelo de Escoba: -- Registro de XXX: Registro de Elfo Doméstico: Link http://i1152.photobucket.com/albums/p491/fer993/OtrosDatoscopia_zps194898bb.png Otros datos:-- Cronología de cargos:-- Premios y reconocimientos: -- http://i1152.photobucket.com/albums/p491/fer993/Linkscopia_zps57693fc4.png Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda 97194 Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Malfoy Link a Bóveda Familiar 2: --

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