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Isabrella

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Mensajes publicados por Isabrella

  1. A penas y tuve tiempo de reorientar el palo de la Nimbus para no chocar contra mis compañeros. En algún momento había perdido a mi amiga, y eso era una de las cosas que más me preocupaban, sobre todo porque los dragones me pisaban los talones.

     

    La escoba dio un bandazo cuando la giré por el mango, de manera que mi aterrizaje fue malo, o quizá peor que eso. Me fui de bruces, sin tiempo para meter las manos. El palo dio contra un árbol (pero afortunadamente no se rompió la escoba) y me tiró al suelo.

     

    Sentía algo de vértigo, pero me obligué a centrarme y ubicar a alguien a quién pudiera transmitirle mi alarma. Tomé a Coco por los hombros y le dije a penas:

     

    - Los dragones... ya vienen- y cualquier palabra luego de eso habría sido un lujo, una llamarada se elevó sobre nuestras cabezas.

     

    Fuego. El punto débil de un vampiro. Pero en ese momento no importaba mucho mi integridad física, debíamos alertar al resto ya que las bestias se dirigían hacia el lugar donde se suponía estaba el otro equipo. Me encontraba dividida. Quería correr a avisarle a Evolet, Gael y el resto, pero Etoile no estaba.

     

    Sin dejar de sujetar a Coco por los hombros, y moviéndolo un poco para hacer énfasis, le dije:

     

    - Tienes que avisar a los demás, los dragones van a ir por el otro equipo. Yo tengo que ir por Etoile.

  2. OFF:

    Dejo aquí por lo pronto lo que pondré en mis actualizaciones del siguiente mes, las de éste están cubiertas. Saludos.

     

     

    FICHA DE PERSONAJE

     

     

    Datos Personales:

     

     

    Nombre del Personaje: Isabrella Van Heller

     

    Sexo: Femenino

     

    Edad: 17 años físicos, 21 existenciales

     

    Nacionalidad: Italiana

     

    Familia(s):

    * Familia Westrong

    * Familia Rambaldi

     

    Padre(s) Sanguíneo:

    Jacob Thomas Tenshi, aún no está en el foro

     

    Padre(s) Adoptivos:

    Madre adoptiva: Nym3Puntitos Malfoy Xtrong

    Padre adoptivo:David M. de Knightly

     

    Trabajo:

    --

     

    Poderes Mágicos:--

     

     

    Rango Social: Aprendiz

     

    Bando: Neutral

     

    Rango dentro del Bando: --

     

    Nivel de Poder Mágico: --

     

    Puntos de poder en objetos: 20

     

    Hechizos adicionales: --

     

     

    Puntos de poder en criaturas: --

     

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

     

     

    Habilidades Mágicas:

     

    --

     

     

    Conocimientos Especiales:

    --

     

     

     

    Perfil del Personaje:

     

     

    Raza: Vampira.

     

    Aspecto Físico:

    Cabello castaño, largo y risado hasta la cadera. 1.64 de estatura, complexión media. Ojos café oscuro, de forma un tanto rasgada y alargada. Quienes la conocen aseguran que sus ojos, ocultos la mayor parte del tiempo tras las gafas de sol, se tornan rojos cuando tiene sed. Tiene las manos pequeñas, lo cual le ha creado un complejo. Por lo regular viste con lo primero que encuentra en el closet, pero sus botas tipo militar no pueden faltar, una costumbre de sus días huyendo del Consejo. Además nunca se separa de sus gafas de sol muy oscuras ya que el astro rey le molesta siempre.

     

    Cualidades Psicológicas:

    Los demás la ven orgullosa y engreída, bastante fría y de carácter fuerte. En realidad es pasional, le gusta disfrutar de las cosas pequeñas, como la sensación de que la lluvia la moje, o ver a una libélula sobrevolar un lago a toda velocidad. Por lo regular es desconfiada, pero cuando tiene amigos, es leal en sumo grado. Le gusta el arte, la música, pero sobre todo la fotografía. Es adicta a la poesía, toda clase de novelas y las frases celebres que pueda reunir en uno de sus muchos cuadernos. No le encanta el contacto con humanos, sin embargo tampoco los odia. Por lo regular no bebe su sangre, pero cuando conoce a alguien que lo merece, bueno... es imposible resistirse algunas veces.

     

    Historia:

    Isabrella es hija de Jake Tenshi (el primer vampiro que existió en el mundo) y Sam Mathews (el alma del vampiro materializada en mujer), vocalistas de The Us, una banda que se dio a conocer a finales de la primera década del 2000. Nació en un callejón de Roma, Italia, cuando su madre fue mordida y asesinada por Dereck, el principal enemigo de su padre.

    Tiene cinco hermanos mayores: Ryan, Zack, Jim, Joe y Eliott, en ese orden.

    Isabrella vivió oculta del mundo los primeros quince años de su vida huyendo de la fama de sus padres, con tutores en casa. No le gusta la convivencia con los humanos por que está acostumbrada al mundo paranormal donde nació y creció, rodeada de hombre lobo y vampiros en el castillo en Inglaterra donde pasaba sus vacaciones visitando a su abuelo Roger Van Heller. En ese castillo, durante una de esas vacaciones, Isabrella se enamora de un hombre lobo, el mejor amigo de su padre y sus hermanos Ryan y Eliott. Él es mucho mayor que ella, pero eso no importa realmente. Se conocieron sólo durante un mes, y él se presentó todo el tiempo como un lobo, así que ella no conocía su cara, se comunicaban por cartas. Cuando al fin lo iba a conocer, él, el hijo del primer hombre lobo que existió en el mundo y su alma con figura humana, creyéndose traicionado por ella y su familia, desata la guerra entre las dos razas.

    La familia entera de vampiros se mudan a América, San Francisco, donde está la tumba de la madre de Isabrella. La chica se ve forzada a convivir más con humanos ya que su padre se vuelve a casar... con una cazadora...

    Isabrella encontró refugio en una familia de humanos que conoció en la escuela regular. Todo iba excelentemente bien hasta que ciertos secretos comenzaron a salir a la luz. Como ejemplo tenemos uno muy básico: la familia de humanos Reed no eran realmente humanos, eran todos licántropos, y no cualquier clase de licántropos, sino a la que pertenece el hombre lobo llamado Kristopher, mejor amigo de su padre y sus hermanos Ryan y Eliott. Isabrella decide perdonarlo a pesar de todo, el único problema radica en que el Consejo de seres (la asociación encargada de las leyes inmortales) no los quiere juntos por temor a la creación de un híbrido, de manera que fingen la muerte de Kristopher.

    En venganza a todo lo que le han echo, Isa se va lejos de todos, corta toda comunicación con su familia antigua, y se va a vivir al mundo mágico, a la espera de la oportunidad de resolver sus problemas.

    Si quieren algo más detallado, visiten y búsquenme en Potterficcs.

     

    Pertenencias:

     

     

    Objeto Magico Legendario:

    --

     

    Objetos Magicos:

     

    Objeto 1: Varita mágica. 35.75 centímetros, Madera de roble inglés, Centro de pluma de fenix, ligeramente elástica.

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Objeto 2: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

    --

     

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

     

     

    Criaturas en la Reserva:

    Criatura 1: --

    Clasificación: --

    Puntos de poder: --

     

     

     

    Elfos:

    * Elfo 1: --

    * Elfo 2: -

     

     

     

    Licencias, Tasas, Registros:

     

     

    Licencia de Aparición: --

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: --

     

    Registro de XXX:--

     

     

    Otros Datos:

     

     

    Otros datos:

    --

     

    Cronología de cargos:

    --

     

    Premios y reconocimientos:

    --.

     

    Links de Interés Referentes al Personaje:

     

     

    Link al Perfil de Comprador MM: --

    Link a Bóveda Personal: --

    Link a Bóveda Trastera: --

    Link a Bóveda de Negocio: --

    Link a Bóveda Familiar 1: Westrong

    Link a Bóveda Familiar 2: Rambaldi

     

     

    Y aquí les dejo mi corto y malvado rol. Les mandaré una sorpresita. XD

     

    ********************************************************************

     

    Me dejé caer contra el tronco de un árbol, temblaba incontrolablemente de los pies a la cabeza. Había recogido la Nimbus con dificultad y ahora descansaba a un lado, cerca de mí. Definitivamente no debí haber ido sola a ningún lado, los otros habrían podido ayudarme con el boggart. Aunque cierta parte en mi no quería que ellos vieran ESE boggart, no en esa forma.

     

    Había perdido el control un momento, por lo regular me convencía a mi misma que temía más a los dementores que a él, pero ene ese momento no supe que me pasó. Me pregunté si Gael, Etoile y el resto estaban pasando por algo similar. Esperaba que no. Entonces recordé el boggart de Gael... me pregunté qué historia había tras él, pero luego borré la idea, yo tampoco quería que supieran la historia detrás del mío.

     

    Me incorporé de nuevo sobre mis pies y barrí el lugar con la mirada. Casi doy un grito de alegría cuando me percaté lo que me rodeaba. Había cuatro nidos de dragón. Que cómo supe que eran de dragón, bueno, eran enormes y tenían huevos de diferentes colores con aspecto de piedra. Eran geniales.

     

    Y entonces las cosas se pusieron feas, unas enormes sombras pasaron sobre mi cabeza con dirección hacia donde estaba el resto. Esto era muy malo, así que monté la Nimbus y eché a correr (metafóricamente) hacia mis compañeros, por lo menos para darles un segundo de ventaja antes de que las dragonas que sobrevolaban mi cabeza llegaran a ellos.

  3. - Bien- le dije a Coco, quien parecía muy bueno en organizarnos a todos- Supongo que lo mejor es darnos prisa

     

    Parejas, eso no era bueno, en las películas muggles siempre comenzaba lo peor cuando todos se separaban. Pero bueno... Suspiré, tomando la mano de Etiole, haciéndole notar al resto que yo ya tenía mi pareja.

     

    - Alguien sabe si es temporada para que las dragonas estén con sus huevos- les pregunté, pero al no obtener respuesta comencé a caminar, alejándome del resto para cubrir más terreno. Llevaba mi varita fuertemente sujeta con la mano izquierda y la Nimbus con la derecha, sobre el hombro.

     

    Era un hermoso lugar, había árboles y más árboles por todos lados, aunque eso no me hizo mucha gracia, sabía que otra clase de criaturas mágicas se escondían en el bosque, sólo esperaba que no fuera un dementor o un boggart.

     

    Mis pasos a penas y sonaban sobre la tierra, pero a cambio yo podía escuchar a unos cuantos gnosmos correteando lejos de un conejo. Una brisa ligera me sacudió el cabello y supe que las cosas se iban a poner feas. Me había alejado mucho del resto.

     

    Al principio sentí un frío que me congelaba los pulmones. Eso no podía ser cierto, no de nuevo. En Generales había demostrado que yo no podía contra un dementor, mi patronus era muy débil. Intenté respirar y calmarme, diciéndome mentalmente que no era más que un boggart. Y entonces supe que tenía razón, pero no por eso me relajé, al contrario, las cosas se pusieron feas cuando el dementor desapareció de la nada, el frío se fue de momento, y de entre los árboles, por el mismo lugar que antes estaba saliendo el guardián de Azkaban, aparecía mi peor pesadilla.

     

    La Nimbus se me resbaló de las manos, y la varita por poco y sigue el mismo camino, se quedó a penas sujeta entre mis dedos flácidos.

     

    Una mirada gris me observaba desde sus dos metros y poco más de altura. Sobre esos ojos había un cabello negro, sedoso y lacio que yo había tenido entre mis manos mucho tiempo atrás. Mi corazón se comprimió de pena y por un momento olvidé que era un boggart. Lo pero del caso es que no se me ocurría nada en qué transformarlo. Una parte de mí sentía que lo ridiculizaba si lo transformaba, y otra parte lo único que quería era continuar viendo esa imagen. Tragué saliva y le sostuve la mirada.

     

    Entonces el boggart se desintegró. No estoy segura de por qué fue, por lo regular se van por la risa, pero también parece que desaparecen cuando aceptas tu fantasma interno, cuando continuas teniéndole, pero a la vez quieres verlo. Nunca me he considerado masocista, pero ese día comencé a durar.

  4. Agité mi varita al aire, preocupada porque nadie había puesto música aún. Cuando la radio se encendió me sentí un poco apenada, yo había crecido en el mundo muggle, así que no conocía mucha música de magos, por lo cual el Should I stay or should I go de The clash comenzó a sonar por toda la sala común.

     

    No sabía si mis compañeros sabían bailar esa clase de música, pero pensé que siendo música ellos se moverían a cualquier ritmo, al fin y al cabo éramos todos humanos. Mi padre decía que la música es universal.

     

    Tomé de la mano a Gael y a Etoile, moviéndome al ritmo de la música.

     

    - Vamos- los animé- No es hora de comer, esto es una fiesta.

     

    Elevé mi mano y la de Gael, para girar sobre mi misma, y esperé a que el resto comenzara a bailar.

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  5. Sin duda la suerte no estaba de mi lado, si bien parecía que la práctica se me daba mejor que la teoría, el profesor pudo protegerse fácilmente de mi ataque. Tampoco es que esperara otra cosa, por eso es profesor.

     

    El hechizo me dio justo en el pecho, y eso era muy malo. Por lo regular se dice que los vampiros no tenemos cosquillas, pero creo que yo soy la excepción a esa regla. Me tiré al suelo muerta de risa, sujetándome las costillas e intentando contener las carcajadas. La buena suerte fue que mi varita no cayó de mi mano, y mejor aún que no se partió cuando me vine abajo ante su ataque.

     

    - Fi.... fi...- estaba intentando con todas mis fuerzas hacer el hechizo, pero la risa no me dejaba, tuve que soltar una carcajada estruendosa e inmediatamente gritar:- ¡Finite!

     

    Y la sensación de cosquillas terminó. Me incorporé de un salto, sintiéndome terriblemente vulnerable. Puse la varita en alto, busqué con la mirada al profesor, estaba a suficiente distancia de mi para que no pudiera lanzarle llamas, así que lo mejor era buscar otra opción.

     

    - Tarantallegra- lancé el rayo, apuntando directamente a su pecho.

     

     

    ******************************

    OFF:

    Bien, parece que si se me da mejor la práctica. Muchas gracias a todos los que me ayudaron a entender un poco mejor esto.

    Es verdad, los movimientos físicos no se valen, y gracias por recordármelo. Lo tendré en cuenta de ahora en adelante.

    Continuaré intentando mejorar, muchas gracias de nuevo y nos seguimos leyendo.

  6. Suspiré, pensando que habría sido mejor hacer un dibujo en el pergamino, al final y al cabo habría tenido el mismo resultado. Si, ahí estaba yo, intentando hacer algo en que, a todas luces, parecía no ser buena. Suspiré una vez más, dándome ánimos, quizá no era buena en teoría, pero a lo mejor la práctica se me daba.

     

    Y me puse a eso, tenía el hechizo listo mucho antes de que el profesor lo dijera, fuera cual fuera, sabía que en eso no podía fallar.

     

    - ¡Protego!- grité casi histérica cuando él lanzó el expeliarmus dispuesto a quitarnos las varitas. El hechizo dio contra mi protección y fue absorbido por la misma, de manera que en ese momento no había más peligro.

     

    Entonces lanzó un rictusempra, que tristemente estuve a punto de no poder evitar el hechizo, pero me hice a un lado y el rayo dio en el lugar donde momentos antes estaba mi pie. Eso era bueno, por lo regular ya me reía mucho sin la ayuda de ese hechizo en particular.

     

    - Obscuro- grité de nuevo, en un intento por quitarle la visibilidad al profesor. Cualquier cosa si eso nos daba una ventaja. Esperaba que por lo menos, al no vernos, necesitara por fuerza el oído, y si éramos sigilosos y no nos escuchaba, seguro saldríamos de esa.

  7. - No a todos los corazones oscuros- mascullé ligeramente molesta. Hablar de amor nunca había sido mi fuerte.

     

    Como fuera, me sentí mal por interrumpir el momento de quietud y nostalgia del chico, todos nos habíamos sentido así cuando dejamos nuestros tesoros.

     

    - Traje la cámara del mundo muggle, allí fue donde me crié y nací- le respondí a mi amiga para después, en un arranque de remordimiento de conciencia, acercarme al chico que se había alejado de la multitud e ido al cofre- Hola, mi nombre es Isabrella- lo saludé sin ofrecerle la mano, en mi vieja costumbre de no tener mucho contacto físico- Ven, unos amigos y yo estamos tomando fotografías con una cámara muggle. ¿Quieres acompañarnos?

  8. Nimbus....Esa era una de las palabras que captarían mi atención en tan solo un instante en cualquier parte del mundo. Aunque, francamente, creo que Saeta de fuego hubiera tenido una reacción más grande. A penas y pude contenerme cuando las vi, y ni hablar de cuando me percaté que nuestro profesor tenía una Saeta. Tuve que morderme la lengua para contener un grito de emoción.

     

    Una reserva, escuchaba lo que ellos decían como si fuera el eco de algo, la escoba era lo que ocupaba la mayor parte de mi mente. Escuché algo de mascotas abandonadas y el foco se me prendió de repente.

     

    - ¿No podremos quedarnos con alguna que encontramos?- pregunté en voz alta lo que pasaba por mi mente y al momento me arrepentí. Pero ya que el daño estaba echo, quería escuchar la respuesta.

     

    Seguí escuchando y sonreí contenta al enterarme que Etoile estaría conmigo, eso era genial, ella era una de mis mejores amigas en la academia, además de que estábamos juntas en la casa. Así que juntos seguimos al profesor, esta vez cargados felizmente con las Nimbus 2008 que nos habían prestado. Suspiré pensando que quería una escoba para mi.

     

    Monté en la Nimbus llena de placer, no había nada mejor en el mundo que sentir el viento agitando mi cabello, que por cierto había recogido con un listón para que no me molestara la visibilidad. Había montado en escoba muy pocas veces en mi vida anteriormente, dos cuando mucho, pero en ambas ocasiones me sentí libre, era cómo montar un caballo, natural.

     

    En eso estaba cuando otra de las palabras que siempre llamarían mi atención en cualquier parte del mundo llamó clamó por mi enfoque. Dragones. Y mejor aún, cascarones de huevos de dragón, lo cual indicaba a todas luces que nos íbamos a topar con alguno. Rogué a Merlín por que si, yo adoraba los dragones.

     

    - Esto será divertido- le comenté a Etoile lo más bajo que pude.

     

    Divertido, pero no por ahora, pensé ya que teníamos que encontrar esas flores y yo no tenía ni idea de cómo eran.

     

    - Podría darnos una descripción- pedí al profesor, buscando en el suelo cualquier indicio de una flor negra.

     

    Entre tanta emoción a penas y había reparado en el paisaje que nos rodeaba o pasaba a toda velocidad bajo nuestros pies. Era fantástico. Había tantas criaturas mágicas ahí escondidas, y yo quería conocerlas a todas. Los árboles, las plantas, todo era maravilloso, me sentí de vuelta en casa, en Roma, justo como cuando tomábamos el auto y nos íbamos a cualquier lado donde la tecnología estuviera muy restringida. Aspiré el aire fresco y puro que producían los árboles y pensé que era un día idóneo para jugar a quidditch, deseé que el resto estuvieran con nosotros y pudiéramos formar equipos. Tuve que agitar la cabeza para volver a lo que estaba, en ese momento, lo importante era encontrar la planta.

     

    OFF:

    Bien, aquí les dejo mi ficha

    Saludos.

  9. Nimbus....Esa era una de las palabras que captarían mi atención en tan solo un instante en cualquier parte del mundo. Aunque, francamente, creo que Saeta de fuego hubiera tenido una reacción más grande. A penas y pude contenerme cuando las vi, y ni hablar de cuando me percaté que nuestro profesor tenía una Saeta. Tuve que morderme la lengua para contener un grito de emoción.

     

    Una reserva, escuchaba lo que ellos decían como si fuera el eco de algo, la escoba era lo que ocupaba la mayor parte de mi mente. Escuché algo de mascotas abandonadas y el foco se me prendió de repente.

     

    - ¿No podremos quedarnos con alguna que encontramos?- pregunté en voz alta lo que pasaba por mi mente y al momento me arrepentí. Pero ya que el daño estaba echo, quería escuchar la respuesta.

     

    Seguí escuchando y sonreí contenta al enterarme que Etoile estaría conmigo, eso era genial, ella era una de mis mejores amigas en la academia, además de que estábamos juntas en la casa. Así que juntos seguimos al profesor, esta vez cargados felizmente con las Nimbus 2008 que nos habían prestado. Suspiré pensando que quería una escoba para mi.

     

    Monté en la Nimbus llena de placer, no había nada mejor en el mundo que sentir el viento agitando mi cabello, que por cierto había recogido con un listón para que no me molestara la visibilidad. Había montado en escoba muy pocas veces en mi vida anteriormente, dos cuando mucho, pero en ambas ocasiones me sentí libre, era cómo montar un caballo, me sentía libre.

     

    En eso estaba cuando otra de las palabras que siempre llamarían mi atención en cualquier parte del mundo llamó clamó por mi enfoque. Dragones. Y mejor aún, cascarones de huevos de dragón, lo cual indicaba a todas luces que nos íbamos a topar con alguno. Rogué a Merlín por que si, yo adoraba los dragones.

     

    - Esto será divertido- le comenté a Etoile lo más bajo que pude.

     

    Divertido, pero no por ahora, pensé ya que teníamos que encontrar esas flores y yo no tenía ni idea de cómo eran.

     

    - Podría darnos una descripción- pedí al profesor, buscando en el suelo cualquier indicio de una flor negra.

     

    Entre tanta emoción a penas y había reparado en el paisaje que nos rodeaba o pasaba a toda velocidad bajo nuestros pies. Era fantástico. Había tantas criaturas mágicas ahí escondidas, y yo quería conocerlas a todas. Los árboles, las plantas, todo era maravilloso, me sentí de vuelta en casa, en Roma, justo como cuando tomábamos el auto y nos íbamos a cualquier lado donde la tecnología estuviera muy restringida. Aspiré el aire fresco y puro que producían los árboles y pensé que era un día idóneo para jugar a quidditch, deseé que el resto estuvieran con nosotros y pudiéramos formar equipos. Tuve que agitar la cabeza para volver a lo que estaba, en ese momento, lo importante era encontrar la planta.

     

    OFF:

    Bien, aquí les dejo mi ficha

    Saludos.

  10. Me eché a reír cuando Gael se sonrojó, supongo que yo lo habría echo de haber podido, o mejor dicho, de haber tenido el reflejo, pero solamente agaché la mirada, un tanto apenada por mi acción incontrolable, y otro tanto por que me había devuelto el abrazo.

     

    - Claro que lo guardé- respondí sonriendo- Y tu también eres un gran amigo, de echo el mejor que tengo- respondí de nuevo apenada y desviando la mirada.

     

    Gael propuso comenzar la fiesta. Eso era muuuuy bueno, sentía que mi deprimente actuación había provocado desanimo en los demás. Entonces dijo la palabra mágica... Bebidas.... No creí que por nada del mundo fueran a tener en la casa a la que pertenecía la bebida que yo necesitaba. Lo mejor sería comer un poco. Y desde luego comenzar la fiesta.

     

    Le di mi cámara muggle a alguien, no supe quién realmente, y le pedí que nos tomara una fotografía a mis dos amigos y a mí, creo que era una de las primeras fotografías que me hacía en el mundo mágico, y si bien sabía que no se movería, por lo menos plasmaría lo mejor de mi estancia en mi nueva casa. Puse mi mejor y franca sonrisa, vi el flash frente a nosotros, y la fiesta real comenzó.

     

    OFF:

    Hey chicos, Etoile y Gael principalmente, espero que les guste la imagen, no es una de las mejores que he echo, y ni hablar de cómo quedó con la cámara, pero mi escaner murió X.X,así que eso fue lo mejor que pude hacer. Saludos.

  11. Como siempre, Gael me hacía reír, parecía muy seguro de si mismo, pero sospechaba que estaba tan nervioso como yo por las respuestas del duelo.

     

    - Claro que puedes llamarme Isa- respondí su pregunte con una sonrisa. Luego quiso ver mis respuestas, pero cuando se echó a reír supe que todo era broma. Intenté fulminarlo con la mirada, pero creo que fracasé estrepitosamente, ya que yo también me reí.

     

    Seguí el ejemplo de mi amigo y doblé el pergamino con mis respuestas. Luego fui a entregarlo a los profesores. No dije nada, sólo suspiré, esperando poder pasar Duelo Básico. Regresé a la lápida en la que me había sentado, cerca de Gael y le dije:

     

    - Lo mejor será comenzar con esto de una vez. ¡¡Expeliarmus!!- apunté a su mano, un rayo color rojo intenso atravesó el aire y acertó el tiro, la varita voló en el aire, dando vueltas sobre si misma, la atrapé justo cuando iba a caer al suelo. Gael parecía impresionado, no lo había visto venir. Me eché a reír- Supongo que ahora no harás ninguna broma- se me quedó viendo todavía con impresión, seguro pensaba que realmente comenzaría un duelo y no le devolvería su varita- Vamos, tómala, yo también puedo hacer bromas, sólo que no sé poner ojos de borrego tierno.

     

    Me eché a reír una vez más y le devolví la varita, repentinamente acobardada por que los profesores me echaran de la clase gracias a mi broma.

     

    OFF:

    Que los profesores publiquen las respuestas de Gael pare reírnos juntos XD, es broma Gael. Yo ya envié mi respuesta, pero no he tenido contestación, seguiré leyendo por si se me prende el foco. Una cosa más, espero que no les moleste mi conato de duelo, era mera diversión.

    Saludos.

  12. La lechuza llegó en la madrugada. Suspiré cuando mis sospechas fueron constatadas, era momento de ir a Básicos en la academia. No era que me quejara, pero estaba muy cómoda ahí sentada en el sofá de piel leyendo (terminando de leer) El conde de Montecristo. Pero bueno, me tenía que ir. Me puse en pie perezosamente, puse el libro sobre la mesita de plata que tenía una lámpara de latón y caminé desde la biblioteca de mi cuarto hasta la habitación en sí. Mi cuarto era pequeño: una cama individual con colcha de colores, sobre esta estanterías que contenían mis libros favoritos ordenados según mi preferencia, una única ventana cubierta con cortinas moradas, un escritorio de roble inglés donde estaban mis aparatos muggles (MP3, laptop, CDs, reproductor de CDs, etcétera), un armario con mi escasa ropa y que en la base contenía mis tres pares de zapatos. Todo estaba en orden.

     

    Repasé mi escaso equipaje contenido en una bolsa muggle que llevaba a casi todos lados. Un cambio de ropa para cualquier eventualidad, algunos libros de importancia y mi varita de roble inglés y pluma de fenix (37.5 centímetros, bastante flexible señorita Isabrella). Paseé la mirada por las estanterías sobre y a un lado de la cama, si me iba ahora podría leer un rato mientras esperaba. Escogí Hamlet para pasar el rato, lo metí en la mochila con todo lo demás.

     

    Pasé al baño, que si bien no lo usaba a veces era necesario. Me observé con detenimiento. Unos ojos rojos me devolvían la mirada enmarcados por unas espesas pestañas y unas oscuras ojeras bajo los mismos. Por mero juego me jalé un parpado inferior y me saqué la lengua, pude ver que ese músculo era casi rojo en contraste con mi pálida piel. Suspiré de nuevo recordando que no me había alimentado recientemente. Dejé eso de lado y me concentré en la ropa: una blusa blanca con el nombre de uno de mis grupos muggles preferidos, unos vaqueros y botas. Si algo había aprendido en el mundo mágico es que la comodidad en mi 1.64 de altura siempre se debe tomar en cuenta cuando te enfrentas a lo desconocido. Pasé a mi cabello y no pude reprimir otro suspiro. Era un caso perdido. Siempre había sido largo hasta la cadera, muy risado, castaño, pero sobre todo, indomable. Sin duda era un caso perdido. Lo dejé así y regresé al cuarto.

     

    Me hinqué frente a la cama y deslicé mi baúl secreto sobre el suelo. En cuanto lo abrí pude sentir el gélido hielo seco que había al fondo y que estaba fuera de contacto con todo lo demás.Saqué una de las bolsas quirúrgicas que tenían mi ambrosía carmesí y me puse a beber con avidez. Ya que no podía cazar magos y no tenía tiempo para salir al mundo muggle, no me quedaba más opción que beber de una bolsa. En cuanto terminé puse todo en su lugar y me dirigí de regreso a la biblioteca, no sin antes echarme el bolso al hombro.

     

    No me podía despedir de nadie, la mayoría de los habitantes de la mansión Westrong dormían en ese momento, así que no era posible decirle adiós a Alyka, Sol y mi padrino Only, con quienes más convivía. Pero así era mejor, me resultaría un poco más difícil llegar a plena luz del día.

     

    Llegué a la chimenea que era de pura roca, muchos dirían que era algo tosca, pero a mí me parecía llena de carácter y muy al natural. Me gustaba mi chimenea. Le di una última mirada a la biblioteca, no era enorme, pero era mía, con sus tapices en los escasos espacios que no tenían libros, sus alfombras tupidas y butacas mullidas. Quería regresar a terminar mi libro, aunque ya supiera el final, pero al no ser posible llevé mi mano al caldero pequeño de plata que había en la parte inferior izquierda de la chimenea, tomé un puñado de polvos Flu, me metí en la chimenea, tiré los polvos y exclamé con voz clara:

     

    - Academia de magia y hechicería.

     

    Giré sobre mi misma viendo pasar chimenea tras chimenea de cualquier cantidad de habitantes del mundo mágico, hasta que mis pies dieron contra algo firme. Me tambaleé un poco antes de ubicarme completamente. Había aparecido en mi casa, la de los Centauros. La reconocí al momento, era nuestra sala común, llena de raíces y rocas, con carácter, igual que mi chimenea. Al ser todavía de madrugada todos seguramente estaban dormidos, de cualquier forma era mejor así o me quedaría a conversar y llegaría tarde a clases. Me deslicé silenciosamente hasta la salida, subí las escaleras y llegué a la superficie, frente a la escalera de mármol.

     

    Me tiré en el suelo, cerca de la escalera que llevaba a las mazmorras y me dispuse a leer a Shakespeare mientras amanecía. Vi llegar a un hombre y a una mujer, luego los siguieron un montón de alumnos entre los que creí identificar a algunos conocidos. Las clases habían comenzado y por primera vez no llegué tarde. Puse el libro de regreso en la mochila y entré al salón al que todos iban. Me senté justo en la esquina y escuché a los profesores. Entonces llegó la hora de mi presentación. Hice una mueca, suspiré hondamente y me puse en pie frente a la clase intentando no agachar la mirada.

     

    - Soy Isabrella, pertenezco a las familias Westrong y Rambaldi y...- no se me ocurría que más decir, las multitudes no eran mi fuerte- ¿Es un placer?

     

    Regresé a mi sitio y esperé a que el resto se presentara. Esperando lo que fuera que se maquinaba en la mente de los profesores.

     

    OFF:

    Mi nombre es Isa, tengo 21 años, vivo en ciudad Juárez, Chihuahua en México, soy fotógrafa de vocación y maestra de computación en la actualidad. Mi correo es tsuky_zaira@hotmail.com para el que quiera. Y de antemano es un placer.

  13. Intenté no reírme de Gael. Pobre chico, quien lo viera nunca pensaría que una vez fue niño fue a la feria, porque, había mencionado a una niña ¿no?. Como sea, cuando nos tomó la mano yo se la apreté un poco para confortarlo. Él era uno de los mejores amigos que había echo en la academia.

     

    Amigos...

     

    Recordé algo, una cosa que siempre llevaba como recuerdo de mi primera aventura en la academia, una aventura de la que Gael había sido participe.

     

    - Esperen- pedí- ¿Podría poner otra cosa en el cofre?, sólo una más, es importante- todo el mundo dudó, al final Bodrik asintió con la cabeza- Bueno, esto es algo que no es sólo mío, técnicamente lo pondremos dos en el cofre- me lanzaron miradas de extrañeza, sonreí- Les expiaré. Cuando llegué a aquí no conocía a nadie, pero igual tuve que participar en Generales. Ahí me pusieron de pareja con Gael, un gran chico- le sonreí a mi amigo- Nunca antes, nadie en ningún lado, había echo nada para protegerme, pero él lo hizo. Juntos casi perdemos la vida, pero eso creo nuestra amistad.

     

    Saqué de la túnica doblada un pequeño papel que rezaba con pulcra letra: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore. Se lo extendí a Gael para juntos ponerlo en el cofre.

     

    - Puse la flor en el cofre para dejar atrás los malos recuerdos y ahora quiero poner el trofeo de mi primera aventura al lado de mis amigos como símbolo de la etapa que comienza. Como ya dije: es momento de seguir adelante.

     

    Gael y yo nos acercamos al cofre, tomando la tira de pergamino manchada de verde, uno por cada extremo, y a la cuenta de tres lo dejamos caer sobre el resto de las cosas. Sin darle tiempo a nada, y tomándolo con la guardia baja, abracé al chico Malfoy.

  14. Mansión Westrong

     

    Estaba planeando una fiesta en la familia con Sol en la mansión Westrong, habíamos estado en mi habitación un rato comentando los detalles. Entonces una idea me iluminó el cerebro. Sí, eso era. Bajé como alma que lleva el diablo a donde estaba Alyka, no era que ella fuera condescendiente, pero era la única figura de autoridad por el lugar, mi padrino Only brillaba por su ausencia. El plan era aprovecharnos un poco de su felicidad por su boda para que nos diera permiso, pero bueno, nunca pasa lo que yo planeo.

     

    Un elfo doméstico se materializó a mi lado mientras yo soltaba palabra tras palabra sin darle derecho a Alyka derecho a replicar. La pobre criatura tuvo que tirar de mi ropa muggle un par de veces para que yo le prestara atención. Cuando al fin lo hizo me dijo con voz chillona:

     

    - La señorita Isabrella tiene una lechuza que la espera en su habitación- hizo una profunda reverencia y desapareció.

     

    Sin darle tiempo a nadie de nada, eché a correr rumbo a mi cuarto, esperando que lo que estuviera escrito en ese pergamino fuera lo que yo quería. Llevaba mucho esperando por ese mensaje. Cuando llegué la lechuza ya se había ido, pero sobre la cama estaba un sobre algo robusto con un sello del Ministerio. ¡Si es!, pensé triunfal. Lo leí todo de corrido la primera vez, a tal punto que no comprendí al completo su contenido. Había una aclaración sobre nuestra inscripción tardía, algo de mis compañeros,¡Gael, Etoile,Coco y Evolet iban a estar también! Me puse loca de contenta, mis compañeros de Generales.

     

    Entonces recordé algo, mi equipaje no estaba echo. Tomé la primera mochila muggle que me encontré en el closet y guardé ciertas cosas, escasas realmente: unos cuantos libros, un cambio de ropa (si Generales me había enseñado algo eso era que siempre puedes terminar llena de líquido cerebral) unas cuantas plumas mágicas que no necesitaban tintero, pergaminos y un par de foros, o mejor dicho, las únicas dos que tenía de mis amigos en el mundo mágico.

     

    Pasé como flecha despidiéndome de Sol y Alyka, dándoles una explicación express de lo que pasaba y me metí en la chimenea. No era que me encantara viajar por Polvos Flu, pero aún no me podía aparecer.

     

    Academia de Magia.

     

    Así es cómo había llegado a la academia, mareada y un poco desubicada, pero por lo demás ilesa. Entré como flecha, ni siquiera saludé a uno que otro compañero que me encontré en los pasillos y que me decían Hola o me recordaban la fiesta de los Centauros. Al final, llegué con un ligero retraso al lugar indicado. Barrí el lugar con la mirada para buscar a mis amigos, sólo vi a Gael. Me acomodé a su lado y escuché el final de la presentación de Mei y la presentación al completo de Hades. Entonces fue mi turno de presentarme.

     

    - Mi nombre es Isabrella, pertenezco a las familias Westrong y Rambaldi. Y... de antemano es un placer conocerlos a todos- pude decir. Regularmente no era buena con las multitudes. Volví a mi lugar intentando no correr y mostrar mi miedo.

     

    Y fue ahí, como siempre, donde comenzaba la diversión, cuando el resto de mis compañeros llegó al fin y nos pidieron que tomáramos unos trasladores. Suspiré largamente, la última vez que había ido a un lugar desconocido había terminado con un brazo lleno de marcas por pensamientos y la ropa empapada en un líquido verde asqueroso donde se contenían los cerebros. Pero supongo que alguien debe hacer el trabajo sucio. Así que tomé el traslador y esperé lo que fuera.

     

    - Aquí vamos- le murmuré a mis amigos.

     

    Cementerio en algún sitio de Gran Bretaña.

     

    ¿Un cementerio? ¿De verdad no se les ocurrió algo peor que un cementerio?, casi grité. Yo había pasado muchos días de mi infancia y adolescencia en el cementerio que había en los terrenos del castillo donde vivía con mi familia biológica, así que estar aquí era como regresar a casa. Me planteé la posibilidad de estar en casa, pero luego deseché la idea, como ya dije, no tengo tanta suerte.

     

    Entonces todo pensamiento quedó de lado cuando vi a Gael levantarse rápidamente con cara de "Aquí no pasó nada". Procuré no reírme ni darle la mano, parecía que nadie a parte de mí se había dado cuenta.

     

    Y es así como llegamos a este preciso momento, en el que estoy esperando lo que sea, aquí parada junto a Gael, admirando el campo santo donde me aguarda mi nueva aventura.

     

    OFF:

    Hola a todo el mundo. Mi nombre es Isa, bueno, así me llama todo el mundo, soy ciudad Juárez, Chihuahua en México, tengo 21 años, soy fotografa de vocación y trabajo dando clases de computación a personas de la tercera edad. Mi msm para que que lo quiera es tsuky_zaira@hotmail.com Saludos a todos y de antemano es un placer.

  15. Suspiré. Noche pirata.... eso es lo que me faltaba. Por otro lado necesitaba algo de entretenimiento y diversión, las cosas en la academia iban al mar de bien, pero los recuerdos, siempre siguen ahí.

     

    Le dediqué una enorme sonrisa a Gael, él que era el más animado con esto, francamente yo no habría echo nada por mi misma.

     

    - Gracias- le murmuré al oído, aunque tuve que ponerme de puntitas para poder alcanzarlo. Mis complejos comenzaban a salir.

     

    Nos explicaron la primera mecánica. Hice una mueca, mis tesoros eran pocos y todos, sin excepción, tenían recuerdos que no me encantaban.Pensé seriamente en qué podría dejar en el cofre. Había tanto... De entrada, la catana con que le había cortado sin querer la mano a Ryan, mi hermano, y luego de la graparon para que se volviera a unir, eso fue divertido, y uno de mis mejores recuerdos. También estaba El amor en los tiempos del cólera, el libro que mamá le regaló a papá y tenía una dedicatoria y todo. Y por último y quizá el más importante el libro de poemas que Él me había regalado; ese libro que fue escrito de su puño y letra en tres idiomas principales: inglés, español e italiano, sólo para mi deleite y la celebración de mi cumpleaños.¡No es verdad! Había algo más, algo que estaba entre las hojas de ese libro.

     

    Saqué con cuidado el alcatraz seco y plano que descansaba entre las hojas del libro, más específicamente, en la que señalaba Tu nombre de Jaime Sabines. Suspiré profundamente y lo dejé en el cofre, sintiendo una agujero enorme en el estomago, era como un hoyo negro que me succionaba desde dentro.Necesitaba un abrazo, pero no había nadie que me lo diera.

     

    - Yo dejaré la primera flor que me dieron en la vida. Es un recuerdo de que a veces se necesita dejar las cosas atrás- puse el alcatraz con cuidado al lado del pergamino- Es momento de seguir adelante.

     

    Me hice a un lado para que los demás pudieran poner sus cosas. Avergonzada por cómo le había dado un giro trágico a las cosas, intenté sonreír para dejar el trago amargo de lado, al fin y al cabo esto era una fiesta.

     

    OFF: Mi correo es tsuky_zaira@hotmail.com para que me agregue el que quiera. Saludos.

  16. Por fin había salido, pensando que quería, como dicen los muggles, que me tragara la tierra. Era un cambio demasiado drástico en mi apariencia, de haber sido humana probablemente estaría roja de vergüenza. Intenté fulminar a Gael con la mirada, pero al ver su cara no pude, de pronto algo había cambiado, tenía esa clase de sonrisa que quiere parecer genuina pero no lo logra del todo.

     

    - ¿Cómo me veo?- demandé para desviar cualquier cosa que lo hubiera hecho decaer- Bien, qué clase de fiesta se supone que es a la que vamos. Parece que siempre soy la última en enterarme de todo- me quejé. Gael sonrió un poco más, eso estaba bien. Continuando con mi farsa de enojo le dije- Te recuerdo que sigues sin contarme la historia, y si vuelves a hacerme pasar por esto haré que la cuentes frente a toda la casa.

     

    No pude evitar sonreír al final, no haría que él contara algo que no quiere en público, y recordar lo que habíamos acordado hizo que no pudiera mantener mi cara de "enojada"

  17. Me di con la palma de la mano en la frente. Etoile tenía razón, cómo se me pudo pasar por la cabeza pedirle a Gael que entrara al vestidor de damas.

     

    - Bien, entonces entra tu- le pedí a la chica- Necesito ayuda- eso en parte no era verdad, pero por lo menos necesitaba escuchar que mi ropa, o la ropa que Gael escogió para mi, no era tan... cómo decirlo? Bien, ustedes entienden.

     

    Doblé cuidadosamente mi tunica de la escuela mientras escuchaba a Etoile deteniendo a Gael.

     

    - ¿Y a qué se supone que se debe esto?- le espeté a Gael- ¿Tendremos una fiesta o algo parecido?

     

    Por su bien, esperaba que no fuera mero capricho.

  18. Sencillamente, tenía ganas de matar a Gael. Me sentía desnuda y ni de chiste quería salir del vestidor.

    ¿Pirata? ¿Cómo por qué me había visto cara de pirata?, rodé los ojos hacia un lado, pensando que ese chico era demasiado raro, sin duda unos días de peligro en la academia no sirven para conocer bien a las personas.

     

    - No quiero salir- le grité desde mi lugar, en parte por que me sentía sumamente expuesta, en parte por que seguía sin comprender cual era la idea del disfraz- Es mejor que entres y me digas qué tal- propuse molesta. Más le valía ser sincero.

     

    Además... me iba a encargar de que esto le costara bastante.

     

    - Más te vale que la historia que me ibas a contar sea buenísima- lo amenacé antes de que entrara.

     

    OFF:

    Gael... ¬¬ XD

  19. Luke? Poco me faltó para gritar, yo todo este tiempo lo había llamado Gael. Casi me reí.

     

    - Hola- lo saludé a él y a Etoile, que eran los únicos dos que conocía en ese lugar, sin embargo Etiole comenzó a saludar a alguien que si no estaba equivocada era pariente suya.

     

    Que suerte la de ella, por lo menos podía convivir con alguien con quien ya tenía trato previo. Como sea, esperaba conocer un montón de gente ahora que pertenecía a una casa en la academia, y mejor aún, que formalmente había entrado en ella.

     

    Me moría de ganas de regresar con mis familias y contarles lo ocurrido aquí.

     

    OFF:

    Bien, sólo dándome una vuelta para que no se olviden de mi existencia XD.

    Saludos a todos.

  20. Estuve loca de contenta cuando llegué a la mansión Westrong para anunciar que había pasado Generales, y cuando recibí la lechuza de que me habían asignado una casa en la academia me puse a gritar como loca espantando a todo el mundo.

     

    Pero bueno, tuve que respirar varias veces para calmarme y comenzar el camino que me llevaría a mi el lugar donde pertenecía. Esa mañana le había enviado una lechuza a mi familia en el mundo muggle diciéndoles todo lo que había pasado, y al siguiente segundo me había puesto de camino al lugar.

     

    No había nadie que te guiara, era como si simplemente supiera donde estaba el lugar al cual me dirigía. Y entonces me quedé maravillada. Era como estar en un cuarto que al mismo tiempo era parte de la naturaleza, quería que mi cuarto en la mansión Westrong fuera exactamente igual. Era asombroso y hermoso. Me quedé con la boca abierta hasta que vi a unos humanos, probablemente veteranos en la casa, que habían detenido su conversación para verme mientras me maravillaba con el lugar.

     

    - Hola- murmuré apenada, y entre tanto, no pude evitar que mis colmillos se notaran.

     

    No creí comenzar completamente con el pie izquierdo, pero esperaba que ser lo que soy no afectara a la amistad con mis nuevos compañeros de casa.

  21. Todos habíamos regresado al Ministerio. Eso era perfecto ya que en el último segundo Gael había tomado una diferente. Luego la oscuridad me invadió y no supe más de él. Ahora, mientras lo veía ahí parado a mi lado, igual que el resto de la clase, di un suspiro de alivio.

     

    - Bien, "Polo", parece que lo logramos- le dije a mi compañero- Estoy anciosa por escuchar esa historia, no me puedo imaginar que alguien se pierda en su cuarto- le sonreí ampliamente- Cuando no tengas nadie a quién contarle historias puedes pasar a la mansión Westrong y preguntar por mí.

     

    Luego me giré hacia el resto de mis compañeros. Siempre había escuchado que la gente decía que los momentos difíciles unían a las personas, ahora sabía que todos tenían razón. No conocía más que a unos pocos, y a ninguno de ellos los conocía realmente; pero al salir de Generales, sabía que me llevaba a un montón de amigos conmigo. Sobre todo Gael. Les sonreí ampliamente a todos, sin importarme si mis colmillos se veían o no. Luego me giré hacía nuestras profesoras y les dije:

     

    - Gracias.

     

    Quizá ellas no lo entendían, pero para ser mi primera experiencia en el mundo mágico, había sido genial.

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