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~Erath Anarion~

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Mensajes publicados por ~Erath Anarion~

  1. Había recibido hace pocos instantes la notificación de que comenzaría su duelo contra su compañero de clase Anastacius. Pero la noticia no la alarmaba, en lo contrario, se sentía totalmente tranquila pues a pesar de saber que su contrincante era bastante hábil, ella confiaba en su propio potencial.

     

    Ahora se encaminaba por el sendero oscuro hacia el punto de encuentro con su compañero. Llevaba todos sus sentidos de vampira en alerta.

     

    El cómodo traje que llevaba puesto le permitiría hacer de su duelo algo bastante ameno. Constaba de un vestido color violeta oscuro de seda, con un brazo descubierto y el otro cubierto por una manga con corte murciélago hasta el codo. La parte superior del vestido era ceñida, remarcando sus formas femeninas y dando un toque especial a su cintura y s caderas con una delgada cinta amarrada en el centro de su cuerpo. Para luego terminar en un corte holgado, a cinco dedos sobre la rodilla. Sus piernas eran blancas y bien formadas, al igual sus pies, que en esta ocasión estaban descalzos, ya que para ella era más cómodo, pues estaba acostumbrada a pasear por los bosques más frondosos sintiendo la textura de la tierra bajo estos.

     

    El color del vestido contrastaba con su pálida piel, y sus ojos color índigo que brillaban con una suave intensidad ante la luz de la luna. Su cabello pelirrojo lleno de largos rizos estaba suelto a los costados de su cuerpo y llegaba hasta su cintura. Y en su brazo descubierto, se dejaba ver un brazalete de plata, el cual daba dos vueltas a este, comenzando con la cola de una serpiente a la derecha, y terminando con la cabeza de esta, una cobra real, en el centro.

     

    La noche estaba espléndida, cosa que le hacía sentir bastante alegre, algo en su interior la extasiaba, y era el hecho de poder contar con un escenario tan magnifico para llevar a cabo una labor tan especial. Apretó la varita negra en su pálida mano, mientras sentía el aroma a bosque nocturno que emanaba de aquél lugar.

     

    Una vez que había llegado al punto de encuentro se posicionó a unos siete u ocho metros de distancia de su compañero, guardando distancia del acantilado que se encontraba a la derecha de ella. Su rostro era sereno, ante la expresión del joven.

     

    Él habló en un susurro, y al escuchar sus palabras una fría y leve sonrisa se dibujó en los labios rosado-pálidos de Erath, había escuchado atentamente, y analizado cuidadosamente cada palabra que él había dicho, sosteniéndole la mirada con un gesto inmutable.

     

    -Buenas noches Anastacius.-Se limitó a decir, no tenía nada más que agregar, pues como era característico de ella, jamás daba por sentado algo antes de tiempo.

     

    Entonces él partió con su primer hechizo <<Morphos>> el cual dirigió a sus “zapatos”. Estaba claro que aquella acción no serviría absolutamente de nada, pues ella estaba descalza.

     

    Erath lo miró con sus ojos penetrantes y no comentó absolutamente nada. La sonrisa pequeña y fría en sus labios lo decía todo. Entonces notó que era su turno, y empuñando su varita apuntó al joven directo al pecho.

     

    -Silencius-Dijo y enseguida el efecto recayó sobre Anastacius dejándolo mudo por un tiempo determinado, razón por la cual no podía hablar su siguiente encantamiento.

     

    Observó a su contrincante con cuidado, y sin esperar más tiempo volvió a lanzar un segundo hechizo, apuntándole con determinación al pecho.

     

    -Sectusempra-Volvió a exclamar y enseguida de la punta de su varita salió un rayo de color rojo que se dirigía a su cuerpo. Si este le impactaba no pasarían ni dos segundos y él ya estaría sufriendo múltiples cortes profundos en su piel, desangrándolo y pudiendo provocarle la muerte.

     

    Se puso en posición de defensa al poco tiempo, lista para defenderse de cualquier cosa. Sabía que él era bueno, así que debía estar preparada para todo. Por ahora solo le quedaba esperar la respuesta de Anastacius.

  2. El Confringo había chocado contra el cemento del techo, desprendiendo la araña de cristal y metal de este, que caía en dirección a Hades. Pero antes de que la araña lo pudiese atacar, él se defendió a su manera, dando un paso a un lado, para no ser aplastado por la inmensa estructura. Pasaron con suerte unos 2 o 3 segundos y él ya se encontraba recitando el hechizo que se dirigiría a Erath.

     

    -Rictusempra-dijo él, y en menos de 5 segundos el rayo plateado golpeó el pecho de la muchacha.

    El efecto fue inmediato, una risa incontrolable que la hizo curvarse hacia adelante. Aunque ella no quisiese reír, no podía evitarlo. Pero debía concentrarse, pues su profesor estaba a milisegundos de recitar el segundo hechizo, y este sí que no debía tocarle.

     

    Entonces Erath apretó con fuerza su varita apuntando como pudo a su profesor, sin dejarla caer por nada del mundo, y antes de que él pudiera hablar la segunda letra de la palabra <<Densaugeo>> ella se incorporó como pudo, casi llorando de risa y con una fuerza de voluntad enorme.

     

    -¡Silencius!-Exclamó y el efecto se notó enseguida, pues el vampiro quedó mudo. Ella pudo leer en sus labios el hechizo que deseaba enviarle, pero ya era tarde, su voz se había extinguido, al menos por un momento.

     

    Pero aún no había terminado, pues necesitaba hacer otro hechizo, y como todavía seguía riendo, no se pudo concentrar en otro que no fuera el mismo que había recitado anteriormente.

     

    -Silencius-Dijo de nuevo, pero esta vez menos agitada que antes. El efecto volvió a impactar a su profesor, dejándolo imposibilitado para hablar por otro turno más.

     

    Ya sin más que hacer, Erath se dejó ganar por las carcajadas volviendo a encorvarse hacia adelante, apoyando sus brazos sobre sus rodillas. Las lágrimas le caían lentamente. Era la primera vez en toda su larga vida que había llorado y reído al mismo tiempo.

    Off:

    Espero que esté bien, porque no estaba segura de que poner.

  3. Había entregado ya su tarea, al igual que todos sus compañeros, y una vez que los profesores la hubieron revisado, estos comenzaron a entregarlas con las notas correspondientes. Ella recibió su pergamino de vuelta, con su nota y algunas correcciones, las analizó bien y en silencio asintió con la cabeza, volviendo a mirar a la profesora Mei, quien con un suave agitar de varita, le entregaba a cada alumno otro pergamino, esta vez con la descripción de unos cuantos hechizos de ataque y defensa.

     

    Erath tomó la hoja con tranquilidad y leyó, para luego volver a prestarle atención a su profesora, que leía en voz alta la información que contenía el pergamino.

     

    Pero algo le sorprendió, y fue cuando cada profesor se acercó a un grupo de alumnos, y se los llevó apartados del otro, para comenzar a practicar. A ella le había tocado con el vampiro, y conociendo la sangre fría de su raza, suponía que él no dejaría escapar a sus alumnos tan fácilmente.

     

    Estaban bastante separados del grupo de la profesora Mei, seguramente era para que cada estudiante tuviera la libertad de explayarse en cuanto al hechizo que escogiese. Por su parte, el grupo se hallaba bajo un escenario casi solitario de objetos, excepto por una gran araña de vidrio, de aprox. Un metro de ancho por uno de largo, que se imponía sobre la cabeza del vampiro desde su lugar en el techo, con una elegante estructura de metal sólido y cristal, en la cual reposaba la tibia luz de ese sector de la habitación.

     

    Eran tres mujeres contra un hombre, superior a las tres en todo sentido y eso se dio a notar cuando él empuñó su varita y sin escrúpulos comenzó la prueba. De un momento a otro él dijo <<¡Sectusempra!>> y de su varita salió un rayo disparado al pecho de cada alumna que de tocarlas les provocaría profundas heridas sangrantes en el cuerpo, que podían incluso, acabar con sus jóvenes vidas.

     

    No lo pensó más y empuñó su varita tan rápido como pudo, apuntando al rayo que con rapidez se dirigía hacia ella.

     

    -¡Protego!-Dijo la joven vampira, al tiempo que de la punta de su varita salía una especie de onda protectora, que terminaba por consolidarse en un escudo protector que absorbería el poder del sectusempra.

     

    Una vez que el hechizo de su profesor se difuminó entre el de ella, al instante y sin pensarlo más él volvió a atacar con un rictusempra, por lo que Erath movió grácilmente su varita y de esta salió el segundo hechizo.

     

    -¡Avis!-Volvió a exclamar ella, y enseguida 12 pájaros se materializaron del hechizo, como un escudo protector contra el rictusempra de su profesor, para luego de absorber tal hechizo, desaparecer.

     

    Rápidamente, Erath volvió a mover suavemente su varita para conjurar el tercer hechizo de ataque contra su profesor Hades.

     

    -¡Confringo!-Dijo y al instante un rayo salió disparado de su varita, pero sorprendentemente no se dirigía a su profesor, si no al techo.

     

    Al impactar contra este, el cemento sólido enseguida cedió en una estruendosa explosión y casi de inmediato la araña de metal y cristal se soltó del techo, que se desmoronaba lentamente, para caer sobre el vampiro. Si esta llegaba a impactarle, él seguramente caería inconsciente por un largo rato.

  4. No habían llegado muchos compañeros, así que las presentaciones fueron bastante cortas y en menos de unos 20 minutos, estaban camino a lo que sería el inicio de la misión.

     

    Llegaron a la sala y al centro de esta, se hallaba una mesa redonda, con varios asientos, claro, se suponían que en cada uno irían todos los estudiantes, aunque no había más que 5 o 6.

     

    Con completa tranquilidad tomó asiento en cualquier lugar, ella sólo se interesaba en escuchar las instrucciones correspondientes. Y una vez que Dimitri hubo terminado de hablar, se puso de pie serenamente y se encaminó al armario que él había acercado a la mesa, para que los alumnos pudieran cambiarse.

     

    No tenía necesidad de cambiarse toda la ropa, pues llevaba pantalones de cuero negro y botas del mismo color, bastante silenciosas. Así que se quitó el abrigo lentamente, dejando ver su corset morado con mangas del mismo color y un pequeño bolsito negro que reposaba en el costado izquierdo de su cintura, el cual también se quitó para luego dejarlo junto a su abrigo sobre la mesa.

     

    Por último, giró hacia el armario y tomó la blusa negra de cuero, que constituía la parte superior de un traje. Era ajustada, perfecta para sus formas femeninas, y con un cierre del mismo color al centro. Luego sacó su varita de un bolsillo delantero de su pantalón, y agitándola suavemente, cambió la blusa de cuero, por el corset, quedando ahora con un traje de cuero negro, de cuerpo completo, dejando ver la casi perfección de sus curvas.

     

    Ya vestida, se enfocó en lo más importante para ella, su bolso, el cual tomó por uno de los tirantes, y se lo ajustó de vuelta a la cintura. Una vez bien acomodado allí, lo abrió y sacó de dentro de él dos pistolas Sidearm Parabellum de 9 x 19 mm; una la guardó en uno de sus bolsillos delanteros del pantalón, y la otra la ajustó a una especie de paquete exterior de su bota derecha. Luego de eso, volvió a sacar de dentro del bolso otro instrumento, esta vez un cuchillo de plata, bastante afilado, de 12 cm de largo por 5 cm de ancho, el cual guardó en un bolsillo trasero de la blusa de cuero.

     

    Sin más cerró el bolso, allí guardaba sus municiones y otras cosas más. Y se dirigió de vuelta a su asiento junto a la mesa, con varita en mano, esperando a que todos sus compañeros terminaran para continuar con la misión. Esto era sólo el comienzo, lo único que esperaba era poder divertirse sin parar en esta clase.

     

    Off Rol:

    Bueno aquí les dejo el link de mi ficha Ficha de Erath Anarion. No he dejado un borrador porque tal cual está la ficha es cómo la quiero. Gracias por el Supera las Expectativas. ^_^

  5. Ya se habían presentado todos, incluso los más atrasados. Ahora era hora de comenzar con la clase. Sin más preámbulos, ambos profesores hicieron a los alumnos pasar al interior del templo, que estaba repleto de signos y estatuas egipcios.

     

    Una vez adentro, la profesora Mei sacó su varita e hizo aparecer pergaminos que se repartieron en cada alumno; estos pergaminos contenían la información sobre los conceptos básicos de Duelo. Erath tomó el papel entre sus finas y pálidas manos y leyó su contenido en silencio, sin dejar de atender a que su profesora tomaba distancia de sus alumnos y su compañero, para comenzar con una demostración de duelo.

     

    Así mismo, el profesor Hades se dirigió a sus estudiantes y haciendo también aparecer unos pergaminos, los repartió a cada uno de los alumnos. Por suerte, Erath había llevado un bolso, que llevaba bajo su abrigo, en el cual caían de manera casi perfecta los pergaminos. Ahora leía el pergamino entregado por su profesor, para mantener en mente lo más importante de las Reglas y los Hechizos Neutrales. Luego de leer ambos pergaminos, abrió el pequeño bolso negro de cuero, y guardó dentro de este con sumo cuidado los papeles, no sin antes sacar una pluma y un pergamino.

     

    Entonces llegó el momento en que el profesor se alejó también de los alumnos, tomando posición de duelo, esperando a su contrincante. La Sta. Mei fue la primera en lanzar un hechizo, el cual fue respondido por el Sr. Hades, y así se llevaron hasta terminar el duelo.

     

    Luego de ello el profesor se dirigió nuevamente a los alumnos; las instrucciones eran claras, detectar los errores del duelo y entregarlos anotados en un pergamino a cada profesor.

    Y sin perder más tiempo, Erath se alejó del grupo, para ir a tomar asiento en el piso de la sala, pegando su espalda a una pared y poniendo de apoyo su bolso sobre sus muslos. A continuación colocó el pergamino que sostenía en una mano sobre el bolso y comenzó a escribir, antes de perder el hilo.

     

    Una vez terminada la tarea, miró la hoja y susurró para sí-Eran dos…-Negó con la cabeza y observó a sus compañeros de clase, para ver si había algún hechizo que separará los objetos. En efecto existía uno, de eso no dudaba, pero no recordaba cómo decirlo, hasta que, concentrando sus sentidos de vampiro-chiroptero, logró distinguir una palabra proveniente desde uno de sus compañeros <<Geminio>>; y observó como el pergamino de este chico, quien se hacía llamar Anastacius Wright, se multiplicaba por otro más.

    -Perfecto…-Musitó y esbozo una leve y fría sonrisa, al tiempo que de un bolsillo interno de su abrigo sacaba una varita negra de dudosa procedencia. Apuntó con ella al pergamino y susurró-¡Geminio!-Y al instante, el pergamino se multiplicó, quedando ahora, dos pergaminos para entregar.

     

    Guardó la pluma y su varita, para luego colocarse el bolso al hombro nuevamente y dirigirse hacia sus profesores, dándole a cada uno, un pergamino con los errores que ella había podido detectar. Una vez que ellos recibieron el papel, Erath hizo una pequeña reverencia con la cabeza a cada uno, y volvió a su lugar, apoyándose suavemente sobre una pared, aunque sin tomar asiento. Se entretenía ahora observando las una y mil estatuas y simbologías en cada pared.

  6. Hace no mucho tiempo se había enterado en que casa había quedado. Iba ya camino a lo que sería su nuevo hogar mientras estuviera en la academia, y aunque se sentía bastante nerviosa, estaba segura de que sería una casa agradable, por lo que había leído, parecía ser esta la casa que más se amoldaba a sus intereses, gustos y deseos.

     

    Tanto pensar y pensar en cómo podrían ser sus compañeros de sala, de cómo sería la casa y sus prefectos, que no notó cuando llegó frente a la estatua. Por inercia se detuvo ante la magistral estructura y se quedó observándola, hasta que cayó en la cuenta de que se hallaba frente a lo que sería su puerta a este nuevo lugar.

     

    Sacó del bolsillo de su pantalón un pedazo de pergamino, allí tenía anotada la palabra secreta, y el símbolo que debía dibujar. Se arrodilló frente a la estatua, y con la uña afilada de su dedo índice comenzó a dibujar el símbolo que hacía alusión al elemento tierra. Una vez que lo terminó, dijo la palabra clave, y al instante el símbolo dibujado se difuminó entre la tierra y el césped, y la estatua, girando sobre sí misma, dio paso a una escalera de piedra negra subterránea cubierta por un poco de césped, y rodeada por dos paredes llenas del mismo.

     

    Se puso de pie antes de que la estatua volviera a su lugar, y comenzó a bajar lentamente escala por escala, hasta comenzar a ver las copas de varios árboles, muy juntos entre sí, que luego daban paso a la vista a una especie de jardín bastante bonito. Ya casi llegando al final de la escalera, podía escuchar los ruidos de un escenario natural, incluso llegó a creer que la sala se encontraba dentro o en medio de un bosque. Pero su sorpresa fue bastante grande cuando por fin llegó a lo que sería la entrada de la sala, y pudo ver entonces uno elegantes sofás, y frente a estos, una chimenea que encendida, generaba un ambiente cálido.

     

    Enseguida su mirada se posó en las paredes, pues era lo que más le impresionaba de la sala; hechas de las ramas de los enormes árboles que se entretejían apretadamente, adornaban de manera espectacular el lugar. Luego, al frente de la chimenea, se hallaban dos túneles que aparentemente daban a las habitaciones.

     

    Todo era simplemente genial, y se podía notar en el rostro de Erath su felicidad de haber caído justo a la casa perfecta para ella. Estaba tan concentrada en esos ínfimos detalles de la sala, que no había notado la presencia de ningún compañero.

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  7. Hola, quisiera editar unas cuantas cosillas en mi Ficha, aquí se las dejo:

     

    Padre(s) Adoptivos:

    *Mónica Malfoy Haughton

     

    Objeto 1: Varita Mágica de 25 cm. Su composición y procedencia es desconocida.

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Objeto 2: Relicario de plata y oro.

    Clasificación:

    Puntos de poder:

     

    Historia:

     

    La noche caía sobre ellas lentamente pero la habitación se hallaba en profunda oscuridad, aunque una débil luz de atardecer se colaba por la ventana, e iluminaba el blanco rostro de la Haughton, frente a la Helena

     

    -¿Entonces quieres que yo la cuide…?-Dijo la Haughton, arqueando las cejas con seriedad. Al parecer era mayor que a otra mujer frente a ella.

     

    -Así es… Yo sé que es lo que quiere hacerle Alexander… No permitiré que mi hija sea un experimento… -Susurró Helena, posando su mano derecha sobre su abultado vientre.

     

    -¿Pero acaso no está Louis? Él es su padre, Helena… Yo no puedo cuidar de algo que no es mío…-La ojiverde se cruzó de brazos frente a Helena.

     

    -Louis es igual que Alex, lo sabes… Por favor… Por favor… Cuídala…-Imploraba la ojiazules, con desesperación.

     

    Ante el gesto duro, e indoloro de su compañera, Helena se le acerco, tomándole de los hombros, para mirarle con suplica.

     

    -Hazlo por todos estos años de amistad…-Susurro ella, cerca de su rostro, fijando sus ojos en los de ella.

     

    -Sólo por eso… -Susurró la Haughton, separándola-Se hace tarde, debes irte, o Louis vendrá a buscarte…

     

    Helena asintió suavemente y se dirigió a la salida, cubriendo su rostro lo mejor que pudo, pero antes de tocar la puerta, aquella mujer le dijo con un dejo de ternura en sus palabras.

     

    -Que tengas un buen parto, linda…

     

    -Gracias…-Susurro ella, sonriendo por lo bajo, y saliendo al fin del lugar, para dirigirse a algún sitio, bajo la luz de la luna.

     

    ~o~

     

    Quitabase los guantes quirúrgicos de las manos, para dirigirse a la puerta de la habitación. Al llegar allí, tocó la manilla y empujó hacia adentro con suavidad, para mirar la cara pálida y preocupada de su hijo, apoyado junto a la pared del pasillo, esperando.

     

    -Está listo… -Dijo él, mirándolo.

     

    -¿Ya?... ¿Y ella…? Helena… ¿Vivió?...-Preguntó él, preocupado.

     

    -Louis… Tienes que saber que lo intenté todo… Pero tu mujer no resistió…-La tristeza en su voz era casi fingida.

     

    -¿¡Qué!? ¡Tú dijiste que viviría! ¡Eso nos dijiste a ambos!-Louis Le espetó molesto a su padre, acercándosele desafiante.

     

    -No pudo ser… Ahora lo que te queda es ir y ver a tu hija…-Respondió el padre, dando media vuelta para volver a entrar en la habitación.

     

    Louis se encaminó a la puerta y al entrar en la habitación, vio sobre una mesa de metal el cuerpo de una mujer de app 25 años, con un corte prolongado desde su abdomen hasta el bajo vientre, lleno, aun, de sangre dentro y fuera de este. Horrorizado, desvió la vista al mesón que se encontraba junto a la pared de enfrente, y pudo observar que encima de este se hallaba una especie de capullo color piel oscura, lleno de sangre, y un poco más allá un pequeño bulto envuelto en unos paños.

     

    -¿Qué… Qué es eso…?-Susurro él atónito, mirando a su padre y acercándose a la especie de capullo.

     

    -Allí venía tu hija, Louis, es por eso que Helena no ha sobrevivido…-Respondió el hombre que ahora se disponía a limpiar todo.

     

    -Qué horror…-Susurro el joven padre, mirando dentro del capullo.

     

    Al ver los diferentes tipos de líquidos que había adentro, sintió náuseas y prefirió acercarse al bulto que se hallaba un poco más allá. Al llegar pudo observar a un pequeño bebe, con unos cuantos mechoncillos pelirrojos, y con los ojos cerrados. Tenía sus pequeñas manos sobre sus labios, y tiritaba de frío.

     

    -¿Es él…?-Preguntó Louis, en un susurro.

     

    -Ella… Es niña… Por cierto… ¿Sabes cómo se llamará?

     

    -Si… Helena me dijo el nombre si era niña…

     

    -¿Y cómo se llamará?...-Aquel hombre se encontraba en un mesón frente a la camilla, de espaldas a Louis, haciendo unas cosas.

    -Erath… Renasci…-Susurró el joven padre, acariciando el indefenso rostro de aquella bebe, que se movía lentamente al contacto.

     

    -Erath… Renasci…-Repitió el hombre, volteándose lentamente.

     

    Tenía en sus manos una pequeña placa de cobre, en la cual reposaban suavemente las letras que conformaban el primer nombre.

     

    -¿Qué harás, Alexander…?-Preguntó temeroso Louis, observando lo que su padre sostenía.

     

    -Ya verás… -Dijo él, y se arrodilló frente a una puerta, del mesón en el cual se encontraba, abriéndola y prendiendo fuego lentamente.

     

    Cuando la llama obtuvo fuerza, Alexander introdujo el objeto, sosteniéndolo con una vara de metal, y la dejo calentar unos minutos al fuego.

     

    -¿Qué demonios…?-Susurro Louis, sin entender aun.

     

    -Tómala en tus brazos, de espaldas a mí, ahora.-Ordeno el hombre, que ahora se volteaba lentamente, con el objeto ardiendo por el calor.

     

    Louis obedeció, pero al ver que Alexander se acercaba a ella con determinación, dudó.

     

    -¿! Qué le harás ¡?-Preguntó desesperado.

     

    Pero antes de que pudiera obtener pregunta, Alexander puso sobre el diminuto cuello el objeto caliente, penetrando el calor en la piel, quemándola y provocando un grito de dolor desesperado de la pequeña, que se movía para poder zafarse de aquello que le provocaba dolor.

     

    -¿¡ Qué demonios le has hecho! ¡Estás loco Alex!?-Louis apartó a la pequeña, poniéndola de tal forma, que le permitiese soplar la quemadura.

     

    -Por supuesto que si….-Respondió él, riendo-Así siempre podrás encontrarla…-Y dicho esto dejó el pequeño objeto sobre la mesa, y salió de la habitación.

     

    La pequeña no cesó el llanto por todo el resto de la tarde, y los días siguientes.

    Pasaron los años y Erath creció entre una familia ni muy ni poco afectuosa. Siempre le tuvo miedo a su abuelo, pues sus impulsos maniáticos le hacían dudar de su cordura. Su padre por otro lado, era igual de distante con ella, sólo le enseñaba las cosas puntuales que debía saber para sobrevivir. Aunque eso le sirvió bastante más adelante.

    Pero su tío Marcus, era el único en el hogar que la consentía en todo lo que ella quisiera.

     

    El tiempo transcurrió bastante rápido… Nadie había notado cómo Erath había crecido… Y cuanto crecía su odio, al conocer la verdad de la noche en que había nacido. Nadie en la casa se explicaba cómo se había enterado, hasta que conocieron el gran secreto de la joven… Era amiga de una de las mujeres matriarcas de otra familia, vampira que desde años atrás había demostrado su odio e indiferencia hacia las prácticas científicas que llevaba a cabo la familia Corvinus. Y había sido ella quien le había contado toda la verdad acerca de su familia a Erath.

     

    Al enterarse de esto, Louis y Alexander decidieron aplicarle un duro castigo a la joven, encerrándola en el sótano, en el calabozo, torturándola noche y día para que revelara el nombre de aquella mujer, que había quebrantado la poca paz que existía en la mansión.

    Pero Erath jamás dijo nada… Solo se limitaba a mirar con odio a su padre y a su abuelo, y a llorar a escondidas por su suerte.

     

    Hasta que una noche, Marcus entró al sótano y la liberó de sus cadenas…

     

    -¡Tío!-Gimió ella, una vez que estuvo libre, dejándose caer contra Marcus, para abrazarlo con debilidad.

     

    -Debes irte, Erath…-Susurró él.

     

    -¿A dónde?...-Preguntó ella, aterrada.

     

    -Yo sé a dónde… Me he contactado con Haughton… Ella te estará esperando en su residencia…-Mientras él hablaba, la ayudaba a ponerse de pie, y a salir de la prisión.

     

    -¿Con ella?... Pero Alexander sabe dónde vive… Irán por mí… Ambos…-Susurro aún más aterrada.

     

    -No, lo dudo… Ellos no conocen el verdadero paradero de Haughton… Además, yo me ocuparé de ello…-Dijo Marcus con firmeza, mientras salían a la calle iluminaba por la luna llena.

     

    -Entiendo… ¿Irás conmigo…?-Ambos caminaban, internándose en el bosque oscuro.

     

    -Así es, debemos viajar a Inglaterra, ella está allá esperándonos…-Respondió Marcus, mientras seguían caminando.

     

    -¿Y mi tío William?

     

    -Nos espera en la estación de trenes, he pagado una buena cantidad para que nos lleven a nuestro destino.

     

    La joven escuchaba atenta. Después de caminar por al menos 1 o 2 horas bajo la noche, llegaron hasta la estación de trenes, a la salida de la ciudad, en donde se hallaba esperándoles un hombre alto y robusto, que se cubría con un abrigo largo.

     

    -Se han tardado bastante-Les espetó William.

     

    -Lo siento, nos hemos perdido, pero ya estamos aquí-Se apresuró a decir Marcus-¿Vamos?

     

    -Si…-William le echó una mirada a Erath, quien se aferraba al brazo de su tío Marcus.

     

    Se encaminaron al tren que esperaba por ellos, subieron, ocupando la última cabina, que se hallaba separada por una puerta con apenas una ventanilla, de las demás.

     

    -Las instrucciones son claras.-Erath le escuchó decir a Marcus, que conversaba con el auxiliar.

     

    Marcus tomó asiento, al tiempo que el tren partía rápidamente su viaje, entonces ella cerró sus ojos, recargando su cabeza contra la de su tío, y súbitamente se quedó dormida.

     

    El viaje demoró días incontables, pero finalmente llegaron a Inglaterra, un lugar hermoso.

    Pero no era lo que ella creía ver, una gran ciudad, con edificios hermosos y modernos para la época… Si no que todo era campo, y al bajar de la estación, lo primero que divisó a lo lejos fue la estructura de una enorme mansión, iluminada por la luna.

     

    -¿Allí es?-Preguntó ella a su tío William, pues Marcus se hallaba haciendo negocios con el auxiliar.

     

    -Exacto… -Susurró él, sin mirarla, observando el castillo.

     

    -Es hermoso…-Susurró la joven.

     

    En ese momento salió Marcus y se acercó a Erath, para tomarla de los hombros.

     

    -Mi niña, yo te dejo hasta aquí, mi viaje continúa más allá… Pero veo que ya reconociste el lugar-Él se hallaba arrodillado frente a la niña, sujetándola de los hombros.

     

    -Sí… Pero… Me asusta… ¿Es seguro?

     

    -Por supuesto que lo es, si no, Marcus no te dejaría acá, ¿No crees?-Dijo William cortante.

     

    -William tiene razón Erath… Sigue este mismo camino, y cuando llegues allá, ella sabrá quién eres y de parte de quienes vienes.

     

    La joven asintió levemente, recibiendo un suave beso en la frente de su tío, que se ponía de pie para entrar en el tren.

     

    -Cuídate mucho, te estaré escribiendo.-Dijo por último Marcus y entró al tren.

     

    Erath se sentía perdida, pero decidida a ir allá. Una vez que el tren terminó de pasar tras su espalda, comenzó a caminar hacia lo que probablemente sería su nuevo hogar, aunque no sabía que esperar de aquella mujer, pues hace varios años que no le veía.

    Ahora comenzaría algo nuevo, esperaba que fuera bueno, y estaba casi lista para todo.

     

    Link a la bóveda personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=97624

    Link a bóveda familiar 1: -.

     

    Pd: No sé si en los objetos eso está bien, pero con respecto a la clasificación y puntos del relicario, espero que ud. revise eso, ya que yo aún no sé como funciona aquello xD. Tal vez tendré otros cambios que espero notificar dentro de unos días. De antemano muchas gracias.

  8. Descansaba en su habitación, dentro de su ataúd, hasta que de pronto algo chocó contra la ventana de esta, emitiendo un ruido brusco y sordo. Se incorporó lo más rápido que pudo y saliendo de su cómoda cama, se dirigió hacia la ventana para ver qué había sido aquello que se había accidentado gracias al vidrio.

     

    Abrió las cortinas y empujó hacia adentro la ventana, dándole paso a la hermosa noche que se erguía sobre el mundo. Miró hacia abajo y vio a la lechuza desmayada sobre el césped. Su falta de ganas por bajar a buscarla, le hicieron husmear en el cajón de uno de sus veladores, para luego sacar una varita negra.

     

    Volvió a la ventana, se asomó por esta y con varita en mano, apuntó al ave que aun yacía desmayada en el césped-Levicorpus-Dijo, y al instante aquella lechuza comenzó a levitar hasta llegar a la altura en que ella se encontraba.

     

    Erath la tomó suavemente con su mano, y se encaminó al escritorio en la pared contigua. Dejó al ave sobre el mueble y observó las cartas que ésta portaba. Las abrió y leyó calmadamente y casi por inercia susurró-Más clases…-.

     

    Volvió a dejar las cartas en el escritorio, y con su mano pálida golpeo suavemente tres veces el rostro de la lechuza, la cual despertó agitadamente. En su desorientación logró hallar el lugar de salida, y con avidez volvió al lugar de donde había venido.

     

    Erath por su parte se dirigió al armario, sacando de dentro de este un traje completo. Pantalones de cuero negro, un corsé morado oscuro con mangas del mismo color y un abrigo negro que llegaba casi hasta las rodillas. Dejó el conjunto sobre la cama y salió por la ventana a disfrutar su última noche libre de clases.

     

    ~o~

     

    Estaba completamente lista para partir, así que sin más rodeos tomó la carta por la punta, sintiendo el relieve de un objeto incrustado en el pergamino. Un traslador que apenas relucía. No hubo tiempo para darse cuenta, pues ya era succionada por el aparato y llevada a su lugar de destino.

     

    Antes de caer en el piso duro del Kremlin, se incorporó como pudo en el aire, tocando tierra con firmeza. Se puso de pie con seguridad y miró a sus compañeros, no habían llegado todos al parecer. Escuchó a sus profesores hablar con paciencia, y a sus compañeros presentarse, de la misma manera.

     

    Era su turno y con calma comenzó a hablar-Buenas, soy Erath Anarion, graduada recientemente de la clase de Generales 69 y ahora parte de la casa de los Centauros. Espero que nos llevemos bien entre todos y que esta sea una clase amena.

     

    No había nada más que decir, sino más que limitarse a observar cuidadosamente a cada uno de sus compañeros y compañeras. Esperaba esta vez no tener que trabajar con ninguno, pero si se daba la ocasión, estaba lista para ello. Venía a cursar la academia, y eso era lo que haría ahora.

     

    Off Rol:

    Buenas a todos, es un gusto para mí comenzar esta clase, y haber pasado las generales. Espero que todo salga genial.

    Bueno mi personaje es Erath Anarion como ya lo ven. Es vampiro-chiroptero, una de las más antiguas razas que anteceden a los vampiros, por lo que aparenta 17 años, pero claramente tiene muchos más. Claro que esta raza no se me fue permitida en mi ficha, pero lo afirmo ahora. Es pelirroja, de tamaño medio, bastante seria y anti sociable. Pero cuando forma lazos de amistad valiosos, muestra su lado gentil. También tiene serias inclinaciones por las artes oscuras, así que postula a ser una Mortífaga.

     

    Por otro lado soy yo la que maneja a esta chica. Mi nombre es Daniela, pero pueden simplemente llamarme Erath, pues todo el mundo me llama así. Tengo 17 años y estoy cursando último año de escuela, para luego comenzar con la universidad, con la carrera de Pedagogía en lenguaje. Soy muy parecida a mi personaje, en realidad casi igual, no sé por qué e.e(?).

     

    Creo que eso es suficiente. Espero que todos la pasemos de maravilla en esta clase.

    Saludos ^_^

  9. No había pasado mucho tiempo desde que había terminado su clase en Generales 69. Se hallaba descansando en su habitación. Acostada dentro de su ataúd, miraba el techo del lugar pensativa.

     

    A ambos lados de su ataúd había un velador. En el de la derecha se encontraba su botella de cristal a la mitad con sangre. En el de la izquierda un candelabro para tres velas. Las tres prendidas.

     

    Su paz se vio perturbada gracias al choque de una lechuza contra el vidrio de su ventana, tapada por las cortinas rojas de la habitación.

     

    -¿Qué demonios…?-Susurró suavemente, al tiempo que se incorporaba dentro de su ataúd, sentándose.

     

    Afuera se escuchaba el aleteo y el piar del ave, quien estaba bastante aturdida debido al choque contra el vidrio. Erath salió del ataúd y se encaminó a la ventana, corriendo las cortinas y abriendo lentamente el vidrio. En el exterior era de noche, la luna menguante reinaba en el firmamento, e iluminaba la construcción con cierta majestuosidad.

     

    Un viento helado entró por la ventana, haciendo que los cabellos y el vestido medieval negro de la pelirroja danzaran lentamente al compás del mismo. Ella inclinó su cabeza hacia afuera y miró al ave que se hallaba desmayado entre los pastizales del jardín de la mansión.

     

    -Tendré que bajar a buscarlo…-Torció los labios, desconforme. No quería salir de su habitación por ningún motivo.

     

    Recordó entonces que aún conservaba la varita que había extraído del cuerpo femenino en la morgue y se preguntó mentalmente en donde la había dejado.

     

    -En el cajón…-Susurró esbozando una fría sonrisa, y se dirigió al cajón del velador a la derecha de su cama, abriéndolo para luego sacar la varita negra que reposaba dentro de este junto al relicario de plata y oro.

     

    Empuñó la varita y dando media vuelta se dirigió a la ventana, apuntando a la lechuza que aún estaba desmayada.

     

    -¡Levicorpus!-Dijo y enseguida la lechuza comenzó a levitar hasta quedar frente a la ventana en donde se encontraba Erath.

     

    Ella sacó el brazo por la ventana y tomó al ave con su mano, internándola en la habitación. Se encaminó al escritorio que estaba frente a su aposento y dejó al ave sobre el mueble, tomando las dos cartas que llevaba, abriendo una y luego la otra para comenzar a leer.

     

    -Más clases…-Susurró y dejó las cartas sobre el escritorio. Puso su mano pálida sobre el rostro del ave y pegándole tres palmaditas en él, la lechuza reaccionó agitada y en un aleteo desorientado comenzó a volar hasta salir por la ventana de vuelta al lugar de donde había venido.

     

    Erath por su parte se volteó hacia el armario frente a ella, lo abrió y de él sacó su típico traje para expediciones duras. Un pantalón de cuero negro, un corsé del mismo material de color morado oscuro, con mangas del mismo color. Y por último un abrigo negro y de largo hasta las rodillas. Y lo dejó a la orilla de su cama para luego salir por la ventana.

     

    ~o~

     

    La luna llena alumbraba las estructuras y calles desde su lugar en el firmamento junto a la luz proyectada por los astros que proporcionaba una vista hermosa del cielo. Mientras que por los pasillos del interior de la academia transitaba una joven de cabellos pelirrojos y rizados al viento, vestida con un abrigo negro abierto, y bajo este un traje de cuero completo. Pantalones y botas negras; Corsé con mangas morado.

     

    No se demoró en dar con la sala que la llevaría a su primera clase de Duelo Básico. Y una vez frente a la puerta semi-abierta del aula, respiró profundo, y entró. Nadie, absolutamente nadie.

     

    -¿Llegue tarde o temprano…?-Dijo para sí y observó el lugar. Hasta que se encontró con el pergamino y la estatuilla de Isis que levitaban en medio de la sala. Se encaminó a los objetos y leyó la nota-Otro traslador…-Y sin más tocó el objeto. La succión de su cuerpo y esa necesidad de caer pronto le sobrevinieron al instante, y de un momento para otro sus pies se posaron violentamente sobre el piso de la entrada del Templo de Isis.

     

    Se encogió su cuerpo por acto de la gravedad y luego se puso de pie completamente. Los observó a todos, era al parecer, la última en llegar. Los profesores se presentaron y ella los escuchó atentamente. De pronto la estatuilla desapareció gracias al profesor Hades, saldrían con él, o en una bolsa de basura como cadáveres.

     

    Luego cada estudiante se presentó con calma, algunos impacientes por comenzar, otros sólo se limitaban a mirar. Entonces Erath alzó suavemente la mano para presentarse y dijo con cortesía.

     

    -Buenas noches a todos, profesores y compañeros. Mi nombre es Erath Anarion. No hace mucho me gradué de la clase de generales 69 y ahora soy parte de la casa de los Centauros. Espero que esta sea una ocasión agradable para todos. Es un placer.-No quiso hablar más, no sabía que decir, así que guardó silencio y esperó a que alguno más se presentara o a que los profesores dieran las instrucciones de la próxima tarea.

     

    Off Rol:

     

    Buenas a todos, me es un agrado poder compartir con todos ustedes esta primera clase, espero que podamos conformar amistosos lazos.

     

    Mi personaje es Erath Anarion, ella aparenta 17 años ya que es una vampiro-chiroptero, antigua raza que antecede a los vampiros. Aunque en la ficha personal sale sólo vampiro, pero es porque no se permite poner más que eso allí. Es una chica bastante reservada, poco sociable, seria y tiene una firme inclinación a las artes oscuras, así que aspira a ser mortífaga. En estos momentos no tiene una familia definida completamente, aunque está esperando la confirmación de una en específico.

     

    Fuera del personaje estoy yo, obviamente -.-; Mi nombre es Daniela aunque todos me llaman siempre Erath, y tengo un comportamiento muggle muy parecido al de mi personaje. Cuando conformo amistad con alguien, soy más sociable claramente. Tengo 17 años también y soy de nacionalidad Chilena. Aún estoy terminando la escuela, pero ya voy en el último año de esta y pienso estudiar en la universidad Pedagogía en Lenguaje y luego hacer unos post grados en humanidades.

     

    Bueno creo que con eso es suficiente, incluso puede estar demás xD. Espero llevarnos bien.

    Un gusto. ^_^

  10. Ficha para la inscripción:

     

    -Nick: ~Erath Anarion~

    -Fecha de Nacimiento: 13/12/1895.

    -Bando de Preferencia: Mortífagos.

    -Lugar en la Familia: Hija de Mónica Malfoy Haughton.

    -Mascota y/o Elfos: -

     

    -¿Esta será tu familia sanguínea o adoptiva?: Adoptiva.

    -Link a la ficha de personaje: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=97571

    -Link a la bóveda personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=97624

     

    -Link a una imagen que te represente:http://justflick.com/wp-content/uploads/2012/04/scarlett-johansson-black-widow-the-avengers.jpg

    -Link a la imagen de tu habitación, o en su defecto, descripción http://aff.bstatic.com/images/hotel/max500/334/3349522.jpg

    -Piso o lugar en el que se quiere la habitación: Segundo piso a mano izquierda. (Si se puede, claro)

  11. Un sabor exquisito comenzó a entibiar su lengua, paladar y garganta. Era inconfundible, y automáticamente comenzó a tragar. Sabía perfectamente que era, pero ¿Se hallaba despierta o soñando? Despierta si, era obvio, el hedor inconfundible a carne descompuesta y humedad le llegaba a la nariz.

     

    Apenas podía abrir los ojos, se sentía débil, pero ese elixir de vida que ahora bebía, la reconfortaba cada vez más. No tenía idea de quién provenía, tampoco le importaba. Aun con los ojos cerrados tomó lo que parecía un brazo, y se aferró a él, bebiendo con un dejo de locura aquel líquido.

     

    Habían pasado casi 3 o 4 días desde que no consumía, y una gota de sangre tibia bastaba para enloquecerla.

     

    Abrió los ojos de golpe, sus pupilas negras y profundas eran pequeñas, y su iris se tornaba de un color índigo profundo, que tenía toques de rojo y azul.

    La pared era su punto fijo, mientras le succionaba la vida a quién fuera que le estuviese dando de comer. Hasta que de pronto cayó en la cuenta de que era su propio compañero Morti.

    Un escalofrío le recorrió el cuerpo y lentamente despegó su boca del brazo de aquel chico que palidecía lentamente y la mirada con suma frialdad a los ojos.

     

    Sentía un calor sobrenatural que le recorría todo el cuerpo, enrojeciendo incluso sus mejillas.

     

    -Tú…-Susurró ella, temía por la vida de su compañero, pues había estado a punto de matarlo.

     

    El dolor de cabeza le sobrevenía lentamente, y sentía como una gran herida en su cráneo se cerraba rápidamente, al igual que las otras que tenía a ras de piel, hechas anteriormente por el espectro.

    Su compañero se sentó frente a ella, apoyándose contra una pared, cansado, débil, debido a la pérdida de sangre, pero con un gesto frío y distante.

     

    -Demonios, discúlpame, realmente no sabía que eras tú…-Dijo ella, sintiéndose sumamente culpable e inclinándose hacia él.

     

    La luz que expelían sus ojos era suficiente para que ella pudiera ver la herida en la muñeca del joven. Él en cambio la miró con un gesto tranquilo y frío, y sacó su varita, apuntando a su herida y susurrando -Episkey- De manera que el hechizo que salió de esta, cerró el corte en su muñeca.

    A ella le sorprendió que Morti tuviera la ocurrencia de utilizar ese hechizo. Pero eso no le sanaba en lo mínimo, había perdido mucha sangre, y ella no conocía ningún hechizo que sanara eso.

     

    Se distrajo cuando sintió los fuertes golpes que venían desde afuera y que chocaban con la puerta. Alguien estaba tratando de entrar.

     

    -¿Qué hacemos ahora?-Erath miró al joven, sentía bastante miedo, pues no tenía idea de lo que esta vez los atacaba.

     

    -La respuesta es obvia, tenemos que salir de aquí-Respondió él, secante.

     

    Erath lo miró y asintió suavemente, frunciendo el ceño ante tan obvia respuesta. Sabía que esas cosas asesinas no eran humanos, o al menos no vivos. Por otro lado, la habitación en la que ahora se encontraban era bastante larga, parecía ser también un pasillo o algo así.

    Se puso de pie como pudo y miró a Morti.

     

    -Podemos seguir por acá…-Susurró. La luz de la varita de su compañero aun alumbraba.

     

    Él sólo se limitó a asentir con la cabeza. Erath no sabía si estaba callado porque no tenía fuerzas, o porque simplemente no le interesaba dirigirle la palabra.

    Eso quedó de lado cuando la puerta comenzó a ceder producto de los golpes que venían desde afuera.

     

    -Van a entrar…-Dijo ella, bastante temerosa, pues no tenía arma para defenderse.

     

    No pudo decir nada más, pues su compañero se interpuso entre ella y la puerta que lentamente cedía, con rapidez y en silencio. Él apuntó con su varita a la puerta y dijo con decisión -¡Bombarda!- Y de un momento a otro, la puerta explotó ferozmente, mientras los escombros de esta se iban sobre aquellas cosas que los perseguían

     

    El sonido de la explosión retumbó en toda la sala, y la estructura tembló un poco. Una vez que aquellas cosas estuvieron algo aturdidas, Morti volvió a lanzar otro hechizo -¡Incendio!- Gritó y una llamarada de fuego salió de la punta de su varita, envolviendo a aquellas cosas, para quemarlas con potencia.

     

    No hubo tiempo para felicitaciones pues debían salir de allí. Ambos sabían que vendrían más por ellos. Así que sin dudarlo, ambos voltearon y comenzaron a correr por el pasillo, a oscuras, mientras Morti volvía a encender una luz en la punta de su varita, al decir –Lumos máxima-.

    Se iluminó levemente todo. La oscuridad era tan absorbente, que incluso esa potente luz no era suficiente.

     

    Ahora tenían ante ellos un pasillo completamente a oscuras. Al costado izquierdo se hallaban una hilera de cortinas tapando las ventanas que daban vista a la zona exterior de la morgue.

    Mientras que al costado derecho sólo había pared. El suelo por otra parte, tenía un montón de cachureos repartidos por todas partes. Era como si en ese lugar se dejara lo que estaba en desuso.

     

    -A este paso no saldremos nunca de acá-Espeto Morti, mientras corrían por el pasillo.

     

    -Lo sé pero ¿Qué sugieres que hagamos? ¿Excavar piso abajo?-Respondió ella con ironía.

     

    Él le dirigió una mirada profundamente fría y de molestia, guardando silencio enseguida. Ya llevaban un buen tramo avanzado cuando de pronto, Morti giró a la derecha, sin darle aviso a Erath.

     

    -¿Qué pasa?-Preguntó ella, mirando la pared.

     

    Cuando él la iluminó con la varita, pudieron ver la forma de una puerta y una manilla de plata que relucía ante la luz. Morti trató de girarla, pero aparentemente estaba cerrada por dentro.

     

    -¿Qué demonios? ¿Por qué no se abre?-Susurró él para sí.

     

    -Está cerrada por dentro hombre-Respondió ella, observando el rostro de sorpresa de su compañero, al notar que ella le había escuchado-No necesitas varita-Culminó cortante.

     

    La joven levanto su pierna derecha, y dirigiéndola hacia la puerta con rapidez, la pateó con una fuerza sobrehumana. El seguro cedió de inmediato, y la puerta se abrió, dando paso a una habitación consumida por la oscuridad.

     

    Morti observó a su compañera, algo estupefacto, pero enseguida alumbró la habitación. A simple vista parecía una oficina abandonada.

     

    Había montoneras de papeles pisoteados, ensangrentados y llenos moho, repartidos por todo el piso de la sala. Al frente se divisaba un viejo y maltratado escritorio, y tras este una estantería de madera, llena de libros y carpetas que ya habían sido husmeadas hasta el cansancio. Junto a este estante se hallaba un mueble lleno de cajones, unos abiertos y otros cerrados, con papeles y carpetas en su interior.

     

    -Al parecer alguien buscaba algo con desesperación por acá…-Susurró Morti, con un dejo de desdén en su tono de voz.

     

    -Sí, tienes razón, tal vez aquí encontremos algo también…-La chica no dudó en entrar a la sala, a paso lento.

     

    Él la siguió alumbrando a todos lados, y observando el piso lleno de papeles.

     

    -Que desorden…-Susurró ella, mirando a todas partes.

     

    -¿Lograste sacar la varita de algún cuerpo?-Preguntó de pronto Morti.

     

    -Así es… ¿Por?-Ella lo miró con una frialdad profunda en sus ojos, que fue correspondida de la misma manera de su compañero.

     

    -Para que la uses, en vez de andar a tientas y dependiendo de mi luz.-Le espetó él, bastante cortante.

     

    Erath lo miró con frialdad, y frunciendo el ceño sacó de un bolsillo de su pantalón la varita de color negro. No sabía si usarla, pero ante el claro mensaje de su compañero de buscar por separado, la alzó en el aire y dijo.

     

    -Lumus máxima.-Y al instante un haz inmenso de luz salió de la varita.

     

    Pero no era solo eso, pues gracias a la luz se proyectó la imagen de una mujer blanca y de cabellos castaños, que la observaba.

     

    -¿¡Qué demonios!?-Dijo Erath, exaltada y dejo caer la varita al piso tapado en papeles.

     

    La mujer la miraba, y de pronto giraba la vista quedando de perfil frente a ella. Observaba todo con profunda melancolía, y de un momento a otro algo la tomaba por el cuello, haciéndola cambiar a un gesto de horror.

     

    Algo pasaba entre ese momento y otro, en el que se veía caer de alguna parte una especie de relicario de plata brillante al piso, y la imagen se cortaba.

     

    -¿Qué fue eso?-Preguntó atónito Morti, observando también.

     

    -No tengo la menor idea…-Respondió ella por lo bajo.

     

    Algo se le hacía conocido en lo que había visto, y era el relicario, pues recordó que acababa de encontrarlo, abajo, cuando luchaba contra el espectro.

     

    -Tal vez ella era la mujer por la cual estamos aquí-Dijo él, con ocurrencia.

     

    -Lo mismo había pensado yo…-Ella lo miró a los ojos y luego musitó-Creo que tenemos algo que es de ella…

     

    -¿Qué cosa…?-Inquirió él, con interés.

     

    -Eso no importa, busquemos algún indicio de su paradero y salgamos ya de acá-Respondió ella, acercándose al escritorio, revolviendo entre los papeles sobre este.

     

    Su compañero hizo exactamente lo mismo, ambos en silencio. Hasta que de pronto él la tomó por el brazo y la obligo a mirar un papel en la mesa. Era la foto de la misma mujer que habían visto en la imagen, junto a un hombre muy parecido físicamente a ella. Pero más abajo, había una foto de aquel hombre asesinado, con una fecha de cuando el cadáver había sido recibido en la morgue y lo que podría haber tenido.

     

    -Estoy segura de que era su novio…-Susurró ella, mirando la foto de aquel hombre.

     

    -Si… Acá no hay nada que pueda decir el paradero de ella, pero al parecer ellos dos eran familiares…-Él hizo lo mismo, analizando las imágenes.

     

    Erath lo ignoraba, se hallaba ahora re leyendo una hoja con escrituras borrosas.

     

    -Escucha esto Morti… “No lo dejaré así, esto es muy extraño infantil. Han recorrido tanto para llegar hasta mi… No quedará en la nada, iré por ellos.”-Leía ella observando el papel.

     

    -¿Lo escribió ella?-Preguntó él, acercándose.

     

    -No lo sé… Eso creo… -Erath lo miró-Hace rato cuando entré a buscar la varita encontré el relicario que salía en aquella especie de vídeo que vimos… Era de ella… Pero extravié mi capa en la otra sala, debemos ir por ella, y abrir el relicario, tal vez algo en su interior nos diga el paradero…-Ella hablaba mientras Morti asentía con la cabeza.

     

    -Vamos entonces.-Culminó él, y tomando la foto, la ficha y ese texto escrito aparentemente por ella, se encaminó a la salida.

     

    Erath lo seguía, ambos alumbrando el paso con las varitas y atentos a cualquier cosa sospechosa. Estaban ya afuera de la habitación, caminando de regreso por el pasillo. Era extraña la calma y el silencio que había allí.

     

    -Tanta calma me da mala espina…-Dijo él, mirando de reojo a su compañera y volviendo la vista al frente.

     

    Ella se quedó en silencio, pero asintió con la cabeza, aunque siguieron caminando. Toda la calma se rompió cuando un estruendo se escuchó en el primer piso. Ambos se quedaron quietos, y escucharon el crujir de la estructura. Morti observó por la ventana.

     

    -¡Es la profesora Nevarak! ¡Está incendiando esto!-Dijo él, preocupado, y miró a su compañera-¡De esta no saldremos así como así Erath!

     

    -¿¡Pero qué demonios le pasa!?-Dijo ella y sintió el perfume de las llamas que lentamente lo calcinaban todo.

     

    -¡No tengo idea, pero sé que hay que salir de aquí ahora!

     

    -¡Si, vamos por mi capa y salgamos de acá!

     

    Ambos echaron a correr por el pasillo de vuelta a la sala, y cuando llegaron por fin a esta, no había nada tenebroso obstaculizándoles el camino, lo que era bastante raro.

     

    -Tú toma la capa, yo te cubro…-Le susurró Morti a Erath. Ella asintió.

     

    La chica se dirigió lentamente a la capa que reposaba en el centro de la sala, en el piso, y la tomó. Cuando hizo esto, sintió que pesaba quilos y al tantear un bolsillo interno de ella, descubrió que era aquel relicario. Lo sacó con su mano libre, observándolo. Brillaba bajo la luz de la varita.

     

    -¡Vámonos ya!-Morti la adelantó caminando hacia el pasillo principal.

     

    Ella lo miró, pero el impulso de abrir el relicario la detuvo. Desde dentro del objeto salía una luz verde pálido, que ella observaba incesantemente. No pudo más y con sus flacos dedos, abrió el sello del relicario, al momento que la luz verde se expandió por toda la habitación.

     

    -¡Atrás de ti Erath, con cuidado!-Gritó Morti que la tomó del brazo, haciéndola a un lado.

     

    Ella pudo ver como un haz de luz verde le paso tras su espalda.

     

    -De aquí no saldrán, pequeños espías…-Susurró una voz masculina, era fría pero a la vez envolvente, y resonó por toda la habitación-Dámelo…

     

    -¿¡Quién eres tú!? ¡Aléjate de nosotros maldito!-Gritó Morti, empuñando su varita y apuntando al mortifago que los observaba desde su lugar en un sofá a un rincón de la sala.

     

    -Pequeño insolente…-Susurró aquel hombre.

     

    La capa negra le cubría todo el cuerpo, hasta los pies. La máscara de plata que tapaba su rostro le daba un aire más espantoso, junto con la capucha negra, que oscurecía en color de la máscara.

     

    -¡Crucio!-Gritó el hombre, y el haz de luz verde cursó la habitación hasta golpear en el pecho a Morti, quién cayó al piso devastado.

     

    Se retorcía agónicamente, y Erath no podía hacer más que observar atónita, pues dicha escena le traía recuerdos espantosos.

     

    -Ahora, tú, jovencita, dame lo que tienes en la mano, o te mataré…-El mortifago se dirigía a ella, dejando de hechizar a Morti.

     

    -Aléjate de mí…-Susurró ella, atemorizada, pues aquel hombre se le acercaba a pasos agigantados.

     

    -Respuesta equivocada…-Sentenció el hombre, y alzando su varita, apuntó a la cabeza de la chica, que no podía responder a nada.

     

    Pero antes de que aquel mortifago pronunciara el hechizo, Morti tomó la varita que Erath aun sostenía, débilmente, en su mano derecha. Y sin dudarlo apuntó al pecho del hombre.

     

    -¡Desmaius!-Gritó y un haz de luz roja salió de la varita y fue a dar contra el pecho de aquel hombre, empujándolo con fuerza hacia atrás, haciéndolo chocar contra el sofá y caer al piso, semi inconsciente.

     

    -¡Despavila!-Le espetó Morti a Erath, y la zarandeó con una mano, pasándole la varita.

     

    -¿Ah…?-Respondió ella bastante atónita.

     

    -¡Despavila mujer!-Volvió a grita él, jalándola para salir de allí.

     

    Fue recién allí cuando Erath reaccionó y miró al mortifago, que lentamente se incorporaba. Morti la tomó de un brazo y comenzaron a correr por el pasillo que daba al largo corredor principal.

     

    -¡Maldito entrometido!-Se escuchó gritar desde dentro de la habitación al mortifago.

     

    Doblaron a mano derecha, pues hacia la izquierda, que era en donde se encontraba la escalera, las llamas consumían todo con braveza. Mientras que aquel hombre corría para alcanzarlos.

     

    -¡No hay salida!-Gritó ella, desesperada.

     

    Morti miró hacia atrás y vio que el mortifago se acercaba cada vez más a ellos. Cuando este levantó su varita para lanzar el hechizo que acabaría con los dos, Erath miró el piso del corredor desesperada y apuntó con su varita.

     

    -¡Bombarda!-Gritó, y la luz perforó el concreto a unos centímetros de ellos, haciéndolo volar en miles de pedazos que cayeron al primer piso, casi completamente consumido por las llamas.

     

    El edificio se remeció por un segundo, y ella se lanzó orificio a abajo, sin importarle nada, pero antes de caer, tomó de la mano a su compañero, quién cayó con ella. por el brazo a Morti.

     

    -¡Avada kedavra!-Gritó el mortifago, pero ya era tarde. El margen de segundos había liberado a los alumnos de haber perdido la vida en aquel lugar.

     

    La luz verde pasó por sobre sus cabezas, pero el efecto de gravedad los hizo caer secamente contra el piso tibio del primer piso en llamas de la morgue. La caída era lo de menos. Estaban vivos.

     

    Erath giró su vista como pudo hacia atrás, observando el gran orificio que había dejado en el piso superior de la morgue, la cual estaba siendo arrasada por las llamas provocadas por la profesora Nevarak. La sombra del mortifago desvaneciéndose le erizó la piel. Lo que mejor pudo distinguir de él fueron sus ojos rojos como el fuego.

     

    Cerró los ojos, en una mano sostenía su capa verde y apretaba el relicario que por cierto, ya no brillaba. Y en la otra empuñaba la varita que no era suya. No fue capaz de más, al menos por ahora debía descansar.

  12. Ya habían regresado casi todos de la primera tarea. Ella por su parte, lo había hecho hace un rato atrás, y ahora se hallaba sentada en el frío suelo de la salida de la morgue, apoyando su cuerpo contra la pared sucia.

     

    Notó que las profesoras comenzaban a observar a todos los alumnos, y cayó en la cuenta de que ya darían comienzo a la segunda tarea.

     

    Se puso de pie como pudo, pues la pelea con aquellos espectros la había dejado casi sin fuerzas.

    Lentamente se encaminó hacia las profesoras, hasta quedar a una distancia normal de ellas. Las escuchó hablar atentamente; conformar los grupos de “Expedición” que entrarían nuevamente a la morgue, dar instrucciones y calificaciones.

     

    Al escuchar su calificación, se sintió bastante conforme, pero aun así, eso no quitaba su inseguridad sobre esta segunda prueba, ya que no sabía si la pasaría o no.

    Las instrucciones eran claras y los grupos ya estaban formados. Gran problema, porque ella odiaba trabajar en grupos.

     

    Siempre había creído que hacía todo mejor sola, de hecho, tenía la idea de que trabajar en grupo la retrasaría enormemente. Pero no tenía autoridad para quejarse, pues ella no era profesora y además, se veía mucho más moribunda de lo normal, como para creerse súper heroína y hacer la tarea por su cuenta.

     

    Así que miró a su compañero, suspiró profundo, conformándose y dijo suavemente.

     

    -Buenas señor Morti… ¿Comenzamos la tarea?-Sus ojos fríos como el hielo, y profundos, se posaron sobre los de él con un dejo de desdén en su mirada.

     

    Al tiempo que el chico asintió, ella comenzó a caminar hacia el interior de la morgue en completo silencio.

     

    -Maldito olor…-Susurró para sí.

     

    La razón era obvia, la sangre. ¿Cómo demonios podría controlarse con ese aroma envolvente por todas partes? Era como una adicta con deseos de rehabilitación, en un jardín lleno de marihuana.

     

    Embobada por el olor, no se había percatado de que su compañero ya había subido la escalera hasta el segundo piso. Y como no tenía intenciones de quedarse atrás, subió también, apresuradamente.

    Cuando llegó al segundo piso, observó lo que se les presentaba. Un corredor inmenso, que disponía de varias puertas tanto a izquierda como a la derecha.

     

    -Ala este…-Susurro, y sacó del bolsillo de su capa, la cual llevaba en la mano, una brújula.

     

    La tapa de esta era negra, y estaba bastante vieja, pero al abrirla, los puntos cardinales se alinearon enseguida, mostrándole el camino a seguir.

     

    -A la derecha…-Dijo mirando a su compañero y comenzó a caminar.

     

    A mano derecha se encontraba el umbral de una puerta, sin esta. Entraron en lo que parecía una habitación y al instante recordó su incidente con aquellos espectros. Aunque esta vez sería más inteligente y ocuparía su varita.

     

    Sacó del bolsillo delantero de su pantalón, aquella varita que había adquirido hace años atrás, la levantó y susurró con suavidad.

     

    -Lumus Máxima…-Al instante una luz sumamente poderosa apareció en la punta del objeto que sostenía en su mano.

     

    La luz se expandió por todo el lugar, y ahora podían ver que era un largo pasillo que daba a una especie de recepción.

     

    Comenzaron a avanzar en silencio. Apenas y coincidían en la respiración, porque por lo demás, poco hablaban.

     

    A cada paso que daba, Erath podía sentir que pisaba en una especie de charco de agua fresca y espesa. Pero sabía que no era agua, pues el simple olor que este desprendía sabía a sangre.

     

    Se inclinó un poco y con el dedo índice acarició suavemente la superficie de aquel charco que comenzaba en la entrada del pasillo y al parecer no tenía un final. Se llevó el dedo a los labios, los cuales apenas abrió. Y palpó con su lengua el líquido que corría por su dedo.

     

    -Sangre fresca y de humano…-Susurró y se puso de pie, antes de desear volver a probar otra gota-Estoy segura que no tiene nada que ver con el paradero de la Sta. Elisa Written…

     

    Morti asintió en silencio, y ella lo miró un momento para luego continuar caminando.

     

    Por fin habían llegado a la sala de estar, pero no se veía nada. Las cortinas no permitían el paso a la luz y en el lugar se sentía un despreciable olor a humedad combinado con el de la sangre.

     

    Extendió su varita en dirección a la sala y pudo ver que en la pared del frente se encontraba un

    largo mesón al parecer negro, y a los costados de este, dos puertas cerradas.

     

    -¿Nos separamos o buscamos juntos en cada habitación?-Preguntó ella a su compañero, que miraba el lugar.

     

    Pero antes de que pudiera responder nada, el sonido de una gotera tras ellos retumbó en sus oídos. Sus sentidos de vampira-chiroptero le permitían escuchar cosas que para oídos humanos eran inaudibles.

     

    Tan rápido como pudo se volteó hacia atrás, y miró directamente al techo, apuntando con la varita a lo que fuera que estuviese allá arriba.

     

    No había nada, pero la tranquilidad que le sobrevino ante el nerviosismo, se esfumó en un segundo, cuando desde el techo de la sala de estar, bajó de un salto algo monstruoso que se abalanzó sobre ellos por la espalda.

     

    Los tiró al piso, y la varita de Erath cayó lejos de su alcance, al tiempo que su cara chocaba contra el charco en el piso, de manera estrepitosa.

     

    Sintió que jalaban de sus cabellos y el dolor que esto le provocaba la hizo gritar enfurecida. No

    sabía de su compañero o que le podría estar pasando. Sólo escuchaba el forcejeo de Morti contra alguien más.

     

    A lo lejos veía la luz de la varita, que apenas alumbraba ahora. Quiso voltearse boca arriba, y luchar contra lo que fuese que la estuviera atacando. Y lo hizo, pero cuando estuvo frente a frente a esa cosa, su sorpresa se convirtió en terror, y no pudo reaccionar.

     

    ¿Qué le pasaba? Era un vampiro, no debía sufrir de emociones tan humanas.

     

    Ya no había tiempo para pensar en eso. Apenas desvió su mirada a su compañero, pero no pudo distinguir en la oscuridad lo que le pasaba.

     

    Sintió que una varita se quebraba a lo lejos y la luz se esfumó. Supo que era la suya.

     

    -¡¡Maldición no!!-Gritó al sentir que ese vínculo se rompía por completo con el único objeto que la podía salvar.

     

    Aquella cosa sobre ella le tomo del cuello al momento en que gritó, ahorcándola. Ella lo tomó por, lo que parecía era, su rostro y enterró sus uñas en la masa de piel descompuesta y cubierta en un líquido que al parecer era sangre. Desprendía un hedor insoportable.

     

    Fueron suficientes las heridas que Erath le infringió en la piel, para que aquella cosa la tomara de los hombros bruscamente y comenzara a azotar su cabeza contra el piso frío.

    De un momento a otro ya no sentía nada y todo se apagó. Estaba ahora inconsciente en el piso, siendo atacada despiadadamente por esa bestia horrorosa.

  13. Sus compañeros pasaron presentándose uno por uno, mientras Erath simplemente los observaba. Cuando ya todos pasaron, y las profesoras se limitaron a observar como sus alumnos iniciaban la caminata a lo que sería una aventura terrorífica, ella comenzó a avanzar a paso lento, con un dejo de temor que nublaba sus pensamientos.

     

    ***

     

    Ya estaba adentro, y sus instintos de vampira-Chiroptera le decían que esta dulce tarea, no sería tan fácil como todos creían. Miró el pasillo frente a ella, se notaba en el aire el frío que había, pero ella no lo percibía.

     

    -Que bien... Después de mucho tiempo veré a los míos...-Susurro con suavidad, y se encamino por el pasillo.

     

    Al llegar a una distancia no muy larga de la escalera que daba a la habitación de arriba, cortó a mano derecha, entrando en una habitación gélida, que no tenía puerta, sólo el umbral de esta. La oscuridad abrumaba el lugar, y fue entonces cuando pudo sentir la presencia de otros seres allí; sonrió con frialdad, y observó al frente, al tiempo en que sus ojos color índigo se prendían en una luz intensa, que alumbraba el camino lentamente. En ese momento un grito agudo y profundo resonó en la habitación y en sus oídos, y corrió hacia ella una ráfaga de viento.

    El sonido le perforó los oídos, y en una mueca de dolor, ella puso sus manos sobre sus orejas, evitando que el efecto se masificara, al tiempo que la ráfaga la cubría por completo, moviendo sus ropas y su cabello de forma estrepitosa. Se encorvó un poco, para que el impacto no le dañara los ojos, los cuales abrió lentamente, observando con cuidado lo que le atacaba. Un espectro, y al parecer, este no tendría intensiones de dejarla pasar.

    El peso del impacto de aquella ventisca le molestaba en el cuerpo, pues a cada paso que daba el espectro hacia ella, amplificaba el efecto de la ráfaga.

    Debía hacer algo y pronto, ¿Pero qué? Retrocedió lentamente para salir de la habitación, mientras aquel ser continuaba atacándola, pero al llegar al lugar de salida, notó que ahora en ese lugar había solamente pared.

     

    -Demonios…-Susurro al tiempo que torcía el gesto, y se mordía el labio inferior lentamente.

     

    El espectro se acercó lo suficiente como para tomarla del cuello y alzarla en la pared. Sus ojos rojos profundos y endemoniados miraban a la joven, que apenas podía respirar. La ráfaga ceso, pero eso no era motivo de calma, ya que poco a poco perdía la capacidad de respirar. A pesar de eso, no podía haber sentido más dolor humano, que el que sintió cuando aquel ser la lanzó por los aires a la pared contigua, chocando allí con una dura mesa de metal.

    Sintió que su espalda se había quebrado, por supuesto, era una ilusión. Pero había algo en esa mesa que no lo era, pues bajo ella reposaba el cadáver de una mujer, completamente abierto y ensangrentado, con un gesto de aflicción en su moribundo rostro.

    No soportaba el olor de la sangre, pues, hacía bastante que no ingería. Se llevó una mano a la nariz, para evitar el suave aroma, no era tiempo de alimentarse, era momento de salir de allí como fuera.

    No tuvo tiempo de incorporarse, cuando el espectro apareció sobre ella, atrapándola entre el cadáver y él. Su mano pálida se acercaba lentamente a su rostro y él reía maniáticamente. Definitivamente no tenía otra salida.

    De un momento a otro, Erath cambió su gesto de terror, por uno muy parecido al que había adoptado su atacante. El contorno de sus ojos comenzaba a oscurecer, y el índigo en ellos se hacía más potente, hasta llegar a un color casi oscuro, mientras sus ojeras se expandían, de un color morado oscuro, dándole un aspecto poco femenino. Sonrió mirando a su atacante, y se relamió los labios, al tiempo que su cabello parecía haberse prendido en fuego. El espectro retrocedió por unos segundos, instancia de tiempo suficiente para que ella actuara, lo tomó por el cuello, lo sentía materializado en sus manos, y estas comenzaron a prenderse lentamente, mientras la piel del espectro se quemaba y él gritaba de una manera que a ella le desgarraba los oídos, pero no importaba. Entonces la piel de aquel ser comenzaba a desmaterializarse lentamente, prendida completamente. El espectro se separó, cayendo al piso, y ella se puso de pie rápidamente, mientras su atacante se desvanecía entre llamas en el piso.

    Desapareció él, pero ella sabía que vendrían otros, no lo dudaba. Se sentía inmensamente débil, el no poder alimentarse, y además, haber usado ese ataque, la habían dejado sin fuerzas para un próximo encuentro, sabía que no tenía tiempo, pero no deseaba volver sin nada en las manos. Entonces recordó el cadáver de la mujer sobre la mesa, algo debía tener dentro, de no ser así, aquella cosa no le habría complicado tantos las cosas.

    Entonces se acercó al cadáver, y sin asco, introdujo su mano dentro de este, buscando entre los órganos desgarrados algún objeto que pudiese estar escondido. Y su búsqueda dio frutos, pues llegando casi al nivel de la garganta pudo tocar un objeto, aunque podría ser la tráquea o algo así, lo jaló hacia ella sacándolo del cuerpo, y lo observo, lleno de sangre, la cual goteaba en la mesa. Brillaba a la luz de sus ojos, que habían retomado la forma normal, color índigo y brillantes. Era una varita también, pero no podía identificar claramente de qué, ni tampoco tenía interés de hacerlo, pues sentía tras sus espalda las presencias abrumantes de otros seres, y ya no podría luchar contra ellos.

    Se guardó la varita en un bolsillo de su capa, razón suficiente para que todos los espectros se le tiraran encima. Cayó al piso boca abajo, y sobre ella podía sentir el peso de quién sabe cuantos espectros, golpeándola, y tomándola para no dejar que saliera de allí.

    El miedo invadió sus pensamientos, no sabía que más hacer, las manos de aquellos le tiraban el cabello y rasguñaban su rostro, mientras sentía que la arrastraban hasta la oscuridad sin salida. Entonces recordó que había llevado su varita, y como pudo, la sacó del bolsillo de su pantalón y apunto a la pared de enfrente, en donde antes yacía la puerta.

     

    -¡Reducto!-Gritó, y una explosión gigante derribó la pared, dando paso al pasillo principal.

     

    Acto seguido, se logró soltar de uno de los espectros, y apuntando hacia atrás volvió a exclamar.

     

    -¡Incendio!- Sintió que el fuego la cubría por completo, pero al menos ya no sentía a sus acompañantes atrás, se habían dispersado por la habitación.

     

    Se puso de pie como pudo y camino apenas hacia la salida, mientras el fuego desaparecía de su espalda. Al llegar afuera, en el pasillo, pudo ver a unos cuantos compañeros que ya habían terminado, y entre los escombros de la pared, divisó un pequeño objeto plateado, que apenas brillaba, lo tomó y lo guardó en su bolsillo, en silencio, quitándose la capa manchada en sangre y con algunas quemaduras. Luego de eso, se encaminó a la salida y tomó asiento en el piso, apoyando su espalda contra una pared, esperando por los demás.

     

    Off:

    Espero haberlo hecho bien, si hay algo de mi rol que les inquietó, profesoras, por favor háganmelo saber.

  14. Espacio y tiempo, ambos perdieron el sentido, al momento en que ella recibió la notificación de que debía asistir a su lugar de clases. Hace un momento atrás, se hallaba relajada sentada junto a su escritorio, con sus lentes puestos, leyendo un libro ocultista. Pero ahora se alistaba rápidamente para concurrir a su primera clase. Se encaminó al viejo armario de madera, lo abrió y de adentro sacó una capa verde, con capucha. Se la colocó sobre su atuendo, abierta, para dejar ver sus pantalones de cuero negros, sus botas del mismo color hasta un poco más abajo de las rodillas, y su blusa morado oscuro.

     

    *************************************************************************************

     

    La sensación de extrañeza no podía desaparecer, hace unos pocos minutos había llegado a aquel lugar, y estando a las afueras de la morgue, observaba la estructura con curiosidad, más que miedo. Un ligero viento corría por el lugar, provocando que sus cabellos pelirrojos ondearan al compás de este, al igual que su capa, que le llegaba hasta las rodillas. Aun así, los nervios no la dejaban, era su primera clase, y no sabía como reaccionar ante lo que pudiera llegar a acontecer. Observó a su profesora Sol en completo silencio mientras ella hablaba, y luego a su profesora Nevarak de la misma manera. Una vez que hubieron finalizado las instrucciones, Erath levantó lentamente la mano, pidiendo autorización para hablar, y al recibir la aprobación de las profesoras, comenzó a hablar con un dejo de timidez en sus palabras.

     

    -Buenas... Me presento soy Erath Renasci Anarion Lovecraft... Pero pueden llamarme simplemente Erath. Es un gusto para mí poder conocerles, y espero que esta relación de compañerismo se vaya afianzando con el tiempo. Bueno... Ya no sé que más decir, aparte de desearles a todos ustedes-Dijo mirando a sus compañeros- Éxito en esta clase... Y por otra parte agradecer a ambas profesoras por su disposición.-Repasó con sus ojos color índigo intenso a sus compañeros y profesoras, y volvió la vista al edificio que los esperaba, en silencio.

     

    Off:

     

    Buenas, me presento, soy Erath Renasci Anarion Lovecraft... Erath está bien. Bien... Las cosas que me gustan son la música, pero en especial el metal, también escribir, leer, cantar, dibujar, etc... Por otro lado las cosas que no me gustan son... Las matemáticas -.- y los wachiturros -.-... Mi país de nacionalidad es Chile, y actualmente resido en el... Y tengo 17 años... Sinceramente no sé que más decir... Sólo que estoy emocionada por comenzar la clase. Ha sido un gusto, espero que esto sea fructífero para todos los presentes.

  15. Datos:

     

    1.- Link al tópico de su ficha de personaje: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=97571

     

    2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: --

     

    3.- Link del tópico de registro de sus familias:

    Familia N° 1: Haughton.

    Familia N° 2: --

     

    4.- Link a las bóvedas de sus familias:

    Bóveda Familia N° 1: Bóveda familia Haughton.

    Bóveda Familia N° 2: --

     

     

    Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 12890 G

  16. http://i.imgur.com/8G5wBLC.png


    Datos del Personaje



    Nombre del Personaje: Erath Renasci Anarion Haughton

    Sexo: Femenino

    Edad: Joven.

    Nacionalidad: Húngara

    Familia(s):

    • Haughton

    Padre(s) Sanguíneo: Louis Corvinus* y Mónica Malfoy Haughton

    Padre(s) Adoptivos: --

    Trabajo: --


    Poderes Mágicos



    Rango Social: Unicornios de plata

    Bando: Neutral

    Rango dentro del Bando: --

    Nivel de Poder Mágico: --


    Puntos de poder en objetos: 20

     

    Hechizos adicionales: --


    Puntos de poder en criaturas: --



    Criaturas controlables en asaltos y duelos:--


    Habilidades Mágicas: --

    Conocimientos Especiales:

    • Cuidado de Criaturas Mágicas
    • Artes Oscuras
    • Encantamientos
    • Runas Antiguas

    Perfil del Personaje



    Raza: Vampiro

    Aspecto Físico:


    http://i.imgur.com/NYPl9y2.png




    Es una joven de piel nívea y aspecto realmente joven a pesar de contar ya los veinticinco. Su cuerpo es curvilíneo, recordando a la característica forma de un reloj de arena que perfila su silueta dándole un toque de perfección. Sus cabellos rizados y pelirrojos caen casi siempre sobre su espalda hasta llegar a la altura de la cintura, y de vez en cuando algunos mechones se escapan sobre sus hombros cubriendo su busto parcialmente. Sus ojos son de un color azul índigo profundo y penetrante y verdaderamente expresivos, como cada gesto de su rostro.

    Cualidades Psicológicas:

    Es una joven reservada con sus asuntos y sólo aquellos que considera realmente cercanos pueden saberlos. Tiene un carácter muy fuerte y su humor es cambiante, pues debido a su nueva condición fácilmente puede caer en el disgusto. Es amable con quienes le agradan y tajante y seria con aquellos que no. Pero hay algo que en ella siempre está presente, y es esa frialdad que se puede reflejar en un gesto seco o en una sonrisa, ya sea burlona o de total sinceridad.

    Historia:

    Erath creció inserta en un mundo de complicaciones que acarreaba desde incluso antes de su nacimiento. Hija de una relación de unos cuantos años entre su madre Mónica Haughton y su padre Louis Corvinus, la pelirroja pasó la mayor parte de su vida encerrada en la mansión de los Corvinus, siempre en búsqueda de la libertad, la que no encontró si no hasta hace poco, gracias a su tío Marcus.

    Todo partió cuando Louis conoció a Mónica en una de las tantas calles de Sevilla, quien quedó totalmente prendido de la joven pelirroja, la cual obviamente no le dejaría la tarea tan fácil; y no sólo ella, pues Selim se negaba rotundamente a esa relación: “esa sólo será una relación enfermiza, Mónica” le dijo un día su padrino, pero la Malfoy sólo le indicó que desapareciera de su vida.

    Pasó aproximadamente un año y la noticia del embarazo de la Mortífaga no pudo haber puesto más feliz a Louis, pero quien más se ilusionaba con el acontecimiento era Alexander, quien llevaba meses convenciendo a su hijo menor para llevar a cabo su enfermizo plan. Por ésta misma razón, el científico decidió embarazar a su esposa, Helena… todo estaba fríamente calculado.

    http://i.imgur.com/DggRdQP.png
    Los meses de gestación llegaron a su fin y con ello vino el nacimiento de cuatro criaturas: dos mellizas de Mónica, y dos de Helena. Como era de esperarse, y a causa de un tratamiento basado en químicos asesinos, Helena y sus dos hijas fallecieron durante el parto; mientras que las dos mellizas de Mónica sobrevivieron, tal cual como la madre.

    Pero eso no significaba nada bueno para las criaturas recién nacidas, ya que fueron quitadas del regazo de su madre, mientras ésta permanecía bajo los efectos de un poderoso sedante que la dejaría varios días inconsciente. De ésta forma, Alexander dio por muertas a las hijas de Mónica, haciéndolas pasar por las hijas de Helena; y anunció al mismo tiempo la noticia de que su mujer había muerto en el parto.

    Una semana había pasado para que Mónica pudiera lograr despertar, pero la pelirroja no entendía absolutamente nada. En un principio, cuando recibió la noticia, no podía creerlo pues pensaba que era simplemente una broma que su novio y futuro esposo le jactaba. Pero no, parecía decir la verdad… parecía.

    La confundida mente de la Malfoy se rehusaba a aceptar que los corazones que antes palpitaban al unísono en su vientre, ya no latirían nunca más y comenzó a investigar, a preguntarse por qué sentía un lazo tremendo con las hijas de Helena, a querer saber exactamente qué había pasado el día del parto, el cual ella no recordaba. Fue así como una noche la figura de su padrino, Selim, se hizo presente en una esquina de su habitación.

    Aquel vampiro, tan silencioso como las sombras, le había esclarecido la mente de forma completa a su ahijada, quien unía con cada una de sus palabras los cabos sueltos que hasta entonces seguían dispersos en su entendimiento. Luego de planear la forma de salir del lugar con las dos niñas y terminar con los planes enfermizos de Alexander, Mónica y Selim se dispusieron a echar a andar su propio plan. Pero todo lo planeado terminó en la huída de la Malfoy y su padrino de forma desesperada de aquella mansión, jurando venganza.

    No mucho tiempo después de eso, Alexander procedió a dar en adopción a la menor de las mellizas, pues quería comenzar con su experimento el cual consistía en criar a una de las dos como un humano, y a la otra como un vampiro despiadado, un animal nocturno, una asesina.

    Así fue como un día, Louis fue a tocar la puerta de una de las familias más adineradas de por allí, para dejarles a la pequeña de ojos azules y pelo negro a cargo, ya que ellos no podían ser padres. Estando en ese lugar, el Corvinus le dio toda la información que necesitaban sobre la pequeña, advirtiéndoles que ella no debía probar sangre, o la bestia que llevaba dentro se desataría. Después de una conversación demasiado diplomática para el vampiro, éste se dispuso a volver a su hogar.

    Mientras Alexander monitoreaba la vida de aquella joven, también se encargaba de la vida de Erath, la pelirroja de ojos azul índigo, que poco a poco se transformaba en su arma más poderosa. Esto se debía a que la pequeña Corvinus había heredado de forma más fuerte el don sanguíneo de su padre.

    Louis era un vampiro chiroptero… pero, ¿qué significaba aquello? Aquel término era usado por Alexander, para establecer una diferencia entre los vampiros y aquellos con dones mucho más poderosos, ya que los chiropteros podían matar con sólo una pisca de su sangre.

    Y esa fue una razón para que varios años más adelante algunos de los muchos clanes de vampiros y hombres lobos se alzaran contra la familia que se afanaba en experimentar con los de las mismas razas. Para entonces Erath ya era una joven enterada de cada uno de sus dones, y de cada táctica de combate y tortura que podría alguien saber; la joven había sido criada como un arma para controlar a los demás clanes, bajo la creencia de ser la “nieta preferida”.

    Pero todo eso se vino abajo después de una de las peleas que la joven pelirroja encabezó, en contra de uno de los tantos clanes licántropos que se había alzado en contra de los Corvinus. Tras perder la batalla, Erath fue tomada presa por al menos unos dos meses, sobreviviendo de la piedad del líder de aquel clan; pero no era sólo piedad lo que lo movía a mantenerla con vida, después de todo Aleksei había logrado conocer una parte valiosa de ella.

    Fue así como la liberó para comenzar algo con ella, cosa que disgustó sobremanera a los que pertenecían al clan licántropo, después de todo ella casi los había exterminado y ahora era imposible que pasara a compartir cama con el líder. Por ésta razón se exigió la salida de la Corvinus, de vuelta a su hogar. Si volvía después al clan de licántropos en son de paz, podría comenzar algo más serio con Aleksei.

    Al mes de libertad Erath volvió a los terrenos de su familia, esperando con ansias poder contar la noticia y que ellos la comprendieran. Pero nada resultó como creía, pues fue acusada de traición por parte de su abuelo, ese mismo que le profesaba tanto aprecio, y mandada a encerrar en uno de los calabozos que se hallaban en el subterráneo del castillo. Su único medio de contacto con el exterior fue William, su tío y primer Licántropo, pues era él quien le ayudó con sus mensajes para Aleksei.

    Gracias a la comunicación semanal que la pelirroja sostenía, a través de su tío, con su pareja, pudo enterarse de que éste planeaba enfrentarse a las fuerzas de la familia Corvinus para liberarla de su prisión, y poder comenzar con ella una nueva vida. Pero el día en que Erath mandó la que sería su última carta para evitar que aquello pasara, los guardias del castillo tomaron preso a William, con el consentimiento de su propio padre, quien llevaba tiempo espiándolo.

    Alexander tomó como prisionero al licántropo y pese a que no pudo sonsacarle más información de la que aquella carta tenía, le bastaba y sobraba para preverse del ataque que recibirían dentro de unos cuantos días. Por eso cuando llegó el momento, más de la mitad de los guerreros fallecieron en batalla, y el resto fue capturado para usarse según Alexander estimara conveniente, aunque sólo quisiera a uno en especial.

    A la mañana siguiente, la puerta metálica del subterráneo se abrió dando paso a un guardia que llevaba preso de manos a Aleksei, hasta una de sus celdas, junto a William y Erath. La joven al verlo no pudo hace más que exaltarse, no era justo que estuviera allí, ni él ni su tío. Pero eso no era todo, pues precedido de ellos entraron Alexander y Louis al lugar.

    Ese día fue el que más marcó la vida de la pelirroja, y que hasta ese entonces, pensaba que era el único que la había cambiado de forma irreversible. Louis y Alexander querían hacer pagar a Aleksei por el daño que había hecho no solo a su clan, si no a su mejor arma, y a la vez querían demostrarle a Erath quienes eran los que realmente mandaban allí.

    Horas más tarde, cuando ya comenzaba a oscurecer, el cuerpo del líder del clan licántropo, Aleksei, se hallaba inerte y quebrajado cual vidrio roto sobre la camilla de torturas del calabozo… y para peor, la sangre que lo había asesinado era la de la única vampiro que él llegó a amar.

    Aún no podía explicárselo, pero todo tenía claridad, ella siempre había sido un simple objeto de estudio; una vez que cumplió su cometido era hora de acabar con ella, tanto física como moralmente. Sin duda su estadía en el calabozo la mantenía anémica y raquítica, y ahora esto: obligarla a fuerza mayor a darle de su sangre al hombre que amaba. El cual al más mínimo contacto con ésta comenzó a agonizar de forma terrible.

    Los gruñidos de dolor se habían escuchado incluso en el primer piso del castillo, y las convulsiones de su cuerpo hacían estremecer a Erath, quien sin duda había muerto en vida. Después de aquel episodio, la Haughton dejó de contar los días para ser libre pues apenas sabía si era de día o de noche; sólo deseaba morir, morir de una vez, de hambre, de lo que fuera, ya no quería seguir existiendo y aborrecía su inmortalidad más que a cualquier otra cosa.

    Pasaron unos ocho meses y Marcus, el hijo mayor de Alexander, volvió de su tan largo viaje por el mundo, el cual había partido como la expansión de la raza vampírica. Su padre y Louis habían llegado a la misma conclusión el día en que el primer vampiro volvió a casa: Ese ya no era el Marcus que ellos conocían, y representaba una amenaza tan fuerte como William o Erath.

    Las dudas sobre los verdaderos ideales del vampiro se hacían cada vez más notorias, y sólo las comprobaron una mañana en que al ir a ver a los prisioneros de la familia, descubrieron que ya no estaban. Marcus los había liberado y de paso había escapado con ellos, quien sabe a dónde, lo cual significaba obviamente una terrible amenaza para la familia Corvinus, pues una vez que esto pasó, todos los clanes se alzaron contra ellos sin temor a morir en manos de Erath.

    El viaje de huída duró un mes y más, pues viajar desde Hungría a Londres no era cosa de minutos, menos en tren. Finalmente los hermanos y su sobrina se bajaron en la estación de trenes cercana a Ottery, aquella ciudad de magos que se mantenía casi en su totalidad al margen de los humanos. Obviamente el viaje no había sido en vano, pues tenía una razón de ser. Marcus se había contactado meses atrás con Mónica, pidiéndole el favor de que alojara a una sobrina que necesitaba ayuda urgente, sin explicarle que la misma era nada más y nada menos que una de sus hijas dadas por muerta.

    Pese a que Erath partió sola con rumbo al Castillo de la familia Haughton, Marcus y William emprendieron un viaje lejos del pasado, sabiendo que la pelirroja estaría más que bien en aquél lugar, y que sin duda se reencontraría con más de una persona que pertenecía a su pasado.

    El recibimiento fue bastante bueno por parte de su familia “adoptiva” y Erath entró a la academia de Magia y Hechicería, para formarse como la bruja de sangre pura que era. Dentro de la misma, y por influencias tanto de sus vivencias como de su familia, la joven tuvo una fuerte inclinación hacia el bando Mortífago, al cual pertenece últimamente, orgullosa de su rango dentro del mismo.

    Pero junto con conocer a Mónica, también conoció a su entorno, sus otras hijas adoptivas y su pareja, un licántropo al cual no podía siquiera soportar. Sakura, quien era una de las hijas “adoptivas” de la matriarca, se volvió una persona realmente familiar para Erath, quien a pesar de no conocerla sentía un fuerte lazo con ella que tomaría sentido más tarde.

    Y así fue, cuando después de la ceremonia de graduación de Sakura se dirigieron al Castillo de la familia Haughton, para seguir con la celebración, pese al ambiente hostil que generaban las constantes disputas entre Andrés y Erath. Bastaron apenas unos minutos de descuido de Mónica para que se desatara el caos.

    Andrés, quien no se llevaba –ni lleva- nada bien con Selim, fue hasta éste para terminar una disputa que llevaba meses sin acabar, dejando como resultado la transformación del Greyback a su forma de licántropo, el ataque y posterior mordedura a Erath y el ataque a Sakura, sin contar los daños que el castillo y Selim recibieron. Pero eso no era todo, pues al ser mordida en plena noche de luna llena, Erath pasó inmediatamente a ser un híbrido entra vampiro y licántropo, convirtiéndose esa misma noche.

    La joven perdió control sobre sí misma y atacó a varias personas que habitaban los terrenos de la familia, entre ellos varios elfos y la hija de Mónica, quien no estaría viviendo de no ser porque la matriarca intervino. Andrés había huido del castillo con una duda que lo consumía, pues al tener contacto con la sangre de la pelirroja y la de Sakura, había notado un claro parecido entre ambas, y que tenían a la vez una unión muy fuerte a la de su novia, Mónica.

    Después de los incidentes vividos por la familia, Selim pasó a cuidar a Erath, junto con Sakura, quien además se ausentaba cada cierto tiempo para salir del Castillo rumbo a otra parte. Pero en todo ese tiempo Mónica había permanecido sin saber nada de Andrés, hasta que éste la citó a un centro de reunión mortífago, lugar en donde nadie podría interrumpirlos, ni siquiera Selim.

    Fue allí en donde el Greyback le contó todo lo que había descubierto tras el ataque, haciendo que la Malfoy cayera en la incredulidad y luego en la cuenta de que si tenía razón. Ahora sólo faltaba que ambas hijas se enteraran de lo sucedido, cosa que se llevó a cabo en una reunión familiar programada por la misma Matriarca.

    Desde entonces Erath había tenido que enfrentar la verdad que la había abofeteado en la cara: primero su vida había dado un giro en 360º gracias al Greyback, por quien sentía un profundo resentimiento, ya que la había transformado en una de las cosas que la Haughton más detestaba; y además ahora se enteraba de que su madre jamás había muerto, de que esa unión que sentía por Sakura y por Mónica se debían a que ellas eran nada más y nada menos que su hermana sanguínea y su madre biológica.

    Todo aquello al final gatilló en el encierro de la híbrido, que duró meses. Necesitaba acostumbrarse a su nueva vida, a ver las cosas de otra forma y a aprender a controlarse, pues ahora sus instintos y deseos eran mucho más poderosos que antes. Ahora vivía realmente con una bestia dentro, con la cual debía lidiar día a día, tratando de proteger a los seres con los que había formado profundos vínculos, de sí misma.

    Finalmente después de mucho tiempo, la joven de ojos azul índigo volvió a salir a las calles de Ottery para retomar su vida; el encierro había sido suficiente, las dudas se habían dispersado y sólo le queda ahora una cosa por hacer: Servir a su bando y a sus intereses, hasta que la muerte se lo impida, cosa que se ve muy difícil.


    Pertenencias





    Objeto Magico Legendario: --

    Objetos Magicos:

    Objeto 1: Varita Mágica de sauce de 25 cm. de pluma de fénix.
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20

    Objeto 2: -
    Clasificación: -
    Puntos de poder: -

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1:-
    Clasificación:-
    Puntos de poder:-

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1:-
    Clasificación:-
    Puntos de poder:-

    Elfos:

    - Troia.


    Licencias, Tasas, Registros




    Licencia de Aparición: Obtenida.

    Licencia de Vuelo de Escoba: --

    Registros:

    Elfo: Troia


    Otros Datos



    Curiosidades:

    • Dado al ataque sufrido a manos de Andrés Greyback Crowley, la Haughton ahora es un Híbrido entre vampiro y licántropo.
    • Sus ojos se tornan diferentes ya sea al beber sangre o cuando se encuentra en situaciones que llevan al máximo sus emociones; la esclerótica se vuelve de color negro y los iris toman un color índigo oscuro pero semi brillante, al tiempo que sus pupilas se dilatan.
    • Su sangre es capaz de cristalizar y coagular la de alguien que la ingiera, si ésta persona no tiene sangre pura de vampiro o licantropo. La persona muere luego de horas de agonía y convulsiones; en el caso de los humanos, éstos mueren enseguida.
    • Siente una extraña atracción hacia Selim*, el padrino de su madre. Se ha convertido en la protegida del vampiro al igual que siempre lo ha sido su madre.
    • Tiene una marca con su nombre en su nuca, la cual fue creada por Alexander utilizando la antigua técnica de tatuar con un metal caliente la piel; la razón de ser de dicha marca era para identificar a la Haughton y poder encontrarla en caso de que decidiera escaparse.
    • Siente un fuerte vínculo de cariño por Sakura y Mónica, quienes han pasado a ser las personas más importantes en su vida, por lo que trata de protegerlas y ayudarlas en lo que le es posible.

    Cronología de cargos:

    • 20/09/2012 se gradúa en la academia de magia y hechicería y asciende a unicornio de bronce.
    • 02/10/2012 ingresa como mortifaga base a la marca tenebrosa.
    • 08/11/2012 entra como empleada en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, División de Seres, Duendes y Espiritus.
    • 09/01/2013 toma el cargo de profesora de Generales en la Academia de Magia y Hechizería.
    • 05/02/2013 es ascendida socialmente al rango Unicornios de Plata.
    • 24/02/2013 asciende a mortifago tempestad en La Marca Tenebrosa.

    Premios y reconocimientos:
    --


    Links de Interés Referentes al Personaje



    Link al Perfil de Comprador MM: --
    Link a Bóveda Personal: Bóveda N: 97624
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    Link a Bóveda de Negocio: --
    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Nº 84511 - Haughton
    Link a Bóveda Familiar 2: --

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