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Isabrella

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Mensajes publicados por Isabrella

  1. OFF:

    Antes de hacer mi rol final quiero agradecer a nuestras excelentes profesoras. Personalmente, me han enseñado mucho, sobre todo porque esta es la primera vez que participo en un juego de rol. Muchas gracias.

     

    Segundo, gracias a mis compañeros, a todos, pero mayormente a Gael. Sin ti siguiendo mis locos juegos yo no podría haber evolucionado tanto.

     

    Bien, continuaré ahora que di las gracias con lo que nos concierne. Primero aquí esta el rompecabezas que debíamos armar. Rompecabezas armado.No sé quién hizo el dibujo, pero está genial.

     

    Eso es todo acerca de esto, aquí les dejo mi rol final, espero que les guste.

     

    Saludos.

    --------------------------------------------------

     

    Estábamos colgados, y esa posición no me encantaba, me hacía pensar en el estereotipo de como duermen los vampiros, lo peor es que ni siquiera dormimos. Bien, me desvié del tema. Estábamos colgados y era difícil pensar, de pronto recordé que el tiempo se nos había venido encima. Eso no era nada bueno. Debía buscar un plan de acción.

     

    Pero entonces algo llamó mi atención, algo que a pesar de las circunstancias me hizo soltar una sonora carcajada. Gael me observó con fijeza, probablemente pensando que yo estaba realmente loca. No me sorprendería, no le había dado muchos motivos para pensar lo contrario. Pero es que la escena estaba para reírse, francamente así era.

     

    Yo había pensado que los cerebros deberían estar etiquetados, y ¡oh sorpresa! Algunos si lo estaban. Gael desvió la mirada de mí, viendo lo que yo veía, y entonces cayó en la cuenta de la realidad.

     

    - Pero, ¿qué cerebro es el que buscamos?- le pregunté, por toda respuesta él se puso a mover unos cuantos cerebros para dejar salir otros.

     

    Entonces vimos nuestro segundo problema. El estanque de los cerebros que nosotros habíamos visto al llegar parecía ser sólo la superficie de algo mucho más grande, y en ese momento, el nivel del líquido verde, comenzaba a subir peligrosamente. No me preocupaba precisamente por mi, pero hasta donde yo sabía, Gael tenía cuerpo humano; ¡sí, lo había notado! había notado que no era humano, sin embargo, a menos que hiciera un casco burbuja, su cuerpo humano perecería ahogado.

     

    Cerebros y más cerebros. Comencé a removerlos yo también, pensando que sería un cuento de nunca acabar, por cada cerebro que yo hacía a un lado, otros tantos salían de las profundidades de la sala. Además no todos estaban debidamente etiquetados.

     

    ¡Alto!, me grité mentalmente, había movido un cerebro que llamó mi atención por su larga etiqueta de pergamino con un nombre que reconocí al instante.

     

    Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore

     

    Era como una luz al final de un tenebroso y molesto túnel. Podía apostar lo que quisieran a que ESE era el cerebro por el que veníamos, o sus pensamientos, mejor dicho. Pero yo no tenía tiempo para tecnicismos, no podía ir viendo los recuerdos de casi docientos años de vida para saber cuál es el que buscábamos.

     

    Gael seguía inmerso en su tarea. Me planteé por un segundo informarle que lo había encontrado. O eso creía. Pero luego pensé en el instinto protector que había demostrado; si no me equivocaba, el chico se tiraría al agua verde para rescatarlo él.

     

    - Accio cerebro- murmuré para que no me oyera. Pero sirvió de poco, ningún cerebro, y menos el que yo deseaba, voló hacia mi dirección.

     

    Apunté con mi varita hacia mis talones y dije en voz alta:

     

    - Finite- caí de lleno en el agua y todo mi mundo se volvió verde al completo, con sus excepciones blancas que pasaban nadando como peses siniestros.

     

    Salí a la superficie que cada vez estaba más cerca de Gael conforme el nivel del agua subía. Si de lejos olía asqueroso, al estar bañada en ella fue horriblemente asqueroso. De haber sido humana o haber tragado un poco, probablemente habría vomitado. Mi compañero me veía entre impresionado y molesto desde su posición. Le sonreí ampliamente y le dije en broma, como siempre que me dirigía a él:

     

    - Todavía me debes una historia- y fui hacía el cerebro con la etiqueta más larga.

     

    Lo supe al momento y todas mis esperanzas de un traslador se vinieron abajo. Tres esferas se habían materializado frente a mí, sobre el agua. Roja. Azul. Amarilla. Esos eran los trasladores.

     

    - ¿Cuál escojo?- le pregunté a mi compañero, pero él no supo que responder. Se quedó ahí colgado, mirándome como si yo tuviera todas las respuestas.

     

    Algo se movió entre mis piernas. Había olvidado por completo donde estaba. Lo sentí antes de darme plena cuenta de qué era lo que trepaba por mi pierna como una víbora. Pero yo sabía que el contacto de una víbora no ardía como en infierno. Y luego por el brazo, el brazo que sostenía el cerebro en alto fue aprisionado por los pensamientos del mismo. Casi me reí al pensar que los pensamientos de Dumbledore me estaban aprisionando. Pero no era momento de reírme.

     

    - Levicorpus- Gael fue más rápido que yo y de pronto me vi colgada por los talones, de nuevo sobre el agua pero todavía con los cerebros sobre mí.

     

    - ¡Relashio!- gritamos Gael y yo a una para que al menos el cerebro de la pierna me soltara.

     

    El pantalón estilo cargo se había desgarrado donde el pensamiento había tocado, igual que mi pierna, que por raro que suene, no estaba sanando como con una herida normal. Gael iba a quitarme el cerebro de Dumbledore cuando le dije que no y le expliqué rápidamente mi sospecha.

     

    El nivel del agua continuaba subiendo. Pero al menos nuestros contrincantes no hicieron acto de presencia, quise darme ánimos. Pero el optimismo me duró poco, me dolía todo el brazo por el que escalaban los pensamientos, de haber sido humana me habría echado a llorar. Era un dolor insoportable.

     

    Y luego estaban las tres esferas...

     

    - ¿Cuál escogemos?- volví a preguntarle, esta vez entre gemidos, el dolor del pensamiento se volvía cada vez más intenso y Gael no respondía nada. Probablemente tenía tanto temor como yo de tomar alguna. Si conocíamos bien a nuestras profesoras, al menos dos de esas esferas no tendrían un final feliz.

     

    Me armé de valor tomando un gran suspiro y haciendo gala de mi imprudencia e impulsividad. Sería lo que los dioses quisieran que fuera y sólo había una forma de averiguarlo.

     

    Tomé la esfera amarilla, pensando que era sólo una snitch que yo atraparía en algún juego en un futuro que esperaba poder tener...

     

    ----------------------------------------

    OFF:

     

    Esto es para Gael, como dijiste que no ibas a comentar en tu post anterior por falta de tiempo

    Off:

    Iba a esperar a que los chicos contestaran pero creo que mañana tengo unas cosas que hacer y no coy a estar así que... sorry xD

    , escogí una esfera por ambos, espero que no te molestes o me odies en caso de morir XD. Saludos.
  2. Gael comprendió a la perfección mi idea del juego muggle que yo jugaba con mis hermanos en mi infancia en Roma. Pude notar a primera vista que él me creía una loca, pero cuando comprendió la idea, me siguió el juego. Eso era bueno.

     

    Pero entonces el boggart llegó a mi compañero y dejó de ser el dementor al que yo tanto temía, ahora era una chica, una chica hermosa que le reclamaba algo. Me intrigó demasiado, más de lo que debería, saber por qué le temía tanto a esa chica. Pero lo dejé pasar, las cosas se habían puesto feas, el enorme toro había tocado a Gael, haciéndolo perder el equilibrio y caer sobre un lado del estanque, no tuve que escuchar la pequeña cuarteadura para saber que se había partido.

     

    El Uro, dijo que me encargara del animal. Sus cuernos se habían quedado atorados en el escritorio que Gael hizo crecer.

     

    - ¡Petrificus totalus!- grité, apuntando con mi varita hacia el animal, éste se congeló pero no cayó a ningún lado, los cuernos lo mantenían en esa posición.

     

    Gael no se movía, y sabía que no se iba a mover, estaba siendo el tapón en la pesera. Lo sé, mal chiste, pero suelo hacer eso cuando me pongo nerviosa. Ahora no teníamos enemigos contra los qué luchar, pero eso no significaba que el problema no fuera grave.

     

    - No te pienso dejar ahí- le advertí a Gael- Te recuerdo que todavía tienes historias que contarme- intenté sonar tranquila y relajar el ambiente, pero mi broma termino sonando histérica.

     

    Él no se movió y yo no planeaba irme de la sala, ni de chiste. No sin mi compañero. La voz de Eliott, mi hermano, resonó en mi cabeza acompañada de su dulce risa al jugar en el cementerio del castillo: "No podemos dejar a los nuestros atrás, cosa, es una ley militar no escrita" Cosa... con su pronunciación en español, era el nombre que me había ganado antes de nacer cuando mis padres no querían saber mi sexo.

     

    Sonreí ante el recuerdo, intentando infundirle ánimos a mi compañero y a mí también. No planeaba dejarlo atrás, de lo contrario, si nos separábamos, el equipo contrario, que hasta el momento no había echo acto de presencia, tendría más oportunidad de vencernos.

     

    Apunté al estanque.

     

    - Reparo- intenté, pero no ocurrió nada. No me sorprendía. Igual sabía que si intentaba el accio no obtendría ni el cerebro ni el pensamiento que necesitaba.

     

    Otra cosa, necesito otra cosa. Si no podía contener el estanque, entonces, ¿qué debía hacer?

     

    Mi cerebro se encendió como si alguien hubiera prendido una vela dentro de él. Vaciarlo, terminar de quebrarlo, obviamente.

     

    - Prepárate, Gael, esto no te va a gustar- apunté mi varita hacia él y dije:- Levicorpus- luego la apunté hacia mí y repetí el hechizo.

     

    La pequeña cuarteadura se hizo más grande, por la presión del líquido verde, luego explotó. Los cerebros salieron poco a poco, como peses muertos y navegaron por el lugar.

     

    Sólo que había una cosa que no me encantó, en lugar de vaciarse, la sala retuvo el agua, no salía por los orificios de la puerta. Hice una mueca y suspiré, pensando que por lo menos eso mantendría a el equipo contrario a raya. Luego agradecí al destino por no haber elegido una túnica para ese día. A veces, haber crecido en el mundo muggle y usar su ropa, sirve de algo.

     

    - Bien, esta no es la posición más cómoda para estar- comenté- pero al menos podemos buscar el pensamiento.

     

    Ir a los escritorios no era una opcion, ya que rápidamente quedaron sumergidos, también el que Gael había echo crecer.

     

    Hoy no es mi día de suerte...

     

    Pero igual me puse a buscar entre los cerebros, quizá uno tuviera una etiqueta. Los movía con mi varita, sobre todos los que habían atacado a los toros.

     

    - Bien "Polo", creo que es tu turno de hablar, cuéntame algo para romper el hielo.- lo incité. Esperando que los contrarios no llegaran a interrumpir lo que probablemente sería una buena historia.

  3. Mi compañero había salido de la nada, sin embargo, agradecía su presencia, me sentía menos expuesta al no estar sola, pero el gusto me duró poco, un par de bestias lo habían perseguido hasta donde estaba yo. El chico era ágil, tanto que pudo sacarme del camino de la bestia y ponerme a resguardo.

     

    Me sentí un poco extraña, nunca nadie en el pasado me había protegido de esa manera fuera de mi familia, pero es mi familia. Como sea, viniendo de alguien a quien acababa de conocer, me resultó todavía más extraño. Creo que lo más ajeno a mi, fue el contacto, por lo regular, los humanos tienden a alejarse.

     

    Podía ver todo perfectamente, agradecí ser un vampiro.

     

    No tenía idea de lo que Gael estaba haciendo, había tirado la lámpara lo cual, según mi parecer, le dificultaba la vista... pero a esos inmensos toros también.

     

    - ¡Desmaio!- exclamé casi histérica. Uno de los toros se vino abajo, pero el otro arremetió contra nosotros gracias a la repentina iluminación de mi hechizo- Bastante difícil- coincidí, tomándolo del brazo y tirando de él hacia mi antiguo escondite detrás de un escritorio. Tuve que moverme mientras caía para no caerle encima y quebrare un hueso.

     

    Esto más que ser atemorizarte era divertido. Sonreí ampliamente, era como un juego macabro bastante raro. No es un juego, ahora va a ser más complicado encontrar algo, a menos que él encienda su varita y delate su posición.

     

    - Tengo una idea- murmuré sonriendo- Jueguemos.

     

    La cara del chico era de impresión, seguro pensaba que estoy loca por querer jugar en un momento como ese, seguro creía que en la caída se me habían perdido varios tornillos. Me sentí en la necesidad de explicarle en la medida de lo posible hasta que la bestia diera con nosotros en la oscuridad.

     

    - Tenemos que distraerlo, que escuche nuestras voces altas para llevarlo de un lado al otro, tu buscas mientras yo hablo, yo busco mientras tu hablas- volví a sonreír y me puse en pie dejando a Gael desconcertado en el suelo.

     

    Rodeé al animal hasta quedar en su espalda, cerca del estanque de los cerebros al otro lado de la sala. Me puse a dos pasos de la puerta contraria a la que entré y dije:

     

    - ¡Marco!- vi como el animal se giró hacia mi y Gael salió disparado al estanque. Me moví un poco, justo para que el toro se diera de bruces con la pared, caminé ocho pasos, manteniendome alejada de mi compañero para darle oportunidad de buscar- Más te vale que cuando te toque hablar tengas una buena historia que contarme- bromeé con Gael.

     

    La bestia se recuperó y vino por una nueva envestida.

     

    Sonreí. El juego acababa de empezar y era muy divertido.

     

    Alguien respiraba... Eran unas respiraciones pesadas y prolongadas. El vello de mi nuca se erizó. Un boggart, por favor que sea eso, imploré a mis adentros, deseando con todo el corazón que de ser necesario, pudiera hacer un patronus completo. O por lo menos esperaba que mi compañero pudiera hacerlo, de lo contrario, si mis temores eran ciertos, estábamos perdidos.

     

    OFF:

    Vamos a nuestros oponentes, ya quiero que hagan acto de presencia en la sala de los cerebros.

  4. Gael había dicho que cubriría mi espalda, yo también cubriría la suya. El me sonrió y yo también lo hice. Parecía que había conseguido un amigo en mi primera experiencia en el mundo mágico.

     

    - Estoy a tu seis- le dije sonriendo, recordando lo que mis hermanos acostumbraban decir cuando jugábamos gotcha. Ellos y sus juegos de militares...

     

    Extrañaba a mis hermanos. Pero ese no era el momento perfecto para sentirme nostálgica. Teníamos una misión. Una misión que cambiaría la historia.

     

    Gael sacó su varita y cruzó al desconocido lugar que nos esperaba al otro lado. No parecía importarle lo que nos esperara allá. Sonreí, ese chico parecía duro.

     

    Puse mi varita a punto, sintiéndome no nerviosa o asustada, sino feliz, en parte por que mi calificación había sido buena esta vez, en parte porque aquí comenzaba el juego.

     

    Hora de jugar, pensé para mis adentros, y crucé a lo que fuera que me esperaba del otro lado.

     

    Y así llegué a la sala de los cerebros. ¿Qué como supe que estábamos en ella? Bueno, había algo parecido a una bañera muy grande o una piscina muy pequeña llena de un líquido raro que molestaba a mi olfato, tuve que contenerme de respirar para no vomitar ahí mismo la "bebida" que había consumido antes de venir a clase. Y lo más importante, la bañera o lo que fuera estaba llena de cerebros, así nada más: CEREBROS.

     

    Era como estar dentro de una atemorizante y bizarra película de terror, justo en la puerta del laboratorio del científico loco antes de que tu cerebro forme parte del montón.

     

    Estudié el lugar donde seguramente habría una batalla, si bien no a muerte, por lo menos si para detener al otro. Había unos cuantos escritorios, tres, lo cual indicaba que uno debía quedarse sin protección. Espero no ser yo.

     

    El líquido verde que había en el estanque se notaba muy turbio. Me sentí un poco amenazada, hasta donde sabía los pensamientos que contenían esos cerebros podían hacer daño y dejar marcas. A un chico pelirrojo se las hicieron.

    ¿Podrán también con vampiros?, me pregunté internamente.

     

    Giré mi cabeza a todos lados, yo estaba sola. ¡¿Dónde se había metido mi compañero?! Apreté más la varita en la mano, teniendo precaución de no partirla por la mitad.

     

    - Gael- murmuré bajo, no quería que si el otro equipo andaba cerca me encontrara tan fácilmente- Gael- repetí el llamado.

     

    Había una puerta al otro lado de la sala. No, me dije, lo mejor es quedarme aquí y buscar lo que me pedían, pero, ¿qué pensamiento en concreto se supone que estoy buscando?

     

    Estuviera donde estuviera, esperaba que mi compañero apareciera pronto, no quería ser atacada por los otros dos en un duelo en desventaja.

     

    OFF:

    Sigo sin saber si se permite el Off, pero necesito hacer un comentario. Bien, no sé si esta era la idea o debía ir al departamento de misterios, si el caso era lo otro, diganmelo, para comentar allá. Lo que pasa es que no quise interrumpir la historia que ellos tenían, me sentí un poco intrusa. Como sea, espero que esto cumpla un poco con las expectativas.

    Saludos.

  5. Insuficiente...

     

    Eso era lo único que llenaba mi cabeza. ¡Rayos!Había estado tan nerviosa que me puse histérica y no hice nada bien.

     

    Ok, esta es mi oportunidad de levantarme un poco, pensé.

     

    Debía de dar lo mejor de mí, no podía fallarle a mi familia, debía dejar en alto el nombre de los Westrong y ayudar a salvar el mundo mágico. Pero, francamente, mi profesora me intimidaba un poco, parecía no ser muy paciente, de hecho apostaba lo que fuera a que en mi primer fallo lo mejor sería desaparecer del Mundo mágico si quería seguir respirando.

     

    -Un consejo, yo optaría por algo menos de tela y unos zapatos más cómodos-le dijo a una chica con vestido-Ante todo, deben pensar la comodidad, no me imagino esquivando a un dragón luciendo un atuendo de gala…-suspiré aliviada, yo había ido con mi atuendo regular de combate, unos cargo negros, botas militares, playera blanca, cabello recogido para mayor visibilidad. No sé si esa chica era de una familia muy rica, o no tenía experiencia en las peleas, pero como lo que a mi respecta, había aprendido que si no atacas terminan atacándote. Quizá sólo se deba a que los vampiros tenemos que mantenernos alerta por los cazadores-Prepárense, para lo que viene, no sea que pierdan algo más que la cabeza.

     

    Eso era un echo, lo que venía no era facil, de lo contrario lo harían los muggles.

     

    -Gael y Isabrella, creo que la sala de los cerebros les espera. Ahí puede que encuentren algún dato relevante o mejor aún, hacerse de un pensamiento que les conduzca al vidente que predijo dicha profecía-nos interpeló-Os debo advertir una cosa, puede que no todo lo que vean o escuchen sea real, cuidad vuestros pasos- un escalofrío me recorrió la espalda, eso no sonaba nada bien.

     

    Continuó dando instrucciones al resto de la clase, me concentré en un plan. No conocía la Sala de los cerebros, pero igual no sonaba bien. Una profecía...

     

    Entonces escuché algo más, algo que llamó mi atención. Esta vez era la profesora Lainë Marie quien hablaba, dándole ordenes a sus alumnos:

     

    -Humillator, y Meri Grange...-interpeló a dos de sus alumnos.-Ustedes deben hacer que Gael e Isabrella, no encuentren tan fácilmente lo que buscan.-sonrió de una manera que me hizo estremecer, y vean que no acostumbro hacerlo-Las criaturas no podrán ser vencidas, pero sus compañeros si...-disparó un rayo que dio contra la pared e hizo un círculo de llamas.

     

    Sin duda esto no sería fácil, pero tampoco nadie dijo que lo iba a ser.

  6. Había salido de la mansión Westrong, donde había comenzado a vivir hace poco con mi padrino.

    Me sentía muy nerviosa, esta sería la primera vez que yo pisaría el mundo mágico luego de que me aceptaran en Hogwarts. Me dolía el estomago, en parte por los nervios, en parte por el exceso de "bebida" que había ingerido ese día para no llegar a causar problemas frente a los humanos, no quería que me llevaran al departamento de control y regulación de las criaturas mágicas...

    A pesar de los nervios, estaba muy contenta, mi padre me había enviado una lechuza esa mañana con toda la intención de infundirme ánimos.

    "Eres una Tenshi, tu puedescarina", decía su carta en despedida.

    Caminé decididamente hacia la entrada del Ministerio de magia en esa calle muggle, al ser novata no podía aparecerme, lo cual era una molestia; y al ser inesperada mi participación en estas clases, no había avisado a nadie en la mansión como para poder utilizar la red Flu. Francamente, y a pesar de su calurosa bienvenida, aún me sentía un poco cohibida en esa casa.

    Entré en la cabina telefónica de esa fea calle en Londres, descolgué el teléfono y marqué el número que me habían hecho llegar por medio de una lechuza junto con el lugar al que debía ir.

    Una voz monótona de mujer me hizo dar un brinco cuando me dijo:

    - Bienvenida al Ministerio de Magia. Por favor indique su nombre y ocupación.

    - Isabrella Tenshi- respondí extrañada- Vengo a tomar una ¿clase?...

    - Gracias. Visitante, tome su insignia y colóquesela en la ropa

    Hubo un extraño ruido en la maquinaria del teléfono... Y luego pude ver como se deslizaba una plaquita por el lugar donde se devolvía el cambio a los humanos. La plaquita decía "Isabrella Tenshi. ¿Clase?"

    Me reí, pero mi risa se acabó en cuanto el suelo de la cabina comenzó a moverse, a internarse en las profundidades de la tierra. La voz de mujer dijo algo más pero no pude escucharla, toda mi atención se centraba en que no podía escapar de esa cabina en medio de una fea calle en Londres.

    - El Ministerio de Magia le desea un buen día- dijo la voz de mujer cuando al fin la cabina paró y yo pude salir al Atrio.

    Respiré profundamente para no ser presa del pánico, inhalé unas quince veces antes de calmarme, me puse la plaquita en la blusa de color morado que llevaba ese día y caminé hacia el Departamento de misterios. Ahí es adónde tenía que ir.

    - ¿Es usted la señorita Tenshi?- me preguntó un humano de aspecto oficial. Me le quedé viendo fijamente. Era bajito y rechoncho, con cara de persona amable y una barba de candado que no le servía para verse mas rudo. Él sintió mi mirada al momento, desvió la suya y comenzó a sudar.

    Humanos..., suspiré en mi fuero interno.

    - Si, soy yo- respondí al fin.

    - Sigame- indicó.

    Y lo seguí rumbo a los elevadores que según sabía me llevarían a mi destino. Entramos en uno que estaba por irse lleno de gente. Un hombre pelirrojo y de lentes me vio con ojos desorbitados y metió la mano entre las puertas del elevador que comenzaban a cerrarse. Salió despavorido. Luego de él, cuando la gente se percató de mis colmillos grandes, mi piel fría y cuando su instinto despertó, salieron tras el hombre.

    - Humanos...- murmuré.

    - ¿Cómo dice?- me preguntó el hombre.

    - Nada- repuse- Que no comprendo por qué enviaron a alguien para escoltarme.

    - Por que usted nunca había estado en el Ministerio- dijo con nerviosismo. Mentía, seguro lo habían mandado para asegurarse que no mordiera a nadie.

    Continuamos sin hablar hasta el Departamento de misterios, donde el hombre me indicó por qué puerta debía entrar. Luego puso pies en polvorosa y desapareció.

    Ya sé que parece raro que ni siquiera me haya dicho su nombre, pero estoy acostumbrada, por lo regular piensan que ocultándonos información están ligeramente a salvo... ni siquiera se imaginan que memorizando el olor de su sangre podemos encontrarlos donde estén.

    Suspire.

    Aquí vamos.

    En el lugar ya había gente, me sentí mal de llegar tarde, pero no era mi culpa, el hombre y los humanos que se habían bajado del elevador me habían retrasado. Aunque... pensándolo mejor, quizá sin mi aterrado guía me hubiera perdido.

    - Veo que la señorita Tenshi ha llegado- repuso una de las dos mujeres que se encontraban frente a lo que pensé era la clase- Por lo visto no tuvo problema para llegar.

    - Ni siquiera por los basiliscos. Parece que su fama te aterrar es cierta, Juve- dijo la otra.

    Me quedé muda, avergonzada por mi fama, si es que era cierta. De hecho, si es que eso también era cierto, no había visto basilisco alguno. Me sentí muy mal de pensar que huyeron por mi. Aunque pensándolo mejor, seguro fueron a comer algo, no creo que un par de basiliscos enormes le teman a una joven vampiro.

    - Bien- dijo la primera, Juve- Llega justo a tiempo para presentarse con sus compañeros.

    ¡¿Presentarme?!, estuve a punto de gritar. Manejar a las masas nunca había sido mi fuerte. Me sentí en un flashback a mis días en la escuela de humanos, cuando mi hermano mayor, Ryan, me hizo presentarme ante toda la clase de Literatura que él impartía.

    - Bueno...- comencé- Mi nombre es Isabrella Tenshi, tengo 21 años... Amh.... Nací en Roma, Italia. Hace poco recibí la carta de Hogwarts y actualmente vivo con mi padrino en la mansión Westrong... y... soy vampiro- solté, a la espera de cualquier reacción por parte de las personas que había en el lugar.

     

     

    Off rol

    Bien, aquí también me sentiré algo cohibida, no soy buena para hablar de mi. Mi nombre es Zaira, tengo 21 años y vivo en México. Como pueden notar, me encanta leer, sobre todo a Harry Potter, pero cualquier cosa que caiga en mis manos es digna de ser leída, si es digna de estar en mi biblioteca personal o no... eso lo decido cuando llego al final.

    En el rol, bueno... creo que no soy tan mala, puedo ser peor XD (díganmelo si es así) Encontré este foro por HL.com y por Potterfics.

    Mi correo es tsuky_zaira@hotmail.com

    Y no sé que más poner, sólo que de antemano es un placer estar aquí.

  7. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Isabrella

    2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: --

    3.- Link del tópico de registro de sus familias:

    Familia N° 1: Rambaldi

    Bóveda Familia N° 2: --

    4.- Link a las bóvedas de sus familias:

    Bóveda Familia N° 1: Rambaldi

    Bóveda Familia N° 2: --

     

     

    Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 3678 G

  8. FICHA DE PERSONAJE


    Datos Personales:


    Nombre del Personaje: Isabrella Van Heller

    Sexo: Femenino

    Edad: 17 años físicos, 21 existenciales

    Nacionalidad: Italiana

    Familia(s):
    * Familia Westrong
    * Familia Marauder

    Padre(s) Sanguíneo:
    Jacob Thomas Tenshi, aún no está en el foro

    Padre(s) Adoptivos:
    Madre adoptiva: Nym3Puntitos Malfoy Xtrong
    Padre adoptivo:David M. de Knightly

    Trabajo: --

    Poderes Mágicos:--


    Rango Social: Unicornio de Bronce

    Bando: Neutral

    Rango dentro del Bando: --

    Nivel de Poder Mágico: --

    Puntos de poder en objetos: 20

    Hechizos adicionales: --


    Puntos de poder en criaturas: --

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --


    Habilidades Mágicas:

    --


    Conocimientos Especiales:
    --



    Perfil del Personaje:


    Raza: Vampira.

    Aspecto Físico:
    Cabello castaño, largo y risado hasta la cadera. 1.64 de estatura, complexión media. Ojos café oscuro.

    Cualidades Psicológicas:
    Los demás la ven orgullosa y engreída, bastante fría y de carácter fuerte. En realidad es pasional, le gusta disfrutar de las cosas pequeñas, como la sensación de que la lluvia la moje, o ver a una libélula sobrevolar un lago a toda velocidad. Por lo regular es desconfiada, pero cuando tiene amigos, es leal en sumo grado. Le gusta el arte, la música, pero sobre todo la fotografía. Es adicta a la poesía, toda clase de novelas y las frases celebres que pueda reunir en uno de sus muchos cuadernos. No le encanta el contacto con humanos, sin embargo tampoco los odia. Por lo regular no bebe su sangre, pero cuando conoce a alguien que lo merece, bueno... es imposible resistirse algunas veces.

    Historia:
    Isabrella es hija de Jake Tenshi (el primer vampiro que existió en el mundo) y Sam Mathews (el alma del vampiro materializada en mujer), vocalistas de The Us, una banda que se dio a conocer a finales de la primera década del 2000. Nació en un callejón de Roma, Italia, cuando su madre fue mordida y asesinada por Dereck, el principal enemigo de su padre.
    Tiene cinco hermanos mayores: Ryan, Zack, Jim, Joe y Eliott, en ese orden.
    Isabrella vivió oculta del mundo los primeros quince años de su vida huyendo de la fama de sus padres, con tutores en casa. No le gusta la convivencia con los humanos por que está acostumbrada al mundo paranormal donde nació y creció, rodeada de hombre lobo y vampiros en el castillo en Inglaterra donde pasaba sus vacaciones visitando a su abuelo Roger Van Heller. En ese castillo, durante una de esas vacaciones, Isabrella se enamora de un hombre lobo, el mejor amigo de su padre y sus hermanos Ryan y Eliott. Él es mucho mayor que ella, pero eso no importa realmente. Se conocieron sólo durante un mes, y él se presentó todo el tiempo como un lobo, así que ella no conocía su cara, se comunicaban por cartas. Cuando al fin lo iba a conocer, él, el hijo del primer hombre lobo que existió en el mundo y su alma con figura humana, creyéndose traicionado por ella y su familia, desata la guerra entre las dos razas.
    La familia entera de vampiros se mudan a América, San Francisco, donde está la tumba de la madre de Isabrella. La chica se ve forzada a convivir más con humanos ya que su padre se vuelve a casar... con una cazadora...
    Dejaré la historia aquí, si quieren saber más, búsquenme en Potterfics.

    Pertenencias:


    Objeto Magico Legendario:
    --

    Objetos Magicos:

    Objeto 1: Varita mágica.
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20

    Objeto 2: --
    Clasificación: --
    Puntos de poder: --

    --

    Mascotas y Criaturas:
    Criatura 1: --
    Clasificación: --
    Puntos de poder: --



    Criaturas en la Reserva:
    Criatura 1: --
    Clasificación: --
    Puntos de poder: --



    Elfos:
    * Elfo 1: --
    * Elfo 2: -



    Licencias, Tasas, Registros:


    Licencia de Aparición: --

    Licencia de Vuelo de Escoba: --

    Registro de XXX:--


    Otros Datos:


    Otros datos:
    --

    Cronología de cargos:
    --

    Premios y reconocimientos:
    --.

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