Demona A. Night

-Detesto, detesto, detesto esto- siseé por lo bajo mientras me sacudía la capa de viaje del hollín, cual fuese que fuera la razón para viajar de esta forma no me hacía disfrutarla más-. Ni que fuéramos gordos y viajáramos en un trineo.

Reí ante mis palabras, y también ante la idea de que la mayor parte de los magos no conocieran a este simpático personaje de barba blanca y risa estruendosa; ahora que lo pensaba… ¿no sería que algún mago con estas características físicas hubiera conectado su red flu por error a la casa de un muggle?

Divagué un rato al respecto, considerando las posibilidades de esta teoría, me parecía bastante divertida. Noche buena, una familia cenando pavo con el calor de la chimenea y de pronto ¡bum! Un viejo barrigón vestido de rojo aparece por el fuego entre llamas verdes.

Alguien me volteó a ver de forma extraña, así que contuve la risa mientras seguía caminando. Abrí el broche plateado del cuello que sujetaba mi capa y la sujete en mi brazo, bajo ella me complacía llevar mi ropa muggle: pantalones negros ajustados con botines a juego y una blusa blanca que se holgaba a partir de la cintura.

Doblé y guardé la capa en el pequeño bolso que había cruzado sobre mi pecho y que chocaba contra mi cadera al caminar, lo sostuve con una mano contra mi cuerpo, enloquecida por el sonido que este movimiento provocaba contra las partes metálicas del mismo.

Mientras intentaba llegar al sitio donde habíamos sido citados tuve que preguntarles, en varias ocasiones, a algunos de los magos y brujas que trabajaban en el Ministerio, la mejor forma para llegar.

En realidad, vagaba perdida.

Con trabajos llegué al noveno piso, donde según tenía entendido, se realizaría la clase; caminé por el centro del pasillo hasta llegar a una puerta que se veía prometedora, la abrí, pero la sala estaba completamente vacía.

Cerré de nueva cuenta y miré hacia ambos lados, me dirigí hacia la izquierda, subiendo una pequeña escalera y llegando ante otra puerta más; coloqué la mano sobre el pomo, pensando que si el lugar no era el indicado tendría que regresar algunos pisos a seguir preguntando. Patético.

Giré lentamente la perilla y abrí la puerta aún más despacio, lo primero que vi fue aquella masa negra, arremolinada contra el techo y moviéndose de forma tenebrosa de un sitio a otro mientras intentaban bajar al centro de la sala donde apenas y logré distinguir dos figuras más.

Solté la puerta con miedo, trastabillando un par de pasos hacia atrás, mi cuerpo chocó contra otro y me di la vuelta con los ojos muy abiertos; temiendo que aquella criatura contra la que había chocado no fuera humana.

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¡Hola! Mi nombre es Laura y soy de México, más exactamente (y por si a la clase llegan más mexicanos *o*) del Distrito Federal.

Vengo recursando esta clase porque la vez anterior aún no tenía claro que hacer con mi personaje, y por lo tanto no lograba hacer mis roles con tanta satisfacción. Ahora que mi mente está un poco más clara (?) pienso retomarla y, de ser posible ( ), aprobarla.

On rol mi personaje es Demona, distraída, bromista, solidaria, blablablá, buena persona C: pero ya la verán en mis roles, que soy mala describiendo (cofcof)

Nos seguimos leyendo, cualquier cosa en mi perfil anda mi msn o pueden mandar MP

Bueno, como esto de la presentación es fácil (???????) paso a hacerlo antes que todos

Off rol me llamo Laura y soy de México (te llevo en el corazón (8) ), mi edad la pueden ver en mi perfil ya que me niego a seguir humillándome con ella a 3 días de mi cumpleaños

Estudio el 2do año de la preparatoria y en mi tiempo libre me gusta no hacer nada

Nah, mentira, me gusta leer, escribir, la música (duh, a quién no?), salir al cine y, bueno, la verdad, no hacer nada xD

(Eso me recuerda al video de German Garmendia acerca de la flojera, donde dice que su actividad favorita es no hacer nada y se tira al suelo para ello )

On rol mi personaje es Demona Alanna, humana de 16 años. Adoptiva de la Rambaldi y sanguínea de la Myrddin. Una chica bastante pasiva y sonriente (e.e) igual la verán un poquito en el rol de los duelos... aunque he de admitir que aún no estoy segura de como manejarla porque antes la hacía un poquito cruel en ellos ..... pero ahora se ha unido a la orden y ya no sé

Ok, esa es otra, mi yo muggle (?? DDDD:) hubiera elegido la marca , pero me parece que hubiera sido una traición a mi pj, así que la metí a la orden

Este... pues no sé que más decir .-. cualquier cosa pueden agregarme al msn los que gusten n.n aunque varios ya me tienen agregada o.ó

-No hay nada que agradecer- le respondí a Alex con una sonrisa-. La verdad es que es un placer que nuevos miembros entren a esta casa, la mejor en mi opinión.

Ante mi comentario le guiñé un ojo con disimulo y volví a reír. La sensación me cosquilleaba en la garganta de una forma placentera, sonaría ridículo, pero me gustaba estar feliz. Y también me gustaba ver felices a los demás.

La nueva jefa se acercó a nosotros y nos saludó, incitándonos a intentar adivinar eso que tanta curiosidad me provocaba.

-¿Tú que crees que sea esa sorpresa que se traen entre manos? La verdad es que yo no tengo la más remota idea- me encogí de hombros mientras sacudía la cabeza-. Quizá nos den dragones bebés para cuidarlos.

Solté una carcajada ante mi propia idea, ya que me parecía totalmente absurda. Miré con curiosidad el tatuaje que permanecía en mi muñeca e intenté imaginarme a mí misma cuidando una de estas criaturas; me estremecí ante la posibilidad, los dragones eran seres salvajes, no todos nos respetarían como los que habitaban en este sitio.

-Sin duda no...- sonreí mientras pasaba las yemas de los dedos sobre el dragón de tinta negra.

La verdad es que aún tenía cosas que preguntarle a Roxanne, pero no es que fuera a interrogarla de golpe en un solo día, aún así su respuesta me pareció corta y seca. Torcí la boca de lado cuando ella rió ante la aparente tensión ambiental.

Mientras pensaba como continuar la charla sin parecer una hija psicópata y acosadora (??) cuando unas chicas nos saludaron, las miré intentando descubrir la razón de su saludo. Entre ellas estaba Bínfeyd, quien hasta hace poco había sido mi hermana adoptiva; le sonreí ampliamente mientras Roxie y yo nos poníamos de pie y nos acercábamos a ellas.

Nos sentamos en su mesa, me sentí extrañamente incómoda, cuando noté que ellas (o al menos algunas de ellas) conocían a Roxanne, sin embargo intenté participar en la charla con naturalidad.

-Detesto bailar- dije negando con las manos frente a mí-. Tengo dos pies izquierdos sin duda alguna, aún no logro entender como es que voy por la vida sin matarme cada pocos pasos.

Por suerte Bini cambió pronto el tema, a uno que sin duda me interesaba mucho más: libros.

-¿Michael Ende mago? Debes estar bromeando- moví la cabeza de un lado a otro mientras reía-. En realidad yo no he leído ese libro, aunque ganas no me faltan; de Ende amo Momo, siempre me hace llorar, sobre todo con este personaje... ammm... ¿cómo se llamaba?- tamborileé los dedos contra la mesa mientras apretaba con fuerza los ojos, esperando que el nombre apareciera de pronto-. Beppo Barrendero, sí, estoy segura de que era algo así.

Aquel libro lo había leído desde muy pequeña, y ahora que pensaba en él no podía evitar recordar donde se encontraba: en mi habitación en el castillo Myrddin, en la pequeña biblioteca privada, justo del lado contrario a la cabecera de mi cama, junto a Los cuentos de Beedle el Bardo y El Principito; sus pastas, ya rotas por el uso y aquella hoja perdida donde el Maestro Hora daba de cenar a la pequeña Momo pan y miel.

*Asoma un dedito* sé que muchos me matarán por estar acá, así que espero que pronto posteé alguien en un topic cercano para que no se vea este mensaje en la principal xD

Eeeeen fin, varias platicas con la almohada (?) me han traído a registrarme acá, a ver que sucede

- ¿Eres miembro o aspirante? Si eres miembro, dinos el rango: Aspirante

- Nick: Demona A. Night

- Nombre Muggle: Laura

- Edad: 15

- Pais: México

- Fecha de Cumpleaños: 13-sept

Gracias de antemano por aceptarme n.n (me aceptarán, verdad...? )

Estar en la sala de los dragones era relajante y, al menos para mí, sorprendentemente arrullador. Cuando menos me lo esperaba me sorprendí sentada en un sillón, abrazándome las rodillas y con la mirada perdida en un punto frente a mí.

No pensaba en nada en particular, o quizá si, pero ya no lo recordaba. La llegada de algunas personas más me habían hecho salir de mí misma con una velocidad abrumadora que hubiera enfurecido a cualquier otra persona; sin embargo yo solo suspiré, encogiéndome de hombros y poniéndome lentamente de pie.

Entre los recién llegados reconocí a Gale, la jefa de la casa, junto con otra joven de cabello negro y un chico cuyo dragón negro relucía en su muñeca, recientemente realizado.

Gale habló, mencionando la salida de la otra jefa de casa, jamás había hablado con ella pero era una pena que hubiera tenido que irse.

Al parecer la chica pelinegra sería la nueva jefa junto con Galedra, le sonreí amablemente cuando se presentó como Leah, aunque su tono de voz me pareció todo menos emocionado o alegre. Quizá eran alucinaciones mías.

También presentaron al otro chico, Alex, quien era el nuevo integrante de la casa y también el nuevo prefecto. Cuando hubieron terminado de dar los anuncios, que incluyeron la noticia de alguna gran sorpresa, o algo por el estilo, reí por lo bajo mientras susurraba fuertemente (??)

-Ya dilo, Gale, detesto las sorpresas.

Volví a reír, mientras sacudía la cabeza; finalmente me acerqué al chico nuevo, extendiendo la mano frente a mí y recogiéndome el cabello tras la oreja con la izquierda.

-Bienvenido, Alex. Mi nombre es Demona.

OFF.

Ni creas Alex que se me pasó que nos dijiste centauras

Holita y bienvenido c:

También bienvenida Leah xD y suerte, esperemos que no la necesites (??)

-No estoy muy segura- dije riendo-. Eso de trabajar no es lo mío, aunque lo pensaré, gracias por la oferta.

Un joven se nos acercó libreta en mano, así que me apresuré a pensar que podía tomar; un café solo era bastante tentador, pero de ese tomaba bastante en casa, así que opté por algo más.

-Un frapuccino, por favor- le pedí amablemente al mesero cuando Roxanne hubo ordenado. El joven asintió y se dio la vuelta, dejándonos otra vez solas-. Y dime, ¿qué tal van las cosas con J.P?

Aunque en parte el tema me parecía incómodo, la curiosidad me estaba matando, no podía creer que casi me acabara de enterar, ¿cuánto tiempo llevarían juntos? ( )

OFF. Pfff... tus indirectas para que trabaje -.-

Nos sentamos en un sitio cercano y dejé el libro sobre la mesa para tener las manos libres.

-¿En la Academia? Pues bien, supongo, aún me faltan varias clases. Pero espero graduarme lo más pronto posible...- guardé silencio un instante y continué, ligeramente avergonzada-. La verdad es que el último periodo de clases abandoné dos de las tres que debía cursar, no me sentía totalmente preparadas para ellas, supongo. De cualquier forma pienso cursarlas en cuanto pueda.

Me encogí ligeramente de hombros y sonreí.

-Escuché que tienes un nuevo empleo- intenté distraerla del tema de mi educación, ya que al ser mi madrastra seguro era muy malvada como aquella del cuento muggle "Blancanieves" (? xD)-. Se lo escuché mencionar a mi padre.

Agregué, haciendo referencia a dos cosas: primera, no la estaba espiando particularmente... aún; y segunda, conocía y aprovecharía (???) su relación con J.P.

Recorrí con el dedo las filas de libros, estante por estante, disfrutando del momento de la selección. Tomé un ejemplar que se veía prometedor, en realidad no era muy grueso, tenía la pasta azul y el título blanco.

Tras el agujero que se acababa de formar en el sitio donde se encontraba el libro apareció un rostro que se me hizo extrañamente familiar...

-¿Rox...anne?- pregunté anonadada de venir a encontrármela en este sitio. Carraspeé un poco incómoda-. Que coincidencia, hace mucho no te veía.

Tamborileé los dedos sobre el libro que aún sostenía en las manos; aunque apenas la había visto de unas pocas veces, sabía que Roxanne, a pesar de ser la hermana de mi madre adoptiva ( ), también mantenía una relación con mi padre J.P

-Esteee... ¿quieres tomar algo?- le ofrecí mientras daba la vuelta al estante hasta encontrarme a su lado-. Si quieres podemos ir a sentarnos.

Caminaba con paso alegre hacia la librería, libros y café, mi paraíso, pensé mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.

Por lo general la Academia no había sido más que un lugar de tortura para mí, con todas esas clases complicadas y exigencias que me mantenían al límite, pero ahora que había acomodado mejor mis horarios (y, sinceramente, aplazado el cursar un par de clases) tenía el tiempo suficiente para recorrer algunos sitios un poco más atractivos.

Entré a la librería con sigilo, ya que los sitios de lectura siempre me habían parecido de cierta forma, sagrados.

Sin dudarlo me acerqué a una estantería y me puse a rebuscar entre los libros algo que fuese de mi interés, un tenue aroma a café recorría el lugar y me enloquecía los sentidos.

Como adoraba esa bebida.

Alexander Bonetti

Alex miró asqueado a su compañero, el comentario de Ethan estaba totalmente fuera de lugar. Sin embargo, el italiano se limitó a sacudir la cabeza por lo bajo mientras miraba más de cerca el cadáver que reposaba sobre el suelo; cada milímetro del cuerpo estaba en una posición perfecta: las piernas se encontraban juntas, extendidas sobre el suelo de mármol, uno de los brazos permanecía pegado al costado de la víctima y el otro reposaba sobre el pecho firmemente cerrado en un puño.

Alexander observó los detalles, subiendo lentamente la mirada por la anatomía de aquel hombre, sus ojos negros se detuvieron sobre el rostro del muerto, la boca estaba ligeramente abierta, dejando entrever algunos dientes amarillentos y la punta de la lengua que sobresalía entre ellos; la piel descolorida parecía marchitarse más a cada segundo que pasaba y los ojos abiertos en expresión de terror eran de un color azul… azul helado, azul muerto, de frío, de dolor, azul terroríficamente quieto.

El ojinegro quedó petrificado durante un segundo, la escena simplemente lo había dejado anonadado. Jamás había visto algo tan terriblemente perfecto; un extraño placer lo recorrió por la espina dorsal.

-Esto no fue al azar- dijo por lo bajo, mientras tocaba ligeramente la mejilla de la víctima con las yemas de los dedos índice y medio de la mano derecha-. Tan solo vean… la posición del cuerpo… los brazos… todo es tan limpio… y luego, el rostro…

La excitación provocaba que sus frases se entrecortaran. Durante toda su vida, Alexander había vivido rodeado de personas a las cuales leerles las facciones resultaba incluso más sencillo que leer un libro de cuentos infantiles. Ahora, que este ser tan divino se encontraba frente a él, le parecía que todo había sido un desperdicio de tiempo.

Ninguna expresión era más deliciosa para leer que la de un muerto.

Deslizó las manos con delicadeza sobre el frío cuerpo hasta dar con el puño que se apretaba contra al pecho, son sumo cuidado levantó el brazo que parecía de piedra y dedo a dedo comenzó a abrir la mano, lo que hubiera ahí la persona no lo hubiera llevado antes de morir, sino que probablemente lo hubieran colocado en el sitio post mortem, ¿qué podría ser?.

OFF.

A ver qué hacen con eso

…creo que mi pj es un depravado

Alexander Bonetti

Alexander llevaba toda la mañana sentado en aquella cafetería, el libro que sostenía entre las manos estaba abierto por la página diez al menos desde media hora atrás, ya que sus ojos negros deambulaban entre las mesas, deteniéndose por segundos en cada cliente, para luego continuar con su silencioso recorrido.

Le encantaba hacer aquello, la fascinación que sentía por todas esas personas era prácticamente indescriptible. Tomó otro sorbo de su taza, el líquido amargo bajó por su garganta calentándole el estómago y haciendo que lo recorriese aquella onda de placer que le proporcionaba la bebida. Unos minutos después, y muy a su pesar, se levantó de su sitio y deslizó algunas monedas sobre la mesa, se colocó el saco negro que se encontraba colgado en su respaldo y libro en mano se dirigió a la esquina más próxima, donde al dar la vuelta se desapareció en dirección a la Academia.

Dentro de la Academia no le fe difícil localizar el sitio donde se llevaría a cabo la clase, no porque se lo hubieran explicado antes, sino más bien por las personas que se dirigían hacia aquel lugar, eran pocas… pero Alexander lo sabía, quizá fuese la forma de caminar de aquellos estudiantes lo que le decían al ojinegro que su destino estaba cerca.

Cruzó las puertas de la sala justo en el preciso momento en que una mujer se presentaba frente a los estudiantes, Alexander la observó por un instante mientras se iba a sentar en un sito distante de la habitación. La profesora Stark, como se había presentado, parecía una mujer de mano firme y poco dispuesta a ceder, tras su comentario sobre la elegancia Alexander no pudo más que esbozar una ligera sonrisa, apenas moviendo hacia arriba las comisuras de los labios. Para él la elegancia significaba una verdadera distinción; el chico, quien había vivido toda su vida observando los pequeños detalles que hacían a una persona ser como era, sabía que la vestimenta era parte fundamental de la personalidad de las personas.

El profesor Laurent, en cambio, parecía más relajado y bonachón. Les dio la bienvenida en ese tono jocoso y alegre que llevaba a Alexander a pensar que su personalidad era más extrema; sencillamente nadie podía estar tan feliz todo el tiempo, tal vez deberían de tener más precaución con él que con la profesora Stark.

Sus compañeros comenzaron a presentarse, Alexander se revolvió incómodo sobre su silla cuando notó que él tendría que hacer lo mismo, pasó una de sus delgadas manos por su barbilla, sintiendo la rala barba que le crecía de una forma, aunque le costaba admitirlo, algo desaliñada.

Cuando terminaron de presentarse la mayor parte de los estudiantes, el italiano levantó el rostro, mirando a todos a su alrededor mientras hablaba, de esta forma podría evaluar sus expresiones ante su presentación.

-Mi nombre es Alexander Bonetti- declaró con voz gruesa-. No creo que haya algo sobre mí que deban saber, simplemente no causaré problemas.

Alexander sabía cómo debía hablar, el volumen y el tono siempre era el correcto, a veces podía fingir una gran tranquilidad cuando por dentro llevara un hervidero de emociones contrariadas; otras, en cambio, su voz reflejaba rudeza cuando simplemente no quería ser molestado.

Sea cual fuera el caso, la presentación del joven había sido corta y en lo que cabía, contundente. Su tono había sido amable, aunque las palabras quizá no fueron elegidas con tanto cuidado como Alexander hubiese preferido.

Volvió a bajar la cabeza, aunque su mirada se mantuvo atenta al resto de la clase. Sabía que habría algo interesante que hacer durante ese momento de su aprendizaje.

OFF.

La fichita:

Sobre mí... pues me llamo Laura y tengo cofcof15cofcof soy de México y amo el chocolate, el café y la luna *o*

No sé que más decir... voy en el 2do año de bachillerato y me gusta ver el fut por la tele

también me gusta leer y hacerle la vida imposible a los demás ok, eso último no xD

Perdón por la tardanza... pero esto de cambiar de sexo (?) es difícil >.<

Sé que debí editar mi ficha hace mucho x.x en fin, buenas noches o días al guapo/a mode que se pase por acá a cumplirme mis caprichos de las 2 de la mañana xD

Dejo los cambios de mi ficha, y seguro que en un mes de nuevo estoy por acá porque mi historia es terribleee...

 

Edad: Joven, 16 años.

 

Familia(s):

* Familia 1: Myrddin

* Familia 2: Rambaldi

 

Padre(s) Sanguíneo: J.P. Rambaldi Ravenclaw

 

Padre(s) Adoptivos: Niqqui A. Rambaldi

 

Aspecto Físico:

Cabello castaño, largo (hasta media espalda), fino y ondulado. Ojos verde olivo. Alta y delgada.

 

Cualidades Psicológicas:

Por lo general no es muy sociable, aunque cuando se lo propone logra entablar relaciones con otras personas, sobre todo si la persona en cuestión posee una característica que le parezca interesante o cautivadora.

Es muy soñadora y distraída, se pierde con cualquier mínimo detalle a su alrededor o dentro de sus propios pensamientos; en ocasiones divaga mucho al hablar, yéndose por las ramas.

Es difícil hacerla enojar, pero cuando se exaspera prefiere terminar de forma tajante la situación que le molesta, aunque a los cinco minutos vuelve a ser la misma chica risueña que jamás tiene nada en contra de nadie.

No tiene enemigos, ni siquiera conoce a alguien con quien se lleve mal; ya que las personas que actúan de un modo que parecería incorrecto, grosero e incluso enfermizo, le atraen aún más. Haciendo que se pregunte que es lo que sucedió en su vida para que se comporten de esa forma.

En general aprecia el arte, la música, la literatura y el drama; y tiene una naturaleza demasiado sensible.

Debido a su pasado en ocasiones le es difícil abrirse a los demás, aunque lo ha llegado a hacer con personas que son verdaderamente importantes para ella.

Siente una afección especial hacia los animales, a veces más que hacia las personas

 

Historia:

Demona Alanna Night nació en el seno de una pobre familia, en ella sus padres, John y Mary Night, eligieron sus nombres debido a que su hija era para ellos al mismo tiempo una maldición (Demona= Demonio), y una luz en su vida (Alanna= Brillante).

Demona no tuvo una infancia agradable, ya que sus dos padres murieron de hipotermia en un frío invierno en el que la familia no tuvo donde dormir, desde entonces la pequeña niña recorría sola las calles en busca de algún cobijo.

Después de un tiempo de llevar esta lamentable vida, una persona la denunció a las autoridades por hurgar en sus botes de basura en busca de comida; Demona, entonces, fue llevada a un orfanato donde permaneció por espacio de cuatro años; durante esa estancia en ese sitio tuvo la suerte de ser adoptada por Niqqui Rambaldi, quien además de darle todo el amor que le faltaba le obsequió la suerte de tener hermanas.

A los doce años (tan solo un año después de haber sido adoptada) le empezó una depresión que no la dejaba ni comer, así que decidió salir de su casa, en la mansión Rambaldi, por un rato.

Pero el tiempo es caprichoso, y cuando menos lo pensaba Demona se encontró a kilómetros de su hogar, sin siquiera ganas de regresar con su familia; fue entonces cuando comenzó a vagar, yendo de un lugar a otro y recordando la vida que llevaba con sus padres. Su familia se preocupó en un principio por su repentina desaparición, pero después de constantes cartas se tranquilizaron diciéndole que regresara cuando se sintiera preparada.

Al crecer fue admitida en la Academia, donde se encuentra actualmente sumergida es sus elucubraciones y mágicos sueños donde aún juega con sus padres biológicos a encontrar el mejor refugio...

 

 

Otros datos:

Demona ama el chocolate, el café y los días con viento. Generalmente lleva las manos manchadas de tinta o algún otro tipo de pintura. Siempre tendrá una sonrisa para todo aquel que la necesite.

 

 

Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Myrddin.

Ammm... me parece que es todo xD eso de agregar familias es una lata.

*deja chocos a quien edite y a los chismosos que lean esto*

PD. Por cierto, que hace poco que hice una compra en el Magic Mall, acá está el retiro del dinero de mi bóveda, pero al parecer aún no se pasan por aquí para agregarlo u.u hay algún tiempo aproximado para esto?

Seguí al pie de la letra las instrucciones que me indicaban en la carta de mi clase por cursar: Bando y perfil. Aún así no tardé más de diez minutos en el bosque antes de admitirme a mí misma que me había perdido de una forma espantosa.

-Tengamos la clase en un bosque, será divertido- refunfuñé por lo bajo mientras tropezaba con la raíz de un árbol-. Podrán jugar a caperucita y el lobo, y recoger moras silvestres, no se preocupen por las acromántulas, centauros, hombres lobo y demás bestias que vivan ahí. Si los encuentran morirán rápido y casi sin dolo... ¡ahhh!

De una forma que no conseguía entender unas pequeñas ramas se habían enredado en mis botas negras, haciéndome caer de bruces sobre el suelo verde, para colmo, al caer lo había hecho sobre mi muñeca izquierda, la cual se dobló bajo mi cuerpo haciéndome lagrimear de dolor. Me incorporé despacio, ayudándome de un árbol cercano, al ponerme de pie noté que dicho árbol tenía una marca curiosa; metros más adelante logré ver la misma marca en otro árbol y así sucesivamente hasta donde alcanzaba a distinguir.

Bueno, pensé mientras terminaba de desenredar las últimas ramas de mis pies, a donde sea que conduzca esto será mejor que estar dando tumbos a ciegas...

Recorrí el trecho de sendero por donde me guiaban los árboles, y cuando estos desaparecieron me encontré ante un claro del bosque con sillas rodeándolo, y varias personas en ellas.

Algunos me voltearon a ver, yo bajé la vista avergonzada por mis pantalón manchado de verde a la altura de las rodillas, mi cabello revuelto y la mano izquierda firmemente acunada contra mi pecho. Me dirigí a la silla más cercana y me senté en ella, una joven junto a mí se me quedó viendo mientras intentaba girar la muñeca con una expresión de sufrimiento en el rostro.

-No es nada- le aseguré con una sonrisa que más seguía pareciendo una mueca de dolor-. He estado peor, solo me la torcí un poquito.

Cuando la clase estuvo completa las dos profesoras se dirigieron hacia nosotros, puse mucha atención a las palabras de ambas, haciendo algunas muecas ante las afirmaciones que no me agradaban. Cuando hubieron dado un encuadre aproximado de lo que veríamos en la clase nos pidieron que nos presentáramos; uno a uno todos se fueron poniendo en pie para decir algo sobre ellos, una joven sentada al otro extremo de donde me encontraba permaneció en su asiento mientras se presentaba como Erath Anarion, el simple hecho de permanecer sentada al momento de hablar me hizo fruncir el ceño, preguntándome si siempre sería tan descortés, ¿cuál sería la razón de ello?

-Me llamo Demona- dije con apuro al ponerme en pie, ya que no había notado que era mi turno- y pertenezco a las familias Myrddin y Rambaldi. Es un placer compartir la clase con todos ustedes, espero ansiosa conocer sus puntos de vista para este tema que para mí no es más que un dolor de cabeza.

Les sonreí sacudiendo la cabeza y volví a tomar asiento, la muñeca me punzaba de forma constante, así que tomé la pañoleta negra que llevaba atada alrededor del cuello y la amarré fuertemente usándola como venda, al menos así no me lastimaría con algún movimiento.

OFF.

Bueno, algo corto: me llamo Laura y tengo 15 años, soy de México y soy adicta al café y al chocolate

Wow, si que fue corto, empezaré a copiar mis presentaciones que en todas las clases nos las piden

Aunque me haya tardado un poco en postear, esta clase es bastante interesante para mí, ya que quiero ver si seguiré siendo neutral forever, como me prometí a mi misma. Quien sabe, tal vez la oscuridad me tiente o la luz... yo que sé (?)

Nos seguimos leyendo

Observé a Ania alejarse de nosotras, alegando que probablemente querríamos platicar de algo; en realidad yo no consideraba eso, así que simplemente me dediqué a juguetear con mi varita mientras me sentaba en un sillón cercano.

-Mira lo que tenemos por aquí- le comenté a Mar indicándole con la mirada el sitio donde los pasos de Ania se habían detenido-. Los nuevos van llegando, esperemos no tarden demasiado que me empiezo a aburrir.

Suspiré con desánimo, hundiendo la punta de mi varita en la tela del sofá y viendo como mi amiga charlaba con el recién llegado, una línea negra que ascendió por el aire en forma de humo me hizo darme cuenta de la quemadura que le acababa de provocar al mueble; retiré mi varita con rapidez y la escondí en el bolsillo de mi sudadera, fingiendo total inocencia.

El nuevo caminó un par de pasos hacia el centro de la habitación, observando a su alrededor y centrando su mirada por un momento en Mar y en mí, ya que éramos las únicas que nos encontrábamos en el sitio, además de ellos dos, y la jefa de la casa, quien aún después de presentarse con nosotras había permanecido en la sala.

Sin nada mejor que hacer me acerqué a ella, no tenía muy claro como debía llamarla... sin lugar a dudas no podía referirme a ella como profesora, aunque estando en la Academia era una de las mejores cosas que se me ocurrían... ¿señora? muy formal, ¿señorita? demasiado extraño, ¿...jefa? no, definitivamente no.

Llegué a su lado y me senté junto a ella, rindiéndome por fin y eligiendo el único nombre que parecía adecuado para comenzar

-Galedra (? xD)no sé que pienses al respecto, pero para mí que deberías traerte de las orejas a los nuevos dragones- reí y volví a sacar la varita de mi bolsillo, pasándola de una mano a otra y creando volutas de humo blancas en el aire-. Aunque no puedo negar que tenemos una buena prefecta- observé a Ania a quien el sonrojo apenas se le iba pasando y sonreí-, alguien tenía que dar la bienvenida de forma cálida...

Tarea light? Bah, mejor no dejen tareas, ¿todos aprobados! wiiii

T.T Creo que nunca daré clases en la Academia, aunque mis alumnos me querrían mucho :3 No se crean, que yo también quiero a mis profes aunque me dejen tareas u.u lamentablemente eso solo sucede aquí, mugglemente odio a TODOS mis profes ¬¬

Eeeeen fiiiin... mi nombre muggle es Laura, y un segundo nombre que me ahorraré por eso de los molestosos e.e tengo CASI 16 y un complejo por ser tan pequeña en el foro, así que cuando digan mi edad no olviden el CASI 16, no 15 e.e

Estoy empezando el 2do año de preparatoria/bachillerato en la tarde; a propósito de eso amo las tardes y las noches, las mañanas no deberían existir u.u

Soy adicta al chocolate así que ni pienses, Gitax, que te voy a dar uno solo de mis chocolates! Repruébame si es necesario (?

Me da pereza seguir con mi descripción, así como sé que a ustedes les da leer todo xD Pero pueden agregarme al msn (está en mi perfil) y platicamos un rato

Mi personaje es Demona Alanna, y pertenece a las familias Rambaldi y Myrddin. Es neutra la guapota, también es bromista, y casi nunca se enoja con nadie, al menos no por mucho tiempo... de hecho es bastante buena chica, pero ya lo verán en los roles...

Aghh... creo que es todo xD Llevo apenitas 2 meses en el foro, cofcofnocomoeleternoaspirantecofcof (??)

Nos seguimos leyendo

PD. Gitax, ¿tienes 13? omg, te adoro, te idolatro, te amo, te a mordido un perro (? xD que genial que seas tan genial tan joven! (ay si, lo dice la anciana u.u)

EDITO:

sdfghjkl Rada, creo que tu nombre está mal escrito en el... banner? de la clase xDD

Reí por lo bajo mientras observaba a Mar acercarse a nosotras, nos abrazamos y la felicité por haber quedado en la mejor casa (?)

-Más que bien- le contesté a Ania con una sonrisa- Ania ella es Mar, mi hermana. Mar, ella es Ania, una gran amiga de la Academia

En cualquier caso me alegraba muchísimo que ambas estuvieran en la casa de los dragones, conmigo.

Ania se deshizo de mi embrujo punzante, por lo que aproveché y me empecé a incorporar, quedando hincada y con la espalda totalmente recta, lista para atacar.

Observé que se preparaba para lanzar su siguiente hechizo, así que levanté mi varita exclamando:

-¡Silencius!- de forma inmediata Ania quedó muda, dejando su hechizo hasta la mitad- ¿Te dejé sin palabras?- bromeé aún apuntándola con mi varita- déjame hacer algo más por ti: petrificus totalus

El rayo salió disparado hacia su posición, en caso de impactar contra ella, la dejaría completamente inmovilizada.

Sentí como las rocas se enterraban en mis rodillas, produciéndome cierta incomodidad, debía ponerme en pie cuanto antes. El sonido de un trueno retumbó en la pared de roca, y se desató la tormenta.

Me parecía impresionante la forma en como el tiempo jugaba con nosotros, en un instante todo parecía marchar sobre ruedas: desde mi punto de vigilancia en las cocinas todo era de lo más normal; en la habitación principal, donde se llevaba a cabo la reunión, los comensales charlaban amenos, probablemente compartiendo anécdotas divertidas o chismes corrientes. Como siempre sucedía cuando tanta gente tan importante se reunía en un espacio tan reducido.

Pero en cuestión de segundos todo había cambiado: ahora, los llantos llenaban el silencio que la muerte había dejado tras de sí; las acusaciones no tardaron en llegar, los embajadores comenzaron con leves señalamientos entre ellos, que fueron aumentando a verdades nunca antes dichas y sin duda, si no hubiésemos intervenido antes, a enfrentamientos físicos.

-¡Señores por favor guarden la calma!- dije acercándome a un par de hombres, uno de ellos: alto y canoso, bajo el brazo, ocultando en su bolsillo la varita con la que momentos antes apuntaba al otro embajador-. Sé que es mucho pedir por el momento, pero necesito que me cuenten lo que sucedió esta noche. Cualquier cosa rara que haya visto alguno de ustedes, que hayan escuchado, un detalle que hubiéramos pasado por alto...

El otro hombre, que probablemente rozaba los treinta de edad me volteó a ver con el seño fruncido, sus ojos eran tan oscuros que tuve que contener el impulso de retroceder ante su fiera mirada. Su cabello, también negro, permanecía perfectamente peinado hacia atrás.

Señaló a su compañero, quién permanecía inmutable en su lugar.

-¿Por qué no se lo preguntas mejor a él? Apuesto a que es el causante de todo este alboroto.

-¿Yo el culpable? ¡No difames, muchacho!- el hombre canoso agitaba vigorosamente las manos al ritmo que hablaba.

-Todo el mundo sabe que usted tenía problemas con ese pobre hombre al que la vida se le acaba de ir como un suspiro- los ojos del más joven flameaban con locura mientras ambos seguían intercambiando palabras.

-¡Es suficiente!- dije alzando la voz, cerré los ojos un instante, sabía que no era correcto hablarle así a dos personas con tan altos rangos políticos. Cuando volví a hablar procuré el tono de mi voz fuera más formal-. Perdonen que sea tan impertinente, pero insisto en que necesito toda la información que me puedan dar.

-Pues yo me niego a permanecer un segundo más junto a este... jovenzuelo. De su boca no salen más que mentiras- el hombre dio media vuelta y se marchó, hundiéndose entre la multitud. Lo observé alejarse mientras volvía mi mirada al pelinegro.

-Espero que puedas cooperar un poco más que el embajador que acaba de irse.

-Lo que he dicho no es más que la verdad- el joven se cruzó de brazos- aquél hombre al que acabas de dejar marchar no es más que el Embajador Búlgaro, un humano cruel y sádico que no entiendo como es que ha logrado tener su puesto durante tantos años. Y creo que ese es el problema, han corrido rumores de que el sr. Embajador deseaba hacerse del puesto del alemán. ¿No te parece suficiente razón?

Obviamente que no me lo parecía, así que simplemente asentí con la cabeza y lo invité a continuar, él se encogió de hombros dando a entender que no agregaría nada más.

Me despedí y le sugerí que no intentara salir hasta que todo terminara, cuando me alejaba en dirección contraria oí su voz y volteé para escucharlo decir.

-El Embajador búlgaro en realidad nació en Alemania, peor fue descubierto en una redada que incluyó a varios muggles y magos torturados e incluso muertos. Se le obligó a abandonar el país, así que fue a Bulgaria por el asilo de algunos familiares. Desde entonces que ocupó su rango político; aunque estoy seguro que daría lo que fuera por regresar a su país y obtener lo que el considera como suyo.

Me quedé quieta en mi lugar, como si sus palabras me hubieran entrado por un oído y se hubieran atascado en algún sitio antes de llegar el centro de procesamiento, poco a poco me recobré, asentí nuevamente con la cabeza como si el comentario no hubiera modificado nada en la investigación y corrí a buscar al hombre canoso.

Otra compañera se me acercó, Ania me comentó que creía tener un sospechoso, yo apenas la escuchaba. Murmuré un par de cosas acerca de que regresaba en un momento y seguí en mi búsqueda.

-Mi compañero para ser sincero no merecía ese puesto, hay personas que podrían haber hecho su trabajo mejor que él, pero con su permiso, debo ir con mis compañeros- escuché su voz incluso antes de verlo, iba levantándose de un sillón donde otra compañera mía, Mar, hablaba con él.

De nueva cuenta se volvía a alejar de mi vista.

-No dejes que se vaya, Mar- intenté advertirla, cruzamos una mirada y ella entendió casi al instante, tal vez yo no era la única que sospechaba de aquél hombre. Llegué al lado de mi compañera, sin saber si decirle todo o simplemente para pedirle que me ayudara a buscar al búlgaro, estaba a punto de optar por la primera opción cuando todo se sumió en la oscuridad.

Saqué mi varita al instante, volteando tras de mí donde estaban todos reunidos, avancé mientras murmuraba el <<Lumos>> que iluminaba mi camino. Unos minutos después la luz regresó, escuché la exclamación de un hombre que me prometía que nada bueno acababa de suceder. Observé a Mar y ambas nos dirigimos al centro del alboroto, un corro de personas formaban un medio círculo en el extremo del salón y ahí en el suelo se encontraba el joven de ojos oscuros con el que había hablado anteriormente. Muerto.

OFF.

Bueno, ahora las tareas...

Y creo que eso es todo... nos vimos luego

Edito: es el rol más largo que he hecho xDD

Boba yo, borré mis cualidades psicológicas y ni me di cuenta, las tendré que volver a escribir

El intercambio de daños que Ania había permitido, consiguió que mi rayo le impactara en el rostro, de la misma forma su desmaius me había dado directo en el pecho. Perdí la conciencia por un corto tiempo; apenas empezaba a incorporarme con la cabeza aún dándome vueltas cuando noté que mi varita se encontraba a pocos metros de distancia de mí, aprovechando que mi contrincante aún conservaba los efectos de mi embrujo punzante me arrastré hasta tener la varita al alcance de mi mano, la tomé y apunté hacia mi boca, murmurando:

-Evanesco- la cuerda, que aún permanecía firmemente amarrada alrededor de mi cabeza, desapareció.

Ahora sí estábamos más parejas, la gama de hechizos verbales estaban nuevamente a mi alcance; aunque eso no quitaba que siguiera sentada en el suelo, seguramente si intentaba ponerme de pie perdería el equilibrio, aportándole aún más ventaja a Ania.

-Y yo a ti- le respondí observando mis tobillos amarrados.

Rol para tarea de RB

Una joven trabajadora del Departamento nos indicó que la siguiéramos hasta un cubículo vacío, donde tomó nuestros formularios y se dispuso a revisarlos.

Esperé pacientemente mientras marcaba con la cabeza y el pie derecho el ritmo de una canción que sonaba en mi mente; comencé a tararearla por lo bajo, observando una de esas ventanas de cielo azul que brillaban dentro del cubículo. Era extraño, el Ministerio de Magia se encontraba más bien sumergido bajo las calles de Londres, en realidad nunca me había puesto a pensarlo, pero, ¿cómo podía ver aquél cielo estando en el subsuelo?

Me acerqué a la pared, tanteando con los dedos el marco de la ventana y luego el vidrio, parecía bastante real, me preguntaba... ¿qué pasaría si la abriera?

Acerqué mis dedos a la orilla, accionando el seguro que la mantenía perfectamente cerrada...

-Es todos chicos y chicas, sus registros de elfos y el de vampiro han sido aprobados. Si necesitan algo más agradezco que me lo hagan saber antes de entrar a mi oficina- di un respingo ante la voz que me había sacado de mis pensamientos.

<<Ya no tengo edad para estos sustos>> Pensé entre risas mientras me entregaban los papeles de mi registro.

-Muchas gracias, creo que sería todo por ahora- me despedí de los presentes, murmurando algo acerca de vernos en clases y salí de la oficina, encaminada hacia mi hogar.

<<¡Qué diablos!>> Pensé mientras las tres cuerdas de Ania impactaban contra mí, amarrando mis muñecas, mis tobillos y mi boca, dejándome incapaz de articular hechizos verbales.

Mis opciones eran reducidas, la lista de encantamientos que podía realizar sin hablar no me dejaban muchas posibilidades para atacar a Ania, sin embargo si no me deshacía de la cuerda de mis muñecas me sería imposible atacarla de ninguna forma.

En cualquier caso sabía que debía tomar mi decisión de la forma más rápida o ella atacaría primero y no podría defenderme.

<<Evanesco>> Pensé, mientras sentía como el encantamiento hacía desaparecer la cuerda que me sujetaba ambas manos. Las lancé hacia adelante, ayudándome con ellas a incorporarme a medias, y así quedar sentada de frente a Ania. La apunté fijamente con mi varita, mientras pensaba <<Embrujo Punzante>>. El rayo salió despedido directo hacia a ella, en caso de que lograra dar en su objetivo desconfiguraría su rostro, como su tuviese una alergia. Además le produciría mucho dolor y una vista no muy clara.

Entorné los ojos ante la divertida idea de ver a Ania en esas condiciones; por desgracia, recién el rayo salía de mi varita, otro rayo salió de la de mi contrincante y ambas luces se encontraron a medio camino: impactándose y desperdiciando su efecto en chispas que se desvanecían.

Esperaba que esto no durara mucho, porque ahora era yo la que me encontraba en desventaja.

Tarea para RB ( e.e )

-Gracias, tía- le sonreí a Jay recibiendo el documento firmado y autorizado por ella-. Cuídate. Nos vemos luego-

Leí el documento mientras golpeaba con los dedos el escritorio de mi tío, cuando estuve segura de conocer todos los datos lo recargué en el mueble y comencé a rellenarlo.

Formulario del examen de vuelo:

 

 

Ficha de Identificación Personal:

 

~ Nombre del examinado: Demona A. Night

~ Enlace a su ficha personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=97750

~ Persona a la que se avisará en caso de terminar en el Hospital San Mungo: Jay Amaya Haughton

 

Consentimiento informado:

 

La escoba es el único objeto legal como medio de transporte que no necesita ser registrado. Es una de las formas de transporte mágico más utilizada y aceptada en Gran Bretaña, aunque es algo cultural. En el pasado, los magos eligieron la escoba como medio para volar por ser discreta, barata y fácil de llevar.

 

Los alumnos de RB de la Academia de Magia y Hechicería que hayan sido mandados al Departamento, deberán recurrir al Consejo Regulador de Escobas para realizar el examen. Con esto se sabrá si el mago o bruja está capacitado para manejar el medio de Transportes.

 

Yo, Jay Amaya Haughton, tía de Demona A. Night, he leído y comprendido el presente informativo, asumo los riesgos que mi sobrina corre al realizar el examen de vuelo y libro de toda responsabilidad al Departamento de Transportes Mágicos.

 

Firma del responsable

Jay Amaya Haughton

Leí de nueva cuenta el formulario, realmente no quería que nada saliera mal ya que presentar ese examen era obligatorio para aprobar mis clases de la Academia.

Cuando le di el visto bueno se lo extendí a Dylan, y volví a tamborilear con los dedos sobre su escritorio. En espera de que fuera aprobado.

Cuando esto sucedió le di las gracias y me retiré de su oficina, nerviosa por mi próximo esxamen.

Floté dentro de mi cabeza, perdida en un sueño demasiado real, ahora no parecía como si estuviese dormida ya que era consiente de todo lo que había sucedido antes de mi desvanecimiento. Suspiré aliviada, ya que el desmayarme había acallado muchas de mis dolencias, aunque ciertamente no me sentía cómoda; volteé hacia abajo para ver mi cuerpo, llevaba la misma ropa que usaba en mi salida con mi hermana Bini, aunque ésta se encontraba limpia y entera, a diferencia de la que llevaba en esos momentos en mi celda en Numengard: rasgada y cubierta de aquél líquido rojizo que emanaba de mi cuerpo.

Al pensar en eso el sueño cambió, ahora estaba hundida hasta las rodillas en sangre, el color carmesí lo inundaba todo, y empecé a temblar tanto dentro como, probablemente, fuera del sueño.

Solté un grito agudo, que tan solo yo escuché dentro de mi cabeza.

Lo único que me consolaba es que pronto saldría de ahí.

Tarea para RB ( e.e )

Llegué al Departamento de Transportes Mágicos algo desorientada ya que jamás había pasado por esa parte del Ministerio de Magia. Miré a mi alrededor con inseguridad buscando el rostro conocido que necesitaba; me pasé una mano por el cabello, recogiendo algunos mechones castaños tras mi oreja izquierda.

-¿Buscas a alguien, querida?- me preguntó una voz femenina de forma amable, dí un respingo espantada por su presencia jalándome ligeramente el cabello que aún tenía entre las manos. Solté un quejido acariciándome el cuero cabelludo.

-Si, busco a Dylan- respondí con el ceño fruncido-. Kyle Knight- añadí ya con una media sonrisa.

La joven me guió hasta la puerta de una de las oficinas, abriendo sin tocar y yo, claro, entrando sin preguntar.

-Oh-oh, espero no haber interrumpido nada- dije entre risas viendo que Jay se encontraba en la misma oficina, pero al ver que ambos estaban rellenando papeles me encogí de hombros-. Supongo que no. Vengo por mis papeles para mi examen de vuelo, tío, aunque supongo que ya lo sabías. Espero puedas darme los formularios.

Le sonreí a Dylan mientras me acercaba a saludar a Jay con un beso en la mejilla.